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Quetzalcóatl

Introducción

Cuando oyes hablar por primera vez de las culturas de Mesoamérica y Sudamérica, siempre te llaman la atención y te sorprenden. Están rodeadas de cierto halo de misterio, con todos esos componentes – los sacrificios humanos, las controvertidas teorías en relación con los ovnis, las pirámides … – tan atrayentes, que uno no puede evitar el interesarse.
Uno de los aspectos más interesantes, en mi opinión, de las culturas precolombinas es el simbolismo, los ritos, la religión: la mitología. Además, impresiona la gran diversidad de civilizaciones que se dieron, sobretodo al caer en una inevitable comparación con el viejo continente. Es difícil elegir, pero me he decantado por los Aztecas, porque es una de las civilizaciones de las que más información hay y, porque no, porque está entre mis favoritas.
Así, escogí uno de los nombres que más me sonaba al tratar este tema: Quetzalcóatl. A lo largo de los años he podido leer un número de libros acerca de mitología, y en algunas alusiones a este dios siempre había algo en su significación que me pareció muy atractivo…

Quetzalcóatl

Quetzalcóatl proviene etimológicamente de quetzal, una especie de ave autóctona de Mesoamérica y muy apreciada por su plumaje de vivos colores, rojo escarlata y verde, ya desde la antigüedad, y de -cóatl, serpiente . Así, su significado es “serpiente emplumada” ( aunque también se ha atribuido otra traducción: gemelo precioso ) .
Su origen es muy antiguo; aunque los máximos difusores de esta deidad fueron los aztecas, no fueron ellos los que lo ” crearon “. La idea de la serpiente emplumada procede al menos de la civilización de Teotihuacán ( siglos III-VIII ), la gran ciudad de la meseta central de México. En aquella época primitiva, probablemente se consideraba a Quetzalcóatl dios de la vegetación, estrechamente vinculado a Tlaloc, dios de la lluvia. Los toltecas ( siglos IX-XII ) lo concebían como dios de las Estrellas Matutina y Vespertina, y bajo esta forma le rendían culto en su principal ciudad, Tula.
Los aztecas asimilaron a Quetzalcóatl y lo veneraban como patrón de los sacerdotes, inventor del calendario y protector de los artesanos .

Este pluralismo en las representaciones de un mismo dios es muy típico de la cultura azteca, y ya se observa en su dios creador Ometecuhtli .

El nacimiento de Quetzalcóatl

Para la historia del nacimiento de Quetzalcóatl hay tres versiones diferentes , unas de tipo más mítico y otras más humano. Como se puede ver, hay elementos en común en las diferentes historias, lo que muestra la dificultad de discernir los orígenes de este dios.
En la primera versión, se dice que Quetzalcóatl nació en el año ” 1 ácatl ” ( uno-caña), a quien se llamó Topiltzin (nuestro príncipe) y sacerdote Quetzalcóatl Ce-ácatl. Se dice que su madre tenía por nombre Chimalman ( escudo recostado ). También se dice de la madre de Quetzalcóatl que lo concibió porque se tragó un chalchíhuitl ( piedra verde ). Esta es la versión más breve de las tres.
En la segunda versión, se dice que hubo un dios llamado Camaxtli que tomó por mujer una diosa llamada Chimalman.
Ésta tuvo de él hijos entre los cuales había uno llamado Quetzalcóatl, el cual nació en la ” barranca del pescado ” y que fue llevado a su abuelo y abuela que le criaron.

Esto fue así porque su madre murió al parir. Después que creció fue llevado a su padre; pero como éste le quería mucho le odiaban los otros hermanos tanto, que decidieron matarlo.
Para hacerlo lo llevaron con engaño a una gran roca, llamada ” roca donde se hace quemar “. Lo dejaron allá y ellos descendieron y prendieron fuego alrededor de la roca. Pero Quetzalcóatl se metió en un agujero que había en la roca, y sus hermanos se fueron pensando que lo habían matado. Habiéndose ido ellos, salió de la roca con arco y flechas, tiró sobre una cierva y la mató; la tomó en sus hombros, y la llevó hacia su padre, y llegó antes que sus hermanos. Llegando éstos, estuvieron asombrados de verlo y pensaron matarlo de otro modo.
Tras varios atentados más y el asesinato de su propio padre, quisieron hacer creer a Quetzalcóatl que su padre se estaba transformando en roca y todos lo persuadieron para que sacrificara y ofreciera alguna cosa a esa roca, como leones, tigres, águilas, venados o mariposas, para tener ocasión de matarle, puesto que él no podría conseguir estas bestias.
Puesto que Quetzalcóatl no quería obedecer, le querían matar, pero él se escapó de sus manos y se subió a un árbol, o lo que es más probable subió a la misma roca y los mató a todos con sus flechas.

