oel, Daniel C. Seeing Castaneda: Reactions to the “Don Juan” Writings of Carlos

oel, Daniel C. Seeing Castaneda: Reactions to the “Don Juan” Writings of Carlos Castaneda. Perigee Books (1976).
Resumen del libro por Randy Stark.
traducción por José González Riquelme

Este libro, publicado por primera vez en 1976, está agotado. Sin embargo Amazon.com lo tiene incluido entre los libros que puede buscar en librerías de libros usados y también se puede encontrar en muchas bibliotecas públicas. Al final de este artículo se encuentra una relación de otros libros de Daniel Noel.

(N. del T.: Este libro se publicó en España con el título de “Castaneda a examen: debate en torno al autor de «Las enseñanzas de Don Juan»”, por Theodore Roszak, Joyce Carol Oates, Joseph Chilton Pearce y otros; selección y prólogo de Daniel Noel; Editorial Kairós, Barcelona, 1977, traducción de Jorge Oliver.)

Antes de comenzar con el resumen, hay dos cosas en relación con el libro en general que quiero comentar. La primera es la cubierta, diseñada por Joanne Scribner. Al fondo hay un cielo de color verde oliva sobre una montaña de color también verde oliva, pero más oscuro (sin detalles, sólo una línea). Al pie de la montaña, hacia la izquierda, sobre una superficie llana de color gris oscuro se ve un hongo cortado, muy parecido a los que se pueden comprar en el supermercado. Su sombra se aleja hacia la izquierda y por el lomo del libro. El primer plano y el centro de la portada están dominados por un águila en negro, blanco y gris que mira hacia la derecha, con las alas desplegadas y las garras hacia abajo, a punto de posarse sobre un gran huevo amarillo, junto al cual se encuentra una pequeña mantis religiosa de color verde lima. La sombra del huevo va hacia la izquierda hasta desaparecer por lo que es el primero de tres escalones de color gris claro. El primer y tercer escalones son anchos y el segundo es estrecho, elevándose todos ellos hacia la derecha. Las bien definidas líneas negras del segundo y tercer escalones parecen, a primera vista, las líneas de una carretera alejándose en la distancia hacia la montaña de color verde oliva oscuro.

La segunda cosa que quiero hacer notar es algo que está impreso al final de la página opuesta a la de los agradecimientos:

“Debido a que no se pudo obtener el permiso de los propietarios del copyright para utilizar citas de los cuatro libros de Castaneda, algunas citas de Castaneda que ya aparecieron en las selecciones que componen esta antología cuando se publicaron originalmente, han tenido que ser parafraseadas, reducidas o suprimidas aquí. Estos cambios se señalan con corchetes en el texto.”

(N. del T.: En la edición española se indica: “Las citas que aparecen en el presente texto entre corchetes se refieren a citas originales de los libros de Castaneda que Daniel C. Noel creyó conveniente resumir o reducir.)

Este libro cubre la tetralogía que entonces se creía que concluía el trabajo de Castaneda sobre el tema de don Juan, algo que el propio Castaneda había dicho. Una posible razón para negar el permiso para citar material de estos cuatro primeros libros es, en mi opinión, el hecho aparente de que se empiezan a apreciar grietas en las descripciones de la supuesta existencia de don Juan.

Ver la entrevista con Daniel Noel en este mismo sitio web para obtener más información sobre sus esfuerzos para publicar éste y otro libro sobre la obra de Castaneda.

RESUMEN

Castaneda a examen está dividido en tres partes: críticas, correspondencia y controversia, y análisis y aplicación. Cada una de estas partes está dividida a su vez en secciones. Al principio de cada sección hay un comentario de Noel que hace referencia a los artículos de los autores que componen que la sección. Haciendo la presentación del libro tenemos la siguiente introducción general.

Tomando en serio a Castaneda: Modelos alternativos de interpretación.

Alan Watts solía desarmar a los críticos académicos que postulaban que su obra no debía ser tomada en serio, autodefiéndose como “filósofo bufón”, mientras que al mismo tiempo parecía “acentuar la importancia filosófica de su peculiar frivolidad”. Este modus operandi es comparado con los escritos de Castaneda en el sentido de que deben ser tomados seriamente, incluso aunque la obra esté impregnada de “bufonadas y ardides” y a pesar de la confusa personalidad pública del autor. Sin embargo, la mayoría de los críticos y comentaristas están de acuerdo en que sus libros son obras de “profunda y sólida significancia”. La pregunta que nos hacemos es: ¿cómo deben considerarse?

