Los 6 Soles

Los 6 Soles

El Sol de Agua.

He aquí el relato que solían contar los Viejos Abuelos, en un cierto tiempo que ya nadie puede contar, del que nadie ahora puede acordarse, fue que nació el primer Sol o era que se inició cuando Quetzalcóatl alienta con su soplo divino el desarrollo de los primeros seres humanos, pero en este primer Sol, Tezcatlipoca su eterno adversario provocó un gran diluvio e hizo que los seres humanos perecieran ahogados y se convirtieran en peces. En esta época se comía el teocentli.

El Sol de Fuego.

Pasaron muchos años en que la tierra se mantuvo a obscuras y sin seres humanos que la habitaran. Pero entonces los dioses iniciaron de nuevo otro intento de perfección y pusieron a Tlalóc, el dios de la lluvia y el fuego celeste ha crear el siguiente Sol. Pero ahora Quetzalcóatl hizo que lloviera fuego y los seres humanos se quemaran convirtiéndolos en pájaros. La comida de esa época era -el acecentli- llamado maíz de agua.

El Sol de Viento

Nuevamente la tierra paso muchos años sin la luz del Sol y sin seres humanos que adoraran a los dioses. Fue entonces que Quetzalcóatl hizo el tercer Sol, otro intento de mejorar a la humanidad. Fue en aquella época cuando los seres humanos comían accocentlí, una bellota que se da en los pinos. Pero ahora Tezcatlipoca provocó grandes vendavales que derribaron a todos los árboles y acabaron con casi todos los humanos y los pocos que se salvaron se convirtieron en monos.

El Sol de Tierra.

Este Sol fue alentado por Tezcatlipoca, para que lo poblaran creó a los gigantes, seres muy grandes que cuando se caían ya no se levantaban. Estos gigantes no sembraban ni cultivaban la tierra, ellos sólo comían raíces, bellotas y frutos que recogían del campo. Sin embargo un día Quetzalcóatl derribó a Tezcatlipoca con su bastón e hizo que cayera en el agua, transformándose en un tigre quien se comió a todos los gigantes dejando nuevamente despoblada a la tierra y sin Sol.

“El Temblor”

Cuando aún era de noche,
cuando aún no había día,
cuando aún no había luz,
se reunieron,se convocaron los dioses allá en Teotihuacán.
Dijeron,
Venid acá,
¡Oh dioses!
¿Quién se hará cargo
de que haya días,
de que haya luz?

Según Dicen Nuestros Antepasados, cada ciclo destructivo en las diferentes etapas de la tierra, representaban soles.

Los soles representaban una etapa destructiva hacia la tierra, inundaciones, terremotos, erupciones volcánicas, caída de meteoritos, incendios, Etc.

De estos ciclos, en el que nos encontramos actualmente, se llama, el Quinto Sol,

del cual existe un pequeño relato tolteca.
Quinto Sol “Nahui Ollin”

Los Dioses se reunieron en Teotihuacan, y todos se formaron al rededor de una hoguera. Los dioses hablaron así…

Vamos A crear un Quinto sol, para eso, uno de nosotros tendrá que arrojarse a la hoguera. – Dijo un Dios ahi reunido – Nadie Hablo… la hoguera ardía vivamente, pero todo era silencio. Se levanto alguien, un ser envuelto en mantos negros, un dios cubierto de verrugas y costras. Se levanto con timidez, y se puso a temblar. Los demás dioses, lo miraban con desprecio. El arrogante Tecuciztecatl, vio un dios tan pequeño, y sin embargo, se había ofrecido para convertirse en el Quinto Sol, se puso de pie. – ¡Silencio! -Grito.

Ea pues, Tecuciztecatl, entra en el fuego, – dijeron los demás dioses – El dios arrogante, sonríe mientras va caminando hacia la viva hoguera, pero al sentir al calor, pierde la confianza, le da miedo. De nuevo intenta, cierra los ojos y camina de nuevo, lanza un grito al acercarse al Fogón Divino, pero no puede avanzar mas. Los demás dioses, se levantan indignados, Tecuciztecatl, ruge e intenta lanzarse a la hoguera, lo intenta cuatro veces.

Nanahuatzin, prueba tu.

El dios feo, arrugado y tembloroso, arranco sus vestiduras negras y se para en frente del fogón divino. Nanahuatzin se arroja a las llamas del fogón, y en aquella plaza de teotihuacan, hubo una gran explosión, Nanahuatzin fue tragado por el cielo, y todo se torno oscuro y frió.

Luego, en esa noche obscurísima, los dioses se sientan, exhaustos a esperar la salida del nuevo sol. Al fin comienza a ponerse colorado el cielo y en todas partes aparece la luz del alba. Exhalando un suspiro los dioses se hincan de rodillas para ver por donde saldrá el feo Nanahuatzin. Miran por todas partes sin poder acertar donde aparecerá. Solo el dios Quetzalcoatl sabe el lugar en que aparecerá el Quinto Sol. Y cuando aparece en el cielo, por el oriente, emerge de un color rojo encendido y tambaleandose de uno a otro lado. Nadie lo puede ver, tan brillante y dorada es la luz que despide.

-Pero, como habremos de vivir?- clamann entonces los dioses- No se mueve el Sol! No sigue su camino por el cielo! No hay ni noche ni día!

El Sol sigue tambaleándose de un lado a otro. Sin embargo, no avanza por el cielo. Tiene vértigo. Alguien canta allá a lo lejos: “El Quinto Sol se llama el Sol del Movimiento porque sigue su camino; pero tú no te mueves, Nanahuatzin! ¡TU NO TE MUEVES!

Los dioses dan un grito y se clavan en las venas sus cuchillos de obsidiana, ofreciéndole al Sol su propia sangre, que va subiendo hasta el cielo. Luego la sangre se convierte en un gran viento que sopla sobre el Sol y lo hace levantar como si estuviera flotando. Este pasa volando por delante de los sacerdotes, quienes se afanan por detenerlo, pero el Sol ya esta bajando por la escalinata, precipitadamente… huyendo hacia el horizonte que empieza a empaparse de sangre…”

Este es el sol que nos alumbra, nos alimenta y nos calienta. Se esta moviendo constantemente sobre nuestras cabezas, y moviéndose nuestro sol, vamos a perecer, para dar paso al siguiente sol, mas perfecto.