FALLAS DE LA BIBLIA 2

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 2
Febrero de 1983

LA RESURRECCIÓN

Entre las creencias cruciales para el cristianismo, pocas son de mayor importancia que la de la resurrección. Pablo llegó al punto de afirmar que la base misma del cristianismo se apoya en este hecho:
1 Corintios 15:14 “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” (también 1 Corintios 15:17)
Pero, ¿por qué debería ser tan importante la resurrección? Elías levantó de la muerte a un niño (1 Reyes 17:17-22); Samuel le dijo a Saúl: “¿Por qué me has inquietado haciéndome venir?” (1 Samuel 28:15); Eliseo levantó al hijo de una sunamita (2 Reyes 4:32-35); un muerto que estaba siendo sepultado revivió al tocar los huesos de Eliseo (2 Reyes 13:21); Moisés y Elías revivieron en el momento de la Transfiguración (Lucas 9:29-31); los santos se levantaron cuando murió Jesús (Mateo 27:52-53); la hija de Jairo se levantó de la muerte (Mateo 9:18, 23-25); el hijo de la viuda de Naín revivió (Lucas 7:11-15) y Lázaro fue resucitado (Juan 11:43-44). Todas estas personas se levantaron de la muerte, y antes de que Jesús lo hiciera. Así que, ¿por qué atribuirle tanta importancia al evento? Para cuando Jesús se levantó de la muerte, éste ya era un suceso bastante común. Es más: no sólo antes, sino también después de Jesús: Pedro revivió a Tabita y Pablo a Eutico.
Hace varios años, mientras participaba en un programa radial, un oyente llamó y me dijo que, a diferencia de Jesús, todas las personas mencionadas volvieron a morir. Pero Pablo dijo claramente que lo que importaba era la resurrección en sí misma, no el hecho de que Jesús no hubiera vuelto a morir. Le pedí al oyente que citara un pasaje bíblico que justificara su afirmación. No dio respuesta.
Un segundo problema relacionado con la resurrección tiene que ver con los registros contradictorios que dan los cuatro evangelios sobre lo que ocurrió. Los siguientes son algunos de los mayores desacuerdos que rodean a los eventos conectados con la resurrección:

A. ¿A qué hora de la mañana fueron las mujeres a visitar la tumba?
Al amanecer (Marcos 16:2)
Cuando todavía estaba oscuro (Juan 20:1)

B. ¿Quién fue?
María la Magdalena sola (Juan 20:1)
María la Magdalena y la otra María (Mateo 28:1)
María la Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé (Marcos 16:1)
María la Magdalena, Juana, María la madre de Santiago, y otras mujeres (Lucas 24:10)

C. ¿La tumba estaba abierta o cerrada cuando llegaron?
Abierta (Lucas 24:2)
Cerrada (Mateo 28:1-2)

D. ¿A quién vieron en la tumba?
Un ángel (Mateo 28:2)
Un hombre joven (Marcos 16:5)
Dos hombres (Lucas 24:4)
Dos ángeles (Juan 20:11-12)

E. ¿Estos hombres o ángeles estaban adentro o afuera del sepulcro?
Afuera (Mateo 28.2)
Adentro (Marcos 16:5, Lucas 24:3-4, Juan 20:11-12)

