UN ROSTRO DE LA SABIDURIA ETERNA

UN ROSTRO DE LA SABIDURIA ETERNA

FRAGMENTOS DE UNA CONVERSACION CON FRITHJOF SCHUON

JEAN BIES

Me preocupa la cuestión de los ciclos cósmicos y lo implican como consecuencias colectivas y personales a más o menos largo plazo. ¿Estamos en la última fase del Kali Yuga? (El “Fin de los Tiempos” de la tradición Hindú. El equivalente a nuestro Apocalipsis)

Estamos en la última fase del Kali Yuga, lo cual no significa la final, que es, hablando con propiedad, el reino del Anti-Cristo, y que precederá inmediatamente a la disolución final, el pralaya de los hindúes.

¿Qué crédito podemos dar a las fechas que se dan en cuanto al final de la «edad sombría»?

Ninguno. Estos datos son aproximados; se puede tratar también de números simbólicos. Solo se puede fijar el fin de ciclo con una cincuentena de años.

Si el fin del Kali-Yuga está próximo, ¿qué quería decir Shrî Râmakrishna cuando predijo que él volvería de aquí a doscientos años?

Doscientos es simbólico. Probablemente quería decir que habría pronto un fenómeno como el suyo, permitiendo insistir en la unidad de las religiones, lo cual es el fondo mismo de su mensaje.

¿Este fin del Kali Yuga es una caída vertical?

Habría que hablar mejor de un movimiento ondulatorio descendente. Hay degradaciones más o menos evidentes que comprometen el porvenir. Pero existen también compensaciones. Hace medio siglo, en la Universidad, era la noche intelectual. Ahora continúa la misma noche, pero se puede hablar de yoga, de Vedanta, en algunos medios. Entonces se enseñaban los errores oficiales contra los que no se podía decir nada. Se es menos ingenuo hoy en día; existe una inmensa curiosidad por el Oriente, y hay orientalistas a los que no se les puede negar sus méritos… (1)

(…)

Usted evoca en La Unidad transcendente de las religiones, la actual reaparición de la Sophia perennis, en virtud de la ley de compensación al materialismo del ambiente. ¿Considera usted, Sheikh, que más allá de las obras demasiado especializadas, haya llegado la hora de un desvelamiento del esoterismo (2), por lo menos para los oídos de aquellos que quieran oír?

Esto es, una vez más, asunto de discriminación. Conviene ver el grado de madurez de los interlocutores; y una vez hecho esto, es posible hablar de esoterismo en ciertos casos.

Me he dado cuenta de que usted se muestra mucho más severo hacia los artistas plásticos que hacia los poetas y músicos. Incluso usted ha declarado en Principios y criterios del Arte Universal que en la época del Renacimiento y en las edades siguientes la degeneración de la música y de la poesía era infinitamente menor que la de las otras artes. ¿Por qué?

La decadencia de las artes plásticas es bastante mayor que la de las artes sonoras. Uno no se explica la causa de ello… Los sonetos de Miguel Angel son con mucho superiores a su estatuaria , que es de lo menos espiritual como todo el arte humanista. Dante y los trovadores fueron verdaderos poetas; pero ellos estaban integrados en una sociedad espiritualmente normal. Se pueden encontrar todavía bellos aciertos en los siglos XVIII y XIX, en la literatura alemana, en algunos cuartetos de Beethoven… (3)

(…)

Usted se encontró dos veces con René Guénon en el Cairo; yo conozco que usted está lejos de compartir todos sus puntos de vista. ¿Cómo constituir la «elite virtual» anhelada por Guénon, a la vez que el mismo autor escribe que el paso de un ciclo al otro es «instantáneo», es decir fuera del tiempo?

Es una contradicción. Por el momento no se puede vislumbrar más que una «salvación» individual. Es necesario que la elite subsista para conservar la Verdad. No es el próximo ciclo el que tiene necesidad de la elite ¡somos nosotros!… por otra parte se puede pensar que no toda la humanidad desaparecerá…

¿Como conciliar una no-implicación política con la idea de que «otros -como usted lo escribe- se encargan de pensar y de actuar para aquellos que no tienen necesidad de ello»?

