El “Merchandising Brujeril”

El “Merchandising Brujeril”

Sí, de unos años a esta parte, la “magia” está innegablemente de “moda”. Hace 7 u 8 años aún corría la creencia de que la magia era algo negativo, ( incluso la positiva, tenía un halo de prohibición), y ahora hasta la sección infantil de las librerías está plagada de brujas adorables.

Creo que en este proceso la Wicca ha salido especialmente perjudicada,  ya que hoy es palabra de uso común que en el lenguaje al uso sirve para calificar cualquier tipo de prácticas en conexión con una naturaleza literalmente imaginada, cualquier grupúsculo de personas vitalmente neutralizadas en pos de una dudosa iluminación, y unas esperanzas mágicas que descuidan que lo importante es la realización.

Todo lo cual es una verdadera lástima, porque aún contando con pocos lustros de tradición, la Wicca (los orígenes Gardnerianos), daba bastante más de sí. Y creo, que el merchandising brujeril de hoy día, ha apresado especialmente a la Wicca, porque la Wicca trató de presentarse al mundo como algo tremendamente amable, inocente y sencillo, en la onda de la New Age ( la Wicca Estándar).  Y el mundo, que es como es, lo tomó como algo bueno, bonito, y, sobretodo, fácil: y lo usó como un revitalizante para sus negocios.

Tampoco es plan de ponerse como Jesús con los mercaderes del Templo. Sencillamente unos venden lo que otros compran; y si no nos gusta lo que venden, no compramos, y ya. Es una elección personal, y no es plan de cohibir las elecciones ajenas.

Sabemos que la palabra “Wicca” se usa mal en un alto porcentaje de los casos; al final, creo que la mejor opción es ignorarlo completamente. Esto no le sucede sólo a la Wicca, le sucede a cualquier rama del paganismo, a cualquier escuela de conocimiento, en cualquier religión o incluso especialización de conocimiento; desde el mismo momento de su creación o aparición, ya que la diferencia la hacen las personas. 

Por eso no es de extrañar que dos personas que se consideran Wicca, o dos observadores externos, den una definiciones contradictorias sobre el mismo tema. Y por eso mismo, por lo que tiene de lógico, creo que tampoco debería ofendernos ni preocuparnos.

Mal vamos si tratamos de definirnos, como personas,  bajo una etiqueta, y si desperdiciamos nuestra energía vital en explicar lo que somos a cualquiera que se asome o que nos crucemos por la calle; porque lo que somos ya se ve, no sólo en nuestras palabras, sino a través de ellas, en la misma manera de hablar, en la expresión de nuestro rostro, en nuestros gestos y, sobretodo, en nuestros actos.

Así nos reconocen los seguidores de otras tradiciones, dentro y fuera del paganismo, como iguales, cuando nos encontramos con ellos en el sendero de la búsqueda. Sobran las definiciones, las aclaraciones.

Hoy vivimos rodeados de merchandising-brujeril-pseudo-pagano, como manda la costumbre de nuestro espacio y tiempo, tenemos un amplio surtido a nuestro alcance ( o al menos cerca) de series de Tv, películas, libros, cómics, muñecos, ornamentos, y música en esta línea… Algunos de estos productos son basura, otros están vacíos,  otros tienen algún valor, y habrá algunos que sean realmente valiosos. Cada uno escoge con qué se queda.

Por supuesto los que llevan más tiempo de rodaje pueden aconsejar, pero no hay que desvivirse por tal causa. No hay que olvidar que el criterio de la persona se forja a base de experiencias; y que hay personas que más que no tener experiencia, es que ya escogieron quedarse con lo menos valioso.

Vaelia Bjalfi, Julio 2006
Publicado en Foros Blue Moonlight