Los ojos del amor

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 17/06/2006 12:44
LOS OJOS DEL AMOR

Un muchacho vivia solo con su padre, ambos tenian una relacion extraordinaria,y muy especial;El joven pertenecia al equipo de football americano de la escuela, usualmente no tenia la oportunidad de jugar, bueno casi nunca, sin embargo su padre permanecia siempre en las gradas acompañandolo; Este joven era el más bajito de la clase, cuando comenzó la secundaria, e insistia en participar en el equipo de football, su papá siempre le  daba orientación, le explicaba que el no tenia que jugar football si no lo deseaba  en realidad, pero el joven amaba el football no faltaba a un solo juego, estaba decidido a dar lo mejor de si, se sentia felizmente comprometido;
Durante su vidaen secundaria lo recordaban como el “calentador de la banca” debido a que siempre permanecia sentado, su padre con su espiritu de luchador siempre permanecia en las gradas dandole compañia , palabras de aliento,y apoyo que hijo alguno no podria esperar.
Cuandio comenzó la universidad , intentó entrar a l equipo de football, todos estaban seguros de que no lo lograria, pero a todos venció pues entró a l equipo.
El entrenador le dió la noticia admitiendo que lo habia aceptado ademas de como el demostraba entregar el corazón y su alma en cada una de las practicasy ademas al mismo tiempo le daba a los demas  miembros del equipo un ejemplo  de entusiasmo perfecto, la noticia lleno por completo su corazón , corrio al telefono más cercano y llamó a su padre, quien compartía con él  porsupuesto la emoción , le enviaba en todas las temporadas entradas para que asistiera a los juegos de la universidad, el joven atleta erá  muy persistente , nunca faltó a una sola práctica ni a un solo juego durante los  cuatro años de la universidad y nunca tubo la oportunidad de jugar en ningun juego.
Era el final de la temporada y justo unos minutos antes de que comenzara el primer juego de las eliminatorias , el entrenador le entregó un telegrama, el joven lo tomó , y luego de leerlo se quedó en silencio , tragó saliva y luego le dijo al entrenador:
-¡mi padre murió esta mañana!
-¿no hay problema de que falte al juego de hoy?
El entrenador lo abrazó y le dijo:
-tomaté el resto de la semana libre y no se te ocurra venir el sabado.
Pasaron los dias y al fin llegó el sabado y el juego no estaba muy bien , habien llegado al tercer cuarto cuando el equipo tenia diez puntos de desventaja , el joven entró en vestidor u calladamente se colocó el uniforme  y corrió de inmediato a hacia donde estaba el entrenador y su equipo, los cuales estaban impresionados de ver  a su luchador compañero de regreso.
-¡entrenador por favor permitame jugar, tengo que jugar hoy!, le dijo el joven a su entrenador con lagrimas en los ojos,
El entrenador pretendió no escucharlo, pues de ninguna manera podia permitir que el peor jugador entrara en el cierre de las eliminatorias; pero el joven insistia  tanto que el entrenador accedió tal ves por lastima pero le respondió diciendo que estaba de acuerdo y que el campo era todo suyo.
Minutos despues el entrenador, su equipo y el publico no podian creer lo que estaban viendo, ese pequeño desconocido que nunca habia participado en un juego estaba haciendo todo perfectamente, y de manera brillante que nadie podia detenerlo en el campo, ya que corria tan facilmente como una estrella, su equipo empezó a ganar y luego en los segundos de cierre, el joven interceptó  un pase y corrió todo el campo hasta ganar con un touchdown, la gente que estaba en las gradas gritaba emocionada y su equipo corrió a cargarlo por todo el campo  en señal de felicidad.
Despues cuando todo terminó el entrenador notó  que el joven estaba sentado calladamente y solitario en una esquina y le dijo:
-¡caray muchacho estuviste genial, dime ¡como lo lograste?!
El joven miró al entrenador y le respondió:
-Usted sabe que mi padre murió , pero ¿sabia usted que mi padre era ciego ?
El joven hizó una pausa y trató de sonreir , mi padre asistó a todos los juegos pero en esta ocación era la primera vez que el podiá verme jugar , así que quizé demostrarle que podia hacerlo, y que lo haría lo mejor que pudiera…..

