Madre-Tierra: un modo de vida

Autor: Licdo.Heraclio López Hernández (Filósofo)

Introducción

Esta investigación “Madre Tierra: un modo de vida” se orientó a identificar Nana Olotilillisob y el papel de Gungidule, que designa a una persona dotada de grandes privilegios y facultades, en relación a la Madre Tierra. La Madre Tierra es la raíz y el símbolo primigenios de la existencia. La tierra es amada como la mamá, porque ella nos nutre, por o en ella, existimos y habitamos gracias a ella.

Por otra parte, se le da especial atención a dos pensadores kunas: Gubiler, botánico, especialista sobre la vida de las plantas, sus relaciones con el hombre; Uagibler, ornitólogo, conocedor del reino de las aves. Estos nelegan, genios o sabios, se consagraron a la investigación, más tarde, a la enseñanza.

Durante siglos viene transmitiéndose este conocimiento en forma de literatura oral. Para fines de la investigación, acudimos al saila, persona probada en el pensamiento kuna, sobre todo de los igargan, relatos de sabiduría; al inaduled, médico botánico, estudia el uso de las plantas para la medicina; al nele, persona encargada de diagnosticar la enfermedad por medio de sahumerios de cacao y con la ayuda de “nuchus”. Los “nuchus” son troncos tallados en forma humana, portadores de una fuerza a partir del consejo especial del mismo nele.

Lo básico de esta investigación consistió en determinar a partir de los sabios kunas, un estudio sobre la Madre Tierra, que es un volver a las raíces del ser humano, concretamente del kuna. El kuna es hijo de la Madre-Tierra. Desde esta concepción, el kuna se realiza, se desarrolla; así es persona. El hombre y la mujer como hijos tienen una obligación natural de defensa, cuidado, de sostén y apoyo. La tierra es de todos: personas, animales y plantas.

1. Etapas de desarrollo de la Madre-Tierra.

La Madre Tierra está constituida en cuatro (4) etapas de desarrollo: Oloitirdili, Olotilillisob, Ologuadule y Napguana.

OLOITIRDILI: Es la Madre Tierra en sus inicios. La tierra era aguada, blanda. Ahincaste, uno de los expositores de este tema, habla de que en esta etapa es cuando surge la formación de los cinco continentes o islas enormes. Ahincaste dice que sus habitantes: uno tiene la piel como el color de la balsa; otros como los tizones de carbón; otros, como la crecida de los ríos, etc. En la etapa de Oloitirdili surgieron también el sol, las lunas, las estrellas. Se iluminó la tierra. Se alumbró el rostro de la madre.

OLOTILILLISOB: La tierra era como gelatina, como barro. La tierra poco a poco se va endureciendo cada vez más. La tierra era hermosa, los vientos soplaban apacibles y movían suavemente todo lo que existía. El sol, las estrella acariciaban con su luz el rostro de la Madre. La Madre Tierra está viva y era joven, sonreía llena de vida al silbido de las aves. Todo era hermoso y alegre. La Madre Tierra es adornada con la pequeña y débil vegetación.

NANA OLOGUADULE: La Madre-Tierra se puso más dura y se levantaron las colinas. La madre-Tierra se adornó de flores y frutas como niña hermosa y madura. Nana Ologuadule nació muy fuerte y se dotó como de un útero, para que ella pudiera reproducirse una y otra vez.
Nana Ologuadule, es la protectora de todo aquello que se mueve, camina, nada, se arrastra, crece y descansa sobre ella. “La madre-Tierra está fijada sobre una base de oro; sus columnas y troncos amarrados fuertemente con bejucos de oro macizo” (Entrevista a Horacio Méndez. Usdup, 22 junio 1985). En la superficie se diseminaron todas las semillas y especies de albahaca. Todas florecen. Y eran vivas, seres vivos. El kuna cuando habla de “oro” extendida en la raíz de la Madre-Tierra, entiende la formación de sí mismo. El hombre es parte integrante de la naturaleza, sin confundirlo con ella, sino como organizador, colaborador en su evolución. El oro como algo que se impone al hombre no es más que la tarea que recibe al llegar a la tierra. Por eso, las flores son “vivas”, “seres vivos”. Esto significa imagen del hombre y simboliza su existencia, pero aun sin haber llegado a su realización plena, y a medida que Nana Ologuadule se realiza, su vida también va tomando forma, definiéndose al ritmo de ella, porque gracias a ella se es hombre, desde ella se define el kuna.

