El Jardín de los Derviches
de
Sheikh Muzaffer Ozak al-Yerrahi al-Halveti
INTRODUCCION
Es un hecho de historia actual que el mundo occidental se ha visto sujeto a una explosión espiritual, en años recientes. En cada una de las grandes tradiciones religiosas ha comenzado a desarrollarse el mismo tema de una mayor naturaleza esotérica, posiblemente porque la gente está ahora más consciente de aceptar lo interior, la trascendencia mística de las experiencias religiosas, posiblemente porque la humanidad se encuentra en una profunda necesidad de una guía y dirección espiritual.
Cualquier simpática lectura de historia religiosa nos enseña que la intensa duración de las genuinas experiencias místicas capta la atención de sinceros buscadores interiores como los que buscan un camino interior a través de la Divinidad. Como Occidentales se han hecho esfuerzos para satisfacer esa necesidad a través de la búsqueda entre los grandes caminos del mundo para sostenimiento espiritual, Budismo e Hinduismo han sido recibidos con entusiasmo en el esencial mundo Judío – Cristiano, más familiar a las mentes occidentales. Y en este histórico proceso, también el esoterismo Islámico ha hecho su particular entrada en la conciencia occidental.
Como en otras grandes tradiciones espirituales, Islam tiene dentro de sí su propio gran testamento místico, el Camino Sufí. Nadie familiarizado con Sufismo puede errar en notar su riqueza y complejidad, así como uno puede perderse la sublime variedad de expresiones de sus practicantes. Sufismo puede mostrar una cara en un momento y en otro, revelarse a sí mismo en otro sencillo y tranquilo aspecto.
El Jardín de los Derviches, es uno de esos raros libros que unen dos extremos espirituales, el amor devocional y la enseñanza esotérica, ambas a través de la persona y enseñanzas de su autor, Sheikh Muzzafer Ozak (ra). Incluso una precipitada mirada a través de su contenido revela el conocimiento del Sheikh de complejas costumbres espirituales y práctica, tradiciones y creencias, así también como el explica detalladamente las diversas estaciones del alma.
Uno puede leer la poesía de Rumi, por ejemplo, o cualquier otro extraordinario poeta Sufí, y verse superado por su penetración y elocuencia, y la sabiduría de su devoción. Como en los verdaderos grandes trabajos de arte hagiográfico o expresiones serias y de profunda espiritualidad, los poemas o enseñanzas son a menudo ninguna otra cosa más que la manifestación del amor puro, el amor transformante del amante del Divino Amado.
Y luego también uno puede leer en Ibn Arabi las más completas y articuladas elevadas enseñanzas, complejas elevadas descripciones de penetrantes estados de conciencia y estaciones del alma. Uno es introducido en un universo de penetrantes y sublimes enseñanzas, un nuevo camino de conocer la creación en si mismo.
Si uno responde siguiendo el profundo anhelo del propio corazón, nada menos que un profundo trabajo de años de estudio y entrenamiento debe ocurrir, resultando en una total y seria absorción de profundas enseñanzas espirituales de un enorme fondo. Si uno es afortunado, un maestro puede aparecer capaz de revelarle este universo escondido al sincero estudiante. O, posiblemente, en un flash de reconocimiento, uno puede experimentar la profunda entrega, y en esas profundidades, encontrar el alma del universo escondido dentro del propio corazón.
Sheikh Muzzafer fue uno de los mejores comentaristas clásicos y contemporáneos maestros. Su vida y enseñanzas recorren las completas expresiones de las tradiciones Sufíes. Sus libros testifican su extraordinaria anchura y profundidad de conocimiento, mientras sus derviches y amigos testifican su enorme capacidad de reflejar el Amor Divino y la aceptación que ha encontrado para y dentro de si mismo.
Uno fuerza pausa aquí y refleja un momento en la metafórica naturaleza del título en sí mismo, El Jardín de los Derviches, para el Sufismo, nada es desperdiciado, todo tiene un significado y una Divina dirección. Cualquier número de analogías inmediatamente llega a la mente, todas de un gran valor, ya que el Sufismo opera en muchos niveles. El Sheikh fuerte es el jardinero, o mejor, el representante del Poder Divino que sostiene el universo y todo ser. El poderoso jardín es el mundo y los derviches, todos aquellos que colocan su pie en el camino espiritual con intensidad y deseo. Uno le da la bienvenida al intenso conocimiento espiritual que parece venir rápidamente como una plaga desde el iluminado mundo del Sheikh Muzzafer.
