Ciclo Anual – Yule – Solsticio de Invierno

Yule es el ritual del Solsticio de Invierno; es una festividad pagana solar que fue adoptada por la Wicca (entendiendo por Wicca el modelo actual, iniciado por Gérald Brosseau Gardner en los años 50 del s. XX ). Como todos sabemos, fue adaptado por el cristianismo a través de la celebración del nacimiento de Jesús, la Navidad.

5 comentarios

  • ArjunaV

    CUNNINGHAM, S. ; HARRINGTON, D. : La Casa Mágica, ed. Mirach, Madrid, 1993, pp.149-151

    (…)Esta fue una antigua fiesta pagana para conmemorar el nacimiento de deidades solares, como Mitra; sólo más tarde llegó a ser una de las fiestas más santificadas del calendario cristiano.

    (…) Se pueden hacer muchas actividades mágicas en esta época del año. En los primeros tiempos una de las más importantes eran las hogueras. Este fuego sagrado se hacía para dar fuerza y vida al Sol, el cual se creía que renacía en el Solsticio de Invierno.

    En los últimos tiempos el fuego fue domesticado y traído dentro de las casas con la forma de tronco navideño. Se elegía un tronco grande, se le arrastraba a la casa y se preparaba para ser utilizado. Se tallaban soles, figuras masculinas y otros símbolos mágicos en su superficie, y se decoraba con hojas.

    (…)Si no tiene chimenea, puede hacer una vela de Navidad. Compre la vela más grande, más ancha y más roja que pueda encontrar. O mejor, haga una. Con un pico de hielo, grabe un sol ardiente en un lado de la vela, colóquela en una palmatoria o plato resistente al fuego. Rodee su base con acebo, pino, muérdago, cedro, romero, laurel enebro u otras plantas de hoja perenne. (…) Si desea que arda toda la noche, colóquela en un caldero en un cuenco grande, y rodee el caldero con las plantas.

    (…) Poner las velas y luces en el árbol le asegurará al hogar un año de bienestar y luz. Para decoración puede utilizar los comunes adornos de plata (los de cristal son bolas de bruja en miniatura) y colgar naranjas, manzanas, piñas y nueces en sus ramas, como era costumbre en tiempos pasados. Guirnaldas de amapolas y arándanos son toques naturales y le trasmitirán su magia al árbol. Fragantes guirnaldas hechas con capullos de rosa secos y palos de canela añadirán una nota nostálgica a su árbol.

    (…) un baño de limpieza mágico nos sacará de todas las preocupaciones y problemas de los últimos seis meses. Mezcle pino, laurel y romero, átelos dentro de una tela de gasa y añádalos al agua de su baño.

  • ArjunaV

    JONSON, C. ; SHAW, M. D. : La Magia de la Tierra, ed. Obelisco, Barcelona, 1997

    p. 23

    El solsticio de invierno en diciembre es el momento de mayor oscuridad: el sol está en su punto mas bajo en los cielos, mientras que la noche es la más larga del año. Yule es uno de los puntos clave del ciclo. Tras Yule, los días empiezan a prolongarse, por lo que esta festividad (similar en espíritu a la Navidad o a la Hanukkah) se celebra tradicionalmente para convocar el retorno de la luz y de la esperanza al mundo oscuro y helado. En Yule hay celebraciones ruidosas y reflexión silenciosa; nuestros antepasados encendían grandes fogatas en la noche de Yule y bailaban a su alrededor toda la noche para llamar al amanecer, girando y girando para invocar al cambio, tanto en el aspecto interno como en el externo. Y la perfecta quietud de las imágenes de Yule (las velas iluminan la oscuridad, el sagrado árbol verde constituye el eco de la naturaleza vibrante de la vida en medio de la aparente muerte, y la Madre Tierra que da cobijo al Niño Sol) nos recuerda que, justo cuando las cosas parecen haber perdido esperanza y apagarse, el ciclo cambia y la luz retorna.

    p. 177

    (…)A continuación les damos algunas ideas para las formas de las galletas (…) : soles lunas, estrellas, árboles de Yule, diosas, velas, manos (puede hacer la forma de la mano de cada uno de los miembros de su familia), globos terráqueos, círculos, pentáculos, granadas, manzanas mazorcas, estrellas de nieve, renos y espirales.