Esto es para reflexionar y para luchar

El temido enemigo

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 16/06/2006 10:41

EL TEMIDO ENEMIGO

por Jorge Bucay

La idea de este cuento llegó a mí escuchando un relato de Enrique Mariscal. Me permití, partir de allí prolongar el cuento transformarlo en otra historia con otro mensaje y otro sentido. Así como está ahora se lo regalé una tarde a mí amigo Norbi.

Había una vez, en un reino muy lejano y perdido, un rey al que le gustaba sentirse poderoso. Su deseo de poder no se satisfacía sólo con tenerlo, él, necesitaba además, que todos lo admiraran por ser poderoso, así como la madrastra de Blanca Nieves no le alcanzaba con verse bella, también él necesitaba mirarse en un espejo que le dijera lo poderoso que era.

Él no tenía espejos mágicos, pero contaba con un montón de cortesanos y sirvientes a su alrededor a quienes preguntarle si él, era el más poderoso del reino.

Invariablemente todos le decían lo mismo:

-Alteza, eres muy poderoso, pero tú sabes que el mago tiene un poder que nadie posee: Él, él conoce el futuro.

( En aquel tiempo, alquimistas, filósofos, pensadores, religiosos y místicos eran llamados, genéricamente “magos”).

El rey estaba muy celoso del mago del reino pues aquel no sólo tenía fama de ser un hombre muy bueno y generoso, sino que además, el pueblo entero lo amaba, lo admiraba y festejaba que él existiera y viviera allí.

No decían lo mismo del rey.

Quizás porque necesitaba demostrar que era él quien mandaba, el rey no era justo, ni ecuánime, y mucho menos bondadoso.

Un día, cansado de que la gente le contara lo poderoso y querido que era el mago o motivado por esa mezcla de celos y temores que genera la envidia, el rey urdió un plan:

Organizaría una gran fiesta a la cual invitaría al mago y después la cena, pediría la atención de todos. Llamaría al mago al centro del salón y delante de los cortesanos, le preguntaría si era cierto que sabía leer el futuro. El invitado, tendría dos posibilidades: decir que no, defraudando así la admiración de los demás, o decir que sí, confirmando el motivo de su fama. El rey estaba seguro de que escogería la segunda posibilidad. Entonces, le pediría que le dijera la fecha en la que el mago del reino iba a morir. Éste daría una respuesta, un día cualquiera, no importaba cuál. En ese mismo momento, planeaba el rey, sacar su espada y matarlo. Conseguiría con esto dos cosas de un solo golpe: la primera, deshacerse de su enemigo para siempre; la segunda, demostrar que el mago no había podido adelantarse al futuro, y que se había equivocado en su predicción. Se acabaría, en una sola noche. El mago y el mito de sus poderes…

Los preparativos se iniciaron enseguida, y muy pronto el día del festejo llegó…

…Después de la gran cena. El rey hizo pasar al mago al centro y ante le silencio de todos le preguntó:

– ¿Es cierto que puedes leer el futuro?

– Un poco – dijo el mago.

– ¿Y puedes leer tu propio futuro, preguntó el rey?

– Un poco – dijo el mago.

– Entonces quiero que me des una prueba – dijo el rey –

¿Qué día morirás?. ¿ Cuál es la fecha de tu muerte?

El mago se sonrió, lo miró a los ojos y no contestó.

– ¿Qué pasa mago? – dijo el rey sonriente -¿No lo sabes?… ¿no es cierto que puedes ver el futuro?

– No es eso – dijo el mago – pero lo que sé, no me animo a decírtelo.

– ¿Cómo que no te animas?- dijo el rey-… Yo soy tu soberano y te ordeno que me lo digas. Debes darte cuenta de que es muy importante para el reino, saber cuando perdemos a sus personajes más eminentes… Contéstame pues, ¿cuándo morirá el mago del reino?

Luego de un tenso silencio, el mago lo miró y dijo:

– No puedo precisarte la fecha, pero sé que el mago morirá exactamente un día antes que el rey…

Durante unos instantes, el tiempo se congeló. Un murmullo corrió por entre los invitados.

El rey siempre había dicho que no creía en los magos ni en las adivinaciones, pero lo cierto es que no se animó a matar al mago.

