FALLAS DE LA BIBLIA 18

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 18
Junio de 1984

COMENTARIO

ENSEÑANZAS IGNORADAS (Parte 3 de 3)

Una de las expresiones más claras de la moralidad selectiva de los creyentes está en su posición frente al Antiguo Testamento. Saltan de un lado a otro de la antigua ley como un delfín frente a las olas. Si les gusta, lo citan; si no les gusta, no. Entre las decenas de versos que les gusta usar, están los que enseñan lo siguiente:

a) Está prohibido tratar con adivinos o brujos (Levítico 19:31: “No os volváis a los encantadores y a los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios). Ver también Levítico 20:6, Deuteronomio 18:10-12.
b) Se prohíbe el infanticidio (Deuteronomio 12:31: “… porque todo lo que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos e hijas quemaban en el fuego a sus dioses”). Ver también Levítico 18:21.
c) Los hombres y mujeres deben llevar ropas diferentes (Deuteronomio 22:5: “No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”).
d) No deben adorarse los cuerpos celestes (Deuteronomio 4:19: “Y porque alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, no seas incitado, y te inclines a ellos, y les sirvas…”).
e) Debemos entregar un décimo de nuestros ingresos a Dios, lo que para los creyentes equivale a entregarlo a la iglesia (Levítico 27:30-32: “Y todas las décimas de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová son (…) Y toda décima de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, la décima será consagrada á Jehová”).
f) La homosexualidad es corrupta (Levítico 18:22: “No te echarás con varón como con mujer: es abominación”). Ver también Levítico 20:13, Génesis 19:5-7.
g) Los tatuajes están prohibidos (Levítico 19:28: “Y no haréis rasguños en vuestra carne por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna: Yo Jehová”).
h) Los asesinos deben ser ejecutados (Génesis 9:6: “El que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”). Ver también Números 35:30-33, Éxodo 21:12.

Los creyentes también citan otras partes de la antigua ley, como los diez mandamientos y decenas de enseñanzas aparte del Pentateuco. Usan versos a gusto y llegan hasta a torcer algunos para que digan lo que les apetece. Por ejemplo, los fundamentalistas y evangélicos se oponen vigorosamente al aborto, pero se han visto en aprietos buscando alguna frase bíblica que sostenga su posición. En su determinación, han tenido que basarse en un fragmento excesivamente débil, que dice que si dos hombres están peleando y uno de ellos termina hiriendo a una mujer embarazada, él deberá restituir según el grado de daño que haya recibido ella, pero no el bebé: “Si algunos riñeren, e hirieren a mujer preñada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, será penado conforme a lo que le impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente…” (Éxodo 21:22-24)

A pesar de todo lo anterior, en el fondo queda la pregunta crucial: ¿qué hay de las leyes del Antiguo Testamento que son ignoradas, a pesar de tener el mismo peso? Los creyentes actúan como si muchas de ellas no existieran. Los siguientes ejemplos son típicos:

a) No puedes prestar dinero a tu prójimo, sino sólo al extranjero (Deuteronomio 23:19-20).
b) Está prohibido comer cerdo (Deuteronomio 14:8).
c) Un hombre debe casarse y tener relaciones con la viuda de su hermano (Deuteronomio 25:5-6).
d) Un hombre debe casarse con la virgen sin compromiso a quien haya seducido (Éxodo 22:16-17).
e) Una virgen violada debe casarse con su violador para no divorciarse nunca (Deuteronomio 22:28-29).
f) Se someterá a una prueba a la mujer acusada de adulterio (Números 5:27-29).
g) Se prohíbe comer carne con sangre (Levítico 19:26).
h) Las barbas no pueden redondearse (Levítico 19:27).
i) Un hombre recién casado no debe ir a la guerra ni trabajar por un año (Deuteronomio 24:5).
j) A un hombre culpable se le darán hasta cuarenta azotes (Deuteronomio 25:1-3).
k) No pueden llevarse ropas que mezclen lana y lino (Deuteronomio 22:11).
l) El castigo debe corresponder a ojo por ojo (Deuteronomio 19:21, Éxodo 21:24).
m) La nación puede dar prestado a otras, pero no pedir de ellas (Deuteronomio 15:6).
n) Los hijos ilegítimos no entrarán en la congregación de Dios (Deuteronomio 23:2).
o) A veces habrá que sacrificar a los primogénitos para Dios (Éxodo 22:29).
p) Las deudas deben perdonarse cada siete años (Deuteronomio 15:1-3).