Cuando esto pasaba, sus vasallos, que le amaban mucho, le vinieron a traer con muchos honores, tomaron las cabezas de sus hermanos y les sacaron el cerebro haciendo de ellas copas para beber.

Más tarde se fueron a la tierra de México, mientras tardo Quetzalcóatl se quedó algunos días más en un pueblo llamado Tollantzinco, y de allá se fue a Tollan.

En la tercera versión, se cuenta que el padre de Quetzacóatl se llamaba Mixcóatl ( Serpiente de nubes ). Mixcóatl era un gran guerrero; cuando fue a conquistar Huitznáhuac, salió a su encuentro la mujer Chimalman, que puso en el suelo su rodela, tiró sus flechas y su lanzadardos, y quedó en pie desnuda, sin enaguas ni camisa. Mixcóatl le disparó cuatro flechas, pero no le acertó con ninguna. Habiendo fallado los cuatro tiros, se marchó. Mixcóatl volvió más tarde y buscó a la mujer. Cuando la encontró cerca de una caverna, volvió ella a mostrarle sus vergüenzas y él a dispararle, con idéntico resultado. Visto esto, Mixcóatl tomó a Chimalman, se echó con ella y la preñó.

Cuando nació ” Uno-Caña ” ( Quetzalcóatl ), afligió mucho a su madre durante cuatro días; inmediatamente después de nacer, murió su madre. Con posterioridad, la diosa Cihuacóatl-Quilaztli crió a Quetzalcóatl y lo convirtió en un gran guerrero.
Quetzalcóatl y Tezcatlipoca

Con frecuencia vemos en las historias la relación entre Quetzalcóalt y Tezcatlipoca. Tezcatlipoca, el ” Señor del Espejo Humeante ” , fue llevado por los toltecas al centro de México a finales del siglo X, y en los mitos aparece como gran adversario, además de corruptor, del virtuoso dios de este pueblo, Quetzalcóatl, y como su iniciador en la embriaguez y los placeres carnales.

Tezcatlipoca poseía más formas y nombres que ninguna otra deidad: por ejemplo, su identificación con Yaotl ( el Guerrero ) y Yoalli Ehecatl ( Viento Nocturno ) muestra su vínculo con la muerte, la guerra y el reino de la oscuridad.

Su posición destacada se reflejaba en la asociación simbólica con la imaginería del jaguar y sobretodo en su manifestación como Tepeyollotli, el “corazón de la montaña”.
Según la leyenda , cuando Tezcatlipoca quiso provocar la marcha de Quetzalcóatl, lo persuadió mediante engaños de que bebiera el pulque, la bebida sagrada.
Cuando Quetzalcóatl estuvo totalmente ebrio, el malvado Tezcatlipoca lo convenció para que yaciera incestuosamente con su hermana.

Cuando Quetzalcóatl se despertó y vio lo que había hecho, la vergüenza y el disgusto le obligaron a marcharse de la ciudad.

Otra perspectiva explica que, mientras que Quetzalcóatl exigía a sus súbditos sacrificios pacíficos (ofrendas de aves, jade, serpientes, mariposas), Tezcatlipoca impuso rituales más sangrientos y se produjo un enfrentamiento entre ambos, a consecuencia del cual Quetzalcóatl fue expulsado de Tula en el año 987. Se marchó con su séquito al golfo de México, se autoinmoló en una pira y renació como el planeta Venus.
En este mito , el de la serpiente emplumada, se explica que Quetzalcóatl bajó, tras su salida de Tula, al ” agua divina ” ( el Golfo de México ), ayunó durante cuatro días y se engalanó con sus mejores ropas. Después se autoinmoló en la pira funeraria, y mientras lo hacía surgían aves de las llamas.

Cuando el proceso acabó su corazón ascendió al cielo y se convirtió en Venus, la estrella Matutina. Así, el dios simboliza la muerte y la resurrección.
En otra versión, Quetzalcóatl embarcó en una balsa de serpientes y desapareció por el horizonte oriental.

Según una profecía, regresaría algún día, y esta creencia fue explotada por Hernán Cortés, a quien el rey azteca Moctezuma creyó Quetzalcóatl, que había vuelto para tomar posesión de su reino, cuando el conquistador desembarcó en México en 1519.

