“EL MUNDO ES BLANCO”

TEXTO DE ATAWALLPA OVIEDO FREIRE
“EL MUNDO ES BLANCO”

Abruptamente hace 500 años lo blanco se asumió como lo mejor, lo más desarrollado, adelantado, inteligente, bello… Tanto lo repitieron, que como dice un viejo refrán: una mentira mil veces repetida parece después una verdad. Y ha sido tanto así, que ahora todo gira a su alrededor, llegando al extremo de que los otros colores reniegan del suyo y buscan a cualquier precio blanquearse, si es necesario pintándose o recurriendo a la cirugía plástica. El doctor Robert Stolar, un famoso dermatólogo norteamericano, declaró tajantemente: “De ahora en adelante los negros pueden volverse blancos”. Y enseñó fotografías de más de una docena de negros antes y después del tratamiento. La cosa ocurría en una asamblea de! la American Medical association. El doctor Stolar dice que el tratamiento dura mas o menos dos años y que si un negro quiere volverse blanco su vida experimentará una profunda transformación. Además, que los negros que se han vuelto blancos encuentran trabajo con mayor facilidad. Una mujer negra que ahora es blanca ha dicho que se le negaba siempre la entrada en un salón de belleza de Manhattan. Desde que es blanca, la han admitido siempre enseguida[8].
Tal es el nivel de primacía de lo blanco, que ahora los demás colores parecen desentonados, degradantes, feos, inferiores; en contraposición a lo blanco que es sinónimo de pureza, paz, limpieza, divinidad. Tanto ha trascendido lo blanco en un corto período de tiempo de la humanidad (500 años), que antes que el poder político o económico está el poder del color. Un joven blanco pobre tiene más oportunidades que un negro rico. La mayoría de la mano de obra barata de América son rojos (indios). Nunca he visto una negra como cajera de un banco o una india como presentadora de televisión. Con pocas excepciones, esto se repite a nivel mundial. ¿Será pura casualidad?.
Vivimos en un mundo dominado por un solo color, en donde los valores, códigos, pensamientos, tecnologías, ciencias, paradigmas de lo blanco es autoconsiderado y convalidado por los demás como lo más desarrollado, avanzado, primer mundista; y todo lo demas conceptuados como subdesarrollados, atrasados, tercer mundistas. Tal es la influencia y preeminencia de lo blanco, que está autocalificación y autoclasificación socio-cultural establecida y determinada por ellos mismos; ha sido aceptada y es repetida taxativamente por economistas, políticos, sociólogos, antropólogos, intelectuales del intencionalmente denominado tercer mundo. Inclusive aquellos que se autocalifican de progresistas o de izquierda, están convencidos de ello, y repiten el mismo discurso para convencerse a si mismos y por ende al pueblo, por quienes dicen luchar para sacarles del subdesarrollo en que viven.
Todos los más grandes pensadores oficiales, hablan del desarrollo y del progreso en relación, comparación y equiparación con los esquemas y conceptos del pensamiento y vision blanca de la vida. No hay pensador o intelectual, reconocido oficialmente y de cualquier vertiente, que ubique como referente o punto de contraste para el analisis, a otros conocimientos de otras culturas, que no sea básicamente la blanca. Todos consciente e inconscientemente han dado por absoluto, que lo blanco es el clímax, el centro, el eje del conocimiento y de la cultura universal.
Visión vertical de la vida, en donde la cultura blanca es el punto de partida y las demás visiones del mundo la continuación de aquella, en una posición en degrade y escalonada hacia lo que consideran lo más primitivo, por tanto inferior. Si atentamente observamos, la mayoría de los llamados blancos, genética y/o culturalmente, en su actitud y comportamiento común, en cualquier campo o actividad humana, tienden a mirar desde ellos hacia abajo. Pues en su psicología de formación esta claro que ellos son los mejores del mundo, desde ninos aprenden quienes son paises desarrollados y quienes son subdesarrollados. No se diga, pues que hasta dios es blanco, rubio, de ojos azules.
En cambio, los más o menos cobrizos, unas veces alzan su cabeza y otras veces se agachan. Mientras más morena o negra es la persona, casi nunca mirará a alguien por debajo. Es un sentimiento de superioridad o inferioridad, por tener tal o cual color de piel. No se mide a los seres humanos por lo que son, sino por el color que tienen.
Nunca para referirse mal de una persona dicen: blanco tal y cual. Siempre está a flor de labios, el negro, el indio, el aborigen, el salvaje, el longo, el runa, el verdugo, el rocoto en cuyos sustantivos se encierran adjetivos peyorativos, es decir, encerrando en si mismo el concepto de denigración. La mayoría de los países llamados latinoamericanos giran alrededor del color cobrizo, y siempre están a la cola o a los extremos de cualquier clase de evento internacional, inclusive en las fotografías de los presidentes de la República. La pregunta es: ¿porqué y cómo nos convencimos de ello?. ¿Acaso hay un problema genético del que debemos culpar a la naturaleza o a dios?.
