El faro y la lampara de aceite

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 01/07/2006 11:49
EL FARO Y LA LAMPARA DE ACEITE

En una isla frente a un acantilado se alzaba majestuoso un faro. De día, sus blancos muros relucían con el sol, y de noche emitía una luz que, para los que estaban en la mar, apagaba las estrellas. Muchas personas visitaban el faro, y comentaban su altura y aspecto imponente, admirando la nota de belleza que añadía al paisaje circundante. Algunos contaban al farero que su luz los había salvado en alguna tormenta.

Todos amaban al faro, con una excepción: una pequeña lámpara de aceite que vivía en su interior. De día quedaba en el olvido al pie de las escaleras. Al anochecer ayudaba al farero a subir hasta la linterna. No era que la lámpara de aceite tuviera en menos su trabajo -sabía que cumplía un cometido-, pero vivir eclipsada por otro cuya luz era mucho más potente y podía llegar y ayudar a muchos más que una humilde lámpara de aceite era una idea muy dolorosa.

Si la lámpara de aceite hubiera sido otra cosa -digamos, una escoba- no tendría tantos motivos para envidiar al faro; su función habría sido muy diferente. Pero como los dos tenían por objeto alumbrar el camino a otros, a la lámpara de aceite le parecía que se quedaba muy corta. A su juicio, sus defectos se agrandaban por la inmediatez de alguien mucho más mayor. Ese pesar siempre le amargó su trabajo.

Un día, después de una tarde particularmente soleada en que muchos habían jugado en las arenas de la isla, alguien tocó a la puerta. Era un niño que buscaba a un amigo al que había perdido de vista mientras jugaban. El sol ya se había puesto, y las que horas antes eran playas acogedoras se veían oscuras e inquietantes. ¿Lo ayudaría el amable farero a encontrar a su amigo?

El farero hizo pasar al muchacho y, tras envolverlo en una manta, se puso su abrigo para resguardarse aquella gélida noche.

Seguidamente, descolgó la pequeña lámpara de aceite que estaba entre la puerta y las escaleras. Luego de verificar que la mecha estaba empapada en el aceite y el depósito lleno, encendió la lámpara y le dijo en voz baja: «Fiel amiga, esta noche tienes que alumbrar bien. No puedo llevarme el faro. Él cumple su función aquí; tú estás hecha para ocasiones como esta. ¡Ahora es cuando más falta me haces!»

En ese instante, todos los recelos de la lámpara se disolvieron con la alegría de saber que había una misión que solo ella podía cumplir.

A lo largo de la noche, mientras pasaba por zarzas y arbustos, alumbró más intensa y constante que nunca. El farero contaba con ella, y no podía defraudarlo. Al final, encontraron al chico y lo llevaron sano y salvo al faro, donde estaba su amigo.

La lámpara de aceite no volvió a quejarse de su lugar ni de su función. Aquella noche había aprendido algo muy importante: era más feliz y más útil siendo quien era.

También tú tienes una misión concreta y un lugar que nadie más puede ocupar. Aunque otros se luzcan más por tener mayores talentos o ejercer más influencia, el Farero de nuestro corazón, con Su gran amor omnisciente, tuvo Sus motivos para hacerte como eres. Jamás pienses que tu luz es demasiado débil para hacerse sentir.

Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos.

Mateo 5:14-

Solitario en el camino

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 29/06/2006 13:42

Solitario en el camino

PAULO COELHO

La vida es como una gran carrera en bicicleta, cuya meta es cumplir la leyenda personal –aquello que, según los antiguos alquimistas, es nuestra verdadera misión en la Tierra.