    (…) estas formas también pueden hacerse con masa de harina, agua y sal; dejarlas secar, pintarlas y darles una capa protectora de barniz. O puede ponerle levadura y hornearlas. Puede utilizar también algún tipo de arcilla sin cocción. Si bien todas estas opciones muy bonitas pueden ser algo pesadas, con lo que lo mejor es realizar los adornos en tamaños pequeños para evitar que se quiebren las ramas o que su adorno acabe rompiéndose en el suelo. Antes de hornear o secar estos adornos de masa, utilice una paja para bebidas a fin de hacerles un agujero en la parte superior que servirá para colgarlos.

    (…) Otras sugerencias son el decorar ramitas de vid con bayas rojas o con muérdago, frutos secos o semillas y ponerlas en las ramas. También pintar nueces y bellotas de color dorado, atarlas con un lazo rojo y colgarlas es una buena decoración para estas fechas.

    p.179

    CONSTRUIR UNA CUEVA SAGRADA

    Esta última actividad, más que ninguna otra, tiene una intensidad que habla directamente a la parte más íntima de nuestro yo. Con su poder silencioso, crea una imagen sorprendentemente bella de valor y de luz, que su familia recordará toda la vida.

    (…) La cueva sagrada nos destaca la figura de una madre y su hijo, pero en este caso es la Madre Tierra y el Hijo Sol a quien representamos.

    La cueva tiene la estabilidad de la Tierra y su energía. Es una representación de la Tierra, de la quietud del invierno y del vientre protector de la oscuridad. Se construye de estas dos maneras. Si usted tiene un muro de piedras en su propiedad, puede quitarle algunas rocas para hacer una apertura en el muro. O puede construir una cueva utilizando piedras y rocas encontradas por ahí cerca. La boca de la cueva tiene que ser lo suficientemente grande como para poner las figuras que  usted desee, y también velas de té o velas votivas.

    (…) Luego viene la parte interior del proyecto: fabricar las figuras para poner en la cueva (….) A nosotras nos gusta usar cela de modelar (….) para dar forma a las nuestras, a las que añadiremos pequeñas piedrecitas o joyas que colocaremos presionando la cera. Pero otras posibilidades son la arcilla o el papel maché.

    (…) La imagen principal de la Madre Tierra y el Niño Sol son las únicas imprescindibles. Otras posibles son: viejas, dioses de la vegetación figuras invernales, magos brujas y criaturas mágicas como las sirenas, los hombres-pez y los ángeles.

    Nosotras siempre añadimos pequeñas representaciones del tótem animal de cada miembro de la familia y cualquier otro por el que nos sintamos atraídos. Nuestra cueva mágica se convierte enseguida en un zoo, con búhos, cuervos, ardillas y serpientes saliendo de entre las rocas o haciendo su nido en los huecos formados por las piedras.

    Usted puede construir la cueva en cualquier día de diciembre, pero mantenga las figuras en casa hasta la víspera de Yule. Luego, al atardecer, haga una gran procesión (…) llevando un cesto con las figuras algunas ramas de verde perenne, una varilla de incienso especial y velas de té o votivas.

    Cuando el sol se ponga, encienda la varilla de incienso y póngala en el suelo cerca de la cueva. Ubique las figuras dentro y alrededor de la cueva: la Madre y el Hijo siempre como figuras centrales, con una vela justo detrás de ellas. Decore la cueva con ramas y ponga las otras velas por todo alrededor cuidando el riesgo de incendio.