Lentamente el soberano bajó los brazos y se quedó en silencio…

Los pensamientos se agolpaban en su cabeza.

Se dio cuenta de que se había equivocado.

Su odio había sido el peor consejero.

– Alteza, te has puesto pálido. ¿Qué te sucede? – preguntó el invitado.

– Me siento mal – contestó el monarca – voy a ir a mi cuarto, te agradezco que hayas venido.

Y con un gesto confuso giró en silencio encaminándose a sus habitaciones…

El mago era astuto, había dado la única respuesta que evitaría su muerte.

¿Habría leído su mente?

La predicción no podía ser cierta. Pero… ¿Y si lo fuera?…

Estaba aturdido

Se le ocurrió que sería trágico que le pasara algo al mago camino a su casa.

El rey volvió sobre sus pasos, y dijo en voz alta:

– Mago, eres famoso en el reino por tu sabiduría, te ruego que pases esta noche en el palacio pues debo consultarte por la mañana sobre algunas decisiones reales.

– ¡ Majestad!. Será un gran honor… – dijo el invitado con una reverencia.

El rey dio órdenes a sus guardias personales para que acompañaran al mago hasta las habitaciones de huéspedes en el palacio y para que custodiasen su puerta asegurándose de que nada pasara…

Esa noche el soberano no pudo conciliar el sueño. Estuvo muy inquieto pensando qué pasaría si el mago le hubiera caído mal la comida, o si se hubiera hecho daño accidentalmente durante la noche, o si, simplemente, le hubiera llegado su hora.

Bien temprano en la mañana el rey golpeó en las habitaciones de su invitado.

Él nunca en su vida había pensado en consultar ninguna de sus decisiones, pero esta vez, en cuánto el mago lo recibió, hizo la pregunta… necesitaba una excusa.

Y el mago, que era un sabio, le dio una respuesta correcta, creativa y justa.

El rey, casi sin escuchar la respuesta alabó a su huésped por su inteligencia y le pidió que se quedara un día más, supuestamente, para “consultarle” otro asunto… (obviamente, el rey sólo quería asegurarse de que nada le pasara).

El mago – que gozaba de la libertad que sólo conquistan los iluminados – aceptó…

Desde entonces todos los días, por la mañana o por la tarde, el rey iba hasta las habitaciones del mago para consultarlo y lo comprometía para una nueva consulta al día siguiente.

No pasó mucho tiempo antes de que el rey se diera cuenta de que los consejos de su nuevo asesor eran siempre acertados y terminara, casi sin notarlo, teniéndolos en cuenta en cada una de las decisiones.

Pasaron los meses y luego los años.

Y como siempre… estar cerca del que sabe vuelve el que no sabe, más sabio.

Así fue: el rey poco a poco se fue volviendo más y más justo.

Ya no era despótico ni autoritario. Dejó de necesitar sentirse poderoso, y seguramente por ello dejó de necesitar demostrar su poder.

Empezó a aprender que la humildad también podía ser ventajosa empezó a reinar de una manera más sabia y bondadosa.

Y sucedió que su pueblo empezó a quererlo, como nunca lo había querido antes.

El rey ya no iba a ver al mago investigando por su salud, iba realmente para aprender, para compartir una decisión o simplemente para charlar, porque el rey y el mago habían llegado a ser excelentes amigos.

Un día, a más de cuatro años de aquella cena, y sin motivo, el rey recordó.

Recordó aquel plan aquel plan que alguna vez urdió para matar a este su entonces más odiado enemigo

Y sé dio cuenta que no podía seguir manteniendo este secreto sin sentirse un hipócrita.

El rey tomó coraje y fue hasta la habitación del mago. Golpeó la puerta y apenas entró le dijo:

– Hermano, tengo algo que contarte que me oprime el pecho

– Dime – dijo el mago – y alivia tu corazón.

– Aquella noche, cuando te invité a cenar y te pregunté sobre tu muerte, yo no quería en realidad saber sobre tu futuro, planeaba matarte y frente a cualquier cosa que me dijeras, porque quería que tu muerte inesperada desmitificara para siempre tu fama de adivino. Te odiaba porque todos te amaban… Estoy tan avergonzado…

– Aquella noche no me animé a matarte y ahora que somos amigos, y más que amigos, hermanos, me aterra pensar lo que hubiera perdido si lo hubiese hecho.

