CHIH – I, TERCER PATRIARCA DE LA ESCUELA TIEN -TAI

CHIH – I,  TERCER PATRIARCA DE LA ESCUELA TIEN -TAI

Chih-i nació  en lo que hoy es la provincia de Hunan en el año 538 d.C. Pronto mostró un gran interés por las enseñanzas budistas, las cuales empezó a recibir desde la temprana edad de siete años, destacando por sus extraordinarias capacidades de  memorización. Pocos años después fue testigo de la destrucción de una biblioteca por parte de unos soldados, lo que provocó un gran impacto en el joven Chih-I. La visión del incendio de aquellas obras y enseñanzas, a las cuales los monjes habían dedicado su vida entera, le dejó una profunda huella acerca de la impermanencia y la muerte de incluso aquello más valioso para él: las enseñanzas budistas. La vida se había tornado pues en algo misterioso, terrible…la única solución era la vida y la experiencia espiritual directa.

A los 17 años entró en la vida monástica y a los 22 obtuvo el samadhi al que se refiere el Sutra del Loto Blanco. En el año 560 fue aceptado como discípulo del maestro Hui Ssu al que siguió hasta su muerte, la cual ocurrió cuando Chih-I contaba 37 años de edad. Este hecho motivó que se desplazase hasta el monte Tien Tai donde permaneció el resto de su vida.

Su principal método de enseñanza era el comentario de sutras, como el Vimalakirti, el sutra del loto blanco, el sutra de la luz dorada, Nagarjuna, y la meditación.

Chih-I murió a los 59 años de edad en el año 597 habiendo fundado 35 monasterios, ordenado más de 1000 monjes y habiendo escrito más de 9000 páginas de enseñanzas.

Aunque Chih-I no fundó la escuela Tien Tai se le considera como tal, al haber producido la mayor obra escrita de esta escuela. Realmente Chih-I es el tercer patriarca, Hui Ssun, su maestro, el segundo y Hui Wen, el primero y fundador.

Entre los trabajos más importantes de Chih-I destacan sus comentarios acerca del sutra del loto blanco:

–        Palabras y frases del Sutra del Loto Blanco

–        El significado profundo del Sutra del Loto Blanco

También su trabajo acerca de la práctica de la meditación: El gran samatha y Vipassana

Chih-I escribió también un tratado de meditación para principiantes denominado “El pequeño samatha y Vipassana” Este tratado tuvo una gran influencia en el desarrollo de la escuela Chan y  en los esfuerzos por recuperar la correcta práctica de la meditación sentada.

En los tiempos en que vivió Chih-I se produjo la llegada de las primeras enseñanzas del budismo a China transmitidas desde India, enseñanzas que debían ser adaptadas al particular modo de ser de la población China. La gran capacidad espiritual e intelectual de Chih-I sentó las bases de muchas escuelas posteriores, cuyos miembros acudirán a la montaña Tien Tai en busca de las enseñanzas de su maestro. La visión del Buda Dharma de Chih-I es la que se refleja en el Sutra del Loto Blanco, el cual utilizó como herramienta para integrar el budismo indio en China.

La escuela de Chih-I rechazó tanto el Chan apartado de las escrituras de Bodhidharma, como las escuelas que predicaban el apego a las mismas. En la enciclopedia Tendai “Keiran Shu Yo Shu” una cita atribuida a Chih-I dice: “Mientras el espíritu de Bodhidharma muestra solamente rechazo por las escrituras, en el espíritu Tien Tai la enseñanza y la contemplación son reales por igual.”

Por tal motivo se considera a Chih-I más cercano a las raíces de la escuela del norte de Shen Xiu que a la escuela del sur de Hui Neng.

El mensaje del Sutra del loto blanco es que el Buda es eterno. Esto no significa que tras cada objeto se encuentre un gran Buda creador del mundo. El Buda eterno significa que la iluminación o Realidad están mas allá de del tiempo, pero a su vez, obtener la iluminación no nos sitúa en un lugar sin tiempo, ni nos hace desaparecer. Podemos comprender con la mente, qué es la iluminación pero, realmente, sin haber experimentado el despertar, no podemos saber en verdad lo que significa. No podemos por tanto comprender realmente, donde ha ido Buda en su iluminación. La naturaleza de la iluminación está más allá del entendimiento del ser humano ordinario, pero esto no significa que no exista o que esté fuera del reino humano.

