Una aproximación a la terminología sectaria

Una aproximación a la terminología sectaria

Etimológicamente la palabra secta parece tener su origen , bien en la raíz latina ‘sequor’ que significa ‘seguir’, ‘marchar detrás de’, ‘tomar por guía’, o en un sentido mas preciso ‘seguir la inspiración o los preceptos de’; bien en la raíz ‘secedo’ (apartarse, alejarse); bien en la declinación ‘seco secui sectum’ que significa cortar, seccionar, partir, amputar, mutilar, etc. En pocas palabras podríamos decir que una secta es un grupo de individuos unidos por un líder o una doctrina. Lo cierto es que mas allá de esta definición clara y precisa la palabra secta ha tomado en las ultimas décadas un contenido peyorativo. Es por ello que muchos autores, especialmente ligados a la sociología de la religión, están utilizando el concepto de ‘nuevos movimientos religiosos’.

También merece destacarse que no todos los países utilizan el mismo criterio. En los países anglosajones se utiliza el termino cult diferenciándose del de secta. Secta designa un grupo cismático fundado por fieles que han salido de su iglesia de origen para crear un nuevo movimiento en el cual intentaran un retorno al mensaje autentico. Mientras que culto es el resultado de una innovación, mas que de una separación y designa un grupo que se encuentra fuera de la corriente religiosa dominante. Hoy en día la palabra culto tiene un sentido mas peyorativo que la palabra secta. Merece señalarse que algunos autores clínicos norteamericanos utilizan el termino de sectas carismáticas para justificar la existencia del grupo en virtud de la atracción carismática del líder.

En Francia se utiliza el termino nuevas sectas y en Alemania el de sectas de jóvenes. Finalmente en España se habla de sectas destructivas, tanto por los investigadores clínicos como por los expertos vinculados a los medios de comunicación.

Observemos cual es el punto de vista y la descripción que le dan diversos teólogos, sociólogos y psicólogos al concepto de la palabra secta.

Desde la religión

El sacerdote Jean Vernette la define: “La secta es la expresión privilegiada de la contestación de las capas interiores de la sociedad. Nace de una voluntad de fraternidad, de igualitarismo, de comunidad y del compartir. Se funda en el compromiso personal y el sentimiento interior a una ética mas radical que aquella que sustentan los miembros de las Iglesias”.

Francisco Sampedro en un trabajo realizado para el Consejo Episcopal Latinoamericano(CELAM) expreso: La palabra secta designa un grupo de personas que, en la fe o en la acción, o incluso en ambas, se distinguen de otros grupos adheridos a un sistema homogéneo. Los que adhieren a una secta tienen un modo particular de entender un determinado punto central del cristianismo, que lo califica de ‘disidentes’ respecto a una forma a la que se reconoce dotada de autoridad doctrinal histórica”.

Para Atilio Alaiz “Las sectas son un subproducto de una situación real y eclesial; son el foco, el divieso en el que se polariza la infección que esta contagiando a todo el organismo social y eclesial”.

Desde la sociología

Para Bryan Wilson una secta es “una agrupación voluntaria y exclusivista a la que se accede mediante cierta prueba de méritos, dotada de un status de élite, autoidentificable y legitimada -por lo general- en torno a un líder carismático, que exige de sus fieles un sometimiento absoluto”.

Por su parte Rogerl Mehl expresa que “La secta se caracteriza por ser un grupo religioso cerrado que nace por oposición a las Iglesias institucionales establecidas y por oposición al mundo. La secta se nutre de esta doble oposición, que a menudo se traduce para ella en una doble persecución, la de las Iglesias y la de los Estados. Las primeras denuncian en los sectarios, peligrosos fanáticos que ponen en peligro la unidad de la Iglesia y su autoridad; los segundos ven en ellos temibles revolucionarios o asóciales”.

El sociólogo Peter Berger define a la secta como un grupo religioso numéricamente restringido que “vive un estado de tensión constante de cara a la sociedad, cerrada a su influencia y exigiendo de sus miembros total lealtad y solidaridad”.

Desde la psicología

Para los profesionales de la salud el contenido doctrinal no importa por mas extraño que parezca, lo que importa son los métodos que utilizan. En un congreso realizado por investigadores clínicos en Wisconsin, Estados Unidos, en l986, se definió a una secta como: Movimiento totalitario caracterizado por la adscripción de personas totalmente dependientes de las ideas del líder y de las doctrinas del grupo dirigidas por el líder, que puede presentarse bajo la forma de entidad religiosa, asociación cultural, centro científico o grupo terapéutico; y que utiliza las técnicas de control mental y de persuasión coercitiva para que todos los miembros dependan de la dinámica del grupo, y pierdan su estructura y su idea de pensamiento individual en favor de la idea colectiva y del grupo, creándose muchas veces un fenómeno de epidemia psíquica y un fenómeno de pensamiento colectivo, sin que tenga que ver la personalidad propia del individuo”.

