ÉLFICO PRIMITIVO

HISTORIA INTERNA

Mucho tiempo habitaron en esta primera morada junto al agua bajo las estrellas, y recorrían la tierra maravillados; y empezaron a hablar y a dar nombre a todas las cosas que percibían. A sí mismos se llamaron los Quendi, que significa ‘los que hablan con voces’…

Mediante la hechura de un idioma, los Primeros Nacidos de Ilúvatar se identificaron a sí mismos como los Encarnados, los hijos del Único: “La hechura de un lambe [idioma] es la característica principal de un Encarnado,” observó Pengolodh el sabio de Gondolin ((*)WJ:397). De hecho “los recién-despertados inventaron muchas palabras nuevas y hermosas, y muchos ingeniosos artificios del habla” ((*)WJ:422). El idioma que hicieron los primeros Elfos en Cuiviénen iba a tener un inmenso impacto en la historia lingüística de la Tierra Media. Normalmente denominado quendiano primitivo, era el ancestro esencial del todas las lenguas élficas, incluidas el quenya y el sindarin. Incluso lenguas que no descendían directamente del QP tenían palabras prestadas del élfico, como está documentado en los artículos sobre el adûnaico, las lenguas de los Hombres, el khuzdul e incluso el órquico y la lengua negra. GA:186 (WR:159) y (*)PM:63 citan a Faramir diciendo que “todas las lenguas de los hombres en este mundo son de procedencia élfica “. El único idioma de Arda que podría haber estado totalmente libre de la influencia élfica sería el valarin. En la práctica, el valarin también sería el único idioma más antiguo que el quendiano primitivo. En realidad, Aulë había inventado el khuzdul para los Enanos mucho antes de la llegada de los Elfos, pero dado que Ilúvatar no quería que los Enanos llegaran antes que sus propios Primeros Nacidos, los Enanos todavía estaban dormidos cuando los Quendi despertaron.
         ¿Cómo era la lengua que los Elfos formaron en aquellos primeros años de inocencia junto a las aguas de Cuiviénen iluminadas por las estrellas? Sabemos mucho de su fonología y métodos de derivación; conocemos menos de su estructura gramatical precisa. A juzgar por las lenguas derivadas que comúnmente se tienen como las menos cambiadas del original, tales como el quenya y el telerin, el QP era una lengua con casos; una terminación alativa -da es mencionada explícitamente por Tolkien ((*)WJ:366). Respecto al estilo general del idioma primitivo, la inmensa mayoría de las palabras tenían dos o tres sílabas y terminaban en vocal. En VT39:6, Tolkien declara que en quenya, “todas las consonantes finales probablemente habían perdido una vocal, si eran considerados los remotos orígenes quendianos”. (Algunas de las formas “reconstruidas” de Tolkien acaban sin embargo en consonante, pero no son muchas, y no todas las formas marcadas con asterisco describen necesariamente la etapa más antigua del idioma) Muy características del élfico primitivo son las frecuentes vocales largas finales, e.g. en lindâ “armonioso” o ndorê “tierra”. En palabras de tres sílabas, la primera y la segunda vocal suelen ser idénticas (e.g. karani “rojo”), y en numerosos casos la vocal final es también la misma, pero larga (e.g. eredê “semilla”, galadâ “árbol”, kyelepê “plata”, ñgolodô “Noldo”). De acuerdo con VT39:6, las vocales en hiato probablemente no aparecen en posiciones medias en la lengua primitiva; allí donde se hallan en quenya es porque se ha perdido una consonante intermedia. No obstante las formas reconstruidas de Tolkien incluyen al menos una combinación en hiato, ie, iê; a la luz del concepto anterior podemos asumir que esto representa un *ihe o *iñe aún más antiguo con una consonante media que después se perdió.
         En el Índice del Silmarillion, Christopher Tolkien se refiere al quenya como “la antigua lengua, común a todos los Elfos, en la forma que adoptó en Valinor”. Sin embargo, el estilo de “la antigua lengua” difiere señaladamente en muchos aspectos del posterior quenya, y generalmente la palabra quenya no debería ser aplicada a ella en absoluto. En realidad, los cambios de sonido que separan el quendiano primitivo del alto élfico clásico son tan claros y regulares que un hablante de quenya podría, con un pequeño entrenamiento, haber sido capaz de entender la lengua primitiva sin “aprenderla” realmente. Pero aun así, la lengua primitiva le sonaría bastante foránea, y apenas la reconocería como una simple variante de su propia lengua. A pesar de eso, el hecho es que los Noldor mantenían que el quenya era el idioma “que más de cerca preservaba las características del habla élfica” ((*)WJ:374). Realmente la lengua más conservadora parece ser el telerin de Aman, al menos fonológicamente hablando – pero resulta que el telerin era a veces considerado como un dialecto del quenya, aunque lo mismos Teleri mantenían que era una lengua independiente.
         Tolkien distinguió dos etapas del élfico primitivo. La primera etapa, como se dice arriba, era el quendiano primitivo. Éste fue el ancestro de todas las lenguas élficas en el mundo (excepto, posiblemente, algún producto de construcción lingüística al por mayor, si los elfos se ocupaban en esos entretenimientos… por lo que sabemos, ¡algunos humanos lo hacen! Sin embargo, se dice en el Silmarillion, capítulo 17, que “todos los lenguajes de los quendi tenían un único origen”). En las Etimologías, sólo unas pocas de las formas marcadas con asterisco se identifican explícitamente como élfico primitivo (atar, atû, dêr/der-, khalatirnô, mâ3/ma3-, y taurâ; ver las entradas ATA, NI1, NÊR, TIR, MA3, TÂ/TA3). No obstante, se debe suponer que la mayoría de las formas con asterisco representan la etapa más primitiva del idioma. La siguiente fase fue el eldarin común, el ancestro de todas las lenguas eldarin (en oposición a las avarin), incluidas el quenya y el sindarin. El eldarin común habría sido el idioma hablado por los elfos que siguieron a Oromë y se embarcaron en la Marcha desde Cuiviénen hacia el Mar, o más bien el idioma que desarrollaron durante la Marcha. En las Etimologías, sólo tres palabras se identifican explícitamente como eldarin (común) (mahtâ-, ndæ^r, wa, ver MA3, NDER, WÔ… desafortunadamente el ordenador no puede poner un circunflejo sobre æ). Sin embargo, numerosas formas del eldarin común se dan en (*)WJ y (*)PM.
         Debería ser útil saber aproximadamente cuánto tiempo representan los periodos involucrados. En (*)WJ:5-6, se da una cronología en años Valianos. En (*)WJ:20 se nos dice que 365 “largos años de los Valar”, equivalentes a “aproximadamente… tres mil quinientos años del Sol”, pues un año Valiano es más o menos nueve años solares y medio. Usando este dato, conseguimos el siguiente resultado: Después de que despertaran los Elfos junto al lago de Cuiviénen, vivieron en paz durante unos 280 años solares (años Valianos desde 1050 hasta c. 1080). Entonces fueron encontrados por los espías de Melkor y afligidos por ellos. Unos cincuenta años solares más pasaron , tras los cuales los Elfos fueron encontrados por Oromë en el año Valiano 1085. La Separación de los Quendi en Eldar y Avari siguió eventualmente, aparentemente en el año 1105, unos 190 años más tarde. (La impresión que uno recibiría del texto del Silmarillion, de que la Separación ocurrió en unas semanas o meses desde el descubrimiento por Oromë de los Elfos, se vuelve totalmente errónea). Así pues desde que los Elfos despertaron hasta la Separación, algo más de quinientos años solares pasaron, bastante tiempo para desarrollar un idioma completo – pero aun así no mucho para las cuentas de los elfos. (Cf. las palabras de Legolas en SdlA2/III, 6: “Quinientas veces las hojas rojas cayeron desde entonces [cuando se construyó Meduseld] en mi casa del Bosque Negro, y a nosotros nos parece que ha pasado sólo un instante.” Medio milenio no era percibido como mucho tiempo por los Elfos.)
         La marcha desde Cuiviénen hacia el Mar duró algo más de dos centenares y medio de años solares. (años Valianos 1105-1132). Durante este tiempo, los que marcharon convirtieron el quendiano primitivo en eldarin común. Entonces los Vanyar y los Noldor cruzaron el mar, y hacia este punto el eldarin común se transformó evidentemente en quenya antiguo, ya que el periodo pre-documentado de la evolución del élfico se acercaba a su fin. En Beleriand, el eldarin común (o su dialecto telerin común) empezó a evolucionar hacia el sindarin.
         Milenios después, también en Beleriand, los Noldor exiliados empezaron a estudiar la lingüística comparativa y a reconstruir la lengua primitiva: “Fue… el contacto con el sindarin y el acrecentamiento de su experiencia con el cambio lingüístico (especialmente los mucho más rápidos e incontrolables cambios observables en la Tierra Media) los que estimularon los estudios de los sabios lingüistas, y fue en Beleriand donde las teorías respecto al eldarin común y la interrelación de sus descendientes conocidos fue desarrollada” – (*)PM:342.

HISTORIA EXTERNA

No parece haber un punto donde los idiomas élficos de Tolkien existieron en un vacío histórico, sin historia de cambios y evolución tras ellos. Observa Christopher Tolkien: “Dichas lenguas se concibieron, por supuesto, de una manera profundamente ‘histórica’… Cada elemento de las lenguas, cada elemento de cada palabra, es en principio históricamente ‘explicable’ -al igual que los elementos de las lenguas no ‘inventadas’-, y las fases sucesivas de su intrincada evolución eran el deleite de su creador… Reflejan la lengua no como una ‘estructura pura’, sin un ‘antes’ y un ‘después’, sino como una evolución en el tiempo.” (CP:395 (LR:341)) El aspecto diacrónico era muy importante para Tolkien; debió de estar inmensamente atraído por la gran visión de una familia de lenguajes que crecía, cambiaba, evolucionaba y se ramificaba en distintas direcciones. Cuando discutía sobre palabras élficas, a menudo introducía raíces primitivas y formas ancestrales con un asterisco; ¡está claro que sentía que cada palabra necesita una historia! (Véase por ejemplo Cartas:297) Por supuesto, esto necesitaba la construcción (o al menos esbozo) de un lenguaje primitivo, un ancestro esencial para las sucesivas fases, ya que Tolkien no podía extender la historia de las lenguas élficas indefinidamente hacia el pasado – especialmente cuando pensaba en la historia élfica como poseedora de un comienzo bien definido en el tiempo y en el espacio, el despertar de los Quendi junto al lago de Cuiviénen. Todas las formas del élfico debían ser descendientes del “cuiviéneano”.
         Ya en el primer vocabulario élfico, el “Léxico Qenya” de 1915, las palabras derivaban de “raíces primitivas” (como en las Etimologías). Estas raíces proporcionan vislumbres de un proto-lenguaje que parece de algún modo inspirado por las reconstrucciones propuestas del Indo-Europeo, la hipotética lengua de la que descienden la mayoría de los idiomas europeos y algunos de los orientales. Por ejemplo, Tolkien incluyó raíces que contienen la N y la L silábicas, como en SNKN y FLKL (CP2:430-431 (LT2:341), donde hay puntos bajo las N’s y las L’s para indicar que son silábicas). Aparentemente comenzando por las mismas raíces primitivas, dos años después Tolkien derivó una nueva lengua élfica, análoga al “qenya” – gnómico, una lengua de sonoridad céltica que tras treinta años de revisiones y cambios de conceptos “finalmente se convirtió en el llamado sindarin” ((*)PM:379).
         Las consonantes silábicas del “proto-élfico” de 1915 desaparecieron treinta años después, cuando se escribieron las Etimologías. Sin embargo, algunas ideas sobre la lengua primitiva volvieron al principio. Por ejemplo, está el concepto de que muchas palabras originalmente comenzaban con las oclusivas nasalizadas nd, mb, ng (que se conservaban siguiendo al artículo definido en el idioma de aire céltico: gnómico Golda “Gnomo, Noldo”, i Ngolda “el Gnomo”; y similarmente sindarin Golodh “Noldo”, i Ngolodh “el Noldo”). En las Etimologías se nos dan bastantes palabras primitivas “reconstruidas”, permitiéndonos conseguir una impresión relativamente buena de la lengua primitiva tal como Tolkien la imaginaba entonces.
         Por supuesto, el interés principal de Tolkien estaba en las lenguas élficas posteriores, especialmente el quenya y el (noldorin>) sindarin. Incluso en las Etimologías, el élfico primitivo se mantiene como una especie de entidad secreta cuya función principal es clarificar la relación entre varias ramas del élfico y que sirve como base histórica de todos ellos, más que como un “idioma artístico” en sí. Como en todo lo demás, las ideas de Tolkien sobre la derivación definitiva de ciertas palabras estaban sujetas a revisión. Por ejemplo, tanto (*)SD:419 como las Etimologías (raíz TYUL), concuerdan en que la palabra quenya para “mástil” es tyulma. Pero de acuerdo con las Etimologías, tyulma viene del primitivo tyulmâ, mientras que (*)SD:419 dice que tyulma desciende del primitivo kyulumâ. Ambas producirían tyulma en quenya, así que no hay discrepancia en cuanto a los cambios de sonido – pero las ideas de Tolkien sobre la forma ancestral cambió con el tiempo. Un caso parecido es el quenya findë, “trenza, mechón de cabello”: ¿viene del primitivo spindê (Las Etimologías, raíz SPIN) o de phindê ((*)PM:362)? Tal indecisión se remonta al comienzo: Discutiendo los tempranos “Léxicos”, Christopher Tolkien nota que “en algunos casos parece claro que la palabra estaba ‘allí’, por así decir, aunque su etimología permanecía por cierto sin definir todavía, y no viceversa” (CP1:302 (LT1:246)). Pero las ideas generales de Tolkien sobre las lenguas primitivas, tal como se ejemplifican en las Etimologías, parecen haber tomado forma en los años ’30 y no conllevaron revisiones sustanciales posteriormente. Por ejemplo, en lo que Christopher Tolkien llama “una nota muy posterior” – evidentemente refiriéndose a que data de los setenta – la forma primitiva del título de Aulë “artífice del mundo” se da como mbartanô (CP1:325 (LT1:266)). Éste parece ser el mismo tipo de élfico primitivo que el reconstruido en las Etimologías, escritas cuarenta años antes. En cualquier caso, el desarrollo histórico del quenya y el sindarin se volvió “minuciosamente refinado” en los últimos años de vida de Tolkien, por lo que entonces debió haber tenido en mente una imagen bastante clara de su común idioma ancestral. -(*)PM:367.
         Debería notarse que una idea temprana se rechazó más tarde: la noción de que los Elfos no inventaron el lenguaje por sí mismos, sino que aprendieron el Valarin de Oromë (CP:195 (LR:168)). Como ya hemos visto, Tolkien decidió más adelante que los Elfos estuvieron solos durante siglos antes de ser encontrados por los Valar.
        No es necesario decir que la distinción entre palabras élficas “registradas” y formas “indocumentadas” es pura ficción. Las formas “reconstruidas” de Tolkien están tan autorizadas como el vocabulario de los idiomas “documentados”: Aun si alguien pudiera venir con una reconstrucción más plausible del quendiano primitivo que la que hizo Tolkien, ¡tendría que ser rechazada! En este ensayo, las palabras primitivas “reconstruidas” por Tolkien no están marcadas por asteriscos – aunque Tolkien a menudo se los pone, jugando alegremente a su Juego.
(El experimento definitivo en la lingüística élfica: Enseñe quendiano primitivo a unos cuantos miles de personas y póngalos en un remoto continente a solas. Vuelva un milenio o dos después y compruebe si sus descendientes han desarrollado idiomas similares al quenya y/o sindarin.)