Cuando Nana llegó a su plenitud, el sitio se llamó ABYA YALA (continente americano). Corría el río Olodulasgundiuar, el río Oloburgandiuar. Los ríos allí descritos tienen un significado muy profundo que necesitan un análisis exhaustivo para una mejor comprensión. El río OLODULASGUNDIUAR, el río OLOBURGANDIUAR envuelven misterios de vida, de la existencia. Olodulasgundiuar y Oloburgandiuar evocan la población de seres humanos y la abundancia de las plantas, respectivamente. Surgió el verdor y el cuerpo de la Madre se llenó de hermosos y robustos árboles. Los océanos y mares se agitaron llenos de peces; las riberas de los ríos brindaron extensos cañaverales y platanales. Los ríos traían y llevaban las semillas, cepa de plátanos, de otoe, de camote.

NAPGUANA: Es la etapa donde la Madre ya nos brinda los frutos de sus entrañas.

2. El hombre y la mujer.

El hombre vino sobre al gran Madre-Tierra henchido de espíritu para cuidar, para sostener, para hacer productiva la tierra. Vino Olonaikabaler y Olonailasob. Olonaikabaler y Olonailasob eran los primeros. Ellos cuidaron la tierra por muchos siglos. Pero, poco a poco se conviertieron en enemigos de la Madre y se despertaron los árboles contra el hombre y la mujer; palideció el verdor de la tierra; se retorcieron los troncos de los árboles; las hojas se agujerearon. Las avispas, las culebras y todos los animales se alzaron contra el hombre y contra la mujer.

Según esta tradición, la tierra es una madre a la que hay que proteger, cuidar y defender. La tierra es vida. Si ella muere, muere un pueblo. En la tierra también encontramos las medicinas. Es la Madre que sustenta y da frutos a todos. Nosotros, los hombres estamos para producir la tierra y somos guardianes de ella. La misión de todo hombre es “no dejar sola a la Madre-Tierra” (Entrevista a Manuel Smith. Usdup, abril 1991).

3. Estudios de casos.

Para identificar y caracterizar la importancia del estudio de la Madre-Tierra, analizaremos dos igala (disciplina o conjunto de saber). Uno, Nele Gubiler, nos introducirá en el estudio de la vida de las plantas, y dos, Nele Uagibler nos ayudará a conocer el reino de las aves.

3.1. Nele Gubiler y el lenguaje de la Madre-Tierra.

Nele Gubiler nació en Yoodiuar, en el sitio llamado Agsib Diuar (por los lados de la actual Provincia de Darién, específicamente alrededor de las poblaciones de Pucro y Paya). Fue discípulo de Dada Neba. Dada Neba recibió a su vez las enseñanzas de Ibeorgun.

Gubiler era Nele (genio, educador de acuerdo a su capacidad) y se ocupó del estudio de las plantas; el misterio de la vida de la hierba, del arbusto y de los árboles. A pesar de ser Nele “recibió los baños medicinales prescritos de las manos de “Dada Neba” (Entrevista a Carlos López. Dad Nakue Dup Bir, febrero de 1994), para penetrar los misterios de galugan (lugares o centros de formación y educación de la etnia). La adquisición de estas disciplinas requiere varios años de entrenamiento. En la vida intelectual de Gubiler se destacan tres aspectos fundamentales: estudio de los aspectos de la Madre-Tierra, las enseñanzas de otros sabios y era un experto inaduled.

Gubiler empezó a profundizar las nuevas dimensiones de la Madre-Tierra. El penetró los misterios de Galu Ibesaila y lo frecuentó varias veces. En los fragmentos del relato de Gubiler que aun se conserva oralmente, dice: me voy a alejar de la superficie de la Napguana, y me internaré en ella” (Entrevista a Carlos López. Dad Nakue Dup Bir, febrero de 1994). Se distancia de ella para estudiarla y analizarla. En las frecuentes entradas y salidas del Galu Ibesaila, Gubiler conversa con distintas nanagan (madres). Gubiler visita cuatro etapas o estadios: en la primera etapa, dice: “me encontré conNana Olokunasob”. En la segunda etapa, está Nana Olouainasob. En la tercera estapa, es el reino de Nana Oloturuanasob. Y, en la cuarta etapa, dice, “me encontré con otra gran madre: Nana Olokiidili”.