El espíritu de la iluminación existe como una fuerza en el universo, pero no en una manera en que puede ser captado y medido cuantitativamente. Sin embargo, esta ahí en una forma como mínimo potencial en cada ser humano. El sutra del Loto Blanco explica claramente que la naturaleza búdica es algo que en cualquier ser humano puede despertar.

El universo que es experimentado una vez se ha despertado, es un universo en el cual todo está interpenetrado. Todo está interconectado con todo y a su vez, todo está contenido en todo, todo es simultáneo con todo. Todo lo que sucede en cualquier parte y en cualquier tiempo está sucediendo aquí y ahora. Estas enseñanzas coinciden con la escuela Hua Yen y son simbolizadas por la “red de Indra”.

Chih I utilizó su particular simbolismo para expresar esta idea de interpenetración :  “los 3000 mundos en un instante de la mente” un método que devendrá uno de los principales de la escuela Tien Tai. Aquí se muestra como cada uno de los skhandas contiene los 3000 dharmas de la existencia. No necesitamos entrar en los detalles de lo que sucede exactamente en un “momento de la mente”, puesto que en cada momento muchas cosas suceden al mismo tiempo, muchas influencias están teniendo lugar. En un momento de la mente, 3000 mundos. Esta meditación se encuentra en el Mo –Ho Chih Kuan o “El gran Samatha y Vipassana.”

Es también de destacar la ejemplar manera en que el maestro condujo a su Shanga. Chih-I creo un ambiente propicio al desarrollo de la propia meta de cada miembro, pero también un clima que hacia sentirse a todos involucrados en una meta común en que cada integrante tenia un sentido especial de lo que debía hacerse en cada momento y cómo hacerse. Chih I decía: “A través del rendimiento individual hay armonía, desde el mutuo conocimiento hay unión y cooperación”

La comunidad tenía principalmente, tres tipos de actividad

    * Programa diario de meditación, ritual y enseñanzas
    * Trabajo en las necesidades de la comunidad
    * Retiro solitario

De acuerdo con Chih I, en retiro solitario debían practicarse los cuatro tipos de Samadhi (meditación) de la escuela Tien Tai.  Estos métodos van desde el más directo al despertar, a otros más graduales, dependiendo de la capacidad del meditador,

    * Constantemente sentado:
          o 90 días de práctica en postura del loto, no pudiendo dormir, yacer, o ponerse en pie. Chih-I propone dos modos de practica: El método directo, en que el meditador contempla el Dharmakaya renunciando en palabras del maestro a: “falaces teorías, pensamientos confusos,  evitar cualquier discriminación y absorberse completamente en el Dharmadhatu y contemplar la propia mente en uniformidad con él (contemplación).            Como no siempre es posible hacer eso, el segundo método consiste en invocar a un Buda, cantando su nombre, y evocando la plena confianza en su ayuda para retomarla practica de nuevo (concentración).

    * Constantemente andando:
          o Durante 90 días se circumbalará constantemente una estatua del Buda Amithaba. Esta practica está basada en el Pratyutpanna Sutra, originado probablemente en la ciudad de Gandhara y el imperio Kushan. En este sutra encontramos las primeras referencias al Buda Amithaba y a la Tierra Pura, cuya escuela será posteriormente desarrollada. Esta práctica es fundamentalmente de Visualización (Se recomienda ver las practicas de Tara como ejemplo de visualizacion). Una vez la práctica se estabiliza en la visualización del Buda se procede a un investigación sobre la naturaleza de la mente y el pensamiento:

Dice Chih I : “De donde surge el Buda que estoy contemplando? No surge de ninguna otra cosa y cada vez que intento volver mi mente hacia él desaparece. Este Buda es simplemente la mente percibiendo a la propia mente. La mente es el Buda visualizado (objeto) y a la vez la mente es aquel quien está contemplándole (sujeto). Cuando la mente percibe al Buda, no es consciente de si misma. Cuando la mente se llena de pensamientos, hay delusión. Cuando es libre de ellos, hay nirvana”

La práctica de Amitaba es asociada al renacimiento en la Tierra Pura, por lo que este puede ser considerado uno de los beneficios de esta meditación.