Para los derviches de la Orden Halveti-Jerrahi (o de la misma manera para cualquiera interesado en crecimiento espiritual), las enseñanzas en este libro proveen justamente esos conocimientos. Que más puede un guía espiritual ofrecer que una atmósfera de guía y dirección, y las respuestas a rezos y preguntas sin respuesta? La necesidad individual a veces se ve en concordancia con la habilidad de percibir la manera en que esa ayuda es ofrecida. Para aquellos que claman a Dios por sus rezos no respondidos, uno sólo les puede sugerir que han estado buscando por sus respuestas en los lugares equivocados.
El Jardín de los Derviches es uno tal respuesta. Sheikh Muzzafer revela la riqueza y el poder de la Tradición Halveti-Jerrahi en una manera consistente con nuestra propia vida en estos días y edad, mientras que al mismo tiempo permanece verdaderamente a sus históricas ramas. No son para él las secas insistencias en las antiguas costumbres, o las muchas aprendizajes mentales y literales lecturas de los Hadices y comentarios. Para aquellos que conocen a Sheikh Muzzafer, Sufismo es una viva expresión de la verdad, cuyas pruebas no pueden ser encontradas en polvorientas páginas, sino en los amorosos corazones de sus practicantes.
Sobre todo esto, el Sufismo Del cual Sheikh Muzzafer habla y practica siempre permanecen en el Sendero del Amor. Cualquier sea la dificultad de comprensión de la variedad de específicas descripciones y preceptos, estamos asegurando una y otra vez, directamente y en el más penetrante de los caminos, que la última meta de todas estas enseñanzas es simplemente el completo cumplimiento y realización del Amor Divino. ¿Qué más uno puede querer?
Louis Rogers
Publicaciones Pir
La Creación Divina:
El Hombre como Macrocosmos
Como seres humanos creados y traídos a este mundo transitorio, tenemos la obligación: de descubrir porqué venimos, de donde venimos, hacia donde vamos, quién nos trajo aquí y quienes nos llevará de vuelta.
Habiendo descubierto al Uno que nos trajo a este mundo, debemos saber y comprender la extensión de Su fuerza y poder.
Luego viene la primera y principal obligación de cada criatura de obedecerlo a El y amarlo como El se merece.
Como seres inteligentes, estamos sujetos a reconocer que Él, Allah, posee la fuerza y poder para traernos a este mundo, y para sacarnos de él, sin ningún consentimiento de nuestra parte de la manera descripta en este Noble Verso del Corán:
¡Hombres! Si estáis en duda sobre la vuelta a la vida
Ciertamente os creamos a partir de tierra, de una gota de esperma, de un coágulo, de carne bien formada o aún sin formar, para hacéroslo claro. Y en las matrices vamos conformando lo que queremos hasta que se cumple un plazo determinado y luego hacemos que salgáis siendo niños y que después alcancéis la madurez; y de vosotros hay unos que son llevados y otros a los que dejamos llegar hasta la edad más decrépita de la vida para que después de haber sabido no sepan nada. Y ves la tierra yerma, pero cuando hacemos caer agua sobre ella se agita, se hincha y da toda clase de espléndidas especies. (22:5)
La forma en la cual los seres humanos son creados es una gran maravilla de sabiduría, majestuosidad y poder, y el negar esto puede resultar ser un signo de trágica ignorancia.
El hombre no fue creado ni en vano no por casualidad
:¿Cree acaso el hombre que se le dejará olvidado? (75:36)
Bajo cuidadosa reflexión, está claro que la creación de los seres humanos no es diferente, para Allah el Todo Glorioso, de la creación de todos este vasto universo. Las propiedades materiales y espirituales del hombre son inherentes a la entera creación.
En verdad, el hombre es el macrocosmos o un gran mundo, mientras que el universo es el microcosmos o el mas bajo mundo.
Los Maestros de la Verdad y de la Realidad nos enseñan que el hombre, aunque exteriormente es pequeño es en su interior grande,mientras que el universo, creado exteriormente grande es interiormente inferior al hombre.
Todo lo que existe, tanto en este bajo mundo y lo que este contiene, o el del Más Allá que es el Paraíso, Infierno, Puente y Balance, todo aquello que puede ser visto y conocido ha sido creado y traído en ser para el objeto del hombre.