QUENDIANO PRIMITIVO: FONOLOGÍA BASICA

Los sonidos

Las vocales (monoptongos) del quendiano primitivo eran a, e, i, o, u, breves y largas. Las vocales largas se solían marcar con una marca larga por Tolkien; aquí usaremos un circunflejo en su lugar â, ê, î, ô, û. Como se indica arriba, las frecuentes vocales largas finales son muy características del élfico primitivo. (Sin embargo, las vocales finales son a veces – pero no siempre – abreviadas si la palabra parece como elemento final de un compuesto; compárese tûrô “señor” con -turo en Spanturo “señor de las nubes”; véase también (*)WJ:403 respecto a khînâ “niño” que se convierte en -khîna. La terminación plural -î permanece larga, aunque: kala-kwendî “Calaquendi”.) Los diptongos primitivos eran ai, au, ei, eu, iu, oi, ou, ui. Las combinaciones como âi pueden considerarse tanto “diptongos largos” como â seguida de i (dos sílabas distintas); no sabemos con precisión qué intención tenía Tolkien. En VT39:11, Tolkien declara que “El eldarin (y probablemente el quendiano primitivo) exhibían una marcada preferencia por los diptongos terminados en i”.
         Las consonantes pueden clasificarse de la siguiente manera:
         Oclusivas, sordas t, p, k y sonoras d, b, g. También estaban los sonidos que Tolkien pronuncia th, ph, kh, que pueden representar bien fricativas (esto es, th de think (N. del T.: o z en español), f, y la ach-Laut del alemán (N. del T.: o la j del español), respectivamente) o bien oclusivas aspiradas (esto es, t, p, k seguidas de h aspirada). La última interpretación es de lejos la más verosímil, ya que en sindarin antiguo se dice que th, ph, kh son oclusivas aspiradas (CP:372 (LR:322)), que luego se convirtieron en fricativas en sindarin. No es una teoría económica postular que las fricativas primitivas se hicieron oclusivas aspiradas en sindarin antiguo y luego volvieron a ser fricativas en sindarin. Th, ph, kh, eran evidentemente aspiradas, en contraste con las no aspiradas t, p, k (pronunciadas como las oclusivas francesas o rusas, pero en contra del QP, estas lenguas no tienen una serie correspondiente de oclusivas aspiradas fonéticamente distintas de las no aspiradas – aunque por cierto, sí la tiene el sánscrito).
         Lateral/vibrante: r, l
         Glotal (?): h. El sonido en cuestión está representado por 3 en las Etimologías y h en el ensayo Quendi and Eldar (en CP:417 (LR:360), la raíz original de la que deriva el término quenya ho “desde” se da como 3Ô, mientras que en (*)WJ:368 esta raíz se da en cambio como HO). Christopher Tolkien describe 3 como una “palatal fricativa” en CP:416 (LR:360); esto vendría a ser el sonido escrito como gh en órquico, la fricativa equivalente a G. Pudiera ser que de hecho Tolkien tuviera en mente un sonido gutural o faríngeo , como el arábico ‘ayn, el hebreo clásico ‘ayin. Quizá más tarde decidió que se parecía más a la H inglesa, tal como la escritura usada en Quendi and Eldar parece sugerir – pero dado que trabajamos con una forma reconstruida del élfico, la pronunciación exacta de este sonido es de poca importancia.

3 comentarios

  • Crow

    Nasales: m, n, ñ (ñ = “ng” como en thing)
              Sibilante: s (que, más tarde, en eldarin común, se sonorizó a z ante d). La situación de la z en la lengua más primitiva es incierta; tenemos la raíz MIZD, pero esto puede deberse de nuevo a la sonorización de s en contacto con d. EZDÊ ha de tomarse como una forma eldarin común, en base a lo que Tolkien dice en (*)WJ:403.
              Semivocales w y j; la última se pronuncia como la inglesa y en you (N. del T.: o bien la y consonántica en español) (y no la inglesa “dzh” de John). Cuando estaba editando las Etimologías para publicarlas, Christopher Tolkien cambió la J por la Y, e.g. KUY, DYEL donde su padre había escrito KUJ, DJEL (véase CP:401 (LR:346)). Esto se hizo con buenas intenciones, dado que muchos hablantes ingleses habrían confundido la letra J, pensando que se refería al sonido inglés “dzh”. Mantendremos esta escritura para referirnos a las raíces básicas enunciadas en las Etimologías (en mayúsculas), pero por lo demás, de aquí en adelante recuperaremos la forma original en que Tolkien escribió las palabras mencionadas en las Etimologías, e.g. njadrô en lugar de nyadrô (así pues, el lector no ha de extrañarse de que njadrô esté derivada de la raíz NYAD, ya que Tolkien en realidad escribió NJAD). En el ensayo Quendi and Eldar, Tolkien usaba también j en lugar de y, y aquí Christopher Tolkien dejó la escritura de su padre tal cual cuando editó el ensayo para publicarlo. También usaremos j en las palabras primitivas allí donde parece que Tolkien sí usó la letra y, para tener una escritura uniforme. Puede que la j y la w a menudo no sean semivocales independientes, sino que indican que la consonante anterior está palatalizada o labializada, respectivamente. Estas palatales y labiares pueden interpretarse como fonemas independientes en quendiano primitivo.
              En las Etimologías, Tolkien cambió en algunos casos la w a v, transformando las raíces WAY, WEY en VAY, VEY. ¿Quiere esto decir que consideró introducir la v como un sonido primitivo, diferente de b y w? El sonido v no cuadra muy bien en la fonología; sería la única fricativa, salvo que contemos la 3 como fricativa más que como sonido gutural o faríngeo (y además Tolkien pudo haber decidido transformar la 3 en H; véase supra). Quizá la v como un fonema distinto en el quendiano primitivo fue sólo una idea pasajera.

    Grupos consonánticos iniciales

    El mayor conjunto de grupos consonánticos iniciales empiezan por s: sj-, sk-, skj-, skw-, sl-, sm-, sn-, sp-, sr-, st-, sw-.
              Algunos grupos iniciales pueden considerarse simplemente como oclusivas nasalizadas: mb, nd, ñg. También en la Gramática Gnómica (1917) Tolkien habla de “palabras que comienzan por las oclusivas nasalizadas nd, mb, ng (un conjunto originalmente bastante numeroso)” (Parma Eldalamberon #11, p. 7).
              Unos cuantos grupos acaban en una de las dos semivocales. En J: dj, gj, kj, khj, ndj, ñgj, nj, tj, (y sj, skj ya mencionados). En W: gw, ñgw, kw (y skw, sw ya mencionados). Parece ser que, ya antes de la Separación, kw se fundió en el sonido labio-velar simple q que luego se mantuvo en quenya (más adelante escrito como qu), mientras que muy pronto se convirtió en p en el dialecto de los Teleri – tanto así para los Sindar como para los Teleri de Aman. Algunos pueden interpretar kw como un fonema labio-velar más que como un grupo de consonantes ya desde el principio (El temprano “proto-élfico” de Tolkien – el material de 1915 – incluía raíces como QORO, véase CP1:323 (LT1:264). Aquí Q sí que es un sonido labio velar.) Como se menciona arriba, algunos incluso tomarían todos los grupos iniciales con una consonante simple + -w o -j como simplemente una manera de escribir series de consonantes labializadas y palatalizadas; por lo que dejarían de ser grupos reales.
              (*)SD:419 menciona una palabra primitiva con hj inicial (o hy, tal como está escrito ahí). ¿Es éste un grupo genuino h + j, o tan sólo hy como en quenya, un sonido unitario como el ich-Laut alemán?

    Acento

    En las Etimologías unas treinta y ocho palabras primitivas reconstruidas incluyen un acento que aparentemente marca la sílaba tónica (aquí usaremos letra cursiva en lugar de una tilde). Diecisiete de las palabras están marcadas con el acento en la primera sílaba: abarô (abaro) (N. del T.: en las Etimologías, la forma que realmente se da es abârô (abâro); véase en el vocabulario), alâkô, balâ (y pl. balî en balî-ndore/-ndôre), balâre, Banâ, banjâ, bata (batâ), belek, belekâ, berja, boron-, b’ras-sê, orku, pheren, telesâ, ûbanô (véase el vocabulario infra para el significado de las palabras). Cuatro palabras aparentemente se acentúan en la penúltima sílaba: baradâ, ontâro, berekâ, morokô, turumbê. Seis palabras se acentúan en la última sílaba: barasâ, barjâ, barnâ, battâ, khalnâ, tambâ. Dados estos ejemplos está claro que en élfico primitivo, el acento no estaba determinado por la forma de la palabra (tal como ocurre por lo general en quenya y sindarin). Las palabras belekâ, baradâ y barasâ tienen el mismo número de sílabas y exactamente la misma distribución de consonantes y vocales (breves y largas), pero no se acentúan en la misma sílaba. No parece haber una forma cierta de predecir qué sílaba recibe el acento en élfico primitivo; en este asunto sólo podemos recurrir a la palabra de Tolkien. Algunas raíces de las Etimologías, como MÓROK, están marcadas con un acento para indicar qué sílaba está acentuada – lo cual se deriva en la palabra derivada morokô. La raíz MORÓK simplemente resulta estar acentuada en la segunda o, y nada más.
              Nótese que no hay conexión entre el acento y las vocales largas. Se podría pensar que las frecuentes vocales largas finales estaban acentuadas, pero tal regla no parece existir. En alâkô, la única vocal breve es también la acentuada. Al contrario que el presente escritor, los primeros elfos aparentemente no encontraban ninguna dificultad en pronunciar vocales largas sin acentuarlas en absoluto.         

