FALLAS DE LA BIBLIA 21

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 21
Septiembre de 1984

COMENTARIO

LOS RELATOS DE LA CREACIÓN (Parte 1 de 2)

Pocos temas en la historia reciente han generado más controversia que la pregunta de cómo aparecieron la Tierra y sus alrededores. Por años, dos posiciones principales, la evolución y el creacionismo, han trabado una lucha todavía vigente por la influencia sobre las escuelas, los medios y todas partes, con poca probabilidad de victoria inmediata para alguna de las partes. Fallas de la Biblia no se meterá en la pugna directamente porque el tema involucra una tremenda cantidad de información externa a la Biblia. Para fines prácticos, el creacionismo es un asalto a la integridad de casi todas las ciencias físicas, y para poder enfrentarse con eficacia a organizaciones como el Institute for Creation Research habría que estar bien versado en geología, paleontología, antropología, astronomía, biología, arqueología, física, química y otras ciencias naturales. Pocos individuos de ambas partes están lo bastante informados como para hacer una presentación notable. No obstante, vale la pena anotar algunos puntos generales de desacuerdo entre los evolucionistas y los creacionistas, y pueden discutirse con confianza. Los creacionistas obtienen su filosofía de relatos bíblicos narrados en el libro de Génesis, y se refieren a él como “creacionismo científico”. Pero, si su posición es tan científica como alegan, ¿por qué choca con la ciencia en tantos puntos? Ejemplos sobresalientes son los que siguen:

(1) “… dijo Dios: Sea la luz…” (Génesis 1:3) y “… y fue la tarde y la mañana un día” (Génesis 1:5)

Versus

“Y dijo Dios: Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche (…) E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche: hizo también las estrellas (…) Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.” (Génesis 1:14-19)

a) Dios creó la luz en el primer día, pero no hubo luna, sol ni estrellas hasta el cuarto día.
b) ¿Cómo podía saberse cuándo terminaban los tres primeros días, si no hubo sol hasta el cuarto?
c) ¿Cómo podía distinguirse la mañana de la tarde, si el sol y la luna no habían sido creados?

(2) “Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto según su género (…) Y fué la tarde y la mañana el día tercero.” (Génesis 1:11-13)

Versus

“E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche: hizo también las estrellas” (Génesis 1:16) y “fue la tarde y la mañana el día cuarto.” (Génesis 1:19) Las plantas fueron creadas en el tercer día, pero no hubo sol para la fotosíntesis hasta el cuarto.

(3) “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1) y “… fue la tarde y la mañana un día” (Génesis 1:5)

Versus

“E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche: hizo también las estrellas” (Génesis 1:16) y “fue la tarde y la mañana el día cuarto.” (Génesis 1:19)

a) Según la “ciencia” bíblica, la Tierra fue creada tres días antes que el sol, la luna y las estrellas.
b) Los científicos dicen que hay muchas estrellas cuya luz tarda millones de años en alcanzar la tierra. ¿Cómo, entonces, podrían tener 6.000 u 8.000 años de antigüedad, como alegan los cristianos?

(4) “Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto según su género…” y “fue la tarde y la mañana el día tercero.” (Génesis 1:11-13)

Versus

“Y dijo Dios: Produzcan las aguas reptil de ánima viviente (…) Y creó Dios las grandes ballenas, y toda cosa viva que anda arrastrando, que las aguas produjeron…” y “fue la tarde y la mañana el día quinto.” (Génesis 1:20-23) Génesis dice que la vida existió primero en la tierra, en forma vegetal, y que después los mares se llenaron de criaturas vivas. La geología nos dice que el mar abundaba en vida animal y vegetal mucho antes de que hubiera vida en tierra firme.

(5) “Y creó Dios las grandes ballenas, y toda cosa viva que anda arrastrando, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie…” y “fue la tarde y la mañana el día quinto.” (Génesis 1:21-23). La geología nos dice que los peces aparecieron mucho antes que las aves, no al mismo tiempo.