F. ¿Estaban de pie o sentados?
De pie (Lucas 24:4)
Sentados (Mateo 28:2, Marcos 16:5, Juan 20:12)

G. ¿María la Magdalena se dio cuenta cuando Jesús se le apareció por primera vez?
Sí (Mateo 28:9)
No (Juan 20:14)

Si las historias fueran coherentes, uno podría escribir una sola narración larga y continua que incorporara las cuatro versiones sin temor a divergencias. Pero esto nunca se ha hecho sin agregar, alterar u omitir versos clave. Los apologetas suelen ofrecer el argumento del “testigo del accidente de tránsito”, que es irrelevante, pues dos versiones diametralmente opuestas y mutuamente excluyentes del mismo evento no pueden ser simultáneamente exactas. Una de las dos es falsa. Es más: los testigos de un accidente, a diferencia de los evangelistas, no afirman ser infalibles.
Thomas Paine resumió bastante bien la relación entre los evangelios:
“… creo que es imposible encontrar en historia registrada alguna tantos y tan notables absurdos, contradicciones y falsedades como en los [evangelios]. Son más numerosos y chocantes de lo que había esperado encontrar cuando empecé este examen…” (Age of Reason, p. 167)
Un tercer problema conectado con la resurrección está en el hecho de que, incluso si Jesús se hubiera levantado, nadie lo seguiría:
Eclesiastés 3:19-21 “Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros (…) ni tiene más el hombre que la bestia (…) Todo va a un lugar: todo es hecho del polvo, y todo se tornará en el mismo polvo. ¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres suba arriba, y que el espíritu del animal descienda debajo de la tierra?”
Job 7:9-10, 1 Timoteo 6:15-16 e Isaías 26:14 lo corrroboran. Robert Ingersoll, uno de los mayores comentaristas bíblicos de la historia estadounidense, dijo sabiamente: “El Antiguo Testamento nos dice cómo perdimos la inmortalidad y no dice ni una palabra sobre otro mundo, desde el primer error del Génesis hasta la última maldición de Malaquías. Ningún hombre del Antiguo Testamento se para junto a un muerto y le dice: ‘Nos encontraremos de nuevo’. De la cima del Sinaí no vino ninguna esperanza de otro mundo”. (Orthodoxy, Ingersoll’s Works, Vol. 2, p 424.)
Por último, hubo otros eventos todavía más extraordinarios. Para empezar, Adán nunca nació (Génesis 1:27); vino al mundo como adulto. Enoc (Génesis 5:22-24) y Elías (2 Reyes 2:11) nunca murieron. Elías fue directamente al cielo, lo que, por cierto, contradice directamente a Hebreos 9:27: “…está establecido a los hombres que mueran una vez…”.
En realidad, ¿qué hizo Jesús que no se hubiera logrado antes? Se levantó de la muerte, pero después de otros. Hizo milagros, pero otros los hicieron también. Revivió a muertos, pero ya lo habían hecho los profetas del Antiguo Testamento. Sanó, pero otros también. Entonces, ¿qué hizo Jesús que fuera diferente, que no se hubiera hecho antes? En pocas palabras: ¿qué lo hace sobresalir de la multitud? Miles han dicho ser el salvador, así que, ¿cuáles los actos que sustentan sus credenciales? Las afirmaciones solas no prueban nada. Cualquiera puede decir ser el Mesías. Miles lo han hecho.

JESÚS, EL MODELO DEFECTUOSO

Por dos mil años los cristianos han afirmado que Jesús de Nazaret es Dios encarnado, el ser sin pecados, la representación terrenal de la perfección.
1 Pedro 2:22 “El cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca.”
Isaías 53:9 “Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.”
Pero el Nuevo Testamento muestra muchas afirmaciones y actos de Jesús que prueban lo contrario. Igual que Pablo, hizo varias afirmaciones falsas y profecías inexactas. Aquí van algunos ejemplos:

(A) Juan 7:8-10 “Vosotros subid a esta fiesta; yo no subo a esta fiesta, porque mi tiempo aún no es cumplido. Y habiéndoles dicho esto, quedóse en Galilea. Mas como sus hermanos hubieron subido, entonces él también subió a la fiesta, no manifiestamente, sino como en secreto.”
Jesús rompió su palabra yendo en secreto luego de decir que no iría.

(B) En Juan 13:38 Jesús dijo: “…De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.”
Pero Marcos 14:66-68 nos muestra lo que realmente ocurrió:
“Y estando Pedro abajo en el atrio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; y como vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Y tú con Jesús el Nazareno estabas. Mas él negó, diciendo: No conozco, ni sé lo que dices. Y se salió fuera a la entrada; y cantó el gallo.”
Según la profecía de Jesús, el gallo cantaría luego de la tercera negación, no la primera.

(C) Jesús le dijo al ladrón en la cruz en Lucas 23:43 “… De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
Esta profecía no pudo haberse cumplido a menos que Jesús hubiera ido al cielo en ese mismo día, pero entonces no podría haber estado sepultado por tres días.

(D) Jesús le dijo a un hombre en Marcos 8:34 “… Cualquiera que quisiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
Jesús dijo esto comenzando su ministerio. Pero la cruz no pudo haberse convertido en símbolo cristiano sino después de la crucifixión. No había cruz que tomar. Esta afirmación no habría tenido sentido alguno para el hombre a quien fue dicha.

