Una buena lección…

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 04/07/2006 10:29

UNA BUENA LECCIÓN…

Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones.

Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.

El alumno dijo al profesor:

Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre.

Mi querido amigo le dijo el profesor, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres.

Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre.  Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.

Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos.  El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.

Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y  encontró la moneda.  Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado.  Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar.

Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie.  La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda.

Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre.

El estudiante quedó profundamente afectado y se

le llenaron los ojos de lágrimas.

Ahora dijo el profesor ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?

El joven respondió:
Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré.  Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir.

MORALEJA

Nosotros podremos compartir siempre con el que no tiene, es decir, dar alegría al necesitado. Solo dejemos de pensar en nosotros mismos y entonces encontraremos ese espacio donde podremos actuar como servidores. solo así nos sentiremos bien con Dios y con nosotros mismos. Como puedes ver no necesitas dar mucho para tocar el alma de un desvalido. Solo actúa.

Y no te olvides: Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha. pues la recompensa la da Dios.

¡Que tengas un bello día!