Textos budistas

El Sonido que escuchó la Liebre
Jataka No. 322

Una mañana, mientras algunos bhikshus hacían sus rondas de limosnas en Savatthi, pasaron a algunos ascetas de diferentes sectas que practicaban austeridades. Algunos de ellos estaban desnudos y yaciendo sobre púas. Otros se sentaban bajo el Sol abrazador alrededor de un ardiente fuego. Más tarde, mientras los monjes estaban discutiendo acerca del ascetismo, preguntaron a Buddha: Señor. Hay alguna virtud en esas duras prácticas ascéticas?.

Buddha contestó: No, monjes. No hay ninguna virtud o mérito especial en ellas. Cuando ellos son examinados y probados, son como un camino sobre un estercolero o como el sonido que escuchó la liebre.

Los monjes dijeron confundidos: Señor. Nosotros no conocemos acerca de ese sonido. Por favor, díganos cómo era. A causa de su requerimiento, Buddha les contó esta historia del pasado distante.

Hace mucho, mucho tiempo, cuando Brahmadatta reinaba en Baranasi, el Bodhisattva nació como un león en un bosque cercano al Océano Occidental. En una parte de ese bosque había un bosquecillo de palmas mezclado con arboles belli (un tipo de membrillo bengalí). En ese bosquecillo vivía una liebre, bajo un joven árbol de palma, al pie de un árbol belli. Un día, la liebre se tumbó bajo el joven árbol de palma y ociosamente pensó: Si esta tierra fuera destruida, ¿qué sería de mí?. En ese mismo momento una fruta madura de árbol belli comenzó a caerse y pegó en una hoja de palma haciendo un “ruido” fuerte. Sobresaltada por ese sonido, la liebre brincó sobre sus pies y gritó: La tierra está derrumbándose!. Luego huyó inmediatamente, sin mirar hacia atrás. Otra liebre, viéndola pasar correr como si corriera por su vida, le preguntó: ¿Qué sucede? y también empezó a correr. ¡No preguntes! dijo jadeado la primera. Esto asustó más aún a la segunda liebre y continuó corriendo a toda velocidad. ¿Qué está mal? gritó nuevamente. Haciendo una pausa por un momento, la primera liebre gritó: La tierra está separándose!. A esto, las dos escaparon juntas. Su miedo era contagioso y otras liebres se les unieron hasta que todas las liebres de ese bosque estaban huyendo juntas. Cuando otros animales vieron la conmoción y preguntaron lo que estaba pasando, jadeando les dijeron: ¡La tierra está separándose!. Y ellos también empezaron a correr por sus vidas. De esta manera, pronto se les unieron a las liebres, manadas de ciervos, jabalíes, alces, búfalos, bueyes salvajes y rinocerontes; una familia de tigres y algunos elefantes. Cuando el león vio esa precipitada estampida de animales y oyó la causa de su huída, pensó: Ciertamente la tierra no está acabándose. Debe de haber habido algún sonido que interpretaron mal. Si yo no actúo rápidamente, se matarán. ¡Debo salvarlos!. Entonces, tan rápido como sólo él podia correr, se puso delante de ellos y rugió tres veces. Al sonido de su poderosa voz, todos los animales se detuvieron en su camino. Jadeando se agruparon unidos por el miedo. El león se acercó y preguntó por qué estaban corriendo. La tierra está derrumbándose todos ellos contestaron. ¿Quién la vio derrumbarse? preguntó. Los elefantes saben todo sobre eso contestaron algunos animales. Cuando preguntó a los elefantes, ellos dijeron: Nosotros no lo sabemos. Los tigres lo saben. Los tigres dijeron: Los rinocerontes saben. Los rinocerontes dijeron: Los bueyes salvajes saben. Los bueyes salvajes dijeron: Los bufalos saben. Los bufalos dijeron: El alce sabe. El alce dijo: Los jabalíes saben. Los jabalíes dijeron: Los ciervos saben. Los ciervos dijeron: Nosotros no sabemos. Las liebres lo saben. Cuando preguntó a las liebres, ellas apuntaron a una liebre en particular y dijeron: Ésta nos lo dijo.

El león le preguntó: Es verdad que la tierra está quebrándose?.

Sí, señor. Yo lo vi -dijo la liebre.

¿Dónde estaba usted cuándo lo vio?

En el bosque; en un bosquecillo de palmas mezcladas con árboles belli. Estaba descansando allí bajo una palma, al pie de un árbol belli, pensando: Si esta tierra fuera destruida, qué sería de mí?’. En ese mismo momento yo oí el sonido de la tierra que se separa y huí.

De esta explicación, el león comprendió exactamente lo que realmente había sucedido, pero quiso verificar sus conclusiones y demostrar la verdad a los otros animales. Suavemente calmó a los animales y dijo: Llevaré a la liebre e iré a averiguar si la tierra está acabándose o no, donde ella dice. Hasta que nosotros volvamos, quédense aquí.

Puso a la liebre sobre su lomo leonado y corrió a gran velocidad a ese bosquecillo. Entonces soltó a la liebre y le dijo: Vamos, muéstrame el lugar que me has dicho.

“Yo no me atrevo; mi señor dijo la liebre. No tengas miedo dijo el león. La liebre se estremeció de miedo y no se arriesgó a acercarse al árbol belli. Sólo podía señalar y decir: Señor. Allí es el lugar del terrible sonido. El león fue al lugar que indicó la liebre. Él distinguió el césped donde la liebre había estado yaciendo y vio la fruta belli madura que había caído en la hoja de la palma. Habiendo determinado cuidadosamente que la tierra no estaba separándose, puso a la liebre de nuevo en su lomo y volvió adonde lo esperaban los animales. Entonces les contó lo que había encontrado y dijo: No tengan miedo.

Tranquilizados, todos los animales volvieron a sus lugares usuales y reasumieron sus rutinas. Esos animales se habían puesto en gran peligro porque escucharon los rumores y los miedos infundados en lugar de intentar averiguar por sí mismos la verdad . Realmente, si no hubiera sido por el león, esas bestias se habrían precipitado en el mar y habrían perecido. Sólo escaparon de la muerte gracias a la sabiduría y compasión del Bodhisattva. En la conclusión de la historia, el Buddha identificó el nacimiento: En ese momento, yo era el león.

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Existen un comer sensual y un comer sabio. Cuando el cuerpo
sufre las punzadas del hambre y por ello le proporcionáis
comida, sin avidez, a eso se le llama comer sabio. Por otra
parte, si glotonamente os deleitáis en la pureza y el sabor
del alimento, estáis permitiendo las distinciones que nacen
del pensamiento erróneo. Cuando se trata simplemente de
gratificar el sentido del gusto sin darse cuenta de cuándo se ha tomado suficiente, ese es el comer sensual.

Con amor,
* Benito Carral
* Fundador y director de Baolin.org:
http://www.baolin.org

no todos los budistas somos vegetarianos.
Para tomar un ejemplo conocido por todos, el actual Dalai Lama no es vegetariano, trató de serlo durante un tiempo pero su salud se resintió, así que los médicos le recomendaron que tomara algo de carne. Yo tampoco soy vegetariano, ya que el alimento me es ofrecido,
y no puedo elegir siempre el menú. Incluso el mismo Buda, cuando le ofrecían carne, también la tomaba. En la actualidad hay escuelas budistas que recomiendan en ser vegetariano, como el chan o el theravada, y escuelas que no lo recomiendan, como el shin o algunas ramas tibetanas.

Lo más importante en este asunto, como en casi todos, es nuestra actitud y evitar la mayor cantidad de sufrimiento innecesario posible.
Por ejemplo, los pollos que se crían para el consumo humano suelen ser tratados de forma muy cruel, yo no puedo comer esta clase de carne sabiendo cómo se obtiene y el sufrimiento que implica. Por eso, cuando en mi casa se come pollo, siempre se trata de «pollo feliz», de pollos criados en la naturaleza con alimentación natural. Sí, es un poco más caro, pero es mucho más humano. Lo mismo que sucede con los pollos podemos aplicarlo al resto de nuestra alimentación.