    Luego, mientras la oscuridad aumenta y el frío es aún más palpable en esta noche más larga del año, diga unas palabras acerca del valor que significa brillar en la oscuridad, acerca de cómo gira la rueda hacia la luz, y sobre la magia de la Gran Madre que nos traerá de nuevo al Sol. Seguidamente enciendan por turnos las velas.

    (…)En el día de Yule, renueve las velas y vuélvalas a encender cuando caiga la tarde. En este momento nuestro humor es más alegre: la noche más larga ha pasado.

    pp. 181-183

    ALTAR : (…) Las velas son necesarias, su viva luz es crucial en esta fiesta, pero asegúrese de tener gran precaución con los pequeños. (…)

    Hojas perennes de todas clases – abeto, cedro, pino, enebro – también son un fragante imperativo; sus hijos querrán llenar la casa de verde. Ponga una rama en un jarrón, haga guirnaldas para el mantel o para las escaleras, coronas para las paredes y las puertas, y haga festones sobre las mesas o en las superficies planas. Únicamente asegúrese de que las ramas están lejos de las llamas de las velas, una vez se hayan secado.

    Una vieja costumbre inglesa consiste en rodear los cuadros y los espejos con hiedra y por supuesto, acebo con sus bellas bolas rojas que son un espléndido detalle decorativo. El muérdago, cuyas bolas blancas fueron reverenciadas por los druidas como el semen del dios, se puede colgar encima de la puerta para efectuar la costumbre tradicional de besarse debajo – seguramente nuestros antepasados hacían algo más que besarse bajo este símbolo sagrado de fertilidad -. Haga que las bolas estén fuera del alcance de los pequeños y de los animales domésticos porque son muy venenosas. Como detalle especial de amor, tal vez quiera regalar una guirnalda de pequeñas rosas secas (…)

    A nosotras nos gusta poner una rama sin hojas, o un árbol hecho con mimbre, en el centro de la mesa – su belleza desnuda es un recordatorio constate del poder del invierno -. Luego, en la víspera de Yule, lo adornamos con cintas y cordones dorados y colgamos pequeñas ramitas de cualquier árbol de hoja perenne y bolas rojas de acebo entre sus ramas huesudas, dejando más ramitas de hoja perenne en su base.

    Las manzanas y las granadas siguen siendo apropiadas para la mesa de Yule. Tal vez quiera dorar unas cuantas nueces y bellotas y ponerlas aquí y allá, entre las ramas verdes (…)

    Tal vez quiera colgar una representación dorada del sol (…) muchos de nosotros incluimos una pequeña figura de algún animal con cuernos (…) Los palos de canela y las bolas de olor pueden esconderse entre las ramas verdes que adornan la mesa, y también pequeños obsequios y dulces (galletas especiales o bolitas de frutos secos y nueces) para que las encuentre la familia durante la fiesta. (…) 

  • ArjunaV

    CONWAY, D.J. (1995) : Magia Céltica , ed. Mirach, Barcelona pp. 69-71

    SOLSTICIO DE INVIERNO
    (Alrededor del 21 de diciembre. Llamado Alban Arthuan por los druidas. También llamado Navidad)

    Notas especiales: Es el  tiempo de la Diosa de la Fría Oscuridad y del nacimiento del  Niño Divino, el dios Sol renacido. Una época de renacimiento y del cambio de los flujos  de fuerzas en la Tierra.

    Provisiones para el altar: incienso, incensario, cáliz de agua, sal, pentáculo, daga o espada, cuatro velas de Elementos, caldera, campana. Vela verde en la caldera, con una vela roja, una blanca y una negra dispuestas alrededor de ésta.

    (Trazado del círculo)

    Haga sonar tres veces la campana. Diga:

    Éste es el Solsticio de Invierno, la noche más larga del año. La oscuridad reina triunfante, aunque cede y se convierte en luz. El Rey Sol se ha marchado a Emana. Sin embargo, dentro de la caldera sagrada del renacimiento una vez más se transforma en el Niño Divino de Luz.