Así el hombre, ha sido creado por causa de la Verdad Divina.
El negar a Dios es en consecuencia el negar la propia existencia.
Cuando una obra de arte existe, el autor de dicho trabajo también existe.
Incluso si no podemos ver al artista en persona lo podemos ver en dicho trabajo.
Cuando somos testigos de su expresión artística creemos que el mismo existe.
El contemplar la pintura es conocer a quien la pintó; el contemplar una escultura es conocer a al escultor.
Si llegamos a reconocer el esplendor de nuestro propio ser con toda su extensión y poder, deberíamos inclinarnos ante Aquél que nos dotó con esa fortaleza y poder.
No podemos dudar de Su Existencia y Unicidad :Vuestro Dios es un Dios Único, no hay dios sino El, el Misericordioso, el Compasivo (2:163)
El Destino de la Humanidad
El hombre no es el autor de su propio destino.
El Destino de la Humanidad es decretado y predeterminado por nadie sino por nuestro Divino Creador.
De otra manera, nuestro nacimiento, muerte, el seleccionar a nuestros padres sería nuestra propia elección.
Al hombre se le ha dado en verdad la voluntad de su existencia pero es libre de ponerla en práctica dentro de los limites de una armadura en particular.
El Destino está en las manos de Dios, entendiendo esto como una voluntad universal. La siguiente analogía puede servir para ilustrar la distinción entre la particular voluntad-poder conferida a los seres humanos, en una mano y la voluntad universal en la otra.
Imaginemos un grupo de pasajeros en un ómnibus, tren o un buque; vean como se mueven de un lado al otro, tanto en el frente como por atrás, sentándose o dejando libres sus asientos, comiendo y bebiendo.
Estas acciones son ejemplos del ejercicio de nuestra propia libertad de acción. Mientras tanto, de todas maneras, el vehículo o buque continúa su propia ruta o curso, controlado por el conductor o capitán.
Aquí tenemos algo similar para la voluntad universal.
Los movimientos de los pasajeros no tienen ningún efecto en la dirección o la velocidad del tren o del barco; de igual manera el destino de la humanidad no puede ser influenciado por la capacidad de la libre voluntad que ha sido dada a los seres humanos.
Raros casos pueden ser vistos como excepciones pero tales instancias están ambas divinamente predeterminadas. Nada está fuera del designio del destino.
El hombre está enteramente circunscrito interiormente o exteriormente a la voluntad de la Verdad Divina así como está rodeado en los sentidos materiales por la atmósfera.
Somos testigos de hechos de que nuestra vida está confinada por dentro a ritmos limitados, rodeada por obstáculos visibles e invisibles, conocidos y desconocidos, que son imposibles de alcanzar por nuestros deseos y esperanzas, que no podemos alcanzar nuestras metas, que la vida y la muerte están fuera de nuestro control.
Estamos gobernados por una fuerza que nos mantiene a todos bajo su mandato. La existencia de esta fuerza es innegable, y claramente prueba la Existencia, el Poder y la Fuerza de Allah, Exaltado Sea.
Se nos permite desear pero el poder de crear y traer a la vida no nos ha sido concedido. Desear es algo de la propia voluntad; la creación y el hacer realidad las cosas y los seres son peculiares a la voluntad universal.
El deseo y las expectativas provienen de nosotros pero la creación y el traer a la vida son de Allah. Si eso Le complace, El crea aquello que deseamos y lo hace realidad; sino, El no complace nuestro deseo.
Lo que parece que causamos, realmente lo adquirimos a través de Su causa. Pero incluso esta adquisición, el desear y anhelar son originados por El.
De dónde vienen los seres humanos?
Con certeza venimos de Allah a través de Su Poder y Fuerza.
¿Hacia dónde va?
De regreso hacia Allah y nuevamente a través de Su Fuerza y Poder.
En este viaje de ida y vuelta, que papel juegan los propios deseos del hombre?
Allah dijo Ven, y Sus servidores entraron a este mundo.
Allah dio la orden, despójate a ti mismo de tu cuerpo. El servidor obedeció al instante. Por Mandato Divino, el retornará a la Verdad en el Otro Mundo.