Otro punto interesante es: ¿comemos lo que necesitamos o comemos más de la cuenta? Muchas personas en nuestra sociedad sufren problemas de sobrepeso, y en la mayor parte de los casos esto se debe a que comen más de lo necesario y a que no realizan ningún tipo de ejercicio físico. Deberíamos entender la comida como una medicina, como el
combustible que nos permite seguir vivos y recorrer el camino, no como una finalidad en sí misma, no como un objeto sensual cuya única función consiste en deleitar nuestros sentidos.

Deberíamos observar nuestro cuerpo con atención y determinar qué es lo que realmente necesita. Por ejemplo, yo me tomo un vaso de zumo y unos pocos cereales para desayunar; y no ceno más que un vaso de gazpacho. La comida del mediodía no la escojo, así que tomo lo que me den, pero nunca como más de lo que me parece necesario. Con esta
alimentación tengo la vitalidad necesaria para llevar a cabo todas mis actividades y disfrutar de la vida, si comiera más, estaría comiendo en exceso con todo lo que eso conlleva: sobre explotación de la tierra, despilfarro de recursos, problemas de salud, etc. En todo caso siempre deberíamos estar agradecidos por los alimentos que recibimos, ser conscientes de todo el esfuerzo y sufrimiento que nos permiten seguir viviendo. Si realmente somos conscientes de esto, no podemos sino sentirnos resposanbles de nuestra vida y actuar de modo que ayudemos a reparar nuestra deuda de gratitud hacia todo el cosmos.

Cada uno debemos determinar qué nos es necesario y actuar de forma consecuente según nuestras circunstancias. Recordad, sobre todo, que la idea es fomentar el bienestar de todos los seres y ayudar a evitar el sufrimiento innecesario.
Con amor,
* Benito Carral
* Fundador y director de Baolin.org:
http://www.baolin.org

SERMÓN DE JOSHU

No pongáis un Buda de bronce en el horno.

No pongáis un Buda de madera en el fuego.

No pongáis un Buda de arcilla en el agua.

El buda auténtico está dentro de vuestro espíritu. Lo que llamáis sabiduría o nirvana solo es una traba que ata vuestro cuerpo. Las considero como suciedades. No me preguntéis nada. Cuando ya no hay interrogación, ya no hay mancha.

Desde el punto de vista de Buda, nada os ata, y cuando dejáis pasar los pensamientos ningún error es posible.

Si practicáis zazen durante 20 ó 30 años, realizaréis el Dharma de Buda; si fracasáis, os autorizó a cortarme la cabeza y a mearos en mi cráneo.

Todo es como un sueño y correr tras fantasmas es una ocupación totalmente ridícula: En el momento en que dejéis de errar, todo irá bien para vosotros.

¿Para qué sirve ser como un cordero que mete el hocico por todas partes y junta todo tipo de basura con la boca?

Cuando estaba yo junto a Sekito, este decía a quien le preguntaba algo: cierra la boca, no ladres como un perro. Yo sigo su ejemplo y digo: cierra la boca no ladres como un perro.

Hay mancha cuando hay apego al ego. Hay pureza cuando olvidáis este ego. Si sois como un perro que busca siempre algo para meterse en el hocico, ¿cómo podréis comprender el budismo?

Todos los seres humanos buscan la Vía, y sin embargo entre ellos, no hay ningún hombre sincero. Si deseáis realmente ser un discípulo de Buda, no os volváis enfermos de vuestro propio espíritu.

La aparición de nuestro mundo no hizo crecer el Dharma; su desaparición no lo hará decrecer.

Desde que encontré a este viejo (él mismo), nunca deja de ser otro que yo mismo, no hay ningún beneficio en buscar a este hombre verdadero en el exterior. Existe aquí y ahora.

Sobre todo, no dejéis de encontrarlo.

3 comentarios

  • ArjunaV

    “Se cuenta que un día el Buda se paseaba por los Cielos, a orillas del Lago de la Flor de Loto. En las profundidades de ese lago, Buda podía ver el Naraka (Infierno). Ese día observó a un hombre llamado Kantaka quien muerto unos días antes, luchaba y sufría en este infierno. Buda, lleno de compasión, quería ayudar a todos aquellos que, a pesar de haber caído en el infierno, habían hecho una buena acción en su vida.

    Kantaka había sido un ladrón y había llevado una vida depravada. Por eso se encontraba en el Naraka. Sin embargo una vez, había actuado generosamente: un día que daba un paseo, vio una gran araña y tuvo el deseo de aplastarla, pero detuvo su gesto, pensando súbitamente que podía ayudarla; la dejó con vida y continuó su camino.
    Buda vio en esta acción generosa un buen espíritu y tuvo deseo de ayudarle. Por eso arrojó a las profundidades del lago un hilo de araña largo que llegó hasta los infiernos, hasta Kantaka.
    Kantaka miró este nuevo objeto y constató que era una cuerda de plata muy fuerte. Pero no quiso creerlo y se dijo que sería sin lugar a dudas un hilo de araña que pendía y que sería poco probable subir por él. Pero como deseaba ardientemente salir de Naraka, intentaría el todo por el todo. Se aferró al hilo pensando que la escalada sería muy peligrosa ya que el hilo podría romperse de un momento a otro. Pero comenzó a subir … a subir … ayudándose con los pies y con las manos, haciendo grandes esfuerzos para no resbalar.
    La escalada era larga. Cuando llegó a la mitad quiso mirar hacia abajo, a los infiernos, ya que seguramente estaría ya muy lejos. Arriba veía la luz y sólo deseaba llegar a ella. Inclinándose hacia abajo para mirar por última vez uno una multitud de gentes que subía tras él en una cadena ininterrumpida desde las grandes profundidades de los infiernos. El pánico se apoderó de él: esta cuerda era lo bastante sólida justo para él; pero ante el peso de estos centenares de personas que subían por ella, seguramente cedería ¡y todos se encontrarían de nuevo en el infierno!¡qué mala suerte!
    -Esa gente debería quedarse en el infierno! ¿Por qué tienen que seguirme? -maldijo contra ellos.
    En ese momento preciso, el hilo cedió muy exactamente a la altura de las manos de Kantaka y todos cayeron en las profundidades tenebrosas del lago. Al mismo tiempo, el sol de mediodía resplandecía sobre el lago por cuya orilla se paseaba el Buda.”

    (Relato de la tradición zen. Aparece en la recopilación del maestro zen Taisen Deshimaru, “El cuenco y el bastón”, Edicomunicación. S.A.)

    DEL DAMMAPADA…

    Budha

    No cometer pecado alguno, hacer el bien y purificar la propia mente, tal es la enseñanza de todo aquel que es Despierto.
    No hay placeres que sacien, ni siquiera con una lluvia de monedas de oro.
    Sabio es quien sabe que los placeres se saborean solo un breve instante y son causa de pesar, quien ni siquiera en los goces celestiales halla satisfacción alguna.
    El discípulo que ha despertado por completo no se complace sino en la destrucción de todos sus deseos.
    No vituperar, no herir, ser sosegado, ser moderado en el comer, dormir y establecer su morada en los pensamientos más altos, tal es la Enseñanza del hombre Despierto.

    Esta es una historia que se cuenta sobre Buda:

    Había un hombre que estaba casi loco, un asesino loco. Había hecho la promesa de que mataría a mil personas, nada menos que eso, porque la sociedad no lo había tratado bien. Se vengaría matando a mil personas. Y de cada persona asesinada se llevaría un dedo y haría un rosario para colgar en su cuello, un rosario de mil dedos. Debido a
    esta promesa lo llamaban Angulimala: el hombre con un rosario de dedos.

    Había matado a novecientos noventa y nueve personas. En cualquier lugar en que la gente se enteraba que Angulimala estaba cerca, nadie se movía, el tránsito se detenía. Y luego se le hizo muy difícil encontrar ese último hombre, y sólo necesitaba un hombre más para cumplir su promesa.

    Buda se hallaba en un bosque cercano y la gente de las aldeas fue a él y le dijo: ‘¡No vayas!” Angulimala está ahí, el asesino loco. No lo piensa dos veces, sólo mata. No va a tener en cuenta el hecho de que tú seas un Buda. ¡No vayas por ahí! Hay otro camino…’

    Pero Buda dijo: ‘Si yo no voy, ¿entonces quién irá?… El es un hombre, me necesita. Tengo que arriesgarme, o me matará o yo lo mataré’. Buda fue. Aún sus discípulos más próximos que habían dicho que permanecerían junto a él hasta el final, comenzaron a quedarse detrás. ¡Esto era peligroso!