Los mitos de los soles

La cosmología mesoamericana divide el universo en cinco partes: cuatro puntos cardinales y el centro . Las cuatro direcciones del mundo correspondían a los cuatro hijos de Ometecuhtli, cada una de las cuales encierra importantes valores simbólicos.
El concepto de dualidad es omnipresente en el pensamiento azteca y se personifica en Ometecuhtli, ser cósmico primordial de carácter dual que mantiene la vida desde su posición en el ” ombligo de la tierra “.
Posee aspectos masculino y femenino ( Ometeotl y Omecihuatl ), lo que le permite parir a los cuatro Tezcatlipocas como padre y como madre.

Así, al principio existía Ometecuhtli, Señor de la Dualidad autocreado, que también se presentaba en sus aspectos masculino y femenino como Ometeotl y Omecihuatl.
Los hijos de esta pareja cósmica fueron los cuatro Tezcatlipocas. El Tezcatlipoca Rojo, también llamado Xipe Topec ( el dios desollado ), se asociaba con el este; el Azul o Huitzilopochtli con el sur; el Blanco o Quetzalcóatl con el oeste y el Negro, el Señor del Cielo Nocturno, con el norte. A estos cuatro se añadían Tlaloc, dios de la lluvia, y su consorte, la diosa del agua Chalchiuhtlicue.
Los enfrentamientos entre estas deidades, enzarzadas en una lucha cósmica por la supremacía, desembocaron en la creación y destrucción de cinco eras o ” soles ” mundiales sucesivos, cada uno de ellos identificado por la forma concreta de cataclismo que lo sumergía .
El primer sol estaba regido por Tezcatlipoca y se conocía como ” Cuatro-Jaguar “.
Al cabo de 676 años, Quetzalcóatl arrojó al agua a Tezcatlipoca y la tierra fue consumida por los jaguares.
Después, Quetzalcóatl presidió el segundo sol, conocido como ” Cuatro-Viento “.

Esta era acabó cuando Tezcatlipoca se vengó y destronó a Quetzalcóatl, quien fue arrastrado por un gran huracán.
El tercer sol, llamado ” Cuatro-Lluvia “, estaba dominado por el fuego y regido por el dios de la lluvia, Tlaloc. Acabó cuando el dios Quetzalcóatl envió una gran lluvia que consumió la tierra.
A continuación vino el cuarto sol, ” Cuatro-Agua “,que se suele identificar con Chalchiuhtlicue, diosa del agua, y tocó a su fin cuando el mundo quedo sumergido por un diluvio y las personas se transformaron en peces.
A la zaga de estos mundos imperfectos vino la creación más portentosa, el quinto sol.

El quinto sol

Los cataclismos que destruyeron los cuatro soles anteriores dejaron un vacío en el orden cósmico. Los dioses ofrecieron a las gentes de Mesoamérica una última y efímera oportunidad de vivir al crear y sustentar el quinto sol, la era actual.
El quinto sol fue creado en Teotihuacán cuando el dios Nanahuatzin se arrojó a una hoguera y se transformó místicamente en el sol naciente.

Pero al principio estaba inmóvil, y los demás dioses sacrificaron su sangre para proporcionarle energía para el movimiento celeste. Por eso se conoce la quinta era del mundo como ” Cuatro-Movimiento “.

Su génesis única sentó un precedente mítico para la idea azteca de que la vida del universo sólo puede prolongarse mediante el sacrificio. Sin embargo, se trata de una concesión temporal de los dioses, pues los terremotos también destruirán el quinto sol.
El signo ” Cuatro-Movimiento” encarnaba el concepto del sacrificio humano que impregnaba la religión azteca, que encontró expresión física en el gran calendario de piedra, disco tallado de este material de unos cuatro metros de ancho con la imagen central del rostro de Tonatiuh, dios del sol, rodeada por el signo ” Cuatro-Movimiento “.
Hallado en 1790 cerca del Templo Mayor de Ciudad de México , este objeto de complicada factura representa los principales elementos de la quinta creación. Los aztecas concebían a Tonatiuh como manifestación de su deidad guerrera tribal, Huizilopochtli.

En el complejo simbolismo se aprecia la manipulación de la mitología para justificar la guerra y el sacrificio y expresar estos aspectos de la vida en términos cosmológicos.
La cara de Tonatiuh está flanqueada a ambos lados por dos garras enormes aferradas a su alimento: corazones humanos, tema en el que se profundiza aún más con la lengua, imagen del cuchillo sacrificial de sílex u obsidiana con el que los sacerdotes arrancaban el corazón a sus víctimas.

