La calma y el silencio

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 27/06/2006 12:15

LA CALMA Y EL SILENCIO

En aquel tiempo eran muchos los que se retiraban a la soledad de los montes a meditar. Y eran muchos los que en el silencio de los volcanes nevados y de los pequeños valles ocultos, se buscaban a sí mismos.

Pero Quetzacóatl les decía: Aquellos que buscan el Silencio en la calma nunca lo encontrarán desnudo. Para desnudarlo hay que buscarlo entre el bullicio.

Díganme: ¿De qué sirve a un corazón tener calma en medio de la soledad?, ¿A poco no es como la calma que tiene un lago estancado en un valle?

Mas, ¡Que grande es un corazón cuando en medio de las dificultades y los problemas conserva la calma y se viste con el Silencio! Es como el torrente que resbala sereno por la ladera de la montaña.

Algunos van a lugares donde lo más que les molesta es el canto de un pajarillo, o el sonido que arranca el viento a las hojas de los árboles. Y piensan: Estoy tranquilo y sereno en este lugar, ya he alcanzado la calma y el Silencio es amigo de mi corazón.

Pero cuando vienen al bullicio, sus pulsos se agitan y sus corazones se alteran, y sus pensamientos chocan con violencia en sus frentes, y yo les preguntaría: ¿Dónde guardaron la calma?, ¿Qué morada le prepararon en sus pechos que tan pronto se les fue?

Sepan que aquel que busca el Silencio interior debe encontrarlo en medio de los ruidos y de las voces y de los gritos, y tomándolo debe sentarlo en su corazón, y al escucharlo ya no oirá hacia afuera sino hacia dentro.

Y en verdad les digo, que ni cien tormentas, ni la explosión de mil volcanes podrían ya nunca separarlo de él.

Para buscar pues, la calma Interior, no vayan adonde todo es calma sino adonde no hay paz, y sean ustedes la paz. De esta forma la encontrarán al darla, y la tendrán en la medida en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse.