    De modo que cuando Buda llegó a la colina donde se hallaba Angulimala sentado sobre una roca, no había nadie detrás de él, estaba solo, todos los discípulos habían desaparecido. Angulimala miró a este hombre inocente, semejante a un chico, tan hermoso que aún él, un asesino, sintió compasión por él. Pensó: ‘Este hombre no parece darse cuenta de que estoy aquí, nadie viene por este camino’. Y entonces
    pensó: ‘No es bueno matar a este hombre. Lo dejaré, puedo encontrar a otro’.

    Le gritó a Buda: ‘¡Regresa! Detente allí y regresa. No dés otro paso.
    Soy Angulimala, y éstos son novecientos noventa y nueve dedos y necesito otro dedo más. Aún si viene mi madre por aquí la mataré y cumpliré mi promesa. No te acerques, soy peligroso. Y no soy un creyente en la religión… tú puedes ser un buen monje, quizás un gran santo, pero a mí no me interesa. Tu dedo vale tanto como el de cualquier otra persona. No des un solo paso más o te mataré.
    ¡Detente!’ Pero Buda seguía acercándose. Entonces Angulimala pensó: ‘O este hombre es sordo o está loco’. Nuevamente gritó: ‘¡Detente! No te muevas’.

    Buda le dijo: ‘Me detuve hace mucho tiempo. No me estoy moviendo, Angulimala, tú te estás moviendo. No hay ninguna meta para mí… y cuando no hay motivación, ¿cómo puede producirse el movimiento? Tú te estás moviendo, y yo te digo a ti: ¡tú detente!’

    Angulimala comenzó a reírse. ‘Eres realmente un tonto o estás loco’, le dijo. ‘No sé qué tipo de hombre eres’.

    Buda se acercó más y le dijo: ‘He oído que necesitas un dedo más. Por lo que a este cuerpo respecta, mi meta ya está cumplida, este cuerpo ya no sirve. Puedes usarlo, puedes cumplir tu promesa. Corta mi dedo y corta mi cabeza. He venido a propósito, porque es ésta la última
    oportunidad de usar mi cuerpo de algún modo’.

    Angulimala le dijo: ‘Creí que yo era el único loco por aquí. Y no intentes nada, aún puedo matarte’.

    Buda le dijo: ‘Antes de matarme, cumple un pedido sólo el deseo de un hombre antes de morir: corta una rama de este árbol’. Angulimala golpeó su espada contra el árbol y una gran rama se desplomó.
    Entonces Buda le dijo: ‘Sólo una cosa más: únela nuevamente al árbol’. Angulimala le dijo: ‘Ahora sé perfectamente que estás loco.
    Puedo cortar pero no puedo unir’.

    Entonces Buda comenzó a reírse y le dijo: ‘Cuando sólo puedes destruir y no puedes crear… no deberías destruir, porque la destrucción la pueden hacer los niños, no hay ninguna valentía en ello… Un niño puede cortar esta rama, pero para unirla es necesario un Maestro. Y si ni siquiera puedes unir una rama al árbol, ¿qué hay de las cabezas humanas? ¿Alguna vez lo pensaste?’

    Angulimala cerró los ojos y le dijo: ‘Llévame por ese camino’. Y se cuenta que en ese momento alcanzó la iluminación.

    Una persona que tiene la energía para volverse loco, también tiene la energía para ser un iluminado; es la misma energía, sólo la dirección ha cambiado. Si no puedes ser creativo, la energía se volverá destructiva.

  • ArjunaV

    Oración: Nam Myoho Renge Kyo

    La invocación de Nam myoho renge kyo fue establecida por Nichiren el 28 de Abril de 1253. Después de haber estudiado ampliamente todos los sutras budistas, él llegó a la conclusión de que el Sutra del Loto contiene la verdad última del budismo: que todos, sin excepción, tienen el potencial de lograr la budeidad. El título del Sutra del Loto en su traducción japonesa es Myoho renge kyo. Pero para Nichiren, Myoho renge kyo era mucho más que el título de un texto budista: era la expresión, en palabras, de la Ley de la vida que buscaba dilucidar, en una u otra forma, todas las enseñanzas budistas. La siguiente es una explicación breve y por ello, necesariamente limitada, de algunos de los conceptos clave expresados en esta frase. (Esta explicación está basada en el libro de Richard Causton, El Buda en la Vida Diaria).

    Nam

    La palabra nam deriva del sánscrito, una traducción cercana de su significado es “consagrarse”. Nichiren estableció la frase de Nam myoho renge kyo como un medio para posibilitar a todas las personas para armonizar sus vidas con la ley de la vida, o Dharma. En el original en sánscrito, nam indica los elementos de la acción y la actitud y se refiere, por ello, a la acción correcta que uno necesita llevar a cabo y la actitud que uno necesita desarrollar con objeto de lograr la budeidad en esta vida.

    Myoho

    Myoho (Mio jo) significa literalmente la Ley Mística y expresa la relación entre la vida inherente al universo y las muchas diferentes maneras en que esta vida se manifiesta. Myo se refiere a la esencia de la vida, misma que es “invisible” y está más allá de la comprensión intelectual. Esta esencia siempre se manifiesta en una forma tangible (ho) que puede ser percibida por los sentidos. Los fenómenos (ho) son cambiantes, pero todos los fenómenos están impregnados por una realidad constante conocida como myo.

    Renge

    Renge significa la flor de loto. El loto florece y produce semillas al mismo tiempo, de tal manera que representa la simultaneidad de causa y efecto. Las circunstancias y la calidad de la vida individual están determinadas por las causas y efectos particulares, tanto buenos como malos, que se acumulan (a través de pensamientos, palabras y acciones) a cada momento. A esto se llama karma. La ley de causa y efecto explica que todos tenemos una responsabilidad personal con nuestro destino. Nosotros lo creamos y podemos cambiarlo. La causa más poderosa que podemos hacer es entonar Nam myoho renge kyo, de esta forma, el efecto de la budeidad se crea simultáneamente en las profundidades de nuestra vida y definitivamente se manifestará a su tiempo. La flor de loto crece y florece en un estanque lodoso y, no obstante, permanece prístina e inmaculada simbolizando el surgimiento de la budeidad desde el interior de la vida de una persona comun.

    Kyo

    Kyo significa literalmente sutra, la voz o la enseñanza de un buda. En este sentido, significa también, sonido, ritmo o vibración. También, el carácter chino para kyo, significaba originalmente la pieza trenzada de tela tejida, que simbolizaba la continuidad de la vida a través del pasado, presente y futuro. En un sentido más amplio, kyo conlleva el concepto de que todas las cosas en el universo son una manifestación de la Ley Mística.

    Práctica primordial

    La recitación repetida de Nam myoho renge kyo es la práctica primordial de los miembros de la SGI. A través de esta práctica, uno es capaz de manifestar el estado de budeidad, el cual se experimenta como un incremento natural de energía o vitalidad, valor, sabiduría y compasión.

    El bien y el mal

    El bien y el mal a menudo han sido vistos como diametralmente opuestos y mutuamente exclusivos. Pero en un sentido real y práctico, ese modo de pensar tan simplista no resulta satisfactorio. Incluso los más crueles criminales pueden poseer un fuerte sentido de amor o compasión hacia sus padres e hijos. Entonces, ¿es esa persona esencialmente buena o mala?

    La sabiduría budista dice que el bien y el mal son aspectos innatos e inseparables de la vida. Esta visión hace imposible rotular a un individuo o grupo particular como bueno o malo. Cada ser humano individual es capaz de acciones de la más noble bondad, o de la más vil maldad.

    Además, en el Budismo, el bien y el mal no son vistos como absolutos sino como relativos o relacionales. Lo bueno o malo de una acción es entendido en los términos de su impacto real sobre nuestras vidas y las vidas de los demás, y no en los términos de reglas de conducta abstractas.