Todas estas reglas hacen parte del antiguo pacto y tienen el mismo valor. ¿Por qué citar, por ejemplo, los diez mandamientos y las normas contra el infanticidio, mientras que se ignoran otros mandatos? Si los creyentes están atados a una norma, lo están a todas ellas. De hecho, si bajo el nuevo pacto los cristianos han asumido el lugar de los israelitas y se han convertido, en efecto, en el nuevo pueblo elegido, entonces deberían heredar todos los privilegios y obligaciones del oficio. Parece que quieren lo primero, pero no lo segundo. Como se dijo al final del Comentario del número pasado, Jesús dijo que la antigua ley permanecería hasta el final del cielo y la tierra. Ni una jota ni una tilde cambiarían hasta que todo se cumpliera (Mateo 5:18-19). Pablo pensaba diferente, pero no sería la primera vez.

Los apologetas también tienden a ignorar o minimizar el apoyo que el Antiguo Testamento da a la esclavitud y el machismo (ver número de agosto de 1983) y descartan la ley del sábado. Los cristianos no van a la iglesia en el día correcto, excepto algunos grupos como los Adventistas del Séptimo Día. El día sagrado es el sábado, no el domingo. No hay apoyo bíblico sustancial para considerar día sagrado al domingo. Como dice el texto: “Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna…” (Éxodo 20:8-10, Deuteronomio 5:12-14). Es más: la prohibición contra cualquier tipo de trabajo en el sábado se viola todo el tiempo porque siempre se está haciendo algún trabajo, todos los días. Tratándose de trabajo, ni siquiera importaría cuál fuera el día sagrado. En The Encyclopedia of Biblical Difficulties (p. 116-121), el apologeta Gleason Archer intenta alegar que varios hechos parecen enseñar que el domingo reemplazó al sábado como día sagrado, tales como:

a) Jesús resucitó en domingo.
b) La primera aparición de Jesús a sus discípulos después de la resurrección fue en un domingo.
c) El derramamiento del Espíritu Santo sobre la iglesia ocurrió por primera vez en un pentecostés que cayó domingo.
d) Pablo le dijo a la iglesia en Corinto que recolectara dinero en el primer día de la semana para no tener que hacerlo a su llegada (1 Corintios 16:2).
e) Pablo habló hasta la medianoche ante un grupo de cristianos en domingo (Hechos 20:5-12).
f) El día del Señor en Apocalipsis 1:10 (“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta”) hacía referencia a un domingo.

Hay problemas con cada una de estas explicaciones:

a) Jesús resucitó un domingo, pero murió un viernes. Ciertamente, su muerte fue tan importante como su resurrección, si no más. Entonces, ¿por qué no es el viernes el día sagrado?
b) y c) ¿Por qué la primera aparición de Jesús a sus discípulos o la llegada del Espíritu Santo a la iglesia en un domingo tendría tanta importancia como para sobreponerse al mandamiento divino de que el día sagrado sería el sábado? Son argumentos más bien débiles, especialmente cuando Archer admite que “Después del Pentecostés, parece que la comunidad cristiana seguía celebrando el sábado como antes, reuniéndose con otros judíos (tanto conversos como inconversos) para leer la Torá, para predicar y para orar” (Ibid. p. 117). Inmediatamente, trata de recuperar terreno diciendo: “Pero no hay referencia demostrable de que los cristianos se reunieran en sábado para celebrar la Cena del Señor o para organizar una asamblea claramente cristiana” (Ibid. p. 117). Pero, ¿dónde está la evidencia de que la Cena del Señor o las asambleas claramente cristianas se hubieran efectuado con regularidad los domingos?
d) y e) 1 Corintios 16:2 y Hechos 20:5-12 (pronunciar un sermón en domingo) difícilmente justifica cambiar el día sagrado.
f) El argumento final de Archer, de que el diá del Señor en Apocalipsis 1:10 es el domingo, se basa en fuentes extrabíblicas y no es nada convincente.

Dicho y hecho todo, la pregunta básica permanece: ¿en qué parte de la Biblia se cambia de manera clara y específica el día sagrado del sábado al domingo?