(E) En Mateo 5:22 dijo: “… cualquiera que dijere, Necio, será culpado del infierno de fuego.”
Pero Jesús insultó varias veces a la gente, como en Mateo 23:17,19 (“¡Insensatos y ciegos!”) y Lucas 11:40 (“Necios…”).

(F) En Mateo 12:40 Jesús dijo: “Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”
Marcos 15:37, 42 muestra que Jesús murió en el día anterior al sabat, es decir, el viernes. Marcos 16:9 y Mateo 28:1 muestran que, supuestamente, resucitó en algún momento de la noche del sábado o la madrugada del domingo. Del viernes por la tarde al domingo por la madrugada no hay tres días. Su profecía falló.

(G) En Juan 3:13 Jesús mintió: “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.”
Este verso no sólo es históricamente inexacto, como muestra 2 Reyes 2:11 (“he aquí, un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos: y Elías subió al cielo en un torbellino”), sino también absurdo por sí mismo. Si el hijo del hombre (o sea, Jesús) estaba aquí hablando en la tierra, ¿cómo podía estar en el cielo?

(H) Y en Mateo 27:46 Jesús gritó fuerte: “Eli, Eli, ¿lama sabachtani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”.
¿Cómo podía Jesús ser el salvador de toda la humanidad cuando no pudo salvarse ni a sí mismo? Éstas no son las palabras de un hombre que va a a cruz voluntariamente a morir por nuestros pecados. Son las palabras de un hombre que puede pensar en cien lugares mejores donde preferiría estar. Ciertamente no son las palabras de alguien que tiene controlada la situación.

Estos ejemplos de la duplicidad de Jesús representan sólo una fracción de los 193 que podrían haberse presentado. El Nuevo Testamento da evidencia más que suficiente para demostrar la incapacidad de Jesús para servir de modelo confiable que ilumine el camino a la verdad y la honestidad, menos para reclamar el título de Mesías. Como dijo Thomas Paine: “Los sacerdotes de hoy en día profesan creer [la historia de Jesús]. Se ganan la vida con ella y claman contra lo que llaman infidelidad. Yo definiré lo que ésta es: QUIEN CREA EN LA HISTORIA DE CRISTO ES INFIEL A DIOS”. (The Life and Works of Thomas Paine, Vol 9, p. 292)
Jesús no es la perfección encarnada. Como dijo Robert Ingersoll: “El Cristo teológico es la unión imposible de lo humano y lo divino: el hombre con los atributos de Dios, y Dios con las debilidades del hombre”.
Para cerrar el comentario de este número, vale la pena anotar varias contradicciones. El padre de José es Jacob en Mateo 1:16 pero es Elí en Lucas 3:23. David mató a 700 cocheros y 40.000 jinetes sirios según 2 Samuel 10:18, mientras 1 Crónicas 19:18 dice que fueron 7.000 cocheros y 40.000 soldados de infantería. Salomón tenía 40.000 caballerizas en 1 Reyes 4:26 pero 2 Crónicas 9:25 dice que eran 4.000 caballerizas.

RESEÑA

Aunque Gleason Archer, en su obra apologética Enciclopedia de Dificultades Bíblicas, evitó algunas de las contradicciones mencionadas (tome su cruz, no iré a la fiesta, no insultes a tu prójimo), sí dirigió su atención a otras.
Su explicación del problema de “hoy estarás conmigo en el paraiso” es especialmente reveladora. Abunda en suposiciones, conjeturas e hipótesis, ninguna de las cuales tiene fundamento bíblico. En la página 367 Archer dice: “La respuesta está en la ubicación que tenía el paraíso durante el Viernes Santo. Al parecer, el paraíso no fue elevado al cielo hasta el Domingo de Pascua. Jesús parece referirse a él en la parábola del rico y Lázaro como el ‘seno de Abraham’, adonde los ángeles llevaron al santo mendigo Lázaro luego de su muerte (Lucas 16:19-31).”
¡Parece, parece! “Al parecer, el paraíso no fue elevado.” “Jesús parece referirse a él en la parábola del rico.” No hay ninguna evidencia sólida de la veracidad de estas suposiciones. Sin embargo, desde el punto de vista de Archer sería muy agradable que así fuera, pues el problema se desvanecería.

