EL EVANGELIO DEL MAHARSHI Las Enseñanzas de Sri Ramana Maharshi

EL  EVANGELIO  DEL
MAHARSHI

Las Enseñanzas
de
Sri Ramana Maharshi

EL EVANGELIO DEL MAHARSHI

LIBROS I y II

Respuestas de
BHAGAVAN SRI RAMANA MAHARSHI
a Preguntas hechas a Él por los Devotos

PUBLICADO POR PRIMERA VEZ EN OCASIÓN
del
JUBILEO DEL DIAMANTE
de
Bhagavan Sri Ramana Maharshi
27 de Diciembre de 1939

PREFACIO

En respuesta al sincero anhelo de un gran número de Devotos de Bhagavan Sri Ra-mana, las respuestas a algunas de las preguntas hechas a Él reiteradamente se han im-preso en forma de un libro bajo el título EL EVANGELIO DEL MAHARSHI para el be-neficio del mundo en general.
Estas preguntas surgen alguna vez a muchos de nosotros, y nosotros luchamos con nosotros mismos para resolverlas. Las respuestas dadas por el Maharshi son la quintae-sencia de la Sabiduría Divina; y basadas, como están, en Su Conocimiento y Experiencia directos, Sus respuestas son de inestimable valor para el buscador sincero de la Verdad.
La profunda Verdad del Advaita, de que la única y sola Realidad es el Sí mismo Ab-soluto o el Brahmán, no ha sido expuesta en ninguna parte más lúcidamente que en estas páginas. Debido a que, por una parte, Bhagavan Sri Ramana habla sobre la base de la Experiencia más alta que es la Suya, y a que, por otra parte, el aspirante busca conocer la Verdad desde el punto de vista de la comprensión común del lego.
La Verdad es la misma para todos, y Sri Bhagavan dirige al aspirante sincero a inda-gar y a examinar críticamente su propia experiencia íntima, y a buscar por sí mismo el Centro de su ser, el Corazón, que es eternamente idéntico con la única Realidad última, de la que todo lo demás, que se ve o se conoce, es meramente una manifestación fe-noménica.
Cada palabra que sale de los labios del Sabio es de la esencia de la Sabiduría Upa-nisádica, de la cual Él mismo es la Incorporación  Suprema.
El lector devoto encontrará en estas paginas consejos prácticos, y adquirirá la con-vicción de que su naturaleza esencial es Divina; y es esta convicción lo que puede sos-tenerle en su esfuerzo espiritual.
El Evangelio del Maharshi es verdaderamente el Evangelio de la Verdad.

CONTENIDOS

LIBRO I

Capítulo Título Página

I . Trabajo y Renunciación 7
II. Silencio y Soledad 13
III. El Control de la Mente 15
IV. Bhakti y Jnana 19
V. Sí mismo e Individualidad 21
VI. La Realización del Sí mismo 24
VII. El Gurú y Su Gracia 27
VIII. La Paz y la Felicidad 31

LIBRO II

Capítulo Título Página

I. La Auto-indagación 33
II. La Sadhana y la Gracia 39
III. El Jnani y el Mundo 42
IV. El Corazón es el Sí mismo 48
V. El Lugar del Corazón 52
VI. Aham y Aham-vritti 57
Glosario 62

EL EVANGELIO DEL MAHARSHI

LIBRO I

EL EVANGELIO DEL MAHARSHI

I

TRABAJO Y RENUNCIACIÓN

Discípulo. ¿Cuál es la meta más alta de la experiencia espiritual para el hombre?
Maharshi. La Realización del Sí mismo.
D. ¿Puede un hombre casado realizar el Sí mismo?
M. Ciertamente. Casado o soltero, un hombre puede realizar el Sí mismo; porque Eso es aquí y ahora. Si ello no fuera así, sino obtenible por algún esfuerzo en algún mo-mento, y si fuera algo nuevo que tuviera que ser adquirido, no sería digno de bus-car. Porque, lo que no es natural no es permanente tampoco. Pero lo que yo digo es que el Sí mismo es aquí y ahora, y solo.
D. Una muñeca de sal que se sumerge en el mar no será protegida por un impermeable. Este mundo en el que nosotros tenemos que trabajar indefinidamente es como el océano.
M. Sí, la mente es el impermeable.
D. Así pues, ¿puede uno estar ocupado en el trabajo y, libre de deseo, mantener su pro-pia soledad?
M. Sí. El trabajo hecho con apego es una esclavitud, mientras que el trabajo hecho con desapego no afecta al hacedor. Él está, incluso mientras trabaja, en soledad. Darse a su deber es el verdadero Namaskar… y solo morar en Dios es el verdadero Asan.
D. ¿No debo renunciar a mi hogar?
M. Si ese hubiera sido su destino la pregunta no habría surgido.
D. ¿Por qué entonces abandonó usted su hogar en su juventud?
M. No ocurre nada excepto por la dispensación Divina. El curso de la conducta de uno en esta vida está determinado por el prarabdha de uno.
D. ¿Es bueno dedicar todo mi tiempo a la búsqueda del Sí mismo? Si eso es imposible, ¿debo meramente mantenerme quiescente?
M. Si usted puede mantenerse quiescente, sin comprometerse en ninguna otra ocupación, es muy bueno. Si eso no puede hacerse, ¿cuál es la utilidad de estar quiescente en lo que concierne a la Realización? Aunque una persona esté obligada a estar activa, que no abandone los intentos de realizar el Sí mismo.
D. ¿No afectan las acciones de uno en nacimientos posteriores?
M. ¿Es usted un nacido ahora? ¿Por qué piensa en otros nacimientos? El hecho es, que no hay ni nacimiento ni muerte. ¡Qué el que ha nacido piense en la muerte y en el paliativo de ella!
D. ¿Puede usted mostrarnos a los muertos?
M. ¿Sabían sus parientes antes de su nacimiento que usted buscaría conocerlos después de su muerte?
D. ¿Cómo cuadra un Grihasta (hogareño) en el esquema de Moksha? ¿No debe devenir necesariamente un Sannyasin (mendicante) para obtener la Liberación?
M. ¿Por qué piensa usted que es un Grihasta? Pensamientos similares de que usted es un Sannyasin le perturbarán, incluso si usted sale como un Sannyasin. Tanto si usted continúa en la casa como si renuncia a ella y se va al bosque, su mente le per-turbará. El ego es la fuente del pensamiento. Crea el cuerpo y el mundo, y hace que piense que usted es un Grihasta. Si usted renuncia, solo sustituirá el pensa-miento de Grihasta por el de Sannyasa, y el entorno de la casa por el del bosque. Pero los obstáculos mentales están siempre ahí para usted. Incluso aumentan grandemente en los nuevos ambientes. No es de ninguna ayuda cambiar el entor-no. El único obstáculo es la mente; debe ser vencida tanto en casa como en el bosque. Si usted puede hacerlo en el bosque, ¿por qué no en la casa? Por consi-guiente, ¿por qué cambiar el entorno? Sus esfuerzos pueden ser hechos ahora, cualquiera que sea el entorno.
D. ¿Es posible tener Samadhi mientras se está ocupado en el trabajo mundano?
M. La sensación «yo trabajo» es el obstáculo. Pregúntese a usted mismo «¿quién traba-ja?» Recuerde quien es usted. Entonces el trabajo no le atará; tendrá lugar automá-ticamente.
No haga ningún esfuerzo ni para trabajar ni para renunciar; su esfuerzo es la esclavi-tud. Lo que está destinado a acontecer, acontecerá. Si usted está destinado a no trabajar, el trabajo no puede ser tenido incluso si usted lo persigue; si usted está destinado a trabajar, no será capaz de evitarlo; usted será forzado a comprometerse en él. Así pues, déjelo al Poder Más Alto; usted no puede renunciar o retener a su elección.
D. Bhagavan dijo ayer que mientras uno está entregado a la búsqueda de Dios «dentro», el trabajo «exterior» proseguiría automáticamente. En la vida de Sri Chaitanya se dice que durante sus enseñanzas a los estudiantes, él estaba en realidad buscando a Krishna (el Sí mismo) dentro, olvidaba todo sobre su cuerpo y continuaba hablan-do sólo de Krishna. Esto suscita una duda de si el trabajo puede ser dejado con se-guridad a él mismo. ¿Debe uno mantener parte de la atención en el trabajo físico?
M. El Sí mismo es todo. ¿Es usted aparte del Sí mismo? ¿O puede el trabajo proseguir sin el Sí mismo? El Sí mismo es universal; así pues, todas las acciones proseguirán tanto si usted se obliga a comprometerse en ellas como si no. El trabajo proseguirá por sí mismo. Es así como Krishna dijo a Arjuna que no necesitaba afligirse por matar a los Kauravas; ellos ya estaban muertos por Dios. No era incumbencia suya resolver si actuaba y afligirse por ello, sino permitir a su propia naturaleza llevar a cabo la voluntad del Poder Más Alto.
D. Pero el trabajo puede sufrir si yo no lo atiendo.
M. Atender al Sí mismo significa atender al trabajo. Debido a que usted se identifica con el cuerpo, usted piensa que el trabajo es hecho por usted. Pero el cuerpo y sus actividades, incluyendo ese trabajo, no son aparte del Sí mismo. ¿Qué importa si usted atiende al trabajo o no? Suponga que usted camina de un lugar a otro; usted no atiende a los pasos que da. No obstante, después de un tiempo, usted se en-cuentra en su meta. Vea como el asunto de caminar tiene lugar sin que usted lo atienda. Similarmente también con otros tipos de trabajo.
D. Es entonces como caminar dormido.
M. ¿Como el sonambulismo? Completamente así. Cuando un niño está profundamente dormido, su madre le alimenta; el niño toma el alimento como cuando está com-pletamente despierto. Pero, a la mañana siguiente, el niño dice a la madre, «Madre, yo no tomé alimento la noche pasada». La madre y los otros saben que comió, pero él dice que no; él no estaba consciente. Pero la acción había tenido lugar.
Un viajero en un carro ha caído dormido. Los bueyes se mueven, están quietos o son desuncidos durante el viaje. Él no sabe estos acontecimientos, pero se encuentra en un lugar diferente después de que despierta. Él ha sido felizmente ignorante de los acontecimientos en el camino, pero el viaje se ha llevado a cabo. Similarmente con el Sí mismo de una persona. El Sí mismo siempre despierto es comparado al viajero dormido en el carro. El estado de vigilia es el movimiento de los bueyes; el Samadhi es su estar quietos (porque Samadhi significa Jagrat-Sushupti, es decir, la persona es consciente pero no está implicada en la acción; los bueyes están uncidos pero no se mueven); el sueño profundo es el desuncido de los bueyes, puesto que hay una completa detención de la actividad que corresponde a quitarles el yugo a los bueyes.
O también, tome el ejemplo del cine. Las escenas son proyectadas sobre la pantalla en la sesión de cine. Pero las imágenes que se mueven no afectan ni alteran la pan-talla. El espectador presta atención a ellas, no a la pantalla. Ellas no pueden existir aparte de la pantalla, aunque la pantalla es ignorada. Así también, el Sí mismo es la pantalla donde se ve que tienen lugar las imágenes, las actividades etc. El hombre es consciente de éstas, pero no es consciente del Sí mismo. Sin embargo, el mundo de las imágenes no es aparte del Sí mismo. Tanto si el hombre es consciente de la pantalla como si es inconsciente, las acciones continuaran.
D. Pero hay un operador en el cine.
M. La sesión de cine está hecha de materiales insencientes. La lámpara, las imágenes, la pantalla etc., son todos insencientes, y así ellos necesitan un operador, el agente senciente.
Por otra parte, el Sí mismo es Consciencia absoluta, y, por consiguiente, auto-contenido. No puede haber un operador aparte del Sí mismo.
D. Yo no estoy confundiendo el cuerpo con el operador; más bien, me estoy refiriendo a las palabras de Krishna en el versículo 61, Capítulo XVIII de la Gita: «El Señor, oh Arjuna, mora en el corazón de cada ser, y Él, por Su poder ilusorio, hace que todos los seres giren como si estuvieran en una máquina».
M. Las funciones del cuerpo que implican la necesidad de un operador, nacen en la mente; puesto que el cuerpo es jada o insenciente, es necesario un operador sen-ciente. Debido a que las gentes piensan que ellos son jivas, Krishna dijo que Dios reside en el Corazón como el Operador de los jivas. En realidad, no hay ningún ji-va ni ningún Operador, por así decir, fuera de ellos; el Sí mismo comprende todo. El Sí mismo es la pantalla, las imágenes, el veedor, los actores, el operador, la luz, el teatro y todo lo demás. Que usted confunda el Sí mismo con el cuerpo y que se imagine a usted mismo el actor, es como si el veedor se representara a sí mismo como un actor en la sesión de cine. ¡Imagine al actor preguntando si puede repre-sentar una escena sin la pantalla! Tal es el caso del hombre que piensa en sus ac-ciones aparte del Sí mismo.
D. Por otra parte, es como pedir al espectador que actué en la película. Así pues, ¡de-bemos aprehender el sueño profundo en la vigilia!
M. Las acciones y los estados son según el propio punto de vista de uno. Un cuervo, un elefante, una serpiente, cada uno hace uso de un miembro para dos propósitos al-ternativos. Con un ojo el cuervo mira a cualquiera de ambos lados; para el elefante la trompa sirve al propósito tanto de la mano como de la nariz, y la serpiente ve y oye con sus ojos. Ya sea que usted diga que el cuervo tiene un ojo u ojos, o que se refiera a la trompa del elefante como «mano» o como «nariz», o que llame a los ojos de la serpiente sus oídos, todo esto significa lo mismo. Similarmente, en el caso del Jnani, el sueño profundo en la vigilia o la vigilia en el sueño profundo o el sueño profundo en el sueño con sueños o la vigilia en el sueño con sueños, son todos la misma cosa.
D. ¡Pero nosotros tenemos que tratar con un cuerpo físico en un mundo físico, en el mundo de la vigilia! Si nosotros dormimos mientras el trabajo tiene lugar, o inten-tamos trabajar mientras dormidos, el trabajo irá mal.
M. El sueño profundo no es ignorancia, es el estado puro de uno; la vigilia no es cono-cimiento, es ignorancia. Hay pleno conocimiento en el sueño profundo y total ig-norancia en la vigilia. Su naturaleza real cubre a ambos y se extiende más allá. El Sí mismo es más allá del conocimiento y de la ignorancia. Los estados de sueño profundo, sueño con sueños y vigilia son solo modos que pasan ante el Sí mismo; ellos tienen lugar tanto si usted es consciente de ellos como si no. El estado del Jnani es ese, en quien pasan los estados de samadhi, vigilia, sueño con sueños y sueño profundo, como los bueyes que se mueven, están quietos, o son desuncidos, mientras el pasajero está dormido. Estas respuestas son desde el punto de vista del ajnani; en caso contrario, esas preguntas no surgirían.
D. Por supuesto, no pueden surgir para el Sí mismo. ¿Quién habría para preguntar? ¡Pero desafortunadamente, yo todavía no he realizado el Sí mismo!
M. Eso es justo el obstáculo en su camino. Debe deshacerse de la idea de que usted es un ajnani y de que todavía tiene que realizar el Sí mismo. Usted es el Sí mismo. ¿Ha habido nunca un tiempo en que usted no fuera conocedor de ese Sí mismo?
D. Así pues, ¿nosotros debemos experimentar el sueño profundo en la vigilia… o el día en el sueño con sueños?
M. (Risas)
D. Yo mantengo que el cuerpo físico del hombre inmerso en Samadhi, como resultado de una «contemplación»  sostenida del Sí mismo, puede devenir sin movimiento por esa razón. Puede estar activo o inactivo. La mente establecida en esa «con-templación» no será afectada por los movimientos del cuerpo o los sentidos; el precursor de la actividad física no es la perturbación de la mente. Mientras que otra persona sostiene que la actividad física impide ciertamente el Samadhi o la «contemplación» sostenida. ¿Cuál es la opinión de Bhagavan? Usted es la prueba permanente de mi afirmación.
M. Ambos están acertados: usted se refiere a Sahaja Nirvikalpa Samadhi y el otro se refiere a Kevala Nirvikalpa Samadhi. En el último caso la mente está inmersa en la Luz del Sí mismo (mientras que la misma, es decir, la mente, está en la oscuridad de la ignorancia en el sueño profundo); y el sujeto hace una distinción entre el Samadhi y la actividad después de despertar del Samadhi. Además, la actividad del cuerpo, de la visión, de las fuerzas vitales y de la mente, y la cognición de los objetos, todos éstos son obstrucciones para el que busca realizar el Kevala Nirvi-kalpa Samadhi.
Sin embargo, en Sahaja Samadhi la mente se ha disuelto en el Sí mismo y ha sido perdida. Por consiguiente, las diferencias y obstrucciones mencionadas arriba no existen aquí. Las actividades de un tal Ser son como la alimentación de un niño dormido, perceptible para el espectador pero no para el sujeto. El viajero dormido en el carro en movimiento no es consciente del movimiento del carro, porque su mente está sumergida en la oscuridad. Mientras que el Sahaja Jnani permanece inconsciente de sus actividades corporales porque su mente está muerta, al haberse disuelto en el éxtasis de Chidananda (Felicidad del Sí mismo).