En la línea de partida estamos juntos, compartiendo camaradería y entusiasmo. Pero, a medida que la carrera se desarrolla, la alegría inicial cede lugar a los verdaderos desafíos: el cansancio, la monotonía, las dudas sobre la propia capacidad. Nos damos cuenta de que algunos amigos ya desistieron en el fondo de sus corazones; aún siguen corriendo, pero es porque no pueden parar en medio de la pista. Este grupo se va haciendo cada vez más numeroso, con todos pedaleando al lado del coche que acompañan, donde conversan entre sí y cumplen con sus obligaciones, pero olvidan las bellezas y desafíos del camino.

Nosotros terminamos por distanciarnos de ellos y entonces estamos obligados a enfrentar la soledad, las sorpresas de las curvas desconocidas, los problemas que pueda crearnos la bicicleta. En un momento dado, después de algunas caídas sin que haya nadie cerca para ayudarnos, terminamos por preguntarnos si vale la pena tanto esfuerzo.

Sí, vale. Se trata sólo de no desistir. El padre Alan Jones dice que para que nuestra alma tenga condiciones de superar esos obstáculos necesitamos cuatro fuerzas invisibles: amor, muerte, poder y tiempo.

Es necesario amar, porque somos amados por Dios.

Es necesaria la conciencia de la muerte, para entender bien la vida.

Es necesario luchar para crecer, pero nunca dejarse ilusionar por el poder que llega junto con el crecimiento, porque sabemos que él no vale nada.

Es necesario aceptar que nuestra alma, aunque sea eterna, está en este momento presa en la tela del tiempo, con sus oportunidades y limitaciones. Así, en nuestra solitaria carrera en bicicleta, tenemos que actuar como si el tiempo no existiera, hacer lo posible para valorizar cada segundo, descansar cuando sea necesario, pero continuar siempre en dirección a la luz divina, sin dejarnos afectar por los momentos de angustia.

Estas cuatro fuerzas no pueden ser tratadas como problemas a ser resueltos, ya que están fuera de cualquier control. Tenemos que aceptarlas y dejar que nos enseñen lo que necesitamos aprender.

Vivimos en un universo que es al mismo tiempo lo suficientemente gigantesco como para rodearnos y lo bastante pequeño como para caber en nuestro corazón. En el alma del hombre está el alma del mundo, el silencio de la sabiduría. Mientras pedaleamos en dirección a nuestra meta, es siempre importante preguntar: “¿Qué hay de bueno en el día de hoy?” El sol puede estar brillando, pero si la lluvia estuviera cayendo, es importante recordar que eso también significa que las nubes negras se habrán disuelto en breve. Las nubes se disuelven, pero el sol permanece inmutable y no pasa nunca. En los momentos de soledad es importante recordar eso.

Finalmente, cuando las cosas llegan a ponerse muy duras, no podemos olvidar que todo el mundo ya pasó por eso, independientemente de raza, color, situación social, creencias o cultura. Una hermosa plegaria del maestro sufí Dhu’I-Nun (egipcio, fallecido el año 861 a. C.) resume bien la actitud positiva necesaria en estos momentos:

“Oh, Dios, cuando escucho las voces de los animales, el ruido de los árboles, el murmullo de las aguas, el gorjeo de los pájaros, el zumbido del viento o el estruendo del trueno, percibo en todos ellos el testimonio de tu unidad; siento que tú eres el supremo poder, la omnisciencia, la suprema sabiduría, la suprema justicia.

“Oh, Dios, te reconozco en las pruebas que estoy pasando. Permite, Oh, Dios, que tu satisfacción sea mi satisfacción. Que yo sea tu alegría, aquella alegría que un padre siente por un hijo. Y que yo me acuerde de ti con tranquilidad y determinación, incluso cuando resulte difícil decir te amo”

El loco-2008

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 28/06/2006 9:34
El loco
En un pueblo rodeado de cerros habitaba un loco, la gente del pueblo le llamaba así: “EL LOCO”, ¿y porqué le llamaban así?, ¿Qué acaso hacia cosas disparatadas, cosas raras, cosas diferentes a lo que hacen la mayoría de las personas, al menos en ese pueblo?.

