LA PASIÓN DE GUATEMALA

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 16/09/2005 11:31

LA PASIÓN DE GUATEMALA

Texto por Beatriz Martí / Fotos por Ricardo Mata

Guatemala es, desde hace varios siglos, un país mayoritariamente católico, aun cuando en gran parte de su territorio la religión importada por los misioneros españoles en el siglo XVI se fundió con antiguas creencias y prácticas mayas. Esa mezcla de fe cristiana y cultos ancestrales está presente en casi todas las manifestaciones religiosas guatemaltecas, y no son la excepción las ceremonias que se llevan a cabo todos los años durante la Semana Santa.

    Ésta comprende un total de ocho días, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, entre los cuales se conmemora la pasión y muerte de Cristo. Sin embargo, en Guatemala los actos ceremoniales comienzan mucho antes, exactamente el Miércoles de Ceniza, cuando da inicio la Cuaresma. Ese día, durante los oficios religiosos, cada sacerdote dibuja en las frentes de sus fieles una cruz de ceniza, la cual proviene de las ramas de olivo utilizadas el Domingo de Ramos del año anterior, y que fueron más tarde trituradas, bendecidas y quemadas.

    Con la Cuaresma inicia también la confección de los huertos, ofrendas dedicadas a alguna de las imágenes de la Pasión, ya sea un Nazareno o una Virgen Dolorosa. Reciben su nombre de la decoración que los integra: las mejores y más grandes muestras de flores, frutas y verduras de la estación. Los huertos se colocan básicamente en las iglesias y se cambian cada viernes de Cuaresma.

    El color que predomina durante la Cuaresma y la Semana Santa es el morado, que tiene un profundo nexo con las ceremonias luctuosas de la Iglesia católica. De ese color son muchas de las flores de la temporada, como la orquídea sacramento, las jacarandas, buganvilias y las inmortales; las últimas se utilizan para decorar los ramos del domingo que da inicio a la Semana Mayor. Cortinas, moños de tela y adornos de papel de tonos morados, rojos, lilas y amarillos, se colocan en puertas y ventanas, vistiendo de Cuaresma todos los rincones de Guatemala.

    Una gastronomía especialmente preparada ocupa las mesas guatemaltecas durante la Cuaresma. El platillo principal es el pescado seco: una vez limpio, el pescado se sala y se pone a secar al sol, sobre enramados de cañas llamados taxpecos o sobre láminas de zinc, y se distribuye por todo el país para ser consumido durante el tiempo de vigilia. Complementan el menú empanadas dulces o de hierbas, pan en forma de torrejas, garbanzos en dulce y curtido de betabel.

    Los sonidos en calles, plazas e iglesias son únicos durante la Semana Santa guatemalteca. Rezos de agradecimiento, plegarias y peticiones van escuchándose junto con las notas musicales características de las bandas cuaresmales. Se trata de grupos integrados por al menos cincuenta miembros y que durante las celebraciones religiosas públicas interpretan un gran repertorio de marchas fúnebres.

PROCESIONES

Las procesiones son largas caminatas por las calles de pueblos y ciudades, precedidas por alguna de las numerosas andas o tarimas con imágenes que representan al Cristo crucificado o a su madre. Aun cuando las imágenes que las encabezan son, en su mayoría, esculturas muy antiguas, año con año se fabrican las andas en las que serán transportadas por los fieles, así como las alfombras sobre las que caminará el cortejo.

    La tradición de llevar andas durante la Semana Santa se remonta en Guatemala al siglo XVI. Las antiguas andas eran portadas en hombros por sólo cuatro personas e iban adornadas únicamente con flores silvestres. Hoy se construyen andas de hasta 18 m de largo, que tienen que ser cargadas por decenas de hombres.

    Decorar las andas es una verdadera especialidad. Algunas veces el trabajo lo realizan los altareros (decoradores de altares) y otras consumados artistas con vastos conocimientos de escultura, pintura, escenografía, iconografía y religión.

    Las alfombras constituyen el camino de fragancias, formas y colores por el que transitarán la imagen sagrada y su cortejo de acompañantes. Las alfombras se elaboran con flores secas, ramas y agujas de pino, arena, cáscara de huevo molida y aserrín mezclado con colorantes. Con todo ello se va formando un camino sobre las calles, con imágenes simbólicas, en muchos casos de origen prehispánico.

    No se puede hablar de la Semana Santa guatemalteca sin mencionar la importancia que tienen las imágenes que encabezan las procesiones. Se trata de esculturas místicas, la mayoría talladas durante la Colonia, cuando floreció en Guatemala una de las más notables escuelas de imaginería religiosa de América. Aunque escasos, hoy en día siguen existiendo algunos talleres que elaboran imágenes con técnicas de hace trescientos años.

PASIÓN EN VIVO

Algunas poblaciones de Guatemala celebran los días santos con representaciones en vivo de la muerte de Cristo. Las representaciones inician el Domingo de Ramos, con el recorrido de Jesús sobre un burro. Lunes y martes se llevan a cabo diversos actos públicos, mientras los soldados se dedican a buscar a Jesús. En algunas poblaciones el Miércoles Santo se conmemora en la plaza pública con la Última Cena, a la cual asiste toda la población. El Jueves Santo, los soldados aprehenden a Jesús y lo encierran en la cárcel del pueblo, donde permanecerá toda la noche. El Viernes por la mañana se efectúa un juicio y posteriormente se lleva a cabo la crucifixión simulada de Cristo.

    Cuando la Semana Santa concluye, termina también en Guatemala un periodo dedicado a la oración y a la fe. Las imágenes procesionales permanecerán todo un año dentro de las iglesias; las andas serán desmontadas y los huertos desaparecerán de los altares. Sólo las hermandades religiosas seguirán activas y empezarán a trabajar para el siguiente año, escogiendo desde altareros hasta futuros protagonistas del drama, con objeto de mantener las tradiciones que año con año se ponen de manifiesto durante la semana más importante en el país.