Nota: — La distinción entre sueño profundo, Kevala Nirvikalpa Samadhi y Sahaja Nirvikalpa Samadhi pueden ponerse claramente en una forma tabular como la dada por Sri Bhagavan:

Sueño profundo

Kevala Nirvikalpa Samadhi
Sahaja Nirvikalpa Samadhi
(1) la mente está viva;
(2) sumergida en el olvido (1) la mente está viva;
(2) está sumergida en la Luz;
(3) como un cubo atado a la soga, y dejado en el agua de un pozo;
(4) ha de ser sacado tirando del otro extremo de la soga.
(1) la mente está muerta;
(2) disuelta en el Sí mismo;
(3) como un río que ha des-embocado en el océano y que ha perdido su identidad;
(4) un río no puede ser de-vuelto desde el océano.

La mente del Sabio que ha realizado el Sí mismo está enteramente destruida. Está muerta. Pero para el espectador, puede parecer que él posee una mente como el lego. Por consiguiente, el «yo» en el Sabio tiene meramente una aparente realidad «objetiva»; de hecho, sin embargo, no tiene ni una existencia subjetiva ni una rea-lidad objetiva.

II

SILENCIO Y SOLEDAD

D. ¿Es útil un voto de silencio?
M. El Silencio interno es la auto-entrega. Y eso es vivir sin el sentido de ego.
D. ¿Es necesaria la soledad para un Sannyasin?
M. La soledad está en la mente de un hombre. Uno puede estar en la espesura del mun-do y, sin embargo, mantener una perfecta serenidad de mente; una persona tal está siempre en soledad. Otro puede estar en el bosque, y, sin embargo, ser incapaz de controlar su mente. De ese tal no puede decirse que esté en soledad. La soledad es una actitud de la mente; un hombre apegado a las cosas de la vida no puede tener soledad, esté donde esté. Un hombre desapegado está siempre en soledad.
D. ¿Qué es Mouna?
M. Ese Estado que trasciende el lenguaje y el pensamiento es Mouna; es meditación sin actividad mental. La subyugación de la mente es meditación; la meditación pro-funda es el lenguaje eterno. El silencio está hablando siempre; es el flujo de «len-guaje» perenne. Él es interrumpido por el habla; pues las palabras obstruyen este «lenguaje» mudo. Las charlas pueden entretener a los individuos durante horas sin mejorarlos. Por otro lado, el silencio es permanente y beneficia a toda la humani-dad… Por silencio se entiende elocuencia. Las charlas orales no son tan elocuentes como el silencio. El silencio es elocuencia incesante… El silencio es el mejor lenguaje.
Hay un estado en el que cesan las palabras y prevalece el silencio.
D. ¿Cómo entonces podemos comunicar nuestros pensamientos unos a otros?
M. Eso deviene necesario si el sentido de dualidad existe…
D. ¿Por qué Bhagavan no viaja y predica la Verdad a las gentes en general?
M. ¿Cómo sabe usted que no lo estoy haciendo? ¿Consiste predicar en subir a un estrado y arengar a las gentes de alrededor? La predicación es simple comunicación de Conocimiento; realmente, sólo puede hacerse en silencio. ¿Qué piensa usted de un hombre que escucha un sermón durante una hora y que se va sin haber sido im-presionado por él como para cambiar su vida? Compárale con otro, que se sienta en una Presencia sagrada y que se va después de algún tiempo con su visión de la vida totalmente cambiada. ¿Qué es mejor, predicar en voz alta sin efecto o sentar-se silentemente enviando Fuerza Interna?
Además, ¿cómo surge el habla? Hay Conocimiento abstracto, de donde surge el ego, que, a su vez, da origen al pensamiento, y el pensamiento a la palabra hablada. Así pues, la palabra es el biznieto de la Fuente original. Si la palabra puede producir efecto, juzgue por usted mismo, ¡cuánto más poderosa debe ser la Predicación a través del Silencio! Pero las gentes no comprenden esta verdad simple y desnuda, la Verdad de su día a día, siempre presente, experiencia eterna. Esta Verdad es la del Sí mismo. ¿Hay alguien inconsciente del Sí mismo? Pero a ellos no les gusta escuchar nada de esta Verdad, mientras que están ansiosos de saber qué hay más allá, de saber del cielo, del infierno y de la reencarnación.
Debido a que aman el misterio y no la Verdad, las religiones les entretienen, para así, finalmente poder llevarlos de vuelta al Sí mismo. Cualesquiera que sean los medios adoptados, finalmente usted debe volver al Sí mismo; así pues, ¿por qué no morar en el Sí mismo aquí y ahora? Para ser un espectador de, o para especular sobre los otros mundos, el Sí mismo es necesario; por consiguiente, ellos no son diferentes del Sí mismo. Incluso el hombre ignorante, cuando ve los objetos, ve solo el Sí mismo.

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  • Crow

    III

    EL CONTROL DE LA MENTE

    D. ¿Cómo puedo controlar la mente?
    M. No hay ninguna mente que controlar si se realiza el Sí mismo. El Sí mismo brilla cuando la mente se desvanece. En el hombre realizado la mente puede estar activa o inactiva, pero sólo existe el Sí mismo, pues la mente, el cuerpo y el mundo no están separados del Sí mismo; y ellos no pueden permanecer aparte del Sí mismo. ¿Pueden ellos ser otros que el Sí mismo? Cuando se es consciente del Sí mismo ¿por qué debe uno preocuparse por estas sombras? ¿Cómo afectan ellas al Sí mismo?
    D. Si la mente es meramente una sombra ¿cómo entonces ha de conocer uno al Sí mis-mo?
    M. El Sí mismo es el Corazón, auto-luminoso. La iluminación surge del Corazón y al-canza el cerebro, que es la sede de la mente. El mundo es visto con la mente; así pues, usted ve el mundo por la luz reflejada del Sí mismo. El mundo es percibido por un acto de la mente. Cuando la mente es iluminada, es consciente del mundo; cuando no es iluminada, no es consciente del mundo.
    Si la mente se vuelve hacia la Fuente de iluminación, el conocimiento objetivo cesa, y solo el Sí mismo brilla como el Corazón.
    La luna brilla por el reflejo de la luz del sol. Cuando el sol se ha puesto, la luna es útil para mostrar los objetos. Cuando el sol ha salido, nadie necesita a la luna, aunque su disco es visible en el cielo. Así es con la mente y el Corazón. La mente se hace útil por su luz reflejada. Se usa para ver los objetos. Cuando se vuelve hacia dentro, se sumerge en la Fuente de iluminación que brilla por Ella misma, y la mente es entonces como la luna durante el día.
    Cuando está oscuro, es necesaria una lámpara para dar luz. Pero cuando el sol ha sa-lido, no hay ninguna necesidad de la lámpara; los objetos son visibles. Y para ver el sol, no es necesaria ninguna lámpara, es suficiente con que vuelva usted sus ojos hacia el sol auto-luminoso. Similarmente con la mente; para ver los objetos es necesaria la luz reflejada de la mente. Para ver el Corazón es suficiente que la mente se vuelva hacia él. Entonces la mente no cuenta y el Corazón es auto-fulgente.
    D. Después de dejar este Asramam en Octubre, fui consciente de la Paz que prevalece en la Presencia de Sri Bhagavan envolviéndome por unos diez días. Mientras es-taba ocupado en mi trabajo, había constantemente una corriente subterránea de esa paz en la unidad; era casi como la consciencia dual que uno experimenta mientras está medio dormido en una lección aburrida. Entonces se desvaneció enteramente; y las viejas estupideces vinieron en su lugar. El trabajo no deja ningún tiempo para la meditación separada. ¿Es suficiente recordarse a uno mismo constantemente «yo soy», mientras se trabaja?
    M. (Tras una corta pausa). Si usted fortalece la mente, esa paz continuara todo el tiempo. Su duración es proporcional a la fuerza de la mente adquirida por la práctica repetida. Y una mente tal es capaz de abarcar la corriente. En ese caso, se dé usted o no al trabajo, la corriente permanece inafectada e ininterrumpida. No es el traba-jo lo que obstaculiza, sino la idea de que es usted quien lo está haciendo.
    D. ¿Es necesaria una meditación sentado para fortalecer la mente?
    M. No, si usted tiene siempre la idea de que ella no es su obra. Al principio, el esfuerzo es necesario para que usted se acuerde de ella, pero después ella deviene natural y continua. El trabajo proseguirá por sí solo, y su paz permanecerá imperturbable.
    La meditación es su verdadera naturaleza. Usted la llama meditación ahora, debido a que hay otros pensamientos que le distraen. Cuando estos pensamientos son disi-pados, solo queda usted —es decir, en el estado de meditación libre de pensa-mientos; y esa es su naturaleza real, que ahora usted está intentando obtener des-echando otros pensamientos. Ese desechar otros pensamientos es llamado ahora meditación. Pero cuando la práctica deviene firme, la naturaleza real se muestra a sí misma como verdadera meditación.
    D. ¡Cuando uno intenta la meditación, otros pensamientos surgen con más fuerza!
    M. Sí, en la meditación surgen todo tipo de pensamientos. Eso es correcto; puesto que lo que está oculto en ti sale fuera. A menos que salga, ¿cómo puede ser destruido? Los pensamientos surgen espontáneamente, por así decir, pero solo para ser extin-guidos de la forma debida, fortaleciendo así la mente.
    D. Hay veces en que las personas y las cosas toman una forma vaga, casi transparente, como en un sueño. Uno cesa de observarlos como si estuvieran fuera, pero es pa-sivamente consciente de su existencia, mientras no activamente consciente de ningún tipo de sí mismidad. Hay una profunda quiescencia en la mente. ¿Es en ta-les veces ocasiones cuando uno está listo para sumergirse en el Sí mismo? ¿O es esta condición enfermiza, el resultado del auto-hipnotismo? ¿Debe ser fomentada como algo que produce una paz temporal?
    M. Hay Consciencia junto con quiescencia en la mente; éste es exactamente el estado al que apuntar. El hecho de que la pregunta ha sido formulada sobre este punto, sin realizar que es el Sí mismo, muestra que el estado no es estable sino casual.
    La palabra «sumergirse» es apropiada cuando hay tendencias hacia el exterior; y cuando, por consiguiente, la mente tiene que ser dirigida y vuelta hacia dentro, hay una submersión bajo la superficie de las externalidades. Pero cuando la quiescencia prevalece sin obstruir la Consciencia, ¿dónde está la necesidad de sumergirse? Si ese estado no ha sido realizado como el Sí mismo, el esfuerzo que hay que hacer puede ser llamado «submersión». En este sentido el estado puede decirse que es apropiado para la realización o la submersión. Así pues, las dos últimas preguntas que ha hecho usted no surgen.
    D. La mente continua sintiéndose afectuosa hacia los niños, posiblemente porque la forma de un niño se usa a menudo para personificar lo Ideal. ¿Cómo puede ser aumentada esta preferencia?
    M. Adhiérase al Sí mismo. ¿Por qué piensa usted en los niños y en sus reacciones hacia ellos?
    D. Esta tercera visita a Tirunvannamalai parece haber intensificado el sentido del egoísmo en mí y hace la meditación menos fácil. ¿Es esta una fase pasajera sin importancia o un signo de que debo evitar tales lugares en el futuro?
    M. Es imaginario. Este lugar u otro están dentro de usted. Esas imaginaciones deben acabar; pues los lugares como tales no tienen nada que ver con las actividades de la mente. Tampoco sus medios ambientes son meramente un asunto de su elección individual; ellos están ahí, como una cuestión de hecho; y usted debe elevarse so-bre ellos y no enredarse en ellos.
    (Un muchacho de ocho años y medio se sentó en la sala sobre las cinco de la tarde, cuando Sri Bhagavan subió la Colina. Durante Su ausencia, el muchacho habló sobre yoga y Vedanta en tamil puro, simple y literario, citando libremente los di-chos de los Santos y las sagradas Escrituras. Cuando Sri Bhagavan entro en la sala, después de casi tres cuartos de hora, solo prevalecía el silencio. Durante veinte minutos el muchacho se sentó en la Presencia de Sri Bhagavan; no hablo ni una palabra, sino que sólo estuvo mirando-Le. Entonces las lágrimas fluyeron de sus ojos. Él las froto con su mano izquierda y poco después dejo el lugar diciendo que todavía esperaba la realización del Sí mismo).
    D. ¿Cómo debemos explicar las extraordinarias características del muchacho?
    M. Las características de su último nacimiento son fuertes en él. Pero por fuertes que sean, no se manifiestan salvo en una mente quiescente y calma. Está dentro de la experiencia de todos que los intentos de revivir la memoria a veces fallan, mientras que algo brilla en la mente cuando está quiescente y calma.
    D. ¿Cómo puede la mente rebelde ser hecha quiescente y calma?
    M. O bien usted ve su fuente de modo que desaparezca, o bien usted se entrega de modo que se desmorone. La entrega de sí mismo es lo mismo que el conocimiento de sí mismo, y ambos implican necesariamente el control de sí mismo. El ego sólo se somete cuando reconoce el Poder Más Alto.
    D. ¿Cómo puedo escapar del samsara, que parece ser la causa real de la inquietud de la mente? ¿No es la renunciación un medio efectivo para realizar la tranquilidad de la mente?
    M. El samsara está solo en su mente. El mundo no grita diciendo, «Aquí estoy yo, el mundo». Si lo hiciera, estaría siempre aquí, haciéndole sentir su presencia incluso en su sueño profundo. Sin embargo, puesto que no está en el sueño profundo, es impermanente. Al ser impermanente, carece de sustancia. Al no tener ninguna rea-lidad aparte del Sí mismo, es fácilmente subyugado por el Sí mismo. Solo el Sí mismo es permanente. La renunciación es la no-identificación del Sí mismo con el no-Sí mismo. Cuando la ignorancia que identifica al Sí mismo con el no-Sí mismo es eliminada, el no-Sí mismo cesa de existir, y eso es verdadera renunciación.
    D. ¿Podemos nosotros llevar a cabo acciones sin apego, incluso en ausencia de esa re-nunciación?
    M. Solo un Atma-jnani puede ser un buen Karma-yogui.
    D. ¿Condena Bhagavan la Filosofía Dwaita?
    M. Dwaita solo puede subsistir cuando usted identifica al Sí mismo con el no-Sí mismo. Adwaita es no-identificación.

    IV

    BHAKTI Y JNANA

    D. El Sri Bhagavata señala una vía para encontrar a Krishna en el Corazón postrándose a todo y mirando a todo como el Señor mismo. ¿Es éste el camino recto para la realización del Sí mismo? ¿No es más fácil adorar a Bhagavan en todo lo que la «mente» encuentra, que buscar lo Supramental a través de la indagación mental, «¿Quién soy yo?»?
    M. Sí, cuando usted ve a Dios en todo, ¿piensa usted en Dios o no? Usted debe cierta-mente pensar en Dios para ver a Dios en todo lo que ve. Mantener a Dios en su mente deviene dhyana y dhyana es la etapa antes de la Realización. La realización solo puede ser en el Sí mismo y del Sí mismo. No puede ser nunca aparte del Sí mismo; y dhyana debe precederla. Tanto si usted hace dhyana en Dios como en el Sí mismo, es irrelevante; puesto que la meta es la misma. Usted no puede, por ningún medio, escapar al Sí mismo. Usted quiere ver a Dios en todo, ¿pero no en usted mismo? Si todo esto es Dios, ¿no está usted incluido en ese todo? Siendo Dios usted mismo, ¿es un milagro que todo sea Dios? Éste es el método aconseja-do en el Sri Bhagavata, y en otras partes por otros. Pero incluso para esta práctica debe haber el veedor o el pensador. ¿Quién es él?
    D. ¿Cómo ver a Dios, Que es omnipenetrante?
    M. Ver a Dios es SER Dios. No hay ningún «todo» aparte de Dios para que Él lo pene-tre. Sólo Él es.
    D. ¿Debemos leer la Gita de vez en cuando?
    M. Siempre.
    D. ¿Cuál es la relación entre Jnana y Bhakti?
    M. El Estado natural, sostenido y eterno de morar en el Sí mismo es Jnana.
    Para morar en el Sí mismo usted debe amar al Sí mismo. Puesto que Dios es cierta-mente el Sí mismo, el amor del Sí mismo es amor de Dios; y eso es Bhakti. Jnana y Bhakti son así uno y lo mismo.
    D. Al hacer Nama-Japa durante una hora o más, caigo en un estado semejante al sueño profundo. Al despertar, recuerdo que mi japa ha sido interrumpido. Así pues, lo intento de nuevo.
    M. «Semejante al sueño profundo», eso es correcto. Es el estado natural. Debido a que usted está ahora asociado con el ego, considera que el estado natural es algo que interrumpe su trabajo. Así pues, usted debe tener la experiencia repetida hasta que se dé cuenta de que es su estado natural. Entonces encontrará que el japa es exter-no, pero, sin embargo, continuará automáticamente. Su duda presente se debe a esa falsa identidad, a saber, la de identificarse con la mente que hace el japa. Japa significa adherirse a un pensamiento a exclusión de todos los demás pensamientos. Ese es su propósito. El japa lleva a dhyana que acaba en la realización del Sí mismo o Jnana.
    D. ¿Cómo debo proseguir el Nama-japa?
    M. Uno no debe usar el Nombre de Dios mecánica y superficialmente sin el sentimiento de devoción. Para usar el Nombre de Dios uno debe implorar-Le con anhelo ar-diente y entregarse uno mismo sin reservas a Él. Solo después de esa entrega el Nombre de Dios está constantemente con el hombre.
    D. ¿Dónde está, entonces, la necesidad de la indagación o vichara?
    M. La entrega sólo puede tener efecto cuando se hace con pleno conocimiento en cuanto a lo que significa la verdadera entrega. Ese conocimiento viene después de la in-dagación y la reflexión, y acaba invariablemente en la auto-entrega. No hay nin-guna diferencia entre Jnana y la entrega absoluta al Señor, es decir, en pensamien-to, palabra y obra. Para ser completa, la entrega debe ser incuestionable; el devoto no puede comerciar con el Señor o demandar favores de Sus manos. Esa entrega completa comprende todo: es Jnana y Vairagya, Devoción y Amor.