Del Libro: Así Hablaba Quetzacóatl. Por: Caiatl Acotl

Cuento indio para soñadores

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 26/06/2006 10:09

Cuento indio para soñadores

POR ELENA G. GOMEZ

La primera vez que oí la Voz yo estaba recogiendo algunas hierbas medicinales para mi tribu. Recuerdo que sentí un dolor muy intenso, la cabeza empezó a darme vueltas y perdí el conocimiento.
No sé cuánto tiempo permanecí inconsciente, quizá fueron horas o segundos, porque el tiempo dejó de correr para mí.
Lo que entonces viví fue algo que yo no busqué, llegó, como hace el Poder, sin avisar.
La Voz sonó clara en mi cabeza y dijo así:
“Lo que ha de venir, vendrá. La Vida es la Espiral, círculos dentro de círculos, unidos pero sin chocar. Ten paciencia, ahora debes prepararte, tu momento llegará”.
No entendí nada. Cuando recobré totalmente la conciencia salí corriendo hacia la tribu. Llegué casi sin respiración y sin saber que unos ojos dorados seguían cada uno de mis movimientos.
En aquella ocasión no dije a nadie lo que me había sucedido, no sabía cómo explicarlo pero sobre todo temía que se burlasen de mí o que me dijeran que todo había sido fruto de mi imaginación, o del calor, o, quizás, en el fondo de mi corazón temía que todo hubiera sido un sueño, una alucinación.
En los días siguientes siempre busqué alguna disculpa para no ir sola a recoger las hierbas para la Tribu. Temía que volviese la Voz a mi cabeza, pero en realidad tenía mucho más miedo de que no la pudiese escuchar nunca más. A lo mejor, pensaba, le estoy fallando, a lo mejor, al verme sola pensó que yo era muy valiente, y luego descubrió que no era así, o tal vez se confundió y no tenía que haberme hablado a mí… Al final siempre me ponía a cantar, no quería pensar, no quería saber nada, yo no había pedido nada, así que, fuese lo que fuese o no fuese nada ¿qué me importaba?
Así fueron pasando los meses hasta que un día nadie pudo acompañarme, todos en la tribu estaban ocupados con sus tareas y me fui sola a cumplir con mi labor.
Al principio miraba para todos los lados temiendo y a la vez esperando ver algo distinto, sentir una brisa diferente o un olor que delatara la presencia de alguien, pero no sucedía nada, así que concentré mi mente en recoger las hierbas.
Cuando estaba a punto de regresar y cuando menos lo esperaba volvió el dolor y todo comenzó a girar, dejé de sentir el aire y el sol, todo se detuvo y se produjo un denso silencio, entonces fue cuando de nuevo escuché la Voz:
“Nadie puede escapar de su destino, se puede retrasar, se puede incluso desviar pero, inevitablemente, se vuelve a retomar.
El Poder no conoce de diferencias, no distingue entre hombre y mujer, entre rojo, blanco o negro.
Debes dejar de temerme porque yo soy la Voz, tu Voz, y me puedes ver en todo cuanto te rodea, porque yo soy parte de Todo y por tanto, tú eres Todo.
Esto es lo primero que debes comprender: Todo es Uno.
Las hierbas que recoges son parte de ti, y aunque tú las veas fuera de ti, en realidad, para el Uno, tú y ellas estáis dentro, formáis parte del mismo sueño.
¿Puedes imaginar tu mano, pie o nariz como algo independiente de ti?
Cuando sientas dentro de ti que todo es Uno, verás que en realidad no hay nada separado, que no tienes que comprender nada porque no hay nada que ya no comprendas si miras dentro de ti, entonces verás que las limitaciones no existen, y dejarás de temer.
Sentirás que en esa unidad con todo y con todos, tu vida se vuelve como una pluma ligera que sigue el movimiento del Poder, que se eleva y desciende, que se cuela en todos los rincones, que no tiene fronteras ni límites y que sólo desea conocer y aprender, descubrir y experimentar, y todo ello sin poseer nada para ti, sin retener nada que esté en movimiento.
Cuando así suceda podrás salir de los círculos para ser la Espiral, para conocer todo cuanto se mueve en el Sueño, para convertirte en un Soñador.
En cuanto emprendas el camino de un auténtico soñador ya nunca podrás regresar.
El único compañero que tiene un Soñador es la Soledad. En ella encuentra el silencio, la profundidad y la respuesta de todo lo que necesita, pero en la Soledad encuentra sobre todo su Fuerza.
Nadie puede ser un Soñador si no está dispuesto a ir más allá, a adentrarse en los lugares desconocidos, a investigar en lo prohibido, y a descubrir, en una palabra, que todo es UNO.
Ahora debes continuar. Ten paciencia y confía en ti, tu tiempo aún no ha llegado, yo volveré a tu lado, volveré cuando comprendas que la semilla existe fuera del tiempo, y es semilla y fruto a la vez, y en su interior ya existe todo.
Piensa, tú eres Semilla del Uno, en tu interior el Uno ya existe.”
La Voz me hizo viajar en el tiempo, vi. mi presente y también vi. mi futuro. Ahora sólo tenía que recorrer el camino, el final estaba trazado. Yo sería Uno.
Regresé junto a la tribu pero esta vez caminé despacio, serena y con confianza.
Cuando llegué junto a mi gente los vi de forma diferente, por primera vez vi que todos éramos uno, sentí sus temores y conocí sus ilusiones.
Sabía que la Voz estaba dentro de mí y que nunca me dejaría.
El camino hacia el Uno había comenzado y éste pasaba primero por vivir la unidad.Estaba preparada.

Nadie puede ser un Soñador si no está dispuesto a ir más allá, a adentrarse en los lugares desconocidos, a investigar en lo prohibido, y a descubrir, en una palabra, que todo es UNO.

Me quite la piel para estrecharte.
Me quite el cuerpo para amarte.
Me quite el alma para ser tu.

No cargues con las piedras

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 24/06/2006 15:10
¨Hu-Song propuso a sus discípulos el siguiente relato:

– Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra. Igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar. ¿Qué piensan ustedes de ese hombre?

– Que es un necio -respondió uno de los discípulos-.

¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?

Dijo Hu-Ssong:

– Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos.

Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro.

Así dijo Hu-Ssong, y los discípulos se hicieron el propósito de no cargar nunca el peso del odio o del resentimiento¨.

*****Este cuento es ilustrativo en la medida que nos permite comprender que la mente esta acostumbrada a cargar las piedras o las ofensas que hacen las demás personas, por el ego; provocando sufrimiento, angustia, depresión, resentimiento y una serie de secuelas psicológicas .

Mientras no se comprenda que siempre habrá piedras en el camino, debido a que las personas actúan de acuerdo con lo que llevan por dentro, y no decidamos dejarlas en donde las pusieron para continuar nuestro viaje, no podemos ser nosotros mismos, ni podemos lograr la paz interior y menos disfrutar de nuestro viaje.

Pero para liberarnos de estos tipos de apegos o identificaciones de la mente es necesario que veamos cada obstáculo, cada ofensa o piedra que se nos pone en el camino como una puesta apunto, observando sin juzgar nuestros pensamientos y sentimientos que nos provocan, así lograremos nuestra inmunidad a fin de ser auténticos y evitar el desgaste de nuestra energía.

Pero las piedras en el camino también sirven para ampliar nuestras miradas; claro que siempre aclarando las situaciones , recuerda que cada vez que tengas un contratiempo , en vez de enfadarte debes intentar tomarlo por el lado curioso y humorístico.
¡¡¡  Bendiciones  !!!