Los críticos de Castaneda señalaban sobre todo el abandono de la objetividad científica y el acercamiento a sus temas de estudio de una manera puramente subjetiva. Sus partidarios, por otro lado, lo alababan por romper barreras en su manera de hacer el trabajo de campo etnográfico. Se cita a Joseph Chilton Pearce, de quien volveremos a oír hablar en el libro, diciendo que ve en Carlos “al genio literario, psicológico y espiritual más importante de las últimas generaciones” y en don Juan “al paradigma más significativo después de Jesucristo”.

“En cuanto a la crítica, el dilema no está en si hay que tomar en serio las recomendaciones de Castaneda, sino en cómo hacerlo: ¿Cómo podemos valorar mejor el significado de sus obras? Para ello tal vez sea necesario”, dice Noel, “explorar las vías alternativas de interpretación”, pero sin “olvidarnos del humor que se desprende de una serie muy divertida de aventuras literarias”.

Las vías de interpretación que Noel propone son: experiencia psicodélica, antropología, psicología y consciencia corporal. Después de discutir los pros y los contras, Noel concluye que lo que se necesita es “un esfuerzo interdisciplinario de interpretación”. Y agrega que “las fuentes de interpretación son las que pueden mantener con efectividad este sentido de posibilidad y apertura pluralista” que generan los libros de Castaneda.

Las cuatro últimas secciones de la introducción son: hechos, ficción y realidad literaria; lenguaje y metafísica; el misticismo negativo y el posmoderno; y el último ardid de los brujos: el conocimiento de uno mismo. Las siguientes cuatro citas corresponden, en orden, a cada una de las secciones.

“Las palabras son los únicos agentes psicotrópicos que recibimos de Castaneda, y nuestros ojos sobre las manchas oscuras de las páginas constituyen la única vía para atravesar su desierto.”

“El poder silencioso para el que la pedagogía de Don Juan prepara a su alumno, no está nunca alejado de las narraciones que ambos intercambian, ni del diálogo interno al que Carlos siempre vuelve cuando reflexiona sobre lo que le ha ocurrido durante su interrupción. Evidentemente, lo que le ocurre al lector depende radicalmente del lenguaje. Pero una vez enfatizado el indispensable andamiaje lingüístico, ¿no debemos reconocer que la estructura erigida por las palabras de Castaneda trasciende esas mismas palabras en una forma que podríamos llamar ‘mística’?”

“Si los libros de Castaneda nos llevan a estar desilusionados de nuestras modernas desilusiones, tendremos que estar dispuestos a aceptar algo análogo a la explicación de los brujos en Relatos de poder: un modo de interpretación equivalente a lo que encontramos como resultado de nuestras indagaciones al explicar la tetralogía, un modo de interpretación lindante, deliberadamente, con lo paradójico, lo inefable y lo desconocido.”

“Don Juan afirma que es preciso recordar constantemente que cualquier orientación total, incluso la brujería, es ‘sólo un camino’ y que el requisito previo para tener esto siempre presente es ‘una vida disciplinada’. El significado de la disciplina en la propia vida —comprendiendo la vida psíquica— tal vez sea, finalmente, lo que aquí está en juego. Pues con esta disciplina, sugiere el anciano brujo, uno puede hallar entre el millón de caminos —incluyendo los caminos de las explicaciones— nuestro propio camino con corazón, el camino que no lleva a ninguna parte y que a pesar de todo ayuda a ‘un tránsito placentero’. Incluso una visión momentánea de tal camino, gracias a una seria y cuidadosa observación de los textos de Castaneda, sería una recompensa nada despreciable. Y, tras la visión momentánea, la risa podría ser nuestro próximo paso.”

PRIMERA PARTE
Críticas

1. Las enseñanzas de don Juan
Una forma yaqui de conocimiento

“Dos de los primeros análisis sobre los escritos de Carlos Castaneda,” nos dice Noel en su introducción a esta sección, “fueron hechos por destacados profesores en el campo en el Carlos Castaneda era todavía un estudiante graduado: la antropología.”