    V

    SÍ MISMO E INDIVIDUALIDAD

    D. ¿No disuelve la muerte la individualidad de una persona, de manera que no puede haber ningún renacimiento, lo mismo que los ríos desaguados en el océano pierden sus individualidades?
    M. Pero cuando las aguas se evaporan y vuelven como lluvia sobre las montañas, una vez más fluyen en la forma de ríos y desembocan en el océano; así también, las individualidades, durante el sueño profundo, pierden su separatividad y, sin em-bargo vuelven como individuos según sus samskaras o tendencias pasadas. Simi-larmente en la muerte; la individualidad de la persona con samskaras no se pierde.
    D. ¿Cómo puede ser eso?
    M. Vea como un árbol cuyas ramas han sido cortadas, crece de nuevo. Mientras las raí-ces del árbol permanezcan intocadas, el árbol continuara creciendo. Similarmente, los samskaras que meramente se han sumergido en el Corazón a la muerte, pero que no han perecido por esa razón, ocasionan el re-nacimiento a su debido tiempo; y así es como renacen los jivas.
    D. ¿Cómo pueden los innumerables jivas y el universo entero, cuya existencia es corre-lativa a la de los jivas, brotar de esos samskaras tan sutiles sumergidos en el Co-razón?
    M. Lo mismo que el gran árbol baniano brota de una pequeña semilla, así también los jivas y el universo entero con nombre y forma brotan de los samskaras sutiles.
    D. ¿Cómo emana la individualidad del Sí mismo Absoluto, y cómo se hace posible su vuelta?
    M. Como una chispa procede del fuego, la individualidad emana del Sí mismo Absoluto. La chispa es llamada el ego. En el caso del ajnani, el ego se identifica con algún objeto simultáneamente con su surgimiento. No puede permanecer sin esa asociación con los objetos.
    Esta asociación se debe a la ignorancia (ajnana), cuya destrucción es el objetivo de los esfuerzos de uno. Si esta tendencia a identificarse con los objetos es destruida, el ego deviene puro y entonces también se sumerge en su Fuente. La identificación falsa de uno mismo con el cuerpo es dehatma-buddhi o la idea «yo-soy-el-cuerpo». Esta identificación debe desaparecer antes de que puedan darse buenos resultados.
    D. ¿Cómo he de erradicarla?
    M. Usted existe en sushupti sin estar asociado con el cuerpo y la mente, pero en los otros dos estados usted está asociado con ellos. Si usted fuera uno con el cuerpo, ¿cómo podría existir sin el cuerpo en sushupti? Usted puede separarse de lo que es externo a usted, pero no de eso que es uno con usted. De aquí que el ego no puede ser uno con el cuerpo. Esto debe ser realizado en el estado de vigilia. Los tres es-tados son estudiados en orden a obtener conocimiento.
    D. ¿Cómo puede el ego, que está confinado a dos de los estados, esforzarse para realizar Eso que comprende a todos los tres estados?
    M. El ego en su pureza es experimentado en los intervalos entre dos estados o entre dos pensamientos. El ego es como el gusano que deja un asidero solo después de aga-rrar otro. Su verdadera naturaleza es conocida cuando está fuera de contacto con los objetos o los pensamientos. Usted debe realizar este intervalo como la Realidad permanente y sin cambio, su Ser verdadero, por medio de la convicción obtenida por el estudio de los tres estados, jagrat, swapna y sushupti.
    D. ¿No puedo yo permanecer en sushupti mientras que quiera, y también estar en él a voluntad, como estoy en el estado de vigilia? ¿Cuál es la experiencia del Jnani de estos tres estados?
    M. Sushupti existe en su estado de vigilia también. Usted está en sushupti ahora. Eso debe ser penetrado y obtenido conscientemente en este mismo estado de vigilia. No hay ningún entrar ni ningún salir real de él. Ser consciente de sushupti en el estado de jagrat, es Jagratsushupti, y eso es Samadhi.
    El ajnani no puede permanecer por mucho tiempo en sushupti, debido a que es for-zado por su naturaleza a emerger de él. Su ego no está muerto y surgirá una y otra vez. Pero el Jnani aplasta al ego en su Fuente. El ego puede parecer emerger a veces en su caso también como si fuera impelido por el prarabdha. Es decir, en el caso del Jnani también, para todos los propósitos externos, el prarabdha parece sostener o mantener el ego, como en el caso del ajnani; pero hay esta diferencia fundamental, a saber, que el ego del ajnani, cuando surge (realmente nunca se ha sumergido excepto en el sueño profundo) es completamente ignorante de su Fuen-te; en otras palabras, el ajnani no es consciente de su sushupti en sus estados de sueño con sueños y de vigilia; en el caso del Jnani, por el contrario, el surgimiento o la existencia del ego es solo aparente, y él saborea su Experiencia trascendental sin fisuras a pesar de ese aparente surgimiento o existencia del ego, manteniendo su atención (lakshya) siempre en la Fuente. Este ego no es dañino; es meramente como el esqueleto de una cuerda quemada —aunque tiene la forma, es inútil para atar nada. Manteniendo constantemente la atención de uno en la Fuente, el ego se disuelve en esa Fuente como una muñeca de sal en la mar.
    D. ¿Cuál es la significación de la Crucifixión?
    M. El cuerpo es la cruz. Jesús, el hijo del hombre, es el ego o idea «yo-soy-el-cuerpo». Cuando el hijo del hombre es crucificado en la cruz, el ego perece, y lo que sobre-vive es el Ser Absoluto. Es la resurrección del Sí mismo Glorioso, del Cristo —el Hijo de Dios.
    D. ¿Pero cómo se justifica la crucifixión? ¿No es matar un crimen terrible?
    M. Todos están cometiendo suicidio. El Estado natural eterno y feliz, ha sido ahogado por esta vida ignorante. De esta manera, la vida presente se debe a la matanza de la Existencia positiva y eterna. ¿No es realmente un caso de suicidio? Así pues, ¿por qué preocuparse por matar etc.?
    D. Sri Ramakrishna dice que el Nirvikalpa Samadhi no puede durar más de veintiún días; si persiste en él, la persona muere. ¿Es esto un hecho?
    M. Cuando el prarabdha se agota, el ego está completamente disuelto, sin dejar ningún rastro detrás. Ésta es la Liberación final (Nirvana). A menos que el prarabdha esté agotado, el ego surgirá como puede parecer hacerlo en el caso de los Jivanmuktas.

    VI

    LA REALIZACIÓN DEL SÍ MISMO

    D. ¿Cómo puedo obtener la Realización del Sí mismo?
    M. La Realización no es nada que haya que obtener como si fuera nuevo; está ya aquí. Todo lo que se necesita es deshacerse del pensamiento «yo no he realizado».
    La Quiescencia o la Paz es la Realización. No hay ningún momento en el que el Sí mismo no sea. Mientras hay duda o el sentimiento de no-Realización, debe hacerse el intento de deshacerse uno mismo de estos pensamientos. Ellos se deben a la identificación del Sí mismo con el no-Sí mismo. Cuando el no-Sí mismo desapa-rece, solo queda el Sí mismo. Para hacer sitio, es suficiente que la apretura sea eliminada; el sitio no es traído de ninguna parte.
    D. Puesto que la Realización no es posible sin vasana-kshaya, ¿cómo he de realizar yo ese Estado en el que los vasanas son efectivamente destruidos?
    M. ¡Usted está en ese Estado ahora!
    D. ¿Significa eso que adhiriéndose al Sí mismo, los vasanas deben ser destruidos como y cuando emergen?
    M. Ellos mismos serán destruidos si usted permanece como usted es.
    D. ¿Cómo obtendré el Sí mismo?
    M. No hay ningún obtener el Sí mismo. Si el Sí mismo tuviera que ser obtenido, eso significaría que el Sí mismo no es aquí y ahora, sino que todavía tiene que ser ob-tenido. Lo que se obtiene como si fuera nuevo, también se perderá. Así pues, será impermanente. Lo que no es permanente no es digno de esforzarse por ello. Así pues, yo digo que el Sí mismo no se obtiene. Usted es el Sí mismo; usted es ya Eso.
    El hecho es que usted es ignorante de su estado feliz. La ignorancia sobreviene y ex-tiende un velo sobre el Sí mismo puro que es Felicidad. Los esfuerzos son dirigi-dos solo a eliminar este velo de ignorancia, que es meramente un conocimiento erróneo. El conocimiento erróneo es la falsa identificación del Sí mismo con el cuerpo, la mente, etc. Esta falsa identificación debe desaparecer, y entonces solo queda el Sí mismo.
    Por consiguiente, la Realización es para todos; la Realización no hace ninguna dife-rencia entre los aspirantes. Esta duda misma, de si usted puede realizar, y la noción «yo-no-he-realizado» son, ellos mismos, los obstáculos. Sea libre de estos obstáculos también.
    D. ¿Cuál es la utilidad del Samadhi, y subsiste el pensamiento entonces?
    M. Solo el Samadhi puede revelar la Verdad. Los pensamientos tienden un velo sobre la Realidad, y así, la Realidad no es realizada como tal en otros estados que no sean el Samadhi.
    En el Samadhi solo hay la sensación «YO SOY» y ningún pensamiento. La expe-riencia «YO SOY» es SER QUIESCENTE.
    D. ¿Cómo puedo yo repetir la experiencia del Samadhi o la Quiescencia que obtengo aquí?
    M. Su experiencia presente se debe a la influencia de la atmósfera en la que se encuentra usted. ¿Puede usted tenerla fuera esta atmósfera? La experiencia no es permanen-te. Hasta que deviene permanente, la práctica es necesaria.
    D. Uno tiene a veces vívidos relámpagos de una consciencia cuyo centro está fuera del sí mismo normal, y que parece ser omni-inclusiva. Sin entrar en conceptos filosó-ficos, ¿qué me aconsejaría Bhagavan que haga para obtener, retener y extender esos raros relámpagos? ¿Implica bhyasa en esa experiencia el retiro?
    M. ¡Fuera! ¿Para quien es dentro o fuera? Éstos solo pueden existir mientras hay el su-jeto y el objeto. ¿Para quien son éstos dos? En la indagación usted encontrará que ellos se disuelven solo en el sujeto. Vea quién es el sujeto; y esta indagación le lleva a la Consciencia pura más allá del sujeto.
    El sí mismo normal es la mente. Esta mente es con limitaciones. Pero la pura Cons-ciencia es más allá de limitaciones, y es obtenido por la indagación como se ha señalado más arriba.
    La obtención: el Sí mismo está siempre aquí. Usted solo tiene que eliminar el velo que obstruye la revelación del Sí mismo.
    La retención: una vez que usted realiza el Sí mismo, eso deviene su experiencia di-recta e inmediata. No se pierde nunca.
    La extensión: no hay ninguna extensión del Sí mismo, puesto que el Sí mismo es como siempre, sin contracción o expansión.
    El retiro: morar en el Sí mismo es soledad. Porque no hay nada ajeno al Sí mismo. El retiro debe ser de algún lugar o estado a otro. No hay ni lo uno ni lo otro aparte del Sí mismo. Puesto que todo es el Sí mismo, el retiro es imposible e inconcebible.
    Abhyasa es solo impedir la perturbación de la paz inherente. Usted está siempre en su Estado natural, tanto si hace abhyasa como si no… Permanecer como usted es, sin objeción ni duda, es su Estado natural.
    D. Al realizar el Samadhi, ¿no obtiene uno siddhis (poderes) también?
    M. Para exhibir siddhis, debe haber otros que los reconozcan. Eso significa, que no hay ningún Jnana en el que los exhibe. Por consiguiente, los siddhis no son dignos de un pensamiento; solo a Jnana debe apuntarse y obtenerse.
    D. ¿Ayuda mi realización a otros?
    M. Sí, y posiblemente es la mejor ayuda que usted pueda dar a otros. Aquellos que han descubierto grandes verdades, lo han hecho en las profundidades quiescentes del Sí mismo. Pero, en realidad, no hay ningún «otro» a quien ayudar. Pues el Ser Realizado ve solo el Sí mismo, de la misma manera que el orfebre ve solo el oro mientras lo aprecia en diferentes joyas hechas de oro. Cuando usted se identifica con el cuerpo, el nombre y la forma están ahí. Pero cuando usted trasciende la consciencia del cuerpo, los «otros» también desaparecen. El Realizado no ve el mundo como diferente de Él mismo.
    D. ¿No sería mejor si los Santos se mezclaran con otros?
    M. No hay ningunos «otros» con los que mezclarse. El Sí mismo es la única Realidad.
    D. ¿No debo yo intentar ayudar al mundo que sufre?
    M. El Poder que le ha creado a usted ha creado también el mundo. Si ese Poder puede cuidar de usted, similarmente puede cuidar del mundo también… Si Dios ha crea-do el mundo, es incumbencia Suya cuidarlo, no es incumbencia de usted.
    D. ¿No es nuestro deber ser patriotas?
    M. Su deber es SER, y no ser esto o eso. «YO SOY LO QUE YO SOY» resume toda la verdad; el método está resumido en «SEA QUIESCENTE».
    ¿Y qué significa Quiescencia? Significa «Destrúyase a usted mismo»; debido a que, todo nombre y forma es la causa del trastorno. «Yo—yo» es el Sí mismo. «Yo soy esto» es el ego. Cuando el «yo» se mantiene solo como el «yo», es el Sí mismo. Cuando se va por la tangente y dice «Yo soy esto o eso, yo soy tal y tal», —es el ego.
    D. ¿Quién es entonces Dios?
    M. El Sí mismo es Dios. «YO SOY» es Dios. Si Dios es aparte del Sí mismo, Él debe ser un Dios sin sí mismo, lo cual es absurdo.
    Todo lo que se requiere para realizar el Sí mismo es SER QUIESCENTE. ¿Qué puede ser más fácil que eso? Por consiguiente, Atma-vidya es lo más fácil de ob-tener.