(6) “Y creó Dios (…) toda ave alada según su especie…” (Génesis 1-21) y “fue la tarde y la mañana el día quinto.” (Génesis 1:23)

Versus

“E hizo Dios animales de la tierra (…) y todo animal que anda arrastrando sobre la tierra según su especie…” (Génesis 1-25) y “… fue la tarde y la mañana el día sexto.” (Génesis 1:31) La ciencia dice que los reptiles aparecieron en la tierra antes que las aves, no después.

(7) “Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie: y fue así. E hizo Dios (…) todo animal que anda arrastrando sobre la tierra según su especie…” (Génesis 1:24-25) La ciencia sostiene que los reptiles aparecieron mucho antes que los mamíferos, no al mismo tiempo. Los reptiles existieron en el Carbonífero, pero los mamíferos no surgieron hasta el período final de la era de los reptiles.

(8) “Y dijo Dios: Produzcan las aguas reptil de ánima viviente, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.” (Génesis 1:20) Las aves no salieron del agua.

(9) “Y creó Dios al hombre a su imagen (…) varón y hembra los creó.” (Génesis 1:27) y “fue la tarde y la mañana el día sexto.” (Génesis 1:31) Si Adán fue creado en el sexto día, hace unos 6.000 años (con los cálculos del obispo Usher), entonces antes del año 4.000 A.C. no había nadie vivo. Los hombres prehistóricos serían ficticios. Al trazar las 77 generaciones de la genealogía de Jesús hasta Adán, el tercer capítulo de Lucas también apoya la creencia en una Tierra muy joven. Si cada hombre hubiera vivido unos cien años, el mundo apenas tendría unos 9.900 años. Si cada uno de los ancestros de Jesús hubiera vivido hasta los 1.000 años (una edad que ni Matusalén alcanzó), la Tierra seguiría teniendo sólo 79.000 años, de acuerdo con los creacionistas.

(10) “Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se mueve sobre la tierra, en que hay vida, toda hierba verde les será para comer: y fue así. ” (Génesis 1:30) Los animales carnívoros no comen hierba verde.

(11) Todas las referencias a Dios le atribuyen sexo masculino. Científicamente hablando, a menos que Dios tenga órganos o atributos de hombre, es difícil ver cómo puede tratársele en términos masculinos.

(12) “Formó, pues, Jehová Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y trájolas a Adam, para que viese cómo les había de llamar; y todo lo que Adam llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.” (Gen. 2:19). Ambientalmente hablando, ¿cómo pudieron llegar todas las criaturas al Medio Oriente, o a un mismo lugar, sin que muriera la mayoría de los animales por las diferencias climáticas y otros factores?

(13) “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.” (Génesis 3:14) Si la serpiente era un reptil, y fue condenada a arrastrarse sobre su vientre, ¿cómo se movía antes? ¿Y conoce la ciencia alguna serpiente que coma polvo?

Para librarse de los problemas relacionados con una creación de seis días hace aproximadamente seis mil años, muchos apologetas afirman que cada día representa una época o era que abarcaba millones de años. En otras palabras, el texto no se refería a días literales de 24 horas. Pero su creencia es errónea por varias razones:

(1) La palabra hebrea traducida como “día” es “yom”, que significa un período definido de 24 horas de un atardecer al siguiente.
(2) El relato menciona períodos divididos por “tarde y mañana”, lo que indica que se habla de períodos de 24 horas. Así era como los judíos contaban los días.
(3) Si un día es una era, ¿para qué mencionar “tarde y mañana”?
(4) El significado debe de haber sido días literales; de otro modo, los hombres como Set y Noé, que vivieron siglos, habrían vivido millones de años. Si un día es una era, entonces un año tiene que ser tremendamente largo, tal vez hasta cientos de millones de años.
(5) Si un día es una era, entonces gran parte del Antiguo Testamento entra en caos. Por ejemplo, en cada uno de los versos siguientes se usa la misma palabra hebrea “yom”: Génesis 7:17 (“Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra…”), Éxodo 34:28 (“Y [Moisés] estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches”) y Deuteronomio 9:25 (“Postréme, pues, delante de Jehová cuarenta días y cuarenta noches…”) Si “yom” significa una era en vez de un período de 24 horas, Moisés pasó con Dios bastante tiempo.
(6) Si un día significa más que un período de 24 horas, ¿cómo vamos a interpretar, entre muchos otros, Éxodo 29:9-11 (“Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día será reposo (…) no hagas en él obra alguna (…) Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra (…) y reposó en el séptimo día”)?
(7) Génesis 1:16 (“E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche”) dice que el sol gobierna el día y la luna gobierna la noche. Esto obviamente se refiere al tiempo que nosotros conocemos: tiempo de días que duran 24 horas, con luz diurna durante la mitad de cada uno de ellos.
(8) Y para terminar, Adán fue hecho en el sexto día (Génesis 1:26-31), que supuestamente duró milenios. A continuación vino el séptimo día, que también duró milenios. Luego del séptimo día, Adán cayó en pecado y fue expulsado del jardín. Esto significaría que Adán vivió milenios, lo cual es falso, pues murió a los 930 años (Génesis 5:5).