    Coloque un poco más de incienso sobre los carbones.

    Todo está frío y aguardo la llegada del amanecer. A medida que sale el sol, la Triple Diosa una vez más da a luz al Niño Divino. Permanezco en silencio ante la caldera sagrada del renacimiento, asombrado, sabiendo que un día yo también deberé pasar a través de la caldera para renacer. Por ello ahora honro a la Triple Diosa.

    Encienda la vela blanca cercana a la caldera.

    Blanco es para la Doncella. Que plantéis vuestras simientes de alegría y nuevos comienzos dentro de mi vida.

    Encienda la vela roja cercana a la caldera.

    Rojo es para la Madre. Que me concedáis obsequios de ideas creativas y la fuerza para realizarlas.

    Encienda la vela negra cercana a la caldera.

    Negro es para la Vieja, la Sabia. Que me deis la sabiduría para comprender los misterios mágicos.

    Encienda la vela verde dentro de la caldera.

    Verde es para el Señor recién nacido de los Bosques, el  Niño Sol Divino que viene una vez más al mundo. Os doy la bienvenida, niño y consorte de la Diosa.

    Coja la campana y diríjase al este. Suene la campana una vez.

    ¡Regocijaos, oh Poderes del Aire ! Dad la bienvenida al Niño Divino. 

    Diríjase al sur. Suene la campana una vez.

    ¡Regocijaos, oh Poderes del Fuego ! Dad la bienvenida al Niño Divino. 

    Diríjase al oeste. Suene la campana una vez.

    ¡Regocijaos, oh Poderes del Agua ! Dad la bienvenida al Niño Divino. 

    Diríjase al norte. Suene la campana una vez.

    ¡Regocijaos, oh Poderes de la Tierra ! Dad la bienvenida al Niño Divino.

    Regrese al altar y colóquese mirando al este. Suene la campana tres veces.

    ¡Salud, oh Dios de los Bosques y de la vida nueva! Os honro y os pido vuestra bendición.

    Permanezca en silencio para recibir la bendición. Suene la campana tres veces una vez más.

    ¡Salud, Triple Diosa, dadora de luz desde la oscuridad y de vida nueva desde la caldera del renacimiento! Os honro y os pido vuestra bendición.

    Una vez más, permanezca en silencio para recibir la bendición. Coloque el cáliz de vino sobre el pentáculo por unos instantes, luego elévelo hacia lo alto, diciendo:

    ¡ Salud a los Antiguos Dioses! Feliz encuentro, feliz partida y feliz reencuentro.

    Beba el vino guardando un poco para los duendes y las hadas.

    ( Cierre del círculo)

  • ArjunaV

    CASTILLO, M. ; Magia Mediterránea, ed. Obelisco, Barcelona, 1991. pp. 145-148

    SOLSTICIO DE INVIERNO

    En todas las tradiciones, lo que se celebra en estas fechas es la muerte de la luz y el renacimiento del Dios Sol.

    Desde el punto de vista Wicca, el solsticio de invierno, no es una festividad muy importante, ya que nos marca un paso de la Rueda Anual, que se presentía e insinuaba en Samhain, y se volverá a sobrentender en Imboling. Es un Sabat menor, introducido por los pueblos guerreros centro y noreuropeos adoradores del Dios.

    No es una fiesta propia de los pueblos de la Diosa, aunque con el tiempo, el concepto del Sol como consorte / hijo celestial de la Diosa, se fue introduciendo por toda Europa.

    La tradición pagana tiene una leyenda repetida en muchas culturas que explican este hecho astronómico. Desde la leyenda del descenso de Isthar a las lamentaciones de Isis; o la historia cristiana del nacimiento de Jesús o las Saturnales romanas, todas simbolizan el hecho del nacimiento del Sol.

    Quizás la idea más simple de este Sabat, es hacer destacar la idea de ayudar al nacimiento de la luz, y pedir a la Diosa que alumbre al Sol de nuevo. 