    Las acciones malvadas son aquellas que están basadas en un egoísmo estrecho, la ilusión de que nuestra vida está fundamentalmente desconectada de la de los demás y que podemos beneficiarnos a sus expensas. El mal ve la vida como un medio a ser usado, no como un fin en sí mismo. El bien es lo que genera la conexión entre nosotros y los demás, remediando y restaurando los vínculos entre las sociedades humanas.

    En el contexto del Budismo, el bien es identificado con la naturaleza fundamental de la iluminación, o la libertad y felicidad absolutas que resultan del autoconocimiento profundo. El mal indica la oscuridad fundamental, o la ilusión innata de la vida que niega el potencial de la iluminación y causa sufrimientos para uno mismo y para los demás. Esta oscuridad interior hace eco con la desesperación de que nuestra vida es deplorable e insignificante; también abre la brecha del temor que divide el corazón de la gente en nosotros y ellos.

    Un Buda es alguien que tiene el coraje para reconocer estos dos aspectos fundamentales de la vida. Como dice Nichiren, Quien está completamente despierto a la naturaleza del bien y el mal desde sus raíces hasta sus ramas y hojas es llamado Buda. Los budas aceptan su bondad innata sin arrogancia porque saben que todas las personas comparten la misma naturaleza de Buda. Los budas también reconocen su maldad innata sin desesperación porque saben que tienen el poder para superar y controlar su negatividad.

    El desgano para reconocer el potencial tanto para el bien como el mal supremos, surge del hecho de que como individuos somos reacios a vernos sea como muy buenos o como muy malos, escondiéndonos más bien detrás de una mediocridad moral colectiva que no requiere de la responsabilidad del bien pero tampoco de la culpabilidad del mal. Y, tal vez, esta ambigüedad moral interior parezca demandar un juicio rápido de los demás a quienes sirven a nuestros intereses como buenas personas y a aquellos que nos desagradan como malas personas como para compensar con claridad externa esa confusión interior.

    Algunos ven el Budismo como una enseñanza de tranquilidad y reposo e incluso de pasividad pero en realidad la práctica del Budismo nada tiene que ver con mantenerse a salvo. Es una lucha constante por crear valor y transformar el mal en bien a través de nuestros propios esfuerzos por confrontarlo. Nichiren escribe, Oponerse al bien se llama mal, oponerse al mal se llama bien.

    El fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, apresado por sus críticas a las políticas bélicas del Japón, se dice que involucró a sus compañeros de prisión en un debate sobre la naturaleza del bien y del mal, preguntándoles si había alguna diferencia entre no hacer el bien y cometer realmente el mal.

    Si nos falta el coraje para confrontar las malas acciones, o las tendencias hacia el odio y la discriminación, tanto dentro de nosotros como en la sociedad, ellos se propagarán sin obstáculos, como lo muestra la historia. Martin Luther King, h, se lamentaba, Tendremos que arrepentirnos en esta generación no simplemente por las palabras y acciones llenas de odio de las personas malas sino por el espantoso silencio de las personas buenas.

    En las palabras del presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, El universo, este mundo y nuestras propias vidas, son el escenario para una incesante lucha entre el odio y la misericordia, el aspecto destructivo y el constructivo de la vida. Nunca debemos ceder, y confrontar el mal a cada momento.

    Y, finalmente, el mal sobre el cual debemos triunfar es el impulso hacia el odio y la destrucción que reside en todos nosotros. El proceso de reconocer, confrontar y trasformar nuestra propia oscuridad fundamental es el medio por el cual podemos fortalecer el funcionamiento del bien en nuestra vida.

    LAS 37 PRÁCTICAS DE UN BODISATTVA

    Khempo Tsultrim Rimpoché sugiere que con el fin de practicar Mahamudra, la más profunda enseñanza del linaje Kagyu, debemos llevar a cabo la practica de la meditación sobre la vacuidad.
    Sin embargo, antes de meditar sobre la vacuidad, Rimpoché recomienda a los practicantes recitar 1.000 veces las 37 prácticas de un Bodhisattva. Recitar estos versos nos ayudará para sublimar y purificar nuestra mente. Esta práctica también contribuirá para incrementar la actitud iluminada en beneficio de todos los seres sintientes. Esto ayuda a recordarnos el tratar a todos los seres con amor y compasión todo el tiempo de nuestra vida.

    1. Habiendo logrado el gran vaso de ocio y recursos, difícil de encontrar (el cuerpo humano),Escuchar, reflexionar, y meditar incesantemente día y noche Con el fin de liberarse a sí mismo y a los demás del océano del samsara, Es la práctica de los Bodhisattvas.

    2. Apegado a tus seres amados estás agitado como el agua; Odiando a tus enemigos ardes como el fuego, En la oscuridad de la confusión olvidas lo que se debe adoptar o descartar, Abandonar esta morada. Es la práctica de los Bodhisattvas.

    3. Abandonando lugares negativos, los Kleshas (emociones perturbadoras)gradualmente decrecen. Sin distracciones, las actividades virtuosas se incrementan naturalmente. A través de una mente clara, surge certeza en el Dharma, Confiar en la vida solitaria. Es la práctica de los Bodhisattvas.

    4. Los amigos cercanos y parientes se separan. La riqueza ganada con esfuerzo se pierde. La conciencia, el invitado, deja atrás el cuerpo, su morada. Abandonar esta vida Es la práctica de los Bodhisattvas.

    5. Cuando mantienes su compañía, los tres venenos (deseo, odio, ignorancia)se incrementan. Actividades de escuchar, reflexionar y meditar degeneran, El amor bondadoso y la compasión, son destruidos. Desechar las malas amistades. Es la práctica de los Bodhisattvas.

    6. Cuando dependes de ellos, tus faltas se terminan; las cualidades se incrementan como la luna llena. Cuidar los maestros espirituales más que al propio cuerpo. Es la práctica de los Bodhisattvas.

    7. Atados dentro de la prisión de la existencia cíclica (samsara), qué dios mundano puede darles protección? Por ello, cuando se busca refugio, Tomar refugio en las tres joyas, que no defraudan Esta es la práctica de los Bodhisattvas.

    8. El buda dijo que todos los sufrimientos insoportables de los malos renacimientos son el fruto de acciones negativas. Por ello, aún estando en riesgo tu vida, nunca cometer acciones negativas es la práctica de los Bodhisattvas.

    9. Como el rocío sobre la hierba, son los placeres de los tres mundos (el reino del deseo, la forma, y no forma): Duran un poco, y entonces se desvanecen. Luchar por el supremo estado nunca cambiante de la liberación, Es la práctica de los Bodhisattvas.

    10.Mis madres, quienes me han cuidado desde tiempo sin principio, están sufriendo, Para qué sirve mi felicidad? Por ello, liberar incontable número de seres, Desarrollando bodichita. Es la práctica de los Bodhisattvas.

    11.Todo el sufrimiento comienza con desear felicidad para sí mismo. Los perfectos budas surgen de la intención de beneficiar a otros. Por lo tanto, intercambiar tu felicidad por el sufrimiento de otros. Es la práctica de los Bodhisattvas.

    12.Si alguien, impulsado por fuerte deseo, toma toda tu riqueza o hace que otro la tome, Dedicarle cuerpo, posesiones, y virtud del pasado, presente y futuro Es la práctica de los Bodhisattvas.

    13.Inclusive si alguien corta tu cabeza, cuando no le has hecho la más pequeña cosa, Tomar todas sus negatividades para sí, con compasión, Es la práctica de los Bodhisattvas.

    14.Aún, si alguien promociona hacia ti todo tipo de comentarios desagradables a través de un billón de universos, En respuesta, con una mente de amor bondadoso, hablar de sus cualidades,
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    15. Aunque en una reunión pública, alguien use palabras abusivas y exponga tus faltas, Verlo como maestro espiritual y, reverenciarlo con respeto Es la práctica de los Bodhisattvas.

    16. Inclusive, si una persona a la que has cuidado como a tu propio hijo, te mira como su enemigo, Valorarlo especialmente, como una madre lo hace con su único hijo gravemente enfermo
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    17. Si una persona igual o inferior a ti, te denigra debido a su orgullo, Colocarlo como lo harías con tu maestro espiritual, con respeto, en la coronilla,
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    18. Aunque sumergido en pobreza y siempre despreciado, afligido por enfermedades y demonios, Sin desanimo, tomar para ti las faltas y el dolor de todos los seres, Es la práctica de los Bodhisattvas.