QUÉ ES CIENCIA

En este punto del Comentario se hace necesaria una nota extrabíblica. Hace poco, el editor de Fallas de la Biblia oyó a algunos creacionistas atacar la teoría de la evolución y a su mayor vocero, Carl Sagan, en términos bastante claros. Acusaron a los evolucionistas de tener una teoría con decenas de preguntas sin respuesta, para las cuales Dios era la única explicación racional. En estas discusiones quedó claro que su enfoque está profundamente marcado con dos grandes problemas. Primero, expone un concepto erróneo sobre el carácter de la ciencia. Los científicos reúnen datos y formulan teorías o leyes sobre la base de la información recolectada. A medida que se reúne información adicional, las teorías y leyes se mejorany perfeccionan en un proceso interminable y aún vigente. Los científicos nunca llegan a un punto en el que puedan decir que tienen una teoría o ley que sea válida en todo momento y bajo todas las condiciones. Nunca pueden decir que tienen una verdad absoluta que será cierta por siempre. Lo que dicen es que una teoría o ley específica es válida a partir de todos los datos e información que se conocen. No están diciendo que la teoría o ley nunca tendrá que modificarse. Sin embargo, por el momento es la mejor explicación disponible.

Cuando los creacionistas atacan a Carl Sagan por decir que la evolución es un hecho probado, atacan en realidad a todos los científicos, pues ningún científico puede probar que una ley o teoría será cierta eternamente. Los creacionistas quieren absolutos, y la ciencia nunca los producirá. La ciencia no ofrece el tipo de verdades eternas que buscan los creacionistas. Cada ley o teoría científica es una verdad temporal, una verdad relativa. Funciona por ahora y es cierta ahora. Pero eso no quiere decir que nunca se mejorará. Los científicos reúnen datos y formulan teorías basadas en lo que tienen. A medida que se recolecta información nueva, la teoría es modificada y mejorada para tener en cuenta los nuevos hechos. Del otro lado, los creacionistas formularon teorías basadas en el libro de Génesis, recolectaron datos para corroborarlas y descartaron toda la información en contra. Se trabajó al revés, amoldando los hechos a las creencias. Segundo, siempre va a haber preguntas en las ciencias naturales para las cuales las teorías o leyes actuales no tengan explicación demostrable. Eso es inherente a la ciencia misma. Y, como los científicos no lo saben todo, los creacionistas y otras personas de inclinación anticientífica siempre tendrán un vacío que explotar. Por supuesto, eso es lo que han hecho. Prestos a dar explicaciones sobrenaturales para fenómenos desconocidos, se han especializado en enfocarse en las debilidades de la ciencia y en hacer preguntas para las cuales los científicos no tienen pruebas concluyentes. La historia de la lucha entre los científicos y los creyentes ha sido y seguirá siendo un proceso perpetuo en el cual los creyentes se retiran y los naturalistas avanzan. Cada vez que los naturalistas han hallado respuestas a las preguntas de los creyentes en lo sobrenatural, éstos se han movido a otras preguntas. Y hasta que los naturalistas puedan dar explicaciones satisfactorias para todo, los creyentes siempre tendrán una brecha abierta para la intervención divina. La teoría de la evolución es un ejemplo de primer orden. Es una teoría para la cual no hay una evidencia absolutamente concluyente, pero así ocurre con todas las leyes y teorías de las ciencias naturales. Si uno busca absolutos, afirmaciones que sean ciertas siempre, bajo todas las condiciones, entonces debe quedarse del lado sobrenatural, con los creacionistas. Sólo ellos ofrecen absolutos: afirmaciones que son absolutamente falsas. Ignoran y descartan todo lo que no se ajuste a una “verdad” predeterminada y eterna, lo que sin duda es una de las grandes debilidades de la Biblia: trabaja con absolutos. Al decir que todos hemos pecado, o que todos debemos morir, se arrincona a sí misma, porque en el libro no es difícil encontrar excepciones.

