Fragmentos, Gareth Knight, Ejercicios y Prácticas Ocultos

Gareth Knight; Ejercicios y prácticas ocultos , Ed. Luís Cárcamo, Madrid, 1979 (p.7-11)

Gareth Knight es, de plano, un autor cristiano… hago el apunte porque no sería justo para él que alguien acabara citándolo como Wicca… en la introducción del libro “ejercicios y prácticas ocultos” hace una aclaración excelente acerca de los diferentes planos en los que trabaja el practicante de magia, y es por ello que lo reproducimos aquí.

EJERCICIOS Y PRÁCTICAS OCULTOS

Los sistemas de desarrollo espiritual por medio de las técnicas del ocultismo son muchos y variados, y no es sensato que el estudiante mezcle los sistemas. Sin embargo, es a menudo difícil para el estudiante decidir cuál es la vía para él entre todos los diversos métodos y maestros, sean del Este o del Oeste. Pues sólo una será la vía para él, y es su tarea el encontrarla.

Hay, sin embargo, similaridades básicas entre los diversos sistemas, y este libro está escrito con la idea de presentar los principios básicos y generales que puede usar cualquier estudiante del tema, antes de proseguir sus estudios a un nivel profundo bajo el sistema de elección. Como guía para los diversos sistemas, se da una bibliografía al final del libro, indicando los sistemas prácticos publicados que son conocidos por el autor.

Se le recomienda al estudiante que lea cuántos más libros pueda entre éstos, mientras hace los ejercicios contenidos en este libro. Estos ejercicios formarán un útil entrenamiento preliminar para la mayoría de los sistemas conocidos y por lo tanto el estudiante se ahorrará mucho tiempo al ser capaz de comenzar inmediatamente su entrenamiento práctico mientras mira a través de los diversos sistemas para ver qué sendero recorrerá finalmente. Todos los senderos conducen a la misma meta pero en las etapas inicial e intermedia difieren en el simbolismo, y e el énfasis que ponen sobre los diversos aspectos o niveles de desarrollo.

Los ejercicios están divididos en cuatro capítulos de acuerdo con los cuatro “mundos” que reconoce el ocultista. Estos son el Mundo Físico, que incluye el etérico, o los sistemas de tensiones vitales que mantienen agregado al mundo físico. El Mundo Astral, que es el mundo de la imaginación y donde se hace la mayor parte del trabajo mágico tal como se entiende el término generalmente. El Mundo Mental Superior de lla intuición, donde las técnicas básicas están relacionadas con la meditación; y el Mundo Espiritual que es el mundo de los arquetipos los principios básicos, y las contemplaciones de la fe.

Cada uno de estos mundos es igualmente santo, y cada uno necesita ser desarrollado por el pretendiente a aepto oculto si es que ha de volverse finalmente digno del nombre, y es una pena que algunas escuelas sitúen demasiado énfasis en un extremo de la escala o en el otro.

Aquellos que valoran el extremo físico y astral se inclinan hacia una forma de psiquismo y de magia que aunque en el mejor de los casos es útil para ciertos propósitos tales como la curación o la adivinación, no está dirigida espiritualmente o informada con una orientación intuitiva. En el otro extremo, aquellos que sobre valoran lo espiritual y lo mental tienden a ser altamente idealistas y de impecables principios, pero carecen de cualquier consecución mágica.

Aquellos que se consideran a sí mismos como extremadamente “espirituales”, a menudo no se dan cuenta de que el plano espiritual puede estar tan abierto al mal y a la estupidez como los planos mental, astral o físico  y esto es demostrado usualmente por el virtuosismo, la exclusividad y el sectarismo extremos de esa gente o ese grupo –que tienden a considerarse como “mas evolucionados” que sus hermanos menores-. Pero en realidad están tan en el error como esos extremistas opuestos que sólo pueden pensar en términos de conseguir algo por nada, por la hechicería o la taumaturgia.

Hablando bíblicamente tenemos, de una parte, a los Fariseos ocultos, y los Magos Simones de la otra. Ambos tipos son, por irse hacia los extremos, más bien inefectivos que potentes para el bien o para el mal, pues el camino del ocultismo es el camino del medio, y para la acción efectiva es esencial un desarrollo igual sobre todos los planos.

A fin de recalcar la igual santidad de todos los niveles y evitar el tácito frecuente, o incluso la asunción inconsciente, de que los, así llamados niveles superiores sin superiores a los niveles inferiores, comenzamos nuestros ejercicios con el plano físico y hacemos nuestro camino hacia arriba. El plano físico es el plano sobre el cual nuestra conciencia está inicialmente centrada tal como estamos hoy y hemos empleado muchos años de nuestra niñez y adolescencia en conseguir un control equilibrado de este plano. Debería ser por tanto nuestro trampolín de salto pues si no hemos amaestrado el plano físico el abrir la percepción objetiva a tros planos simplemente aumentará nuestra confusión.

Otra causa común de error en el ocultismo es la distinción insuficiente entre lo subjetivo y lo objetivo, y es posible andar un camino muy largo en el desarrollo oculto sin haberse acercado e lo más mínimo a la unión con Dios – que es después de todo el fin total de nuestra existencia. Uno puede conforme abre las facultades internas, volverse más perceptivo de las propias profundidades subjetivas que yacen debajo de la conciencia de todos los días como la vasta masa que existe por debajo de la punta visible del iceberg, y puede incluso alcanzar la sintonización con el “dios interno” pero esto no es necesariamente lo mismo que conseguir la percepción y la cooperación de los habitantes de los planos internos, ni llegar a una relación personal con el Dios Viviente.

En consecuencia, añadimos un capítulo final sobre la oración, la cual, en contra de mucha opinión deformada, está separada de las técnicas ocultas, pero puede no obstante ofrecerse sobre todos los niveles que son conocidos por el ocultista, y en verdad que en métodos que son muy similares a ciertos ejercicios ocultos.(…)