La verdadera apolitéia no consiste solamente en no esperar nada bueno de los “politicuchos” de moda, sino en trabajar en uno mismo para llegar a ser un “hombre antiguo”, volverse capaz de seguir una vía, incluso antes mismo de querer seguirla… Todos los reflejos del hombre moderno van contra los ejercicios y las actitudes espirituales: conectar la radio, colgarse del teléfono, leer el periódico, conducir un coche son algunos de los automatismos destructores… Es necesario tratar de evitarlos por todos los medios, lo mismo que las ideologías y las filosofías actuales: nunca se nos ha pedido el tomar venenos y basuras. Hay que conseguir el espíritu de un metafísico y guardar el alma de un niño, permanecer en contacto con la naturaleza, amar las flores, leer los viejos libros simples como La Leyenda Dorada.. Por lo demás, elegir el mal menor …

¿Cómo vería usted un acuerdo entre religiones, fundado sobre la base de intereses comunes, de cara a comunes peligros?

No se puede pedir lo imposible a los creyentes. Pero sería necesario hacerles entender que un primer acuerdo urgente y fácil se impone, y que, de cara al materialismo, al cientifismo, al ateísmo, ellos tienen ideas y tendencias semejantes. Se que el «narcisismo religioso» impide ver la verdad en el otro. Cuando un cristiano piensa en el Islam ¡solo piensa en la poligamia! Pero hay musulmanes castos y ¿cuántos católicos hay que tienen dos o tres mujeres y lo ocultan? Los musulmanes, los hindúes, los budistas oran, ayunan, velan y se posternan. Incluso hoy en día. ¿Cuántos cristianos lo hacen? ¡Conozco revistas que relacionan todavía al Islam con Satán!…

¿Según que modalidades se haría este entendimiento?

Sería necesaria una conferencia entre diferentes emisarios, poniéndose todos de acuerdo en la lucha contra el ateismo. Al menos hay que ponerse de acuerdo sobre los principios. El ecumenismo tal como se practica hoy en día es absurdo. El acuerdo no es realmente posible más que a partir de las convergencias del esoterismo… Un católico ha comprendido el islam: Massignon; incluso llego a ver una Revelación auténtica…

(…)

¿Se puede conciliar el dogma cristiano según el cual Cristo, el Hijo «único» de Dios se ha encarnado «una sola vez» y «una vez para siempre», con la doctrina de los Avatara (manifestaciones) sucesivos, de los que Cristo no sería más que uno entre otros?

Una religión semítica se limita solamente sobre un “fenómeno”, y el exoterismo (4) cristiano insiste incluso sobre el aspecto “histórico” de la aparición de Cristo. Para los judíos, los cristianos y los musulmanes, no es verdad más que lo que ellos creen. Se confunde una verdad principal con un hecho ocurrido en el tiempo humano; uno se apega sentimentalmente a un hecho, a una idea… Cristo actualiza una manifestación divina; pero el Veda hace otro tanto. La metafísica se mantiene más allá del “fenómeno” en tanto que tal. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”: para un cristiano, “Yo” designa a Jesucristo; pero, desde el punto de vista metafísico, “Yo” corresponde al Logos, el cual puede manifestarse por todo.

(…)

A usted le gusta citar esa frase de san Ireneo: «Dios se ha hecho hombre para que el hombre se haga Dios». ¿Es todavía posible, Sheikh, en las condiciones del mundo actual, el trabajar en esta alquimia interior, que permite pasar del Samsara (el mundo del devenir y de lo múltiple) al Nirvana (la extinción del yo y la ilusión)?

