FALLAS DE LA BIBLIA 4

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 4
Abril de 1983

COMENTARIO

MORALIDAD

Los defensores de la Biblia, como los fundamentalistas, nunca cesan de critiar los males e inmoralidades de nuestra sociedad y ambiente. Pero el movimiento de “vuelta a la Biblia” no es la respuesta. Definitivamente, la Biblia no es la fuente de donde brotan verdad, bondad y pureza, como sus defensores quisieran hacernos creer. Muchos versos bíblicos están impregnados de corrupción, degeneración e inmoralidad. Despertar a nuestros hijos el domingo por la mañana para participar en lecturas bíblicas podría conducir fácilmente a lo que se busca evitar. Gran parte de la Biblia explora la inmoralidad, promueve la obscenidad y honra la corrupción. Si no se aleja a los niños de algunas partes de las escrituras, pueden ser influenciados por lenguaje tan negativo como el siguiente:
Génesis 38:9: “…sucedía que cuando entraba á la mujer de su hermano vertía en tierra…”
Levítico 21:20: “O corcobado, o lagañoso, o que tuviere nube en el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o compañón relajado”
2 Samuel 16:22: “… y entró Absalom a las concubinas de su padre, en ojos de todo Israel.”
Ezequiel 23:20 “Y enamoróse de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así tornaste á la memoria la suciedad de tu mocedad, cuando comprimieron tus pechos en Egipto por los pechos de tu mocedad.”
Cantares 5:4: “Mi amado metió su mano por el agujero, y mis entrañas se conmovieron dentro de mí.”
No creo que la gente necesite que se le explique a qué se refieren las distintas metáforas de este libro.
Una escuela de apologetas sostiene que algunos de estos versos deben entenderse figurada y no literalmente. Pero, ¿qué importa? Las palabras siguen siendo desagradables y las personas impresionables deben ser protegidas de ellas. Los niños, por ejemplo, no van a hacer esa sutil distinción de propósito y significado. Otro apologeta afirma:
“Cuando [la Biblia] habla del pecado, lo describe en toda su fealdad, de modo que disguste y horrorice al corazón del lector. Ni por un momento abandona el alto nivel moral de estricta oposición a la iniquidad en todas sus formas.” (Bible Difficulties, W. Arndt, p. 63)
Es claro que nos disgusta y horroriza, pero, ¿dónde esta el “alto nivel moral”, dónde la oposición a lo obsceno? El contexto de estos versos muestra que no tienen nada que ver con enseñanzas morales.
Los versos que siguen tampoco van a elevar la moral de la sociedad. Son peores, de hecho:
Deuteronomio 23:1-2: “No entrará en la congregación de Jehová el que fuere quebrado, ni el castrado. No entrará bastardo…”
2 Reyes 18:27: “… para comer su estiércol, y beber el agua de sus pies con vosotros.”
Proverbios 5:19: “… sus pechos te satisfagan en todo tiempo…”
Los creyentes sostienen que la obsesión que el Cantar de Cantares tiene con los senos de la mujer es parte de un poema de amor entre un hombre y su esposa o entre Cristo y su iglesia:
Cantares 1:13: “Mi amado es para mí un manojito de mirra, Que reposa entre mis pechos.”
Cantares 4:5: “Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre azucenas.”
Cantares 8:10: “Yo soy muro, y mis pechos como torres…”
Sin importar el motivo, este lenguaje sigue siendo ofensivo.
Podrían citarse muchos otros versos, pero la idea ya está clara. Basta. No me gusta escribir versos como éstos más de lo que a la gente decente le gusta leerlos. ¿Cómo puede ser la Biblia un libro de bondad, enseñanzas morales y pureza, cuando en realidad se condena a sí misma?
Proverbios 15:26: “… las expresiones de los limpios son limpias..”
En números futuros de Fallas de la Biblia se tratará la moral de los patriarcas y varios eventos. La mejor manera de cerrar el comentario de este número es citar a Robert Ingersoll y Ashley Monagu:
“Quienes creen en la Biblia denuncian a viva voz lo que les place llamar la literatura inmoral del mundo, pero se han publicado pocos libros que contengan más suciedad moral que esta palabra inspirada de Dios (…) Hasta que estos pasajes sean retirados del Antiguo Testamento, no es un libro apropiado para que lo lean jóvenes o mayores (…) Hay capítulos que ningún caballero leería delante de una dama (…) y llegará el momento en que la humanidad se maraville de que semejante libro se haya considerado inspirado alguna vez.” (“Some of Mistakes of Moses,” Ingersoll Works, Vol.2, p. 177)
“Si la Biblia no es obscena, ¿qué libro lo es? (…) El mundo cristiano no debería decir una palabra más contra los libros inmorales hasta que limpie el texto inspirado. Esas vilezas y suciedades no se escribieron con el propósito de transmitir y mantener la verdad moral, sino que parece, haberse escrito porque al autor le encantaba lo sucio. “Some of Mistakes of Moses,” (Ingersoll Works, Vol.2, p. 178)
“El buen libro: uno de los eufemismos más notables que se han acuñado.” (Ashley Montagu)

