La historia de los sueños

La historia de Íos sueños

La historia que te voy a contar no me la contó nadie.
Bueno, me la contó mi abuelo pero él me advirtió que
sólo La entendería cuando la soñara. Así que te cuento la
historia que soñé y no la que me contó mi abuelo —el
Viejo Antonio estira sus piernas y se frota las rodillas
cansadas. Suelta una lanzada de humo ore opaca el re-
flejo de !a luna en la acerada hoja que reposa sobre sus
piernas, y continúa…

“Cuentos para una soledad desvelada”
Subcomandante Insurgente Marcos
Editorial Ekosol

“En cada surco de piel que se nace en el rostro de los
grandes abuelos se guardan y se viven los dioses nuestros.
Es e! tiempo de lejos que se llega hasta nosotros. Por el tiempo
camina la razón de nuestros antepasados. En los mas viejos hablan

los grandes dioses, nosotros escuchamos. cuando las nubes se acuestan
sobre la tierra, apenas agarradas con sus manitas de los cerros,
entonces se bajan los dioses primeros a jugar co n los hombres y
mujeres, cosas verdaderas les enseñan. Poco se muestran los
dioses
primeros, traen cara de noche y nube. Sueños son que soñamos
para ser
mejores.
Por los sueños nos hablan y enseñan los dioses primeros !
El hombre que no se sabe soñar muy solo se queda y esconde su
ignorancia en el miedo. Para que pudiera hablar, para que pudiera
saber y saberse, los primeros dioses enseñaron a los hombres y
mujeres de maíz a soñar, y naguales les dieron para que con
ellos
caminaran la vida.
· los naguales de los hombres y mujeres verdaderos son el
jaguar, el águila y el coyote. el jaguar para pelear, el águila
para
volar los sueños el coyote para pensar y no hacer caso del
engaño
poderoso .
en el mundo de los dioses primeros, los que formaron el mundo, todo
es sueño .es la tierra que vivimos y morimos un gran espejo del
sueño
en el que viven los dioses.
Viven todos juntos los grandes dioses. parejos están No hay quien
es
arriba y quien es abajo. Es la injusticia que se hace gobierno la que
descompone el mundo y pone a unos pocos arriba y a unos muchos abajo.
No así en le mundo. El mundo verdadero, el gran espejo del
sueño de
los dioses primeros, los que nacieron el mundo, es muy grande y todos
caben parejos. No es como el mundo de ahorita que chiquito lo hacen
para los pocos se estén arriba y los muchos se estén abajo. El
mundo
de ahora no es cabal, no es un buen espejo que refleje el mundo de
sueños donde viven los dioses primeros.
Por eso los dioses regalaron a los hombres y mujeres de maíz un
espejo que se llama *DIGNIDAD. En el los hombres se ven iguales y se
hacen rebeldes si no son iguales. Así empezó la rebeldía de
nuestros
primeros abuelos, los que hoy se mueren en nosotros para que
vivamos.
El espejo de la dignidad sirve para derrotar a los demonios que
reparten la oscuridad. Visto en el espejo, el señor de la
oscuridad
se ve reflejado como la nada que lo forma. Como si fuera nada, en
nada se deshace frente al espejo de la dignidad el señor de la
oscuridad, el desparejador del mundo.
Cuatro puntos pusieron los dioses para que el mundo se estuviera
acostado. No porque cansado estuviera, sino para que parejos se
caminaran los hombres y mujeres, para que parejos se caminaran los
hombres y mujeres, para que todos cupieran, para que nadie encima de
otro se pusiera. Dos puntos pusieron los dioses para volar y estarse
en tierra se pudiera. Un punto pusieron los dioses para que los
hombres y mujeres verdaderos se estuvieran caminando. Siete son los
puntos que dan sentido al mundo y trabajo a los hombres y mujeres
verdaderos: el frente y el atrás, el uno y el otro costado el
arriba
y el abajo, y el séptimo es el camino que soñamos el destino de
los
hombres y mujeres de maíz, los verdaderos.
Una luna en cada pecho regalaron los dioses a las mujeres madres,
para que alimentaran de sueño a los hombres y mujeres nuevos. En
ellos viene la historia y la memoria, sin ellos se come la muerte y
el olvido. Tiene la tierra, nuestra madre grande dos pechos para los
hombres y mujeres verdaderos, dicen * vamos a soñar *dicen y se
dicen * vamos a luchar *.
Se calló el viejo Antonio. Se calló o dormido me quedé
Sueño que sueño, sueño que sé sueño que entiendo …
Arriba el seno de la luna regalaba leche en el camino de Santiago.
La madrugada era reina y todo estaba por hacer, por soñar, por
luchar

· *relatos de el viejo Antonio.
· Subcomandante insurgente Marcos.*