  • Crow

    VII

    EL GURÚ Y SU GRACIA

    D. ¿Qué es Gurú-kripa? ¿Cómo conduce a la realización del Sí mismo?
    M. El Gurú es el Sí mismo… A veces en su vida un hombre deviene insatisfecho con ella, y, no contento con lo que tiene, busca la satisfacción de sus deseos, por medio de la oración a Dios, etc. Su mente es gradualmente purificada hasta que anhela conocer a Dios, hasta que anhela más obtener Su Gracia que satisfacer sus deseos mundanos. Entonces, la Gracia de Dios comienza a manifestarse. Dios toma la forma de un Gurú y se aparece al devoto, le enseña la Verdad, y, además, purifica su mente por asociación. La mente del devoto gana fuerza y entonces es capaz de volverse hacia dentro. Por la meditación se purifica y permanece quiescente sin la menor agitación. Esa Expansión calma es el Sí mismo.
    El Gurú es a la vez «externo» e «interno». Desde el exterior, Él da un empuje a la mente para que se vuelva hacia dentro; desde el «interior», Él empuja la mente hacia el Sí mismo y ayuda en el aquietamiento de la mente. Eso es Gurú-kripa. No hay diferencia entre Dios, el Gurú, y el Sí mismo.
    D. En la Sociedad Teosófica, meditan para buscar Maestros que los guíen.
    M. El Maestro está dentro: la meditación está para eliminar la idea ignorante de que Él está solo fuera. Si Él es un extraño al que usted espera, Él está destinado a desapa-recer también. ¿Dónde está la utilidad de un ser transitorio como ese? Pero mien-tras que usted piensa que está separado o que usted es el cuerpo, el Maestro «exte-rior» también es necesario, y Él aparecerá como si fuera un cuerpo. Cuando cesa la identificación errónea de uno mismo con el cuerpo, se encuentra que el Maestro no es nadie más que el Sí mismo.
    D. ¿Nos ayudara el Gurú a conocer el Sí mismo a través de la iniciación, etc.?
    M. ¿Le lleva el Gurú a usted de la mano y le susurra en el oído? Usted puede imaginar que Él es lo que usted mismo es. Debido a que piensa que usted es con un cuerpo, piensa que Él tiene también un cuerpo, para hacerle algo tangible a usted. Su tra-bajo está dentro, en el reino espiritual.
    D. ¿Cómo se encuentra al Gurú?
    M. Dios, que es inmanente, tiene piedad en Su Gracia del amante devoto y se manifiesta Él mismo según el desarrollo del devoto. El devoto piensa que Él es un hombre y espera una relación entre dos cuerpos físicos. Pero el Gurú, que es Dios o el Sí mismo Encarnado, trabaja desde dentro, ayuda al hombre a ver el error de sus ca-minos y le guía en la vía recta hasta que realiza el Sí mismo dentro.
    D. ¿Qué debe hacer el devoto entonces?
    M. Él solo tiene que actuar según las palabras del Maestro y trabajar dentro. El Maestro está a la vez «dentro» y «fuera», y así Él crea condiciones para llevarle a usted hacia dentro y al mismo tiempo prepara el «interior» para atraerle al Centro. Así pues, Él da un empuje desde «fuera» y ejerce una atracción desde «dentro», a fin de que usted pueda ser fijado en el Centro.
    Usted piensa que el mundo pude ser conquistado por sus propios esfuerzos. Cuando usted está frustrado externamente y es llevado hacia dentro, siente «¡Oh! Hay un Poder Más Alto que el hombre!
    El ego es como un elefante muy poderoso que no puede ser puesto bajo control por nada que sea menos poderoso que un león, que, en este caso, no es otro que el Gurú, cuya mirada misma hace que el ego semejante a un elefante tiemble y mue-ra.
    Usted sabrá a su debido tiempo que su gloria está donde usted cesa de existir. Para obtener ese Estado, usted debe entregarse. Entonces el Maestro ve que usted está en el estado adecuado para recibir guía, y Él le guía.
    D. ¿Cómo puede el Silencio del Gurú, que no da ninguna iniciación ni hace ningún otro acto tangible, ser más poderoso que Su palabra, etc.? ¿Cómo es ese Silencio mejor que el estudio de las Escrituras?
    M. El Silencio es la forma de trabajo más potente. Por vastas y enfáticas que las Escritu-ras puedan ser, fracasan en su efecto. El Gurú es Quiescente y la Gracia prevalece en todo. Este Silencio es más vasto y más enfático que todas las Escrituras juntas.
    D. ¿Puede el devoto obtener la Felicidad?
    M. El devoto se entrega al Maestro y eso significa que no hay retenido en él ningún ves-tigio de individualidad. Si la entrega es completa, todo sentido de sí mismo se pierde, y entonces no puede haber ninguna miseria ni aflicción.
    El Ser Eterno no es nada sino Felicidad. Eso viene como una Revelación.
    D. ¿Cómo puedo obtener la Gracia?
    M. La Gracia es el Sí mismo. Eso tampoco ha de ser adquirido; usted sólo necesita saber que existe.
    El sol es solo brillo. El sol no ve ninguna obscuridad. Sin embargo, usted habla de la obscuridad que huye cuando se acerca el sol. Así también, la ignorancia del devo-to, como el fantasma de la obscuridad, se desvanece a la mirada del Gurú. Usted está rodeado por la luz del sol; pero si usted quiere ver el sol, debe volverse en su dirección y mirarle. Así también, la Gracia es encontrada por el adecuado acerca-miento que usted hace, aunque ella está aquí y ahora.
    D. ¿No puede la Gracia acelerar la madurez en el buscador?
    M. Déjelo todo al Maestro. Entréguese a Él sin reserva.
    Ha de hacerse una de estas dos cosas: o bien se entrega usted, debido a que se da cuenta de su incapacidad y de que necesita un Poder Más Alto que le ayude; o bien indaga en la causa de la miseria, va a la Fuente y así se sumerge en el Sí mismo. Por una u otra vía, usted será libre de la miseria. Dios o el Gurú nunca abandona al devoto que se ha entregado.
    D. ¿Cuál es la significación de la postración al Gurú o a Dios?
    M. Postración significa la submersión del ego, y ello significa sumergirse en la Fuente. Dios o el Gurú no pueden ser engañados por genuflexiones, inclinaciones y post-raciones externas. Él ve si el ego está ahí o no.
    D. ¿No me dará Bhagavan algo de Prasad de Su plato como una señal de Su Gracia?
    M. Coma sin pensar en el ego. Entonces lo que usted coma deviene el Prasad de Bha-gavan.
    D. ¿No está el hombre instruido mejor cualificado para la Iluminación, en el sentido de que no tiene necesidad de Gurú-kripa?
    M. Incluso un hombre instruido debe inclinarse ante el sabio iletrado. La falta de ins-trucción es ignorancia y la educación es ignorancia aprendida. Ambos son igno-rantes de la Meta verdadera. El Sabio es ignorante en una línea diferente. Es igno-rante debido a que para él no hay ningún «otro».
    D. ¿No es para obtener la Gracia del Gurú por lo que se Le ofrecen regalos? Así pues, los visitantes ofrecen regalos a Bhagavan.
    M. ¿Por qué traen regalos? ¿Los quiero yo? ¡Incluso si yo los rechazo, ellos me los im-ponen! ¿Para qué? ¿No es como dar un cebo para coger al pez? ¿Está el pescador ansioso de alimentarlos? No, él está ansioso de alimentarse del pez
    D. ¿Es verdadera la idea Teosófica de dar sucesivas iniciaciones antes de obtener la Liberación (Moksha)?
    M. Aquellos que obtienen Moksha en una vida deben haber pasado por todas las inicia-ciones en sus vidas anteriores.
    D. La Teosofía dice que los Jnanis después de la muerte tienen que elegir cuatro o cinco líneas de trabajo, no necesariamente en este mundo. ¿Cuál es la opinión de Bha-gavan?
    M. Algunos pueden comenzar un trabajo, pero no todos.
    D. ¿Es usted consciente de una Hermandad de Rishis invisibles?
    M. Si es invisible, ¿cómo puede verlos usted?
    D. En la consciencia.
    M. No hay nada externo en la Consciencia.
    D. ¿Puedo yo realizarlos?
    M. Si usted realiza su propia Realidad, entonces la de los Rishis y Maestros devendrá clara para usted. Solo hay un Maestro, y ese es el Sí mismo.
    D. ¿Es verdadera la reencarnación?
    M. La reencarnación existe solo mientras hay ignorancia.
    No hay realmente ninguna reencarnación, ni ahora ni antes. Ni habrá ninguna en el futuro. Ésta es la verdad.
    D. ¿Puede un Yogui conocer sus vidas pasadas?
    M. ¿Conoce usted la vida presente, para que quiera conocer las pasadas? Encuentre el presente, entonces el resto seguirá solo. Incluso con nuestro presente conocimiento limitado, usted sufre mucho; ¿por qué debe usted cargarse con más conocimiento? ¿Es para sufrir más?
    D. ¿Utiliza Bhagavan poderes ocultos para hacer a otros realizar el Sí mismo, o es el mero hecho de la Realización de Bhagavan suficiente para eso?
    M. La fuerza Espiritual de la Realización del Sí mismo es mucho más poderosa que el uso de todos los poderes ocultos. Puesto que no hay ningún ego en el Sabio, no hay ningunos «otros» para Él. ¿Cuál es el beneficio más alto que puede serle con-ferido a usted? Es la Felicidad, y la Felicidad nace de la Paz. La Paz solo puede reinar donde no hay perturbación, y la perturbación se debe a los pensamientos que surgen en la mente. Cuando la mente misma está ausente, hay Paz perfecta. A menos que una persona haya aniquilado la mente, no puede obtener la Paz y ser Feliz. Y a menos que él mismo sea Feliz, no puede dar Felicidad a «otros». Sin embargo, puesto que no hay ningunos «otros» para el Sabio que no tiene ninguna mente, el mero hecho de Su Realización del Sí mismo es, ello mismo, suficiente para hacer a los «otros» Felices.

    VIII

    LA PAZ Y LA FELICIDAD

    D. ¿Cómo puedo obtener paz? No parezco obtenerla a través de la auto-indagación (Vi-chara).
    M. La Paz es su estado natural. Es la mente lo que obstruye el estado natural. Su Vichara ha sido hecha solo en la mente. Indague lo que es la mente, y desaparecerá. No hay ninguna cosa tal como la mente aparte del pensamiento. Sin embargo, debido a la emergencia del pensamiento, usted supone algo desde lo que el pensamiento comienza y llama a eso la mente. Cuando usted prueba a ver lo que es eso, en-cuentra que realmente no hay ninguna cosa tal como la mente. Cuando la mente se ha desvanecido así, usted realiza la Paz eterna.
    D. A través de la poesía, la música, el japa, el bhajana, la visión de bellos paisajes, le-yendo las líneas de versos espirituales, etc., uno experimenta a veces una sensación verdadera de la unidad de todo. ¿Es esa sensación de profunda felicidad quiescente (donde el sí mismo personal no tiene ningún lugar) lo mismo que la en-trada en el Corazón de la que habla Bhagavan? ¿Llevará la práctica de ello a un samadhi más profundo y así finalmente a una plena visión de lo Real?
    M. Hay felicidad cuando a la mente se le presentan cosas agradables. Es la Felicidad inherente al Sí mismo, y no hay ninguna otra Felicidad. Y no es ajena ni lejana. Usted se está sumergiendo en el Sí mismo en esas ocasiones que considera pla-centeras; esa sumersión resulta en Felicidad auto-existente. Pero la asociación de ideas es responsable de mezclar esa Felicidad con otras cosas o acontecimientos, mientras que, de hecho, esa Felicidad está dentro de usted. En esas ocasiones us-ted se está sumergiendo en el Sí mismo, aunque inconscientemente. Si usted lo hace conscientemente, con la convicción que viene de la experiencia de que usted es idéntico a la Felicidad, la cual es ciertamente el Sí mismo, la única Realidad, usted lo llama Realización. Yo quiero que usted se sumerja conscientemente en el Sí mismo, es decir, en el Corazón.