Y para terminar, si los creyentes van a citar el Antiguo Testamento en apoyo de la ejecución de los asesinos, ¿por qué no citan, entonces, los demás versos que prescriben la pena de muerte para toda una variedad de actos? Todo lo que sigue merece la ejecución:

a) Golpear a los padres (Éxodo 21:15)
b) Secuestrar (Éxodo 21:16)
c) Maldecir a los padres (Éxodo 21:17, Levítico 20:9)
d) Tocar una montaña (Éxodo 19:12)
e) Permitir que un buey ataque a alguien (Éxodo 21:29)
f) Acostarse con un animal (Éxodo 22:19, Levítico 20:15-16)
g) Hacer sacrificios a otros dioses (Éxodo 22:20)
h) Irrespetar el séptimo día (Éxodo 31:14-15)
i) Ingerir bebidas alcohólicas en el tabernáculo (Levítico 10:9)
j) Cometer adulterio (Levítico 20:10, Deuteronomio 22:22)
k) Acostarse con la esposa del padre (Levítico 20:11)
l) Acostarse con la nuera (Levítico 20:12)
m) Cometer actos homosexuales (Levítico 20:13)
n) Ser adivino o mago (Levítico 20:27)
o) Ser bruja (Éxodo 22:18)
p) Convertirse en prostituta siendo hija de un sacerdote (Levítico 21:9)
q) Blasfemar el nombre de Dios (Levítico 24:16)
r) Maldecir (Levítico 24:14-15)
s) Acercarse a un sacerdote siendo extranjero (Números 3:10)
t) Acercarse al tabernáculo siendo extranjero (Números 3:38)
u) Recoger madera en el séptimo día (Números 15:32-35)
v) Servir o adorar a otros dioses (Deuteronomio 17:2-5)
w) Mostrar rencor al sacerdote o juez nombrado por Dios (Deuteronomio 17:12)
x) Desobedecer a los padres (Deuteronomio 21:18-21)
y) Casarse sin ser virgen (Deuteronomio 22:20-21)
z) No gritar una virgen desposada al ser seducida (Deuteronomio 22:23-24)
aa) Tener relaciones con la suegra (Levítico 20:14)
bb) Incitar al culto a otros dioses (Deuteronomio 13:1-18)
cc) Ser falso profeta (Deuteronomio 18:20)

Y éstas son las reglas de Dios. ¡Imaginen vivir en esos tiempos!

En resumen: los creyentes enseñan, predican e intentan llegar a las demás personas con muchos moralismos del Antiguo Testamento, pero no les importa usar selectivamente lo que sirva a sus intereses. Si les gusta un verso, lo exponen; si no, dicen que es de la antigua ley y ya no estamos bajo ella. ¿Pero no hacen parte de ella los diez mandamientos¡ Sí, dicen ellos, pero estamos obligados a seguirlos porque están registrados en el Nuevo Testamento (Mateo 19:17-19, Marcos 10:19, Lucas 18:20). Quienes citan esto deben tene ren cuenta que Jesús omitió la mitad de los mandamientos. Aun si los hubiera citado bien, todavía estaríamos sometidos a la antigua ley, decálogo incluido, de acuerdo con Jesús (Lucas 16:17: “And it is easier for heaven and earth to pass, than one tittle of law to fail”, ver también Mateo 5:18-19). Si “el pecado es transgresión de la ley”, como dice 1 Juan 3:4 says, entonces deberíamos estar obedeciendo toda la ley.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De E. L. F. en Long Beach, California (Parte 1)

