medicina natural rarámuri

Verónica Bustillos García, premio Nacional de la Juventud Indígena
Piden el reconocimiento como sistema de salud para la medicina natural rarámuri

NOTIMEX

A pesar de su milenaria tradición y probada eficacia, la medicina natural de la Sierra Tarahumara sigue siendo víctima del saqueo de sus técnicas y conocimientos, afirmó Verónica Bustillos García, premio Nacional de la Juventud Indígena en Medicina Tradicional 2003.

Entrevistada luego de ofrecer la conferencia La etnomedicina rarámuri; el vínculo entre el espíritu y la salud, señaló que, además, esta práctica también sufre de la falta de reconocimiento como sistema de salud de los pueblos indígenas a los que beneficia.

La médica de 28 años consideró que esta práctica, heredada por generaciones, sigue sin recibir el valor que le corresponde como elemento de los pueblos raramuri que la siguen utilizando, ante la imposibilidad de consultar médicos de “bata blanca”, como los llamó.

Actualmente, dijo, “requerimos que no trasladen las plantas (medicinales) fuera de la Sierra (Tarahumara) y sólo los habitantes de ésta puedan darles utilidad”, pues este problema acaba con plantas como los arbustos conocidos como yerba del indio y chuchupate.

Estas yerbas, señaló, son utilizadas por los médicos tradicionales en el tratamiento de infecciones, heridas, cáncer y gangrena por medio de infusiones, polvos y jarabes, y comentó que ya ha expresado esta preocupación a legisladores, a quienes ha sugerido castigo a quienes saqueen las plantas.

Además, señaló, “seguimos requiriendo apoyo para la construcción de una clínica albergue”, administrada por ellos mismos, y para la cual se cuenta con un terreno ubicado en el municipio de Guachochi, Chihuahua y el permiso para construir.

Sin embargo, dijo, los trabajos permanecen en el olvido y no “ha habido respuesta para apoyar el término de las obras”.

Según datos de la organización Desarrollo Sustentable de la Mujer, Grandeza Raramuri, que preside Magdalena Fierro, actualmente hay en la Sierra Tarahumara alrededor de 200 médicos tradicionales que aún sufren discriminación y humillación de diversos sectores que les siguen viendo como “charlatanes o brujos”.

Caracterizada por su “fuerza espiritual”, la medicina tradicional raramuri, dijo Fierro, es una opción para muchos indígenas serranos que no tienen acceso a los servicios públicos de salud. Médicos naturales como Verónica Bustillos y su madre Antonia García Díaz, presidente del Grupo de Médicos de la Alta Tarahumara, ofrecen alternativas eficaces de salud a cambio de un pago “casi simbólico”, que puede ser desde una gallina a semillas o unos cuantos pesos.

Al respecto, Antonia García explicó que “nací con el don” y en la actualidad atiende, junto con su hija, de 800 a dos mil pacientes al año, provenientes de distintos estados del país, pero sobre todo de la Sierra Tarahumara.

Enfermedades como bronquitis, sordera, falta de vista, cáncer, problemas digestivos y la caída de pelo son tratados por la médica tradicional por medio de sus técnicas, en las que se mezclan el conocimiento de una técnica milenaria con la cosmogonía indígena.

Así, Antonia García señaló que se puede curar por medio de los sueños, viendo a la persona, con limpias de huevo, el tesgüino o la técnica de las tres cruces, que consiste en un rito en el que se utiliza un preparado con base en maíz molido y cocido que se unta por el cuerpo del paciente.

Integrantes de comunidades rarámuri de la Sierra Tarahumara se reúnen en esta ciudad para participar en la jornada cultural Una mirada al mundo rarámuri, que concluirá el viernes 25 de febrero, en la Cámara de Diputados, donde además ofrecen sus servicios de consulta.

En los próximos meses, informó Magdalena Fierro, Grandeza rarámuri comenzará su quinta caravana de apoyo a la Sierra Tarahumara, a la que se puede apoyar con donaciones en efectivo y especie, a fin de asistir a 23 comunidades del municipio de Morelos, en Chihuahua.