Siempre es posible. A condición de intercalar pausas meditativas en sus ocupaciones, regularmente y cotidianamente. Pero hay que comenzar por practicar un severo ostracismo: alejar todo lo que no es «lo único necesario», deshacerse en primer lugar de toda presunción, no esperar «poderes», o «fenómenos», ni buscarlos, no seguir una vía para tener una «experiencia espiritual»: el momento de la muerte ¡esa si que es una experiencia!… Es necesario acordarse de que los fundamentos mismos de toda vía interior son: primo, discernir lo real de lo ilusorio, Atma de Maya. Y secundo, concentrarse sobre lo real. Y esto, según ciertas condiciones intrínsecas que son, por una parte, la «ortodoxia formal», y por otra parte, las «virtudes». La «ortodoxia formal», es decir la conformidad sacral de las formas con las que nos rodeamos, y cuyos prototipos son la naturaleza virgen, el arte sacro, la urbanidad tradicional. Las «virtudes»: estáticas como la resignación, la paciencia, la pobreza, el recogimiento, la humildad, la consciencia de su nada ontológica; y dinámicas como el fervor, la confianza, la vigilancia, la generosidad… Nada debe de quedar fuera de la vida espiritual, ya que ella compromete al hombre entero, por lo tanto a todo lo que es humano, en la medida en la que nosotros podemos elegir.

La iglesia romana protestantizada no tiene nada que ver con aquella en la que Guénon tenía todavía algunas esperanzas. ¿Qué actitud aconsejaría usted a los católicos de hoy en día?

Muchos de ellos me dicen que les ha llegado a ser imposible de aceptar los excesos demagógicos del modernismo. Si es un excesivo sufrimiento asistir a una misa en la que todo se encuentra invertido, ellos pueden orar en sus casa, estar solamente presentes a la transubstanciación. (5)

¿Considera usted todavía posible, Sheikh, el seguir un esoterismo cristiano verdadero?

Se trata de entenderse respecto a la palabra esoterismo. Todo, en el cristianismo, es en principio esotérico, contrariamente al Islam, que distingue Shariah, el exoterismo social y legislativo, y Tariquah, la vía iniciática. En el Cristianismo como en toda otra religión, los dogmas pueden ser interpretados esotéricamente, a la luz de la gnosis universal. ¿Hay algo más esotérico que el vino litúrgico?…

Entonces, según usted, los sacramentos no han degenerado.

No pueden hacerlo.

¿Qué entiende usted por ese «décimo de la Ley», que menciona un hadith y que es exigible a los hombre del fin de ciclo? ¿Es suficiente con recitar una vez al día el Padrenuestro, como la Virgen lo pidió a los pastores de La Salette, o ese décimo exige una vida casi eremítica?

Al comienzo del ciclo, son los nueve décimos los que había que cumplir: eso es lo que indican los Shastra. Al final del ciclo, el décimo indica evidentemente el mínimo: en el Islam, las cinco oraciones cotidianas y las limosnas; para los cristianos, confesarse una vez al año, celebrar la pascua…

Usted es contrario a la sicología en tanto que aprendizaje del conocimiento de si, y especialmente en lo que concierne al freudismo y al sicoanálisis en general. La única sicología que usted reconoce es la «ciencia de los humores», que estudia las causas de nuestras actitudes y de nuestras acciones o reacciones, los núcleos de errores inarticulados en el subconsciente. Usted ha dicho: «Conviene poner a la luz esos núcleos y acabar con ellos; es eso lo que hace la vida espiritual» ¿pero no se llega así bastante rápido a una especie de pisoteo?

Es inevitable… el orfebre debe golpear el metal, durante mucho tiempo en vano; pero al centésimo golpe, lo rompe. Es lo mismo para el alma. El alma está hecha de hielo, de pasiones oscuras y rastreras, pero también de un elemento luminoso que quiere ser liberado de su ganga. Se trata de destruir el endurecimiento, no la energía pasional. Esta no es mala en sí; es neutra. Es necesario hacerla volver, interiorizarla. El elemento inmortal en nosotros, el intelectus increatus et increabilis de Eckhart, está pidiendo ser liberado de la capa de tinieblas. Se es desde aquí abajo lo que se será en el más allá… La ascesis requiere siempre una cierta violencia; es una «conversión», una liberación del ser para llegar a ser lo que él es. Es el esfuerzo de toda una vida; el resultado puede no llegar más que en el momento de la muerte; pero se produce, y el alma se funde entonces como la cera…

Este trabajo de transformación interna ¿no corre el riesgo de crear una distorsión peligrosa con el medio?