La gente al verlo pasar se reía y se burlaba de él, humildemente vestido, sin posesiones, sin una casa que se dijera de su propiedad, sin una esposa ni unos hijos; **un desdichado*, pensaba la gente, alguien que no beneficiaba a la sociedad, **un inútil** comentaban otros.

Más he aquí que este viejo ocupaba su vida sembrando árboles en todas partes donde pudiera, sembraba semillas de las cuales nunca vería ni las flores ni el fruto, y nadie le pagaba por ello y nadie se lo agradecía, nadie lo alentaba, por el contrario, era objeto de burla ante los demás.

Y así pasaba su vida, poniendo semillas, plantando arbolitos ante la burla de los demás. Y he aquí que ese ser era un gran Espíritu de Luz, que poniendo la muestra de como se deben hacer las cosas, sembrando, siempre sembrando sin esperar a ver el fruto, sin esperar a saborearlo.

Y sucedió que un día cabalgaba por esos rumbos el Sultán de aquellos lugares, rodeado de su escolta y observaba lo que sucedía verdaderamente en su reino, para no escucharlo a través de la boca de sus ministros.

Al pasar por aquel lugar y al encontrarse al Loco le preguntó: _ ¿Qué haces, buen hombre?

Y el viejo le respondió: _ Sembrando Señor, sembrando.

Nuevamente inquirió el Sultán: _ Pero, ¿cómo es que siembras?. estás viejo y cansado, y seguramente no verás siquiera el árbol cuando crezca. ¿Para qué siembras entonces?

A lo que el viejo contesto: _ Señor, otros sembraron y he comido, es tiempo de que yo siembre para que otros coman.

El Sultán quedo admirado de la sabiduría de aquel hombre al que llamaban LOCO, y nuevamente le preguntó:

_ Pero no verás los frutos, y aun sabiendo eso continuas sembrando… Por ello te regalaré unas monedas de oro, por esa gran lección que me has dado.

El Sultán llamo a uno de sus guardias para que trajese una pequeña bolsa con monedas de oro y las entregó al sembrador.

El sembrador respondió : _Ves, Señor, como ya mi semilla ha dado fruto, aún no la acaba de sembrar y ya me está dando frutos, y aun más, si alguna persona se volviera loca como yo y se dedicara solamente a sembrar sin esperar los frutos sería el más maravilloso de todos los frutos que yo hubiera obtenido, porque siempre esperamos algo a cambio de lo que hacemos, porque siempre queremos que se nos devuelva igual que lo que hacemos. Esto, desde luego, sólo cuando consideramos que hacemos bien, y olvidándonos de lo malo que hacemos.

El Sultán le miró asombrado y le dijo : _ ¡Cuánta sabiduría y cuánto amor hay en ti!, ojalá hubiera más como tú en este mundo, con unos cuantos que hubiese, el mundo sería otro; más nuestros ojos tapados con unos velos propios de la humanidad, nos impiden ver la grandeza de seres como tu. Ahora me retiraré porque, si sigo conversando contigo, terminaré por darte todos mis tesoros, aunque sé que los emplearlas bien, tal vez mejor que yo. ¡Qué Alá te Bendiga!

Y terminado esto, partió el Sultán junto con su séquito, y el Loco siguió sembrando y no se supo de su fin, no se supo si termino muerto y olvidado por ahí en algún cerro, pero él había cumplido su labor, realizó la misión, la misión de un Loco.

****Este cuento sirve para ilustrarnos lo que muchos seres hacen en este mundo, pero callados, sin esperar recompensa y he aquí que se requieren muchos locos en el mundo, seres que repartan la Luz, que den la enseñanza, que sean guías en este mundo tan hambriento de la enseñanza espiritual.

La calma y el silencio

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 27/06/2006 12:15

LA CALMA Y EL SILENCIO

En aquel tiempo eran muchos los que se retiraban a la soledad de los montes a meditar. Y eran muchos los que en el silencio de los volcanes nevados y de los pequeños valles ocultos, se buscaban a sí mismos.