La vanidad blanca llegó con Hitler a la cúspide de la xenofobia racial, en su denodado afán de imponerse al mundo como la raza más linda, inteligente, pura, desarrollada, (los psicológos llaman a esto complejo de superioridad). La vanidad aria y anglo-sajona interpuso a lo blanco, bien blanco, como el símbolo del desarrollo humano, como la forma más alta de la inteligencia universal, es decir, como la más grande de las razas. Asi, hasta para medir la belleza hay que partir desde los gustos y caracteres blancos, tal como en los concursos de belleza de Miss Universo, donde esos prototipos de lo bello se han impuesto como los referentes de lo más lindo a nivel mundial. Incluso las negras que ganan, son aquellas que tienen rasgos fisicos de corte occidental.
No nos olvidemos de los 6´000.000 de judíos muertos, o del KU KUX KLAN en Estados Unidos, o del apartheid en Sudáfrica. Genocidios éstos, que no se comparan con el etnocidio suscitado en América. Se calcula que la población roja (indígena) bordeaba los 200 millones de habitantes, de la cual perecieron por las distintas vías o plagas (viruelas, hambre, esclavitud, tributos…) como decía el Fray Toribio Motolonía, mas o menos unos 150 millones de personas.
Pero a medida que va saliendo a la luz, todo aquello que fue ocultado por quienes tenían que justificarse a si mismos y a la humanidad entera por lo que hicieron, la imagen de Colón se derrumba más rápidamente que su carabela Santa María que encalló en un arrecife de coral frente a la isla que denominaron “La Española”. A los 500 años la reputación de los antiguos y nuevos “Colones” se encuentra en una cuerda floja a punto de desmoronarse. En Haití descendientes de esclavos negros africanos bajaron a Colón de su pedestal y lo arrojaron al mar. En Quito, las estatuas de Colón han sido cortadas la cabeza y las piernas, y pintadas con la esvástica nazi. El Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos que agrupa a 32 denominaciones protestantes, aprobó una resolución que declaró a 1992 como “año de reflexión y penitencia” por la “invasión” que “produjo un racismo con respaldo eclesiástico… genocidio, esclavitud, destrucción del medio ambiente y explotación de la riqueza de la tierra”. El Consejo Episcopal de Ministerios Indios de los Estados Unidos en octubre del 92 realizó una ceremonia “alternativa” para “conmemorar los 500 años de supervivencia cultural”. Hans Koning, biógrafo y crítico de Colón, comenta que “celebrar a un hombre que de hecho, desde el punto de vista indio, era peor que Atila ” …” es casi obsceno”. El escritor español Rafael Sánchez Ferlosio, dijo que “resulta asombroso y hasta cínico que todavía haya quien sostenga de que en América hubo fusión de razas y culturas”. José Barroso, alcalde del Ayuntamiento de Puerto Real, piensa “! de que no hay gloria histórica que deba levantarse sobre la humillación y el paleo de los vencidos”. Para el ensayista español Fernando Savater, “lo que hace menos verosímil esa dramatización conmemoratoria es que todos los papeles han sido escritos a partir de los conceptos acuñados por los vencedores… La única forma lícita de “celebrar” el descubrimiento de América no puede ser la autosatisfacción de los fuertes ni el lamento masoquista que no reconoce sus propios orígenes… Quizá por eso haya tanto de obsceno en cualquier “celebración” satisfecha de lo irremediable”.
Pero el asunto de fondo no es racial, sino este seria otro discurso racista desde el otro lado. Seria pensar que lo blanco es malo al contrario de lo que hoy se piensa que es bueno. Hoy se actua en terminos raciales en el comun de la gente y en el diario convivir, pues la primera reaccion es observar quien es mi oponente al otro lado. En Europa se habla mucho en estos tiempos de los matrimonios blancos, que significa que los europeos deben cuidar su raza y cultura. Lo que no significa que haya excepciones, pues paradójicamente han sido descendientes de blancos los que han colaborado para que el pensamiento de los pueblos de tradición emerjan mas efusivamente en este tiempo.
Ningun color, ni raza, ni cultura, ni pueblo es malo ni bueno, ni mejor ni peor, ni superior ni inferior; simplemente diferentes y los conceptos de progreso y desarrollo son relativos. Pero es indudable que la mentalidad de los blancos tiene que alcanzar humildad y de los otros autoestima, para mirarse de igual a igual. Es una cuestion de convivencia cultural, de despojarnos de arrogancias y prepotencias de cualquier clase y posición, para interactuar como seres humanos realmente civilizados y cultos, que significa respeto y responsabilidad conmigo mismo y los otros. Si no hay respeto no hay nada.

ATAWALLPA OVIEDO FREIRE
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