Uno puede interpretar sinceramente la comedia…

(…)

He apreciado sobre todo las páginas que usted ha consagrado al hesicasmo. ¿Qué puede decirme de la «oración del corazón» que me ha parecido siempre ser «el corazón de la plegaria»?

Usted habrá a menudo leído que, para el hombre del Kali Yuga, lo que cuenta por encima de todo, es el «recuerdo de Dios». Ahí está la quintaesencia de la religión. Lo importante es acordarse. Se invoca a Dios porque El es la única Realidad, sin apego ni espera de una recompensa. Está después el motivo del amor. El hombre busca la felicidad; él tiene el derecho de buscarla, porque él está hecho para la felicidad. Ahora bien ¿dónde puedo encontrar esa felicidad sino en el amor del Amor? Yo invoco a Dios porque quiero y debo ser feliz. «Yo amo porque amo», decía san Bernardo: es una elipsis metafísica admirable. En fin, el motivo del temor. El hombre es pecador, él corre el riesgo del sufrimiento del Purgatorio, él lo sabe. El sabe que debe salvarse. ¿Qué hacer? Nada apacigua tanto la cólera de Dios que la invocación de Su Nombre con fe, humildad y perseverancia.

Algunos han hablado de la existencia de una iniciación Hesicasta. ¿Piensa usted, Sheikh, que es necesario obtener esta «bendición»?

La iniciación cristiana es el bautismo, la confirmación y la comunión. He ahí el esoterismo cristiano. Es necesario añadir primeramente la doctrina: Atma, lo Real, se hace Maya, lo ilusorio, para permitir a Maya hacerse Atma; en segundo lugar el método: la oración de san Pablo; «orar sin pausa»; la parábola del juez inicuo… hay bendiciones particulares: cuando se pronuncian los votos monásticos; pero su quintaesencia es la oración perpetua. Pobreza, castidad, obediencia son soportes sin valor si no hay oración. Es necesario hacer el voto de oración perpetua, y entonces desciende la bendición… No es obligatorio estar en un monasterio; se puede estar en el mundo, como el peregrino ruso.

¿Cómo hacer ese voto de oración?

Se puede, ante el Icono de la Virgen, hacer el voto de comprometerse a pronunciar durante toda la vida la formula consagrada y tradicional, el mantra cristiano por excelencia: IESOUS; o también KYRIE IESOU CHRISTE, ELEISON ME; y se obtiene directamente la bendición del Cielo. Hacer al Cielo esta promesa de plegaria, mantenerla retirándose cada día, un cuarto de hora por la mañana, al mediodía y a la tarde, y orando, tanto como sea posible, el esto del tiempo; y todos los medios del vishnuita son así proporcionados… La invocación del Nombre salvador es perfectamente apta para conferir una iniciación crística auténticamente tradicional. El hombre del Kali Yuga puede, bruscamente, no tener ayuda por parte de nadie. No le queda otra cosa que aferrarse al Nombre.

¿Cómo un laico de hoy puede practicar la oración jaculatoria?

La Iglesia cristiana propone formulas jaculatorias en vista de diversas indulgencias, y estas formulas, conteniendo el nombre de Cristo, y a veces también el de María (en tanto que Shakti), pueden en principio hacer la función de método invocatorio sobre la base de los sacramentos y de un voto apropiado. Digo en principio, porque es suficiente con una idea falsa o una tendencia desarmónica para echar a perder todo. En la Edad Media, este problema no se planteaba. Tampoco en el monte Athos, todavía hoy.

¿Cómo repetir el Nombre durante el trabajo hiperintelectual al cual está obligado el hombre moderno?

No se trabaja como una máquina. Siempre hay momentos perdidos… Pero cuando se trata de orar, resulta que uno no tiene tiempo…

¿No existe también el peligro del automatismo?

¡Y que! ¡Viva el automatismo…!

¿Cuáles deben de ser la vestimenta y la actitud del orante?