Pero Quetzacóatl les decía: Aquellos que buscan el Silencio en la calma nunca lo encontrarán desnudo. Para desnudarlo hay que buscarlo entre el bullicio.

Díganme: ¿De qué sirve a un corazón tener calma en medio de la soledad?, ¿A poco no es como la calma que tiene un lago estancado en un valle?

Mas, ¡Que grande es un corazón cuando en medio de las dificultades y los problemas conserva la calma y se viste con el Silencio! Es como el torrente que resbala sereno por la ladera de la montaña.

Algunos van a lugares donde lo más que les molesta es el canto de un pajarillo, o el sonido que arranca el viento a las hojas de los árboles. Y piensan: Estoy tranquilo y sereno en este lugar, ya he alcanzado la calma y el Silencio es amigo de mi corazón.

Pero cuando vienen al bullicio, sus pulsos se agitan y sus corazones se alteran, y sus pensamientos chocan con violencia en sus frentes, y yo les preguntaría: ¿Dónde guardaron la calma?, ¿Qué morada le prepararon en sus pechos que tan pronto se les fue?

Sepan que aquel que busca el Silencio interior debe encontrarlo en medio de los ruidos y de las voces y de los gritos, y tomándolo debe sentarlo en su corazón, y al escucharlo ya no oirá hacia afuera sino hacia dentro.

Y en verdad les digo, que ni cien tormentas, ni la explosión de mil volcanes podrían ya nunca separarlo de él.

Para buscar pues, la calma Interior, no vayan adonde todo es calma sino adonde no hay paz, y sean ustedes la paz. De esta forma la encontrarán al darla, y la tendrán en la medida en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse.