    VARIAS PARTES DEL HABLA Y SU DECLINACIÓN

    Nombres: La lengua primitiva diferenciaba al menos tres números: singular, dual y plural. El singular era aparentemente la forma básica del nombre, como en la mayoría de las lenguas. El dual se formaba con la terminación -û, que vemos en besû “pareja casada” (BES), lasû “orejas” (par de orejas, las dos orejas de una persona) (LAS1) y peñû “par de labios” (VT39:11 cf.9). Si el uso de este elemento dual se corresponde con el uso del quenya antiguo, como esboza Tolkien en Cartas:347, este dual primitivo sólo se aplicaba a dos cosas que perteneciesen a un par natural, no a dos cosas asociadas casualmente.
              La terminación plural común era -î, el origen del quenya -i (como en Quendi) y el influjo de la i en los plurales del sindarin (como en annon “portal”, pl. ennyn, donde a y o asimilaron la terminación plural -i del sindarin antiguo, que después de perdió, y se convirtieron en e e y, respectivamente). Quendi desciende de kwendî, el pl. de kwende ((*)WJ:360); nótese que la -e breve final se sustituye por la terminación plural. Las tan frecuentes vocales largas finales aparentemente no se suelen sustituir, pero la terminación plural -î se abrevia a -i cuando es añadida a una vocal larga: El pl. de Lindâ “Linda, un elfo del Tercer Clan ((*)WJ:380) se da como Lindâi ((*)WJ:378), y no **Lindâî. Parece que estas combinaciones de vocal larga + i tendían a convertirse en diptongos normales en -i, como âi > ai en este caso; el pl. de Lindâ también se da como Lindai ((*)WJ:385). En (*)SD:302 el pl. de ornê “árbol” es asimismo dado como ornei, y no *ornêi (¿la forma anterior?) Sin embargo, a veces el plural se forma directamente desde la raíz tal cual en lugar de añadirse a la vocal final; así, el pl. de balâ “Vala” es balî, formado desde la raíz BAL, en vez de **balâi, **balai. (En quenya, la forma Vali, de balî, es aún una alternativa a Valar como pl. de Vala. Así lo es en el nombre Valinor, la tierra de los Vali.)
              Otra terminación plural primitiva, mencionada en las Etimologías bajo 3O, era -m. Cómo y cuándo se usaba no está claro. Pudiera usarse para indicar pluralidad tras las terminaciones de casos y en partículas enclíticas. Esta -m parece ser el origen de la terminación plural -n que se da en los casos del quenya, tal como la terminación -ssen locativa plural (singular -ssë). El elemento preposicional jô, jo-, “juntos” (o más de dos) también se da como jôm, jom- ((*)WJ:361). Pudiera ser que esto tenga algo que ver con la terminación plural -m.
              Parece que la lengua primitiva tenía al menos algunos casos; Tolkien menciona la terminación alativa -da ((*)WJ:366). En quenya arcaico tenemos el acusativo, que se forma alargando la vocal final de las palabras (cirya “barco” > ciryá), lo que podría sugerir que, en una fase anterior, había una terminación acusativa que consistía en algún sonido gutural. Cuando éste se perdió, la vocal anterior se alargó (o se mantuvo larga) en compensación: ?kirjâ3 > ciryá; a diferencia de *kirjâ > cirya. Sin embargo, algunos de los numerosos casos del quenya pueden ser partículas que se añadieron después; sabemos que la terminación genitiva -o desciende de una partícula originalmente independiente 3o o ho, “desde”. Lo cierto es que la distinción entre las terminaciones de los casos y las partículas enclíticas podría haber sido vaga e incluso ausente en las primeras formas del élfico. Curiosamente, Tolkien afirma que los elementos “preposicionales” normalmente se “añadían” (¿cómo sufijos?) a las raíces nominales del QP; ésta era su “posición usual” ((*)WJ:368). Parece ser que, en QP, las “preposiciones” normalmente actuaban más bien de postposiciones. (Las preposiciones reales debían de ser dominantes en eldarin común, ya que están presentes tanto en quenya como en sindarin.)
              Verbos: No hay mucho que decir sobre el sistema verbal en la lengua primitiva. Algunas terminaciones verbales frecuentes, como -jâ y tâ (de las que surgen las quenya -ya, -ta) pueden identificarse; véase “Derivación en el élfico primitivo” infra. (*)WJ:415 sugiere que en la lengua primitiva, el pasado se señalaba con “el ‘aumento’ o duplicación de la vocal básica, y alargando la vocal de la raíz”. Así, la raíz KWE “decir, hablar” tenía como pasado ekwê (la e de KWE formando prefijo como aumento, y la e original alargada a ê). La raíz KAR “construir, hacer”, cuya forma básica podría ser simplemente *kara, tiene análogamente el pasado akâra “construido, hecho”. Similarmente, podemos asumir que el pasado de kiri “cortar” era *ikîri (mi reconstrucción), etc. En las lenguas posteriores, las vocales básicas prefijadas se mantienen en el pretérito perfecto del quenya, y también aparecen en una clase de los pasados del sindarin (akâra produce el sindarin agor).
              En quenya, los pasados se forman a menudo con la terminación -në (e.g. orta- “elevar” > ortanë “elevó”) o mediante el infijo nasal + -ë final (e.g. tac- “sujetar”, pas. tancë). El infijo nasal también se encuentra en los pasados sindarin (e.g. sogo “beber” > pas. sunc). Dado que los pasados en que intervienen nasales se dan tanto en quenya como en sindarin, deberían remontarse por lo menos al eldarin común. Ninguna forma primitiva de la terminación -në del pasado quenya es mencionada por Tolkien en el material publicado; si existiera, probablemente sería *-nê. Algunos pasados con infijo nasal pueden deberse simplemente a la adición directa de tal terminación a la raíz, donde la n y la consonante final se han transpuesto. Por ejemplo, el sindarin sunc “bebió” (quenya *suncë, no documentado) podría derivarse de, digamos, el EC *sunkê < *suknê, esto es, la raíz SUK "beber" con la terminación de pasado *-nê. Pero esta especulación requiere cambios como kn > nk, que no suceden regularmente; podría ser mejor asumir que la forma de pasado con infijo nasal *sunkê es original.
              En quenya, una forma denominada aoristo está formada por la terminación -ë, que cambia a -i cuando se añade algun sufijo. En la lengua primitiva, esto habría sido -i en cualquier caso (ya que la -i breve final se transformó en -ë en quenya, pero se mantuvo inalterada cuando no era final).
              Uno de los muy escasos ejemplos de un presente primitivo es uljâ “vierte”, la fuente del sindarin eil “llueve” (véase ULU). ¿Justifica esto la existencia de una terminación primitiva de presente -â, el origen de la terminación quenya -a? En (*)WJ:372, Tolkien habla de “las raíces de tiempo [presente?] en -â”. Parece ser que la terminación -â es “invisible” cuando se añade a un verbo que ya acaba en -â, pues el verbo uljâ claramente muestra la frecuente terminación -jâ. Nótese, sin embargo, de la forma mâtâ “está comiendo”, que se afirma (en VT39:7) que es la “forma continua” de la raíz mata- o MAT “comer” (VT39:7, 11; CP:429 (LR:371)). Compárese esto con Cartas:347, donde Tolkien afirma que el quenya palantír viene de la forma primitiva palantîrâ (o palantîra), y que esta palabra incluye “la raíz continuativa de TIR observar, contemplar”. Claramente la “forma continua” mâtâ “está comiendo” se relaciona con MAT tal como esta “raíz continuativa” tîrâ *”está observando” lo hace con TIR. Parece que de las raíces verbales básicas (sin terminaciones como -jâ o -tâ) puede derivarse una forma continuativa correspondiente al inglés “is …-ing” (N. del T.: o al español “está …-ndo”) alargando la vocal básica y añadiendo la terminación -â. Los descendientes quenya de estas formas (no documentadas en este caso: *máta, *tíra) son claramente lo que a menudo se llama tiempo presente. Dado que mâtâ se traduce como “está comiendo”, parece que las raíces continuativas podrían funcionar como verbos finitos ya desde la lengua primitiva.
              Tenemos un ejemplo de pretérito perfecto primitivo, que es la forma awâwiiê que se da en (*)WJ:366. Parece que se forma alargando y prefijando la vocal básica y añadiendo el sufijo -iiê. En quenya, la terminación se convierte en -ië, pero por lo demás el pretérito perfecto se forma igual.
              No sabemos cómo se construían otros tiempos verbales en élfico primitivo. La terminación del infinitivo -ië se encuentra tanto en quenya como en sindarin antiguo (“noldorin antiguo”), así que debe de remontarse por lo menos al eldarin común. Su forma primitiva sería -iê (lo que quizá está documentado enterrado en la palabra luktiênê, véase infra). Las terminaciones de futuro quenya y sindarin, -uva y -tha, respectivamente, desde luego no están relacionadas – lo que quizá sugiere que alguna de ellas o ambas son innovaciones sin análogo en la lengua primitiva.
              Debe notarse que la lengua primitiva no tenía un imperativo declinable; en su lugar, la partícula imperativa independiente â, de posición variable, se usaba en conjunción con la raíz verbal ((*)WJ:365).
              Pronombres: Nuestro conocimiento del sistema pronominal primitivo no está lejos de ser completo. La primera persona NI2 “yo” se da en las Etimologías (CP:436 (LR:378)) (N. del T.: En las Etimologías en español, la entrada en cuestión no está traducida, quedando ‘NI2- = I’); y ni también está presente en quenya (mientras que el origen de la palabra sindarin para “yo”, im, es oscuro). La terminación quenya -mmë para el “nosotros” (exclusivo) y la correspondiente sindarin -m justifican la existencia en una 1ª persona plural en primitivo que incluía el sonido m en eldarin común como tarde. Tolkien habla de de y su variante le como “elementos pronominales de la 2ª persona” ((*)WJ:363). El quenya tye “tú” y la terminación sindarin -ch *”tú” parecen indicar que también había una terminación de 2ª persona que incluía el sonido k (pues el quenya tye, a la luz de la terminación sindarin, debe asumirse que desciende de *kye, mientras que el sindarin -ch representa un antiguo *-kk-). Respecto a la 3ª persona, la raíz demostrativa TA “ese” es relevante (produce el quenya ta “ese, eso”). El quenya te “ellos” (N. del T.: documentado como “them”, en función de objeto; Helge incluye el comentario ‘(and “they?”)’, ante la posibilidad de que pueda servir como sujeto) puede descender del no acentuado *tai, esto es, ta “ese” y la terminación plural: *”esos”. La 3ª persona estaba aparentemente asociada con otra raíz demostrativa, S-. Bajo esta raíz, las Etimologías recogen sû o su (o sô/so) como un evidente pronombre primitivo “él”, mientras que “ella” es sî o si (o sê, se). Aquí también se hace una referencia a la “inflexión verbal -so” y la correspondiente “inflexión -se” femenina, significando claramente que estos pronombres se añadían al verbo para expresar que “él” o “ella” era el sujeto del verbo. Lo que no está claro es si estas inflexiones se daban ya en la lengua más primitiva.
              Otras partes del habla: Un ejemplo de adverbio se proporciona con la palabra akwâ, que de acuerdo con (*)WJ:415 es “una extensión o intensificación de *kwâ, usada adverbialmente” (el quenya aqua “totalmente, completamente, del todo”). Otro ejemplo es hekwâ “dejando de lado, salvo, excluyendo, excepto”, de lo que se afirma que es tanto adverbio como preposición ((*)WJ:364-5). Esto se forma con el “elemento adverbial” HEKE, HEK, que significa “de lado, aparte, separado” ((*)WJ:361, 364). No se conoce ninguna terminación adverbial específica, como el inglés -ly (N. del T.: o el español -mente); la terminación -wâ de la palabra hekwâ es también una terminación de adjetivo (véase infra “Derivación”). – Se menciona una “partícula negativa primitiva” en (*)WJ:370: bâ “¡no!” (también abâ, aba), que expresa rechazo, no negación de un hecho. Por otra parte, las palabras basadas en la raíz LA “no” o en las raíces negativas GÛ, MÛ y sus variantes con prefijo UGU, UMU se usaban claramente para hacer negaciones. – No se sabe si había artículos en la lengua primitiva; resulta dudoso; El origen del artículo i “el, la, los, las” en quenya y sindarin, esto es, la raíz I, se dice que es una “partícula deítica” (CP:417 (LR:361)). Así que mientras el quenya i alda y el sindarin i ‘aladh significan “el árbol”, el primitivo *i galadâ significaba por el contrario “ese árbol”. Después, el significado de i se debilitó de “ese” a “el” (quizá ya en eldarin común, pues el quenya y el sindarin comparten este artículo). De hecho, las lenguas romances han desarrollado sus artículos definidos de este modo: Su antecedente latín no tenía ninguna palabra para “el”, pero el significado de los demostrativos latines (típicamente ille, illa) se debilitaron para dar artículos como la o el.

    ELDARIN COMÚN

    Como se indica arriba, el eldarin común (EC) es la siguiente etapa del élfico primitivo. Éste es el idioma de los primeros Eldar en oposición a los Avari, la lengua desarrollada desde el quendiano primitivo durante los dos siglos y medio que duró la Marcha desde Cuiviénen hasta el mar, y por lo tanto el antecedente común del quenya y el sindarin.
              En (*)PM:342, Tolkien de hecho afirma, “Cuando los Eldar llegaron a Aman y se establecieron allí tenían ya una larga historia a sus espaldas… también sus lenguas se habían enriquecido y habían cambiado, y eran muy diferentes del habla primitiva anterior a la llegada de Oromë” Sin embargo, en el material publicado no se reflejan cambios drásticos de la misma. En muchos casos, las palabras del QP están inalteradas en EC; véase que ñgolodô se incluye tanto en EC ((*)WJ:379) como en QP ((*)WJ:381). También la terminación plural era -î, como en elenî “estrellas ” ((*)WJ:360).
              Tal como se menciona en la introducción, sólo hay cuatro formas en las Etimologias que se identifican explícitamente como “Eld” = eldarin, lo cual evidentemente singifica eldarin común: mahtâ “manejar”, ndæ^r “novio”, wa “juntos” (véase MA3, NDER, WÔ). Estas tres derivan de las anteriores ma3tâ-, ndêro y wo, formas que necesariamente serían QP. Otras cuantas formas en eldarin común se encuentran en (*)WJ y (*)PM. Parece ser que la ê larga se convierte en æ^ en eldarin, mientras que el cambio de wo tónica a wa se menciona explícitamente en las Etimologías (bajo WÔ). Con el QP ma3tâ > EC mahtâ se nos hace entender que el sonido 3 (esto es, g fricativa, de acuerdo con Cristopher Tolkien) se convierte en sordo por asimilación de la t siguiente, si es que “ht” en mahtâ representa la ach-Laut alemana + t, como ocurre en la forma quenya mahta-. Las formas como el verbo wahtâ- “manchar, ensuciar” y el nombre wahsê “mancha” de la raíz WA3 deben pues ser consideradas eldarin común, derivadas del quendiano primitivo *wa3tâ-, *wa3sê. (Nótese que en wa3râ “manchado, sucio”, 3 no está alterada, porque no le sigue ninguna consonante sorda.)
              El cambio más importante parece haber afectado a las vocales breves finales. Las -a, -e y -o originales desaparecieron; por ejemplo, del QP abaro “renuente” derivó el EC abar ((*)WJ:371), mientras que el QP kwene “persona” devino en el EC kwên ((*)WJ:360 – aunque la palabra QP kwende parece conservarse inalterada en EC). Las -â, -ê, -ô largas no cambiaron, así como tampoco -î ni û. Por otra parte, puede que en esta fase las -i, -u breves cambiaran a -e y -o, como en quenya. El cambio de -i breve final a -e también se da en sindarin antiguo, así que parece que este cambio ocurrió en el eldarin común. Tal como la demuestra la palabra EC kwên comparada con el QP kwene, la vocal de las nuevas palabras monosilábicas podía alargarse (pero no así en su forma plural kwenî, en la que la palabra no era monosilábica – lo cual se refleja también en la palabra quenya quén, pl. queni en vez de **quéni).
              Otro cambio fue que “la h media se perdió muy pronto sin dejar rastro en EC”, el nombre enclítico -hô “desde” se transformó en -ô, el origen de la terminación genitiva quenya -o ((*)WJ:368). Esto parece apoyar lo que comentábamos arriba: que en mahtâ-, la letra H realmente hace de ach-Laut. Está “H” fuerte no se perdió (también está presente en el quenya mahta-).
              Algunos grupos consonánticos complicados cambiaron para dar combinaciones más pronunciables en eldarin común “y posiblemente antes”, esto es, ya en QP ((*)WJ:416). En (*)WJ:416, se menciona el cambio bm > mb, por el que el QP labmê “lengua” (“idioma”) cambia a lambê en EC como tarde. En las Etimologías, encontramos formas dobles como stabnê, stambê “habitación” (STAB); ¿podría esto sugerir un cambio similar bn > mb, quizá en la fase del EC? Sabemos de (*)WJ:403 que la combinación sd se asimiló a zd en eldarin común, transformanod esdê “reposo” en ezdê (Por lo que la raíz EZDÊ de las Etimologías ha de entenderse como una forma eldarin común; no todas las entradas en las Etimologías representan raíces primitivas. EZDÊ < esdê es de hecho una forma reestructurada de la raíz básica SED "descanso".) Mientras que la s se sonorizó a z ante la d, parece la d se ensordeció a t ante la s, como en el primitivo sjadsê "hendedura, cuchillada" que cambió a sjatsê (SYAD). Quizá el cambio ds > ts también pertenece a la etapa de eldarin común.
              Puede que en eldarin común se introdujeran algunos nuevos diptongos derivados de e, o. Más adelante los Sabios “se inclinaban por la opinión de que… ae, ao [producidas mediante el infijo de A] no se habían desarrollado primitivamente, sino relativamente tarde, y debido a la analogía de ai : i, y au : u” (véase VT39:9-10). “Relativamente tarde” debe significar en la fase de eldarin común más que en la de quendiano primitivo. El hecho de que se encuentren palabras con los diptongos ae, ao tanto en quenya como en telerin apoya firmemente esta conclusión. En quenya, estos diptongos cambiaron a é y ó, respectivamente; en telerin ambos dieron á. Como ejemplo, Tolkien menciona el quenya méla “amor, afecto”, en telerin mála. Ambas se derivan de una forma con A infija de la raíz MEL “amar”, supuestamente *maelâ (no dada explícitamente). Véase VT39:10.
              El eldarin común no tenía una estructura completamente uniforme; ya durante la Marcha, existían dialectos. En una fase muy temprana, quizá incluso antes de la Separación, los Teleri cambiaron la kw original (> qu en quenya) a p, un cambio que se ve tanto en sindarin como en el telerin de Aman (como en el quenya quár “puño”, que corresponde al sindarin paur y al telerin pár; descendiendo todos ellos del primitivo kwâra, (*)PM:318) En (*)PM:401, Pengolodh apunta que “los Quendi también se dividieron en el habla: los Avari de los Eldar; y los Teleri de los demás Eldar”.