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De M. H. en Dayton, Ohio (parte 1)

Apreciado señor McKinsey: Gracias por leer el folleto [“En el Infierno del Diablo”] que le envié. Espero que también lea el folleto [“Las Llaves Actuales de la Vida Eterna”] que incluyo esta vez. Me ha pedido que proceda igual y que lea Fallas de la Biblia. He leído el número dos.
Usted dice que mi folleto evadió el tema, pero eso no es cierto. El tema que señalé en mi carta anterior es que usted, señor McKinsey, debe nacer de nuevo. El folleto se ocupó enteramente de ese asunto. Usted necesita la salvación más que cualquier persona que yo conozca. La razón de que diga esto es que está muy empeñado en tratar de probar la falsedad de la Biblia. De verdad que el Espíritu Santo debe de estar reprobándole sus pecados, de modo que, para evadir el tema, usted está tratando de enfriar el infierno. Pero el infierno no tiene refrigeración: está caliente todo el tiempo.
Por tanto, el asunto es: ¿usted, señor McKinsey, ha nacido de nuevo? Por favor, responda abiertamente. Sea honesto con sus lectores. La portada de su publicación declara que usted da un espacio para que los apologetas hablen. ¿Por qué no imprimió en su totalidad el folleto que envié? ¿Por qué lo cita fuera de contexto? No está dando mucho espacio, ¡pues no presenta toda la evidencia que el otro lado puede ofrecer! Luego de asentar mi argumento, procedo, por gracia de Dios, a corregir su publicación (…)

Respuesta del Editor (parte 1)