Edward H. Spicer, profesor de antropología en la Universidad de Arizona, comentó Las enseñanzas de don Juan en la revista American Anthropologist. Edmund Leach, antropólogo cultural de la Universidad de Cambridge, publicó un comentario en el New York Review of Books. “Ambos análisis contribuyeron en gran medida a la favorable acogida que la obra de Castaneda iba a recibir en los próximos seis años.”

Sin embargo, ninguno de los dos comentarios fue totalmente favorable. En realidad, el de Leach está “formulado con frases tan caústicas que rayan, a veces, en lo ridículo”, y el de Spicer afirma que “resulta absolutamente gratuito enfatizar, como lo hace el subtítulo, cualquier conexión entre el tema del libro y las tradiciones culturales de los yaquis”

Edward H. Spicer
Prematura alabanza de una autoridad en la cultura yaqui

“Con la habilidad de un consumado novelista”, escribe Spicer, “y utilizando el suspense para ir revelando gradualmente a los personajes y la sugerencia apremiante en vez de la exposición detallada del lugar y la situación, consigue que la intensa relación que se desarrolla entre el joven y despistado antropólogo y el experimentado maestro absorba al lector.”

Los escritos de Castaneda, sostiene Spicer, “pueden equipararse con los mejores relatos de psicólogos experimentales”, y “representan un logro notable” que los antropólogos encargados de la formación de investigadores para “importantes relaciones de campo” encontrarán “inmensamente útil”. Este entusiasmo sobre el tratamiento que da Castaneda a su trabajo de campo y la explicación de su “consenso especial” está solamente empañado por el hecho de que don Juan no muestra ninguna señal en absoluto de ser un yaqui.

Spicer se refiere a este problema haciendo notar que mucha gente en México y en Arizona que son yaquis de origen “no han participado nunca en la vida comunitaria de los yaquis o, en el mejor de los casos, lo han hecho sólo esporádicamente”. Además, y debido a esta ambigüedad “las enseñanzas de don Juan existen en un limbo cultural”, que Spicer admite que es “una seria limitación”.

Edmund Leach
La mística universitaria

“El tono general es el de Coleridge-de-Quincey, de Rousseau, sacado del gótico del dieciocho.” Con esto, Leach se lanza a una comparación de pasajes entre Las enseñanzas de don Juan y El viejo marinero, que para él ilustran el hecho de que lo que Castaneda ha escrito “tiene más tendencia a aparecer como poesía que como ciencia” y que “ésta es una obra de arte más que de erudición”. Y continúa diciendo que “Apreciada sobre esta base, la obra quizá no sea de una calidad superlativa, pero sí muy estimulante”.

La relación entre Carlos y don Juan “es una relación que es a la vez íntima y tensa, como entre Moby Dick y Ahab, Dios y Job, o entre cualquier psicoanalista y su paciente”. Pero, “hasta qué punto el propio Castaneda llegó a creer en las fantasías de don Juan, es algo que queda cuidadosamente velado. Y la fascinación indudable del libro reside precisamente en esto: la incertidumbre de la actitud del propio autor. Es don Juan, y no Castaneda, el que lleva la voz cantante”.

Leach, al igual que Spicer, también advierte la falta de relación entre don Juan y la cultura yaqui, y además reflexiona que los paralelismos entre las enseñanzas de don Juan y las del Taoismo, del Yoga, del Vedanta, y del Zen —paralelismos también mencionados en la sobrecubierta del libro— son “demasiado parecidos para ser verdad”. Leach cita El tercer ojo (1956) de Lobsang Rampa como un ejemplo instructivo. “El libro pretendía ser un relato autobiográfico de un lama tibetano emigrado que presumía de metafísico en la precomunista Lhasa. Pareció convincente, porque se ajustaba a las expectaciones de los lectores. En realidad, ‘Rampa’ es un inglés, y dudo que haya estado alguna vez a menos de mil millas del Himalaya.”

“El libro de Castaneda no es, ciertamente, un completo engaño, pero si hubiese sido un engaño, no sería muy diferente.”