Los deseos, la voluntad, los comandos, vienen todos del Señor; El no pregunta a su servidor, El no consulta a nadie. El maneja Su Poder en absoluta independencia. El servidor es sujeto, Dios es soberano.
El Todo-Glorioso se muestra a través de Sus Obras, Comprendido a través de Su Poder, Conocido a través de todos Sus Nombres.
No existe otro Dios sino El, y Solo El es digno de adorar.
El género humano es el producto de Su gran Poder, y del género humano
El escogió Su Amado, para ser el espejo de Su Esencia.
De Su propia Luz El amorosamente creó la luz de la humanidad, al cuál El dio el nombre Muhammad. Para afirmar la apostólica y profética misión de este Amado, segundo sólo a la Esencia de la Divinidad,
El hizo manifiesto Su glorioso atributo de Verdadero Creyente (Al-Mumin).De esta sublime luz El luego creó el Poderoso Trono, el Espléndido Pedestal, el Ultimo Árbol de Loto y la Prospera Casa, así como el sol y la luna; El creó el Paraíso como una Promesa a aquellos que crean en El y en su Amado, y el Fuego del Infierno como una amenaza para los no creyentes.
Los genios fueron creados por El del fuego, y los ángeles de la luz.
El creó a Adán de la tierra y el agua; haciéndolo portador de la luz de Muhammad.
El lo proclamó al universo como el vicerregente de Dios, le enseño los Nombres Divinos y lo hizo el espejo de Su Esencia.
Mientras Adán vino a conocer los Nombres por virtud de la luz que lo creó, Dios hizo a Su Amado intimo con Sus Nombres, Sus Atributos y Su Esencia, para Él lo hizo Jefe de los Profetas, Favorito del Señor, y una Misericordia para Todos los Mundos. El Señor nos creó, Sus Servidores, en Su Amado honor.
Es nuestro deber el descubrir el reconocer la Más Sagrada Esencia de Dios, el afirmar Su Unidad y el rendirle culto a El.
Hemos sido creado para ese mismo propósito, como el Sagrado Quran declara:
Y no He creado a los genios y a los hombres
Si no para que Me adoren (51:56)
FE, ADORACION Y MORALIDAD
La Adoración sin Fe no tiene valor, de la misma manera Fe sin adoración no es valorada en su totalidad. Pero esa Fe es como una vela quemándose en el cielo abierto, sin una linterna que la proteja.
La Adoración sirve como una linterna para la vela de la luz de la Fe, y esa linterna está reforzada por virtudes morales por una red de alambre que la cubre.
En otras palabras, un verdadero ser humano debe poseer estos tres atributos:
Creer y obedecer a Allah.
Adorarlo y realizar todo con sinceridad.
Poseer un buen carácter moral.
En su adoración de ser aceptados por Allah, los creyentes deben cultivar las virtudes morales prescritos por el Quran y ejemplificados por nuestro Maestro, el Más Noble Profeta Muhammad.
De otra manera, sus plegarias rituales redituarán sólo fatiga y de los ayunos derivarán solamente en hambre.
Sinceridad es un prerrequisito para la adoración, y la sinceridad constituye la mayor parte de la virtud moral.
Varios caracteres inmorales, incluyendo algunos que han sido observados en la adoración religiosa son conocidos por perder su Fe en el momento de la muerte.
Como contraste, muchos no creyentes han tenido la gracia de obtener un verdadero carácter Islámico. A través de esta gracia, y por su servicio a la humanidad, ellos se han ganado el favor de Allah, consiguiendo la Fe hasta el final de sus vidas, y se han ganado la entrada al Paraíso con la ayuda del Señor.
Para aquellos verdaderos y virtuosos creyentes, quienes ejecutan su adoración y realizan buenas ejecutan buenas acciones, tienen la promesa de felicidad en el Más Allá.
Seguramente entre los amigos de Allah, no existe el miedo, Tampoco ellos agravian. Existen dos clases de Fe.
Una de ellas escogida como segunda mano, por imitación.
La otra clase es adquirida directamente, por convicción personal.
A menos que te hayas descartado la imitación, nunca llegarás a alcanzar la convicción. Lee el libro de tu propio ser aquí y ahora.
No esperes por el terrible Día de la Resurrección, pero llámate a ti mismo a cuentas antes de que te encuentres con el Todo-Glorioso.
La Admisión al Paraíso debe ser ganada aquí, para este mundo es el semillero del Más Allá.