    19. Aunque te vuelvas famoso, y muchos te reverencien, y obtengas riquezas igual a Vaishravana (dios de la riqueza),Ver que la fortuna mundana carece de esencia, y no tener arrogancia, Es la práctica de los Bodhisattvas.

    20. Mientras que el enemigo de tu propio odio esté sin subyugar, Aunque conquistes enemigos externos, ellos solo crecerán; En consecuencia, con una armadura de amor y compasión subyugar tu propia mente, Es la práctica de los Bodhisattvas.

    21. Los placeres sensuales son como el agua salada, Cuanto más se bebe, más se aumenta la sed; Abandonar de una vez las cosas que engendran apego,
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    22. Lo que sea que aparezca, es tu propia mente. Tu mente desde el principio ha estado libre de extremos fabricados. Entendiendo esto, no tomar para ella conceptos de objeto o sujeto, Es la práctica de los Bodhisattvas.

    23.Cuando encuentres objetos atractivos, a pesar de que se vean hermosos, Como un arco iris en verano, no mirarlos como reales. Abandonar el apego, Es la práctica de los Bodhisattvas.
    24. Todas las formas de sufrimiento son como un sueño de muerte en un niño; tomar tales ilusiones como reales, que desgaste! Por ello, cuando te encuentres en situaciones difíciles, verlas como ilusiones, Es la práctica de los Bodhisattvas
    25. Cuando aquellos que desean la iluminación, regalan hasta su cuerpo, Que decir de las cosas externas? Por tanto, sin esperanza de recompensa o fruto, Dar generosamente es la práctica de los Bodhisattvas.

    26. Si, carente de disciplina, no puedes beneficiarte a ti mismo, desear el beneficio de los demás es ridículo. En consecuencia, mantener la disciplina sin los deseos del samsara, Es la práctica de los Bodhisattvas.

    27. Para los Bodhisattvas que desean riqueza en la virtud; aquellos que causan daño son como un precioso tesoro.Por ello, hacia todos cultiva paciencia sin hostilidad.
    Esta es la práctica de los Bodhisattvas.

    28. Viendo que hasta los escuchas (Sravakas) y realizadores solitarios (Pratyekabuddhas), quienes realizan su propio bienestar, se esfuerzan como si estuvieran apagando fuego sobre sus cabezas, Por el bien de todos los seres, Realizar esfuerzo entusiástico, fuente de todas las cualidades
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    29. Sabiendo que la introspección o visión profunda (Vipashyana), basada totalmente en la calma (shamata), conquista completamente todos las emociones conflictivas (kleshas),Cultivar la concentración que trasciende las cuatro absorciones sin forma (espacio infinito, conciencia infinita, la nada, ni discernimiento ni no discernimiento),
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    30. Ya que las cinco perfecciones sin sabiduría (generosidad, moralidad, paciencia, esfuerzo, meditación) no pueden traer la iluminación perfecta; Junto con los medios hábiles, cultivar la sabiduría que no concibe las tres esferas (sujeto, objeto, acción) como reales
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    31. No examinando tu propia confusión, podrás lucir como un practicante, pero no actuar como uno;.Por ello, siempre examina tus propios errores, Liberarse de ellos,
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    32. Si, a través de la influencia de los kleshas, señalas las faltas de otro Bodhisattva, eres denigrado. Por lo tanto, no mencionar las faltas a otros, de quienes han entrado en el camino Mahayana .Es la práctica de los Bodhisattvas.

    33. Recompensa y respeto nos hacen discutir. Hacen que escuchar, reflexionar y meditar declinen Por esta razón, abandonar el apego hacia amigos, relaciones y benefactores
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    34. Las palabras rudas tensan la mente de otros y deterioran la conducta del Bodhisattva. Por ello, abandonar las palabras duras desagradables para otros,
    Es la práctica de los Bodhisattvas.

    35. Una vez, acostumbrado a estados mentales densos, creencias primitivas, y te habitúas a las emociones oscuras, Estas son difíciles de detener con sus antídotos; Por ello blandiendo el arma de la conciencia y alerta mental, Conquistar estos estados mentales oscuros tan pronto como surjan. Es la práctica de los Bodhisattvas.

    36. En breve, lo que sea que seas y hagas, pregúntate, Cual es el estado de mi mente?
    Con constante conciencia y alerta mental,
    Realizar el bien de otros,
    Tal es la práctica de los Bodhisattvas.
    37. Remover el sufrimiento de seres ilimitados, entendiendo la pureza de las tres esferas, Dedicar el mérito obtenido al hacer tal esfuerzo hacia la iluminación,
    Esta la práctica de los Bodhisattvas.

    Las Siete Leyes Espirituales de Éxito
    Libro: Las Siete Leyes Espirituales de Éxito (Dr. Deepak Chopra)
    1- La Ley de Potencialidad Pura (o de conciencia pura).

    Puede llamarse de muchas maneras, pero en realidad es el Ser, es lo que somos realmente. Se estudia y se practica haciendo silencio, estableciendo un compromiso de no juzgar y estando en contacto íntimo con la naturaleza.

    ¿ Cómo aplicar La ley de la Potencialidad Pura ?

    Pondré a funcionar la ley de la. potencialidad pura comprometiéndome a hacer lo siguiente:

    1) Me pondré en contacto con el campo de la potencialidad pura destinando tiempo todos los días a estar en silencio, limitándome sólo a ser.
    También me sentaré solo a meditar en silencio por lo menos dos veces al día, aproximadamente durante treinta minutos por la mañana y treinta por la noche.

    2) Destinaré tiempo todos los días a estar en comunión con la naturaleza y ser testigo silencioso de la inteligencia que reside en cada cosa viviente. Me sentaré en silencio a observar una puesta del sol, o a escuchar el ruido del océano o de un río, o sencillamente a oler el aroma
    de una flor. En el éxtasis de mi propio silencio, y estando en comunión con la naturaleza, disfrutaré el palpitar milenario de la vida, el campo de la potencialidad pura y la creatividad infinita.

    3) Practicaré el hábito de no juzgar. Comenzaré cada día diciéndome:
    “Hoy no juzgaré nada de lo que suceda”, y durante todo el día me repetiré que no debo juzgar.

    2- La Ley de Dar.

    Es lo mismo dar y recibir porque el universo fluye de esa manera y se ejercita aprendiendo a dar todo aquello que buscamos recibir. Quiere decir: si lo que busco es amor, tengo que dar amor; si lo que busco es prosperidad, tengo que ayudar a otros a que sean prósperos.

    ¿ Cómo aplicar la Ley de Dar ?

    Pondré a funcionar la ley del dar comprometiéndome a hacer lo siguiente:

    1) Llevaré un regalo a cualquier lugar a donde vaya y para cualquier persona con quien me encuentre. Ese regalo puede ser un elogio, una flor o una oración. Hoy les daré algo a todas las personas con quienes me encuentre, para iniciar así el proceso de poner en circulación la alegría, la riqueza y la prosperidad en mi vida y en la de los demás.

    2) Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé. Recibiré los obsequios de la naturaleza: la luz del sol y el canto de los pájaros, o los aguaceros de primavera o las primeras nevadas del invierno. También estaré abierto a recibir de los demás, sea un regalo material, dinero, un elogio o una oración.

    3) Me comprometeré a mantener en circulación la abundancia dando y recibiendo los dones más preciados de la vida: cariño, afecto, aprecio y amor. Cada vez que me encuentre con alguien, le desearé en silencio felicidad, alegría y bienestar.

    3- La Ley del Karma (Acción y reacción. Causa y efecto).

    Se trabaja haciéndonos conscientes de las elecciones que hacemos a cada momento y haciéndonos responsables de esas elecciones.

    ¿ Cómo aplicar la Ley del “Karma” o de Causa y Efecto ?

    Pondré a funcionar la ley del karma comprometiéndome a hacer lo siguiente:

    1) Hoy observaré las decisiones que tome en cada momento. Y con el simple hecho de observar esas decisiones, las traeré a mi conciencia. Sabré que la mejor manera de prepararme para cualquier momento en el futuro es estar totalmente consciente en el presente.