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    LA RAÍZ Y SUS MODIFICACIONES

    Cuando trabajamos con el élfico primitivo, el concepto de raíz o base ha de entenderse bien. Ya en el muy antiguo “Léxico Qenya” de 1915, Tolkien afirmaba que “las raíces… no son palabras que estén en uso en absoluto, pero sirven para elucidar las palabras agrupadas y la conexión entre ellas” (CP1:301 (LT1:246)). La raíz es una especie de esqueleto abstracto que contiene un significado básico, y en el proceso de derivación, en torno a este esqueleto se encarnan las palabras reales desarrollando un significado. Por ejemplo, la idea general de juventud está aparentemente contenida en la raíz NETH -Tolkien simplemente escribía “joven” para sugerir su significado- pero esto no quiere decir que la palabra élfica primitiva para “joven” fuese neth. NETH sólo es la base de palabras reales como nêthê “juventud” o nehtrâ “joven” (que en quenya eran nésë, nessa). Las Etimologías constan mayormente de una lista con tales raíces seguidas de palabras reales que produjeron en varias lenguas. (Sin embargo, algunas de las entradas en las Etimologías parecen ser más bien palabras completas, como RAMBÂ “muro” o TINKÔ “metal”.) La inmensa mayoría de las palabras élficas primitivas consisten en una raíz combinada con una terminación; estas terminaciones se estudian con detalle más abajo.
              “Mi padre escribió extensamente acerca de la teoría de la sundokarme o ‘estructura de base’,” informa Christopher Tolkien (CP:397 (LR:343)). Sin embargo, sólo disponemos de su propio resumen acerca de las ideas de su padre: “muy resumidamente, la ‘base’ consonántica quendiana o sundo se caracterizaba por una ‘vocal determinante’ o sundóma: así pues, la sundo KAT tiene una sundóma media ‘A’, y TALAT tiene la sundóma repetida. En las formas derivadas, la sundóma puede ponerse antes de la primera consonante, e.g. ATALAT” ((*)WJ:319). Entonces parece que la “base” consiste en unas consonantes (como K-T en KAT) más una “vocal determinante” (A en este caso) que puede desplazarse y reduplicarse – pero tal como tiene que decirse en algún sitio, la estructura básica quendiana no es un sistema “semítico” con raíces puramente consonánticas, como en Khuzdul. Éste es más bien como el sistema adûnaico: raíces consonánticas que se asocian a cierta “Vocal Característica” que puede insertarse en diversos lugares, pero que tiene que estar presente en todas las palabras derivadas – o de otro modo sería imposible distinguir raíces con las mismas consonantes.
              El sistema que finalmente cristalizó en Cuiviénen desarrolló una “estructura básica” preferente a las raíces que tenían “el modelo X-X(-), con una consonante media fija… como en *Dele, *Heke, *Tele, *Kala, *Kiri, *Nuku, *Ruku, etc. Un gran número de raíces monosilábicas (con sólo una consonante o grupo de consonantes inicial) aparece también en las lenguas eldarin; y muchas de las raíces bisilábicas deben de haberse construido mediante la elaboración de éstas” ((*)WJ:392). Cuando Tolkien habla de “el modelo X-X(-)”, evidentemente quiere decir “consonante-vocal-consonante(-vocal).” Normalmente, la primera y la segunda vocal son la misma; por supuesto, no tiene por qué importar si las raíces para, digamos, “seguir” y “lamer” se dan como KHILI y LABA ((*)WJ:387, 416) o simplemente como KHIL y LAB, como en las Etimologías (CP:421,424 (LR:364, 367)). Similarmente, la raíz para “verter” se da tanto como ULU (CP:457 (LR:396)) o como UL ((*)WJ:400). Asimismo, las raíces como las que Tolkien lista como ejemplos -*Dele, *Heke etc.- probablemente puedan darse también como DEL-, *HEK- etc. (DEL se encuentra de hecho en (*)WJ:363). El último sistema parece que es el que se emplea en las Etimologías (nótese que las Etimologías tienen KAL allí donde (*)WJ:392 da *Kala-); la raíz ULU en lugar de UL es una de las pocas excepciones. En las Etimologías, las vocales básicas sufijas deben de haberse eliminado simplemente para ahorrar espacio. Pero cuando Tolkien menciona en (*)WJ:392 las raíces “monosilábicas”, parece que se refiere a aquéllas que no tienen una consonante siguiendo a la primera vocal (como KWE, NA), de manera que no puede ponerse la vocal de sufijo.
              Mientras que se habla en (*)WJ:392 de un “gran número” de estas raíces monosilábicas, éstas son relativamente escasas en nuestro corpus. En la misma página de (*)WJ, Tolkien especula con que la raíz KWE referida al habla habría existido en la fase más primitiva, pero que luego se expandió a KWENE y KWETE, siendo así adaptada al sistema que se había desarrollando mientras tanto. En las Etimologías, la mayoría de las raíces listadas consisten en tres elementos: una consonante o grupo de consonantes inicial, una vocal, y una consonante siguiendo a la vocal (e.g. BAL, SPAN). En algunos casos, no hay ninguna consonante inicial (e.g. EL), pero hay muy pocas raíces de una sílaba a las que le falte la consonante final, como NA2 “ser, estar”. Como se dice arriba, la última parece ser la clase de raíces que Tolkien llama “monosilábicas” en (*)WJ:392 (y no las raíces como KWEN, EL, DEL [(*)WJ:361-363], que pueden transformarse fácilmente en polisilábicas añadiendo la vocal básica como sufijo: KWENE, ELE, DELE [(*)WJ:360]). De las más de seiscientas raíces recogidas en las Etimologías, menos de treinta tienen esta estructura “monosilábica”, y bastantes de ellas no son raíces de verbos, nombres o adjetivos, sino de preposiciones, partículas, prefijos y demás. (Algunas raíces originalmente acababan con la consonante gutural escrita como 3, pero ésta se perdió y se alargó la vocal en compensación a ello: DO3 > DÔ y evidentemente TA3 > TÂ. Quizá raíces como THÊ, THÛ, YÔ deban entenderse como formas posteriores de *THE3, *THU3, *YO3, que no se dan.) De acuerdo con esto, Tolkien afirmó que “la opinión posterior [de los Sabios de la Tierra Media] era que de hecho, las ‘raíces completas’ (refiriéndose a las raíces de nombres, verbos o adjetivos) eran, al final del desarrollo común del quendiano primitivo, rara vez monoconsonánticas, si es que alguna” (VT39:11). “Monoconsonánticas” es un término más adecuado para esta clase de raíces que “monosilábicas”.
              La raíz de “morder” es un buen ejemplo de cómo se podía modificar una raíz para producir la base de nuevas palabras. En las Etimologías se encuentran no menos de cuatro variedades. Primero está NAK, aparentemente la forma más básica, con el simple significado de “morder”. La raíz NDAK “matar” evidentemente se entiende como una forma reforzada de NAK, habiendo simbolizando ese significado más intenso mediante el refuerzo de la consonante inicial. Otra variante de NAK utiliza como prefijo la vocal básica para conseguir ÁNAK, una raíz de la que derivan palabras para “mandíbulas”, la parte del cuerpo usada para morder (quenya anca, sindarin anc, ambos del primitivo ankâ, derivado de ÁNAK; véase NAK). Una cuarta variante posible es NAYKA, con una Y infija (y la vocal básica de sufijo); a esto se le llama una “elaboración” de NAK. Esta raíz “elaborada” viene a significar básicamente *”mordiente, penetrante” y por lo tanto *”doloroso”; de ahí derivan palabras como en quenya naicë, sindarin naeg “dolor (agudo)”. Ahora daremos un repaso más exhaustivo a las diversas manera de manipular una raíz.>

    Prefijando la vocal básica: En la entrada I de las Etimologías, Tolkien explica que i es un “prefijo intensificador cuando la vocal básica es i”. Menciona ITHIL “Luna” como ejemplo; éste deriva de la raíz (o “base”) THIL “brillar como la plata” (véase SIL). INDIS “novia” como nombre de la diosa Nessa viene de NDIS “mujer”; la variante con la vocal prefija i-ndise se denomina “forma intensiva”. Cf. también (*)WJ:318, donde se dice que la palabra tanto quenya como sindarin estel “esperanza” es un derivado con la vocal básica prefija de la raíz STEL “permanecer firme”.
              En unos cuantos casos, las versiones con vocal prefija de una raíz se dan como entradas separadas en las Etimologías. Algunas veces, el acento se desplaza a la nueva primera sílaba; otras la vocal básica lo conserva. ÁLAK “impetuoso” se deriva de LAK2 “rápido”. ÁNAK “mandíbula” de NAK “morder” ya se ha mencionado. ANÁR “sol” se afirma que es un derivado de NAR1 “llama, fuego”. (En el apéndice del Silmarillion, entrada nár, Christopher menciona (a)nar como “la misma antigua raíz” que produjo las palabras para fuego y sol.) AYAN “sagrado” deriva de YAN de similar significado. ELED “irse, partir” se relaciona con LED “ir, viajar”. ÉNED “centro” viene de NED de signifcado parecido. ÉRED, que produce palabras para “semilla”, deriva de RED “diseminar, sembrar”. ÓLOS “soñar” se relaciona con LOS “dormir”. ÓROM, la raíz que según las Etimologías es la fuente del nombre del Vala Oromë viene de ROM “ruido alto, toque de cuerno” (pero Tolkien lo rechazó después como etimología élfica). Se ha sugerido que ÓROK, la raíz de la que provienen las palabras para Orco en las Etimologías, se relaciona con ROK-, la raíz para “caballo”. Si bien esto puede parecer semánticamente forzado, ROK- originalmente se referiría al corcel del “Jinete Oscuro que montaba un caballo salvaje” que afligió al los Elfos en Cuiviénen, evidentemente algún sirviente de Morgoth (Silmarillion, capítulo 3). Así que la raíz reforzada ÓROK podría usarse para otras criaturas malignas. (Sin embargo, parece que Tolkien abandonó esta idea y decidió en su lugar derivar las palabras élficas para “Orco” de la raíz RUKU; véase (*)WJ:389.) Las raíces negativas GÛ, MÛ, tienen las variantes con prefijo UGU, UMU. Ligeramente más compleja es la derivación de AKLA-R *”resplandor” de KAL “brillar” y OKTÂ “guerra” de KOT “pelea, disputa”; aquí la vocal básica se prefija normalmente, pero también se pierde en su posición normal, y se añaden otras terminaciones. Otros ejemplos de palabras donde la vocal básica desaparece de su lugar habitual entre la primera y la segunda consonante de la raíz, para utilizarse como prefijo son esdê “reposo” de SED “descanso” (véase (*)WJ:403), el ya mencionado ankâ “mandíbula” de NAK “morder” y ostô “fortaleza” de la raíz SOTO “refugiar, defender” (véase (*)WJ:414 para la última). Cf. también la formación de agente edlô de DEL, DELE “andar, ir, viajar” – pero también edelô con la vocal básica de DEL intacta. En (*)WJ:363, Tolkien dice que la palabra edlô muestra la “pérdida de la sundóma” (vocal básica), y por lo tanto, obviamente, lo hacen palabras como esdê, ostô, ankâ. La raíz RUKU se dice que tiene las formas variantes uruk- y urk(u). Quizá sea imposible que las raíces monosilábicas como KWA (relacionada con plenitud) aparezcan sin su vocal básica en el lugar habitual, pero pueden prefijarse, como en el derivado akwâ (según (*)WJ:415 “una extensión o intesificación de *kwâ, usada adverbialmente” – quenya aqua “totalmente, completamente, del todo”.)

