Secretos de una sanadora mapuche

ecretos de una sanadora mapuche

Entrevista a Luisa Matías Nahuelpán

Doña Luisa vive en Villa Nahuel, Mehuín Alto y como ella dice no es meica ni machi pero sabe “hacer la hierba para sanar a las personas”. Ella recibió el don de sanar de un sueño, tal como le ocurre a machis y meicas de la tradición espiritual mapuche.

Doña Luisa recibió el don de sanar en sueño, tal como le ocurre a machis y meicas de la tradición espiritual mapuche: “yo en sueños recibí. Vino un hombre del aire, tomó mi mano fuerte y me dijo: ‘su mano esta ungida’. Esto lo soñó eso sí después de acercarse a la religión cuando yo entendí que un Dios vivo que tenemos, un Dios que sana, que opera. Lo incurable lo sana. Es la fe que tengo anclada a la roca del corazón como se dice”. Y aclara: “nosotras somos evangélicas, creemos en Dios. Porque todos estamos aquí con la bendición de Dios. Dios da la vida y salud. Yo soy tierra y tengo que volver a la tierra algún día”.

Heredó de las mujeres de la familia los conocimientos prácticos para curar con hierbas. “Yo todo no lo sé, porque yo era un poquito loquita. No me gustaba cuando ella (su abuela) me llamaba para enseñarme. Yo me arrancaba y ella me decía “mire loca algún día se va a casar, va tener hijos que van a estar llorando y yo no voy a estar ¿Quién te va ayudar? esto es para su bien”.

Luisa Matías se acordó de su abuela cuando se enfermaron sus niños, cuando ya era tarde “pero mi mamá vivía, así que me dejó completa (enseñanza): esto es pa’ la sangre , pa’ la vida, pa’ el empacho pa’ todo, me dijo”. Aseguró que, de todos modos, el que quiere aprende el arte de curar con hierbas. “Algunos pueden saber. El que tiene voluntad para saber lo hace, el que no, no”.

Mal de Ojo y Empacho

Para el Mal de Ojo, atribuido a la envidia en la tradición oral, la señora Luisa tiene tiene sus recetas infalibles “se da remedio fresco (mezcla de hierbas) y reprendo ese aire. Le pongo la mano en la mollera y lo reprendo: ‘aquí no pertenece, suéltelo déjelo en paz. Si te han mandado dígale que aquí no puede, porque esta criatura está en manos de Cristo. Yo soy faltante, soy pecadora de pensar, en mirar, en hablar ante mi padre, pero la guagua no, claro. Obedezca, mire. Yo te reprendo en el nombre del señor Jesús Cristo, te reprendo, sale y deja en paz esta criatura sana porque está la mano de Dios sobre la mollera. Sale, tú eres el dañino, tú eres el engañador, el envidioso, le envidias la vida a esta criatura, pero él (divinidad) dice que no tiene poder”. Hasta ahora no le pasado que espíritus dañinos no salgan de los cuerpos “la mano Dios es más poderosa que ese demonio” explica.

Luego de esta oración, que mezcla elementos cristianos con la espiritualidad mapuche, el pequeño se sana. Luisa Matías nos explica esta singular enfermedad “yo creo que ese ojo es el espíritu, es ese aire malo que coloca la persona que dice a la guagua nanaicito (arrumaco). Eso le produce como una fiebre al niño, dura unos días le entra un calor se aflige y se va”, dice.