POSPONER LAS OBLIGACIONES, UN HÁBITO QUE OCULTA MIEDOS

POSPONER LAS OBLIGACIONES, UN HÁBITO QUE OCULTA MIEDOS

Si dejarlo todo para mañanaforma parte de tu ritmo vital, si cualquier pretexto te parece bueno para dejar a un lado tus propósitos y retrasar tus decisiones, si a menudo hallas dificultades para conseguir tus objetivos es más que probable que tengas el hábito de posponery que ello te haga sentirte mal contigo mismo.

Dos especialistas de la Universidad de Berkeley, los doctores Burka y Yuen, han estudiado a fondo el asunto y han concluido que retrasar los asuntos es una manera de ocultar las propias inseguridades y no afrontar los problemas. El denominador común de esas personas son una serie de miedos que les impiden percibir las cosas de forma poco realista y les merman sus posibilidades de progresar.

Hay quien teme al fracaso, a las críticas ajenas, y deja las cosas para el último momento. Así, evitan ponerse realmente a prueba y se justificarán ante sí mismos y los demás con la falta de tiempo. Su perfil es el de alguien perfeccionista que se impone modelos poco realistas y le cuesta interiorizar que todo se consigue con esfuerzo y perseverancia.

No faltan quienes temen al éxito. Les aterra pensar en las consecuencias de sus logros, en el seguro castigoque conllevará su prosperidad material, espiritual o afectiva. Son seres que silencian sus verdaderosintereses, que se dispersan en muchas actividades y que, en muchas ocasiones, abandonan todo cuando están a punto de obtener lo que quieren. Sus auténticos temores radican en la pérdida del afecto de sus seres queridos y en el precio a pagar por el triunfo. Les cuesta comprender que afrontar retos puede ser enriquecedor y hasta placentero.

. Los hay que temen ser independientes. Creen que solo podrán interesar a los demás si se encuentran en dificultades. No les gusta tomar decisiones y se mantienen en un segundo plano, desean ser protegidos por sus amigos y parejas, y se declaran abrumados por sus deberes y obligaciones.

. Hay personas que temen ser controladas y posponen los asuntos para sentir que controlan los acontecimientos. Presumen de independencia para sentirse respetados pero, en realidad, tratan de defenderse de sí mismos y de verse vulnerables.

. También están quienes temen los compromisos afectivos . Mantienen las distancias con los demás porque no les gusta que nadie les exija algo y son proclives a relaciones superficiales. Suelen retrasar citas y eluden participar en actividades en las que puedan conocer gente o hallar un clima que favorezca la intimidad. La gran paradoja es que anhelan enormemente la intimidad y las relaciones profundas. Sueñan con alguien que les acepte sin condiciones y les aterroriza sentirse vulnerables.

¿QUÉ SE PUEDE HACER?

Lo principal es aceptarse a uno mismo, conocer nuestros puntos fuertes y débiles y saber qué cosas son realmente importantes para nosotros. También es necesario adoptar algunas pautas para abandonar un hábito tan entorpecedor y paralizante:

Proponerse objetivos concretos y planificarlos paso a paso.

.Aprender a organizarse el tiempo, a establecer prioridades, a delegar, a aceptar los imprevistos y saber disfrutar de los placeres de la vida.

. Saber pedir ayuda, teniendo en cuenta que tal solicitud no implica debilidad ni abandono de las responsabilidades.