La ropa europea no tiene ningún argumento a su favor. Ahora bien, uno es también responsable con su ropa… ¡Uno puede revestirse para la oración, con un habito, una djellaba, no importa! Con tal de que se oculte el vestido profano. Hay que revestirse con un cubrimiento universal. Y, por otra parte, sentarse en un asiento bajo, que permita cruzar los pies, asegurando al cuerpo su simetría, o sobre un banco rústico; o también, en el suelo, en la posición del loto…

Los procedimientos sico-fisiológicos, el descenso del noûs en el corazón ¿pueden convenir a los laicos de hoy en día?

¡Eso es querer ir al Infierno y no salir ya más de él! Estas cosas no han sido escritas para los hombres del siglo XX. Solo conviene la repetición del Nombre, ayudada y sostenida con la respiración.

¿Cómo disipar los recuerdos, asociaciones, ideas vagabundas? La oración a menudo no hace mas que mariposear por la superficie del Nombre.

Está el uso de los argumentos. Por ejemplo, el que consiste en disociar lo real de lo irreal, para concentrarse en lo primero El argumento de la felicidad: la única felicidad reside en el Nombre divino. El argumento de la confianza: el mundo arde, todo es dolor aquí, por lo tanto huir hacia Dios con confianza.

Aplicar el Nombre divino a las personas, a los animales, ponerlo como un sello sobre los elementos naturales ¿no se acerca eso hacia un cierto teilhardismo?

Es tiempo perdido y es un error. Con todo, es mejor un error que una herejía…

La oración del corazón ¿no es una manera de eucaristía vocal?

Por la enunciación del Nombre, el hombre se asimila a la presencia divina de la cual el Nombre es el soporte consubstancial. La simple enunciación es análoga a la enunciación primordial del Ser. El Nombre a sido revelado por Dios, e implica una Presencia que se vuelve operante en la medida en la que el Nombre toma posesión del mental de aquel que lo invoca.

En este clima de Apocalipsis, ¿qué hacer para complacer a Dios y para realizar plenamente lo que nosotros somos?

Si cumplo lo esencial, estas cuestiones no se plantean; si yo se lo esencial, yo se por lo mismo lo secundario. Dios pide todo a todo hombre. Dios quiere nuestra alma… Si nosotros se la damos, aprenderemos ciertamente lo que El exige de más llegado el caso. Se debe proceder de lo conjetural a lo evidente, de lo posible a lo necesario, de lo facultativo a lo obligatorio. Para llegar a ser verdaderamente útil, uno tiene que olvidar quien es: Dios no puede hacer nada con el ambicioso. La vocación cierta de todo hombre, es la de entregarse sin condiciones a Dios, olvidarse en El, y así hacer acto de presencia espiritual en el mundo.

NOTAS ___________________________________________________________________

1.- Sobre el KALI YUGA puede encontrarse más información en el documento: «PURANAS» de la página KALI YUGA.

2.- En el contexto en el que se mueve el autor, esta palabra no designa el uso actual que se hace de ella (el mal uso diríamos mejor). Esotérico equivale a espiritual, y es el aspecto interno, metafísico y no formal de una tradición religiosa, complementándose con Exotérico que sería el conjunto de prácticas y formas externas. Aclarado esto no se pueden llamar esotéricas a las prácticas adivinatorias, parapsicológicas etc… a las que más propiamente se les debería designar como Magia u Ocultismo, pero nunca Esoterismo, y desde luego no se puede pretender que tales practicas sean de carácter Espiritual, siendo esta confusión entre lo parapsíquico y lo espiritual uno de los mayores errores y una de las mayores aberraciones de la confusa pseudo-espiritualidad contemporánea, especialmente dentro del los movimientos de la llamada “Nueva Era”.

3.- Sobre el arte tradicional puede encontrarse más información en el documento «ABHINAVAGUPTA Y EL ARTE TRADICIONAL» de la página KALI YUGA.

4.- Véase la nota anterior (2) sobre esoterismo.

5.- Sobre la misa actual y la misa tradicional se pueden consultar los documentos: «LOS PROBLEMAS DE LA NUEVA MISA» de Rama P. Coomaraswamy, y también el documento SOBRE LA NUEVA LITURGIA.