    * En parte sentado y en parte andando.
          o Esta práctica se identifica con el arrepentimiento y la confesión. Estas practicas pueden realizarse en solitario o en grupo y pueden durar días o años, e incluyen postraciones, ofrecimientos, circumbalaciones y meditación sentada: Dice Chih I:

“En su naturaleza esencial  los fenómenos son perfectamente uniformes y no son ni puros ni manchados. Esto en si mismo constituye su verdadera naturaleza, no manchada por el nacimiento o la muerte ni purificada por las miriadas de practicas de Buda. Así manchado y puro es un continuo único como el espacio vacío. Esto es conocido como la pureza ultima, o la realidad ultima de los seres sintientes.”

Si el practicante no es capaz de alcanzar este nivel de la práctica de confesión capaz de liberarle de sus hábitos samsáricos, Chih I sugiere dos métodos. El arrepentimiento basado en las actividades fenoménicas y el arrepentimiento basado en los principios, de acuerdo con las habilidades de cada meditador

El método basado en el arrepentimiento de las actividades fenoménicas se inspira en la figura de Samantabhadra, tal como se describe en el sutra del loto y se realiza durante 21 días de rituales y confesión. Seis veces al día, se confiesan los pecados cometidos durante las pasadas vidas por el mal uso de los seis sentidos (cinco mas la mente) mientras se visualiza constantemente al Bodhsatva Samantabhadra sobre la cabeza.

El arrepentimiento basado en los principios trata de desarrollar la visión penetrante en la naturaleza fundamental de la mente, el sujeto y el objeto.

Otra forma de meditación desarrollada en esta fase es llamada “el camino sin características hacia la tranquilidad y felicidad” y se basa en la concentración y la visión penetrante en la realidad ultima en que ni mente ni fenómeno pueden realmente surgir. Este es el Samadhi del loto que Chih-I alcanzó en su juventud.

Si se es capaz de penetrar en este Samadhi, dice Hui Ssu, el maestro de Chih I:

“La mente del Bodhissatva deviene plena de un gran rapto y adquiere vastos poderes espirituales. Situada en el centro de un espacio vacío percibe a los budas de las diez direcciones y es dotada con la sabiduría de todos los Budas. En un instante de pensamiento conoce totalmente la mente de todos los budas de las diez direcciones y conoce la actividad mental de cada ser sintiente, con el fin de llevarle allí, de acuerdo con la capacidad de cada uno. En un momento único, expone el drama, con un sonido puede crear infinitas voces. En un momento incontables seres pueden alcanzar la vía.”

    * Ni sentado ni andando

En esta sección se incluye cualquier práctica que no se incluya en las otras tres anteriores, así como una práctica especial llamada “cultivo del samadhi donde quiera que la mente es dirigida”

También se incluye una practica de arrepentimiento asociada con Avalokiteshvara o con los siete Budas y ocho Bodhissatvas y por ultimo la “practica de limpiar letrinas durante ochocientos días como enseñó el Bodhisattva Akashagarba” la cual habla por si sola.

La practica del “cultivo del samadhi donde quiera que la mente es dirigida” se relaciona con una atención pura y penetrante de los pensamientos “Donde quiera que la mente se dirige siempre se esforzará en estar consciente de ello” y para ello propone cuatro fases:

1 Aun no pensando, 2 a punto de pensar, 3 pensando y 4 habiendo pensado.

Esta practica sirve de foco para el desarrollo del samadhi conocido como surangamasamadhi, el cual profundiza en los estados “aun no pensando” y “a punto de pensar” obteniendo la comprensión de que de la mente que aun no ha pensado y la mente a punto de pensar no puede decirse que surja o desaparezca ni que no surja y no desaparezca.