Hoy he sentido que no puedo seguir ocultándote mi infamia.

Necesité decirte todo esto para que tú me perdones o me desprecies, pero sin ocultamientos.

El mago lo miró y le dijo:

– Has tardado mucho tiempo en poder decírmelo. Pero de todas maneras, me alegra, me alegra que lo hayas hecho, porque esto es lo único que me permitirá decirte que ya lo sabía. Cuando me hiciste la pregunta y bajaste tu mano sobre el puño de tu espada, fue tan clara tu intención, que no hacía falta adivino para darse cuenta de lo que pensabas hacer, – el mago sonrió y puso su mano en el hombro del rey. – Como justo pago a tu sinceridad, debo decirte que yo también te mentí… Te confieso hoy que inventé esa absurda historia de mi muerte antes de la tuya para darte una lección. Una lección que recién hoy estás en condiciones de aprender, quizás la más importante cosa que yo te haya enseñado nunca.

Vamos por el mundo odiando y rechazando aspectos de los otros y hasta de nosotros mismos que creemos despreciables, amenazantes o inútiles… y sin embargo, si nos damos tiempo, terminaremos dándonos cuenta de lo mucho que nos costaría vivir sin aquellas cosas que en un momento rechazamos.

Tu muerte, querido amigo, llegará justo, justo el día de tu muerte, y ni un minuto antes. Es importante que sepas que yo estoy viejo, y que mi día seguramente se acerca. No hay ninguna razón para pensar que tu partida deba estar atada a la mía. Son nuestras vidas las que se han ligado, no nuestras muertes.

El rey y el mago se abrazaron y festejaron brindando por la confianza que cada uno sentí en esta relación que habían sabido construir juntos…

Cuenta la leyenda… que misteriosamente… esa misma noche… el mago… murió durante el sueño.

El rey se enteró de la mala noticia a la mañana siguiente… y se sintió desolado.

No estaba angustiado por la idea de su propia muerte, había aprendido del mago a desapegarse hasta de su permanencia en el mundo.

Estaba triste, simplemente por la muerte de su amigo.

¿Qué coincidencia extraña había hecho que el rey pudiera contarle esto al mago justo la noche anterior a su muerte?.

Tal vez, tal vez de alguna manera desconocida el mago había hecho que él pudiera decirle esto para quitarle su fantasía de morirse un día después.

Un último acto de amor para librarlo de sus temores de otros tiempos…

Cuentan que el rey se levantó y que con sus propias manos cavó en el jardín, bajo su ventana, una tumba para su amigo, el mago.

Enterró allí su cuerpo y el resto del día se quedó al lado del montículo de tierra, llorando como se llora ante la pérdida de los seres queridos.

Y recién entrada la noche, el rey volvió a su habitación.

Cuenta la leyenda… que esa misma noche… veinticuatro horas después de la muerte del mago, el rey murió en su lecho mientras dormía… quizás de casualidad… quizás de dolor… quizás para confirmar la última enseñanza del maestro.

Encadenados por el pasado

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 15/06/2006 12:48
“ENCADENADOS POR EL PASADO ”

Conocí a Raúl en un seminario, tres años después de haber sido liberado de un secuestro. Sus captores lo habían encerrado en un armario durante seis meses amarrado con cadenas.

Me hablaba con un entusiasmo pleno de ilusiones y de afecto, parecía feliz a pesar de haber soportadouna experiencia tan dolorosa y destructiva.

– ¿No sientes rabia o rencor contra tus captores?-le pregunté abiertamente-.

Me miró, se frotó la cara con las manos y su rostrose ensombreció por un instante.

– Recién salí, -respondió con firmeza-, no fue fácil.Mi desesperación y mis rencores eran mi peor tortura, pero un día decidí que ya no quería cargar más las cadenas.

– ¿A qué te refieres? -dije intrigado-.

– Yo estuve secuestrado con otra persona, -replicó-,nos liberaron al mismo tiempo. Después me la encontré, rabiosa y amargada, sólo hablaba de su pasado, del dañoirreversible que le habían causado, de lo crueles que habían sido, de lo feliz que se sentiría el día en elque se hiciera justicia.