    EL EVANGELIO DEL MAHARSHI

    LIBRO II

    EL EVANGELIO DEL MAHARSHI

    I

    LA AUTO-INDAGACIÓN

    Discípulo. ¿Cómo ha de realizar uno el Sí mismo?
    Maharshi. ¿El Sí mismo de quién? Encuentre.
    D. El mío, ¿pero quién soy yo?
    M. Encuéntrese a usted mismo.
    D. Yo no sé cómo.
    M. Piense sólo en la pregunta. ¿Quién es el que dice «yo no sé»? ¿Quién es el «yo» en su afirmación? ¿Qué es no conocido?
    D. Alguien o algo en mí.
    M. ¿Quién es ese alguien? ¿En quién?
    D. Quizás algún poder.
    M. Encuentre.
    D. ¿Por qué he nacido?
    M. ¿Quién ha nacido? La respuesta es la misma a todas tus preguntas.
    D. ¿Quién soy yo, entonces?
    M. (Sonriendo). ¿Usted ha venido a examinarme a mí? Usted debe decir quien es usted.
    D. Por mucho que lo intente, no parezco aprehender el «yo». No es siquiera claramente discernible.
    M. ¿Quién es el que dice que el «yo» no es discernible? ¿Hay dos «yo» en usted, de manera que uno no es discernible por el otro?
    D. En lugar de indagar «¿quién soy yo?», ¿puedo hacerme a mí mismo la pregunta «¿quién es Usted?», puesto que entonces mi mente puede ser fijada en Usted, a quien yo considero Dios en la forma del Gurú? Quizás, estaría más cerca de la meta de mi búsqueda por esa indagación que preguntándome a mí mismo «¿quién soy yo?»
    M. Sea cual sea la forma que tome su indagación, finalmente usted debe llegar al único yo, el Sí mismo.
    Todas estas distinciones hechas entre el «yo» y el «usted», entre Maestro y discípulo, etc., son meramente un signo de la propia ignorancia de uno. Solo el yo Supremo es. Pensar de otro modo es engañarse a uno mismo.
    Una historia Puránica del Sabio Ribhu y su discípulo Nidagha, es particularmente instructiva en este contexto.
    Aunque Ribhu enseñó a su discípulo la suprema Verdad del único Brahman sin un segundo, Nidagha, a pesar de su erudición y comprensión, no adquirió suficiente convicción para adoptar y seguir la vía del Jnana, sino que se instaló en su ciudad natal para llevar una vida dedicada a la observancia de la religión ceremonial.
    Pero el Sabio amaba a su discípulo tan profundamente como el discípulo veneraba a su Maestro. A pesar de su edad, Ribhu quiso ir él mismo a su discípulo en la ciu-dad, sólo para ver cuánto había desarrollado éste su ritualismo. A veces el Sabio iba disfrazado, de manera que podía observar como actuaba Nidagha cuando no sabía que estaba siendo observado por su Maestro.
    En una tal ocasión Ribhu, que se había puesto el disfraz de un rústico campesino, encontró a Nidagha observando atentamente la procesión real. Sin ser reconocido por el ciudadano Nidagha, el rústico campesino preguntó qué era todo aquel albo-roto, y se dijo que el rey iba a pasar en procesión.
    «¡Oh! Es el rey. ¡Él va en la procesión! ¿Pero dónde está él?», preguntó el campesi-no.
    «Ahí, sobre el elefante», dijo Nidagha.
    «Dices que el rey está sobre el elefante. Sí, yo veo a los dos» dijo el rústico, «¿Pero cuál es el rey y cuál es el elefante?»
    «¡Qué!», exclamó Nidagha, «Usted ve a los dos, pero no sabe que el hombre de arri-ba es el rey y el animal de abajo es el elefante? ¿Dónde está la utilidad de hablar a un hombre como usted?»
    «Por favor, no sea impaciente con un hombre ignorante como yo», imploro el rústico, «Pero usted dijo “arriba” y “abajo”, ¿qué significan?»
    Nidagha no pudo soportarlo más. «Usted ve al rey y al elefante, uno arriba y el otro abajo. Sin embargo, usted quiere saber qué se entiende por “arriba” y “abajo”?» espetó Nidagha. «Si las cosas vistas y las palabras habladas pueden comunicarle tan poco, solo la acción puede enseñarle. Inclínese hacia adelante y lo sabrá todo muy bien».
    El rústico hizo lo que se le dijo. Nidagha se subió sobre sus hombros y dijo «Sépalo ahora. Yo estoy arriba como el rey, y usted está abajo como el elefante. ¿Está su-ficientemente claro?»
    «No, todavía no», fue la tranquila respuesta del rústico. «Usted dice que usted está arriba como el rey, y que yo estoy abajo como el elefante. El “rey”, el “elefante”, “arriba” y “abajo”, hasta aquí está claro. Pero, se lo ruego, dígame qué entiende usted por “yo” y “usted”?»
    Cuando Nidagha fue enfrentado así de repente con el gran problema de definir el «usted» aparte del «yo», la luz se hizo en su mente. Al instante saltó y cayó a los pies de su Maestro diciendo, «¿Quién más sino mi venerable Maestro, Ribhu, podría haber sacado así mi mente de las superficialidades de la existencia física al verdadero Ser del Sí mismo? ¡Oh, benigno Maestro!, suplico tus bendiciones».
    Por consiguiente, mientras su meta es trascender aquí y ahora, estas superficialidades de la existencia física a través del Atma-vichara, ¿dónde está el lugar para hacer las distinciones de «usted» y «yo», que solo pertenecen al cuerpo? Cuando usted vuelve la mente hacia dentro, buscando la Fuente del pensamiento, ¿dónde está el «usted» y dónde está el «yo»?
    Usted debe buscar y ser el Sí mismo que incluye todo.
    D. ¿Pero no es gracioso que el «yo» deba buscar al «yo»? ¿No se convierte finalmente la indagación «¿Quien soy yo?» en una formula vacía? ¿O he de hacerme a mí mismo la pregunta incansablemente, repitiéndola como un mantra?
    M. La Auto-indagación no es ciertamente una formula vacía; es más que la repetición de un mantra. Si la indagación «¿Quién soy yo?» fuera un mero preguntar mental, no sería de mucho valor. El verdadero propósito de la Auto-indagación es concentrar toda la mente en su Fuente. Por consiguiente, no es el caso de un «yo» buscando a otro «yo».
    La Auto-indagación es aún menos una formula vacía, puesto que implica una intensa actividad de toda la mente para mantenerla sostenidamente posada en la pura consciencia del Sí mismo.
    La Auto-indagación es el único medio infalible, el único medio directo para realizar el Ser absoluto e incondicionado que usted es realmente.
    D. ¿Por qué solo la Auto-indagación debe ser considerada el medio directo a Jnana?
    M. Porque todo tipo de sadhana, excepto la de Atma-vichara, presupone la retención de la mente como el instrumento para llevar a cabo la sadhana, y sin la mente no puede ser practicada. El ego puede tomar formas diferentes y cada vez más sutiles en las diferentes etapas de la práctica de uno, pero él mismo nunca es destruido.
    Cuando Janaka exclamó, «Ahora he descubierto al ladrón que ha estado arruinán-dome todo el tiempo. Será tratado sumariamente.», el Rey se estaba refiriendo en realidad al ego o la mente.
    D. Pero el ladrón puede ser aprehendido también por las otras sadhanas.
    M. El intento de destruir al ego o la mente por otras sadhanas que no sean el Atma-vichara, es lo mismo que el ladrón que se hace policía para coger al ladrón, es de-cir, a sí mismo. Solo Atma-vichara puede revelar la verdad de que ni el ego ni la mente existen realmente, y permitirle a uno realizar el puro Ser del Sí mismo o lo Absoluto indiferenciado.
    Habiendo realizado el Sí mismo, no queda nada que conocer, debido a que es Felici-dad perfecta, es el Todo.
    D. En esta vida rodeada de limitaciones, ¿puedo yo realizar alguna vez la Felicidad del Sí mismo?
    M. Esa Felicidad del Sí mismo está siempre con usted, y la encontrará por usted mismo, si la busca sinceramente.
    La causa de su miseria no está en la vida de afuera; está en usted como el ego. Usted se impone limitaciones a usted mismo, y entonces emprende una vana lucha para trascenderlas. Toda infelicidad es debida al ego; con él viene todo su problema. ¿De que le sirve a usted atribuir a los acontecimientos de la vida la causa de la mi-seria que está realmente dentro de usted? ¿Qué felicidad puede usted obtener de cosas externas a usted mismo? Y cuando usted la obtiene, ¿cuánto durara?
    Si usted niega al ego y lo quema ignorándolo, usted es libre. Si lo acepta, él le im-pondrá limitaciones y le arrojará a una vana lucha para trascenderlas. Así fue como el ladrón buscó arruinar al Rey Janaka.
    SER el Sí mismo que usted es realmente, es el único medio de realizar la Felicidad que es siempre suya.
    D. No habiendo realizado la Verdad de que solo existe el Sí mismo, ¿no debo adoptar yo las vías (margas) de la Bhakti y del Yoga como más adecuadas para los propó-sitos de la sadhana que la vía (marga) de la Vichara? ¿No es la realización del propio Ser absoluto de uno, es decir, Brahma-jnana, algo completamente inalcan-zable para un laico como yo?
    M. Brahma-jnana no es un Conocimiento que tenga que ser adquirido, de manera que, al adquirirlo, uno pueda obtener la felicidad. Es la propia visión ignorante de uno lo que uno debe abandonar. El Sí mismo que usted busca conocer es verdaderamente usted mismo. Su supuesta ignorancia le causa a usted una innecesaria aflicción, como la de los diez hombres necios que lamentaban la «perdida» del décimo hombre que nunca se había perdido.
    Los diez hombres necios de la parábola vadeaban un arroyo y, al alcanzar la otra ori-lla, querían asegurarse de que todos ellos habían cruzado a salvo la corriente. Uno de los diez comenzó a contar, pero al contar a los otros se excluyó a sí mismo de la cuenta. «Yo veo solo nueve; ciertamente, hemos perdido a uno. ¿Quién puede ser?» dijo. «¿Contaste correctamente?» preguntó otro, e hizo el recuento él mismo. Pero, él también, contó solo nueve. Uno detrás de otro, cada uno de los diez, contó solo nueve, olvidándose de sí mismo. «Nosotros somos solo nueve», acor-daron todos; «¿pero quién es el que falta?», se preguntaban. Todo esfuerzo que hicieron para descubrir al individuo «que faltaba», fracasó. «Quienquiera que sea se ha ahogado», dijo el más sentimental de los diez necios, «le hemos perdido». Al decir esto, estalló en lagrimas, y los nueve restantes le siguieron.
    Viéndoles llorar a la orilla del río, un compasivo viajero les preguntó la causa. Ellos contaron lo que había ocurrido, y dijeron que incluso después de contarse varias veces, no pudieron encontrar más que nueve. Al oír la historia, pero viendo a los diez ante él, el viajero adivinó lo que había pasado. Para hacerles saber por sí mismos que eran realmente diez, y que todos ellos habían salido ilesos de la tra-vesía, el viajero les dijo, «Que cada uno de vosotros cuente por sí mismo, pero uno detrás de otro en serie, uno, dos, tres y así sucesivamente, mientras que yo os daré a cada uno una bofetada de manera que todos vosotros podáis estar seguros de haber sido incluidos en el recuento, e incluidos solo una vez. Entonces el décimo hombre “perdido” será encontrado». Al escuchar esto, ellos se alegraron ante la perspectiva de encontrar a su camarada «perdido» y aceptaron el método sugerido por el viajero.
    Mientras el buen viajero daba una bofetada a cada uno de los diez en fila, el que re-cibía la bofetada se contaba en voz alta. «Diez» dijo el último hombre cuando re-cibió la última bofetada en la fila. Perplejos, se miraron unos a otros, «Nosotros somos diez» dijeron con una sola voz y agradecieron al viajero haber eliminado su aflicción.
    Esa es la parábola. ¿De donde fue traído el décimo hombre? ¿Se había perdido nun-ca? Al saber que había estado allí todo el tiempo, ¿aprendieron ellos algo nuevo? La causa de su aflicción no era la perdida real de ninguno de los diez, era su propia ignorancia, o más bien su mera suposición de que uno de ellos se había perdido —(aunque ellos no podían encontrar quién era)— debido a que contaban solo nueve.
    Tal es también el caso con usted. Verdaderamente no hay ninguna causa para que usted sea miserable e infeliz. Usted mismo impone limitaciones a su verdadera na-turaleza de Ser infinito, y entonces llora porque usted es solo una criatura finita. Entonces usted emprende esta o aquella sadhana para trascender las limitaciones no-existentes. Pero si su sadhana misma asume la existencia de las limitaciones, ¿cómo puede ella ayudarle a trascenderlas?
    Por consiguiente, yo digo, sepa que usted es el Ser puro e infinito, el Sí mismo Ab-soluto. Usted es siempre ese Sí mismo y nada sino ese Sí mismo. Así pues, usted no puede ser nunca realmente ignorante del Sí mismo; su ignorancia es meramente una ignorancia en apariencia, como la ignorancia de los diez necios sobre el décimo hombre «perdido». Es esta ignorancia la que les causaba la aflicción.
    Sepa entonces que el verdadero Conocimiento no le crea un Ser nuevo, sino que solo elimina su «ignorancia ignorante». La Felicidad no es agregada a su naturaleza, sino que simplemente se revela como su Estado natural y verdadero, Eterno e Im-perecedero. La única vía para librarse de su aflicción es Conocer y SER el Sí mismo. ¿Cómo puede ser esto inalcanzable?

  • Crow

    II

    LA SADHANA Y LA GRACIA

    D. La búsqueda de Dios se ha estado dando desde tiempos inmemoriales. ¿Ha sido di-cha la última palabra?
    M. (Guarda Silencio por algún tiempo).
    D. (Aturdido) ¿Debo considerar el silencio de Bhagavan como la respuesta a mi pregun-ta?
    M. Sí. Mouna es Iswara-svarupa. Por consiguiente el texto «La Verdad del Supremo Brahman proclamada a través del Silencio Elocuente».
    D. Se dice que Buddha ignoró tales indagaciones sobre Dios.
    M. Y por esto él era llamado un Sunya-vadin (Nihilista). De hecho, el Buddha se interesó más en dirigir al buscador a realizar la Felicidad aquí y ahora que en las discusio-nes académicas sobre Dios, etc.
    D. Dios es descrito como manifiesto e inmanifiesto. En cuanto al primero se dice que Él incluye el mundo como una parte de Su Ser. Si eso es así, nosotros, como parte de ese mundo, deberíamos haberLe conocido fácilmente en la forma manifestada.
    M. Conózcase a usted mismo antes de buscar decidir sobre la naturaleza de Dios y el mundo.
    D. ¿Conocerme a mí mismo implica conocer a Dios?
    M. Sí, Dios está dentro de usted.
    D. Entonces, ¿qué obstaculiza la vía de mi conocerme a mí mismo o a Dios?
    M. Su mente divagadora y sus caminos pervertidos.
    D. Yo soy una criatura débil. Pero ¿por qué el poder superior del Señor dentro no elimi-na los obstáculos?
    M. Sí, Él lo hará, si usted tiene la aspiración.
    D. ¿Por qué no crea Él la aspiración en mí?
    M. Entonces, entréguese.
    D. Si yo me entrego, ¿no es necesaria ninguna plegaria?
    M. La entrega misma es una plegaria todopoderosa.
    D. ¿Pero no es necesario comprender Su naturaleza antes de que uno se entregue?
    M. Si cree que Dios hará por usted todas las cosas que usted quiere que Él haga, enton-ces entréguese a Él. En caso contrario, deje a Dios en paz, y conózcase a usted mismo.
    D. ¿Tiene Dios o el Gurú alguna solicitud por mí?
    M. Si usted busca a uno u otro —ellos no son realmente dos, sino uno e idéntico— tenga la certeza de que ellos están buscándole con una solicitud más grande de lo que nunca pueda imaginar.
    D. Jesús dio la parábola de la moneda perdida, en la que la mujer la busca hasta que la encuentra.
    M. Sí, eso representa adecuadamente la verdad de que Dios o el Gurú está siempre en busca del buscador sincero. Si la moneda hubiera sido una pieza inútil, la mujer no habría hecho esa larga búsqueda. ¿Ve usted lo que significa? El buscador debe cualificarse a sí mismo a través de la devoción, etc.
    D. Pero uno no puede estar completamente seguro de la Gracia de Dios.
    M. Si la mente inmadura no siente Su Gracia, eso no significa que la Gracia de Dios esté ausente, puesto que ello implicaría que Dios a veces no es gracioso, es decir, que a veces cesa de ser Dios.
    D. ¿Es eso lo mismo que la palabra de Cristo , «Según sea tu fe, así te será hecho»?
    M. Completamente así.
    D. Las Upanishads dicen, así se me ha enseñado, que solo conoce al Atman aquel a quien el Atman elige. ¿Por qué debe el Atman elegir en absoluto? Y si elige, ¿por qué debe ser alguna persona en particular?
    M. Cuando el sol sale, solo florecen algunos capullos, no todos. ¿Culpa usted al sol por eso? El capullo tampoco puede florecer por sí mismo; requiere la luz del sol para hacerlo.
    D. ¿No podemos decir que la ayuda del Atman es necesaria porque es el Atman el que tiende sobre sí mismo el velo de maya?
    M. Usted puede decirlo así.
    D. Si el Atman ha tendido el velo sobre sí mismo, ¿no debe eliminar él mismo el velo?
    M. Así lo hará. Vea para quién es el velo.
    D. ¿Por qué debo hacerlo? ¡Que el Atman mismo elimine el velo!
    M. Si el Atman habla sobre el velo, entonces el Atman mismo lo eliminará.
    D. ¿Es Dios personal?
    M. Sí, Él es siempre la primera persona, el yo, siempre antes de usted. Debido a que usted da precedencia a las cosas mundanas, Dios parece haber recedido al trasfon-do. Si usted abandona todo lo demás y Le busca sólo a Él, solo Él permanecerá como el yo, el Sí mismo.
    D. Según el Advaita, el estado final de la Realización se dice que es la absoluta Unión con lo Divino, y según el Visishtadvaita la Unión cualificada, mientras que el Dvaita mantiene que no hay ninguna Unión en absoluto. ¿Cuál de éstos debe ser considerado el punto de vista correcto?
    M. ¿Por qué especular sobre lo que acontecerá alguna vez en el futuro? Todos estamos de acuerdo en que «yo» existo. Sea cual sea la escuela de pensamiento a la que pertenezca, que el buscador sincero encuentre lo que es el «yo». Entonces habrá tiempo suficiente para saber cuál será el Estado final, a saber, si el «yo» se sumer-girá en el Ser Supremo o si permanecerá aparte de Él. No anticipemos la conclu-sión, pero mantengamos una mente abierta.
    D. ¿Pero no será alguna comprensión del Estado final una guía útil para el aspirante?
    M. No sirve a ningún propósito intentar decidir ahora cuál será el Estado de Realización final. Ello no tiene ningún valor intrínseco.
    D. ¿Por qué es eso así?
    M. Debido a que usted procede en base a un principio erróneo. Su verificación tiene que depender del intelecto que brilla solo por la luz que deriva del Sí mismo. ¿No es presuntuoso por parte del intelecto sentarse a juzgar sobre eso de lo cual él mismo no es más que una manifestación limitada, y de lo cual deriva su pequeña luz?
    ¿Cómo puede el intelecto, que no puede alcanzar nunca el Sí mismo, ser competente para verificar, y mucho menos para decidir la naturaleza del Estado de Realización final? Es como intentar medir la luz del sol en su fuente por el patrón de la luz dada por una vela. La cera se fundirá antes de que la vela llegue a ninguna parte cerca del sol.
    En lugar de caer en meras especulaciones, dedíquese aquí y ahora a la búsqueda de la Verdad que está siempre dentro de usted.