Al parecer, nuestros fuertes desacuerdos tienen raíces hondas. Usted cita constantemente a Robert Ingersoll, a quien en el Número 2 se refiere como “uno de los mayores comentaristas bíblicos de la historia estadounidense” (…) Personalmente, yo intento seguir el principio de que ni siquiera se mencione el nombre de R. I. entre gente decente, especialmente gente pensante (hago una excepción sólo porque usted trajo a colación su nombre). Como estamos en el Número 2, citémoslo: “Ningún hombre del Antiguo Testamento se para junto a un muerto y le dice: ‘Nos encontraremos de nuevo’.” Por supuesto, esto no tiene ningún sentido. En 2 Samuel 12:23 David dice de su hijo: “Yo voy a él” (está claro que no se refería a su tumba, pues no era ésa la costumbre, y de todos modos no sabía dónde lo enterrarían). En Génesis 37:35, Jacob dice de José, a quien cree muerto: “… yo tengo que descender a mi hijo enlutado hasta el Seol”. Por supuesto, la palabra Seol aparece 65 veces en el Antiguo Testamento: aparte de algunas opiniones insostenibles en disenso, Seol significaba un lugar donde los muertos estaban vivos (…) En cuanto a la ridícula afirmación de R. I. de que el Antiguo Testamento “no dice ni una palabra sobre otro mundo”, deseo señalar el claro testimonio en contra que se halla en Job 19:26-27 [“Y después de deshecha esta mi piel, aun he de ver en mi carne a Dios; al cual yo tengo quee ver por mí, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis riñones se consuman dentro de mí”]. Éstos son apenas una muestra de las razones por las cuales siempre he considerado que no vale la pena ocuparse de R. I.: apenas citar sus torpezas llenaría tomos enteros. Por cierto, era un completo imbécil en política, filosofía y religión. A sus inferiores cualidades intelectuales añadía una vulgaridad notablemente odiosa. Tomemos como ejemplo el pasaje que cita usted en el Número 15: “No ha habido ni podrá haber nada más completamente idiota y absurdo que el dogma de la Trinidad”. Es obvio que ningún autor que se respete escribiría semejante cosa en un libro: si carece de la decencia de abstenerse de escupir veneno como éste, al menos usted debería tener la decencia de no publicarlo.

Respuesta del Editor (Parte 1)

¿Está seguro de que tiene derecho a acusar a otros de “escupir veneno”? ¿No le parece que a todos los interesados nos beneficiaría más evitar los insultos y evaluar los méritos del caso? Primero, cita usted el comentario de David en 2 Sam. 12:23 de que iría con su hijo fallecido. Pero, ¿por qué supone que habría de llegar vivo? Tarde o temprano, todos acompañaremos a nuestros muertos. Su ejemplo es más bien débil, pues el texto no es claro. Segundo, ha escogido la palabra “Seol” en Génesis 37:35, en lugar de la palabra “sepultura”. La diferencia es significativa, pues el Seol se supone ocupado por las personas vivas que han muerto, y la sepultura no. La versión Revised Standard, Traducción del Nuevo Mundo y New American Standard dicen “Seol” y apoyan su posición, mientras que las versiones King James, New International y Modern Language, junto con el texto masorético judío, apoyan a Ingersoll. Parece ser uno de esos casos en los que uno puede escoger lo que guste. Tercero, también hay ambigüedades en Job 19:26-27. En su página 426, el Comentario Bíblico Diario sostiene que los versos 23-27 “son notablemente difíciles de traducir en detalle (…) Los comentaristas discuten si Job (…) conoce el concepto de la resurrección corporal”. Una nota al pie en la Biblia versión Revised Standard dice: “el significado de este verso [26] es incierto”. Además,  Also, “mis ojos lo verán, y no otro” podría significar que nadie más que Job vería a Dios. Francamente, E. L. F., me gustaría saber qué quisieron decir los autores de muchos versos bíblicos, y lo mismo quisieran muchos creyentes lo bastante honestos como para admitirlo. Los hombres honestos pueden estar en honesto desacuerdo. La Biblia es nebulosa en mucha áreas clave.

(Parte 2)

Antes de pasar a otros temas de fondo, me gustaría sacar a relucir algunos asuntos de ortografía. [El escritor de la carta señaló varios errores mecanográficos, en inglés, de la revista Biblical Errancy. N. del T.] Probablemente usted dedica mucho tiempo a escribir su publicación; ¿podría dedicar algo de tiempo a revisarla? [En una segunda carta, fechada 24 de abril de 1984, E. L. F. continuó haciendo críticas técnicas.] Cuando intentó responder mi carta (ver número 16), escribió mis iniciales como E. L. R. [Este error aparecía en la versión original y se ha corregido en esta traducción. N. del T.] No sé si lo hizo para proteger aún más mi identidad (…)

(Parte 2)