Las tres primeras mamás observan, vigilan y protegen los movimientos de sus hermanos; sol, luna, estrelas, etc.. Son madres que nos protegen en Sapibe Nega (se considera que en Sapibe Nega venimos forjados de la capacidad intelectual y práctica). Las madres “cantan” nuestras tendencias e inclinaciones profesionales que poco a poco en el tiempo se realizan y se manifiestan en la tierra. Nana Olokiidili es la que introduce a Gubiler a Sapibe Nega. Estudia la flora y fauna. Encuentra allí a Dada Olopenkekaliler, Olopenkekaliler, padre de las plantas.

La Madre-Tierra, dice Gubiler, es el astro que habitan las personas, animales, plantas, minerales. Son los ríos, quebradas, montañas. Son los océanos y mares, etc. La Madre-Tierra es una inmensa semilla que tiene sus bases sólidas con fundamentos de oro. Las plantas al igual que las personas, animales, son seres vivos. Nacen, crecen, se reproducen y mueren. “Las plantas nos protegen, nos ayudan a vivir y son nuestros hermanos. Todas las plantas son “mujeres” que adornan el rostro de la Madre-Tierra; por eso, todo florece, todo da fruto, todo crece. La Madre-Tierra es la gran madre y nos ofrece sus frutos.

Nele Gubiler habla de los órganos fundamentales de las plantas: la raíz, el tallo y las hojas; la flor, el fruto y la semilla. La raíz es la parte que crece dentro de la tierra, sirve para tomar agua y sales minerales. Las plantas respiran el oxigeno del aire por las hojas. La flor sirve para la reproducción. Las plantas son “nuestras hermanas”, porque sorben como nosotros, los hombres, el frescor de la “leche” que nos ofrece la madre-Tierra. El río del que tomamos es el mismo río que bebe las plantas.

Dada Olopenkekaliler protege las plantas, las defiende, es su padre. Las plantas “hablan” entre sí “la Madre-Tierra nos envolvió con su manto y crecimos gustados de su calor. No nos separaremos de esta madre, estamos en ella, pertenecemos a ella y ella nos pertenece” . (Entrevista a Carlos López. Dad Nakue Dup Bir, febrero de 1994). La Madre-Tierra tiene muchos hijos y ella une a sus hijos, somos hermanos.

3.2. Uagibler y el Lenguaje de las aves.

Uagibler nació en Dagargunyala. Estudió el comportamiento y el lenguaje de las aves. Conoció la vida, los cantos, el vuelo, las leyes que siguen las aves; como el reino de las aves.

Uagibler fue discípulo de Dada Yala, recorrió las llanuras de Dagargun para recoger las plantas medicinales, y los preparó para Uagibler. Desde muy temprana edad, Uagiblero demostró sus cualidades extraordinarias. Hablaba de la vida de los pájaros, los cantos de las aves, interpretaba a la comunidad el lenguaje de las aves.

Uagibler decía: las aves cantan en la mañana y claman su ración de comida para el día. Las aves claman muy contentos: “casi, casi quiebro tú tejado con mi peso al posar sobre el palo de la choza”.Uagibler “se reía de los pájaros” (Entrevista a Horacio Méndez. Usdup, abril de 1985).

Las aves se ayudan mutuamente, sienten como suyas las necesidades de otras aves de su reino. Aunque yo tengo solamente un pico y dos alas, no me siento menos que los hombres. Sé cobijarme y sé cómo tratar a mis pequeños. Sé cómo construirles una casita para que no se mueran de frío. Yo tengo dos alas que permiten buscar alimentos para mis críos muy lejos.

Bibliografía

1. Fragmentos de los Relatos de Uagibler.
2. Fragmentos de los Relatos de Gubiler.
3. Fragmentos de los Relatos sobre la Madre-Tierra.