Guardó silencio por un instante, como si revisarasus propias reflexiones.

– ¿Sabes? -prosiguió después de una pausa-, al vera esta persona me di cuenta que daba lo mismo que lo hubieran liberado, que su cuerpo estuviera libre,porque él había decidido continuar secuestrado en su mente, en su dolor, en su pasado. Prefería pensaren sus captores, no disfrutaba a su familia, ni de la posibilidad de construir el presente ni el futuroque le dio la vida.

– Pero, ¿Cómo se puede olvidar algo tan duro? -seguíainterrogando-.

-Mis captores me quitaron la libertad, pero no voya permitir que me quiten mi tranquilidad, si yo continúo alimentando este rencor, les estaré dando mi vida, es cómo si eligiera llevarlos conmigo en cada momento, por el resto de mis días. Ni mis seres queridos ni yonos merecemos eso, la verdadera venganza será mi felicidad, dejarlos atrás y disfrutar de cada instante de mi vida.

Hizo una pausa y miró hacia adelante con una expresión alegre.

– Las verdaderas cadenas -concluyó- las tenemos en nuestra mente cuando decidimos continuar apegados al dolor, al resentimiento o al pasado. Eso es peor que un armario oscuro, -dijo con énfasis y prosiguió-, yo prefiero que los míos me recuerden como alguien que supo reacoger la alegría de la vida y no como alguien que se quedó alimentando la rabia y la autocompasión.

Preguntate: ¿cuáles son las cadenas que podrías empezar a soltar ahora? ¿Cuáles son los eventos pasados o presentes que puedes dejar de alimentar con rabia o dolor?

En cada momento puedes decidir agravar tu herida o empezar a sanarla para siempre.

Arbol de los deseos

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 13/06/2006 20:01

Arbol de los deseos

Un viajero muy cansado se sienta bajo la sombra de un árbol
  sin imaginarse que iba a encontrar un árbol mágico,

“El Árbol  que convierte en realidad los deseos”.

  Sentado sobre la tierra dura, el pensaba que sería muy
  agradable encontrarse una cama mullida.
  Al momento, esta cama apareció al lado suyo.

  Asombrado el hombre se instaló y dijo que el colmo de
  la dicha sería alcanzado, si una joven viniera y masajeara
  sus piernas tullidas.
  La joven apareció y lo masajeó de una manera muy
  agradable

  – Tengo hambre, -dice el hombre,- y comer en este momento
  sería con seguridad, una delicia.

  Una mesa surgió, cargada con alimentos suculentos.

  El hombre se alegra. Come y bebe. Su cabeza se inclina
  un poco. Sus párpados, por la acción del vino y la fatiga,
  se cierran. Se dejó caer a lo largo de la cama y pensaba
  ahora en los maravillosos eventos de este extraordinario
  día.

  – Voy a dormir una hora o dos -se dice él-. Lo peor sería
  que un tigre pasara por aquí mientras duermo.

  Un tigre aparece enseguida y lo devora.

  Usted tiene en si mismo un Árbol de deseos que espera  sus órdenes.

  Pero cuidado, el también puede realizar sus pensamientos  negativos y sus temores.

Puede contaminarse de ellos y  bloquearse. Este es el mecanismo de las preocupaciones.

¡¡¡    Yo le deseo, de todo corazón, una vida libre de preocupaciones,  de pensamientos negativos y temores,  a la sombra de su propio Árbol de los Deseos  !!!

Florecimiento en invierno

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 10/06/2006 22:37
Florecimiento en invierno

Don Rafael solo vivía un día más, de más tristeza y soledad, sin otra compañía que sus recuerdos y sentimientos de añoranza de todos los años en que fue útil y tuvo la sensación que alguien lo estaba necesitando.

Como hacia muchos días necesito hacer un gran esfuerzo para levantarse; pensando en ella, ROSARIO, su AMADA “Chayito”, tantos recuerdos, tantas vivencias, tan grande el vacío difícil de llenar y tan profundo el dolor… pero dando las gracias a la vida, así él también deseaba que la muerte lo encontrara dormido y en paz.