Según las creencias aztecas, la sangre humana contiene una esencia líquida preciosa denominada chalchihuatl, único alimento adecuado para los dioses. En torno a la imagen del dios del sol hay cuatro figuras encerradas que representan los cuatro soles anteriores, los dedicados al jaguar, el viento, el fuego y el agua. Y alrededor de ellos están los glifos ( emblemas ) de los signos de los veinte días del calendario sagrado o tonalpohualli, y representaciones simbólicas de Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Tlaloc.

El mito del origen del hombre
La leyenda explica que, después de la creación del quinto sol, hubo que volver a crear a la raza humana, que había sido destruida en las confrontaciones anteriores .
Así pues, se consultaron los dioses y se dijeron: ¿El cielo ha sido construido, pero quienes, oh dioses, habitarán la tierra?. Dicho esto, Quetzacóatl bajo al inframundo, llamado Mictlan; llegó al señor y a la señora del reino de los muertos y dijo: ” He venido por los huesos preciosos que tú guardas”. Aquel contestó: “¿Qué harás tú con ellos, Quetzalcóatl?” Otra vez dijo este: ” Los dioses tratan de hacer con ellos quien habite sobre la tierra”. De nuevo dijo el dios de los muertos: ” Sea en buena hora. Toca mi caracol y llévalo cuatro veces alrededor de mi asiento de piedras preciosas”. Pero él no usó el caracol del dios de la muerte: Quetzalcóatl llamó a los gusanos, que le hicieron agujeros, e inmediatamente entraron allí las abejas grandes y las montesas, que lo tocaron, y lo oyó el dios de los muertos. Otra vez dijo este: ” Está bien, tómalos “. Después el dios de los muertos se arrepintió y dijo a sus mensajeros, los moradores del inframundo: ” Id a decirle, dioses, que ha de venir a dejarlos “.

Pero Quetzalcóatl respondió: ” No, me los llevo para siempre “. Pronto subió Quetzalcóatl a la tierra. Luego que cogió los huesos preciosos, estaban juntos en un lado los huesos de varón, y también juntos, de otro lado, los huesos de mujer. Tan pronto como los tomó, Quetzalcóatl hizo de ellos un lío, que se trajo. Otra vez les dijo el dios de los muertos a sus mensajeros: “¡Dioses! De veras se llevó Quetzalcóatl los huesos preciosos. ¡Dioses! Id a hacer un hoyo en su camino”.
Ellos fueron a hacerlo, y por caerse en el hoyo, se golpeó y le espantaron las codornices; cayó desmayado y esparció por el suelo los huesos preciosos, que luego mordieron y royeron las codornices. A poco volvió en sí Quetzalcóatl, y lloró y dijo a su nagual: “¿Cómo será esto, nagual mío?” El cual dijo: “¡Cómo ha de ser! Que se echó a perder la empresa”. Luego los recogió, los juntó e hizo un lío, que inmediatamente llevó a Tamoanchan.
Después que los hizo llegar, los molió la diosa Cihuacóatl – Quilaztli, que a continuación los echó a una vasija preciosa. Sobre él se sangró Quetzalcóatl su miembro; y en seguida hicieron penitencia todos los dioses. Se dice, que después nacieron los hombres, puesto que los dioses habían hecho el sacrificio de su sangre sobre ellos.

Ehecatl, dios del viento

Se asociaba a Ehecatl con los cuatro puntos cardinales, porque el viento sopla en todas direcciones. Sus templos tenían forma cilíndrica, con el fin de ofrecer menos resistencia al viento. En algunos casos se le representa con dos máscaras por las que penetra el viento.
Según el mito azteca, tras la destrucción del cuarto sol los dioses se reunieron en Teotihuacán, y Nanahuatzin y Tecciztecatl se arrojaron al fuego sacrificial y se convirtieron en el sol y la luna. Quedaron inmóviles hasta que Ehecatl sopló con fuerza sobre ellos: al principio, sólo se movió el sol pero cuando el astro se puso en el ocaso, también se movió la luna.
En realidad, Ehecatl es una personificación del dios Quetzalcóatl. Se le representaba como Ehecatl con los símbolos de la concha, la máscara de la trompeta de viento y el quetzal, con las plumas de la cola de color verde iridiscente.