Del Libro: Así Hablaba Quetzacóatl. Por: Caiatl Acotl

Cuento indio para soñadores

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 26/06/2006 10:09

Cuento indio para soñadores

POR ELENA G. GOMEZ

La primera vez que oí la Voz yo estaba recogiendo algunas hierbas medicinales para mi tribu. Recuerdo que sentí un dolor muy intenso, la cabeza empezó a darme vueltas y perdí el conocimiento.
No sé cuánto tiempo permanecí inconsciente, quizá fueron horas o segundos, porque el tiempo dejó de correr para mí.
Lo que entonces viví fue algo que yo no busqué, llegó, como hace el Poder, sin avisar.
La Voz sonó clara en mi cabeza y dijo así:
“Lo que ha de venir, vendrá. La Vida es la Espiral, círculos dentro de círculos, unidos pero sin chocar. Ten paciencia, ahora debes prepararte, tu momento llegará”.
No entendí nada. Cuando recobré totalmente la conciencia salí corriendo hacia la tribu. Llegué casi sin respiración y sin saber que unos ojos dorados seguían cada uno de mis movimientos.
En aquella ocasión no dije a nadie lo que me había sucedido, no sabía cómo explicarlo pero sobre todo temía que se burlasen de mí o que me dijeran que todo había sido fruto de mi imaginación, o del calor, o, quizás, en el fondo de mi corazón temía que todo hubiera sido un sueño, una alucinación.
En los días siguientes siempre busqué alguna disculpa para no ir sola a recoger las hierbas para la Tribu. Temía que volviese la Voz a mi cabeza, pero en realidad tenía mucho más miedo de que no la pudiese escuchar nunca más. A lo mejor, pensaba, le estoy fallando, a lo mejor, al verme sola pensó que yo era muy valiente, y luego descubrió que no era así, o tal vez se confundió y no tenía que haberme hablado a mí… Al final siempre me ponía a cantar, no quería pensar, no quería saber nada, yo no había pedido nada, así que, fuese lo que fuese o no fuese nada ¿qué me importaba?
Así fueron pasando los meses hasta que un día nadie pudo acompañarme, todos en la tribu estaban ocupados con sus tareas y me fui sola a cumplir con mi labor.
Al principio miraba para todos los lados temiendo y a la vez esperando ver algo distinto, sentir una brisa diferente o un olor que delatara la presencia de alguien, pero no sucedía nada, así que concentré mi mente en recoger las hierbas.
Cuando estaba a punto de regresar y cuando menos lo esperaba volvió el dolor y todo comenzó a girar, dejé de sentir el aire y el sol, todo se detuvo y se produjo un denso silencio, entonces fue cuando de nuevo escuché la Voz:
“Nadie puede escapar de su destino, se puede retrasar, se puede incluso desviar pero, inevitablemente, se vuelve a retomar.
El Poder no conoce de diferencias, no distingue entre hombre y mujer, entre rojo, blanco o negro.
Debes dejar de temerme porque yo soy la Voz, tu Voz, y me puedes ver en todo cuanto te rodea, porque yo soy parte de Todo y por tanto, tú eres Todo.
Esto es lo primero que debes comprender: Todo es Uno.
Las hierbas que recoges son parte de ti, y aunque tú las veas fuera de ti, en realidad, para el Uno, tú y ellas estáis dentro, formáis parte del mismo sueño.
¿Puedes imaginar tu mano, pie o nariz como algo independiente de ti?
Cuando sientas dentro de ti que todo es Uno, verás que en realidad no hay nada separado, que no tienes que comprender nada porque no hay nada que ya no comprendas si miras dentro de ti, entonces verás que las limitaciones no existen, y dejarás de temer.
Sentirás que en esa unidad con todo y con todos, tu vida se vuelve como una pluma ligera que sigue el movimiento del Poder, que se eleva y desciende, que se cuela en todos los rincones, que no tiene fronteras ni límites y que sólo desea conocer y aprender, descubrir y experimentar, y todo ello sin poseer nada para ti, sin retener nada que esté en movimiento.
Cuando así suceda podrás salir de los círculos para ser la Espiral, para conocer todo cuanto se mueve en el Sueño, para convertirte en un Soñador.
En cuanto emprendas el camino de un auténtico soñador ya nunca podrás regresar.
El único compañero que tiene un Soñador es la Soledad. En ella encuentra el silencio, la profundidad y la respuesta de todo lo que necesita, pero en la Soledad encuentra sobre todo su Fuerza.
Nadie puede ser un Soñador si no está dispuesto a ir más allá, a adentrarse en los lugares desconocidos, a investigar en lo prohibido, y a descubrir, en una palabra, que todo es UNO.
Ahora debes continuar. Ten paciencia y confía en ti, tu tiempo aún no ha llegado, yo volveré a tu lado, volveré cuando comprendas que la semilla existe fuera del tiempo, y es semilla y fruto a la vez, y en su interior ya existe todo.
Piensa, tú eres Semilla del Uno, en tu interior el Uno ya existe.”
La Voz me hizo viajar en el tiempo, vi. mi presente y también vi. mi futuro. Ahora sólo tenía que recorrer el camino, el final estaba trazado. Yo sería Uno.
Regresé junto a la tribu pero esta vez caminé despacio, serena y con confianza.
Cuando llegué junto a mi gente los vi de forma diferente, por primera vez vi que todos éramos uno, sentí sus temores y conocí sus ilusiones.
Sabía que la Voz estaba dentro de mí y que nunca me dejaría.
El camino hacia el Uno había comenzado y éste pasaba primero por vivir la unidad.Estaba preparada.

Nadie puede ser un Soñador si no está dispuesto a ir más allá, a adentrarse en los lugares desconocidos, a investigar en lo prohibido, y a descubrir, en una palabra, que todo es UNO.

Me quite la piel para estrecharte.
Me quite el cuerpo para amarte.
Me quite el alma para ser tu.

No cargues con las piedras

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 24/06/2006 15:10
¨Hu-Song propuso a sus discípulos el siguiente relato:

– Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra. Igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar. ¿Qué piensan ustedes de ese hombre?

