La conducta humana según Lao Tse

La conducta humana según Lao Tse

( Estas reflexiones sobre la conducta del hombre según el taoísmo de Lao Tse están sustentadas en la ¨Breve historia de la filosofía china¨ del renombrado filósofo chino Feng Youlan y no pretenden ser un análisis exhaustivo de la conducta del taoísta, sino más bien aportar unas líneas para la reflexión y para posteriores desarrollos sobre este mismo tema).

  En un artículo anterior ( El arte de la vida ) expuse en breves líneas uno de los principios esenciales que rigen el camino de vida de aquel que transita el sendero del tao. En esta nueva oportunidad, quisiera compartir con ustedes otras reflexiones sobre la conducta propia del taoísta, los rasgos que la definen y los principios que guían su movimiento por la vida.

  Uno de los problemas originales de los taoístas fue el de cómo preservar la vida, evitar el daño y el peligro en el mundo humano y ajustar sus acciones al principio del tao.

  De acuerdo con el Viejo Maestro, el hombre que vive prudentemente, esto es, el Sabio, debe poseer tres características esenciales:

– ser dócil

– ser humilde

– ser fácil de contentar

  La docilidad creía Lao Tse es el medio para preservar la fuerza y ser fuerte.

  La humildad es un signo de que se está lejos de llegar al límite ( desde este punto de vista, la arrogancia sería signo de que el avance ha llegado a su límite extremo ).

  Y el saber contentarse es el principio que garantiza no ir demasiado lejos, y por lo tanto, no llegar al extremo. Sin embargo, no debemos confundir este último punto con la común adscripción realizada a los taoístas como ¨hombres del justo medio¨ , ya que, y si bien el desarrollo de este aspecto implicaría iniciar otra reflexión que la que aquí he propuesto, tal adscripción está estrechamente enlazada con la idea de un comportamiento razonable, moderado, medido; es decir, sujeto a una norma y esta es una de las ideas que el taoísta combate más radicalmente. ( Una ilustración de esta idea del saber contentarse podemos encontrarla en la tablilla XXIX del Tao te King, donde el Viejo Maestro sentencia: ¨el sabio evita los excesos, la extravagancia y la indulgencia¨).

  El taoísta en su cotidiana acción ( aunque tal vez fuera más justo llamarla in-acción, en términos de la teoría taoísta del wu-wei), debe conocer las leyes de la naturaleza y conducir sus actividades de acuerdo a ellas. Esto es lo que Lao Tse denomina ¨practicar la lucidez¨, principio que implica: que si se quiere lograr alguna cosa, se debe empezar por su contrario, y si se quiere retener alguna cosa, se debe admitir en ella algo de su contrario. Feng Youlan, en su volúmen sobre filosofía oriental expone como ejemplos de tal principio el hecho de que si uno quiere ser fuerte, debe empezar primero con un sentimiento de que es débil y si uno quiere preservar el capitalismo como sistema, debe admitir en él algunos elementos del socialismo.

  Podemos encontrar numerosos ejemplos del principio de ¨practicar la lucidez¨ en el Tao te King, Ejemplo de ello son las tablas XII y XXII que aluden al primer principio ( el de lograr algo comenzando por su contrario ), y las tablas XLV y XXII – una vez más – que ilustran la otra cara de este principio ( el de retener algo aceptando algo de su contrario ). Sería interesante que dada la oportunidad, otros caminantes – esto es, taoístas – de este foro pudieran aportar algún indicio de dicho principio taoísta en alguno de los otros maestros de esta filosofía. Pero no todo termina aquí.

Otra de las características distintivas de la conducta taoísta, ampliamente desarrollada por el Viejo Maestro y contenida también en el principio del wu-wei es la de actuar sin artificialidad ni arbitrariedad. Esto implica su contrario, es decir, taoísta es aquel que en su cotidiano vivir es natural y espontáneo, se conduce de acuerdo a las leyes de su propia naturaleza, y de esta manera, en armonía consigo mismo y con todo lo que lo rodea, entra en comunión íntima con el tao. No olvidemos además que ser natural implica seguir el propio te – esto es la virtud – sin ningún esfuerzo arbitrario. La noción de te y su relación con el tao es realmente compleja y excedería los propósitos de este artículo, pero dejemos sentadas las bases de su significado. De acuerdo con el Viejo Maestro, del tao nacen todas las cosas. En este proceso de nacimiento y desarrollo, cada cosa individual obtiene algo del tao universal, y este algo es llamado te, implicando esto que, el te de una cosa es lo que naturalmente es. Si el tao es aquello de donde provienen todas las cosas, el te es aquello por lo que las cosas son lo que son.

  Feng Youlan, atendiendo al pensamiento de Lao Tse, expone que la gente ha perdido su original te porque tiene demasiados conocimientos y deseos. En un posterior artículo ahondaremos más en esta idea.

  Finalmente vamos a tomar un último concepto guía de la conducta del taoísta de acuerdo a la filosofía de Lao Tse, muy íntimamente ligada a la necesidad de ¨ser natural¨ que hemos visto líneas arriba. En efecto, si ser natural implica seguir el propio te sin ningún tipo de esfuerzo, no debemos dejar de lado la sencillez ( pu ) como guía para la acción ( in-acción ) taoísta.

  La idea de la sencillez es de especial relevancia para Lao Tse y los taoístas. El tao, concebido como un ¨bloque no tallado¨ ( pu ), es la sencillez en sí. Nada hay más sencillo que el inabarcable tao. El te encuentra en segundo lugar en esta escala, y finalmente, el hombre que vive en el tao y sigue el te debe llevar una vida lo más sencilla posible.

  Estos son los principios básicos que de acuerdo a Lao Tsé, el Viejo Maestro, rigen la conducta del sabio taoísta. La docilidad, la humildad, el contentamiento, la espontaneidad, la naturalidad y la sencillez están profundamente imbricados en una vida acorde con los principios del tao y del te, porque de ellos surgen, y por ellos… alcanzan su sentido y su fundamento.