“No tengo nada de que arrepentirme, sé que hice todo para que ella fuera feliz y le di a nuestros hijos lo que sé los padres quieren dar para y por ellos, ¡me siento tan orgulloso!, Raúl un gran médico, Jorge un exitoso arquitecto y Chayito toda una triunfadora como administradora y excelente madre. Solo lamento no tengan un poco de tiempo para visitarme, por sus obligaciones claro”.

Como todos los días Don Rafael se bañó y preparó su desayuno, se arregló para ir a misa “para darle las gracias a dios por tantas gracias recibidas, a pesar de todo”. Después, por la tarde salió a dar unos pasos, “p´a no tullirse tan pronto”, compró el pan y la leche para la merienda y se encaminó al jardín cercano a su casa pensando, “de aburrirme en la casa, mejor en el parque, donde veo jugar a los niños y pasar a la gente, aunque no los conozca”, y sentarme en la banca que está por los columpios para escuchar las risas de los niños, que tanto me recuerdan a mis nietos.

Esta vez la banca no estaba sola, un joven leía atento un libro, al sentir cuando el anciano se sentó, levantó la mirada y le sonrió , el viejo se sintió muy bien con la sonrisa y se disculpó por interrumpir, el joven volvió a sonreírle, lo que a Don Rafael le invitó a platicarle lo mucho que disfrutaba del sol y el viento en sus visitas al parque y lo uno llevo a lo otro, le platico que era contador jubilado de una gran empresa metalúrgica, de cómo había empezado de mensajero y había estudiado y trabajado hasta recibirse de contador, de como se enamoró de la secretaria del gerente “una morenita tan linda y con sonrisa de ángel… no lo pude evitar”, le platico también cómo durante meses guardo en silencio sus sentimientos por ser tan humilde y sentir temor que ella lo fuera a despreciar, y luego como ella con una gran sencillez le hizo saber que también algo sentía.

Desde luego del noviazgo y las tardes de romance en el parque de la colonia donde vivía ella, del miedo que sentía de perder su gran amor, sin saber que era la felicidad de su vida y de los hijos que tuvieron, de como llenó de amor cada momento, hasta su muerte hacia apenas dos meses y como la extraña ahora.

El anciano se dio cuenta que ya era tarde y debía despedirse pues tenia aun que caminar mas de 10 cuadras a su pequeña casa y no le gustaba hacerlo después de las 8 de la noche.

Camino a su casa Don Rafael llevaba un agradable sentimiento de alegría y contento, solo con haber podido platicar con el joven desconocido,”mañana espero encontrarlo de nuevo” se dijo.

Al día siguiente por primera vez en mucho tiempo la mañana le parecía alegre, llena de luz y entusiasmo, hizo todas sus cosas lleno de optimismo, “casi” como cuando era joven.

Después de comer, se arregló y hasta ganas le dieron de ir al cine, al salir se dirigió a “su banca” en el parque. Ahí, como el día anterior, estaba el joven que al sentir que Don Rafael se sentaba levantó su rostro y dejó a un lado su lectura, el viejo le dijo cuanto le alegraba encontrarlo y empezó a platicar. Esta vez de sus hijos, de las satisfacciones que le dieron con su desempeño en la escuela, de su triunfos como profesionales y lo felicidad que le daban sus nietos.

Así transcurrió la tarde, casi sin sentir el hombre se fue a su casa feliz recordando como escuchaba con atención el joven… ¡y se sorprendió!, no sabia como se llamaba, “mañana se lo pregunto” se dijo y al día siguiente al llegar al jardín desde lo lejos vio que estaba su joven amigo y al llegar se disculpó y le pidió que le dijera su nombre; el joven con amistosa actitud sacó un cuaderno y le escribió:

ME LLAMO EDUARDO… soy sordomudo, PERO TU MERECÍAS SER ESCUCHADO Y LEI TUS LABIOS, una vez un maestro me enseñó que hay seres en este mundo que necesitan que alguien los valore, si tú puedes, no dejes de brindar a otros, por lo menos la oportunidad de ser escuchados.

La novia perfecta

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 05/06/2006 11:48
La novia perfecta

Un grupo de mujeres se habían reunido para celebrar la inminente boda de una amiga. Durante el curso de la velada la futura novia se dirigió a una vieja amiga que todavía seguía soltera y le preguntó: «¿Cómo es que nunca te has casado? ¿En alguna ocasión has encontrado al hombre adecuado?»

