Cuento Taoísta LA SUERTE

    Cuento Taoísta
    LA SUERTE

    Poemas, prosa, pintura, escultura… Un granjero vivía en una pequeña y pobre aldea. Sus paisanos le consideraban afortunado porque tenía un caballo que utilizaba para labrar y transportar la cosecha. Pero un día el caballo se escapó. La noticia corrió pronto por el pueblo, de manera que al llegar la noche, los vecinos fueron a consolarlo por aquella grave pérdida: “¡Que mala suerte has tenido!”. La respuesta del granjero fue un sencillo: “puede ser”.

    Pocos días después el caballo regresó trayendo consigo dos yeguas salvajes que había encontrado en las montañas.

    Enterados los aldeanos acudieron de nuevo, esta vez a darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que él volvió a contestar: “puede ser”.

    Al día siguiente, el hijo del granjero trató de domar a una de las yeguas, pero está lo arrojó al suelo y el joven se rompió una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte; pero el padre respondió otra vez: “puede ser”.

    Una semana más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a los jóvenes al ejército. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Al atardecer, los aldeanos que habían despedido a sus hijos se reunieron en la taberna y comentaron la buena estrella del granjero, más este, como podemos imaginar, contesto nuevamente: “puede ser”.