Es cierto que los evolucionistas no pueden ofrecer explicaciones demostrables para algunas preguntas, pero los creacionistas ofrecen explicaciones fácilmente refutables para la mayoría de ellas. Originalmente, los naturalistas dominaban el 5% de las veces y los creyentes en lo sobrenatural el 95%. A medida que han crecido en la historia las explicaciones naturalistas, a medida que se han expandido las fronteras de la ciencia, las explicaciones sobrenaturales se han visto obligadas a retroceder. El porcentaje de influencia naturalista ha crecido enormemente, mientras que el de sus adversarios ha disminuido en medida similar. Pero los primeros nunca terminarán de erradicar a los segundos hasta que pueda darse una explicación natural demostrable para todos los eventos, incluyendo los de la eras remotas. Como dijo una vez Ingersoll:

“En una época se creía que existía una raza de hombres con la cabeza debajo de los hombros. A los viajeros que volvían de tierras distantes se les preguntaba sobre esta gente maravillosa y todos respondieron que no la habían visto. Oh, decían los creyentes en monstruos, los hombres con la cabeza debajo de los hombros viven en un país que no visitaste. Y así los monstruos vivieron y prosperaron, hasta que se conoció la tierra entera. No podemos conocer el universo. No podemos viajar distancias infinitas, así que, en algún espacio sin costas, siempre habrá lugar para dioses y fantasmas, para el cielo y el infierno.” (Ingersoll’s Works, Vol. 2, p. 480)

Uno pensaría, sin embargo, que los creacionistas y otros creyentes en lo sobrenatural habrán aprendido algo de la historia y admitirán que están librando una batalla perdida. Tienen razón en creer que nunca serán erradicados, pues la ciencia nunca lo sabrá todo, nunca se convertirá en Dios; pero deben darse cuenta de que sus derrotas crecerán con cada avance científico. De hecho, cada vez más creyentes tomarán la sabia decisión de abandonar sus baluartes y dejar que los fundamentalistas cubran su retirada.

RESEÑA

Es interesante que los evangélicos, fundamentalistas y creacionistas no estén de acuerdo entre sí con respecto al proceso de la creación. Los Testigos de Jehová, por ejemplo, sostienen que cada uno de los seis días abarca miles de años:

“… algunos hasta pueden decir que la idea de que este planeta pase de una condición ‘sin forma y vacía’ a su estado actual, con continentes, bosques, plantas, animales y hombres, apenas en días de 24 horas, sigue siendo increíble. Pero, ¿dónde dice el relato de Génesis que los 6 días duraron 24 horas cada uno? Aunque algunos grupos religiosos enseñan esto, el relato de Génesis no lo dice. Usted mismo usa la expresión ‘día’ en sentido amplio cuando dice: ‘en los días de mi abuelo’. Del mismo modo, la Biblia a menudo usa la palabra ‘día’ en sentido amplio (Génesis 2:4). Tenga presente que las palabras pronunciadas en el primer capítulo de Génesis son de Dios, no del hombre (…) ¿Los ‘días’ de Dios están controlados por la rotación de la Tierra? Es obvio que no. De Dios la Biblia dice: ‘Un día es con Jehová como mil años y mil años como un día’ (2 Pedro 3:8). Y el que incluso para Dios un ‘día’ pueda tener más de un significado se ve al comparar este texto con el Salmo 90:4, que dice: ‘Mil años son en tus ojos apenas (…) como una vigilia durante la noche’. Así, está claro que la palabra ‘día’ puede usarse para referirse a un día de 24 horas, la vida de una persona, mil años, o incluso más tiempo.” (Is the Bible Really the Word of God, p. 18-19)

En la páginas 62 y 63 de la Enciclopedia de Dificultades Bíblicas, Gleason Archer se opone a los 6 días literales de 24 horas.

