Mexico surrealista: Nacos contra fresas

Fresas vs Nacos

Hay una escena inolvidable en la película “Amar te Duele” (México, 2001): un grupo de muchachos de.. digamos.. bajos recursos económicos, van en bola a romperle la cara a unos tipos ricos (con bats de béisbol y tubos de fierro) en venganza porque a uno de los suyos lo trataron mal. Esta escena ejemplifica perfectamente la vieja rivalidad entre Nacos (o sea los pobretones) y Fresas (o sea los riquillos).

No tengo idea de cómo se diga en otros países, pero “naco” en México es un término usado ampliamente, que no sólo se refiere al dinero sino a otro tipo de actitudes: por ejemplo, el cliché del naco es ir oyendo cumbias o vestirse sin gusto. Claro que una persona con dinero también puede oír cumbias, pero es raro encontrarla. Es por eso que la “naquez” se relaciona con el dinero aunque un pobre no necesariamente es naco y un rico no es necesariamente fresa ¿ok?.

Bueno, todo esto viene porque de un tiempo para acá me han invitado a antros que van de un extremo al otro: desde el típico antro fresa donde una cerveza cuesta 4 dólares hasta el congal naco donde 7 cervezas cuestan 6 dólares. Y la verdad es que hay cosas muy interesantes: entre chavos de la misma edad la música que oyen es casi la misma, canciones bailables de moda y rock retro de los años 80’s. Hay ciertas diferencias, claro, porque en el antro fresa se pone más música electrónica y en el naco le dan variedad, yendo del reggae al ska. O sea que en música ganan los Nacos.

La manera de vestirse también cambia y se nota muchísimo en las chavas: en el antro fresa se usa ropa pegadita, blusas ombligueras y pantalones a la cadera. En el antro naco es casi lo mismo, aunque de lejos se ve que no lo compran en las mejores tiendas. Sin embargo dejando a un lado la calidad de la ropa, es notorio que en las chicas “nacas” enseñan más: blusas sin hombros, faldas más cortas, tops. Aunque a los hombres nos parece perfecto (¡eso sí!) debo confesar que las fresas se ven mejor enseñando menos (diría mi abuelita que “¿quien compra la vaca cuando la leche es gratis?”). O sea que en gusto para vestirse ganan los Fresas.

Pero debo confesar que el ambiente en el antro naco es mucho mejor: nadie va en “pose”, si hay una bronca entre todos la arreglan, las meseras no se ponen roñosas con la propina y sobre todo, te atienden mejor. En el antro fresa parece que te sirven de malas o que tienes que darles dinero antes de que entres para que te atiendan bien.

Entrar a un antro naco es fácil: todo es cuestión de pagar la entrada que nunca cuesta más de 3 dólares (aunque las mujeres casi nunca pagan). Entrar a un antro fresa es tooodo un sufrimiento: casi nunca cobran la entrada pero tienes que hacer fila de 1 hora hasta que el tipo de la entrada se digne en fijarse en tí y te deje pasar. Y con lo que me choca esperar.

Así que si me preguntan, me quedo en el antro naco, aunque por dentro sea más feo: al fin que con 7 cervezas encima ni te fijas je, je.