Como su carta es larga, M. H., responderé una sección a la vez en éste y posteriores números. Para empezar, he leído su folleto “Las Llaves Actuales de la Vida Eterna”, y le encontrado varios grandes errores. Primero, afirma conocer el procedimiento específico que uno debe seguir para salvarse. Como mostré en el número 3 de Fallas de la Biblia, esto no es posible, pues sobre este tema la Biblia es incoherente más allá de toda esperanza. Segundo, sostiene que “todos han pecado”, lo que contradice abiertamente versos como Génesis 6:9 y Job 1:1 (Ver número 1 de Fallas de la Biblia). Tercero, el verso citado por su folleto, Hebreos 9:27 (“… está establecido a los hombres que mueran una vez, y después el juicio)”, contradice a 1 Tesalonicences 4:17 (“Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”), 2 Reyes 2:11 (“… un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos: y Elías subió al cielo en un torbellino.”) y Hebreos 11:5 (“Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.”). (Ver también Génesis 5:24.)
Cada uno de estos versos muestra un caso en que alguien fue a Dios sin morir.
Cuarto, el folleto dice: “Debes admitir que eres un pecador que merece morir e ir al infierno.” De acuerdo con las creencias cristianas, ésta es la realidad de cualquier ser humano. Pero Fallas de la Biblia demostró en su número 1 que el pecado original es totalmente injusto, y un Dios justo no podría aceptarlo. Nunca ha habido, ni hay, ni habrá respuesta apropiada para que la humanidad esté siendo (supuestamente) castigada por lo que hizo un solo hombre.
“El absurdo de la doctrina conocida como ‘La caída del hombre’ dio origen al otro absurdo conocido como ‘La redención’. Así que ahora se insiste en que, tal como se nos acusa justamente del pecado de alguien más, del mismo modo se nos recompensa justamente por las virtudes de otro.” (“Orthodoxy,” Ingersoll Works, Vol. 2, p. 370)
Quinto, el folleto dice: “Dios es santo y justo. No hay pecado en Él”. Aunque Dios pueda ser así, esto se opone directamente a la forma como “su” libro lo describe. Según “su” libro, él no sólo violó sus propios diez mandamientos matando gente, ordenándoles mentir, causando adulterios y ordenando robar, sino que cometió una enorme serie de actos despreciables adicionales (Ver número 3 de Fallas de la Biblia.) Como dijeron Thomas Paine y Robert Ingersoll:
“Amigo falso, juez injusto, arrogante, hipócrita, de odio sincero, celoso, vanidoso y vengativo, falso en sus promesas y honesto en sus maldiciones, suspicaz, ignorante, infame y espantoso: ése es el Dios del Pentateuco.” (“Some Mistakes of Moses”, Ingersoll Works)
“Todas nuestras ideas sobre la justicia y bondad de Dios se retuercen ante la impía crueldad de la Biblia. No es un Dios justo y bueno, sino un diablo posando como Dios, de quien la Biblia nos habla.” (“The Age of Reason”, Thomas Paine, p.198)
“… Un libro tan lleno de contradicciones y maldades no podría ser la Palabra de Dios, y (…) deshonramos a Dios cuando se lo atribuimos.” (The Life and Works of Thomas Paine, Vol. 9, p. 177)
“… pues en mi opinión la Biblia es una abierta calumnia contra la justicia y bondad de Dios, casi de principio a fin.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p.199)
“… dado que nunca creeré en ningún libro que le atribuya a Dios crueldades e injusticias. Por tanto, rechazo la Biblia como un libro indigno de credibilidad.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p.199)
“Busco rescatar la reputación de la Divinidad.” (“What We Must Do To Be Saved,” Ingersoll’s Work, Vol. 1, p.470)
Usted ha dicho en su carta, M. H., que el asunto es que debo nacer de nuevo. Pero ése no es el asunto de ninguna manera. El asunto es si el libro de donde proviene esa idea es válido, si es la palabra de Dios. Ése es el verdadero asunto. Si no es la palabra de Dios, ¿a quién le importa lo que dice? No es más inspirado ni merece más credibilidad que cualquier otro libro. Thomas Paine no pudo haberlo dicho mejor: “… pero antes de que se pueda aceptar cualquier cosa demostrada en la Biblia, se debe demostrar que la Biblia misma es cierta; pues si no lo es, o si su verdad es dudosa, deja de tener autoridad y no puede aceptarse como demostración de nada.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p.89)
Usted dice que necesito la salvación. Pero la verdad es que usted necesita darse cuenta de que ha aceptado un libro, ha adoptado sus mandatos y ha expuesto sus enseñanzas sin investigar su validez ni hacer una crítica razonablemente inteligente de su contenido. Usted parece estar tan desesperado por tener algo en qué creer que está dispuesto a minimizar o ignorar toda la información que se oponga. Como les dije recientemente a unos estudiantes universitarios luego de un largo debate: “Mientras se vea bien, suene bien, se sienta bien y parezca tener sentido, no les importará realmente si es cierto o falso. Tener algo en qué creer les importa más que la exactitud de lo que creen.” Lo dijo bien el filósofo Francis Bacon: “El hombre prefiere creer lo que quiere que sea cierto.”
Usted dice que estoy “empeñado en tratar de probar la falsedad de la Biblia.” En realidad, M. H., trato de ayudar a la gente a abrir los ojos ante el tremento número de problemas que contienen las escrituras. Por varios años les he estado enviando una carta de presentación a las emisoras radiales, que dice, en parte: “Desde los años 60 he dedicado la mayor parte de mi tiempo a un análisis exploratorio de la Biblia. Como Thomas Paine y Robert Ingersoll, me perturbó el gran número de dificultades que ésta contiene y decidí iniciar una presentación serena y desapasionada de las cosas que no se muestran al público. Mi fin no era herir los sentimientos de la gente, sino informar. Una vez que las personas tienen la información, sólo ellas pueden decidir cómo deben emplearla.” También cité un principio judicial fundamental: “La gente sólo puede formular un análisis informado y responsable de un tema cualquiera cuando se le da información a favor y en contra.” Del otro lado, M. H., quienes representan su posición, en especial los evangélicos, están empeñados en asegurarse de que la gente pueda oír sólo un punto de vista. ¿Cuándo ha oído a un teleevangelista decir que la Biblia se equivocaba sobre algo? No estoy “empeñado” en nada, M. H. Estoy tratando de corregir las cosas. Las condiciones del mundo ya nos tienen suficientemente empeñados a todos.
Usted dice: “el Espíritu Santo debe de estar reprobándole sus pecados.” Pienso que le haría bien consultar de nuevo al Espíritu Santo, M. H. ¿Desde cuándo él se dedica a alejar a la gente de la “palabra de Dios”? ¿Dónde y cuándo narra la Biblia un caso en que el Espíritu Santo haya castigado a la gente de esa manera? Por cierto, con respecto a uno de sus comentarios, espero que no haya sido su intención cuestionar mi integridad. Ninguno de los dos tiene motivo alguno para dudar de la decencia del otro. Los ataques personales no demuestran nada, son irrelevantes y sólo producen mala voluntad. De modo que apeguémonos al libro y no llevemos la discusión al nivel de los comentarios personales.
Usted me acusa de querer “refrigerar” el infierno, pero todo lo que intento hacer es dejar entrar algo de aire fresco en las mentes de muchas personas. Usted me pide que sea honesto con mis lectores y da a entender que les fallo al no publicar su folleto entero. Copiar folletos extensos como el suyo no es práctico. Es más: ya he expuesto tantos errores suyos que lograría poco imprimiendo el resto. ¿Por qué discutir la información secundaria restante? Le he dado un espacio para que hable, M. H., y seguiré haciéndolo. Así que, por favor, diga dónde he citado su folleto fuera de contexto o le he negado un espacio apropiado.