De la manera que siembras , recogerás.
En ese mundo nadie ha de ser juzgado injustamente; cada uno recibirá lo que él o ella se merece.
Arremángate a ti mismo ahora con una gran determinación.
Conviértete en un servidor de Allah, siempre atento a que sólo eres una simple criatura mortal.
Sé digno del honor de servirlo a El, el Siempre Viviente.
La servitud a uno mismo sólo será un obstáculo, pera bajo la servidumbre a Allah te traerá el perdón y te convertirá en soberano de ambos mundos.
Tú eres uno de esos que dicen: Mi madre y padre creen in Dios; yo estoy en compañía de ellos, entonces debe creer también?
Abandona esta fe por imitación y encuentra tu propia convicción.
Refresca tu fe a través de la afirmación de la Divina Unidad.
Observa los trabajos de Allah, el Señor de la Majestad.
¿Cómo es que El revive a esta tierra desanimada?
Tu y Yo también seremos devueltos a la vida después de la muerte, con todas las demás criaturas.
El es aquél que trae la muerte y da la vida.
Observa como El es capaz de crear y traer de la no-existencia a la vida, luego el retornarlo a la no-existencia lo que El ha creado y traerlo de vuelta a la vida.
Abre tus ojos a esto, para que la fe de segunda mano sea reemplazada por la verdadera convicción.
ARREPENTIMIENTO
Si has venido a comprender el significado de tu propia existencia, si buscas la aprobación de la Verdad y el honor de la comunión con la Divina Presencia, entonces tú debes comenzar a recorrer el Camino del Amor.
En este camino el punto de partida es Allah y el último destino es también Allah.
La guía a este radiante camino no es otro que el Amado del Señor, el Intercesor en el Día del Juicio, el Líder de los Amantes, el Príncipe de los Santos, el Jefe de los Profetas, el Venerable Muhammad Mustafá, que las Bendiciones de Allah y los saludos de Paz sean con él.
Este radiante sendero, este Camino de Conducta comienza con la Fe y la Sumisión. Esta bondadosa gracia se obtiene por renunciar a las vanidades de este mundo por la causa de la Posteridad, al buscar el Placer de Allah y el anhelar por Sus Favores.
Los Buscadores que transitan este camino deben primero pasar a través de la Puerta del Arrepentimiento.
El buscar a Allah con la adoración sin arrepentimiento, es como tomar una medicina sin ver la prescripción médica.
El por lo tanto nos instruye.
Los que vuelven después del error, los que adoran, los que alaban, los que ayunan, los que se inclinan, los que se postran, los que ordenan lo reconocido como bueno y los que impiden lo reprobable y los que guardan los límites de Allah.
Da buenas noticias a los creyentes (9:112)
El ARREPENTIMIENTO posee cuatro etapas:
TAWBA (en palabra y acción)
Para aquellos en el nivel del Yo Dominador (al-nafs al-ammâra).
Esto se aplica en general, como el Glorioso Corán nos dice:
Y volveos a Allah todos, para que podáis tener éxito (24:31)
Además el Bendito Profeta dijo: El arrepentirse de un pecado equivale a jamás haberlo cometido.
Esta primera etapa de arrepentimiento es para todos los creyentes. Para aquellos que han renunciado a este mundo en favor de otro mundo, deseando arrepentirse de sus pecados, abandonando su desobediencia para convertirse en dignos sirvientes de Allah, el arrepentimiento debe ser efectuado de la siguiente manera:
Primero es necesario creer en Allah y en Su Mensajero, llevar a cabo Sus mandamientos con un sentimiento de amor, y el huir con temor de todas las cosas que no le agradan a Su Majestad.
Luego, el penitente es requerido a causa de todos aquellos pecados cometidos por el, juiciosa o no juiciosamente y a cumplir todas las sobresalientes obligaciones religiosas (rezos no realizados, los ayunos no observados, caridad no dada o el Peregrinaje no hecho).
Para servir más, el debe reponer cualquier cosa que haya tomado y colocarlo en el lugar apropiado, disculparse por cualquier daño que haya causado, hacer restitución por cualquier error cometido a cualquier ser humano tanto musulmán como no musulmán, y así buscar el perdón por cualquier infracción sobre los derechos de los Musulmanes en particular, o de los derechos humanos en general.