La fuerza del agua

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 21/06/2006 10:48

La fuerza del Agua

Cuentan que una vez un hombre envió a su joven hijo a llenar un cántaro al río, y le dijo que volviera lo antes posible; el joven obedeció y fué hacia el río mientras su padre le observaba de lejos.

Entonces el hombre vió a su hijo poniendo el cántaro debajo una cascada, y la fuerza del agua era tal y la cantidad tan grande que no entraba el agua al cántaro pues era de cuello delgado.

Cuando el hijo llegó con el cántaro había roto el cuello del mismo por el constante golpear y la fuerza del agua, esto además provocó que el agua llegara turbia y sucia.

El padre preguntó entonces: “¿Por qué no simplemente sumerrgiste el cántaro en el río? No veías que el agua de la cascada era demasiada para el cuello del cántaro?”. El hijo constestó: “Si, pero es que quería llenarlo lo más rápido posible”.

Muchas veces en nuestras vidas tratamos de “llenarnos” a nuestro tiempo en un mundo acelerado y convulsionado. Dios conoce nuestra capacidad, y sabe que si hacemos las cosas como nosotros queremos podemos hacernos daño pues no estamos capacitados para hacerlo en ese momento, por eso logramos las cosas a medias y el agua que conseguimos no es pura ni cristalina, sino turbia.

Queremos tener todo “ya” y en el proceso muchas veces nos lastimamos por no dejar que Dios nos sumerja poco a poco en la corriente calmada del río.

¿Sabes? Dios conoce tu capacidad, no quieras hacer las cosas en tu momento, pues Dios desea llenar tu cántaro hasta el tope, pero en SU momento y según TU capacidad y preparación.

Auténtico conocimiento

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 21/06/2006 10:24
Auténtico conocimiento
Cuentan que, en un país lejano, los discípulos de una orden mística eran sometidos a pruebas muy duras. Un día, un maestro reunió a varios de ellos y les dijo:
-Ayer, unos aspirantes a la maestría fueron sometidos a un examen, quiero que vosotros me deis vuestra opinión sobre quién ha sido el triunfador de la prueba, y así podré conocer vuestra capacidad de comprensión. Acompañadme y os explicaré los detalles.
Caminaron juntos un trecho hasta que llegaron a un lugar donde se abrían unos pozos. El maestro continuó hablando:

-La prueba era muy sencilla. En cada uno de esos cinco pozos repletos de serpientes venenosas, se encerró a los candidatos con el objetivo de que pasaran la noche allí. Acerquémonos y veamos el resultado.

Así, cuando se asomaron al primer pozo, observaron que sólo estaban las serpientes. En el segundo pozo, vieron muerto al candidato rodeado de serpientes. En el tercer pozo, observaron al candidato tranquilamente sentado en medio de todas las serpientes muertas. En el siguiente pozo contemplaron cómo el cuarto hombre dormía a pierna suelta al lado de una pequeña hoguera sin que hubiera ninguna serpiente a su alrededor. Por último, en el quinto pozo, vieron cómo el candidato se encontraba en postura de meditación y con el rostro lleno de serenidad mientras las serpientes recorrían plácidamente su cuerpo.

-Bien -dijo el maestro-, quiero que ahora me digáis quién es el candidato que ha triunfado en la prueba, argumentándome vuestras conclusiones.

Después de una pequeña deliberación en la que constataron que todos estaban de acuerdo, un portavoz se dirigió al maestro:

-Creemos que el ganador es el hombre que está meditando en el quinto pozo. En el primero, parece evidente que el hombre huyó. El segundo murió envenenado por las serpientes. El tercero hizo un acto de valor matándolas, pero sólo se desembarazó del problema. El cuarto candidato dio muestras de inteligencia al utilizar el fuego para que

las serpientes huyeran. En cambio, el último hombre consiguió tal control sobre sí mismo, y alcanzó tal grado de paz interior que hasta esos peligrosos animales han demostrado mansedumbre ante él.

-Vuestras conclusiones son producto de las apariencias y no de la realidad, mucho más simple -dijo el maestro-. Y todo porque el punto de partida es falso: la verdad es que las serpientes no sonvenenosas.

Ciertamente, el primer candidato huyó creyéndose en peligro, el segundo murió presa de su propio miedo a morir, el tercero mató a unos pobres animales inofensivos, el quinto realizó un esfuerzo de concentración y control innecesarios en una situación que no lo requería.

Sólo el cuarto candidato tenía un conocimiento real: él sabía que aquellos animales no eran en absoluto peligrosos, por eso se tumbó tranquilamente a dormir, aunque antes prefirió encender una hoguera para calentarse y sacar del pozo a las serpientes para estar más cómodo.