(Parte 2)

Usted dice que Elías revivió en el momento de la Transfiguración. En el contexto de su frase, me parecería que “revivió” quiere decir “regresó a la vida”. ¡Pero usted dice que Elías nunca murió! Si no murió, ¿cómo revivió?

Respuesta del Editor (parte 2)

¡Buena pregunta, M. H.! Ése es el comentario más inteligente que ha hecho. Pero no me pregunte a mí; pregúntele a la Biblia. Quiero saber cómo resuelven los apologetas esta contradicción. No he dicho yo que Elías no hubiera muerto: lo dice la Biblia en 2 Reyes 2:11. No he dicho yo que Elías se hubiera levantado de la muerte: lo dice la Biblia en Mateo 17:3. Yo me limito a citar el registro bíblico. Si usted insiste en que Elías nunca murió y, por tanto, no volvió a la vida en el momento de la Transfiguración, entonces, ¿por qué se le menciona junto con Moisés, que sí revivió? El problema es si Mateo 17:3 dice que Elías se levantó de la muerte, y el contexto parece decir que sí.

(Parte 3)

Usted dice: “¿Cómo podía Jesús ser el salvador de toda la humanidad cuando no pudo salvarse ni a sí mismo?”. Así es como fue el Salvador de la humanidad: se entregó a nosotros para pagar por nuestros pecados. En cierta form, Jesús no podía salvarse de morir en la cruz si es que iba a seguir existiendo la humanidad, pues Jesús tenía que hacer el sacrificio que pagaría por los pecados que hemos cometido contra Dios.

Respuesta del Editor (Parte 3)

M. H., ha ignorado todo lo que dije en el número 2. ¿Cómo podía Jesús estar entregándose a la humanidad, si dijo: “Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado?”? Es claro que no estaba muriendo voluntariamente por nadie y no estaba entregándose a la humanidad. Usted repite que él murió por usted, pero él dice que no. ¿Por qué no le cree?
¿Qué quiere decir con: “En cierta form, Jesús no podía salvarse”? O podía o no podía. No hay punto medio. Y sus palabras dejan claro que no podía por más que quisiera.

(Esta carta continuará en el próximo número.)

De A. B. en Fort Worth, Texas

Apreciado señor Mr. McKinsey: Incluso si se destruyera cada copia de la Biblia y no hubiera forma de reproducirla, la historia y el mensaje de Jesucristo vivirían. Seguirán viviendo y creciendo mientras el mundo necesite amor. Cada parte de la creación necesita cuidado y amor. La supervivencia misma de la vida está en juego. Le envío copia de un sermón esperando que llegue hasta usted.