— «¡Oh sí!», le contestó ella. «Ya encontré al hombre apropiado.»
— «Entonces, ¿qué sucedió? ¿Por qué no te casaste con él?», inquirió la prometida.

— «Las cosas sucedieron así», dijo la amiga. «Sabía exactamente a quién estaba buscando. Tenía que ser el hombre perfecto. Había confeccionado una lista con todas las cualidades que yo deseaba que tuviera un hombre, y empecé a viajar alrededor del mundo para encontrarlo. Tenía que estar en algún sitio. Y efectivamente estaba.»

— «Explícame entonces», preguntó la curiosa novia. «¿Qué sucedió?»

— «Bien, empecé buscando en Nueva York», explicó la amiga. «Allí encontré un hombre muy rico. Era generoso con el dinero, pero era retraído, introvertido y poco sociable. Esto hizo que lo sacara de la lista.»

«Entonces viajé a Los Ángeles, buscando en cada rincón entre Nueva York y la Costa Oeste. En Los Ángeles encontré un hombre que no sólo era rico, sino que también era divertido, de talante feliz y sociable. Gozaba de prosperidad económica y tenía todas las cualidades sociales que siempre había deseado en un hombre. Lamentablemente, no era demasiado guapo. Pensé durante mucho tiempo, “si me caso me tendré que despertar cada mañana junto a esa fea cara”. No, tampoco era Don Perfecto.»

«En Sidney sentí que me estaba acercando mucho. Allí conocí a un hombre independiente. Era amigable y extrovertido, e increíblemente guapo. Era alto, rubio y musculoso. Era surfista, solía acudir al gimnasio regularmente, y tenía un cuerpo de modelo de portada. Pero como todos los hombres que había encontrado tenía una faceta inaceptable. Con éste era su arrogante actitud machista. Era un chauvinista.»

«Así pues, viajé a Europa. En Londres encontré un hombre rico, sociable, guapo y liberado de prejuicios respecto a las mujeres. Estaba realmente muy cerca de mi objetivo.

Al principio pensé que finalmente lo había encontrado, pero faltaba la sensualidad y el romance que yo ansiaba. Está bien encontrar a un hombre que cocine y que lave los platos, pero a mí también me gusta que me regalen rosas rojas y cenar a la luz de la luna.»

«Viajé cruzando el Canal hasta llegar a París y allí lo encontré. Ya sabes lo que dicen de los franceses. Bien, lo tenía todo. Era rico, extrovertido, guapo, liberal y extremadamente sensual. Tenía la máxima puntuación en todos los aspectos contemplados en mi lista. No había duda. Era mi hombre perfecto.»

— «¿Entonces?», preguntó con curiosidad la novia, «¿por qué no te casaste con él?»

— «¡Oh!», respondió la amiga. «La razón fue simple. El estaba buscando la mujer perfecta”

El valor de una ilusión

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 04/06/2006 14:21
El valor de una ilusión

Desde pequeño, Juan sabía que le gustaban los automóviles. Su papá tenía uno muy pequeño, en el que toda la familia tenía que agolparse, porque no cabían ni amontonados. Pero es que al papá de Juan no le llegaba el dinero para otra cosa y, con cinco hijos, la suegra en casa y dos perros, había que hacer maravillas para llegar a final de mes. Juan soñaba que cuando fuera mayor tendría el mejor automóvil de su barrio.

El pequeño Juan se sabía todas las marcas de automóviles, todos los modelos, todas las características, que si 2000 cc, que si turbo, que si tracción a las cuatro ruedas. Pronto dejó los estudios y se puso a trabajar. Primero como mozo de unos grandes almacenes, después como dependiente de una carnicería. El automóvil que Juan se quería comprar valía tanto como su sueldo de cinco años de trabajo, por lo que cuando se casó y tuvo su primer hijo, todo su sueño se esfumó: tantos gastos eran incompatibles con su adorado automóvil. Juan se volvió huraño y protestón. Todo le sentaba mal. A todas horas con el ceño fruncido. Miraba a su hijo y no podía evitar ver esfumarse su automóvil.