– Que es un necio -respondió uno de los discípulos-.

¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?

Dijo Hu-Ssong:

– Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos.

Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro.

Así dijo Hu-Ssong, y los discípulos se hicieron el propósito de no cargar nunca el peso del odio o del resentimiento¨.

*****Este cuento es ilustrativo en la medida que nos permite comprender que la mente esta acostumbrada a cargar las piedras o las ofensas que hacen las demás personas, por el ego; provocando sufrimiento, angustia, depresión, resentimiento y una serie de secuelas psicológicas .

Mientras no se comprenda que siempre habrá piedras en el camino, debido a que las personas actúan de acuerdo con lo que llevan por dentro, y no decidamos dejarlas en donde las pusieron para continuar nuestro viaje, no podemos ser nosotros mismos, ni podemos lograr la paz interior y menos disfrutar de nuestro viaje.

Pero para liberarnos de estos tipos de apegos o identificaciones de la mente es necesario que veamos cada obstáculo, cada ofensa o piedra que se nos pone en el camino como una puesta apunto, observando sin juzgar nuestros pensamientos y sentimientos que nos provocan, así lograremos nuestra inmunidad a fin de ser auténticos y evitar el desgaste de nuestra energía.

Pero las piedras en el camino también sirven para ampliar nuestras miradas; claro que siempre aclarando las situaciones , recuerda que cada vez que tengas un contratiempo , en vez de enfadarte debes intentar tomarlo por el lado curioso y humorístico.
¡¡¡  Bendiciones  !!!

La fuerza del agua

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 21/06/2006 10:48

La fuerza del Agua

Cuentan que una vez un hombre envió a su joven hijo a llenar un cántaro al río, y le dijo que volviera lo antes posible; el joven obedeció y fué hacia el río mientras su padre le observaba de lejos.

Entonces el hombre vió a su hijo poniendo el cántaro debajo una cascada, y la fuerza del agua era tal y la cantidad tan grande que no entraba el agua al cántaro pues era de cuello delgado.

Cuando el hijo llegó con el cántaro había roto el cuello del mismo por el constante golpear y la fuerza del agua, esto además provocó que el agua llegara turbia y sucia.

El padre preguntó entonces: “¿Por qué no simplemente sumerrgiste el cántaro en el río? No veías que el agua de la cascada era demasiada para el cuello del cántaro?”. El hijo constestó: “Si, pero es que quería llenarlo lo más rápido posible”.

Muchas veces en nuestras vidas tratamos de “llenarnos” a nuestro tiempo en un mundo acelerado y convulsionado. Dios conoce nuestra capacidad, y sabe que si hacemos las cosas como nosotros queremos podemos hacernos daño pues no estamos capacitados para hacerlo en ese momento, por eso logramos las cosas a medias y el agua que conseguimos no es pura ni cristalina, sino turbia.

Queremos tener todo “ya” y en el proceso muchas veces nos lastimamos por no dejar que Dios nos sumerja poco a poco en la corriente calmada del río.

¿Sabes? Dios conoce tu capacidad, no quieras hacer las cosas en tu momento, pues Dios desea llenar tu cántaro hasta el tope, pero en SU momento y según TU capacidad y preparación.

Auténtico conocimiento

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 21/06/2006 10:24
Auténtico conocimiento
Cuentan que, en un país lejano, los discípulos de una orden mística eran sometidos a pruebas muy duras. Un día, un maestro reunió a varios de ellos y les dijo:
-Ayer, unos aspirantes a la maestría fueron sometidos a un examen, quiero que vosotros me deis vuestra opinión sobre quién ha sido el triunfador de la prueba, y así podré conocer vuestra capacidad de comprensión. Acompañadme y os explicaré los detalles.
Caminaron juntos un trecho hasta que llegaron a un lugar donde se abrían unos pozos. El maestro continuó hablando:

-La prueba era muy sencilla. En cada uno de esos cinco pozos repletos de serpientes venenosas, se encerró a los candidatos con el objetivo de que pasaran la noche allí. Acerquémonos y veamos el resultado.