Respuesta del Editor

Apreciada A. B: Lamento decirle que, de todas las cartas apologéticas que he recibido, su enfoque está entre los más débiles. ¿Qué ha demostrado? ¡Nada! ¿Qué evidencia ha aportado? ¡Ninguna! ¿Dónde están su datos? Todo lo que ha hecho es repetir frases que le hacen sentir bien. Ni siquiera se ha tomado la molestia de apoyar su posición con versos bíblicos. Igualmente yo podría decir que estoy seguro de que dentro de 40 años me elegirán presidente de los Estados Unidos. Pruebe usted que no. ¿Cómo sabe lo que va a pasar antes de que pase? ¿Cómo sabe que el mensaje de Jesús seguirá vivo si la Biblia fuera destruida y no pudiera reproducirse? Más importante aún: ¿a quién le importa? El asunto no es si el mensaje bíblico permanecerá, sino si es exacto. El apoyo constante de la mayoría no prueba que sea cierto. Como alguien dijo: “Las mayorías no significan nada: durante el Diluvio sólo un hombre sabía protegerse de la lluvia”. Durante los linchamientos, la mayoría quiere a un hombre colgado pero eso no hace que esté bien.
Concuerdo con usted en que las partes vivas de la creación necesitan amor y que la supervivencia misma está en riesgo, pero, ¿qué tiene eso que ver con la veracidad de la Biblia? La necesidad de amor no demuestra que Jesús sea la respuesta; sólo hace que algunos busquen amor en él.
En lo que concierne al sermón que me ha enviado, es difícil cómo podría llegarle a alguien, a juzgar por sus claras inexactitudes. Tenemos prueba de ello mirando una frase de la página 2: “[Jesús] no creía que existiera un diablo, pero sí creía que el poder era demoníaco”. Pero Jesús no sólo creía en la existencia del diablo, sino que tuvo conversaciones con él (Mateo 4:3-10, Lucas 4:3-8).

De P. H. en Cincinnati, Ohio

El hecho de que las personas actuales sigan basando sus filosofías y enfoques políticos, sociales y hasta económicos en los pronunciamientos clara y demostrablemente falsos de antiguas deidades ficticias es alarmante, por decir lo menos. Y, aunque nunca le negaría a nadie el derecho a la libertad de expresión y de creencia, sus esfuerzos, Dennis, son valiosos porque señalan abiertas falsedades en las que demasiadas personas durante demasiado tiempo han creído ver verdades absolutas e incontestables. La importancia global de nuestras filosofías, religiosas o de otra clase, es mucho más importante de lo que uno supondría automáticamente. Nuestros enfoques suelen determinar cómo observamos, interpretamos y reaccionamos a nuestro ambiente y a nosotros mismos, y principalmente por esta razón es importante que nuestras filosofías concuerden con los hechos disponibles, lo cual rara vez ocurre. Saludo de corazón sus esfuerzos por separar los hechos de la ficción. Si todos compartieran su deseo por conocer y entender mejor nuestro complejo mundo, no dudo que sería un lugar mucho más agradable donde vivir. Siga con su buena obra (y que Dios esté con usted).

Respuesta del Editor

¿Qué puedo decir, P. H.? Su amabilidad es superada sólo por su sabiduría.

De B. R. en St. Cloud, Minnesota

Recibí el número 2 de Fallas de la Biblia y me ha parecido extraordinario. He creído por mucho tiempo que los cristianos deben ser vencidos en su propio terreno (me refieron a los cristianos que buscan convertir), que es la Biblia misma. (…)

Respuesta del Editor

Creo que ambos estamos de acuerdo con Paine, quien dijo, “No buscaré fuera de la Biblia pruebas contra su supuesta autencididad. El falso testimonio siempre obra bien en contra de sí mismo.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p. 105)

De R. H. en Wisconsin

Dennis: me gusta el material que está publicando. Me gustaría hacer el intento de publicar unos manuales de trabajo para estudio bíblico. Debe de haber alguna manera de hacer llegar el mensaje de que la interpretación bíblica debe basarse en una interpretación no literal. Siga con su buen