Mexico surrealista: Alimentos nacos

Alimentos nacos

Si eres persona fina, sabrás que las comidas de alta alcurnia tienen cierto orden: no se vale comerse el postre primero, usar la cuchara para partir las crepas o empujar los chícharos con el dedo para que se suban al tenedor. Tampoco se vale hacer un triangulito con la tortilla para sopear los frijoles o aventar pedazos de pan a la sopa de fideo para hacer “chopitas”. No no no no, la cosa es ser muy refinados y finos en la mesa, y hasta se han hecho manuales para eso.

Por el contrario, cuando se trata de comer en la calle hay algunas comidas naquísimas. No exagero, sólo si eres muy naco te atreverías a comer algo de lo siguiente en público:

Esquites con pata de pollo: los esquites son –para el que no lo sepa- granos de maíz cocidos con hierbas (muy ricos por cierto) pero no sé a quién se le ocurrió echar patas de pollo a la olla donde se cuece el maíz. Así, cuando pides un vaso te dan los granos en un vaso y una pata de pollo asomándose coquetamente por el borde. Si eres naco comerás primero todo el maíz y luego chuparás alegremente los dedos de la pata con un sonoro “¡sssrrlllp!”. Si no eres naco ni te acerques.

Patas de pollo y mollejas: Pues si la gente pedía las patas de pollo con los esquites ¿por qué no darles las puras patas? Así que la evolución del platillo anterior es una olla con patas y mollejas. Te las dan en un vaso rebozado de salsa Valentina (el condimento por excelencia de los nacos).

Mango: el mango –la fruta, pues- no es naco por sí mismo. El chiste está en la manera en que los nacos se lo comen: arriba del bote de la basura para no escurrir en el piso y con el jugo chorreando por los brazos hasta llegar a los codos. Otra manera de comerlo es quitándole la cáscara hasta la mitad y chuparlo hasta llegar al hueso, luego agarrarlo por el hueso pelón y quitar la cáscara de lo que falta para chupar el resto. Como siempre en el hueso le quedan pelitos, hay que peinarlos con los labios y sacarse de entre los dientes los que se queden atorados. No falla.

Pepitas: las pepitas de calabaza asadas con sal es la botana clásica junto con los garbanzos y las habas enchiladas. Las pepitas se comen abriéndolas con los dientes (cuenta la leyenda que un dentista tuvo que sacar una que se quedó incrustada en los dientes delanteros de su paciente y murió ¿?). Cada vez que quitas una cascarita la guardas en tu mano y -ya que no te quepan- las avientas por la ventana o dejas tu montoncito debajo del asiento para que la esposa se lo lleve.

Chicharrones de harina: Como no tengo una foto de éste, trataré de explicarlo bien: el chicharrón de harina es una especie de.. eh.. chicharrón pero de harina ¿si se entendió? Cuando yo era chico uno iba al carrito del chicharronero y se pedía con limón y chile. A algún ingenioso se le ocurrió ponerle encima nopales con cebollas y cilantro. A otro más se le ocurrió echarle ¡cueritos de cerdo!. Por allá los venden con col, zanahorias y mayonesa o hasta con frijoles. Creo que el siguiente paso será echarle un bistec encima.