Consejos que los padres nahoas hacían a sus hijos

Consejos que los padres nahoas hacían a sus hijos

Huehuetlatolli

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      Hijo mío, joya mía, mi rico plumaje de quetzal:
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      Has llegado a la vida, has nacido, te ha hecho venir al mundo el creador y dueño.
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      Te creó, te forjó, te hizo nacer aquel por quien todo vive.
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      Y vieron tu rostro y tu cabeza tus madres, tus padres, tus tíos y tus tías y tus parientes.
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      Fijaron su mirada en tu semblante y en tu cerviz. Y lloraron y se emocionaron por causa tuya, por que has llegado a la vida, por que has nacido en la tierra.
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      Ahora bien: por breve tiempo has venido a contemplar las cosas, has venido a ir evolucionando, has venido a hacer medro en tu persona, has venido a crecer.
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      Cual un pajarito al fin abres el cascarón. Como si fueras a salir ahora de tu encierro; como que ahora echas plumas y de ellas te vistes;
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      como que ahora salen cola y alas.
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      Es que ahora empiezas a mover tus manos y tus pies y tu cabeza.
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      Y como que haces tentativa de irte a volar.
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      ¿Cuál será el designio de aquel por quien todo vive?
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      ¿Un día, o acaso dos, te tendremos en préstamo: cual si fueras una joya o un penacho de ricas plumas prestado por bondad del Amo?
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      ¿Vas a lograrte a caso? ¿Vas a vivir en la tierra? ¡Ojalá que pacíficamente crezcas y en dulce calma te acrecientes!
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      ¡Que no resultes vano, que no seas un ser frustrado!
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      ¡Ojalá por breve tiempo entres al lado y te metas bajo el amparo de nuestro Amo, y que él te sea clemente!
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      ¡Él lo haga ver: él te eleve, te mida!
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      ¡Es dios, es rey: tiene grandes los brazos; es de grandes espaldas!
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      ¡El dios es tu madre y tu padre, y no hay comparación de cómo te cuida, cuando te ama: ni yo tu padre, ni tu madre te amamos como él!
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      ¡Claro: él te determinó y decretó tu existencia, él tuvo a bien concederte la vida, hacer que tú nacieras!