E. L. F., normalmente no hago comentarios sobre los aspectos técnicos de las cartas y mis respuestas, pero, dado que esta área parece interesarle considerablemente, valdrá la pena hacer una excepción. Primero, permítame reconocer los errores. (…) Mecanografiar no es mi fuerte. Le ofrezco disculpas por ello. Otras inexactitudes (…) fueron transcritas tal como se hallaron en sus textos originales. Para dar a los lectores una comprensión más exacta de las personas citadas, las frases suelen copiarse [en la revista original en inglés] con los errores intactos. Lo que ve es lo que tiene. Sería agradable, E. L. F., que sus comentarios sobre errores técnicos se ofrecieran con espíritu amigable y crítica constructiva en lugar de humillaciones, en especial ante el hecho de que sus propias cartas podrían mejorarse. [Dennis McKinsey señaló varios errores de puntuación, ortografía, mayúsculas y división de sílabas en la carta del lector. N. del T.] De cualquier modo, ¿no le parece que todo esto es secundario? En Fallas de la Biblia recibimos bien los comentarios técnicos constructivos porque ayudan a mejorar el formato eliminando problemas que pueden preocupar a otros. ¿Pero de verdad es necesario ofrecerlos en una atmósfera destructiva y cruel? Siempre he pensado que los ataques personales construyen muros, no puentes.

(Parte 3)

(…) usted da una lista de textos del Antiguo Testamento [Deuteronomio 4:35, 39, 6:4, 2 Samuel 2:2, 7:22, Isaías 45:5-6, 46:9, 1 Crónicas 17:20, 1 Reyes 8:60] que supuestamente contradicen a la Trinidad. Estos textos toman una postura frente al politeísmo: hasta pensadores judíos como Maimónides reconocen que la Trinidad no implica ningún politeísmo, así que sus textos son irrelevantes. A continuación da usted cuatro versos que apoyan la Trinidad, lo que daría a entender que son los únicos. Omite por completo los textos que apoyan la divinidad de Jesús; estos textos, sin probarla de manera directa, tienen definitivamente peso sobre el asunto. Una búsqueda fugaz por tales pasajes nos muestra a Filipenses 2:5-6 [“…en Cristo Jesús: el cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios”], Colosenses 2:9 [“Porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente”], Tito 2:13 [“Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo”], 1 Juan 5:20 [“… Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna”] y Romanos 9:5 [“Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas”] (por supuesto, no prueban más de lo que opinaban sus autores, pero son relevantes para nuestra discusión). Agregaría una referencia del Antiguo Testamento: Zacarías 12:10, donde Dios mismo dice: “mirarán a mí, a quien traspasaron”: a menos que Jesús sea Dios, la humanidad no tiene muchas oportunidades de herir a Dios.

Respuesta del Editor (Parte 3)

Los textos del Antiguo Testamento que cité siempre se han usado para refutar la trinidad, en especial en boca de académicos judíos, ¿sabe? 2 Samuel 7:22 (“Por tanto tú te has engrandecido, Jehová Dios: por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti”) e Isaías 46:9 (“… porque yo soy Dios, y no hay más Dios, y nada hay a mí semejante”), por ejemplo, siempre se han usado para refutar no sólo el politeísmo sino también la trinidad. Usted es la primera persona a quien he visto decir que le parecen irrelevantes. Segundo, usted cita varios textos (Filipenses 2:5-6, Colosenses 2:9, Tito 2:13, etcétera) “que apoyan la divinidad de Jesús”, pero no prueban directamente la trinidad. De acuerdo, pero, ¿por qué mencionarlos y decir que “tienen definitivamente peso sobre el asunto”, si ni siquiera hablan de las tres personas de la trinidad? Los versos que igualan a Jesús con Dios (una dualidad) no demuestran una trinidad. Los versos que cita no sólo “no prueban más de lo que opinaban sus autores”, sino que no prueban nada relevante para la discusión. ¿No estaba buscando algo relevante? Tercero, ha usado la traducción King James de Zacarías 12:10. ¿Por qué usa esa interpretación, si en la carta que apareció en el número de mayo de 1984 decía usted que “la versión King James no tiene prácticamente ninguna autoridad sobre temas académicos como éste”? ¿Será porque las versiones Revised Standard, Modern Language, Living Bible, Traducción del Nuevo Mundo, New American Bible, la versión de la confraternidad católica y el texto masorético judío dicen: “mirarán a aquel a quien traspasaron”. Como Yavé está hablando, a quien se hirió fue a alguien más. Las versiones New International y New American Standard concuerdan con la King James en su posición. Así que, nuevamente, lo que usted desee probar determina lo que escogerá.

(Esta carta continuará en el próximo número.)