Del otro lado, Henry Morris, uno de los creacionistas más conocidos, y director del Institute for Creation Research, apoya períodos de 24 horas: “La palabra hebrea para ‘día’ es ‘yom’ y esta palabra se puede usar ocasionalmente para indicar un período indefinido de tiempo, si el contexto lo justifica. Sin embargo, en sus abundantes apariciones en todo el Antiguo Testamento, significa un día literal (…) Más aún: la forma plural de la palabra (‘yamim’, en hebreo) se usa más de 700 veces en todo el Antiguo Testamento y siempre, sin excepción, se refiere a ‘días’ literales.” (The Bible Has the Answers, Henry Morris, p. 94) Al atacar la idea de que cada día representaba una era, el creacionista Morris hace una concesión sorprendente: “La teoría de los días-eras no sólo es inaceptable bíblicamente, sino que entra en serio conflicto con la posición geológica que trata de representar. Hay más de 20 contradiciones serias entre el orden de los eventos en la Biblia y la historia geológica estándar de la Tierra y su desarrollo, incluso si se pudiera interpretar los ‘días’ como ‘eras’. Por ejemplo, la Biblia enseña que la Tierra existió antes que las estrellas, que inicialmente estaba cubierta de agua, que los árboles frutales aparecieron antes que los peces, que la vida vegetal precedió la aparición del sol, que los primeros animales creados fueron las ballenas, que las aves fueron hechas antes que los insectos, que el hombre fue hecho antes que la mujer, y muchas otras cosas, y a todas ellas se han opuesto expresamente los geólogos y paleontólogos.” (Ibid. p. 94)

El mentor de Jerry Falwell, el fundamentalista John R. Rice, también descartó la teoría de días-eras: “Lo seguro es que Génesis 1:5 hablaba de un día literal y una noche literal, y lo que se deduce de la frase ‘Y fue la tarde y la mañana un día’ es que se trataba de un día literal, de tarde y mañana, de 24 horas (…) No hay evidencia bíblica de que los días de este capítulo fueran períodos más extensos.” (Dr. Rice, Here is My Question, John R. Rice, p. 259)

Para resolver el conflicto entre una creación de 6 días y una de millones de años, algunos cristianos han diseñado la teoría de la brecha. Supuestamente, el cielo y la Tierra fueron creados como relata Génesis 1:1, y la Tierra procedió a evolucionar a lo largo de millones y millones de años. Luego, un cataclismo destruyó la tierra y la devolvió a su estado inicial. Entonces, con Génesis 1:2, empezaron los 6 días de la creación. En otras palabras, existió una brecha de cientos de millones de años entre Génesis 1:1 y Génesis 1:2. La teoría de la brecha trata de satisfacer tanto a evolucionistas como a creacionistas. El creacionista Morris dio la siguiente respuesta: “se ha ejercido tanta presión durante el último siglo que muchos académicos bíblicos han creído deseable reinterpretar Génesis en una manera que se acomode a las edades geológicas supuestas. Se han propuesto dos de estas teorías: una que ubica las eras geológicas ‘durante’ los 6 días de la creación (convirtiendo así a los ‘días’ en ‘eras’) y otra que ubica las eras ‘antes’ de los 6 días (convirtiendo los 6 días en una ‘nueva creación’ luego de un gran cataclismo que había destruido la Tierra original)…” (Ibid. p. 90) Luego de discutir “numerosas falacias serias” en la teoría de la brecha, Morris concluye: “La teoría de la brecha, por tanto, no enfrenta realmente el problema de la evolución, sino que lo esconde en un hueco imaginario entre Génesis 1:1 y 1:2. Deja sin respuesta el serio problema de por qué Dios usaría el lento método de la evolución a lo largo de las eras en un mundo primitivo, para luego destruirlo y usar el método de creación especial para volvera a crear [en 6 días] las mismas formas que acababa de destruir. Es más: no hay evidencia geológica de semejante cataclismo global en la historia geológica reciente [esto es, durante la Edad de Hielo]. Las capas de hielo sólo extendieron hasta las latitudes medias, y ciertamente no destruyeron toda la vida. Tampoco hay evidencia bíblica de que haya existido un cataclismo mundial preadánico. Es posible interpretar algunos exámenes aislados de su contexto para ajustarse a la teoría de la brecha, pero en ninguna parte de la Biblia hay un relato claro y directo de la supuesta creación primitiva y las características del hipotético cataclismo preadánico. Esto es extraño a la luz de la importancia que esta teoría ha llegado a tener en las teologías de muchos profesores de la Biblia y en las respuestas demasiado fáciles que dan a este punto tan vital en la historia del origen del cosmos.” (Ibid. p. 91-92)