    III

    EL JNANI Y EL MUNDO

    D. ¿Es el mundo percibido por el Jnani?
    M. ¿De quién es la pregunta? ¿Es de un Jnani o de un ajnani?
    D. De un ajnani, lo admito.
    M. ¿Es el mundo el que busca decidir la cuestión de su realidad? La duda surge en us-ted. Conozca primero quién es el dudador, y entonces usted puede considerar si el mundo es real o no.
    D. El ajnani ve y conoce el mundo y sus objetos, que afectan a sus sentidos del tacto, del gusto, etc. ¿Experimenta el Jnani el mundo de la misma manera?
    M. Usted habla de ver y conocer el mundo. Pero sin conocerse a usted mismo, el sujeto que conoce (sin el cual no hay ningún conocimiento del objeto), ¿cómo puede us-ted conocer la verdadera naturaleza del mundo, el objeto conocido? No hay duda, los objetos afectan al cuerpo y a los órganos de los sentidos, pero ¿es a su cuerpo al que le surge la pregunta? ¿Acaso dice el cuerpo «yo siento el objeto, el objeto es real»? ¿O acaso es el mundo el que le dice a usted, «yo, el mundo, soy real»?
    D. Yo solo estoy intentando comprender el punto de vista del Jnani sobre el mundo. ¿Es percibido el mundo después de la realización del Sí mismo?
    M. ¿Por qué se preocupa usted por el mundo y lo que le acontece después de la realiza-ción del Sí mismo? Primero realice el Sí mismo. ¡Qué importa si el mundo es per-cibido o no! ¿Gana usted algo que le ayude en su búsqueda por la no-percepción del mundo durante el sueño profundo? Inversamente, ¿qué pierde usted ahora por la percepción del mundo? Es completamente indiferente para el Jnani o el ajnani si percibe el mundo o no. El mundo es visto por ambos, pero sus puntos de vista difieren.
    D. Si el Jnani y el ajnani perciben el mundo de la misma manera, ¿dónde está la dife-rencia entre ellos?
    M. Viendo el mundo, el Jnani ve el Sí mismo que es el Sustrato de todo lo que se ve; el ajnani, ya sea que vea el mundo o que no lo vea, es ignorante de su verdadero Ser, el Sí mismo.
    Tome el ejemplo de las imágenes que se mueven en la pantalla de cine. ¿Qué hay ahí enfrente de usted antes de que comience la proyección? Meramente la pantalla. En esa pantalla usted ve el espectáculo entero, y bajo todas las apariencias las imáge-nes son reales. Pero vaya y trate de agarrarlas. ¿Qué agarra usted? Meramente la pantalla en la que las imágenes aparecen tan reales. Después del espectáculo, cuando las imágenes desaparecen, ¿qué queda? ¡La pantalla de nuevo!
    Así es con el Sí mismo. Solo Eso existe; las imágenes vienen y van. Si se adhiere al Sí mismo, usted no será engañado por la apariencia de las imágenes. No importa en absoluto si todas las imágenes aparecen o desaparecen. Ignorando al Sí mismo, el ajnani piensa que el mundo es real, lo mismo que, ignorando la pantalla, él ve meramente las imágenes, como si ellas existieran aparte de la pantalla. Si uno sabe que sin el Veedor no hay nada que se vea, lo mismo que no hay ninguna imagen sin la pantalla, uno no es engañado. El Jnani sabe que la pantalla, las imágenes y la visión de todo ello son solo el Sí mismo. Con las imágenes el Sí mismo es en su forma manifiesta; sin las imágenes Él permanece en la forma inmanifiesta. Para el Jnani es completamente indiferente si el Sí mismo está en una forma o la otra. Él es siempre el Sí mismo. Pero el ajnani, al ver al Jnani activo, se confunde.
    D. Es justo ese punto el que me incitó a hacer mi primera pregunta, de si el que ha reali-zado el Sí mismo percibe el mundo como nosotros lo hacemos, y si él lo hace, me gustaría saber qué siente Sri Bhagavan sobre la misteriosa desaparición de la foto ayer…
    M. (Sonriendo). Usted se está refiriendo a la foto del templo de Madura. Unos pocos minutos antes había estado pasando por las manos de los visitantes, que la miraban por turnos. Evidentemente, se traspapeló entre las páginas de un libro u otro de los que estaban consultando.
    D. Sí, fue ese incidente. ¿Cómo lo ve Bhagavan? Había una ansiosa búsqueda de la foto que, finalmente, no pudo encontrarse. ¿Cómo ve Bhagavan la misteriosa desapari-ción de la foto, justo en el momento en que se quería?
    M. Suponga que usted sueña que me está llevando a su lejano país, Polonia. Entonces se despierta y me pregunta, «He soñado esto y esto. ¿Ha tenido usted también algún sueño como éste o supo de alguna otra manera que yo le estaba llevando a Polo-nia?» ¿Qué significado dará usted a una encuesta como ésta?
    D. Pero, en lo que concierne a la foto perdida, todo el incidente tuvo lugar enfrente de Sri Bhagavan.
    M. La visión de la foto, su desaparición, así como su presente encuesta, son todas meras operaciones de la mente.
    Hay una historia puránica que ilustra el punto. Cuando Sita se perdió de la ermita del bosque, Rama fue en busca de ella, sollozando «¡Oh Sita, Sita!» Se dice que Par-vati y Parameswara vieron desde arriba lo que estaba teniendo lugar en el bosque. Parvati expreso su sorpresa a Siva y dijo «Tú alababas a Rama como el Ser Per-fecto. ¡Ve como se comporta y se lamenta por la perdida de Sita!» Siva replico «Si tú eres escéptica sobre la Perfección de Rama, entonces ponle a prueba tú misma. Por medio de tu yoga-maya transfórmate en la apariencia de Sita y aparece ante él». Parvati así lo hizo. Ella apareció ante Rama en la misma apariencia de Sita, pero, para su asombro, Rama ignoró su presencia y siguió como antes, gritando «¡Oh Sita, oh Sita!» como si estuviera ciego.
    D. Soy incapaz de entender la moraleja de la historia.
    M. Si Rama hubiera estado buscando realmente a la presencia corporal de Sita, habría reconocido la persona que estaba frente a él como la Sita que había perdido. Pero no, la Sita perdida era tan irreal como la Sita que había aparecido ante sus ojos. Rama no estaba realmente ciego; pero para Rama, el Jnani, el ser anterior de Sita en la cabaña, su desaparición, su consiguiente búsqueda de ella, así como la pre-sencia actual de Parvati en la apariencia de Sita, eran todos igualmente irreales. ¿Comprende usted ahora cómo se vio la desaparición de la foto?
    D. No puedo decir que esté todo claro para mí. ¿Es el mundo que es visto, sentido y percibido por nosotros de tantas maneras algo como un sueño, una ilusión?
    M. Si usted está buscando la Verdad y solo la Verdad, no hay ninguna alternativa para usted excepto aceptar el mundo como irreal.
    D. ¿Por qué es eso así?
    M. Por la simple razón de que a menos que usted abandone la idea de que el mundo es real, su mente irá siempre tras él. Si usted toma la apariencia como real, no cono-cerá nunca lo Real mismo, aunque lo que existe es solo lo Real. Este punto es ilus-trado por la analogía de «la serpiente en la cuerda». Mientras usted vea la serpien-te, no puede ver la cuerda como tal. La serpiente no-existente deviene real para usted, mientras que la cuerda real parece completamente no-existente como tal.
    D. Es fácil de aceptar intencionalmente que, finalmente, el mundo no es real, pero es difícil tener la convicción de que es verdaderamente irreal.
    M. Igualmente es real su mundo de sueño mientras usted está soñando. Mientras dura el sueño, todo lo que usted ve, siente, etc., en él es real.
    D. ¿No es entonces el mundo nada mejor que un sueño?
    D. ¿Qué hay de malo en el sentido de realidad que usted tiene mientras está soñando? Usted puede estar soñando algo completamente imposible, por ejemplo, tener una charla feliz con una persona muerta. Pero por un momento usted puede dudar en el sueño diciéndose a usted mismo, «¿No estaba él muerto?», pero de alguna manera su mente se reconcilia con la visión del sueño, y la persona es como si estuviera viva para los propósitos del sueño. En otras palabras, el sueño como un sueño no le permite a usted dudar de su realidad. De la misma manera, usted es incapaz de dudar de la realidad del mundo en su experiencia de vigilia. ¿Cómo puede la mente, que ha creado ella misma el mundo, aceptar que es irreal? Esa es la sig-nificación de la comparación hecha entre el mundo de la experiencia de la vigilia y el mundo del sueño. Ambos son solo creaciones de la mente y mientras la mente está absorbida en cualquiera de ellos, se encuentra a sí misma incapaz de negar la realidad del mundo del sueño mientras sueña, y del mundo de la vigilia mientras está despierta. Si, por el contrario, usted retira su mente completamente del mundo y la vuelve dentro y permanece así, es decir, si usted se mantiene despierto siempre al Sí mismo, que es el Sustrato de toda experiencia, entonces encontrará el mundo, del cual solo usted es consciente ahora, tan irreal como el mundo en el que usted vivía en su sueño.
    D. Como dije antes, nosotros vemos, sentimos y percibimos el mundo de muchas for-mas. Estas sensaciones son las reacciones a los objetos vistos, sentidos, etc. y no son creaciones mentales como en los sueños, que difieren no solo de persona a persona sino también con respecto a la misma persona. ¿No es eso suficiente para probar la realidad objetiva del mundo?
    M. Toda esta charla sobre inconsistencias y su atribución al mundo del sueño surge solo ahora, cuando usted está despierto. Mientras usted está durmiendo, el sueño era un todo perfectamente integrado. Es decir, si usted sintió sed en un sueño, la bebida ilusoria de agua ilusoria aplacó su sed ilusoria. Pero todo esto era real y no ilusorio para usted mientras no sabía que el sueño mismo era ilusorio. Similarmente con el mundo de la vigilia; las sensaciones que usted tiene ahora, se coordinan para darle a usted la impresión de que el mundo es real.
    Si, por el contrario, el mundo es una realidad auto-existente (eso es lo que usted en-tiende evidentemente por su objetividad), ¿qué impide que el mundo se revele a usted en el sueño profundo? Usted no dice que usted no ha existido en su sueño profundo.
    D. Tampoco niego la existencia del mundo mientras estoy dormido. Él ha estado exis-tiendo todo el rato. Si durante mi sueño profundo yo no lo veía, otros que no esta-ban durmiendo lo veían.
    M. Para decir que usted existía en su sueño profundo, ¿es necesario hacer llamada a la evidencia de otros para que se lo prueben a usted? ¿Por qué busca usted su evi-dencia ahora? Esos «otros» pueden decirle que han visto el mundo (durante su sueño profundo ) solo cuando usted mismo está despierto. Con respecto a su pro-pia existencia es diferente. Al despertarse usted dice que ha tenido un buen sueño, de modo que, en esa misma medida, usted es consciente de usted mismo en el sueño más profundo, mientras que usted no tiene la más mínima noción de la exis-tencia del mundo entonces. Incluso ahora, mientras usted está despierto, ¿es el mundo el que dice «yo soy real», o es usted?
    D. Por supuesto, yo lo digo, pero también lo digo del mundo.
    M. Bien, entonces, ese mundo, que usted dice que es real, está realmente mofándose de usted, por buscar probar su realidad mientras usted es ignorante de su propia Rea-lidad.
    Usted quiere mantener de una manera u otra que el mundo es real. ¿Cuál es el patrón de la Realidad? Solo es Real eso que existe por sí mismo, que se revela a sí mismo por sí mismo y que es eterno y sin cambio.
    ¿Existe el mundo por sí mismo? ¿Ha sido visto nunca sin la ayuda de la mente? En el sueño profundo no hay ni mente ni mundo. Al despertar hay mente y hay mundo. ¿Qué significa esta concomitancia invariable? Usted está familiarizado con los principios de la lógica inductiva, que son considerados las bases mismas de la in-vestigación científica. ¿Por qué no resuelve usted esta cuestión de la realidad del mundo a la luz de esos principios aceptados de la lógica?
    De usted mismo, usted puede decir «yo existo». Es decir, la suya no es mera exis-tencia, es Existencia de la cual usted es consciente. En realidad, es Existencia idéntica a Consciencia.
    D. El mundo puede no ser consciente de sí mismo, y sin embargo existe.
    M. La Consciencia es siempre Auto-consciente. Si usted es consciente de algo, usted es esencialmente consciente de usted mismo. La existencia no consciente de sí misma es una contradicción en los términos. No es existencia en absoluto. Es meramente existencia atribuida, mientras la verdadera Existencia, el Sat, no es un atributo, es la Sustancia misma. Es el Vastu. Por consiguiente, la Realidad es conocida como Sat-Chit, Ser-Consciencia, y nunca meramente como uno a exclusión del otro. El mundo ni existe por sí mismo, ni es consciente de su existencia. ¿Cómo puedes decir usted que un mundo tal es real?
    ¿Y cual es la naturaleza del mundo? Es cambio perpetuo, un flujo continuo e inter-minable. Un mundo dependiente, no consciente de sí mismo y siempre cambiante no puede ser real.
    D. No solo la ciencia empírica occidental considera real al mundo, sino que los Vedas, etc., dan elaboradas descripciones cosmológicas del mundo y de su origen. ¿Por qué deberían hacerlo si el mundo es irreal?
    M. El propósito principal de los Vedas, etc., es enseñarle a usted la naturaleza del Atman imperecedero, y declarar con autoridad «Tú eres Eso».
    D. Lo acepto. Pero ¿por qué deben dar descripciones cosmológicas desarrolladas con gran detalle, a menos que consideren real el mundo?
    M. Adopte en la práctica lo que usted acepte en teoría, y deje el resto. Los Sastras tienen que guiar a todos los tipos de buscador de la Verdad, y todos ellos no son de la misma disposición mental. Lo que usted no puede aceptar, trátelo como artha-vada o argumento auxiliar.

  • Crow

    IV

    EL CORAZÓN ES EL SÍ MISMO

    D. Sri Bhagavan habla del Corazón como la sede de la Consciencia y como idéntico al Sí mismo. ¿Qué significa el Corazón exactamente?
    M. La pregunta sobre el Corazón surge debido a que usted está interesado en buscar la Fuente de la consciencia. Para todas las mentes de pensamiento profundo, la inda-gación sobre el «yo» y su naturaleza tiene una fascinación irresistible.
    Llámelo por cualquier nombre, Dios, Sí mismo, el Corazón o la Sede de la Cons-ciencia, es todo lo mismo. El punto que hay que comprender es éste, que CO-RAZÓN significa el Núcleo mismo del ser de uno, el Centro, sin el cual no hay nada.
    D. Pero Sri Bhagavan ha especificado un lugar particular para el Corazón dentro del cuerpo físico, que está en el pecho, dos dedos a la derecha del medio.
    M. Sí, ese es el Centro de la experiencia espiritual según el testimonio de los Sabios. El Corazón-centro espiritual es completamente diferente del órgano muscular que propulsa la sangre conocido por el mismo nombre. El Corazón-centro espiritual no es un órgano del cuerpo. Todo lo que puede decir del Corazón es que es el Núcleo mismo de su ser, eso con lo que usted es realmente idéntico (como la palabra en sánscrito significa literalmente), ya sea que usted esté despierto, dormido o soñando, o ya sea que usted esté ocupado en el trabajo o inmerso en Samadhi.
    D. En ese caso, ¿cómo puede ser localizado en una parte del cuerpo? Fijar un lugar para el Corazón implicaría establecer limitaciones psicológicas a Eso que es más allá del espacio y del tiempo.
    M. Eso es correcto. Pero la persona que hace la pregunta sobre la posición del Corazón, se considera a sí mismo como existiendo con o en el cuerpo. Al hacer la pregunta ahora, ¿diría usted que solo su cuerpo está aquí pero que usted está hablando des-de alguna otra parte? No, usted acepta su existencia corporal. Es desde este punto de vista como llega a hacerse cualquier referencia a un cuerpo físico.
    Hablando verdaderamente, la pura Consciencia es indivisible, es sin partes. Ella no tiene ninguna forma ni ninguna figura, ningún «dentro» ni ningún «fuera». Para ella no hay ninguna «derecha» ni ninguna «izquierda». La pura Consciencia, que es el Corazón, incluye todo; y nada es fuera o aparte de ella. Eso es la Verdad última.
    Desde este punto de vista absoluto, el Corazón, el Sí mismo o la Consciencia no puede tener ningún lugar particular asignado en el cuerpo físico. ¿Cuál es la razón? El cuerpo es él mismo una mera proyección de la mente, y la mente es solo un pobre reflejo del Corazón radiante. ¿Cómo puede Eso, en lo que está contenido todo, estar confinado ello mismo, como una minúscula parte, dentro del cuerpo físico, que es solo una manifestación fenoménica e infinitesimal de la única Rea-lidad?
    Pero las gentes no comprenden esto. No pueden evitar pensar en los términos del cuerpo físico y el mundo. Por ejemplo, usted dice «yo he venido a este Asramam haciendo todo el camino desde mi país más allá de los Himalayas». Pero eso no es la verdad. ¿Donde hay un «venir» o un «ir», o cualquier movimiento que sea, para el único Espíritu omnipenetrante que usted es realmente? Usted está donde usted ha estado siempre. Es su cuerpo el que se movía o era transportado de un lugar a otro hasta que llegó a este Asramam. Esto es la simple verdad, pero para una per-sona que se considera a sí mismo un sujeto que vive en un mundo objetivo, esto parece algo completamente visionario.
    Al descender al nivel de la comprensión ordinaria es cuando se asigna un lugar al Corazón en el cuerpo físico.
    D. ¿Cómo debo comprender entonces la afirmación de Sri Bhagavan de que la expe-riencia del centro-Corazón es en ese lugar particular del pecho?
    M. Una vez que usted acepte que, desde el punto de vista verdadero y absoluto, el Co-razón como pura Consciencia está más allá del espacio y el tiempo, será fácil para usted comprender el resto en su perspectiva correcta.
    D. Es solo sobre esa base como he hecho la pregunta sobre la posición del Corazón. Estoy preguntando sobre la experiencia de Sri Bhagavan.
    M. La pura Consciencia, enteramente desconectada del cuerpo físico y que trasciende la mente, es una cuestión de experiencia directa. Los sabios conocen su Existencia eterna y sin cuerpo como los legos conocen su existencia corporal. Pero la expe-riencia de la Consciencia puede ser con consciencia corporal tanto como sin ella. En la experiencia sin cuerpo de la pura Consciencia, el Sabio está más allá del tiempo y el espacio, y entonces no puede surgir en absoluto ninguna pregunta so-bre la posición del Corazón.
    Sin embargo, puesto que el cuerpo físico no puede subsistir (con vida) aparte de la Consciencia, la consciencia corporal tiene que ser sostenida por la pura Conscien-cia. La consciencia corporal, por su naturaleza, es limitada y no puede ser nunca coextensiva con la pura Consciencia, que es infinita y eterna. La consciencia del cuerpo es meramente como una mónada, como un reflejo en miniatura de la pura Consciencia con la que el Sabio ha realizado su identidad. Por consiguiente, para él, la consciencia del cuerpo es solo un rayo reflejado, por así decir, de la Cons-ciencia infinita y auto-efulgente que es él mismo. Es solo en este sentido como el Sabio es consciente de su existencia corporal.
    Puesto que, durante la experiencia sin cuerpo del Corazón como pura Consciencia, el Sabio no es consciente del cuerpo, esa experiencia absoluta es localizada por él dentro de los limites del cuerpo físico por una suerte de sensación de recordación hecha mientras él está con consciencia corporal.
    D. Para hombres como yo, que no tienen ni la experiencia directa del Corazón ni la con-secuente recordación, la cuestión parece un poco difícil de aprehender. Sobre la posición del Corazón mismo, quizás debamos depender de algún tipo de conjetura.
    M. Si la determinación de la posición del Corazón debe depender de una conjetura, in-cluso en el caso de los legos, la cuestión no merece ciertamente mucha considera-ción. No, no es de una conjetura de lo que usted tiene que depender; se trata de una intuición infalible.
    D. ¿Para quién es la intuición?
    M. Para uno y para todos.
    D. ¿Me acredita Sri Bhagavan con un conocimiento intuitivo del Corazón?
    M. No, no del Corazón, sino de la posición del Corazón en relación a su identidad.
    D. ¿Dice Sri Bhagavan que yo conozco intuitivamente la posición del Corazón en el cuerpo físico?
    M. ¿Por qué no?
    D. (Señalándose a sí mismo) ¿Es a mí personalmente a quien Sri Bhagavan se está refi-riendo?
    M. Sí. ¡Esa es la intuición! ¿Cómo acaba de referirse a usted mismo por el gesto justo ahora? ¿No puso usted su dedo en el lado derecho del pecho? Ese es exactamente el lugar del centro-Corazón.
    D. Así pues, en la ausencia del conocimiento directo del centro-Corazón, ¿tengo que depender de esta intuición?
    M. ¿Qué hay de malo en ello? Cuando un muchacho de escuela dice «Soy yo quien ha hecho la suma correctamente», o cuando le dice a usted «Correré y traeré el libro para usted», ¿señala él a la cabeza que hizo la suma correctamente, o a las piernas que le llevarán rápidamente para traerle a usted el libro? No, en ambos casos, su dedo señala de manera completamente natural hacia el lado derecho del pecho, dando así una expresión inocente a la profunda verdad de que la Fuente de la «yo»-idad en él está ahí. Es una intuición infalible que le hace referirse a sí mismo, al Corazón que es el Sí mismo, de esa manera. El acto es completamente in-voluntario y universal, es decir, es el mismo en el caso de todos los individuos.
    ¿Qué prueba más contundente que ésta requiere usted sobre la posición del centro-Corazón en el cuerpo físico?