    A infja: En algunos casos, una nueva vocal A se inserta en la raíz, convirtiendo las vocales básicas i, u en los diptongos ai, au. La raíz SLIW “enfermizo” produce el adjetivo slaiwâ “enfermizo, enfermo” (contrástese con otro derivado, slîwe “enfermedad”, que no muestra infijo). La A infija también se ve en la palabra taun ?”colina” de TUN (véase MINI). De la raíz MIL-IK *”codicia” se deriva Mailikô, un nombre de Melkor. Y otros ejemplos de las Etimologías son thausâ “sucio” de THUS y taurâ “poderoso” de TUR. En (*)WJ:337, Tolkien deriva maikâ “agudo, penetrante” de la raíz mik “perforar”. Además, la palabra quenya nauta “atado” derivada de NUT apunta a la forma primitiva *nautâ (que no se da); asimismo, el sindarin glaer (glær) “balada larga” de GLIR debe de descender de *glairê (cf, quenya lairë). En el ensayo Quendi and Eldar, naukâ “deforme, *bajo” se deriva de la raíz NUKU “raquítico”. A esto se le llama “formación de adjetivo” ((*)WJ:413); nótese que maikâ, naukâ, slaiwâ, taurâ, thausâ también son adjetivos. La A infija también se encuentra en el abstracto khaimê “hábito” de KHIM “adherir” (que también da el adjetivo khîmâ “pegajoso” sin A infija – ¡como para evitar que las cosas se hagan demasiado previsibles!). Más aún, una de las “antiguas formas” de la raíz RUKU (relacionada con “miedo”, la fuente de las palabras élficas para orco) se da como rauk- ((*)WJ:415). Usando ejemplos del quenya, Tolkien explicó que las palabras formadas mediante A infija “eran en su mayoría ‘intensificadas’, como rauko ‘criatura muy terrible’ (*RUK); taura ‘muy poderoso, enorme, de inconmensurable poder o talla’ (*TUR). Algunas eran ‘continuativas’, como en Vaire ‘Siempre Tejiendo’ (*WIR)” (VT39:10). -Si la A infija producía los diptongos ae, ao desde las simples e, o, tal como este proceso producía ai, au desde i, u, era materia de debate. Fëanor sostenía que tales formas ocurrieron de hecho en quendiano primitivo, pero tal como se comentaba arriba, los Sabios posteriores se “inclinaban por la opinión de que estos ae, ao no pertenecían al desarrollo primitivo, sino al relativamente tardío y debido a la analogía de ai : i, y au : u” (véase VT39:9-10).

    I/Y infijas: Esto parece menos común que la A infija. Se afirma que la raíz NAYKA *”doloroso” debe de ser una “elaboración” de NAK “morder”; NAYKA produce las palabras quenya con naic-. La raíz WAIWA “soplar” parece ser una variante con I infija de WAWA, que por su parte parece ser una forma duplicada de WÂ. En VT39:11, Tolkien indica que las formaciones “desiderativas” a menudo presentan i infija; véase infra.

    Infijo nasal: Las raíces pueden modificarse infijando una nasal antes de la segunda consonante, m antes de b y p, y n en los demás casos (salvo quizá ñ antes de w, véase infra). De este modo, la raíz DAT “caerse” tiene la variante con infijo nasal DANT. LAK1 “tragar” se convierte en LANK-, de donde provienen las palabras para “garganta”. Una de las “antiguas formas” de la raíz RUKU tiene infijo nasal: runk- ((*)WJ:415).
              El infijo nasal no es raro en las palabras derivadas. Por ejemplo TUG produce tungâ “tenso, tirante”, y ronyô “cazador, perro de caza” viene de la raíz ROY1 “cazar”. En algunos casos, es difícil decir si algunas formas que aparentemente tienen un infijo nasal no son realmente producto de una metátesis posterior. El quenya sambë “habitación” se dice que desciende de la forma primitiva stabnê, stambê. La última parece ser una forma con infijo nasal de la raíz STAB, pero en el texto de Tolkien también se podría interpretar que la forma más antigua era stabnê, derivada de STAB mediante la simple adición de un sufijo, y que el grupo bn más adelante sufrió una metátesis y se produjo el cambio *nb > mb. Alternativamente, Tolkien podría haber querido decir que era imposible saber si la forma ancestral del quenya sambë era stabnê o stambê. Otra forma doble se da bajo SYAD: sjadnô, sjandô “hendedora” = espada. Comoquiera que sea, la raíz PAT da lugar tanto a la palabra patnâ “amplio” como a la forma con infijo nasal pantâ “abierto”, palabras que aparentemente se distinguirían en su origen, por lo que probablemente el infijo nasal se daba ya en la lengua primitiva.
              Hay un ejemplo de ñ infija antes de w. liñwi “pez” de la raíz LIW.

    Fortalecimiento, refuerzo, enriquecimiento: Éstos son los términos que usaba Tolkien para ciertos cambios que a veces sufrían las raíces. Por ejemplo, RUKU también aparece como la “raíz fortalecida” gruk- ((*)WJ:415); en este caso el “refuerzo” consiste en una g como prefijo. El prefijo s se encuentra en s-rot- “cavar, excavar, construir un túnel” en comparación con la raíz más simple rot ((*)PM:365; groto en (*)WJ:414 parece ser una variante con g prefija). (Según VT39:11, los sabios posteriores sostenían que el refuerzo original de la r era más bien dr antes que gr; este último se modelizó por la frecuente variación entre l / gl.) Se dice (en VT39:9) que Fëanor citó ejemplos de refuerzos iniciales que involucraban “las relaciones entre las iniciales st- y s-, o t; gl- y l-; ky- y kw- y k-“. Otro “enriquecimiento inicial frecuente” ((*)WJ:413), que impresionó particularmente a Fëanor, es el cambio de b, d, g a las oclusivas nasalizadas mb, nd, ñg. A esto se le puede llamar prefijo nasal, la versión inicial del infijo nasal arriba comentado. Sin embargo, la n inicial, como la d, podía reforzarse como nd, y la m se podía convertir análogamente en mb (cambios que también ocurren a mitad de palabra, véase infra). Quizá la ñ inicial pudiera reforzarse como ñg (no hay ejemplos). En CP:436 (LR:377), se sugiere que la raíz ÑGYÔ, ÑGYON “nieto, descendiente” está relacionada con YÔ, YON “hijo”, sugiriendo así que la Y puede reforzarse como ÑGY-.
              La raíz DORO “seco, duro, yermo” da el QP ndorê “tierra seca” mediante el enriquecimiento d > nd ((*)WJ:413). La raíz NDER “novio” se dice que es una “forma fortalecida” de der (CP:434 (LR:375)), esto es, la raíz DER “hombre”. NDUL, de donde derivan las palabras para “oscuro”, viene de DUL “esconder, ocultar”. MBAD “restricción, prisión, destino, infierno” es una forma fortalecida de BAD “juzgar”. MBUD, la raíz de la que vienen palabras para “nariz”, procede de BUD “sobresalir”. MBAR “morar, habitar” se dice que está relacionada con BAR, aunque no está clara la conexión semántica (el significado original de BAR se dice que probablemente es “elevar”). En cuanto al refuerzo N > ND y M > MB, tenemos la raíz NDIS ?”novia”, de la que se dice ser una “forma reforzada” de NIS “mujer” (CP:434 (LR:375)). La raíz NDÛ “ir abajo, hundirse” viene de NÛ, aparentemente una raíz preposicional que da palabras como “abajo, debajo”. Ya hemos mencionado el caso NAK “morder” > NDAK “matar”. La raíz MASAG “amasar” se relaciona con MBAS de significado parecido; presumiblemente ambas sean elaboraciones de la raíz más simple *MAS. (Nótese, sin embargo, que hay muchas raíces con MB, ND iniciales que no pueden relacionarse con ninguna raíz correspondiente con B-/M- o D-/N. En tales casos, debemos asumir que la oclusiva nasalizada es “original”.)
              Cambios similares pueden darse a mitad de palabra. Kwendê “elfo” se deriva de la raíz KWENE mediante la “fortificación de la n media > nd” ((*)WJ:360). Cf. también algunas palabras en las Etimologías, como tundu “colina, montículo” de TUN. El verbo quenya tamba- “golpear, golpear sin cese” vs. el verbo más simple tam- “dar un golpecito” indica que se ha dado la fortificación m > mb (raíz TAM). Tolkien explica que Lindâ “Linda, Elfo Teler” se deriva de la raíz primitiva LIN mediante el “refuerzo de la N media y la -â de adjetivo” ((*)WJ:382). El eldarin común eldâ, “una formación de adjetivo ‘relacionada o concerniente a las estrellas’ “, parece haber sido derivado mediante el mismo modelo e incluye la fortificación media l > ld (raíz EL, ELE); esto no se encuentra inicialmente.
              En medio de las palabras, la consonante “media” puede también duplicarse: Grottâ “una excavación grande” es una forma “intensificada” ((*)WJ:415) de grotâ “excavación” ((*)WJ:414). En cuanto a la raíz para “caballo” ROKO, se dice que ésta es en realidad una “forma antigua más simple de la raíz, que se encuentra en algunos compuestos y nombres compuestos, aunque la forma normal de la palabra independiente ‘caballo’ tenía la forma fortificada rokko” ((*)WJ:407). Como se ve, rokko se “fortifica” duplicando la consonante media de ROKO. La palabra battâ “pisar”, con “alargamiento de la consonante media en la formación del frecuentativo” (CP:407 (LR:351)), nos proporciona un ejemplo de raíz verbal “fortificada”: La raíz básica BAT significa “paso”, y la raíz fortificada simboliza la repetición de la acción mediante el alargamiento de la consonante media. Para el cambio semántico, compárese el quenya tam- “dar un golpecito” vs. tamba- “golpear, golpear sin cese”, mencionado arriba.

    Extensión: Algunas raíces tienen formas especiales “extendidas” que se hacen sufijando la vocal básica (como en DELE comparado con DEL – en quenya, a esto se le llama ómataina o “extensión vocálica”) y añadiendo una consonante final, normalmente n, k, t, o s. En las Etimologías, se dice que la raíz BORÓN es una extensión de BOR “pervivir” (cuando se acentúa la segunda sílaba es la forma verbal de la raíz nominal bóron-). Una extensión similar con una n final se da en la raíz EL, ELE que da el eldarin común elen “estrella” (que se dice que representa una “base extendida”, (*)WJ:360; compárese el sindarin antiguo toron “hermano” con TOR; cf. también las parejas PHER/PHÉREN “haya” y THOR/THORON “águila”).
              Entre las “formas antiguas de la raíz RUKU (relacionada con miedo) están rukus and rukut ((*)WJ:415). ¿Pueden ser las raíces con la ómataina seguida de t lo que Tolkien denomina “las susodichas raíces-kalat” en (*)WJ:392? Kalat parece una forma extendida de KAL, la raíz relacionada con “luz”. Si así fuera, otro ejemplo sería la raíz ÓROT “altura, montaña”, que aparentemente es una forma extendida de la más básica ORO “arriba; subir; alto”. He aquí cómo las formas extendidas desarrollan el significado de las raíces más básicas (los otros ejemplos de raíces extendidas no se enuncian separadamente). Las raíces dobles de las Etimologías, como LEP/LEPET “dedo” o ESE/ESET “nombre”, parecen ejemplificar el mismo fenómento. Un ejemplo claro es arat- que en (*)PM:363 se dice que es “una forma extendida de la raíz ara- ‘noble’ “. Cuando la raíz NA2 “ser” produce el término quenya nat “cosa”, puede estar reflejando una extensión en t similar.
              Hay posibles extensiones con -k final, como OTOK “siete” de OT. Quizá NÁYAK “dolor” se relaciona con NAY “lamento”, mientras que KIRIK (de donde viene el quenya circa “hoz”) es ciertamente una forma extendida de KIR- “cortar, clavar” (no definido en las Etimologías, pero véase kir- en el Apéndice del Silmarillion; cf. también KIRIS “corte” como nombre – otra forma expandida). LEPEK se da como una extensión de LEP “cinco” (también LEPEN). Cf. también MIL-IK *”codicia”, que es evidentemente una extensión de la raíz más simple *MIL (de donde viene el quenya mailë mediante A infija).
              Las extensiones que involucran la -s final (cf. rukus y KIRIS supra) incluyen OT/OTOS “siete” (también OTOK ya mencionado), THEL/THELES “hermana”, TER/TERES “atravesar”, PHAL/PHÁLAS “espuma” (más las variantes SPAL/SPALAS); cf. también KYEL(ES) “cristal”. Se dice que la raíz NIS “mujer” es una “forma elaborada de INI” (véase NDIS); quizá NIS se derivaría más bien de la raíz más simple NÎ “mujer”, de la cual INI debe de ser una versión con vocal prefija. (Para el abreviamiento de la vocal básica larga en la variante con vocal prefija, compárense las raíces negativas GÛ vs. UGU y MÛ vs. UMU.) Tolkien especula que THUS ?”de mal olor” se relaciona con (¿se extiende de?) THÛ “soplo, golpe de aire”. Este ejemplo indica que las raíces “monosilábicas” (que no tienen consonante final o “media”) pueden expandirse añadiendo la consonante final -n, -t, -s directamente al la vocal básica; la vocal no puede duplicarse al final porque no hay consonante a la que pueda sufijarse. (Pero aparentemente la vocal básica puede duplicarse tras la nueva consonante después de que se haya añadido; cf. la referencia de Tolkien en (*)WJ:392 a la raíz “*KWE, de la cual *KWENE y *KWETE eran elaboraciones”.)
              Nótese que hay algunas raíces que parecen polisilábicas ya desde el principio. Por ejemplo, KYELEK “rápido, ágil” difícilmente puede ser, por razones semánticas, una forma expandida de KYEL “llegar a su fin”.
              Debe notarse que a veces Tolkien usa también el término “raíz extendida” para las raíces con la vocal básica como prefijo (véase supra), cuando la vocal también está en su lugar habitual.