“La genuina visión penetrante del camino medio muestra como el meditador se iluminará a las dos verdades del vacío y de la aparente realidad, juntas y al mismo tiempo. Cada instante del pensamiento de su mente se volverá quiesciente y se extinguirá, fluyendo sin esfuerzo hacia el océano del gran nirvana”

Sugerimos, finalmente, una sencilla pero profunda práctica del patriarca Chih –I:

Este  método de seis etapas de adiestramiento de la mente hace uso de la respiración. 

La respiración es la fuente de vida. Cuando la respiración para, el cuerpo es solo un objeto inanimado y, cuando el sistema nervioso ya no trabaja, la mente simplemente desaparece. Así  vemos que esta vida es preservada por la respiración que enlaza cuerpo con mente y asegura su existencia. Aunque no podemos verlo, el aire se mueve por dentro y fuera de los orificios nasales cuando respiramos. Así, hay cuerpo y mente con la respiración enlazándolos y uniéndolos. 

 

Hay tres prácticas que conducen de lo mundano a la sublime y la práctica principal es esencial para cambiar el engranaje mental.  Chih o Samatha da la primera indicación de que hay el brillo del sol detrás de las nubes de ilusión y Kuan o Vipassana es la técnica que abre las puertas para aclarar  la percepción.

 

    * Práctica Preliminar 
          o Contar las respiraciones 
          o Seguir las respiraciones 
    * Práctica principal 
          o Parar  de seguir a las respiraciones 
          o Contemplar las respiraciones

    * Práctica final 
          o Comprender que la respiración y el respirador son inseparables
          o Comprender el puro ser 

 

Contar las respiraciones 

Regulamos la respiración para que no sea ni fuerte ni débil, contamos despacio  de uno a diez por  cada aspiración o  respiración. Fijamos la atención en el contar para que la mente no vague. Si  notamos que la mente ha ido a alguna otra parte, dispersa en pensamientos y hemos perdido la cuenta,  retrocedemos  y empezamos de nuevo desde uno.  Con la práctica desarrollaremos  bien  el procedimiento de contar. La respiración se volverá tan fina que será casi incontable. 

 

Seguir las respiraciones 

Dejamos de contar las respiraciones pero enfocamos la mente en seguir la aspiración y respiración. De esta manera la mente y la  respiración devendrán mutuamente dependientes.  Cuando la mente devenga más pacífica notaremos la longitud de las respiraciones y nos  sentiremos como si  atravesaran todos los poros del cuerpo. Su intelecto está ahora tranquilo y sosegado. 

 

Dejar de seguir las respiraciones 

Dejamos  de poner atención en la respiración y cambiamos intencionalmente (todavía no involuntariamente) la  fijación de la mente en la punta de la nariz. Mientras hacemos esto de repente notaremos que  cuerpo y mente parecen desaparecer y estaremos en un estado de quietud 

 

Contemplación de  las respiraciones 

Aunque este estado de quietud es muy agradable, la próxima tarea es retraer a la mente hacia  sí misma. La aspiración  y la respiración parecerán ser como el viento en el vacío y  no tener realidad propia.  Con la práctica habrá una  clara sensación de que la respiración entra y deja el cuerpo a través de todos sus poros. 

 

Comprender que la respiración y el respirador son inseparables 

Habrá todavía una impresión de una mente subjetiva que contempla la respiración objetiva. Éstos es visto como dos partes de una dualidad y el estado absoluto de la mente fundamental, por tanto, no se ha alcanzado.  El conocedor subjetivo sigue  la respiración cuando crece y decrece. Pero  el crecer y  el decrecer son fundamentalmente ilusorios e irreales: como  olas que crecen  desde  el agua, sólo parecen existir ilusoriamente. La mente que crece y decrece no es la verdadera, subyacente, e increada propia-mente. La propia-mente está más allá de esto  y es por consiguiente vacía. No hay ninguna mente subjetiva que contempla y ningún objeto que ser contemplado. El conocimiento y su objeto desaparecen. 

 

Comprender al puro ser 

Habrá todavía una idea de no conocimiento y no objeto. Esto se elimina cuando la mente deviene pura y limpia a través de no discriminar. 

La mente deviene como agua  calma y contiene  pensamientos no discriminados (irreal). El retorno de lo falso a lo real es como olas que menguan para revelar el agua.