Sobre relaciones de pareja

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 23/12/2006 20:34
Hace un momento estaba leyendo un correo sobre cual era la importancia de la familia en la espiritualidad. Y sobre la pareja.

Tema algo medio complicado de explicar.
Pero este donde este sea espiritual o no uno eso es secundario en relación a como mantiene uno el vinculo con la pareja. A veces es bastante complicada o a veces sencilla. Eso depende de que tan dispuestos estén los dos a hacerlo. O de la forma de vida que ambos mantienen.

En el caso de alguien que esta dentro de la espiritualidad, el esoterismo o la brujeada la situación es algo complicada pero no imposible de darse. Aun cuando la pareja ponga cara de ¿what? con algunas cosas que uno haga lo esencial es la comunicación, la tolerancia, y el amor. Y muchas veces las creencias de uno pasan a un lugar secundario. Distinta espiritualidad misma finalidad, si ambos lo entienden ya es un gran paso.
Y si la pareja no entiende la espiritualidad de uno pero es tolerante aun con las complicaciones que se pueden dar uno se puede considerar afortunado. No es fácil explicarle a la pareja: “Oye voy a hacer una ceremonia en donde voy a estar 8 horas danzando, sin comida y agua; y como por el 4 día de ayuno van a colgarme de unos ganchos del pecho”. La mayor parte de las personas se infartan con algo así. O explicarle sobre el enterramiento, o el entrar a una cueva en ayuno varios días. Si a eso le incluimos que en el chamanismo por ejemplo es raro ver niños y si la esposa quiere tener uno es difícil explicarle porque es muy posible que no haya.

Este era un correo pendiente de escribir que tenía.
Espero hacer las respuestas adecuadas en base a lo que creo y me ha tocado vivir con mi esposa, que es desde donde podría explicar.

Una de las partes mas difíciles es la autonomía personal, que cada uno sea el mismo, y trabajar para conocerse y ser autónomo. Cada uno debe luchar y poner los medios para convertir en realidad su proyecto vital y los sueños que contiene. Al principio nos encontramos con el hecho de que cada quien desea que el o la compañera sea de otra manera, hacerlo de nuestro modo; sin embargo eso hace que deje de ser la persona con la que decidimos unirnos. Así que en buena medida aquí entra la necesidad de tolerancia, de paciencia, y de que esos pequeños defectos o esos grandes errores que nos desagradan entenderlos como aquello que hace que la otra persona sea única. Aprender amar eso mismo en cierto modo, ofreciendo ayuda con herramientas o apoyo si la persona decide cambiar eso. Pero sabiendo que no podemos hacerlo por ellos. En cierto modo aprender a amar las diferencias con la otra persona.

Otra situación que se da bastante es las relaciones de dependencia. NO es nuestra mama o no somos el papa. No podemos sobreproteger (a veces me he medio infartado en algunas cosas –subirse a la peña de Bernal por el lado de los escaladores, y yo detrás de ella siendo medio agarafobico- y en otros momentos le he metido sustos monumentales –como no poder salir del agua en una playa sabiendo ella que no sabia nadar, o llegar a casa golpeado, con moretones y sangrando porque me atropellaron-), ni podemos pensar, hablar o hacer cosas en su lugar. En buena parte es necesario darles un espacio de libertad en donde cada quien asuma sus responsabilidades, sobretodo de su autocuidado. Cada uno debe de aprender a hacer las cosas por si mismo. A veces a trancazos limpios. Una de las razones por las cuales rara vez comento sobre mi esposa en internet es precisamente esa parte del cuidado. Es muy difícil proteger a quienes amas. Y hablar sobre ellos es un medio como este es hacerlos blanco de los idiotas que no han podido hacerte daño directamente a ti. Sin embargo debes de confiar que la pareja tiene la capacidad de defenderse por si sola. Y muchas veces lo hacen bastante bien.
Otra cosa es la necesidad de sembrar lo positivo, pues esto es devuelto con creces. Si sembramos en nuestra relación de pareja alegría, agradecimiento, ternura, empatía, comunicación, amor, generosidad… creamos un entorno que da frutos. En cambio el egoísmo, malhumor, enfado, pesimismo, queja, crítica, celos, desconfianza… contaminarán la relación.
La Individualidad y la Diferencia. La parte mas divertida de todas. Somos diferentes y esa es precisamente una riqueza para una relación. Hay que respetar los diferentes gustos y nunca imponer nuestros propios gustos. Escuchar para ir descubriendo sus gustos y preferencias.
No hagas a tu pareja aquello que no quieres que te hagan a ti. Suena lógico, pero se suele olvidarse de ello 😉 No le controles, no te quejes constantemente, no le infravalores, no le grites, no le juzgues…
.No intentas salvar a los demás antes de haberte salvado a ti mismo. No puedes dar amor si no te amas. No puedes dar tiempo de calidad, si no se da a si mismo calidad de tiempo. No puedes sonreírle, si no tiene en su propia vida nada por qué sonreír. No podrá colaborar en la felicidad de nadie, si no se responsabiliza de construir su propia felicidad.
Nuestro reto es responsabilizarse de nuestra propia vida y para conseguirlo debemos proporcionarnos los espacios de relación adecuados para evolucionar y mejorar como personas. Somos responsables de nuestra elección de pareja y de la decisión de continuar o no con ella. Si nuestra relación nos provoca mucho sufrimiento y disminuye nuestra autoestima; si reduce nuestro mundo y nuestras posibilidades de ser y de relacionarnos… tenemos el deber de “hacer limpieza” y finalizar la relación.
Eso es lo que aprendido. Con altas y bajas como en cualquier pareja que hay. Con situaciones bastante complicadas (sobretodo de mi parte) y muy simples. En muchas ocasiones la otra persona es nuestro espejo que nos permite ver que nos esta sucediendo. Sin embargo no es un espejo y debemos agradecer mucho lo que también ha dado por nosotros. Ser brujo no me ha hecho distinto a las demás personas pero si algo mas complicado. Pero sin importar eso la relación es como la de otras personas.
Y con el tiempo aprender a dar las gracias aunque la otra persona no comprenda por que, o aunque nosotros apenas nos estemos enterando que ha hecho por nosotros.