  • Crow

    Diferenciación: Como se indica arriba, las formas largas de las raíces con vocal final normalmente se hacían simplemente repitiendo la vocal básica: DEL > DELE, KAL > KALA etc. Pero hay algunos casos extraños donde otra vocal final, -U, era la que aparecía. En (*)WJ:411, Tolkien menciona la raíz TELE “concluir, acabar, llegar a su fin” y añade que “esto era probablemente distinto de *tel-u ‘techar, coronar un edificio’… Pero *telu podía ser sólo una forma diferenciada de *TELE, ya que el techo era la última parte que se hacía en un edificio.” Parece ser que podían hacerse raíces variantes o “diferenciadas” modificando la vocal final.
              Excepto para TELU, la evidencia de estas raíces es por lo general indirecta. La raíz KEL “ir, correr (sobre todo del agua)” claramente tiene la forma alargada KELU. (El Índice a los Cuentos Inconclusos, en la entrada Celos, de hecho menciona la raíz kelu- “fluir velozmente”.) La forma larga se encuentra en el quenya celumë “corriente” (pero no en celma “canal”). La palabra ilkorin para “río”, celon, se deriva de lo que parece una forma expandida en -n: “kelu + n”, de ahí *kelun (CP:420 (LR:363)). Parece que se da un caso parecido en el quenya cotumo “enemigo” de KOT, KOTH: la u media ha de venir de algún sitio. También hay algunas raíces en quenya con -u, como nicu- “refrescar, enfriar (el tiempo)” ((*)WJ:417) o hlapu “volar o fluir en el viento” (MC:264 (MC:223)). Pero cómo se relacionan con las raíces “diferenciadas” como TELU, si es que lo hacen, no está en absoluto claro.

    Variación: Parece haber algunas variaciones entre ciertas consonantes similares, como T/TH/D, y también entre TH y S. En las Etimologías, hay obviamente una conexión (confirmada por las referencias internas que escribió Tolkien) entre las raíces PAT, relacionada con abrir, y PATH, que da palabras como el sindarin pathw “espacio llano”. También se sugiere (en CP:453 (LR:393)) que THIN, que da palabras para “gris”, puede ser una variante de TIN “emitir rayos finos (plateados, pálidos)”. Similarmente, hay una conexión obvia entre las raíces DAL “plano”, LAD *”amplio” y LAT “estar descubierto”. Las raíces SIL, THIL “brillar” se mencionan como variantes, y una variación similar S/TH se encuentra en los pares GOS/GOTH “miedo” y KHIS/KHITH “niebla”. La variación SP/PH se encuentra en SPAL/SPALAS, variantes de PHAL/PHÁLAS “espuma”. KAR “hacer” parece que tiene la variante KYAR “causar”, y bajo la raíz KEL “ir, correr” encontramos referencias a KYEL “llegar a su fin, cesar” y KWEL “marchitarse”. La variación entre diferentes semivocales (Y/W) que se da en la pareja KYEL/KWEL se encuentra también en KHAW comparándola con KAY “yacer”; en las Etimologías, KHAW se identifica con la última raíz. También se proporciona un ejemplo de la variación K/KH; cf. también RIK(H) “sacudida, movimiento súbito”. Bajo TAM “golpear” hay una referencia a NDAM “martillo, golpe”; la última parece mostrar el “enriquecimiento inicial” mediante una nasal como prefijo, junto la variación T/D. El élfico primitivo, evidentemente no admitía *NT como combinación inicial, por lo que en su lugar tendría que haberse convertido en ND.
              La variación P/T se da en las raíces PIK y TIK; ambas están evidentemente relacionadas con pequeñez. Bajo TIK, Tolkien hizo una referencia a PIK. La variación entre T y D están en el par TING, DING, pero dando que estas palabras son tan sólo onomatopéyicas, esta variación se podía esperar.
              Según (*)WJ:363, había “alguna evidencia” de que la variación entre D y L se dio en quendiano primitivo, “siendo un notable ejemplo de/le como elemento pronominal de la 2ª persona”. En el posterior QP, GL apareció como variación inicial de L ((*)WJ:411, cf. VT39:11).
              La variación entre vocales distintas es bastante más rara, pero BEL “fuerte” se compara tentadoramente por Tolkien con la raíz BAL (de la que viene balâ “Poder, dios, Vala”), y bajo NAT “atar, tejer, hacer encaje” Tolkien hizo una referencia a NUT “atar”.

    DERIVACIÓN EN EL ÉLFICO PRIMITIVO

    En Élfico Primitivo, casi todas las palabras pueden dividirse en una raíz seguida de una terminación derivacional, y aquí intentaremos hacer una lista de estos sufijos. En la lengua primitiva, la raíz y la terminación son por lo general fáciles de distinguir, mientras que la frontera entre ellos a menudo se difumina por los cambios de los sonidos en las lenguas posteriores. Por ejemplo, el primitivo sukmâ “vasija para beber” se divide fácilmente en la raíz SUK “beber” con la terminación -mâ que denota un instrumento – pero en quenya, que cambia la km original a ngw, la palabra resultante sungwa ya no puede analizarse con facilidad. (A pesar de ejemplos como éste, las terminaciones originales suelen ser reconocibles en quenya, tras el abreviamiento de las vocales finales: -mâ normalmente aparece como -ma. Gran parte de lo que se dice abajo se mantiene para los derivados directos en quenya de estos sufijos, pero en sindarin, las terminaciones originales están muy cambiadas, e incluso a veces se sustituyen por otras terminaciones.)
              Debe notarse que la segunda vocal duplicada de la raíz, la ómataina o “extensión vocálica”, a menudo no se incluye cuando se añade una terminación para producir una palabra real. Hay algunas palabras en las que la segunda vocal persiste, como cuando ULU “verter” produce ulumô *”vertedor”, pero a menudo desaparece. En (*)WJ:416, se da la raíz NUKU “raquítico”, pero en el derivado nuktâ “impedir el crecimiento”, no se incluye la segunda U de NUKU. Por otra parte la ómataina puede aparecer a veces en los derivados incluso si la raíz se da en la forma breve, como cuando tjulussê “álamo” se deriva de TYUL “estar de pie, derecho”; este nombre se basa de hecho en la forma con ómataina *TYULU.
              La segunda vocal de las raíces bisílabas como GÓLOB o STÁLAG también pueden omitirse en las palabras reales que se derivan de ellas; estas raíces se manifiestan como golb- y stalg- en los derivados golbâ “rama” y stalgondô “héroe, hombre indomable”.
              También hay palabras en las que la primera vocal desaparece cuando no está acentuada: por ejemplo la raíz BERÉK produce b’rekta- “estallar súbitamente” y KARÁN a k’rannâ “rubicundo” (pero las misma raíces dan berekâ “salvaje” y karani “rojo” con la primera vocal básica intacta). Esta pérdida de las vocales básicas átonas se encuentra sobre todo en las formas originales de las palabras sindarin, y puede pensarse que es un fenómeno que ocurrió tras la fase más antigua, en el telerin común, por lo que b’rektâ-, por ejemplo, representa la forma anterior *berektâ-. Pero al menos en un caso, la vocal átona se omite para derivar en una palabra quenya: ráca “lobo” desciende del primitivo d’râk, de la raíz DARÁK. El primitivo *darâk- con la primera vocal intacta hubiese dado en quenya **laraca. Así que al menos en algunos casos, la vocal átona ha de desaparecer por lo menos en la fase de eldarin común.
              En el caso de las raíces bisílabas con una consonante final, esta consonante y la vocal final pueden también permutarse cuando se añade una terminación: de este modo la raíz ÚLUG se manifiesta como ulgu- en la palabra ulgundô “monstruo”.
              Nótese que en las palabras reales, la j como consonante final en una raíz se convierte invariablemente en una i antes de una consonante, mezclándose con la vocal básica para producir un diptongo en -i (como cuando la raíz TUY -o TUJ- produce la palabra tuimâ, en vez de *tujmâ). Análogamente, la w se convierte en u antes de consonante, como cuando TIW produce tiukâ “grueso, gordo” (en lugar de *tiwkâ). A veces, pero no siempre, j se convierte en i también ante vocales, como cuando DAY (DAJ) da daio “sombra” -pero contrástese con naje “lamento” de NAY.

    La mayoría de las palabras terminan en vocal, a veces breve pero a menudo larga. La vocal puede ser una terminación en sí o parte de una terminación más larga. No se pueden formular reglas rígidas para distinguir el significado de las diferentes vocales finales; como mucho ciertas tendencias. En términos muy amplios, las palabras con A final son a menudo verbos o adjetivos, y si son nombres, denotan cosas concretas más que cosas intangibles o sustancias. Las palabras con E son normalmente nombres y tienden a denotar cosas abstractas o sustancias más que objetos simples y tangibles. Las palabras con I son a menudo adjetivos de colores; si son nombres por lo general denotan seres femeninos. Las palabras con O son en su mayoría nombres y denotan típicamente seres animados (masculinos); muy a menudo estas palabras tienen un significado de agente. Las palabras con U son relativamente infrecuentes; casi siempre son nombres y denotan típicamente bien seres masculinos o partes del cuerpo.

    La terminación -â (o -a) se da en muchas clases de palabras, pero lo más común es la terminación de adjetivo -â, mencionada por Tolkien en (*)WJ:382. Los adjetivos pueden derivarse por simples sufijos, como en mizdâ “húmedo” de la raíz MIZD o telesâ “parte posterior” de TELES. Sin embargo, la terminación a menudo se combina con ciertas manipulaciones de la raíz:
              -Fortificaciones medias como M > MB, N > ND, L > LD, e.g. rimbâ “frecuente, numerosos” de RIM, kandâ “valiente” de KAN, kuldâ “rojo dorado” de KUL.
              -Infijo nasal, e.g. tungâ “tenso, tirante” de TUG; cf. también (*)WJ:375, donde Tolkien deriva pendâ “inclinado” de la raíz PED “sesgar, inclinar”.
              -A infija, e.g. thausâ “sucio, de mal olor, pútrido” de THUS, taurâ “poderoso” de TUR (cf. también maikâ “agudo” de MIK, (*)WJ:337, y naukâ *”raquítico” de NUKU, (*)WJ:413).
              -I infija; esto ocurre en un pequeño grupo de formaciones desiderativas. Por ejemplo, el adjetivo meinâ “decidido a ir, deseoso de empezar” viene de la raíz MEN “ir” (VT39:11). (Aparentemente esta palabra también podía usarse como el verbo “desear ir en alguna dirección, encaminarse, tener alguna meta a la vista”; es así al menos para su descendiente quenya mína-.) En quenya se dan otros ejemplos: maita “hambriento” de la raíz MAT “comer”, y soica “sediento” de SOK “tragar, engullir, beber” (primitivos *maitâ, *soikâ, según mi reconstrucción). Véase VT39:11.
              -Alargamiento de la vocal básica, e.g. khîmâ “pegajoso, viscoso” de KHIM, râba “salvaje, indómito” de RAB, dâla “plano” de DAL. (N. del T.: En las Etimologías en español pone dâda, donde tendría que poner dâla.)
              -Vocal básica prefija: askarâ “que se rasga, apresurado” de SKAR “rasgar” (en efecto, askarâ se conveierte en una especie de participio pasado).
              Los nombres con -â muestran en principio las mismas variaciones; en la mayoría de los casos, tales nombres denotan cosas inanimadas. Algunos se derivan sólo con el sufijo, e.g. wedâ “atadura” (WED) or golbâ “rama” (GÓLOB). Algunos muestran un infijo nasal: kwentâ “relato” (de KWET “hablar”), randâ “ciclo, edad” (RAD), kwingâ “arco” (KWIG). También encontramos casos donde la vocal básica se alarga, como en râmâ “ala” de RAM o kânâ “grito, clamor” de KAN (véase (*)PM:361-362 para el último ejemplo). También podemos encontrar la duplicación de la consonante final: rattâ, ratta “curso, lecho de un río” de RAT, gassâ “agujero, abertura” de GAS. La palabra ankâ “mandíbula, hilera de dientes” se basa en una forma reconstruida de la raíz NAK “morder”; Tolkien de hecho escribió “an-kâ” para enfatizar que la vocal media se había perdido. Si la -â final es una terminación independiente o sólo la vocal básica sufija y alargada es difícil de decir. La formación similar OKTÂ “guerra” de KOT “pelea, disputa” muestra claramente la terminación independiente -â, pues la vocal básica aquí es O.
              Como se indica arriba, hay muchos verbos que tienen una A final, pero como parte de las terminaciones más largas -tâ o -jâ. La terminación simple -a, -â es muy infrecuente entre los verbos. Se observa olsa- “soñar” de la raíz ÓLOS. La -â larga combinada con la fortificación media M > MB se da en tambâ “golpear” (TAM); la -â final se señala como acentuada. También la vocal final de battâ “pisar”, con el “alargamiento de la consonante media [de la raíz BAT, *BATA] en la formación del frecuentativo”.
              En algunas raíces verbales, la -a final está claro que es solo la vocal básica repetida, por ejemplo en stama- “apartar, excluir” (CI:354 (UT:282)) o glada “reír” ((*)PM:359). Por lo tanto son irrelevantes aquí.