    Otro hecho importante de nuestro rito, es el simbolismo que implica a los hombres a participar con su ayuda, en las mareas cósmicas.

    El solsticio de Invierno o Yule, se celebra el 22 de Diciembre.

    RITO DE INVIERNO

    –        Se traza el círculo mágico.

    –        Apertura usual del rito.

    –        El coven se mueve antideosil alrededor del perímetro del círculo.

    –        El Sacerdote está tendido en el suelo, tapado con un velo.

    –        En el centro del círculo, junto al Sacerdote, está el caldero con una vela apagada en su interior.

    –        En este rito, los Sacerdotes han realizado la asunción de formas divinas mientras el coven se mueve.

    –        La Sacerdotisa tiene un pequeño tambor o un sistro, marca el ritmo de 1×2 y se mueve alrededor del Sacerdote mientras declama:

    Sacerdotisa

    ¿Quién me acompaña en mi recorrido por los cielos, si mi Señor ha muerto?

    ¡Despierta poder del Sol, Espíritu de luz!

    El invierno ha empezado pero mi Señor ha muerto.

    ¡He recorrido toda la tierra buscando ayuda!

    ¡Vuelve poder del Sol, Espíritu de luz!

    ¡Vuelve del País del Verano, amado mío!

    Maiden

    ¡Ayudemos a la Diosa, para que renazca el Sol!

    –        El coven detiene la danza, y empieza a moverse en deosil 3×2. La Maiden, sin moverse del grupo, sigue declamando:

    Maiden

    ¡La luz extinguida renacerá ahora por la fuerza del amor!

    ¡Diosa que movéis la poderosa Rueda, dadnos al hijo de la promesa!

    –        La Sacerdotisa besa al sacerdote le ayuda a levantarse, y cogidos de la mano, van a buscar la vela del altar para encender la del caldero. Después de encenderla, se quedan junto a él mirando al coven.

    Sacerdotisa

    ¡Gracias por ayudarme a traer al Sol!

    Sacerdote

    Viajé al Submundo, en lo más profundo de las tinieblas. Pero por la fuerza del

    amor, nací de nuevo, para seguir la danza de las mareas y los ciclos; y morir y renacer eternamente.

    Mensajero

    ¡Fortalezcamos, compañeros, al nuevo Sol recién nacido!

    Sacerdote

    Gracias por vuestro amor.

    De hoy en adelante aumentará la luz, y el invierno irá muriendo lentamente.

    Sacerdotisa

    Por vuestra ayuda y amor renacerá la luz; los campos brotarán y serán fecundados de nuevo.

    ¡Benditos los que se reúnen para festejar la vida!

    Maiden

    ¡Dancemos en su honor!

    –        El coven danza alegremente en deosil.

    –        Consagración del vino y las tortas.

    –        Cierre usual del rito.

    –        Se retira el círculo mágico.

  • ArjunaV

    Ritos mágicos del pozo del cristal, Ed FITCH. Luis carcamo editor, 1984, Madrid.

    Con respecto al Rito de invierno.

    Este ritual es totalmente ruso en cuanto a forma, imaginería y contenido. El invierno es largo y duro en esta vasta tierra y la primavera llegará tarde. El Dios cuyo aspecto es más evidente es el poderoso Rey del Hielo, frío y poderoso. Como siempre, la Diosa puede ser venerada como la Doncella, la Madre o la Anciana, pero su aspecto predominante es el de la hermosa y gélida Reina de las Nieves. El niño divino de la esperanza y de la bondad del año que empieza nace en esta estación, pues desde el solsticio de invierno los días irán alargándose progresivamente… pero todavía no debe vivir mucho tiempo en soledad reflexiva, en la inhóspita belleza del invierno y compartiendo la compañía de la familia y de los amigos íntimos.