De S. O. en Santa Barbara, California

… Me gustaría dejarle un pequeño comentario que podría serle útil. La sección Comentario es bastante sólida. En Diálogo y Cartas, usted conserva la última palabra. Para ser un justo anfitrión de las ideas en contra, podría tener el cuidado de dedicar a sus refutaciones el mismo número de renglones que a las cartas que refuta. Aun así puede manejar a sus adversarios en la mayoría de los debates. Creo que el reservarse los renglones lo hace menos convincente. (…)

Respuesta del Editor

Agradezco sus comentarios, pero tengo que discrepar un poco. En realidad, no creo que la sección de Comentario sea más fuerte que las de otras publicaciones racionales que manejan material similar. De hecho, en comparación con gran parte de lo que hay disponible actualmente, es más bien suave. Es más: tal vez quiera leer los escritos de los cristianos acerca del agnosticismo, humanismo, ateísmo y racionalismo. “Ácidos” sería una buena descripción. Segundo, mientras un lector me siga enviando críticas, ninguno de los dos tendrá la última palabra, a menos que me sepulte entre las cartas. Los críticos siempre pueden responder a mis comentarios. Mire, por ejemplo, el debate que tuve con S. B. J. en los números 10 a 12. Fue él quien abrevió el intercambio. Y finalmente, corregir un comentario suele requerir varias palabras, como se habrá dado cuenta viendo las discusiones políticas. Yo trato de ser tan breve y preciso como pueda.

CARTAS AL EDITOR

De K. E. N. en Sacramento, California

Lo felicito por otro excelente número de Fallas de la Biblia. [El de abril de 1984] contenía puntos muy dicientes sobre la moralidad selectiva de los cristianos. ¡Buenas municiones para los debates! Su respuesta a la carta de E. L. F. también fue muy precisa. Confieso que las afirmaciones de E. L. F. me sorprendieron. Los cristianos en su mayoría han sostenido que el ser cristiano es cuestión de fe y no de obras; de hecho, la doctrina de la suficiencia de la fe en Cristo es una de las pocas en las que casi todas las denominaciones están de acuerdo. ¿Por qué, entonces, E. L. F. trata de desviar el asunto? Dice que Hitler, Mussolini y compañía no eran cristianos porque sus obras eran malvadas. Pero E. L. F. hacía una pregunta engañosa. Quizás esperaba que nadie recordaría la discusión del Número 12. El autor de una carta, visiblemente cristiano, defendía la Biblia y el cristianismo sobre la base de que sus practicantes eran buenas personas. Ahora E. L. F. sugiere que los malos, por definición, no son cristianos. El argumento recorre un círculo completo. Del mismo modo se podría razonar que todos los ateos son grandes filósofos, o que todos los plomeros patinan sobre hielo.

De Jeff Frankel, Columnista, AAM, Decatur, Illinois

En el número de febrero de 1984 mencionó que los creyentes deberían concentrarse en los héroes del Nuevo Testamento debido al sadismo de que caracteriza a los personajes principales del Antiguo Testamento. Pero la figura central del Nuevo Testamento, Jesucristo, predicó un concepto mucho más sádico que todo lo del Antiguo Testamento: el castigo eterno. He revisado todos los pasajes que pude encontrar en el Antiguo Testamento que mencionan el infierno, y ninguno lo relaciona con torturas por toda la eternidad (…)

De A. B. en Ontario, Canadá

Gracias por el número de muestra que me envió. Lo felicito por sus esfuerzos y espero que esta publicación se convierta algún día en una revista de gran tiraje (…) En respuesta a la carta que mencionaba el poder antibalas de la Biblia, quisiera aportar la siguiente historia verdadera: En 1940, yo era un prisionero político en la cárcel de Doftana (Rumania) junto con otras 500 víctimas del régimen fascista. En octubre se presentó el primer terremoto de cuarto grado, que solamente nos dio un susto grande. Luego lo debatimos y resolvimos que el mejor lugar para refugiarnos en un caso similar sería bajo el dintel de acero de nuestra celda. De modo predecible, pocos días después vino el segundo temblor, esta vez de décimo grado. La cárcel se derrumbó sobre nosotros y nos cubrieron los escombros. Quienes se refugiaron en las puertas de acero salvaron su vida, pero alrededor de 35 personas que decidieron arrodillarse para orar murieron. Cada uno tenía una Biblia en la mano.