Más no es suficiente

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 20/06/2006 12:30
Más no es suficiente

Había una vez un cortador de piedra que no estaba satisfecho consigo
mismo y con su posición en la vida.Un día pasó por la casa de un rico mercader. A través del portón abierto, vio muchas riquezas y visitas importantes. “¡Qué poderoso debe ser ese mercader!” pensó el cortador de piedras. Se puso muy envidioso y deseó poder ser como el mercader.Para su sorpresa, repentinamente se transformó en mercader, disfrutando más lujos y poder que los que jamás pudo imaginar, pero era envidiado y detestado por aquellos con menor riqueza que él. Pronto un alto oficial pasó por allí, llevado en andas en un trono, acompañado por lacayos y escoltado por soldados sonando gongs. Todos, sin importar su riqueza, tenían que inclinarse ante la
procesión. “¡Qué poderoso es ese oficial!” pensó. “¡Quisiera ser un
alto oficial!”Entonces se transformó en un alto oficial llevado a todos lados en andas en su adornado trono, temido y odiado por toda la gente de los alrededores. Era un caluroso día de verano, por lo tanto el oficial se sentía muy incómodo en el trono. Miró al sol en lo alto. El sol brillaba orgulloso en el cielo, inmutable ante su presencia. “¡Qué
poderoso es el sol!” pensó. “¡Desearía ser el sol!” Entonces se transformó en el sol, brillando con fuerza sobre todo el mundo, abrasando los campos, insultado por granjeros y trabajadores.
Pero una enorme nube negra se movió entre el y la tierra, como para
que su luz no pudiera brillar sobre todos ahí abajo. “¡Qué poderosa
es esa nube de tormenta!” pensó. “¡Desearía ser una nube!”
Entonces se convirtió en una nube, inundando los campos y poblados,
escuchando los gritos que todos le proferían. Pero pronto encontró
que era alejada por alguna fuerza poderosa, y se dio cuenta que era
el viento. “¡Qué poderoso que es!” pensó. “¡Desearía ser el viento!”
Entonces se convirtió en el viento, volando tejas de los techos de
las casas, sacando árboles de raíz, temido y odiado por todos. Pero
despues de un rato arrasó contra algo que no se movía, sin importar
la fuerza que hiciera al soplar. Una enorme roca. “¡Qué poderosa es
esa roca!” pensó. ¡Quisiera ser una roca!”Entonces se convirtió en una piedra, más poderosa que cualquier otra cosa en el mundo. Pero cuando estaba allí, escuchó el sonido de un martillo golpeando un cincel sobre la dura superficie, y sintió que lo estaban cambiando. “¿Qué puede ser mas poderoso que la roca?” pensó.Miró y vio delante de sí la figura del cortador de piedra.

La Rosa Roja

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 18/06/2006 13:24
La Rosa Roja

Caminaba un día por la calle, cuando observé como unas nubes oscuras se juntaban en el cielo, y vi luego como la lluvia empezó a caer, rápidamente busqué refugio, al mismo tiempo que la suave lluvia se convertía poco a poco en tormenta.

  Encontré refugio bajo una cornisa, a la entrada de una casa, en el momento en que la tormenta caía con más fuerza y estruendo. Ví entonces una pequeña rosa roja, golpeada y encorvada por las grandes gotas de agua que constantemente le azotaban; y a pesar de esto no se rompía, sino que soportaba con increíble resistencia el gran embate de la lluvia y cada uno de sus golpes; manifestado en grandes y pesadas gotas de agua.

      Me sorprendí al ver como a pesar del viento y lluvia, la pequeña rosa roja soportaba el gran castigo, sin ceder ni un ápice. En muchos momentos, pensé verla caer, derrotada por la furia del agua, mas sin embargo, volvía  a enderezar su ya doblado tallo por la lluvia.

  Al pasar la lluvia, y ver como el sol salía de entre las oscuras nubes, noté con asombro como la pequeña y frágil rosa roja, estaba aún en su  lugar, con su tallo erguido hacia el cielo, mostrando con orgullo sus bellos pétalos rojos, en señal de su victoria ante las fuerzas de la misma  naturaleza, a la cuál pertenece.

  Esto me hizo reflexionar acerca de mi vida; pues al recordar como la indefensa rosa luchaba por seguir en pié ante la tempestad, y después de observar cuán dura había sido su lucha, me recordó las dificultades que había tenido en mi vida, y de como muchas veces, había sentido que ya no podía mas, pero al ver la rosa roja, en pié y victoriosa, recordé aquel pasaje de la biblia, donde Jesús nos dice que nosotros valemos mas que las flores del campo y los pajarillos del cielo, y pensé: “Si Jesús dió fuerza a esa pequeña rosa roja para pasar la tempestad; por qué he yo de temer a las adversidades?, pues si Jesús no dejó que esa rosa que no ama, no camina y no tiene razón soportara la tormenta, cuánto mas cuidará de mí, hijo de Dios y heredero de la vida eterna?”.