    Rito de Invierno

    Se procura llevar a cabo este ritual a la mitad del invierno, y a ser posible, cerca de la luna llena. Se coloca el altar en el centro del área ritual, encarado al Norte. Sobre éste se colocará una imagen de la Diosa, vestida con pieles o con ropa blanca, una representación del Dios que podría ser una estatuilla o un venado y símbolos de los 4 reinos elementales: los ases del tarot de espadas, pentáculos, bastos y copas podrían vales, aunque se pueden usar símbolos más elaborados. Si se usa un mantel para el altar deberá ser de color blanco, con adornos dorados y plateados. Antes del rito deberá encenderse incienso con olor a pino y delante de la imagen de la Señora deben colocarse tres velas: blanca, roja y negra. Sobre el altar o ante él, debe haber campanillas, que se usarán durante el rito para invocar en los cuartos.
    La zona del ritual debe decorarse con el simbolismo del invierno: ramas desnudas o de hoja perenne, y algo que sugiera nieve y hielo. Deben llevarse puestas pieles como adorno en las ropas, capas o cualquier otra indumentaria de la ceremonia.  Puede haber música de fondo suave con anterioridad al rito y durante éste. Música que sugiera el invierno. Alrededor del borde externo del círculo ritual deberán colocarse trece velitas.
    Para comenzar, todos entrarán en el área ritual y se sentarán alrededor del altar, con la Sacerdotisa y el Sacerdote sentados juntos delante del altar. No habrá luz en este punto, y todo estará oscuro. Todos juntarán las manos y meditarán en silencio sobre la fría oscuridad en invierno, sobre la estación para mirar hacia adentro y sobre las maneras en que nuestros antepasados paganos celebraban esta estación en tiempos remotos. Deberá pasar algún tiempo.
    Cuando la Sacerdotisa crea que el momento es apropiado, dirá:
    En esta ocasión somos conscientes de la oscuridad del año.
    La estación de la vida ha pasado y todo está frío.
    Alrededor están el vacío y la desolación.
    Veneremos ahora a la Diosa Triple
    Para que la estación mejore
    Por el nacimiento del Niño Divino,
    El dorado sol renacido en el solsticio.

    Enciende la llama de la vela blanca ante la imagen de la Diosa, diciendo:
    Encendemos el blanco por la Doncella
    Niña divina y alegre.
    Lozano y nuevo como la nieve
    Es el cirio, que es su símbolo.
    Saludamos a la bendita.

    Enciende la llama de la vela roja ante la imagen de la Diosa, diciendo:
    Encendemos el rojo por la Madre,
    Reina de la Creación con tú cálido abrazo.
    Escarlata como la belleza de la puesta de sol invernal
    Es el cirio que es su símbolo.
    Saludamos a la regia.

    Enciende la llama de la vela negra ante la imagen de la Diosa, diciendo:
    Encendemos el negro por la Anciana,
    Tú que guardas los misterios mágicos.
    De ébano como la noche de aguanieve
    Es el cirio que es su símbolo.
    Saludamos a la sabia.

    A indicación de la Sacerdotisa, uno o más de los del centro del área ritual se moverásn (sentido agujas del reloj) alrededor del círculo, comenzando  y terminando en el Norte, encendiendo las velitas. Una vez hecho esto, el Sacerdote dirá:
    Así como la luz crece a nuestro alrededor,
    Así también la presencia
    De los antiguos Dioses,
    Que aparecen triunfantes,
    Brille donde estamos nosotros ahora.
    Que la magia, misterio y belleza
    Estén con nosotros ahora
    En ésta la estación de la Diosa Blanca,
    Y del Niño de Luz Divino.
    Que así sea!

    Todos: Que así sea!

    La Sacerdotisa va al Este y alza los brazos en salutación. Se hacen sonar  campanillas mientras ella invoca:
    Salve a todos vosotros, cielos de viento y de tormenta.
    Soplad claros, fríos y lacerantes
    Sobre la tierra que duerme.
    Lanzad vuestro conjuro, Oh Magníficos!,
    Y permaneced aquí.
    Benditos seáis!