    2) Siempre que haga una elección me formularé dos preguntas: “¿Cuáles son las consecuencias de esta decisión?” y “¿Traerá esta decisión felicidad y realización tanto para mí como para aquellos a quienes afectará?”

    3) Después le pediré orientación a mi corazón, y me dejaré guiar por su mensaje de bienestar o de malestar. Si me siento a gusto con la decisión, seguiré adelante sin temor. Si la decisión me produce malestar, me detendré a mirar las consecuencias de mi acción con mi visión interior.
    Esta orientación me permitirá tomar espontáneamente decisiones correctas tanto para mí como para todos los que me rodean.

    4- La Ley del Menor Esfuerzo.

    Es la favorita de muchos pero a veces es la que más cuesta porque estamos acostumbrados a hacerlo todo con el mayor esfuerzo. Sin embargo, los pájaros no “tratan” de volar, sencillamente vuelan; los delfines no “tratan” de nadar, sencillamente nadan; las estrellas no “tratan” de brillar, sencillamente brillan. Sólo los humanos “tratamos de”. El
    universo no funciona de esta manera.
    Hay muchas creencias que van en contra de esta Ley. Por ejemplo: “el que quiere celeste que le cueste”, “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, etc. La Ley del Menor Esfuerzo se practica a través de la aceptación, aceptar lo que nos ocurre en el momento presente y se activa a
    través de no defender nuestro punto de vista, no querer siempre tener la razón y observar mucho cómo funciona la naturaleza.

    ¿ Cómo aplicar la Ley del Menor Esfuerzo ?

    Pondré a funcionar la ley del menor esfuerzo comprometiéndome a hacer lo siguiente:

    1) Practicaré la aceptación. Hoy aceptaré a las personas, las situaciones, las circunstancias y los sucesos tal como se presenten. Sabré que este momento es como debe ser, porque todo el universo es como debe ser.
    No lucharé contra todo el universo poniéndome en contra del momento presente. Mi aceptación es total y completa. Acepto las cosas como son en este momento, no como me gustaría que fueran.

    2) Habiendo aceptado las cosas como son, aceptaré la responsabilidad de mi situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Sé que asumir la responsabilidad significa no culpar a nada ni a nadie de mi situación (y eso me incluye a mí). También sé que todo problema es una
    oportunidad disfrazada, y que esta actitud de alerta ante todas las oportunidades me permite transformar este momento en un beneficio mayor.

    3) Hoy mi conciencia mantendrá una actitud no defensiva. Renunciaré a la necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré la necesidad de convencer o persuadir a los demás de que acepten mi punto de vista.
    Permaneceré abierto a todas las opiniones sin aferrarme rígidamente a ninguna de ellas.

    5- La Ley de la Intención y el Deseo.

    Empezamos a hacernos conscientes de cómo desear y obtener. Se desea en el presente, se pone la intención en el futuro y se desapega del resultado. Si voy a tirar una flecha al blanco, tengo que tener mi atención en el presente, o sea, en tensar el arco hacia atrás y poner bien la flecha y tengo que dirigir mi intención en dar en el blanco. O sea,
    mi intención en el futuro, mi atención en el presente y al mismo tiempo, desapegar del fruto de la acción. Esto sería, “no me importa cuántos competidores hay en este torneo”, “no me importa si voy a ganar un premio”,
    “no me importa si voy a salir en las tapas de las revistas”, “no me importa si voy a perder”. Todo eso lo aparto de mí para tener pura atención en el presente, pura intención en el futuro y desapegarme del fruto de
    la acción. Las acciones que realizamos de esta manera adquieren mucha potencia.

    ¿ Cómo aplicar la Ley de la Intención y el Deseo ?

    Pondré a funcionar la ley de la intención y el deseo comprometiéndome a hacer lo siguiente:

    1) Haré una lista de todos mis deseos, y la llevaré a donde quiera que vaya. Miraré la lista antes de entrar en mi silencio y mi meditación.
    La miraré antes de dormir por la noche. La miraré al despertar por la mañana.

    2) Liberaré esta lista de mis deseos y la entregaré al seno de la creación, confiando en que cuando parezca que las cosas no están saliendo bien, hay una razón, y en que el plan cósmico tiene para mí unos designios mucho más importantes que los que yo he concebido.

    3) Recordaré practicar la conciencia del momento presente en todos mis actos. No permitiré que los obstáculos consuman o disipen la concentración de mi atención en el momento presente. Aceptaré el presente tal como es, y proyectaré el futuro a través de mis intenciones y mis
    deseos más profundos y queridos.

    6- La Ley del Desapego.

    Solo tenemos el presente. Esta Ley activa la conciencia del momento presente y la gloria de vivir en él y ayuda a echar el ancla en la sabiduría de la inseguridad de la vida.

    ¿ Cómo aplicar la Ley del Desapego ?

    Pondré a funcionar la ley del desapego comprometiéndome a hacer lo siguiente:

    1) Hoy me comprometeré con el desapego. Me permitiré y les permitiré a los que me rodean la libertad de ser como somos. No impondré tercamente mi opinión de cómo deben ser las cosas. No forzaré las soluciones de los problemas, y, por tanto, no crearé con eso otros nuevos.
    Participaré en todo con absoluto desprendimiento.

    2) Hoy convertiré a la incertidumbre en un elemento esencial de mi experiencia. Y gracias a esa disponibilidad para aceptar la incertidumbre, las soluciones surgirán espontánea mente de los problemas, de la confusión, del desorden y del caos.
    Cuanto más inciertas parezcan las cosas, más seguro me sentiré porque la incertidumbre es el camino hacia la libertad. Por medio de la sabiduría de la incertidumbre, encontraré mi seguridad.
    3) Penetraré en el campo de todas las posibilidades y esperaré la emoción que tiene lugar cuando me mantengo abierto a una infinidad de alternativas. Cuando entre en el campo de todas las posibilidades, experimentaré todo el regocijo, la aventura, la magia y el misterio de la vida.

    7- La Ley del “Dharma” o Propósito en la Vida.

    Es la Ley del propósito en la vida. Todos venimos a la vida para cumplir un propósito y solamente nosotros podemos descubrir cuál es.
    Cómo expresar ese propósito y cómo usarlo para ayudar a los demás es parte de nuestro aprendizaje.
    Esta Ley se activa preguntándonos, cuando vamos a hacer algo, “cómo puedo ayudar?” en lugar de “qué gano yo con eso?”. Este solo cambio de pregunta interna, trae una gran evolución espiritual, hace que nuestro espíritu se haga presente y apoye nuestras acciones.

    ¿ Cómo aplicar la Ley del Dharma; o Propósito en la Vida ?

    Pondré a funcionar la ley del dharma comprometiéndome a hacer lo siguiente:

    1) Hoy cultivaré con amor al dios en embrión que reside en el fondo de mi alma. Prestaré atención al espíritu interior que anima tanto a mi cuerpo como a mi mente. Despertaré a esa quietud profunda del interior de mi corazón. Mantendré la conciencia del ser atemporal y eterno, en medio de la experiencia limitada por el tiempo.

    2) Haré una lista de mis talentos únicos. Después haré una lista de las cosas que me encanta hacer cuando estoy expresando mis talentos unicos.
    Cuando expreso mis talentos únicos y los utilizo en servicio de la humanidad, pierdo la noción del tiempo y produzco abundancia tanto en mi vida como en la vida de los demás.

    3) Todos los días me preguntaré: “¿Cómo puedo servir?” y “¿Cómo puedo ayudar?” Las respuestas a estas preguntas me permitirán ayudar y servir con amor a los demás seres humanos.

  • ArjunaV

    Existen un comer sensual y un comer sabio. Cuando el cuerpo
    sufre las punzadas del hambre y por ello le proporcionáis
    comida, sin avidez, a eso se le llama comer sabio. Por otra
    parte, si glotonamente os deleitáis en la pureza y el sabor
    del alimento, estáis permitiendo las distinciones que nacen
    del pensamiento erróneo. Cuando se trata simplemente de
    gratificar el sentido del gusto sin darse cuenta de cuándo se ha tomado suficiente, ese es el comer sensual.

