El dia del amor, el del encuentro

De: Alias de MSNMINERO16  (Mensaje original) Enviado: 09/03/2004 19:52

¿Cómo te preparías para encontrarte con un amigo que hace mucho tiempo no ves, por ejemplo que ha estado en tierras lejanas y un dia, de pronto sabes que llega? Te imaginas todas las cosas que tiene para contarte o tú para contarle, ¿verdad?. Bueno, esta cita será algo similar. Un día de encuentro con nuestra espiritualidad y con nuestro ángel. Un día del amor, para el encuentro fraterno entre dos espiritus que siempre se han amado y se han comprendido, porque si has llegado hasta aqui es que tu espiritu comprende la necesidad de encontrarte con tu ángel, tú has comprendido que puede ser.

Ese día busca estar en soledad en tu casa o en tu habitacion, tendrás preparado:

– una vela de color blanco,
– un vaso con agua
– un papiro pequeño o trozo de cartulina, de 10 cm x 10 cm
– una lapicera con tinta de color azul,
– un sobre de papel,
– una pulsera o cadena para el cuello de oro o plata,
– un ramo de rosas perfumadas,
– y mucho amor en tu corazón.

Date un baño y ponte tu mejor ropa, comoda pero que te veas y te sientas bien. Luego, en un lugar que has de preparar para esta ocasion, coloca los elementos y enciende la vela con un fósforo. Haz una oración en voz baja mirando la vela y pidele a Dios:

“Dios mío cuyo principio es el amor,
permite que en este momento podamos
tener un acercamiento a través del ángel
que me has enviado el día de mi nacimiento.

Quiero conocer su nombre y mi sincera
amistad ofrecer. Para que sea mi ayuda
mi apoyo de todos los días, la voz que
me conduzca cada vez más cerca
a tu Eterno Corazón. Asi sea”

Luego escribe estas palabras en el papiro y firma con tu nombre. Guárdalo en el sobre y dejalo abierto.

Toma la pulsera o cadena que hayas comprado para esta ocasión, y sumérgela en el agua pronunciando la siguiente oración:

“Angel de la guarda, dulce compañía
sé mi amparo tanto de noche como de día.
Pues ante tanta confusión yo me perdería.
Tómame la mano y guía mis pasos en la vida.
Traspásame con luz y con tu sabiduría.
Corrígeme con la dulzura de tu corazón y
alienta mi camino con fé, esperanza y amor.
Haz que donde yo vaya lleve siempre
una chispa del amor de Dios.”

Luego, ponte la pulsera o cadena alrededor del cuello, asi, húmeda aún, deja que se seque en tu piel. Coloca las rosas en un florero frente a ti y ofrecela como un regalo a tu ángel, dile que es tu presente, tu regalo, tu sinceridad simbolizada en esas flores. Si tienes una imagen de él colocala cerca de la flores.

Cierra los ojos y respira profundamente, como un suspiro profundo, relájate. Haz una cuenta regresiva de 10 a 0 y por cada número que vas contando relájate más. Un poco más. Cuando hayas llegado a 0 debes estar en paz y en relax completo.

Cierra los ojos, imagina una esfera de luz frente a tí, un poquito más elevada sobre tu cabeza. Visualiza que su dorada luz te ilumina el rostro. Se acerca, despacio, lentamente. Penetra tu frente y sientes como toda tu cabeza se ilumina irradiando luz.

La esfera de luz se expande más y más…….. ahora visualiza como se amplia y desciende hacia abajo, recorre tu cuello, tus hombros, tus brazos, baja por tu cuerpo iluminando cada órgano, tu corazón, tu estómago, tus brazos, tus manos, tus caderas, tus piernas, tus pies.

Visualízate completamente iluminado/a con la esfera de luz que ha llegado desde el cielo y ha entrado a tu ser. Respira profundamente, y a medida que lo haces trata de sentir como la luz respira y se amplia en tí. Trata de sentir un inmenso amor hacia todo lo que te rodea, disponte a perdonar las faltas de los demás, olvídate en este momento de todo sentimiento negativo, permite que tu ángel aflore en tu alma y solo experimenta la más exquisita sensación de paz y amor que inunda todo tu ser. Quédate unos minutos así, dejando que la luz esté en ti y elimine toda sensación negativa, todo disgusto, toda experiencia mala.