  Desde entonces no dejo que nada me asuste,atemorice o desanime, y cada vez que siento desfallecer; recuerdo aquella pequeña rosa roja, la cuál me mostró cuánto valgo y lo duro que he de pelear en este mundo, pero también recuerdo el amor que me tiene aquel que dió fuerza a la rosa, para que  pudiera resistir…

Gracias Jesús! por ayudarme a resistir.

Anónimo

Los ojos del amor

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 17/06/2006 12:44
LOS OJOS DEL AMOR

Un muchacho vivia solo con su padre, ambos tenian una relacion extraordinaria,y muy especial;El joven pertenecia al equipo de football americano de la escuela, usualmente no tenia la oportunidad de jugar, bueno casi nunca, sin embargo su padre permanecia siempre en las gradas acompañandolo; Este joven era el más bajito de la clase, cuando comenzó la secundaria, e insistia en participar en el equipo de football, su papá siempre le  daba orientación, le explicaba que el no tenia que jugar football si no lo deseaba  en realidad, pero el joven amaba el football no faltaba a un solo juego, estaba decidido a dar lo mejor de si, se sentia felizmente comprometido;
Durante su vidaen secundaria lo recordaban como el “calentador de la banca” debido a que siempre permanecia sentado, su padre con su espiritu de luchador siempre permanecia en las gradas dandole compañia , palabras de aliento,y apoyo que hijo alguno no podria esperar.
Cuandio comenzó la universidad , intentó entrar a l equipo de football, todos estaban seguros de que no lo lograria, pero a todos venció pues entró a l equipo.
El entrenador le dió la noticia admitiendo que lo habia aceptado ademas de como el demostraba entregar el corazón y su alma en cada una de las practicasy ademas al mismo tiempo le daba a los demas  miembros del equipo un ejemplo  de entusiasmo perfecto, la noticia lleno por completo su corazón , corrio al telefono más cercano y llamó a su padre, quien compartía con él  porsupuesto la emoción , le enviaba en todas las temporadas entradas para que asistiera a los juegos de la universidad, el joven atleta erá  muy persistente , nunca faltó a una sola práctica ni a un solo juego durante los  cuatro años de la universidad y nunca tubo la oportunidad de jugar en ningun juego.
Era el final de la temporada y justo unos minutos antes de que comenzara el primer juego de las eliminatorias , el entrenador le entregó un telegrama, el joven lo tomó , y luego de leerlo se quedó en silencio , tragó saliva y luego le dijo al entrenador:
-¡mi padre murió esta mañana!
-¿no hay problema de que falte al juego de hoy?
El entrenador lo abrazó y le dijo:
-tomaté el resto de la semana libre y no se te ocurra venir el sabado.
Pasaron los dias y al fin llegó el sabado y el juego no estaba muy bien , habien llegado al tercer cuarto cuando el equipo tenia diez puntos de desventaja , el joven entró en vestidor u calladamente se colocó el uniforme  y corrió de inmediato a hacia donde estaba el entrenador y su equipo, los cuales estaban impresionados de ver  a su luchador compañero de regreso.
-¡entrenador por favor permitame jugar, tengo que jugar hoy!, le dijo el joven a su entrenador con lagrimas en los ojos,
El entrenador pretendió no escucharlo, pues de ninguna manera podia permitir que el peor jugador entrara en el cierre de las eliminatorias; pero el joven insistia  tanto que el entrenador accedió tal ves por lastima pero le respondió diciendo que estaba de acuerdo y que el campo era todo suyo.
Minutos despues el entrenador, su equipo y el publico no podian creer lo que estaban viendo, ese pequeño desconocido que nunca habia participado en un juego estaba haciendo todo perfectamente, y de manera brillante que nadie podia detenerlo en el campo, ya que corria tan facilmente como una estrella, su equipo empezó a ganar y luego en los segundos de cierre, el joven interceptó  un pase y corrió todo el campo hasta ganar con un touchdown, la gente que estaba en las gradas gritaba emocionada y su equipo corrió a cargarlo por todo el campo  en señal de felicidad.
Despues cuando todo terminó el entrenador notó  que el joven estaba sentado calladamente y solitario en una esquina y le dijo:
-¡caray muchacho estuviste genial, dime ¡como lo lograste?!
El joven miró al entrenador y le respondió:
-Usted sabe que mi padre murió , pero ¿sabia usted que mi padre era ciego ?
El joven hizó una pausa y trató de sonreir , mi padre asistó a todos los juegos pero en esta ocación era la primera vez que el podiá verme jugar , así que quizé demostrarle que podia hacerlo, y que lo haría lo mejor que pudiera…..