Él continúa:
“Así, el seno de Abraham se refiere al lugar donde esperan las amas de los redimidos hasta el día de la resurrección de Cristo. Puede suponerse que éste es el mismo paraíso (…) Sin duda, era el paraíso infernal donde las almas de Jesús y el ladrón arrepentido fueron luego de morir en la tarde del viernes.”
¡Puede suponerse! ¿Quién lo supone? Toda la explicación de Archer se basa en conjeturas y suposiciones injustificadas. ¿Dónde está la evidencia de que el paraíso no se convirtió en cielo hasta el Domingo de Pascua, de que el paraíso es el mismo seno de Abraham, o de que las almas entraban al paraíso antes de ir al cielo? Es más: incluso si Jesús y el ladrón hubieran ido al “paraíso” en vez de ir al cielo, igual Jesús no habría permanecido los tres días bajo tierra que había profetizado en Mateo 12:40.
Como muchos apologetas, Archer supone que si puede construir explicaciones razonablemente viables para dificultades bíblicas, entonces no hará falta evidencia que las sustente. Las teorías posibles envueltas en especulaciones cuidadosamente armadas son suficientes por sí mismas. La mayoría de la apologética tiene más que ver con racionalizaciones y justificaciones que con la verdad objetiva.

Con respecto al número de caballerizas de Salomón y las diferencias en nombres propios, Archer admite con franqueza la contradicción. En la página 222 dice:
“Al explicar estos errores de transmisión (según creemos que son), debe entenderse que los números y nombres propios siempre son más susceptibles a errores que casi cualquier otra clase de tema…”
“Según creemos que son” es un franco reconocimiento de especulación. Sería igualmente racional suponer que no hubo errores de copia, sólo escritores independientes que seguían tradiciones independientes al registrar los mismos eventos. Los creyentes usan demasiado el argumento de “errores de copia” para escapar de dilemas que de otro modo serían insolubles. Es una ruta rápida de escape.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De M. H. en Dayton, Ohio

He leído su publicación Fallas de la Biblia. La Biblia dice en 1 Corintios 2:14: “Mas el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente”. Al tratar con la Biblia tratamos con un libro espiritual. Los hombres que escribieron las Escrituras lo hicieron movidos por el Espíritu Santo, y para entender las Escrituras uno debe ser espiritual. Para usted, como dice 1 Corintios 2:14, la Biblia parece infantil, llena de contradicciones y errores aparentes.
En realidad usted necesita nacer de nuevo. Jesús, Dios manifestado en la carne, dijo: “Debes nacer de nuevo”. Adjunto va un folleto que le dirá cómo salvarse y nacer de nuevo. Usted necesita la salvación, por favor léalo.

Respuesta del Editor

Usted me pidió leer su folleto, titulado “En el Infierno del Diablo”. Pues bien, lo hice y me ha parecido el típico panfleto que encontramos en la estación de bus, la mesa de biblioteca y el gozne de la puerta. En él abunda la urgente necesidad de aceptar a Jesús, confesar los pecados, salvarse y temerle al infierno. Dice mucho y no prueba nada.
Ahora yo le pido un proceder similar. Lea Fallas de la Biblia, pero no a través de un filtro de fundamentos cristianos. Entre otras cosas, el número anterior probó que la Biblia no debe tomarse por fuente confiable. Pero su folleto evitó toda la evidencia y procedió a ciegas con citas como: “los malvados serán llevados al infierno”, “Cristo murió por nuestros pecados y se levantó de entre los muertos” y “si confesares con tu boca (…) serás salvo”. Fallas de la Biblia muestra afirmaciones bíblicas claramente contradictorias que usted ha ignorado por completo.
Usted acepta a priori el asunto bajo discusión, la veracidad de la Biblia. Si se le preguntara cómo sabe que lo que dice es cierto, probablemente contestaría: porque está en la Biblia. En vez de preguntarse si la Biblia es cierta, usted lo da por sentado. Pero he probado lo contrario: la Biblia no es la verdad. Dice, por ejemplo, que “todos han pecado”, lo cual es totalmente falso. ¿Cómo lo sé? Porque su propio libro lo dice. ¿No me cree? “Noé, varón justo, perfecto fue en sus generaciones…” (Génesis 6:9); “Job (…) era (…) perfecto y recto…” (Job 1:1). Estos hombres eran perfectos, así que obviamente no podían haber sido pecadores. ¿Cómo puede uno ser un pecador y ser perfecto? La Biblia tiene cientos de problemas de esta naturaleza y, si me sigue, lo demostraré en los ejemplares siguientes. Pero, por favor, sea razonable: no puedo cubrir todo el libro en dos números.
Citar de una obra es vano a menos que primero se pruebe que el libro es válido, veraz y confiable. He dado evidencias de que la Biblia no pasa la prueba. En lugar de probar que mis evidencias son falsas o inválidas, en vez de probar que el libro es cierto, usted simplemente lo supone y cita a gusto. ¿No le cree a la Biblia cuando dice: “Examinadlo todo” en 1 Tesalonicenses 5:21, o: “Mas la sabiduría que es de lo alto (…) es pura, después (…) modesta, benigna…” en Santiago 3:17? ¿Qué ha demostrado usted? ¿Dónde está su razonamiento? La Biblia dice en 1 Pedro 3:15:  “estad siempre aparejados para responder (…) a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. ¿Dónde están su razones, su defensa? Las afirmaciones solas no prueban nada.
Usted me ha enviado un folleto que da a entender que las personas son malvadas y pecadoras, mientras que usted permanece confiado en Jesús. Pero la Biblia dice en 1 Juan 3:6: “Cualquiera que permanece en él, no peca…”. Si usted permanece en él, como así lo cree, ¿por qué sigue pecando? Seguramente no dirá que ya no peca. Amigo mío, con todo el debido respeto, si hay algún verso de la Biblia que usted y sus partidarios deban aprenderse de memoria, es Proverbios 14:15: “El simple cree a toda palabra: mas el avisado entiende sus pasos”.