    V

    EL LUGAR DEL CORAZÓN

    D. Pero yo he oído dicho por un Santo que su experiencia espiritual se siente en el lugar entre las cejas.
    M. Como he dicho previamente, esa es la Realización perfecta y última que trasciende la relación sujeto-objeto. Cuando se obtiene eso, no importa dónde se sienta la expe-riencia espiritual.
    D. Pero la pregunta es cuál de los dos es el punto de vista correcto, a saber, (1) que el centro de la experiencia espiritual es el lugar entre las cejas, (2) que es el Corazón.
    M. Para propósitos de la práctica, usted puede concentrarte entre las cejas; sería entonces bhavana o contemplación imaginativa de la mente; mientras que el estado supremo de Anubhava o Realización, con el que usted deviene completamente identificado y en el que su individualidad se disuelve completamente, trasciende la mente. Entonces, no puede haber ningún centro objetivado que sea experimentado por usted como un sujeto distinto y separado de él.
    D. Me gustaría hacer mi pregunta con palabras ligeramente diferentes. ¿Puede decirse que el lugar entre las cejas es la sede del Sí mismo?
    M. Usted acepta que el Sí mismo es la Fuente última de la consciencia y que subsiste igualmente durante todos los tres estados de la mente. Pero vea lo que acontece cuando una persona en meditación es vencida por el sueño. Como primer síntoma del sueño su cabeza comienza a inclinarse, lo cual no puede acontecer de ningún modo si el Sí mismo estuviera situado entre las cejas o en algún otro lugar en la cabeza.
    Si durante el sueño profundo la experiencia del Sí mismo no es sentida entre las ce-jas, ese centro no puede ser llamado su sede sin implicar que el Sí mismo abandona a menudo su propio lugar, lo cual es absurdo.
    El hecho es que el sadhaka puede tener su experiencia en cualquier centro o chakra en el que concentre su mente. Pero, por esa razón, ese lugar particular de su expe-riencia no deviene ipso facto la sede del Sí mismo. Hay una historia interesante sobre Kamal, el hijo del Santo Kabir, que sirve como una ilustración para mostrar que la cabeza (y con mayor razón el lugar entre las cejas) no puede ser considerada la sede del Sí mismo.
    Kabir era intensamente devoto de Sri Rama, y él nunca dejaba de alimentar a aque-llos que cantaban la alabanza del Señor de su devoción. Sin embargo, en una oca-sión aconteció que no tenía el dinero para proporcionar alimento a una tal reunión de devotos. Para él, en cualquier caso, no podía haber ninguna alternativa excepto que de una manera u otra debía hacer todos los arreglos necesarios antes de la ma-ñana siguiente. Así pues, él mismo y su hijo se pusieron en camino por la noche para asegurar las provisiones requeridas.
    La historia dice que después de que el padre y el hijo hubieron sacado las provisiones de la casa de un mercader a través de un agujero que hicieron en la pared, el hijo entró otra vez para despertar a la familia y decirles, como una cuestión de principio, que su casa había sido robada. Cuando, habiendo despertado a la fami-lia, el muchacho intentó escapar a través del agujero y unirse con su padre en el otro lado, su cuerpo produjo un sonido en la abertura. Para evitar ser identificado por la familia que le perseguía (porque, si era detectado, no habría ningún alimento para todos los devotos al día siguiente), llamó a su padre y le dijo que cortase su cabeza y la llevase con él. Hecho eso, Kabir escapo con las provisiones robadas y la cabeza del hijo, la cual, al llegar a casa, fue ocultada de la posible detección. Al día siguiente día Kabir dio un festín a los Bhaktas, completamente olvidado de lo que había acontecido la noche anterior. «¡Si es la Voluntad de Rama», se dijo Kabir para sí mismo, «que mi hijo muriera, que así sea»! Por la tarde, Kabir salió con la asamblea de devotos como es habitual en procesión a la ciudad con bhaja-na, etc.
    Mientras tanto, la familia robada contó todo al rey, mostrando el cuerpo decapitado de Kamal, que no les dio ninguna pista. Para asegurar su identificación, el rey puso el cuerpo prominentemente elevado en el camino para que quienquiera que lo reclamara o lo tomara (puesto que, ningún cuerpo muerto es abandonado sin que le sean dados los últimos ritos por parientes y amigos) pudiera ser interrogado o arrestado por la policía que estaba apostada secretamente con ese propósito.
    Kabir y su asamblea llegaron por el camino con los bhajana en plena efervescencia, cuando, para el asombro de todos, el cuerpo truncado de Kamal (que era conside-rado muerto como el llamador de una puerta) comenzó a palmear sus manos mar-cando el ritmo del canto cantado por la asamblea de bhajana.
    La historia desmiente la sugerencia de que la cabeza o el lugar entre las cejas es la sede del Sí mismo. También puede notarse que cuando en el campo de batalla la cabeza de un soldado en acción es separada del cuerpo por un repentino y podero-so golpe de la espada, el cuerpo continua corriendo o moviendo sus miembros como en un remedo de lucha, por algún tiempo, antes de caer finalmente muerto.
    D. ¿Pero el cuerpo de Kamal fue matado horas antes?
    M. Lo que usted llama muerte no es en realidad ninguna experiencia extraordinaria para Kamal. He aquí la historia de lo que había acontecido cuando él era todavía más joven.
    Cuando era un muchacho Kamal tenia un amigo de igual edad con quien solía jugar a juegos de canicas, etc. Una regla general que observaban entre ellos, era que si uno de ellos debía al otro un juego o dos, él mismo debía ser resarcido al día siguiente. Una tarde partieron con un juego en el debe de Kamal. Al día siguiente, para reclamar «la revancha», Kamal fue a la casa del muchacho, donde vio al muchacho tendido en el porche, mientras sus familiares estaban llorando junto a él.
    «¿Qué pasa?» les pregunto Kamal, «él jugo conmigo la tarde de ayer y me debe un juego». Los familiares lloraban todos mucho al decir que el muchacho estaba muerto. «No», dijo Kamal, «él no está muerto, sino simplemente finge estarlo, solo para evitar la revancha del juego que me debe». Los familiares protestaron, pi-diendo a Kamal que viera por él mismo que el muchacho estaba realmente muerto, que el cuerpo estaba frío y rígido. «Pero todo esto es un mero fingimiento del muchacho, yo lo sé; ¿qué si el cuerpo está duro y frío? Yo también puedo devenir así». Diciendo esto, Kamal mismo se tumbó, y en un abrir y cerrar de ojos estaba muerto.
    Los pobres familiares, que estaban llorando hasta entonces por la muerte de su propio muchacho, se consternaron y desmayaron, y comenzaron a llorar ahora la muerte de Kamal también. Pero Kamal se levantó sobre su espalda, declarando «¿Lo veis ahora? Yo estaba, como vosotros diríais, muerto, pero me he levantado de nuevo, vivo y pataleando. Así es como él quiere engañarme, pero no puede eludirme así con sus simulaciones».
    Finalmente, prosigue la historia, la inherente santidad de Kamal dio vida al mucha-cho muerto, y Kamal obtuvo el juego que se le debía. La moraleja es que la muerte del cuerpo no es la extinción del Sí mismo. Su relación con el cuerpo no está limitada por el nacimiento y la muerte, y su lugar en el cuerpo físico no está cir-cunscrito por la experiencia de uno sentida en un lugar particular, como, por ejemplo, entre las cejas, debido a la práctica de dhyana hecha en ese centro. El supremo Estado de la Auto-consciencia no está ausente nunca; trasciende los tres estados de la mente, así como la vida y la muerte.
    D. Puesto que Sri Bhagavan dice que el Sí mismo puede funcionar en cualquiera de los centros o chakras aunque su sede está en el Corazón, ¿no es posible que por la práctica de una concentración o dhyana intensa entre las cejas este centro pueda devenir él mismo la sede del Sí mismo?
    M. Mientras sea meramente la etapa de la práctica de la concentración fijando un lugar donde controlar su atención, cualquier consideración sobre la sede del Sí mismo sería meramente una teorización. Usted se considera a usted mismo como el sujeto, el veedor, y el lugar donde usted fija su atención deviene el objeto visto. Esto es meramente bhavana. Cuando, por el contrario, usted ve al Veedor mismo, usted se sumerge en el Sí mismo, deviene uno con él; eso es el Corazón.
    D. ¿Es recomendable entonces la práctica de la concentración entre las cejas?
    M. El resultado final de la práctica de cualquier tipo de dhyana es que el objeto en el que el sadhaka fija su mente, cesa de existir como distinto y separado del sujeto. Ellos (el sujeto y el objeto) devienen el único Sí mismo, y eso es el Corazón.
    La práctica de la concentración en el centro entre las cejas es uno de los métodos de sadhana, y con el tiempo los pensamientos son efectivamente controlados de esta manera. La razón es ésta. Todo pensamiento es una actividad extrovertida de la mente; y el pensamiento sigue a la «vista» —física o mental.
    Sin embargo, debe apuntarse que esta sadhana de fijar la atención de uno entre las cejas deber ser acompañada por japa. Porque lo siguiente en importancia al ojo físico es el oído físico, ambos para controlar o distraer a la mente. Lo siguiente en importancia al ojo de la mente (es decir, la visualización mental del objeto) es el oído de la mente (es decir, la articulación mental del habla), ambos para controlar y así fortalecer la mente, o para distraer y así disiparla.
    Por consiguiente, mientras fija el ojo de la mente en un centro, como por ejemplo entre las cejas, usted debe practicar también la articulación mental de un Nama (Nombre) o Mantra (Sílaba o Sílabas sagradas). De otro modo, usted perderá pronto su atención sobre el objeto de concentración.
    La Sadhana, como se describe arriba, lleva a la identificación del Nombre, la Palabra o el Sí mismo —como quiera que usted lo llame—, con el centro seleccionado para los propósitos de dhyana. La pura Consciencia, el Sí mismo o el Corazón es la Realización final.
    D. ¿Por qué Sri Bhagavan no nos dirige a practicar la concentración en algún centro de chakra particular?
    M. Los Yoga Sastras dicen que el sahasrara o el cerebro es la sede del Sí mismo. El Purusha Sukta declara que el Corazón es su sede. A fin de capacitar al sadhaka para que evite toda posible duda, yo le digo que tome el «hilo» o la llave de la «yo»-idad o «yo-soidad» y que lo siga hasta su Fuente. Porque, en primer lugar, es imposible que alguien mantenga alguna duda sobre su noción de «yo»; en segundo lugar, cualquiera que sea la sadhana adoptada, la meta final es la realización de la Fuente de la «yo-soidad», que es el dato primordial de su experiencia.
    Por consiguiente, si usted practica Atma-vichara, alcanzará el Corazón que es el Sí mismo.

