la programacion

LA PROGRAMACION

Todo lo que hemos hecho hasta ahora ha permitido que el cristal se acerque a nosotros, lo que no quiere decir que sea expresa y exclusivamente nuestro. Destacamos la palabra nuestro porque no se le quiere dar el significado de posesión que se suele atribuir. En este caso, tiene antes un significado de personalización, de mayor empatía con nuestra energía y de estrecha proximidad, que de posesión. El sentimiento de posesión es algo que tiene que ve con la peor parte del tercer chakra, y a los cristales no les gusta sentirse poseídos; por el contrario, prefieren sentirse en comunión con nosotros, sentirse queridos, sentirse hermanos. Tanto es así, que a menudo, cuando se establece una relación de pura posesión con un cristal, sucede que uno acabará perdiéndolo o desaparecerá de repente.

Antes de llegar a la parte práctica, a la explicación de cómo se hace la programación, dedicaremos dos palabras al significado, o mejor, a a los significados que puede tener este término.
Programar no significa imponer nuestra voluntad al cristal, ya que esto implicaría una coerción, sino que tiene el sentido de una invitación a entrar en total simbiosis con nuestra energía personal y a interactuar solo con ella.
Vayamos ahora al aspecto práctico. Programar no es dificil, y hay muchas maneras válidas, aunque todas ellas pasan por la comunicación extrasensorial. Describiremos ahora una de ellas, que utilizamos normalmente, pero que cada cual podrá adoptar a su manera, de acuerdo con su propia forma de sentir.

Lo primero que haremos es ponernos cómodos, en un ambiente silencioso, y asegurarnos de que no queremos ser molestados. Deberemos de relajarnos y entrar en un estado de meditación y silencio. Tendremos en la mano el cristal que vamos a programar y, cuando hayamos accedido al espcio de la meditación, nos llevaremos el cristal al tercer ojo (sexto chakra), sosteniéndolo con la mano izquierda (los zurdos con la mano derecha).
En este punto entraremos ulcemente en contacto con el cristal, dejándonos llevar por su energía. Cuando estemos listos le pediremos al deva o elemental del cristal que escuche, que sienta y reconozca nuestra energía. Esto puede hacerse enviando mentalmente, en tres ocasiones, un mensaje en este sentido al deva del cristal. Debemos hacerlo de manera que los pensamientos formulados sean muy claros y precisos. Una vez hecho esto, podemos pasar a la fase de programación propiamente dicha.

Empezaremos enviadno al cristal pensamientos de amor, de bienvenida y de aceptación, y seguiremos pidiéndole al deva del cristal que acceda, a partir de ahora, a interactuar únicamente con nuestra energía. Repetiremos esta idea tres veces, con fuerza y determinación, y sobre todo con mucho amor.
No hay que olvidar darle las gracias, antes de separar el cristal de nuestra frente. En este momento la programación se ha completado, y a partir de ahí ya podemos empezar a interactuar con el cristal, que por fin es nuestro.

Cada vez que sintamos la necesidad de pedirle algo a nuestro cristal, podemos repetir el mismo procedimiento o, como ya se ha dicho, un método más acorde con nuestra forma de ser. Por ejemplo, podemos pedirle al deva del cristal que sea él quien halle la mejor manera de comunicarse con nosotros. Esto es muy importante ya que nos pone en disposición de poder satisfacer numerosas peticiones.
Por ejemplo, si dudamos ante una decisión, o no tenemos las ideas claras sobre algo que nos está ocurriendo, y necesitamos un poco de ayuda, podemos pedirle a nuestro cristal que nos eche la mano, que nos ayude a aclararnos las ideas.