    Con amor,
    * Benito Carral
    * Fundador y director de Baolin.org:
    http://www.baolin.org

    no todos los budistas somos vegetarianos.
    Para tomar un ejemplo conocido por todos, el actual Dalai Lama no es vegetariano, trató de serlo durante un tiempo pero su salud se resintió, así que los médicos le recomendaron que tomara algo de carne. Yo tampoco soy vegetariano, ya que el alimento me es ofrecido,
    y no puedo elegir siempre el menú. Incluso el mismo Buda, cuando le ofrecían carne, también la tomaba. En la actualidad hay escuelas budistas que recomiendan en ser vegetariano, como el chan o el theravada, y escuelas que no lo recomiendan, como el shin o algunas ramas tibetanas.

    Lo más importante en este asunto, como en casi todos, es nuestra actitud y evitar la mayor cantidad de sufrimiento innecesario posible.
    Por ejemplo, los pollos que se crían para el consumo humano suelen ser tratados de forma muy cruel, yo no puedo comer esta clase de carne sabiendo cómo se obtiene y el sufrimiento que implica. Por eso, cuando en mi casa se come pollo, siempre se trata de «pollo feliz», de pollos criados en la naturaleza con alimentación natural. Sí, es un poco más caro, pero es mucho más humano. Lo mismo que sucede con los pollos podemos aplicarlo al resto de nuestra alimentación.

    Otro punto interesante es: ¿comemos lo que necesitamos o comemos más de la cuenta? Muchas personas en nuestra sociedad sufren problemas de sobrepeso, y en la mayor parte de los casos esto se debe a que comen más de lo necesario y a que no realizan ningún tipo de ejercicio físico. Deberíamos entender la comida como una medicina, como el
    combustible que nos permite seguir vivos y recorrer el camino, no como una finalidad en sí misma, no como un objeto sensual cuya única función consiste en deleitar nuestros sentidos.

    Deberíamos observar nuestro cuerpo con atención y determinar qué es lo que realmente necesita. Por ejemplo, yo me tomo un vaso de zumo y unos pocos cereales para desayunar; y no ceno más que un vaso de gazpacho. La comida del mediodía no la escojo, así que tomo lo que me den, pero nunca como más de lo que me parece necesario. Con esta
    alimentación tengo la vitalidad necesaria para llevar a cabo todas mis actividades y disfrutar de la vida, si comiera más, estaría comiendo en exceso con todo lo que eso conlleva: sobre explotación de la tierra, despilfarro de recursos, problemas de salud, etc. En todo caso siempre deberíamos estar agradecidos por los alimentos que recibimos, ser conscientes de todo el esfuerzo y sufrimiento que nos permiten seguir viviendo. Si realmente somos conscientes de esto, no podemos sino sentirnos resposanbles de nuestra vida y actuar de modo que ayudemos a reparar nuestra deuda de gratitud hacia todo el cosmos.

    Cada uno debemos determinar qué nos es necesario y actuar de forma consecuente según nuestras circunstancias. Recordad, sobre todo, que la idea es fomentar el bienestar de todos los seres y ayudar a evitar el sufrimiento innecesario.
    Con amor,
    * Benito Carral
    * Fundador y director de Baolin.org:
    http://www.baolin.org

    SERMÓN DE JOSHU

    No pongáis un Buda de bronce en el horno.

    No pongáis un Buda de madera en el fuego.

    No pongáis un Buda de arcilla en el agua.

    El buda auténtico está dentro de vuestro espíritu. Lo que llamáis sabiduría o nirvana solo es una traba que ata vuestro cuerpo. Las considero como suciedades. No me preguntéis nada. Cuando ya no hay interrogación, ya no hay mancha.

    Desde el punto de vista de Buda, nada os ata, y cuando dejáis pasar los pensamientos ningún error es posible.

    Si practicáis zazen durante 20 ó 30 años, realizaréis el Dharma de Buda; si fracasáis, os autorizó a cortarme la cabeza y a mearos en mi cráneo.

    Todo es como un sueño y correr tras fantasmas es una ocupación totalmente ridícula: En el momento en que dejéis de errar, todo irá bien para vosotros.

    ¿Para qué sirve ser como un cordero que mete el hocico por todas partes y junta todo tipo de basura con la boca?

    Cuando estaba yo junto a Sekito, este decía a quien le preguntaba algo: cierra la boca, no ladres como un perro. Yo sigo su ejemplo y digo: cierra la boca no ladres como un perro.

    Hay mancha cuando hay apego al ego. Hay pureza cuando olvidáis este ego. Si sois como un perro que busca siempre algo para meterse en el hocico, ¿cómo podréis comprender el budismo?

    Todos los seres humanos buscan la Vía, y sin embargo entre ellos, no hay ningún hombre sincero. Si deseáis realmente ser un discípulo de Buda, no os volváis enfermos de vuestro propio espíritu.

    La aparición de nuestro mundo no hizo crecer el Dharma; su desaparición no lo hará decrecer.

    Desde que encontré a este viejo (él mismo), nunca deja de ser otro que yo mismo, no hay ningún beneficio en buscar a este hombre verdadero en el exterior. Existe aquí y ahora.

    Sobre todo, no dejéis de encontrarlo.

    ¿DÓNDE PODEMOS PONER FIN AL SUFRIMIENTO?
    por ACHAAN BUDDHADASA

    No ponemos fin al sufrimiento [1] en el monasterio, en el bosque, en casa o en la montaña. Debemos poner fin al sufrimiento exactamente donde está la causa del mismo. Lo que debemos hacer es investigar y descubrir de qué manera el sufrimiento surge en nosotros cada día y cuál es la raíz que lo origina. Luego debemos cortar esa raíz en particular. El sufrimiento de ayer ya ocurrió y se fue. No puede volver, pasó y terminó. Es el sufrimiento que surge hoy, exactamente ahora, el problema. El sufrimiento que pueda surgir mañana aún no es un problema, pero el sufrimiento que está surgiendo y existiendo exactamente ahora debe ser erradicado. Y ¿dónde debe ser erradicado? Debe ser erradicado en su raíz. Debemos estudiar la vida hasta comprender que, como dice el Buddha, el sufrimiento surge simplemente de agarrar y aferrar.

    Habitualmente se dice en forma muy elocuente, pero ambigua, que nacimiento, envejecimiento y muerte son sufrimiento. Pero el nacimiento no es sufrimiento, el envejecimiento no es sufrimiento, la muerte no es sufrimiento cuando no hay apego a “mi nacimiento”, “mi envejecimiento”, “mi muerte”. Nos agarramos de nacimiento, envejecimiento, dolor y muerte como si fueran “nuestros”. Si no nos agarráramos de ellos, no serían sufrimiento sino apenas cambios del cuerpo. Si el cuerpo cambia de esta manera, lo llamamos “nacimiento”; si el cuerpo cambia de aquella manera, lo llamamos “envejecimiento”; si el cuerpo cambia de aquella otra manera, lo llamamos “muerte”; pero fracasamos en ver que son apenas cambios corporales. Vemos como si fuera, de hecho, un nacimiento y, además, lo llamamos “mi nacimiento”, “mi envejecimiento” y “mi muerte”. Es una ilusión múltiple, pues el “yo” ya es una ilusión; por eso, ver un cambio corporal como “mi nacimiento” o “mi envejecimiento”, es una extensión de la ilusión. Fracasamos en ver que todo eso se trata, simplemente, de cambios del cuerpo. Pero tan pronto vemos que son, simplemente, cambios del cuerpo, nacimiento, envejecimiento y muerte desaparecen, y el “yo” desaparece al mismo tiempo. No hay más “yo”, y tal condición no es sufrimiento.

    El Buddha dice: “El nacimiento es sufrimiento, el envejecimiento es sufrimiento, la muerte es sufrimiento”, y la mayoría de las personas, casi todas, de hecho, lo entendieron mal. Estos puntos indican la condición de nacimiento, envejecimiento y muerte como si fuera sufrimiento. Algunos no consiguen explicarlos. Otros, titubeantes e inciertos, los explican vaga y ambiguamente, de una forma evasiva, circundante y vacilante. El motivo de ello es que olvidan que el Buddha dice: “Sankhittena pañcupadanakkhandha dukkha” –los cinco agregados, al ser agarrados, son sufrimiento. Los agregados son el cuerpo y la mente [2]; juntos, constituyen la persona. Si hay apego a cualquier cosa como si fuera “yo” o “mío”, los cinco agregados son sufrimiento. Tales cinco agregados se convierten en una pesada carga, una fuente de sufrimiento. Hay fuego y azufre en ellos. Por lo tanto, si los cinco agregados están asociados al agarrar y aferrar, son sufrimiento.