  • Crow

    VI

    AHAM Y AHAM-VRITTI

    D. ¿Cómo puede una indagación iniciada por el ego revelar su propia irrealidad?
    M. La existencia fenoménica del ego es trascendida cuando usted se sumerge en la Fuente de donde surge el Aham-vritti.
    D. ¿Pero no es el Aham-vritti solo una de las tres formas en las que el ego se manifiesta? El Yoga Vasishtha y otros textos antiguos describen el ego como teniendo una forma triple.
    M. Así es. El ego es descrito como teniendo tres cuerpos, el grosero, el sutil y el causal, pero eso es solo para los propósitos de la exposición analítica. Si el método de in-dagación tuviera que depender de la forma del ego, usted puede dar por hecho que toda indagación devendría completamente imposible, porque las formas que el ego puede asumir son legión. Por lo tanto, para los propósitos de Jnana-vichara, usted tiene que proceder sobre la base de que el ego solo tiene una forma, a saber, la de Aham-vritti.
    D. Pero eso puede resultar inadecuado para realizar Jnana.
    M. La Auto-indagación siguiendo la pista de Aham-vritti, es como el perro que sigue la pista de su dueño por su olor. El dueño puede estar en algún lugar distante y des-conocido, pero eso no impide en absoluto que el perro siga el rastro. El olor del dueño es una pista infalible para el animal, y nada más cuenta, tal como el vestido que lleva puesto, o su constitución y estatura, etc. El perro se aferra a ese olor sin distracción mientras le busca, y, finalmente, logra encontrarle.
    Igualmente, en su búsqueda del Sí mismo, la única pista infalible es el Aham-vritti, la «yo-soi»-dad que es el dato primordial de su experiencia. Ninguna otra pista puede llevarle directamente a la realización del Sí mismo.
    D. Todavía queda la pregunta de por qué la búsqueda de la Fuente de Aham-vritti, en tanto que se distingue de otros vrittis, debe ser considerada el medio directo a la realización del Sí mismo.
    M. La palabra «Aham» es ella misma muy sugerente. Las dos letras de la palabra, a sa-ber, A y HA, son la primera y la última letras del alfabeto sánscrito. La sugestión que se intenta transmitir por la palabra es que ella comprende todo. ¿Cómo? Por-que Aham significa la existencia misma.
    Aunque al concepto de «yo»-idad o «yo-soy»-dad se le conoce por el uso como Aham-vritti, no es realmente un vritti como los otros vrittis de la mente. Porque, a diferencia de los otros vrittis que no tienen interrelación esencial, el Aham-vritti está igual y esencialmente relacionado con todos y cada uno de los vrittis de la mente. Sin el Aham-vritti no puede haber ningún otro vritti, pero el Aham-vritti puede subsistir por sí mismo sin depender de ningún otro vritti de la mente. Por consiguiente, el Aham-vritti es fundamentalmente diferente de los otros vrittis.
    Así pues, la búsqueda de la Fuente del Aham-vritti no es meramente la búsqueda de la base de una de las formas del ego, sino de la Fuente misma de la que surge la «yo-soy»-dad. En otras palabras, la búsqueda y la realización de la Fuente del ego, en la forma de Aham-vritti, implica necesariamente la trascendencia del ego en cada una de sus formas posibles.
    D. Concediendo que el Aham-vritti comprende esencialmente todas las formas del ego, ¿por qué debe ser escogido solo ese vritti como el medio para la indagación del Sí mismo?
    M. Porque es el único dato irreducible de su experiencia; porque buscar su Fuente es la única vía practicable que usted puede adoptar para realizar el Sí mismo. El ego se dice que tiene un cuerpo causal, pero ¿cómo puede usted hacerlo el sujeto de su indagación? Cuando el ego adopta esa forma, usted está inmerso en la oscuridad del sueño profundo.
    D. ¿Pero no es el ego en sus formas sutil y causal demasiado intangible para ser apre-hendido por la indagación en la Fuente de Aham-vritti, llevada a cabo mientras la mente está despierta?
    M. No. La indagación en la Fuente de Aham-vritti toca a la existencia misma del ego. Por consiguiente, la sutileza de la forma del ego no es una consideración impor-tante.
    D. Cuando la única meta es realizar el Ser puro e incondicionado del Sí mismo, que no es de ningún modo dependiente del ego, ¿cómo puede ser de alguna utilidad una indagación que incumbe al ego, en la forma de Aham-vritti?
    M. Desde el punto de vista funcional, la forma, la actividad, o como quiera que usted lo llame (carece de importancia, puesto que es evanescente), el ego tiene una y solo una característica. El ego funciona como el nudo entre el Sí mismo, que es pura Consciencia, y el cuerpo físico, que es inerte e insenciente. Por consiguiente, el ego es llamado el Chit-jada granthi. En su indagación en la Fuente de Aham-vritti, usted toma el aspecto Chit esencial del ego; y por esta razón la indagación debe conducir a la realización de la pura Consciencia del Sí mismo.
    D. ¿Cuál es la relación entre la pura Consciencia realizada por el Jnani y la «yo-soy»-dad que es aceptada como el dato primordial de la experiencia?
    M. La Consciencia indiferenciada del puro Ser es el Corazón o Hridayam que usted es realmente, como se significa por la palabra misma (Hrit + Ayam = Corazón soy yo). Del Corazón surge la «yo-soy»-dad como el dato primordial de la propia ex-periencia de uno. Por sí mismo es de carácter suddhasattva. Es en esta suddha-sattva svarupa (es decir, no contaminada por rajas y tamas), donde el «yo» parece subsistir en el Jnani… 
    D. En el Jnani el ego subsiste en la forma sátvica y, por consiguiente, aparece como algo real. ¿Estoy en lo cierto?
    M. No. La existencia del ego en cualquier forma, tanto en el Jnani como en el ajnani, es ella misma una apariencia. Pero para el ajnani, que está engañado con el pensa-miento de que el estado de vigilia y el mundo son reales, el ego también aparece como real. Puesto que él ve al Jnani actuar como otros individuos, se siente obli-gado a postular alguna noción de individualidad con referencia al Jnani también.
    D. ¿Cómo funciona entonces el Aham-vritti en el Jnani?
    M. En él no funciona en absoluto. La lakshya (patencia) del Jnani es el Corazón mismo, debido a que él es uno e idéntico con la Consciencia pura e indiferenciada a la que las Upanishads se refieren como el PRAJNANA. Prajnana es ciertamente el Brahman, lo Absoluto, y no hay ningún otro Brahman que Prajnana.
    D. ¿Cómo surge entonces infelizmente la ignorancia de esta única y sola Realidad en el caso del ajnani?
    M. El ajnani ve solo la mente, que es un mero reflejo de la Luz de la Pura Consciencia que surge del Corazón. Él es ignorante del Corazón mismo. ¿Por qué? Debido a que su mente está extrovertida y nunca ha buscado su Fuente.
    D. ¿Qué le impide a la Luz de la Consciencia infinita e indiferenciada que surge del Corazón revelarse al ajnani?
    M. Lo mismo que el agua en el cuenco refleja el enorme sol dentro de los estrechos li-mites del cuenco, así también los vasanas o tendencias latentes de la mente del individuo, actuando como el medio reflectante, atrapan la Luz de la Consciencia omnipenetrante e infinita que surge del Corazón y presentan en la forma de un re-flejo el fenómeno llamado la mente. Al ver sólo este reflejo, el ajnani es engañado en la creencia de que él es un ser finito, el jiva.
    Si la mente deviene introvertida a través de la indagación en la Fuente de Aham-vritti, los vasanas devienen extinguidos, y, en la ausencia del medio reflectante, el fenómeno de la reflexión, la mente, también desaparece siendo absorbida en la Luz de la única Realidad, el Corazón.
    Esto es la suma y sustancia de todo lo que un aspirante necesita saber. Lo que se re-quiere imperiosamente de él es una indagación sincera y auto-concentrada en la Fuente de Aham-vritti.
    D. Pero cualquier esfuerzo que él pueda hacer está limitado a la mente en el estado de vigilia. ¿Cómo puede esa indagación llevada a cabo solo en uno de estos tres esta-dos de la mente, destruir a la mente misma?
    M. No hay duda de que la indagación en la Fuente de Aham-vritti es iniciada por el sad-haka en el estado de vigilia de la mente. No puede decirse que en él la mente haya sido destruida. Pero el proceso de la Auto-indagación misma revelará que la alter-nancia o transmutación de los tres estados de la mente, así como los tres estados mismos, pertenecen al mundo de los fenómenos que no puede afectar a su intensa indagación interior.
    La Auto-indagación es realmente posible solo a través de una intensa introversión de la mente. Lo que se realiza finalmente como resultado de esa indagación en la Fuente de Aham-vritti, es verdaderamente el Corazón como la Luz de la pura Consciencia indiferenciada, en la que la luz reflejada de la mente es completamen-te absorbida.
    D. Para el Jnani, entonces, ¿no hay ninguna distinción entre los tres estados de la men-te?
    M. ¿Cómo puede haberla, cuando la mente misma está disuelta y perdida en la Luz de la Consciencia?
    Para el Jnani todos los tres estados son igualmente irreales. Pero el ajnani es incapaz de comprender esto, porque para él el patrón de la realidad es el estado de vigilia, mientras que para el Jnani el patrón de la Realidad es la Realidad misma. Esta Realidad de pura Consciencia es eterna por su naturaleza y por consiguiente sub-siste igualmente durante lo que usted llama vigilia, sueño con sueños y sueño pro-fundo. Para él que es uno con esa Realidad no hay ni la mente ni sus tres estados y, por consiguiente, no hay ni introversión ni extroversión.
    El suyo es el Estado siempre despierto, porque él está Despierto al Sí mismo eterno; el suyo es el Estado siempre soñado, porque para él el mundo no es mejor que un fenómeno de sueño presentado repetidamente; el suyo es el Estado siempre de sueño profundo, porque él es en todos los tiempos sin la consciencia del «cuerpo-soy-yo».
    D. ¿Debo considerar entonces que Sri Bhagavan está hablándome en un estado de vigi-lia-sueño con sueños-sueño profundo?
    M. Debido a que su experiencia consciente está limitada ahora a la duración de la extro-versión de la mente, usted llama al momento presente el estado de vigilia, mientras que todo el tiempo su mente ha estado dormida al Sí mismo, y por consiguiente, usted está ahora realmente en sueño profundo.
    D. Para mí el sueño profundo es un mero vacío.
    M. Eso es así, porque su estado de vigilia es la mera efervescencia de la mente inquieta.
    D. Lo que entiendo por vacío es que yo soy difícilmente consciente de nada en mi sue-ño; para mí es lo mismo que la no existencia.
    M. Pero usted existía durante el sueño profundo.
    D. Si existía, yo no era consciente de ello.
    M. ¡Usted no querrá decir completamente en serio que usted cesó de existir durante su sueño profundo! (Riendo). Si usted fue a dormir como el Señor X, ¿acaso se le-vantó como el Señor Y?
    D. Yo conozco mi identidad, quizás, por un acto de memoria.
    M. Dando eso por hecho, ¿cómo es posible a menos que haya una continuidad de la consciencia?
    D. Pero yo era inconsciente de esa consciencia.
    M. No. ¿Quién dice que usted era inconsciente en el sueño profundo? Es su mente. ¿Pe-ro no había ninguna mente en su sueño profundo? ¿De qué valor es el testimonio de la mente sobre su existencia o experiencia durante el sueño profundo? ¡Buscar el testimonio de la mente para refutar su existencia o su consciencia durante el sueño es como convocar el testimonio de su hijo para refutar el nacimiento de us-ted!
    ¿Recuerda usted que le dije una vez previamente que existencia y consciencia no son dos cosas diferentes, sino una y la misma? Bien, si por cualquier razón usted se siente constreñido a admitir el hecho de que usted existía en el sueño profundo, esté cierto de que usted también era consciente de esa existencia.
    De lo que usted es realmente inconsciente en el sueño profundo es de su existencia corporal. Usted está confundiendo esta consciencia corporal con la verdadera Consciencia del Sí mismo que es eterna. Prajnana, que es la Fuente de la «yo-soy»-dad, subsiste siempre inafectada por los tres estados transitorios de la mente, permitiéndole así a usted conservar su identidad inalterada.
    Prajnana es también más allá de los tres estados, debido a que puede subsistir sin ellos y a pesar de ellos.
    Es esa Realidad lo que usted debe buscar durante su supuesto estado de vigilia si-guiendo el rastro al Aham-vritti hasta su Fuente. La práctica intensa en esta inda-gación revelará que la mente y sus tres estados son irreales y que usted es la Consciencia del puro Ser infinito y eterno, el Sí mismo o el Corazón.

    GLOSARIO

    A

    Abhyasa: práctica espiritual.
    Advaita: no-dualidad; también la doctrina del no dualismo.
    Aham: «yo».
    Aham-vritti: el pensamiento «yo», la sensación limitada de «yo»-idad.
    Ajnana: la ignorancia de la propia naturaleza de uno.
    Ajnani: una persona que es ignorante de su verdadera naturaleza.
    Anubhava: experiencia, especialmente la experiencia del conocimiento del Sí mismo.
    Aparokshanubhuti: experiencia directa (del conocimiento del Sí mismo).
    Artha-Vada: argumento explicativo dado para adaptarse a un propósito particular.
    Asan: postura, especialmente una postura adoptada para la meditación.
    Asramam: la morada de un Sabio o asceta.
    Atman: el Sí mismo real.
    Atma-jnani: una persona que ha obtenido el conocimiento del Sí mismo.
    Atma-vichara: Auto-indagación, la práctica de escudriñar o atender a la sensación «yo» para encontrar «¿Quién soy yo?»
    Atma-vidya: Conocimiento del Sí mismo.

    B

    Bhajana: el canto de cantos devocionales.
    Bhakta: devoto.
    Bhakti: devoción.
    Bhavana: imaginación, meditación.
    Brahma-jnana: conocimiento del Brahman.
    Brahman: la realidad no dual absoluta, que es el Sí mismo o Atman.

    C

    Chakra: Cada uno de los seis centros yóguicos principales en el cuerpo.
    Chidananda: la felicidad de la pura consciencia.
    Chit: pura consciencia, que es la naturaleza del Sí mismo real.
    Chit-jada-granthi: el nudo entre el Sí mismo, que es pura consciencia, y el cuerpo, que es insenciente.

    D

    Dehatma-buddhi: la sensación «yo soy este cuerpo».
    Dhyana: meditación.
    Dvaita: dualidad; también la doctrina del dualismo.

    G

    Gita: la Bhagavad Gita, una de las más renombradas escrituras hindúes.
    Gurú: el verdadero maestro espiritual, que es uno con Dios o el Sí mismo real.
    Gurú-kripa: la Gracia del Gurú.
    Grihasta: hogareño, una persona que lleva una vida de matrimonio.

    H

    Hridayam: el Corazón, que es el Sí mismo real.

    I

    Iswara-svarupa: la naturaleza de Dios o Iswara.

    J

    Jada: insenciente
    Jagrat: el estado de vigilia.
    Jagrat-sushupti: el estado de sueño despierto, en el que no hay pensamientos sino plena consciencia de la existencia-consciencia «yo soy».
    Japa: repetición de un mantra o un nombre de Dios.
    Jiva: un alma individual.
    Jivanmukta: una persona que está liberada mientras vive en el cuerpo.
    Jnana: conocimiento, especialmente conocimiento del Sí mismo real.
    Jnana-vichara: Auto-indagación, la indagación que lleva a Jnana o conocimiento del Sí mismo.
    Jnani: una persona que ha obtenido el conocimiento del Sí mismo.

    K

    Karma-yogi: una persona cuyas acciones no están motivadas por deseo de beneficio personal ni por ningún otro tipo de apego.
    Kevala nirvikalpa samadhi: un estado pasajero de samadhi o de absorción en el Sí mismo.

  • Crow

    L

    Lakshya: blanco (en el que se enfoca la atención), eso que se mantiene en vista.

    M

    Maharshi: un gran Sabio.
    Mantra: una formula sagrada usada para japa o repetición.
    Marga: una vía espiritual
    Maya: engaño
    Moksha: liberación.
    Mouna: silencio.

    N

    Nama: un nombre (de Dios).
    Nama-japa: repetición de un nombre de Dios.
    Namaskar: el acto de reverencia.
    Nirvana: el estado de liberación o no egoidad.
    Nirvikalpa samadhi: el estado de absorción en el Sí mismo.

    P

    Prarabdha: destino, la porción del fruto de las pasadas acciones de uno que son asigna-das para ser experimentadas en esta vida.
    Prasad: alimento ofrecido al Gurú o una deidad, una porción del cual puede ser devuel-ta al devoto como un signo de bendición.
    Purusha Sukta: un himno del Rig Veda (10:90).
    Prajnana: pura consciencia.

    Q

    ¿Quién soy yo?: la obra ¿Nan Yar? por Bhagavan Sri Ramana.

    R

    Rajas: el segundo de los tres gunas o cualidades de la naturaleza, a saber, la cualidad de la inquietud, el deseo y la pasión.
    Rishi: un Sabio.

    S

    Sadhana: una práctica espiritual, un medio adoptado para el progreso espiritual.
    Sadhaka: una persona que practica sadhana.
    Sahaja jnani: una persona que mora en su estado natural, al haber obtenido el conoci-miento del Sí mismo.
    Sahaja nirvikalpa samadhi: el estado permanente y natural de samadhi o completa ab-sorción en el Sí mismo.
    Sahaja-sthiti: el estado natural
    Sahasrara: el cerebro, descrito metafóricamente como un loto de mil pétalos.
    Samadhi: el estado de absorción en el Sí mismo, en el que, como lo define Sri Bhagavan, «hay sólo la sensación “yo soy” sin pensamientos».
    Samsara: el estado de actividad mundana o existencia mundana.
    Samskara: una impresión o tendencia mental que continua desde vidas anteriores.
    Sannyasa: renunciación.
    Sannyasin: un renunciante.
    Sastras: las escrituras
    Sat: existencia o ser verdadero.
    Sat-chit: existencia-consciencia.
    Sattva: el primero de los tres gunas o cualidades de la naturaleza, a saber, la cualidad de quiescencia, bondad y pureza.
    Sáttvico: de la naturaleza de sattva.
    Siddhis: poderes ocultos
    Sri Bhagavata: uno de los dieciocho puranas, un texto sagrado centrado principalmente alrededor de la vida de Sri Krishna.
    Sthita-prajna: una persona que mora firmemente en el estado de conocimiento del Sí mismo.
    Suddha-sattva: pureza no contaminada o sattva.
    Suddha-sattva svarupa: la forma no contaminada de sattva.
    Sunya-vadin: un ateo, una persona que niega la existencia de Dios o cualquier realidad última.
    Sushupti: sueño profundo.
    Svapna: sueño con sueños.

    T

    Tamas: el último de los tres gunas o cualidades de la naturaleza, a saber, la cualidad de la oscuridad, la ignorancia y el mal.
    Tattva-jnani: una persona que conoce la realidad.

    U

    Upanishads: las porciones últimas y más filosóficas de los Vedas.

    V

    Verdad Revelada: la obra Ulladu Narpadu por Bhagavan Sri Ramana.
    Vairagya: no deseación.
    Vasana: una tendencia mental que continua desde vidas anteriores.
    Vasana-kshaya: la destrucción de todos los vasanas.
    Vastu: la realidad o sustancia última.
    Vedas: las más antiguas de las escrituras hindúes.
    Vedanta: la filosofía de las Upanishads.
    Vichara: indagación o escrutinio, es decir, la práctica de la Auto-indagación o atma-vichara (véase).
    Vichara marga: la vía de la Auto-indagación.
    Visishtadvaita: la doctrina del no dualismo cualificado.
    Vritti: pensamiento, actividad de la mente.

    Y

    Yoga: literalmente «unión» o «uniendo»; esta palabra se usa en muchos sentidos dife-rentes, pero generalmente se refiere a la vía del raja yoga expuesta por el Sabio Patanjali.
    Yoga marga: la vía del raja yoga.
    Yoga-maya: el poder de velar la naturaleza de algo y crear una apariencia ilusoria.
    Yoga-sastras: las escrituras que exponen la vía del raja yoga.
    Yoga-Vasishtha: un renombrado texto sagrado que expone la vía del conocimiento o jnana yoga.
    Yogui: un adepto en yoga.