Esto es para reflexionar y para luchar

El temido enemigo

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 16/06/2006 10:41

EL TEMIDO ENEMIGO

por Jorge Bucay

La idea de este cuento llegó a mí escuchando un relato de Enrique Mariscal. Me permití, partir de allí prolongar el cuento transformarlo en otra historia con otro mensaje y otro sentido. Así como está ahora se lo regalé una tarde a mí amigo Norbi.

Había una vez, en un reino muy lejano y perdido, un rey al que le gustaba sentirse poderoso. Su deseo de poder no se satisfacía sólo con tenerlo, él, necesitaba además, que todos lo admiraran por ser poderoso, así como la madrastra de Blanca Nieves no le alcanzaba con verse bella, también él necesitaba mirarse en un espejo que le dijera lo poderoso que era.

Él no tenía espejos mágicos, pero contaba con un montón de cortesanos y sirvientes a su alrededor a quienes preguntarle si él, era el más poderoso del reino.

Invariablemente todos le decían lo mismo:

-Alteza, eres muy poderoso, pero tú sabes que el mago tiene un poder que nadie posee: Él, él conoce el futuro.

( En aquel tiempo, alquimistas, filósofos, pensadores, religiosos y místicos eran llamados, genéricamente “magos”).

El rey estaba muy celoso del mago del reino pues aquel no sólo tenía fama de ser un hombre muy bueno y generoso, sino que además, el pueblo entero lo amaba, lo admiraba y festejaba que él existiera y viviera allí.

No decían lo mismo del rey.

Quizás porque necesitaba demostrar que era él quien mandaba, el rey no era justo, ni ecuánime, y mucho menos bondadoso.

Un día, cansado de que la gente le contara lo poderoso y querido que era el mago o motivado por esa mezcla de celos y temores que genera la envidia, el rey urdió un plan:

Organizaría una gran fiesta a la cual invitaría al mago y después la cena, pediría la atención de todos. Llamaría al mago al centro del salón y delante de los cortesanos, le preguntaría si era cierto que sabía leer el futuro. El invitado, tendría dos posibilidades: decir que no, defraudando así la admiración de los demás, o decir que sí, confirmando el motivo de su fama. El rey estaba seguro de que escogería la segunda posibilidad. Entonces, le pediría que le dijera la fecha en la que el mago del reino iba a morir. Éste daría una respuesta, un día cualquiera, no importaba cuál. En ese mismo momento, planeaba el rey, sacar su espada y matarlo. Conseguiría con esto dos cosas de un solo golpe: la primera, deshacerse de su enemigo para siempre; la segunda, demostrar que el mago no había podido adelantarse al futuro, y que se había equivocado en su predicción. Se acabaría, en una sola noche. El mago y el mito de sus poderes…

Los preparativos se iniciaron enseguida, y muy pronto el día del festejo llegó…

…Después de la gran cena. El rey hizo pasar al mago al centro y ante le silencio de todos le preguntó:

– ¿Es cierto que puedes leer el futuro?

– Un poco – dijo el mago.

– ¿Y puedes leer tu propio futuro, preguntó el rey?

– Un poco – dijo el mago.

– Entonces quiero que me des una prueba – dijo el rey –

¿Qué día morirás?. ¿ Cuál es la fecha de tu muerte?

El mago se sonrió, lo miró a los ojos y no contestó.

– ¿Qué pasa mago? – dijo el rey sonriente -¿No lo sabes?… ¿no es cierto que puedes ver el futuro?

– No es eso – dijo el mago – pero lo que sé, no me animo a decírtelo.

– ¿Cómo que no te animas?- dijo el rey-… Yo soy tu soberano y te ordeno que me lo digas. Debes darte cuenta de que es muy importante para el reino, saber cuando perdemos a sus personajes más eminentes… Contéstame pues, ¿cuándo morirá el mago del reino?

Luego de un tenso silencio, el mago lo miró y dijo:

– No puedo precisarte la fecha, pero sé que el mago morirá exactamente un día antes que el rey…

Durante unos instantes, el tiempo se congeló. Un murmullo corrió por entre los invitados.

El rey siempre había dicho que no creía en los magos ni en las adivinaciones, pero lo cierto es que no se animó a matar al mago.

Lentamente el soberano bajó los brazos y se quedó en silencio…

Los pensamientos se agolpaban en su cabeza.

Se dio cuenta de que se había equivocado.

Su odio había sido el peor consejero.

– Alteza, te has puesto pálido. ¿Qué te sucede? – preguntó el invitado.

– Me siento mal – contestó el monarca – voy a ir a mi cuarto, te agradezco que hayas venido.

Y con un gesto confuso giró en silencio encaminándose a sus habitaciones…

El mago era astuto, había dado la única respuesta que evitaría su muerte.

¿Habría leído su mente?

