Pensamientos-278

ILUMINA TU VIDA

Encontrando nuevos territorios.

Hay una nueva tierra justo a la vuelta de la esquina. Quizá sea un lugar que nunca osaste entrar. O un vecino con quien no haz hablado por un tiempo.
Puede ser un libro que leíste hace muchos años. No importa: ilumina tu vida con nuevas tierras, sin tener que viajar mucho.

Esos errores que crees perdidos, son los aciertos, de lo que puedes vivir.

El proceso de calidad verdadero empieza en tu corazón y cabeza.

En primer lugar, es importante que los sentimientos sean de buena calidad, es decir, que estén conectados con la paz interior, con el amor incondicional y todas estas virtudes tan profundas en todos los seres.
Después, todos los pensamientos que surjan deben ser puestos en la práctica. Si un pensamiento no se vuelve realidad, entonces no lo tengas: transfórmalo en algo positivo, por ejemplo, en esperanza, en alguna virtud no tangible. Cuando corazón y cabeza estén funcionando con calidad, la calidad en la vida estará lista.

VIDA

Es tan preciosa e invaluable. No tiene precio. La vida de un solo ser puede influir de tantas maneras infinitas en las vidas de los demás seres, que no se puede descartar ningún aliento siquiera.
Es importante no equivocarse en la vida. Es fundamental reconocer el rol que se desempeña en la humanidad y desarrollarse lo máximo posible dentro de esto. En la medida que hagas tu vida algo importante, los demás también la respetarán.

Como un reloj, vive la vida.

Las personas esperan de ti ciertas cosas. La comunidad espera de ti ciertos comportamientos. ¿No es hora de refinar tu actuación en el escenario del mundo?
La precisión es posible y es fácil. Simplemente se requiere un poco de organización, muchas ganas y dedicación a la causa. Junto con esto, humildad para cambiar lo que se hay que cambiar. En la medida que eres preciso, verás que la vida no se te escapará de las manos.

El mullah Nasrudin (personaje central de casi todas las historias de la tradición sufi) ya se había transformado en una especie de atracción de la feria principal de la ciudad. Cuando se dirigía hasta allí para pedir limosna, las personas acostumbraban a mostrarle una moneda grande y una pequeña. Nasrudin siempre escogía la pequeña.
Un señor generoso, cansado de ver que la gente se reía de Nasrudin, le explicó:
– Siempre que te ofrezcan dos monedas, elige la mayor. Así tendrás más dinero, y no serás considerado idiota por los otros.
– Usted debe tener razón – respondió Nasrudin – Pero si yo siempre escojo la moneda mayor, las personas dejarán de ofrecerme dinero, para probar que soy más idiota que ellas. Y de esta manera, no podré ganar mi sustento. No hay nada malo en pasar por tonto si en realidad lo que uno está haciendo es inteligente.

Estamos criados para siempre buscar lo “mejor”, sin percibir que al aceptar algo “menor”, podremos estar ganando el corazón de otros y su generosidad.
¿Qué moneda prefieres?