    Ahora, supongan que estos cinco agregados sean la condición conocida como “envejecimiento”. Si la mente no se agarra y apega a ellos como “envejecimiento”, o como “mi envejecimiento”, no serán sufrimiento. De este modo, veremos el cuerpo como vacío, las sensaciones como vacías, las percepciones como vacías, las actividades volitivas como vacías y las consciencias como vacías. Veremos todo el condicionamiento fluido y mutante de todas las cosas como vacío. Sin apego no puede haber sufrimiento. Son puramente pañcakkhandha (agregados disociados del apego). Son los cinco agregados de un arahant [3], o lo que presumimos llamar cinco agregados de un arahant. Pues, realmente, un arahant no puede ser descrito como poseedor de los cinco agregados, pero tomamos aquellos agregados como si fueran el receptáculo de las virtudes del estado de arahant. Tal clase de mente no se puede apegar a los agregados considerándolos “míos”, pero, a pesar de eso, nos permitimos llamarlos puros pañcakkhanda de un arahant.

    ¿Dónde podemos poner fin al sufrimiento? Debemos eliminar el sufrimiento en su raíz: el agarrase y prenderse a las cosas. El sufrimiento proveniente del apego a la riqueza debe ser erradicado ahí mismo, en ese apego. El sufrimiento proveniente de agarrarse y aferrarse a las ilusiones de poder, prestigio, honra y fama, debe ser erradicado ahí, en ese agarrarse y aferrarse. Ahí, la riqueza, el poder y el prestigio no serán un sufrimiento. Por lo tanto, encuentren dónde surge y elimínenlo en ese lugar. En palabras de antiguos sabios del Dhamma: “Por el mismo camino que eso sube, tráiganlo para abajo”. —

    Hastaválanámaprakarana

    1 Frente a una cuerda se concibe la idea de una serpiente;
    cuando se ve la cuerda, esa idea resulta sin sentido.
    Cuando se ve las partes de aquella cuerda, en ese caso también,
    el conocimiento de la cuerda es ilusorio, como el de la serpiente.
    2 Si se examina la existencia en sí en todas las cosas condicionadas,
    todo objeto del conocimiento relativo es condicionado por otro.
    3 En razón de que no se puede pensar algo sin partes, tambien lo último (el átomo) es similar a lo inexistente.
    Por esa razón el sabio no considera lo que es una mera ilusión
    como una realidad verdadera.
    4 En el caso de la ilusión, aquel objeto,
    por ser irreal, no es como aparece;
    si un objeto inexistente aparece
    ¿cómo aquella ilusión podría tener la condición de sustancia?
    5 Al conocer los objetos del mundo,
    debe actuar de acuerdo con el mundo,
    pero los que desean eliminar completamente las impurezas,
    deben investigar todo de acuerdo con la verdad suprema.
    6 Al conocer los objetos del mundo,
    debe actuar de acuerdo con el mundo,
    pero los que desean eliminar completamente las impurezas,
    deben investigar todo de acuerdo con la verdad suprema.

    NIRAJA, el campesino

    Es conocido que muchos hombres de la India disfrutan, por bendición de Dios, de conversar acerca de los temas divinos. A mediados del siglo dieciocho, en el pueblito de Polur, distrito de Velur, al sur de la India, vivía uno de estos hombres, un campesino llamado Niraja, del cual quedó memoria gracias a que los habitantes del pueblo gustaban de repetir y repetir sus diálogos y así llegaron hasta nosotros.
    Niraja, después de sus tareas, solía sentarse bajo los árboles al costado del camino y hasta allí acudían los estudiantes al regreso de la escuela y los campesinos del lugar, con ansias de preguntarle y escuchar sus respuestas. En una de esas tardes, el tema versó sobre la naturaleza del karma y del yo (ahamkara):
    Estudiante: Sabio Niraja, ¿cómo podemos distinguir el acto bueno del malo, y así evitar el mal karma?
    Niraja: Desde el punto de vista trascendental, el acto no es ni bueno ni malo, sólo es errónea la postura de considerarse hacedor del acto. O sea, se puede considerar que todos los actos, cualquiera fueren, que se realizan considerándose el hacedor, son erróneos.
    Estudiante: ¿ Entonces, es lo mismo que el acto que hagamos sea bueno o malo? Eso no parece correcto.
    Niraja: Y no lo es, porque desde el punto de vista empírico, ambos tienen distinto fruto. Veamos, dime un ejemplo de un acto que toda la gente considere bueno.
    Estudiante: Dar caridad a quien lo necesite.
    Niraja: Bien, y ahora dime un ejemplo de un acto que toda la gente considere malo.
    Estudiante: Bueno, todos consideran que es malo robar.
    Niraja: Ahora dime, ¿en quien está pensando una persona cuando da caridad, en sí mismo o en los demás?
    Estudiante: En los demás.
    Niraja: ¿Y en quién está pensando una persona cuando roba, en sí mismo o en los demás?
    Estudiante: En sí mismo.
    Niraja: Bueno, cualquier actitud que lo lleva a desprenderse del ego-ísmo lo acerca más al Absoluto impersonal (Brahman), de ahí que, desde el punto de vista empírico, los actos se clasifican en buenos o malos, no porque estos lo sean en sí mismos, sino por la medida en que lo acercan más a la naturaleza verdadera del Sí Mismo.
    Pero, en realidad, desde el punto de vista trascendental, no existe el karma (acto) pasado, presente y futuro. Todos los actos están presentes potencialmente en el universo. Cada yo los actualiza en la medida en que desea experimentar para conocer. La experiencia es deseo y éste es en realidad el que se “actualiza”, es decir, se hace acto, se “recrea” a sí mismo continuamente. Cuando esto se comprende uno abandona la idea del pequeño yo como realizador de experiencias para sí mismo y se deja fluir en la corriente de la Creación. Un pequeño fragmento jamás puede contener el “hacer” del Cosmos, por eso dicen las Escrituras que al sabio “aunque se lo vea actuar, no actúa”.
    Estudiante: Pero, ¿por qué sentimos que somos un yo?
    Niraja: Toda cosa que se mueve en el universo tiende al giro. Todo giro crea un centro con mayor intensidad que la periferia, por lo tanto se tiende a percibir desde ese centro como siendo causa de las cosas que giran a su alrededor. Cuando uno percibe todo el movimiento pierde la identificación con ese centro como siendo causa del movimiento. Al cesar el centro (yo), cesa la autocreada idea de tener experiencias, y el hombre se “real-iza”, o sea, se establece en lo real.

    Deshimaru Roshi relató ,que Tetsu un discipulo de Dogen Zenji era joven, inteligente , practicaba buen ZAZEN, buen Samu y fue mas tarde el tercer patriarca de los Eiheiji – Tetsu era perfecto y muy diestro: atento a los Sutras, , Zazen, conducta, todo estaba bien.
    Pero tenía una debilidad, no tenía roba-shin todavia, la empatica abuela espiritual y entonces él no podía seguir realmente la ley cosmica.Poco antes de morir le dijo Dogen: “Tú comprendes el budismo pero no te alcanzan solamente tu inteligencia y tus habilidades. Tu tienes que desarrollar roba-shin el espiritu de la iluminadora empatía.Esa empatia ayuda a toda la humanidad. No debes pensar solo en tí.Nosotros tenemos este espiritu
    en nosotros, no es ni algo especial ni algo escaso el espiritu de Buda.
    Nosotros debemos creer en él, inconscientemente, naturalmente, automaticamente.Esa es la verdadera fé.El Buda y nosotros mismos no estan separados. Es necesario sobrepasar la fuerza de un Buda, es decir perder nuestro Ego para poseer el Espiritu de la Empatía.No viene ni por la inteligencia ni por las habilidades o la sabiduría.”