La predicción no podía ser cierta. Pero… ¿Y si lo fuera?…

Estaba aturdido

Se le ocurrió que sería trágico que le pasara algo al mago camino a su casa.

El rey volvió sobre sus pasos, y dijo en voz alta:

– Mago, eres famoso en el reino por tu sabiduría, te ruego que pases esta noche en el palacio pues debo consultarte por la mañana sobre algunas decisiones reales.

– ¡ Majestad!. Será un gran honor… – dijo el invitado con una reverencia.

El rey dio órdenes a sus guardias personales para que acompañaran al mago hasta las habitaciones de huéspedes en el palacio y para que custodiasen su puerta asegurándose de que nada pasara…

Esa noche el soberano no pudo conciliar el sueño. Estuvo muy inquieto pensando qué pasaría si el mago le hubiera caído mal la comida, o si se hubiera hecho daño accidentalmente durante la noche, o si, simplemente, le hubiera llegado su hora.

Bien temprano en la mañana el rey golpeó en las habitaciones de su invitado.

Él nunca en su vida había pensado en consultar ninguna de sus decisiones, pero esta vez, en cuánto el mago lo recibió, hizo la pregunta… necesitaba una excusa.

Y el mago, que era un sabio, le dio una respuesta correcta, creativa y justa.

El rey, casi sin escuchar la respuesta alabó a su huésped por su inteligencia y le pidió que se quedara un día más, supuestamente, para “consultarle” otro asunto… (obviamente, el rey sólo quería asegurarse de que nada le pasara).

El mago – que gozaba de la libertad que sólo conquistan los iluminados – aceptó…

Desde entonces todos los días, por la mañana o por la tarde, el rey iba hasta las habitaciones del mago para consultarlo y lo comprometía para una nueva consulta al día siguiente.

No pasó mucho tiempo antes de que el rey se diera cuenta de que los consejos de su nuevo asesor eran siempre acertados y terminara, casi sin notarlo, teniéndolos en cuenta en cada una de las decisiones.

Pasaron los meses y luego los años.

Y como siempre… estar cerca del que sabe vuelve el que no sabe, más sabio.

Así fue: el rey poco a poco se fue volviendo más y más justo.

Ya no era despótico ni autoritario. Dejó de necesitar sentirse poderoso, y seguramente por ello dejó de necesitar demostrar su poder.

Empezó a aprender que la humildad también podía ser ventajosa empezó a reinar de una manera más sabia y bondadosa.

Y sucedió que su pueblo empezó a quererlo, como nunca lo había querido antes.

El rey ya no iba a ver al mago investigando por su salud, iba realmente para aprender, para compartir una decisión o simplemente para charlar, porque el rey y el mago habían llegado a ser excelentes amigos.

Un día, a más de cuatro años de aquella cena, y sin motivo, el rey recordó.

Recordó aquel plan aquel plan que alguna vez urdió para matar a este su entonces más odiado enemigo

Y sé dio cuenta que no podía seguir manteniendo este secreto sin sentirse un hipócrita.

El rey tomó coraje y fue hasta la habitación del mago. Golpeó la puerta y apenas entró le dijo:

– Hermano, tengo algo que contarte que me oprime el pecho

– Dime – dijo el mago – y alivia tu corazón.

– Aquella noche, cuando te invité a cenar y te pregunté sobre tu muerte, yo no quería en realidad saber sobre tu futuro, planeaba matarte y frente a cualquier cosa que me dijeras, porque quería que tu muerte inesperada desmitificara para siempre tu fama de adivino. Te odiaba porque todos te amaban… Estoy tan avergonzado…

– Aquella noche no me animé a matarte y ahora que somos amigos, y más que amigos, hermanos, me aterra pensar lo que hubiera perdido si lo hubiese hecho.

Hoy he sentido que no puedo seguir ocultándote mi infamia.

Necesité decirte todo esto para que tú me perdones o me desprecies, pero sin ocultamientos.

El mago lo miró y le dijo:

– Has tardado mucho tiempo en poder decírmelo. Pero de todas maneras, me alegra, me alegra que lo hayas hecho, porque esto es lo único que me permitirá decirte que ya lo sabía. Cuando me hiciste la pregunta y bajaste tu mano sobre el puño de tu espada, fue tan clara tu intención, que no hacía falta adivino para darse cuenta de lo que pensabas hacer, – el mago sonrió y puso su mano en el hombro del rey. – Como justo pago a tu sinceridad, debo decirte que yo también te mentí… Te confieso hoy que inventé esa absurda historia de mi muerte antes de la tuya para darte una lección. Una lección que recién hoy estás en condiciones de aprender, quizás la más importante cosa que yo te haya enseñado nunca.