Así, cuando se asomaron al primer pozo, observaron que sólo estaban las serpientes. En el segundo pozo, vieron muerto al candidato rodeado de serpientes. En el tercer pozo, observaron al candidato tranquilamente sentado en medio de todas las serpientes muertas. En el siguiente pozo contemplaron cómo el cuarto hombre dormía a pierna suelta al lado de una pequeña hoguera sin que hubiera ninguna serpiente a su alrededor. Por último, en el quinto pozo, vieron cómo el candidato se encontraba en postura de meditación y con el rostro lleno de serenidad mientras las serpientes recorrían plácidamente su cuerpo.

-Bien -dijo el maestro-, quiero que ahora me digáis quién es el candidato que ha triunfado en la prueba, argumentándome vuestras conclusiones.

Después de una pequeña deliberación en la que constataron que todos estaban de acuerdo, un portavoz se dirigió al maestro:

-Creemos que el ganador es el hombre que está meditando en el quinto pozo. En el primero, parece evidente que el hombre huyó. El segundo murió envenenado por las serpientes. El tercero hizo un acto de valor matándolas, pero sólo se desembarazó del problema. El cuarto candidato dio muestras de inteligencia al utilizar el fuego para que

las serpientes huyeran. En cambio, el último hombre consiguió tal control sobre sí mismo, y alcanzó tal grado de paz interior que hasta esos peligrosos animales han demostrado mansedumbre ante él.

-Vuestras conclusiones son producto de las apariencias y no de la realidad, mucho más simple -dijo el maestro-. Y todo porque el punto de partida es falso: la verdad es que las serpientes no sonvenenosas.

Ciertamente, el primer candidato huyó creyéndose en peligro, el segundo murió presa de su propio miedo a morir, el tercero mató a unos pobres animales inofensivos, el quinto realizó un esfuerzo de concentración y control innecesarios en una situación que no lo requería.

Sólo el cuarto candidato tenía un conocimiento real: él sabía que aquellos animales no eran en absoluto peligrosos, por eso se tumbó tranquilamente a dormir, aunque antes prefirió encender una hoguera para calentarse y sacar del pozo a las serpientes para estar más cómodo.

Más no es suficiente

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 20/06/2006 12:30
Más no es suficiente

Había una vez un cortador de piedra que no estaba satisfecho consigo
mismo y con su posición en la vida.Un día pasó por la casa de un rico mercader. A través del portón abierto, vio muchas riquezas y visitas importantes. “¡Qué poderoso debe ser ese mercader!” pensó el cortador de piedras. Se puso muy envidioso y deseó poder ser como el mercader.Para su sorpresa, repentinamente se transformó en mercader, disfrutando más lujos y poder que los que jamás pudo imaginar, pero era envidiado y detestado por aquellos con menor riqueza que él. Pronto un alto oficial pasó por allí, llevado en andas en un trono, acompañado por lacayos y escoltado por soldados sonando gongs. Todos, sin importar su riqueza, tenían que inclinarse ante la
procesión. “¡Qué poderoso es ese oficial!” pensó. “¡Quisiera ser un
alto oficial!”Entonces se transformó en un alto oficial llevado a todos lados en andas en su adornado trono, temido y odiado por toda la gente de los alrededores. Era un caluroso día de verano, por lo tanto el oficial se sentía muy incómodo en el trono. Miró al sol en lo alto. El sol brillaba orgulloso en el cielo, inmutable ante su presencia. “¡Qué
poderoso es el sol!” pensó. “¡Desearía ser el sol!” Entonces se transformó en el sol, brillando con fuerza sobre todo el mundo, abrasando los campos, insultado por granjeros y trabajadores.
Pero una enorme nube negra se movió entre el y la tierra, como para
que su luz no pudiera brillar sobre todos ahí abajo. “¡Qué poderosa
es esa nube de tormenta!” pensó. “¡Desearía ser una nube!”
Entonces se convirtió en una nube, inundando los campos y poblados,
escuchando los gritos que todos le proferían. Pero pronto encontró
que era alejada por alguna fuerza poderosa, y se dio cuenta que era
el viento. “¡Qué poderoso que es!” pensó. “¡Desearía ser el viento!”
Entonces se convirtió en el viento, volando tejas de los techos de
las casas, sacando árboles de raíz, temido y odiado por todos. Pero
despues de un rato arrasó contra algo que no se movía, sin importar
la fuerza que hiciera al soplar. Una enorme roca. “¡Qué poderosa es
esa roca!” pensó. ¡Quisiera ser una roca!”Entonces se convirtió en una piedra, más poderosa que cualquier otra cosa en el mundo. Pero cuando estaba allí, escuchó el sonido de un martillo golpeando un cincel sobre la dura superficie, y sintió que lo estaban cambiando. “¿Qué puede ser mas poderoso que la roca?” pensó.Miró y vio delante de sí la figura del cortador de piedra.

