Gollum
Gollum fue una vez un hobbit de la rama de los Fuertes, llamado Sméagol, nacido no muy lejos de los Valles del Anduin. Sméagol era un hobbit preguntón y curioso que se zambullía en lagos profundos y cavaba y abría túneles en los montículos verdes. En 2463 de la Tercera Edad, el primo de Sméagol, Déagol, encontró el Anillo Único pescando en el Río Grande. Era el cumpleaños de Sméagol y le pidió que le regalara el Anillo, pero Déagol le dijo que lo quería para él. Sméagol mató a su primo para adueñarse del Anillo. Sméagol usó el Anillo para sus maliciosos fines y se hizo impopular entre los demás hobbits. El poder del Anillo alargó su vida, pero lo deformó hasta dejarlo irreconocible. A partir de entonces se lo llamó Gollum, por los ruidos asquerosos y guturales que hacía cuando intentaba hablar. Se convirtió en un ser que evitaba la luz y que vivía de horribles asesinatos, comiendo carne impura y pescado crudo. Se encontraba más a gusto en las oscuras lagunas de las profundas cavernas que en el mundo exterior. Su piel perdió todo el pelo y se volvió negra y húmeda, y su cuerpo delgado y desvaído. Su cabeza parecía una calavera y sus ojos eran saltones y adaptados a la oscuridad, le crecieron los dientes, como colmillos de orco, y sus pies de hobbit se volvieron palmeados. Durante casi cinco siglos, Gollum vivió escondido en las cavernas bajo las Montañas Nubladas. Con el tiempo, empezó a hablar con el Anillo llamándolo “Mi tesoro” con voz silbante, y se dirigía a sí mismo en tercera persona. En 2941, el hobbit Bilbo Bolsón realizó una visita decisiva a su caverna y le “tomó prestado” a Gollum el Anillo Único después de una larga lucha de adivinanzas. Gollum venció su miedo a la luz por el deseo de recuperar la joya, y salió de la cueva. En 3019, Gollum encontró por fin a Frodo, el nuevo Portador del Anillo, pero, por mucho que lo intentó, no consiguió vencerlo. Durante un tiempo hasta pareció que Frodo sería capaz de amansar a la miserable criatura, pero Gollum vivía de la traición…