    Todos: Benditos seáis!

    El Sacerdote va hacia el Sur y alza sus brazos brazos en salutación. Se hacen sonar  campanillas mientras él invoca:
    Salve a todos vosotros, lejanas tierras desiertas y lugares cálidos,
    Volved pronto y con bonanza,
    Para traer de nuevo las estaciones cálidas.
    Lanzad vuestro conjuro, Oh Magníficos!,
    Y permaneced aquí.
    Benditos seáis!

    Todos: Benditos seáis!

    La Sacerdotisa va hacia el Oeste y alza los brazos en salutación. Se hacen sonar  campanillas mientras ella invoca:
    Salve a todos vosotros, lagos cristalinos y escarchadas corrientes
    Heladas en belleza reluciente.
    Sed lugares de misterio y mágicos pórticos
    Lanzad vuestro conjuro, Oh Magníficos!,
    Y permaneced aquí.
    Benditos seáis!

    Todos: Benditos seáis!

    El Sacerdote va hacia el Norte  y alza sus brazos brazos en salutación. Se hacen sonar  campanillas mientras él invoca:
    Salve a todos vosotros, tierras de nieve interminables,
    Tundra helada, bosques de blanco y montañas cubiertas de hielo.
    Descansad profundamente en silencio y misterio resplandeciente.
    Lanzad vuestro conjuro, Oh Magníficos!,
    Y permaneced aquí.
    Benditos seáis!

    Todos: Benditos seáis!

    La Sacerdotisa y el Sacerdote se ponen delante del altar, encarando al Norte. Se hace una pausa de cinco latidos y se hace sonar por dos veces las campanillas. El Sacerdote evoca:
    Oh! Terrenal Dios de la escarcha
    Cuya barba es de hielo brillante
    Y cuyo cayado convierte todo en cristal.
    Tú cuyo arte no es de estos mundos,
    Estate con nosotros, te lo pedimos.
    Concédenos tu penetrante alegría.
    Deja que oigamos el crujido de tu risa,
    Para que conozcamos mejor tu sabiduría y tu magia.
    Bendito seas!

    Todos: Bendito seas!

    Se hace una pausa de cinco latidos y se hace hace sonar por tres veces las campanillas. La Sacerdotisa evoca:
    Oh! La muy regia Reina de las Nieves,
    Cuyas rutilantes joyas resplandecen a nuestro alrededor
    Y cuyas brujerías convierten todo en un blanco deslumbrante.
    Brillante esmperatriz cuya carroza está formada por estrellas del Ártico
    Y cuyo manto es el fuego helado del boreal,
    Estate con nosotros, te lo pedimos.
    Concédenos tu penetrante alegría.
    Para que conozcamos tu fría y distante belleza,
    Para que conozcamos mejor tu sabiduría y tu magia.
    Bendita seas!

    Todos: Bendita seas!

    Se repone el incienso y se hace una pausa de al menos trece latidos. Se han elegido por la Sacerdotisa y el Sacerdote cuatro de dentro del área ritual para dar respuesta de los cuatro cuadrantes. En este momento tomarán sus respectivas posiciones. (si el grupo de paganos es pequeño, estas funciones pueden llevarse a cabo por la Sacerdotisa y el Sacerdote).
    La Sacerdotisa da tres golpes dobre el altar y dice:

    En ésta, la estación de la Diosa Blanca
    Y el tiempo del Niño Divino,
    Qué sabiduría dice el vigilante del Este?

    Este:
    Éste es un tiempo para adentrarse en la espesura
    Y buscar sus fuerzas mágicas.
    Un tiempo para estar solo
    Y ver todas las cosas claramente.
    Es una estación de alegría!

    Se hará un silencio de unos trece latidos. El Sacerdote da tres golpes dobre el altar y dice:
    En ésta, la estación de la Diosa Blanca
    Y el tiempo del Niño Divino,
    Qué sabiduría dice el vigilante del Sur?