Este arrepentimiento no puede ser completo a menos que este acompañado de un remordimiento por los errores cometidos en el pasado, y de una firme determinación de no volverlos a cometer nunca más.
En verdad Allah ama a aquellos que se vuelven a El arrepentidos, y El ama aquellos que se mantienen puros (2:22)
INÃBA: Volviéndose al Señor
Este es el apropiado para aquellos que están en el nivel del Yo Censurador (al-nafs al-lawwâma), y es llamado así por una expresión utilizada en el Verso Coránico:
Y volvéos a vuestro Señor y someteos a El antes de que os llegue el castigo, pues luego no seráis socorridos (39:51)
Este arrepentimiento es propio de aquellos que aspiran a disfrutar la compañía de la elite entre los creyentes, y que han atravesado un paso más en el camino espiritual a través de reformar el Yo Dominante.
Para alcanzar este estado, los penitentes deben renunciar a este mundo, contentarse con poco, realzar su carácter moral, limpiarse y purificarse su naturaleza inferior, y desechar toda actividad que no sea agradable a Allah.
Para hacerse aceptables ante la Verdad, deben emprender una implacable lucha interna contra sus deseos mundanos e inclinaciones, trabajando para purificarse interiormente a través de la crítica constante de sus propios pecados.
La pureza exterior es accesible a través de la Sagrada Ley, la pureza interior a través de las lágrimas.
Si somos exitosos en la purificación de nosotros mismos a través de este tipo de arrepentimiento, experimentaremos la manifestación del perpetuo amor del Todo Poderoso.
Nuestro amor por El es el resultado de Su eterno amor por nosotros.
Alguien le preguntó a la santa Rabiah al-Adawiya: Si yo me arrepiento de muchos pecado cometidos, será mi arrepentimiento aceptado,?
La venerable Rabiah contestó:
No, no puedes ni siquiera arrepentirte a menos que El se enternezca por tí. Esta era su manera de decir que el pecado y la desobediencia son características humanas, mientras que la aceptación del arrepentimiento es un atributo de Allah, el Siempre Enternecido.
El arrepentimiento llamado Volviéndose al Señor tiene su estación en el corazón, del cual hay un atributo:
Aquél que temiera al Misericordioso sin verlo, y se presentara con un corazón obediente (50:33)
AWBA: Retornando al Señor
Este es apropiado para aquellos que se encuentran en el nivel del Yo Inspirador (al-nafs al-mulhima).
Esta forma de arrepentimiento es nombrada en el Verso Coránico:
¡Que excelente siervo! El se volvía mucho a su Señor (38:43)
Este estado de arrepentimiento es propio de la elite entre los santos. Procede de su ardiente deseo de encontrarse con el Exaltado Señor.
El simple penitente es uno que es movido por el temor de la cólera y el castigo divino; sintiendo remordimiento el se arrepiente de sus pecados y sus faltas.
Volverse en este caso es arrepentimiento motivado de desear el mérito y la recompensa
.Retornando es arrepentimiento inspirado por acumular el encuentro con Allah, el experimentar la divina comunión.
Este tercer grado tiene su estación en el alma.
Como el Sagrado Corán indica, esta estación es la Estación de la Servidumbre:
Y entra con Mis siervos
(89:29)
En el tercer nivel de arrepentimiento, penitentes exhiben los siguientes niveles y características.
Ellos evitan la compañía de los mortales, prefiriendo la total soledad.
Toda su atención es adorar a Allah, y en Su compañía se mantienen en vigilia.
Como amantes anhelan la divina comunión, se separan ellos mismos de los deseos e inclinaciones mundanas y no mundanas, buscando solamente la aprobación divina.
Ellos combaten la Gran Guerra Santa, ellos luchan con su propio yo inferior.
RUJU: Adorando al Señor
Este grado de arrepentimiento es propio de aquellos bendecidos seres que han alcanzado el nivel del Yo Tranquilo (al-nafs al-mutmainna)
¡Oh, alma sosegada! Regresa a tu Señor
(89:27-28)
Este es el nivel de los Profetas y los grandes santos.
No hay nivel más alto de arrepentimiento.
La citación Divina, Regresa a tu Señor! Está dirigida a los Profetas Mensajeros y a aquellos seres especiales íntimos de Allah, la elite de la elite.
A través del benévolo favor de esta invitación Divina, el alma noble es despojada de egoísmo, de la personalidad separada, y es absorbida en la naturaleza del Señor.