La Rosa Roja

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 18/06/2006 13:24
La Rosa Roja

Caminaba un día por la calle, cuando observé como unas nubes oscuras se juntaban en el cielo, y vi luego como la lluvia empezó a caer, rápidamente busqué refugio, al mismo tiempo que la suave lluvia se convertía poco a poco en tormenta.

  Encontré refugio bajo una cornisa, a la entrada de una casa, en el momento en que la tormenta caía con más fuerza y estruendo. Ví entonces una pequeña rosa roja, golpeada y encorvada por las grandes gotas de agua que constantemente le azotaban; y a pesar de esto no se rompía, sino que soportaba con increíble resistencia el gran embate de la lluvia y cada uno de sus golpes; manifestado en grandes y pesadas gotas de agua.

      Me sorprendí al ver como a pesar del viento y lluvia, la pequeña rosa roja soportaba el gran castigo, sin ceder ni un ápice. En muchos momentos, pensé verla caer, derrotada por la furia del agua, mas sin embargo, volvía  a enderezar su ya doblado tallo por la lluvia.

  Al pasar la lluvia, y ver como el sol salía de entre las oscuras nubes, noté con asombro como la pequeña y frágil rosa roja, estaba aún en su  lugar, con su tallo erguido hacia el cielo, mostrando con orgullo sus bellos pétalos rojos, en señal de su victoria ante las fuerzas de la misma  naturaleza, a la cuál pertenece.

  Esto me hizo reflexionar acerca de mi vida; pues al recordar como la indefensa rosa luchaba por seguir en pié ante la tempestad, y después de observar cuán dura había sido su lucha, me recordó las dificultades que había tenido en mi vida, y de como muchas veces, había sentido que ya no podía mas, pero al ver la rosa roja, en pié y victoriosa, recordé aquel pasaje de la biblia, donde Jesús nos dice que nosotros valemos mas que las flores del campo y los pajarillos del cielo, y pensé: “Si Jesús dió fuerza a esa pequeña rosa roja para pasar la tempestad; por qué he yo de temer a las adversidades?, pues si Jesús no dejó que esa rosa que no ama, no camina y no tiene razón soportara la tormenta, cuánto mas cuidará de mí, hijo de Dios y heredero de la vida eterna?”.

  Desde entonces no dejo que nada me asuste,atemorice o desanime, y cada vez que siento desfallecer; recuerdo aquella pequeña rosa roja, la cuál me mostró cuánto valgo y lo duro que he de pelear en este mundo, pero también recuerdo el amor que me tiene aquel que dió fuerza a la rosa, para que  pudiera resistir…

Gracias Jesús! por ayudarme a resistir.

Anónimo

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