La Serpiente de Cascabel

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 03/08/2006 12:24

La Serpiente de Cascabel

Nuestra Enseñanza y todas las otras disciplinas serias como así también todas las religiones, hablan de los estragos que causa la violencia en la psiquis del hombre. De la pérdida de energía que sufrimos cuando nos dejamos arrastrar por la violencia, sea ésta proveniente de nuestra propia naturaleza o por los miedos producidos por el exceso de valorización de nosotros mismos.

Las ideas de nuestro Trabajo penetran lentamente y nos llevan por el camino hacia el Hombre Equilibrado. El hombre equilibrado no está liberado de la violencia pero, por una extensión de su consciencia, ya no derivará más sus sentimientos según lo que es falso o imaginario. Y viendo en sí mismo muchas de las culpas que achaca a demás, como también algunas peculiaridades propias, sus sentimientos hacia los otros cambiarán por completo. Mientras todo esto tiene lugar, gradualmente, a veces sentiremos que estamos perdiendo algo valioso. Pero si cambiamos es imposible que la vida tenga el mismo sabor.

El cambio de ser significa el cambio en todo. No se puede cambiar y seguir siendo el mismo. El hombre que alcanza el nivel del Hombre Equilibrado no puede seguir siendo lo que era.

El equilibrio mental, emocional y físico transforma al hombre. Lo hace más fuerte, más criterioso, más valiente y por lo tanto no necesita para nada usar la violencia. Pero esto no quiere decir que se convierta en un “manso” al que cualquiera le pueda pasar por encima. No, al contrario, nadie se animará a atacarlo, justamente debido a su seguridad en sí mismo.

Hay un cuento anónimo que circula por los grupos y seminarios que habla de una serpiente de cascabel que no supo utilizar algo natural, que inspiraba misterio y respeto.

El cuento decía así:

En un pequeño poblado de la India, los habitantes estaban muy asustados por los daños que causaba una serpiente de cascabel, muy agresiva y violenta, que mataba a los animales domésticos, al ganado e incluso había mordido a varios niños, muriendo algunos y quedando con daños irreparables otros.

Un día pasó por el lugar “un hombre sabio”, muy querido y respetado por esa humilde gente. Le contaron lo que pasaba y le pidieron:

    * ¡Maestro!…por favor, habla con la serpiente y aconséjala que no siga haciendo daño.

Así lo hizo el Maestro y pasó horas explicando a la serpiente sobre la inconveniencia de la agresividad y la violencia. Le habló del amor, el respeto a todos los seres vivientes y todas esas cosas. La serpiente comprendió y no volvió a atacar a los habitantes del pueblo ni a sus animales.

Pasó algún tiempo y cuando el “hombre sabio” volvió por esos parajes se encontró con la serpiente, lastimada, golpeada y herida, que se quejaba amargamente:

    * Mira lo que me pasado, Maestro, por seguir tus consejos – se lamentó la serpiente, casi llorando – me han perseguido, golpeado y humillado por no utilizar la violencia.

– ¡Hija mía… yo te hablé de que no atacaras a nadie pero en ningún momento te dije que no utilizaras tu cascabel!