Dichos individuos no se asignan actos de adoración a ellos mismos, como tampoco claman la autoría de ninguna obra buena; ellos nunca dicen, Yo lo hice, pero siempre sí, Dios lo ha hecho. Y sus palabras son literalmente verdad.
Lo bueno que te ocurre viene de Allah (4:78)
Si cualquier cosa mala debe resultar de ellos, su sentido de decencia les causaría el tomar responsabilidad sobre ellos mismos:y lo malo de ti mismo (4:78)
Dijeron: Señor nuestro! Hemos sido injustos con nosotros mismos (7:22)
Atraídos por la fuerza de la Gracia Divina, almas como estas tiene abundante deseo de encontrar a Allah. Ellos actúan sin motivo pero se ganan Su Buen Placer.
Ellos siempre contemplan la Verdad; están siempre con la Verdad.
Habiendo alcanzado este estado, son dejados libres de deseos pero con la auto-aniquilación en la Verdad, a través del encuentro con Todo-Misericordioso y observando Su Belleza, por la abolición de la dualidad, y por el dulce sabor del vino de la Unidad.
El Martirio del Santo Mansur Al-Hallaj
Cuando el venerable Santo Mansur al-Hallaj fue llevado para ser ahorcado al lugar de ejecución, primero le cortaron la mano derecha, Hallaj se sonrió. Luego le cortaron la mano izquierda, a lo cual el se rió mucho más fuerte.
Se comportaba de esta manera porque se sentía con regocijo y felicidad sobre el inminente encuentro con la Divina Verdad.
Su única preocupación era su poderosa cara pálida hacia atrás por la pérdida de sangre, y que aquellos que observaban malinterpretaran esta palidez.
El mientras tanto, se lamentaba: Mi rostro no está pálido por el miedo, solo por la pérdida de sangre. De hecho, estoy complacido de mi encuentro con la Verdad, y me regocijo de estar uniéndome con el.
Mi felicidad y contento incrementa, al acercarme a mi Señor.
Es por eso que me sonreí cuando me cortaban la mano derecha, luego salió otra sonrisa cuando al perder de vista la mano izquierda se me dijo que estaba acercándome a mi Señor.
Hice eso para preservar el mérito de mi martirio.Mientras profería su llanto, se estaba convirtiendo en el Príncipe de los Amantes.
Sí! en verdad, el venerable Mansûr se ha convertido en el jefe de aquellos que han hallado aniquilación en la Verdad.
Debe ser claramente entendido que el arrepentimiento es un requerimiento para todos nosotros, prescindiendo de los logros espirituales. A la vista de Dios, de cualquier forma, no todo penitente está al mismo nivel.
Podremos utilizar la misma palabra arrepentimiento, pero en significado y contenido el arrepentimiento de la elite está a polos lejos del arrepentimiento de la persona media.
Así en el ejemplo dado por el venerable Mansur, muchos amantes de la Verdad, cuando sufrieron ejecución por Su causa, tenían enrojecidos sus rostros con su propia sangre para que su palidez sea mal entendida.
El gran poeta místico del siglo trece, Yunus Emre declaró:
Distraído, despiértate del sueño!
Ven al arrepentimiento; ven, arrepiéntete.
A la Corte de Dios tú mismo entrégate;
Ven al arrepentimiento; ven, arrepiéntete.
Cercana está la hora señalada;
Vida que has vivido hasta ahora es lo principal.
Tú que crees este mundo sublime,
Ven al arrepentimiento; ven, arrepiéntete.
Tú, que crees que este mundo te pertenece,
Ven al arrepentimiento; ven, arrepiéntete.
Antes que el pájaro de la vida se haya ido,
Ven al arrepentimiento; ven, arrepiéntete.
Observa tu barba; mira tu cabello
! alguna vez fue negro, ahora solo el gris se muestra.
Para ti este mundo es una trampa.
Ven al arrepentimiento; ven, arrepiéntete.
Cuando la Resurrección irrumpa,
Montañas estarán lisas como lagos,
Oh son tantos nuestros errores!
Ven al arrepentimiento; ven, arrepiéntete.
Antes que el Alma deba volar,
y el cuerpo sin vida yace, Yunus Emre,
escucha el llanto:
Ven al arrepentimiento; ven, arrepiéntete.