Reduce la brujería el uso de violencia

Reduce la brujería el uso de violencia

21 Septiembre 2000

La brujería no siempre es mala, en ocasiones puede ser una válvula de escape

Por ANTONIO BERTRAN/El Norte (Mexico)

Cd de México, México.- La brujería no siempre es mala, en ocasiones puede ser una válvula de escape. Algunos estudios revelan que en las sociedades donde se practica, el nivel de violencia física es inferior al de otras regiones donde no existe, refirió Charles Henry Pradelles de Latour.
El etnólogo francés, quien durante ocho años realizó estudios de campo entre el grupo bamileke de Camerún, y actualmente investiga a los emigrantes africanos de los suburbios de París, afirma que      cuando los conflictos se expresan en términos de brujería no es  necesario que quien se siente víctima de un embrujo tenga que      resolver su situación por  medio de la agresión directa.
Al hablar la noche del miércoles en la Alianza Francesa de San Ángel sobre La brujería: umbral de la locura, el especialista de 62 años    explicó que en la sociedad bamileke la forma en la que es juzgado    quien recibe la
acusación de brujo—expresión del mal—representa una forma de escapar a la patología de la persecución y por lo tanto evitar la locura.
“El brujo es presentado ante los notables del pueblo, con la concurrencia de la comunidad y el acusador que es su víctima. A una señal, alguien entrega al acusado una tortuga que representa al dios de la verdad. El acusado debe escupirla para que su palabra sea buena”, narró Pradelles de Latour.
Al ser interrogado, el supuesto brujo niega saber nada sobre el asunto, y cuando insiste el acusador, responde: “si yo lo sé, es el otro yo el que lo hizo y no yo”.
Los bamilekes creen que cada individuo tiene otro “yo mismo” al que no conoce. Para el veredicto final, se pone a la tortuga en el suelo: si camina hacia la derecha del jefe, el acusado no es responsable, si se va hacia a la izquierda sí es responsable.
“No es una aberración dejar a una tortuga el veredicto”, explicó el etnólogo, “es un juicio astuto porque le permite al acusado salir de la persecución, ya que incluso si resulta responsable, no es culpable porque carece del saber para vincularse con su otro yo”.
Pradelles de Latour aseguró que el riesgo de estudiar la brujería es quedar embrujado y aseguró que no fue difícil que lo aceptara esta etnia porque “los africanos son muy tolerantes, no son xenofóbicos y basta con mostrarles continuidad y respeto”.


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