    Sur:
    Éste es un tiempo de búsqueda activa,
    Tanto fuera en la Naturaleza como dentro de uno mismo.
    En anhelo y la resolución atañerán a los misterios.
    Ésta es una estación de coraje!

    Se hará un silencio de unos trece latidos. La Sacerdotisa da tres golpes dobre el altar y dice:
    En ésta, la estación de la Diosa Blanca
    Y el tiempo del Niño Divino,
    Qué sabiduría dice el vigilante del Oeste?

    Oeste:
    Éste es un tiempo para de dedicarse al camino de los lugares agrestes
    Y para buscar la tranquilidad de los sitios solitarios.
    Un tiempo para encontrar explicaciones,
    Y para confiar sólo en los buenos amigos.
    Es una estación para meditar!
    Se hará un silencio de unos trece latidos. El Sacerdote da tres golpes dobre el altar y dice:
    En ésta, la estación de la Diosa Blanca
    Y el tiempo del Niño Divino,
    Qué sabiduría dice el vigilante del Norte?

    Norte:
    Éste es un tiempo para conocer la resistencia de las colinas
    Y en consecuencia crecer en la propia firmeza
    Y considerando todas las cosas.
    Ésta es una estación de confianza!

    Se hará un espacio de treinta latidos. En este momento pueden añadirse al rito otros aditamentos, tales como una danza circular, una procesión o música, siguiendo los deseos de los que están en el rito, y con la guía de la Sacerdotisa y el Sacerdote.
    Cuando se ha terminado puede clausurarse la ceremonia.
    La Sacerdotisa irá al Este y levantará el brazo en salutación. Se harán sonar las campanillas mientras ella dice:
    Os damos las gracias, cielos de vientos y tormentas,
    Y llevaos nuestras bendiciones a vuestros lejanos dominios.
    Benditos seáis!

    Todos: Benditos seáis!

    El Sacerdote irá al Sur y  levantará el brazo en salutación. Se harán sonar las campanillas mientras él dice:
    Os damos las gracias, lejanas tierras desiertas y lugares cálidos,
    Y llevaos nuestras bendiciones a vuestros lejanos dominios.
    Benditos seáis!

    Todos: Benditos seáis!

    La Sacerdotisa irá al Oeste y levantará el brazo en salutación. Se harán sonar las campanillas mientras ella dice:
    Os damos las gracias, lagos cristalinos y corrientes de escarcha
    Y llevaos nuestras bendiciones a vuestros lejanos dominios.
    Benditos seáis!

    Todos: Benditos seáis!

    El Sacerdote irá al Norte y  levantará el brazo en salutación. Se harán sonar las campanillas mientras él dice:
    Os damos las gracias, tierras de nieves interminables
    Y llevaos nuestras bendiciones a vuestros lejanos dominios.
    Benditos seáis!

    Todos: Benditos seáis!

    La Sacerdotisa y el Sacerdote se pondrán delante del altar encarando al Norte. Se hará una pausa de cinco latidos y se harán sonar las campanillas por dos veces. El Sacerdote dice:
    Oh gozoso Dios de la escarcha!
    Te damos las gracias por tu brillante presencia aquí.
    Hemos sido honrados por tener tu espíritu
    Aquí entre nosotros.
    Adiós y Bendito seas!

    Todos: Adiós y Bendito seas!

    Se hará una pausa de cinco latidos y se harán sonar las campanillas por tres veces. La Sacerdotisa dice:
    Oh magnífica Reina de las Nieves!
    Te damos las gracias por tu cristalina presencia aquí.
    Hemos sido honrados por tener tu espíritu
    Aquí entre nosotros.
    Adiós y Bendita seas!

    Todos: Adiós y Bendita seas!

    Apaga las velas delante de la imagen de la Diosa y dice:
    La Diosa, el Dios y el niño
    Han sido honrados.
    Este rito de invierno se ha llevado a cabo.
    Feliz encuentro y Feliz partida.