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De L. M. en Springfield, Missouri

Después de recibir y leer el número de noviembre de 1983, tengo que escribirle, en especial debido a 1 Pedro 3:15. Mi segunda razón es para felicitarlo por tener una mente que funciona con la lógica y la visión para desarrollar preguntas interesantes (…) Sus preguntas con respecto al diluvio no me perturbaron ni me interesaron siquiera, porque con Dios todas las cosas son posibles (Mateo 19:26). Además, el cristiano no debe pelear ni meterse en disputas de palabras (1 Timoteo 6:3, 4, 20), sino mantenerse en el amor y la paz de Dios (Judas 21-23), para mostrar lo que es bueno y aceptable a Dios…

Respuesta del Editor

Aprecio su elogio, pero su carta es típica entre las que recibo. En esencia, me envía una crítica de quienes creen como yo, salpicada a gusto con citas bíblicas que, en general, he omitido. Pero, ¿qué ha probado? Déjeme repetir: ¿qué ha probado, L. M.? La falacia de su razonamiento, tan propio de los creyentes, es que supone de antemano el punto en disputa. Supone que el libro es la palabra de Dios y luego lo cita para hacer demostraciones. Según usted, si tiene suficiente creencia y puede encontrar algún verso que la apoye, habrá probado su argumento. Pero no mostró qué sustenta su premisa original. Ignora el consejo bíblico “Examinadlo todo” (1 Tesalonicenses 5:21). Nunca demostró que la Biblia fuera la palabra de Dios, pero esta publicación demuestra que no lo es. Si usted pudiera probar que lo es, o suministrar evidencia extrabíblica de que los versos son exactos, entonces sus comentarios tendrían algún peso. Pero son una serie de opiniones infundadas, apoyadas en nada más que citas de un texto errado. ¿Cómo puede reflejar la Biblia el mundo real, cuando ni siquiera está de acuerdo consigo misma?
También hay que tratar algunos de sus puntos específicos. Ha dicho que no le perturbaron mis preguntas acerca del diluvio, pues Dios lo puede todo. Un comentario de esta naturaleza es el colmo de la terquedad. En resumen, lo que está diciendo es: “No me importa qué clase de hechos, evidencia, lógica o pruebas tenga; si difiere de lo que ya me han dicho, está equivocado”. ¿Dios puede autodestruirse y luego volver a aparecer? ¿Puede crear un caballo que sea blanco y negro a la vez? ¿Puede cometer maldad, lo cual anularía su propia definición? ¿Puede hacer una cosa que al mismo tiempo sea ella y no lo sea? ¿Puede decir una frase que sea simultáneamente cierta y falsa desde el mismo punto de vista? ¿Puede crear algo más antiguo o más viejo que él mismo? Segunndo, ha escogido muy convenientemente 1 Timoteo 6 para mostrar que los cristianos deben evadir las discusiones con gente como yo, ignorando 2 Timoteo 4:2 (“… redarguye, reprende; exhorta con toda paciencia y doctrina”), 1 Pedro 3:15 (“… estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón…”) y 2 Timoteo 2:24-25 (Que el siervo del Señor (…) con mansedumbre corrija a los que se oponen…). ¿No está escogiendo sus versos selectivamente? Y finalmente, si cree que el dios de la Biblia tiene una voluntad buena, aceptable y perfecta, que exuda amor y paz, por favor lea el número de Fallas de la Biblia de marzo de 1983.

CARTAS AL EDITOR

(La carta que comenzó en el número anterior, y que iba a ser debatida en éste, aparecerá en el próximo número.)