SOBRE NATURALEZA, SOCIEDAD Y HOMBRE

Escrito por Alejandra Almirón Cartier el 3 de Julio

Gracias Fabricio!

SOBRE NATURALEZA, SOCIEDAD Y HOMBRE

«No hay nada más nuestro, que nuestros ríos, nuestra selva, nuestra manera de ser».

Así como los hombres de las comunidades campesinas de la sierra conciben el mundo centrado en la tierra, los nativos de las comunidades Cocamilla, Cocama, Asháninka, Machiguenga, Huitotos, etc. , lo conciben centrado en el territorio, en el bosque, como una totalidad compuesta e interrelacionada por elementos como los ríos, las lagunas, los animales, las plantas, los territorios sin límites, sus costumbres, mitos, leyendas y su religiosidad, con sus dioses y espíritus.

Piensan que la naturaleza es una entidad con la cual hay que establecer relaciones armoniosas, de equilibrio y no de dominación que conduce a alterarla o trastrocarla, en las formas destructivas propias de los colonos serranos, misiones religiosas, empresarios, gobiernos o el Estado mercantilista y autoritario.

La naturaleza no es algo externo y opuesto al conjunto de relaciones sociales que establecen los nativos, sino algo relacional estrechamente vinculado a su vida biológica y social. No existe pues, una relación de oposición, instrumentalización y dominación entre naturaleza y sociedad, o entre naturaleza y hombre, como la que se da en la cultura y pensamiento occidental industrial como posindustrial. Así por ejemplo, en el pensamiento de los Asháninka, no existe la dicotomía entre naturaleza y sociedad. El ser y la justificación de su existencia es el territorio cuya unidad fundamental lo constituye el Bosque. Para ellos sólo existiría la sociedad, en la medida que la naturaleza ha sido incorporada y humanizada a través de las relaciones sociales míticas2.

Aislando metodológicamente los factores que han alterado o trastrocado la naturaleza y la cultura amazónica, se puede afirmar que su economía se ha basado en la agricultura, en la horticultura, la recolección, la caza, la pesca. La actividad agrícola es diversa, relativa con roza, quema, y con barbecho. Dicha actividad está dividida en tantas partes y momentos como intervenciones o acciones haya realizado el hombre y la mujer .

Esto no se entiende si no tomamos en cuenta su concepción de la propiedad, la cual no es entendida en el sentido occidental. La propiedad de la tierra o del territorio, no tiene el sentido de la propiedad privada individual o familiar. Transciende los sentidos individualista y familista de la propiedad. Piensa que el territorio es libre, sin límites, no es propiedad de nadie, porque nadie tiene derecho de apropiarse de lo que es de todos. No creen en las delimitaciones territoriales con fines agrícolas. De ahí también que se comprenda por qué no estuvieron de acuerdo con las delimitaciones territoriales y agrícolas que se hicieron como producto de la aplicación de la Ley de Comunidades Nativas durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado.

Conciben el trabajo como una relación dirigida a producir los bienes y servicios que sirvan primordialmente para su subsistencia, y también para el comercio si es que sobra excedente. Esta actividad no se mide y valora solamente por los productos sino también por los procesos, es decir, por todo el conjunto de actividades realizados para arribar a los productos.

También es necesario mencionar el hecho de que no conciben al trabajo como una mercancía sujeta a las leyes del mercado laboral , a diferencia de los colonos occidentalizados que sí conciben la tierra, el territorio y el trabajo como sujetos al valor de uso y al valor de cambio. El objetivo económico de los colonos es hacer dinero , sentar patrones de acumulación capitalista que van más allá de la satisfacción de las necesidades básicas de la sociedad como son la alimentación, la nutrición , la salud, el trabajo humano, el sentido humanista de la vida económica y social.

Comunidad Indígena Asháninka