    El sufijo -dô es una terminación (normalmente de agente) que se usa preferentemente en el caso de terminaciones en N: ñgandô *”arpista” de ÑGAN/ÑGANAD y lindô “cantor” de LIN2. (Lindô sólo está documentado en el compuesto tuilelindô “golondrina”, etimológicamente “cantor de primavera”: véase TUY. Ñgandô está asimismo documentado sólo como una parte de la palabra tjalañgandô “arpista”; véanse TYAL, ÑGAN/ÑGANAD). También está la palabra ndandô “Nando, Elfo Verde”, que se interpreta como “el que se retracta de su palabra o decisión” (Los Nandor se llamaron así porque abandonaron la marcha de Cuiviénen; la ráiz DAN-, NDAN- indica “la inversión de una acción, para deshacer o anular su efecto”, (*)WJ:412). En ñgolodô “Noldo” ((*)WJ:364, 380), la terminación -dô sigue a la vocal básica duplicada (ómataina) de la raíz ÑGOL. En esta palabra, -dô no parece tener ningún significado de agente; sólo es un sufijo personal (masculino), que señala a aquél que tiene la propiedad denotada por la raíz ÑGOL (sabio, sabiduría).
              El eldarin común rondô “techo abovedado” no contiene la terminación -dô; esto es la raíz RONO (que no está en las Etimologías) con la fortificación media n > nd (VT39:9, cf. (*)WJ:414). Lo cierto es que no podemos asegurar que palabras como lindô no deriven de LIN mediante una fortificación similar y la terminación más simple -ô (véase infra). La cuestión no tiene gran interés práctico.
              La terminación -dô también aparece en su forma con infijo nasal -ndo or -ndô. En la palabra ulgundô “monstruo, criatura deforme y horrible” de ÚLUG no parece ser de agente, sino que simplemente se usa para hacer un nombre. En las palabras kalrondô “héroe” (de KAL “brillar”) y lansrondo, lasrondo “el que oye, el que escucha, alguien que escucha a escondidas” (de LAS2 “escuchar”), la terminación -ndo, -ndô parece sufijarse a otra terminación masculina, -rô/-ro (véase infra). Tolkien de hecho escribió “lansro-ndo, lasro-ndo” para aclararlo. Véase también -ondô.
              Como análogo femenino de -dô se podría esperar -dê, y esta terminación puede estar documentada en asmalindê “pájaro amarillo, ‘verderón’ ” (SMAL). La terminación -(i)ndê que aparece aquí puede interpretarse como la forma con infijo nasal de *-dê, paralelamente a -ndô de -dô. (En quenya, -ndë puede usarse aparentemente como agente bien inanimado o femenino: cf. ulundë “flujo” de ULU “fluir”.)

    La terminación -ê, -e tiene bastantes significados, o más bien unos pocos significados específicos así como otros muy generales. Cierto número de palabras con -ê, -e denotan cosas abstractas o intangibles; en tales casos la vocal básica se alarga a menudo: nêthê “juventud” (NETH), ñgôlê “Ciencia/Filosofía” ((*)PM:360), ñôle “olor” (ÑOL) (N. del T.: en las Etimologías en español pone ñôte), rênê “recuerdo” ((*)PM:372), slîwê “enfermedad” (SLIW), tûrê “dominio, victoria” (TUR). La vocal básica sigue siendo breve en we3ê “virilidad, vigor” (WEG), et-kelê “fuente, manantial de agua” (KEL) y naje “lamento” (NAY), mientras que khaimê “hábito” muestra una A infija en lugar del alargamiento (KHIM). En las palabras esdê > ezdê “descanso”, el origen del nombre quenya de la Valië Estë, la raíz SED se da en su forma alternativa ESD- ((*)WJ:403). Para -ê como terminación abstracta, compárense también los sufijos más largos -mê, -rê, -wê, que se usan a menudo para derivar palabras abstractas.
              Otro grupo de nombres con -ê denota sustancias: khjelesê “cristal” (KHYEL(ES) ), kjelepê “plata” (KYELEP), laurê “oro, luz dorada” (LÁWAR/GLÁWAR), mazgê “masa” (MASAG), rossê “rocío, salpicadura” (Cartas:211), slingê “tela de araña” (SLIG); srawê “carne” ((*)MR:350); incluso podríamos incluir mizdê “lluvia fina” (MIZD).
              Un sufijo femenino -ê, -e se encuentra en la palabra tawarê, taware “dríade, espíritu de los bosques” (evidentemente femenino, contrástese con el masc. tawarô, tawaro) (TÁWAR). Cf. también bessê “esposa” (BES), aunque esto puede contener la terminación más larga -sê, y la vocal final del pronombre sê, se “ella” (raíz S; también sî, si).
              Unos pocos nombres con -ê denotan localizaciones: ndorê “tierra” (NDOR, (*)WJ:413), taurê “bosque grande” (TÁWAR); también podemos añadir et-kelê “fuente, manantial de agua” ya mencionado (KEL).
              Sin embargo, el sufijo -ê también se da en muchos nombres que semánticamente no parecen tener nada en común. La terminación también puede ser usada tal cual (como en spinê “alerce” de SPIN, tatharê “sauce” de TATHAR), pero más a menudo se combina con otra manipulación de la raíz, como el infijo nasal (londê “paso estrecho” de LOD), alargando la vocal básica (rîgê “corona” from RIG), A infija (laibê “ungüento” de LIB2), fortificaciones medias como M > MB or N > ND (rimbê “multitud, hueste” de RIM, spindê “cabellera, trenza” de SPIN) o duplicando la consonante final de la raíz (lassê “hoja” de LAS1, b’rittê “grava” de BIRÍT). Nîbe “frente, rostro” muestra la -e breve, pero la vocal básica de NIB se alarga. En algunos nombres, la terminación -ê, -e puede analizarse como si sólo fuera la vocal básica sufija y a veces alargada, e.g. en eredê “semilla”, kjelepê “plata”, ndere “novio (ERÉD, KYELEP, DER/NÊR). Los adjetivos como dene “delgado y fuerte, flexible” ((*)WJ:412) o las raíces verbales como dele “andar, ir, viajar” ((*)WJ:360) pueden analizarse probablemente del mismo modo; realmente no hay ningún sufijo derivacional. Tenemos el mismo caso con el nombre kwende “Quendë, Elfo”; que deriva de la raíz KWENE mediante la fortificación media N > ND, no por algún sufijo -e ((*)WJ:360).

    El sufijo -i está en cierto número de adjetivos, muchos de los cuales son colores. En el caso de las raíces monosilábicas acabadas en N, siempre se combina con la fortificación N > ND: slindi “fino, delicado” (SLIN), thindi “pálido, gris macilento” (THIN, (*)PM:384), windi “gris azulado, azul pálido o gris” (WIN/WIND; windi se tachó). Ninkwi “blanco” combina el sufijo -i con el infijo nasal de la raíz NIK-W. Por otra parte, karani “rojo” (KARÁN) no muestra modificaciones adicionales, sólo el sufijo. Sin embargo otro adjetivo de colores, lugni “azul” (LUG2), parece contener la terminación más larga -ni que sólo está documentada en esta palabra. En ringi “frío” la terminación podría ser sólo la vocal básica sufija. Se dice que mori es tanto el adjetivo “oscuro” como el término abstracto “oscuridad” (Cartas:297; en las Etimologías, raíz MOR, el término es sólo “negro”). Esto nos lleva a los nombres con -i. Algunos son abstractos, como rinki “ademán, sacudida rápida” (RIK(H), obsérvese el infijo nasal). La palabra etsiri “desembocadura de un río” es en su origen sólo la palabra abstracta “efusión, derramamiento” (ET, compárese con SIR (N. del T.: en inglés resulta más evidente, pues “derramamiento” se dice “outflow”, siendo las raíces ET y SIR “out” y “flow”, respectivamente.)). Unos pocos nombres con -i se refieren a períodos de tiempo: ari “día” (AR1) y dômi- “crepúsculo” (DOMO).
              Algunos denotan sustancias: g-lisi “miel” (LIS) y pori “harina” (POR); khîthi “niebla” puede interpretarse también como sustancia (KHIS/KHITH). A la luz de esto ¿podría liñwi “pez” (LIW, obsérvese el infijo nasal) ser “pez” como sustancia, como comida, más que “pez” como animal? (N. del T.: Esto queda más claro en español, donde se distinguen los términos “pescado” y “pez”.)Sólo hay una palabra con -i que se refiera a un objeto simple, concreto, tangible: phini “un cabello” ((*)PM:362 – esta palabra se registra como eldarin común más que como quendiano primitivo). En muchos de los ejemplos anteriores, incluyendo phini, el “sufijo” puede incluso ser la vocal básica sufija (pero obviamente no en ari, dômi-, pori).

    El sufijo femenino -î se encuentra en las palabras Barathî (BARATH), un nombre antiguo de Varda, y en târî “reina” (esposa del târo, “rey”). La palabra târî probablemente se formó después de târo, ya que no hay ninguna R en la raíz TA/TA3 y el equivalente femenino del sufijo masculino -rô, -ro parece ser más bien -rê (como en weirê “tejedora”, WEY), que no *-rî. Para -î como elemento femenino, cf. también el pronombre sî, si “ella” (raíz S; también sê, se). (Nótese, sin embargo, que Tolkien hizo más tarde otra etimología para el quenya Vairë; véase weirê en el vocabulario de abajo.)
              La -î de la palabra îdî “corazón, deseo” no parece estar relacionada (¿quizá un sufijo abstracto, sólo la vocal básica sufija, o incluso una mala interpretación de *îdê como sugiere la forma quenya írë?) La raíz ID no está definida.

    El sufijo abstacto/infinitivo -ie se encuentra en quenya y en sindarin antiguo, y se esperaría que correspondiese a algo como -iê en la lengua primitiva. esta terminación podría estar documentada en la palabra luktiênê “encantadora” (LUK), si esto fuese *luktiê “encantamiento” + el sufijo femenino -nê, y por lo tanto la anterior fuese *”encantador-femenino”. *Luktiê podría ser un nombre abstracto o verbal formado a partir de *luktâ- “encantar” (de mi construcción, cf. quenya luhta-).
              En gwa-lassiê “conjunto de hojas, follaje” de lassê “hoja”, el sufijo -iê + el prefijo gwa- “juntos” se usa para formar un nombre colectiva (Cartas:211).

    El sufijo de adjetivo -imâ se da en la palabra silimâ “plata, con brillo blanco” (como adj.) (SIL). Éste podría ser el origen de la terminación de adjetivo quenya -ima (a menudo traducible como “-able”, pero otras veces usada de forma más genérica). De otra manera podríamos explicar silimâ incluyendo la forma con ómataina de SIL, esto es *SILI, seguida del sufijo -mâ; véase infra. Pero esta terminación se usa típicamente para derivar implementos y no se encuentra en ningún (otro) adjetivo, por lo que es mejor asumir el sufijo -imâ.

    El sufijo femenino -ittâ se menciona en (*)PM:345; éste es el origen del sindarin -eth. Véanse también -otta, -otto.

    La terminación -jâ, -ja, -iâ, -ia tiene distintos significados. Se da en varios adjetivos: banjâ “bello” (BAN), kalarjâ “brillante” (KAL), miniia “singular, distinto, único” (MINI), oijâ “sempiterno” (OY), slinjâ “flaco, delgado, magro” (SLIN), windiâ “azul pálido” (WIN/WIND – no está claro si Tolkien rechazó la palabra windiâ o no). Wanjâ “bello, hermoso” se menciona como “adjetivo derivado… de la raíz WAN” en (*)WJ:383. La palabra kwendjâ, el origen de Quenya, se explica como adjetivo que significa “perteneciente a los *kwendî, al pueblo entero” ((*)WJ:360, 393). Podría esto sugerir que kwendjâ viene de *kwendî-â, esto es, el plural kwendî “Elfos” + el sufijo de adjetivo -â?
              El sufijo verbal -jâ, -ja, -iâ está documentado en las palabras barjâ- “proteger” (BAR), berja- “osar” (BER), beujâ- “seguir, servir” (BEW), ramja- “volar, navegar; vagar” (RAM), tjaliâ- “jugar” (TYAL), uljâ “está lloviendo” (ULU). En las Etimologías, la palabra barjâ tiene un acento diacrítico indicando que la terminación -jâ (o su vocal final) estaba acentuada (BAR). Pero no se puede concluir que sea siempre así; berja “osar” se señala como acentuada en la primera sílaba. (El -jâ adejetival aparentemente no se acentúa; cf. banjâ “bello”.)
              Sólo hay unos pocos nombres con -jâ, -ja: galjâ “brillo, luz” (KAL), gilja “estrella” (GIL), kegjâ “cerco” (CI:354 (UT:282)), talrunja “planta del pie” (TALAM, RUN). Tolkien tachó winjâ “atardecer” (WIN/WIND). Wanjâ “Vanya” (quenya con pl. Vanyar, el primer clan de los Eldar) en realidad es el adjetivo “bello, hermoso”, como se dice arriba ((*)WJ:380, 383). Tolkien también reconstruyó la forma primitiva de Vanya como banjâ (BAN; cf. pl. “Banyai” en (*)PM:402).

    Otro sufijo de adjetivo es -kâ. En Cartas:211, Tolkien menciona la “base” LAY (también en el quenya lairë “verano”) que produce laikâ “verde”. Otros ejemplos incluyen gajakâ “cruel, terrible, horrible” ((*)PM:363), poikâ “limpio, puro” (POY), tiukâ “grueso, gordo” (TIW); más adelante -kâ se acortó a -ka como en lauka “cálido” (LAW). El sufijo -kô, documentado sólo en tiukô “muslo” (TIW), parece una forma nominal de -kâ (tiukâ “grueso” > tiukô *”cosa gruesa” = “thigh”).