Quédate alli unos minutos, luego cuando sientas que todo ha estado bien, levántate, cierra el sobre con el papiro y colócalo bajo tu almohada. Apaga la vela con los dedos o un matacandela, pero no la soples para no disipar la energía de este pequeño pero bello ritual. Guardala tambien y acomoda en un lugar las flores de tu angel. Cuando lo creas necesario, en días siguientes, repite la visualización de la esfera de luz para corregir sensaciones negativas en ti. Ya hemos dado un primer paso

Las alas del espíritu

Recuerda siempre que Dios es alegría. Desconfía de aquellos lugares donde el anfitrión de reuniones espirituales es una persona lúgubre y triste, de aquella persona que intenta mostrarte el sendero de la espiritualidad mediante miedos, culpas o castigos. Esa no es la senda de la verdadera espiritualidad. Es una senda, pero no conduce a la verdad o la armonía, paz o buenaventuranza, sino a intereses egoístas que intentan condicionarte para tenerte en prisión de sus oscuros designios.

Donde reina el espiritu de la luz no hay motivo para atrapar a otros mediante el manejo la culpa, del miedo o el castigo. Donde reina el espíritu de la luz todo es armonía, felicidad y desapego. Los egoísmos no existen porque no pueden resistir el resplandor del alma y no tienen ya lugar donde cubrirse. Quedan expuestos a la verdad y ésta los aniquila para siempre.

Recuerda siempre que para que tus alas crezcan y aprendas a volar debes dirigir tus esfuerzos hacia la verdadera libertad, la que te da el alma que conoce el rostro inequívoco de Dios. Cientos de años de enseñanzas creadas bajo la especulación de intereses egoístas que hoy ya no pueden sustentarse demasiado han hecho de algo que debió haber sido un verdadero vuelo espiritual, un surco trazado en el piso, así que ¡deja de arrastrar tus energías por la tierra y levántate! ¡Levanta vuelo por la gracia de tu imaginación conciente y la fuerza de una voluntad orientada a la verdadera espiritualidad! No seas ya aquella antigua persona que se quejaba constantemente por no poder. Comienza a creer que puedes y podrás.

Nosotros somos energía. Cuerpo y alma son las dos caras de una misma moneda: el ser conciente. Cuando consideres esto como una verdad, empezarás a ver al mundo de una manera diferente, tus ojos se orientarán hacia otras realidades que actúan igualmente de eficaz manera en el mundo cotidiano.

Imagina

Toma unos minutos de tu tiempo, relájate en silencio, cierra los ojos y visualízate en una situación diaria de tu vida. Puede ser caminando, paseando, trabajando o hablando con personas, imagina que desde la columna vertebral nacen dos alas con filamentos radiantes, blancos y suaves.

Respira suavemente. No pienses en nada. Deja que tu mente se relaje completamente. Tan solo respira, nada mas. Inhala y exhala, varias veces, sin esforzarte, sin sacrificios pulmonares, algo suave y natural.

Luego, quedate unos segundos con la mente en blanco, deja que los pensamientos pasen sin engancharte en ninguno de ellos. Inspira profundamente y levanta la manos, estira los brazos hacia los costados, con la palmas de las manos hacia arriba, lleva las manos hacia la nuca, con los dedos apuntando hacia la columna vertebral. Sostén esa posición hasta crear una zona de calor en las vertebras.

Estira tus brazos nuevamente, pero esta vez imaginando como se desplegan las energías desde las vertebras de tu columna. Imagina que son alas que se están desplegando. Visualizalas como radiantes alas blancas que se estiran. Hace tiempo que no las usabas, a lo mejor te costará un poquito, pero podrás, veras que podrás realmente.

Mueve tus brazos como si con su movimiento ayudaras a desplegar las alas de tu espiritu. Lentos movimientos que simulan un despliegue de energías.

Visualiza a tu alrededor un coro de ángeles que te observan y te dan ánimos para que logres tu tarea. Están felices de ver tus esfuerzos y hasta te ayudan estirando tus fibras energéticas que ahora van tomando forma de enormes alas blancas y doradas. Muévelas, agítalas varias veces y siente un rayo de luz sobre tu rostro que como premio a tus esfuerzos ilumina todo tu ser. Mueve tus alas y a cada movimiento ten la seguridad que tu columna vertebral recoge energías del universo y las guarda en esas baterías que forman tus vertebras. Alinea tus alas con tus brazos y muevelos en conjunto. Inspira profundamente y exhala de forma suave y pareja por la nariz. Al estirar los brazos hacia los costados, tus alas tambien se han estirado, ahora lleva tus manos hacia adelante y colocalas palma contra palma en acción de rezo. Tus nuevas alas te envuelven todo el cuerpo y te protegen. Abre los ojos y observa el entorno, ten por seguro que el poder de tu mente ha abierto canales por donde podrá surcar ahora tu alma, senderos luminosos de donde recoger una flor para regalarsela a tus seres queridos, y en cada acto de tu vida pondrás un toque angelical