De un lector anónimo en Cleveland, Ohio

Fallas de la Biblia discute las contradicciones, pero, ¿cuál es su importancia? La intención de la Biblia no era ser científicamente exacta. No es un tratado de historia. Se escribió para ofrecer un camino hacia la salvación por medio de Nuestro Señor Jesucristo. Usted se está concentrando demasiado en los detalles y no ve lo que realmente cuenta. Acepte a Jesús y tendrá la respuesta a sus preguntas.

Respuesta del Editor

Amigo mío, todo lo que usted sabe sobre Jesús proviene de las escrituras. La validez de Jesús depende de la validez, confiabilidad y exactitud de las escrituras. Rara vez concuerdo con los evangélicos, pero no podría estar más de acuerdo con el Concilio Internacional de Infalibilidad Bíblica de Oakland, California, en respuesta a la afirmación de que “La infalibilidad no es importante. Es entretenerse con detalles insignificantes. Lo que realmente cuenta es la relación de la persona con Jesucristo”:
“… Pero, ¿cómo conoce uno a Jesús, si no es como se nos presenta en la Biblia? Si la Biblia no es la Palabra de Dios y no muestra una imagen confiable de Jesús, ¿cómo sabe uno que está siguiendo al verdadero Cristo? Podría estar adorando a un Cristo imaginado por uno mismo.” (Does Errancy Matter, por James Boice, p. 24)
Una vez que aceptamos que hay errores en la Biblia, se abre una caja de Pandora. ¿Cómo sabemos qué partes son ciertas, si admitimos que algunas son falsas? Como dijo el citado concilio: “… Pero [afirmar que las partes de la Biblia donde Dios habla son ciertas y donde hablan los hombres no] es insensato. Quienes piensan así hablan de autoridad bíblica, pero en el mejor de los casos tienen una autoridad bíblica parcial, pues las partes erradas obviamente no pueden llevar autoridad. Peor aún: ni siquiera saben decirnos qué partes provienen de Dios y son ciertas y qué partes no provienen de Dios y yerran. Suelen decir que las “partes sobre la salvación” son de Dios, pero no nos dicen cómo separar las partes sobre la salvación de las que no lo son”. (Does Errancy Matter, por James Boice, p. 8)
También tenía razón este concilio cuando dijo que la siguiente confesión de fe: “… Claro que creo en la Biblia, como usted, pero, ¿qué diferencia hace si contiene algunos errores? Después de todo, no es un tratado de historia. No es un texto científico. Sólo nos habla de Dios y la salvación” era un ataque contra la Biblia. Más que un ataque, esta creencia es una refutación. Como dijo el reformador religioso John Wesley:
“Si hay error alguno en la Biblia, podría haber mil. Si hay falsedad alguna en ese libro, no provino del Dios de la verdad.”
¡Bien dicho! Y Fallas de la Biblia expondrá esas falsedades.