    El sufijo -la parece significar poco más que “cosa” (o “persona”); se usa como nominalizador. Tolkien define hekla como “alguna cosa (o persona) apartada o abandonada de su compañía habitual” ((*)WJ:361; raíz HEKE “de lado, aparte”); esto puede convertirse en la “forma personal” heklô “abandonar o desterrar” con la terminación masculina -ô; véase infra. (También está la forma de adjetivo heklâ formada con el sufijo de adjetivo -â, comentada arriba.) En las Etimologías, -la se encuentra en los nombres de varios instrumentos donde probablemente la terminación -mâ (véase infra) podría haberse utilizado también: makla “espada” de MAK “espada, luchar con espada”, tekla “pluma” de TEK “escribir” (esto es *”cosa para escribir”), y, con la raíz con nasal infija, tankla “alfiler, prendedor” de TAK “fijar, asegurar”. En la palabra magla (¿léase *smaglâ?) “mancha” de la raíz SMAG- “mancha, mácula” el sufijo sólo actúa como nominalizador. (En las Etimologías, la palabra sindarin mael que se refiere a magla se designa como “mancha y adj. manchado”, pero el adjetivo “manchado” presumiblemente se derivaría de *(s)maglâ con la -â de adjetivo.) En un caso, la terminación -la se añade, no directamente a la raíz, sino a otra palabra derivada: Sjatsela/sjatsêla “espada ancha”, “hacha” incluye la palabra sjatsê < sjadsê "hendedura, cuchillada", derivada de la raíz SYAD "cortar, hender, partir"; una sjatsêla es una *"cosa para hacer cuchilladas".           El adjetivo ndulla "oscuro" puede que no contenga el sufijo -la; aparentemente está formado por la raíz NDUL mediante el "refuerzo" de la consonante final dando lugar a LL y añadiendo el sufijo de adjetivo -â. De hecho la forma en QP y en EC debería ser *ndullâ con la vocal final larga, pues la palabra primitiva ndulla daría lugar en quenya a **nul (null-), pero la forma real en quenya es nulla. Ndulla ha de entenderse como quenya antiguo (tras el abreviamiento de las vocales largas originales) más que élfico primitivo.           La terminación -la combinada con el sufijo de adjetivo -â produce -lâ, como en heklâ mencionado arriba. Este -lâ parece ser el origen de la partícula final del participio quenya -la, en sindarin -l. El sufijo -lê se usa para derivar nombres que "propiamente parecen haber sido universales o abstractos " (VT39:16); esto también vale para su descendiente quenya -lë. En la mayoría de los ejemplos documentados sólo hace de terminación para nombres verbales. La raíz TUY "brote, retoño" produce tuilê "alba, amanecer" o "primavera"; el significado básico sería sencillamente *"origen, brote". Keglê viene de keg- "púa" y básicamente significaría *"agudeza, punzamiento", pero los abstractos a menudo toman significados concretos, y en sindarin cail (< keglê) significa "cerco" o "empalizada" (CI:354 (UT:282)).           El -rille de silimarille "Silmaril" pudiera ser un nombre verbal derivado de RIL "resplandecer", con lo que rille significaría algo como *"radiancia, brillo".           El -le de nenle "arroyo" (NEN) puede estar relacionado o no; si es así, la palabra significaría "irrigación, riego". Pero este -le también podría ser un sufijo diminutivo.           ¿Y cómo encaja con todo esto ramalê "ala grande (de águila)" (RAM)? El sufijo -mâ es una de las terminaciones más productivas. Tolkien apunta que este sufijo es frecuente en los nombres de instrumentos ((*)WJ:416). De este modo la raíz TAK "fijar, asegurar" puede derivar en takmâ "cosa para fijar", el origen del quenya tangwa "pasador, broche". SUK "beber" da sukmâ "vasija para beber". Otra palabra del mismo significado, julmâ, se deriva asimismo de otra raíz que significa "beber" ((*)WJ:416 - éste es el origen del quenya yulma "copa", conocido por el Namárië). De la raíz YAT "unir" viene jatmâ, que aparentemente significa "puente" o "unión" (quenya yanwë). Obsérvese que la raíz a la que se añade -mâ (-ma) no necesita tener un significado verbal; kasma "casco" viene de la raíz KAS "cabeza". Telmâ "capucha, cubierta" viene de la raíz (TEL/TELU) que no se define, pero aparentemente tiene algo que ver con el techo, el dosel o algo así. (En las Etimologías, la vocal final de telmâ tiene un acento diacrítico señalando que puede ser bien larga o breve, por lo que la variación entre -mâ vs. -ma no es importante.)           Algunos "instrumentos" pueden ser partes del cuerpo, como nakma "mandíbula" de NAK "morder", or labmâ "lengua" de LABA "lamer" ((*)WJ:416).           Sin embargo, no todas las palabras con -mâ denotan instrumentos. A menudo el significado de -mâ es muy general; sólo denota un objeto que de algún modo está relacionado con el estado o acción que denota la raíz. Parmâ "libro" viene de la raíz PAR "componer, poner juntos"; un parmâ es sólo una "cosa compuesta". A veces -mâ denota un agente impersonal, como en tuimâ "un retoño, brote" de TUY "brotar" o tjulmâ "mástil" de TYUL "estar de pie, derecho (pero en (*)SD:419, la forma quenya de tyulma se reconstruye como kjulumâ). En algunos casos, -mâ se usa sólo para derivar nombres concretos, como en pathmâ "espacio llano, césped" or sjalmâ "concha, cuerno de Ulmo" (raíces PATH, SYAL indefinidas). Similarmente, skelmâ "piel" viene de la raíz SKEL que no se determina con claridad; puede significar "desnudar" (cf. SKAL1). El quenya corma "anillo" claramente representa la forma primitiva *kormâ (no reconstruida por Tolkien); la raíz KOR significa "redondo", así que *kormâ es sencillamente una "cosa redonda".           Rara vez la terminación -mâ denota también una sustancia, como en wilmâ "aire, aire inferior" de la raíz WIL "volar, flotar en el aire", o sagmâ "veneno" de SAG (raíz sin significado escrito; quizá "amargo").           El sufijo -mâ también parece darse en un adjetivo, silimâ "plata, con brillo blanco" (como adj.) (SIL). Pero probablemente sea el sufijo de adjetivo más largo -imâ; véase supra. El sufijo -mê es propiamente una terminación de nombres abstractos o verbales, muy parecido al inglés "-ing", como en julmê "drinking = bebida, orgía", de la raíz JULU "beber" ((*)WJ:416) o labmê "la acción de *LABA", esto es, una raíz que se relaciona con lamer o mover la lengua ((*)WJ:416). El nombre del Vala Oromë en realidad está adaptado del valarin (una forma eldarin temprana era Arâmê), pero en edades posteriores los Eldar usaron el nombre con el significado "sonido del cuerno", pensando erróneamente que contenía la terminación de nombre verbal -mê ((*)WJ:400).           Unas cuantas palabras se explican fácilmente como abstractos que han desarrollado un significado más concreto, tal como suele sucederles: rakmê "braza" de RAK "extenderse, alcanzar", tekmê "letra, símbolo" de TEK "hacer una marca", tinmê "centelleo, destello" de TIN "centellear", tulukmê "soporte, apoyo" de TULUK (raíz no definida, pero relacionada con permanecer firme). Nótese que en inglés (N. del T.: y también en español) "soporte" tiene un significado tanto abstracto como concreto (la acción de soportar vs. un apoyo tangible), ilustrando cuántos nombres abstractos y concretos se confunden fácilmente. En un caso, la terminación -mê parece confundirse con -mâ; tanto telmâ como telmê (o telma, telme) "capucha, cubierta" son mencionadas por Tolkien cuando hace la etimología del quenya telmë "capucha" (TEL/TELU). De nuevo, un "cubrimiento" abstracto toma un significado concreto: una capucha, que se llamaría más apropiadamente telmâ con el sufijo para instrumentos.           En algunos casos, la terminación -mê/-me se da en los nombres de sustancias: khithme "niebla" (KHIS/KHITH), silimê "luz de Silpion", también una palabra poética para "plata" (SIL; esto podría ser en realidad una forma nominalizada del sufijo aparentemente de adjetivo que se ve en silimâ; véase -imâ). En una palabra -mê sólo denota algo intangible: do3mê "noche" (DO3, véase DOMO). El sufijo de agente -mô está documentado sólo en la palabra Ulumô "Vertedor, Ulmo" (ULU). Sin embargo, su descendiente quenya -mo está bien documentado y se afirma que es una terminación que "a menudo aparecía en nombres o títulos, a veces con significado de agente" ((*)WJ:400; aquí "el Vertedor" como traducción de Ulmo se menciona como una etimología del pueblo élfico, ya que el nombre en realidad fue adoptado y adaptado del Valarin Ul(l)ubôz). El sufijo -nâ (-na) es muy productivo. En unos pocos casos (khalnâ, barnâ bajo KHAL2, BAR) la vocal final se señala como acentuada; quizá esta terminación recibió el acento en élfico primitivo. Su función es formar adjetivos: En CI:337 (UT:266), a una palabra con -nâ se le llama "antigua forma de adjetivo", mientras que en (*)WJ:365 a otra palabra como esa, heklanâ, se le llama "forma de adjetivo extendida" (extendida en comparación con la forma de adjetivo breve heklâ, presumiblemente). Entre los ejemplos se incluyen ku3nâ "arqueado, curvo" (KU3 "arco"), magnâ "hábil, listo" (MAG, bajo MA3), ndeuna "segundo" (NDEW "seguir, ir detrás"), ornâ "erguido, alto" (CI:337 (UT:266)), patnâ "amplio" (PAT), pathnâ "suave" (PATH), ragnâ "curvo" (RAG), sarnâ "de piedra" (SAR, véase STAR), ta3na ?"alto, elevado, noble" (TÂ/TA3), tubnâ "bajo, profundo" (TUB). Esta terminación puede ser bien añadida a raíces que ya tengan significado de adjetivo, como k'rannâ "rubicundo (de rostro)" a partir de KARÁN "rojo" o mornâ "negro" de MOR "negro" (véase Cartas:297 para mornâ; este derivado no se da en las Etimologías, aunque sí su descendiente quenya morna).           A veces la terminación -nâ (-na) produce formas que han de considerarse participios de pasado, como cuando DUL "esconder, ocultar" produce ndulna "secreto" (o *"escondio, ocultado"). Gjernâ "viejo, gastado" puede interpretarse como un participio pasado si la raíz GYER significa "gastar" como lo hace su derivado quenya yerya. Asimismo, skelnâ "desnudo" viene de la raíz (SKEL) que puede significar "desnudar" (cf. SKAL1 ). Son claros participios las formas skalnâ "velado, oculto, ensombrecido, sombrío" de SKAL1 "ocultar, proteger (de la luz)", skarnâ "herido" de SKAR "rasgar", y barnâ "seguro, protegido" de BAR "levantar, salvar, rescatar". También observamos wannâ "partido, muerto" de WAN "partir, irse, desaparecer, desvanecerse" y khalnâ "noble, exaltado" de KHAL2 "elevar". Lebnâ "que se quedó atrás" tiene el aspecto de ser un participio pasado de su término, pero sorprendentemente la raíz LEB/LEM no quiere decir "quedarse atrás"; se traduce como "quedarse, pegarse, adherirse, permanecer, demorarse ".           En unos pocos casos, las palabras con -nâ se usan como nombres más que como adjetivos, como staknâ "hendidura, raja". Éste podría ser un participio usado como nombre; la raíz STAK se traduce como "partir, insertar". También está la forma original de Lindon, Lindânâ; el nombre se refiere a los Elfos Verdes Lindarin (Telerin) que se establecieron allí ((*)WJ:385). Lindânâ podría ser simplemente " [Tierra] Lindarin". La palabra ramna "ala (cuerno), extensión de un lado, etc." no cuadra muy bien; se deriva de un nombre que ya significa "ala" y ha de interpretarse como una mera variante (RAM).           La forma más larga -inâ, -ina se encuentra en unas pocas palabras: smalinâ "amarillo" (SMAL), Bedûina ("Bedû-ina") "de los Esposos" (Bedû, Aulë y Yavanna; véase LEP/LEPEN/LEPEK) (N. del T.: En las Etimologías en español pone Bedu+ina, aunque en el siguiente párrafo sí está la forma correcta, bedû), ngolwina "sabio, instruido en artes profundas" (ÑGOL). En el caso de ngolwina, el sufijo no se añade directamente a la raíz ÑGOL, sino a *ngolwê (mi reconstrucción), el origen del quenya nolwë "sabiduría, conocimiento secreto". La palabra luktiênê "encantadora" (LUK), la forma primitiva de Lúthien, parece contener la terminación femenina -nê. Sería el análogo del masculino -nô; véase infra. Aparentemente se sufija al nombre *luktiê "encantamiento" en lugar de directamente a la raíz verbal. Otra terminación -nê se da en ornê "árbol (esbelto)", del que se afirma estar relacionado con el adjetivo ornâ "erguido, alto" (CI:337 (UT:266)). En esta palabra, -nê parece ser el sufijo nominal correspondiente al adjetivo -nâ, y ornê ser literalmente una "cosa alta", usada como referencia a árboles esbeltos. Es difícil decir cómo cuadra con esto slignê "tela de araña", ya que Tolkien no definió la raíz SLIG. En neinê "lágrima", la terminación -nê no añade nada al significado de la raíz NEI "lágrima" y debe interpretarse como un simple sufijo nominal. El sufijo -nô es una terminación masculina. Se da en bernô "hombre" y en besnô "esposo" (BES, cf. BER). Dado que la raíz BES means "desposar", besnô "esposo" podría interpretarse como *"novio", si asignamos un significado de agente a -nô.