Vamos por el mundo odiando y rechazando aspectos de los otros y hasta de nosotros mismos que creemos despreciables, amenazantes o inútiles… y sin embargo, si nos damos tiempo, terminaremos dándonos cuenta de lo mucho que nos costaría vivir sin aquellas cosas que en un momento rechazamos.

Tu muerte, querido amigo, llegará justo, justo el día de tu muerte, y ni un minuto antes. Es importante que sepas que yo estoy viejo, y que mi día seguramente se acerca. No hay ninguna razón para pensar que tu partida deba estar atada a la mía. Son nuestras vidas las que se han ligado, no nuestras muertes.

El rey y el mago se abrazaron y festejaron brindando por la confianza que cada uno sentí en esta relación que habían sabido construir juntos…

Cuenta la leyenda… que misteriosamente… esa misma noche… el mago… murió durante el sueño.

El rey se enteró de la mala noticia a la mañana siguiente… y se sintió desolado.

No estaba angustiado por la idea de su propia muerte, había aprendido del mago a desapegarse hasta de su permanencia en el mundo.

Estaba triste, simplemente por la muerte de su amigo.

¿Qué coincidencia extraña había hecho que el rey pudiera contarle esto al mago justo la noche anterior a su muerte?.

Tal vez, tal vez de alguna manera desconocida el mago había hecho que él pudiera decirle esto para quitarle su fantasía de morirse un día después.

Un último acto de amor para librarlo de sus temores de otros tiempos…

Cuentan que el rey se levantó y que con sus propias manos cavó en el jardín, bajo su ventana, una tumba para su amigo, el mago.

Enterró allí su cuerpo y el resto del día se quedó al lado del montículo de tierra, llorando como se llora ante la pérdida de los seres queridos.

Y recién entrada la noche, el rey volvió a su habitación.

Cuenta la leyenda… que esa misma noche… veinticuatro horas después de la muerte del mago, el rey murió en su lecho mientras dormía… quizás de casualidad… quizás de dolor… quizás para confirmar la última enseñanza del maestro.

Encadenados por el pasado

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 15/06/2006 12:48
“ENCADENADOS POR EL PASADO ”

Conocí a Raúl en un seminario, tres años después de haber sido liberado de un secuestro. Sus captores lo habían encerrado en un armario durante seis meses amarrado con cadenas.

Me hablaba con un entusiasmo pleno de ilusiones y de afecto, parecía feliz a pesar de haber soportadouna experiencia tan dolorosa y destructiva.

– ¿No sientes rabia o rencor contra tus captores?-le pregunté abiertamente-.

Me miró, se frotó la cara con las manos y su rostrose ensombreció por un instante.

– Recién salí, -respondió con firmeza-, no fue fácil.Mi desesperación y mis rencores eran mi peor tortura, pero un día decidí que ya no quería cargar más las cadenas.

– ¿A qué te refieres? -dije intrigado-.

– Yo estuve secuestrado con otra persona, -replicó-,nos liberaron al mismo tiempo. Después me la encontré, rabiosa y amargada, sólo hablaba de su pasado, del dañoirreversible que le habían causado, de lo crueles que habían sido, de lo feliz que se sentiría el día en elque se hiciera justicia.

Guardó silencio por un instante, como si revisarasus propias reflexiones.

– ¿Sabes? -prosiguió después de una pausa-, al vera esta persona me di cuenta que daba lo mismo que lo hubieran liberado, que su cuerpo estuviera libre,porque él había decidido continuar secuestrado en su mente, en su dolor, en su pasado. Prefería pensaren sus captores, no disfrutaba a su familia, ni de la posibilidad de construir el presente ni el futuroque le dio la vida.

– Pero, ¿Cómo se puede olvidar algo tan duro? -seguíainterrogando-.

-Mis captores me quitaron la libertad, pero no voya permitir que me quiten mi tranquilidad, si yo continúo alimentando este rencor, les estaré dando mi vida, es cómo si eligiera llevarlos conmigo en cada momento, por el resto de mis días. Ni mis seres queridos ni yonos merecemos eso, la verdadera venganza será mi felicidad, dejarlos atrás y disfrutar de cada instante de mi vida.

Hizo una pausa y miró hacia adelante con una expresión alegre.

– Las verdaderas cadenas -concluyó- las tenemos en nuestra mente cuando decidimos continuar apegados al dolor, al resentimiento o al pasado. Eso es peor que un armario oscuro, -dijo con énfasis y prosiguió-, yo prefiero que los míos me recuerden como alguien que supo reacoger la alegría de la vida y no como alguien que se quedó alimentando la rabia y la autocompasión.

Preguntate: ¿cuáles son las cadenas que podrías empezar a soltar ahora? ¿Cuáles son los eventos pasados o presentes que puedes dejar de alimentar con rabia o dolor?

En cada momento puedes decidir agravar tu herida o empezar a sanarla para siempre.

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