Por su parte, para el psicólogo Alvaro Rodríguez Carballeira “las sectas coercitivas pues definidas en función de como actúen y no por lo que crean; en cuanto a sus métodos y no a sus doctrinas; por sus medios y no por sus fines”.

Documentos oficiales

Muchos gobiernos e instituciones importantes hay estudiado el fenómeno de las sectas y por ende han emitido su propia opinión. Observemos solo algunas:

El parlamento Europeo en su resolución del 2 de abril de l984, expresó: “Nuevas organizaciones que operan bajo la cobertura de la libertad religiosa, que atenta a los derechos civiles y a los derechos humanos del hombre, comprometiendo la situación social de las personas afectadas”.

La Comisión de Estudios del Congreso de Diputados de España, conformada en l989 las describe como “grupo de limitado arraigo social organizados en torno a unas doctrinas, religiosas o no, y a los responsables de su fundación, proclamación o tutela”.

El documento vaticano de l986 del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos las define de la siguiente manera: “grupos religiosos con una concepción del mundo específicamente suya, no completamente de acuerdo con las enseñanzas de las grandes religiones del mundo”.

Finalmente en el Congreso Internacional “Grupos Totalitarios y Sectarismo” realizado en abril de l993, en Barcelona, España “se propone considerar ‘actividad sectaria destructiva’ desde un punto de vista jurídico a toda conducta de un grupo

– jurídicamente constituido o no,

– que declare o no objetivos religiosos, filosóficos o de cualquier otro cariz,

– que proceda de grupos minoritarios, de grupos de reforma del

pensamiento, de confesiones reconocidas o de otras procedencias

conocidas o no,

y que viole o atente contra

– los principios reconocidos por la Comunidad Internacional y recogidos

específicamente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y

en la Convención Internacional de los Derechos del Niño,

    * los textos legislativos y reglamentarios nacionales que protejan el individuo, los equilibrios sociales y los principios de la democracia.

Hacia una nueva tipología

Cuando nos referimos a las sectas o grupos totalitarios es importante remarcar que no todas son iguales. Observemos diversos criterios de clasificación que se utilizan en la actualidad y que ayudan a diferenciarlas.

La mayoría de los sociólogos de la religión las definen según su origen o dogma: milenaristas, sanadoras, movimientos del despertar, orientales, africanistas o científicas. Por su parte el sociólogo Bryan Wilson, las estudia desde su relación con el mundo: conversionistas, revolucionarias, reformistas, utopicas, manipuladoras o taumaturgicas. También algunos autores, como Jean Vemander las analiza desde su origen geográfico y otros investigadores desde las doctrinas que profesan.

Estas definiciones, correctas en su totalidad, no ayudan a comprender la peligrosidad de ciertos grupos sectarios y su conflictividad con la sociedad.Es por ello que en los últimos años se las agrupa según su estructura, métodos de captación y control psicosocial que utilicen. La Fundación Argentina para el Estudio de la Sectas la dividió en tres grandes zonas:

Sectas Destructivas. Grupos totalitariamente estructurados y fuertemente organizados que propugnan un nuevo sistema de vida y que obligan a sus adeptos a una sumisión total. Utilizan técnicas de reforma del pensamiento. Habitualmente estos grupos viven en comunidades y el líder posee el poder absoluto. Tratan de captar adolescentes de clase media y media alta.

Sectas peligrosas. Grupos que no utilizan técnicas de reforma de pensamiento. Una manera rápida de reconocer estos grupos es analizando sus actitudes: rigidez en el credo, no cooperación con otras iglesias, autoconvencimiento de que fuera de su credo no hay posibilidades de ‘salvación’, y énfasis marcado en detalles insignificantes (segundo bautismo, prohibición de fumar, de ingerir bebidas alcohólicas o bailar).Trabajan principalmente en los barrios humildes.

Grupos de Riesgo. En los últimos años ha crecido un fenómeno que bordea lo sectario, instalándose sobre todo en la clase media. Se trata de infinidad de grupos aglutinados en torno de un tema en especial (bioenergetica, yoga, biodanza, ufología, terapias para liberar angustias, control mental, armonización de los centros energéticos, etc.).Estos grupos, que no están sólidamente organizados entre si, pueden proponer, a partir de una metodología precisa, desde dejar de fumar hasta la salvación eterna. Lamentablemente muchos de sus líderes, algunos profesionales de la salud, forman organizaciones que terminan convirtiendo a sus pacientes en verdaderos esclavos, adquiriendo el grupo las características de una secta destructiva.