Tres hijos más tarde, Juan seguía creyendo que todavía podía aspirar a su sueño. “Cuando los niños sean mayores, pensó, nadie me impedirá comprarme el automóvil de mis amores”. El tiempo pasó, los niños crecieron y se independizaron. Y Juan comenzó a ahorrar con esmero, con sacrificio. Moneda a moneda, durante los últimos ocho años antes de jubilarse, Juan acumuló suficiente dinero como para comprar el automóvil y pagar los seguros.

Y el gran día llegó. Juan se vistió de domingo y, ya en el concesionario de automóviles, eligió el más bonito, el más grande, el técnicamente más perfecto. Sacó el dinero del bolsillo, pagó, se subió al automóvil, lo arrancó, salió a la calle, comenzó a recorrer calles, avenidas, salió a la carretera, hizo cuarenta kilómetros y regresó, llegó a su calle, aparcó, quitó la lleve del contacto y se quedó sentado mirando por el parabrisas. Y entonces, diez minutos más tarde, Juan miró dentro de sí mismo y pensó “¿Y ahora qué?”

El Carro del Deseo

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 03/06/2006 14:14

El carro del Deseo

Existió un viajero que tuvo que hacer una larga travesía, ató su animal a un carro e inició la  marcha hacia un largo destino, con un límite fijo de tiempo.
Al animal lo llamo Necesidad, al carro Deseo, a una rueda la llamó Placer y a la otra Sufrimiento. Así pues el viajero llevaba su carro a derecha e izquierda, pero siempre hacia su destino.
Cuanto más velozmente iba el carro, más rápidamente se movían las ruedas del Placer y el Sufrimiento, conectadas como estaban por el mismo eje y transportando como estaban el carro del Deseo.

Como el viaje era muy largo y nuestro viajero se aburría, decidió entonces decorarlo, ornamentarlo con muchas bellezas.

Pero cuanto más embelleció el carro del Deseo más pesado se hizo para la Necesidad, de tal manera que en las curvas y en las cuestas, el pobre animal desfallecía no pudiendo arrastrar el carro del Deseo. En los caminos arenosos las ruedas del Placer y el Sufrimiento se incrustaban en el piso. El viajero desesperado, porque el camino era muy largo y estaba muy lejos su destino, decidió meditar sobre el problema y, al hacerlo, escuchó el relincho de su viejo amigo.

Comprendiendo el mensaje, a la mañana siguiente desbarató los adornos del carro, lo alivió de sus pesos y muy temprano llevó al trote a su animal avanzando hacia su destino. No obstante , había perdido un tiempo que ya era irrecuperable. A la noche siguiente volvió a meditar y comprendió, por un nuevo aviso de su amigo, que tenía ahora que acometer una tarea doblemente difícil, porque significaba su desprendimiento.
Muy de madrugada sacrificó el carro del Deseo. Es cierto que al hacerlo perdió la rueda del Placer, pero con ella perdió también la rueda del Sufrimiento.
Montó al animal de la Necesidad, y sobre sus lomos, galopó por las verdes praderas hasta llegar a su destino.

La tristeza y la furia

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 02/06/2006 12:47

La tristeza y la furia

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta…

En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas…

Había una vez… un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.

La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y mas rápidamente aun, salió del agua…

Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró…

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza…

Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza.

El idiota

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 01/06/2006 12:01

Se cuenta que en una ciudad del interior un grupo de personas se divertía con un idiota de la aldea.

Un pobre infeliz, de poca inteligencia,
que vivia de pequeñas changas y limosnas.
Diariamente ellos llamaban al idiota
al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas:una grande de 400 reales y otra menor, de 2000 reales. El siempre escogía la mayor y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.

Cierto dia, alguien que observaba al grupo le llamó aparte y lepreguntó si todavía no había percibido que la moneda mayor valía menos.  Lo sé, respondió, no soy tan bobo. Ella vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguecito se acaba y no voy a ganar más mi moneda.

Conclusiones:

La primera: Quien parece idiota, no siempre lo es.

La segunda: ¿Quiénes  eran los verdaderos idiotas de la historia?

La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.

Pero la conclusión más interesante es: Podemos
estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, pero ser lo que realmente somos.

“El mayor placer de un hombre inteligente es aparentar ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente.”

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