Amma: Enciende la luz de tu mente con la llama de la Fe

AMMACHI:

Enciende la luz de tu mente con la llama de la Fe

El cambio debe iniciarse en el individuo. Cuando alguien cambia a mejor, toda la familia se beneficia y la sociedad prospera. Por tanto, lo primero que deberíamos procurar es intentar hacer el bien. Cuando mejoramos nosotros mismos, esa mejora incide en todos los que nos rodean, por lo que también se producirán cambios positivos en ellos. No podemos cambiar a los demás simplemente aconsejándoles o riñéndolos. Tenemos que ser un ejemplo. Mostrar amabilidad y afecto hacia todos. Solo a través del amor desinteresado podemos transformar a los demás. Es posible que no vemos cambios inmediato, pero no tenemos que perder la esperanza ni abandonar nuestros esfuerzos. Por lo menos, esos esfuerzos nos permitirán evolucionar. 

Si intentamos enderezar la cola de un perro colocándola en un tubo, la cola no se enderezará, pero los músculos de nuestros brazos se harán mucho más fuertes. Ciertamente, cuando hacemos un esfuerzo con el fin de producir un efecto en los demás, mejoramos nosotros mismos. Pero también se producen ciertos cambios en los demás, aunque no resulten evidentes. Al menos, nuestros esfuerzos ayudarán a prevenir el incremento del deterioro social. A través de esos esfuerzos  podemos mantener algún grado de armonía en la sociedad.

Una persona que nade a contracorriente es posible que no adelante ni un centímetro, pero su esfuerzo le permitirá mantenerse y no ser arrastrado por la corriente. Si abandona, se ahogará. De forma similar, es esencial perseverar en nuestros esfuerzos.

Es posible que te preguntes “¿Qué sentido tiene que una persona luche sola en la sociedad, en un mundo lleno de oscuridad?” Cada uno de nosotros tiene una luz, la luz de la mente. Enciende esa luz con la llama de la fe. No te preocupes por cómo cubrir tan gran distancia con esa pequeña luz. Solo da un paso en cada momento. Descubrirás que hay suficiente luz para iluminar cada paso que des a lo largo del camino.

 

Amma: el maestro nunca abandona a sus discipulos

AMMACHI:

El Maestro nunca abandonará al discípulo

Pregunta – Si el deseo de una persona de servir al maestro espiritual es mayor que su deseo de Realización, ¿estará el maestro con esa persona durante todas sus vidas futuras?

Madre – Si ese es el deseo de un discípulo que se ha entregado completamente al maestro, el maestro definitivamente estará con él. Pero el discípulo no debe perder ni un segundo. Debe ser como una varilla de incienso que arde hasta su consumición para dar fragancia a los demás. Cada suspiro de un discípulo estará dedicado al bien del mundo. En cada acción ese discípulo deberá tener la actitud de servicio al maestro. El que se refugia por completo en un maestro espiritual no tiene más vidas por vivir, a menos que esa alma nazca de nuevo porque esa sea la voluntad del maestro.
Pero hay muchas clases de maestros. Están los que instruyen tras estudiar las escrituras y los Puranas. Esos son gurús. Pero hoy en día también son considerados como gurús los que apenas han leído un libro y profesan cualquier cosa. Sin embargo, un Satgurú es diferente. Un Satgurú es alguien que ha alcanzado la verdad mediante austeridades y renuncias y ha experimentado directamente el Estado Supremo descrito en las Escrituras. Exteriormente, tal vez no parezcan especiales con respecto a otros, pero los beneficios que se obtienen de un maestro así no pueden obtenerse de aquellos que pretenden ser satgurús. Aquellos que externamente muestran mucha pompa y esplendor puede que no tengan mucho en su interior. No obtendréis mucho dependiendo de ellos. La diferencia entre ellos y un satgurú es como la diferencia entre una bombilla de diez watios y una bombilla de mil. La mera presencia de un maestro auténtico os llenará de bienaventuranza y debilitará vuestros vasanas o tendencias innatas.
Las enseñanzas de los satgurús no están limitadas a sus palabras. Sus palabras se reflejan en sus acciones. En sus vidas pueden verse las palabras vivientes de las Escrituras. Si estudiáis sus vidas no hay realmente necesidad de estudiar las Escrituras. Los satgurús son totalmente desinteresados. Pueden ser comparados a una imagen de chocolate o caramelo porque de ellos solamente se desprende pura dulzura, sin nada superfluo. Los satgurús han nacido con el único propósito de elevar al mundo. No son individuos; representan un ideal. Solo hay que seguir su senda. Los grandes maestros abren nuestros ojos a la sabiduría y eliminan la oscuridad.

Dios está presente en todo. Pero el Satgurú es el que corrige nuestros errores y nos transporta al mundo divino. Por eso se dice del maestro que es Brahma, Vishnú y Maheshwara. El Satgurú tiene más sentido para el discípulo que Dios. Una vez encontrado un Satgurú, ya no es necesario pensar en la Realización, ni es necesario preocuparse por el renacimiento. Todo lo que se necesita es seguir la senda del maestro. Como un estanque que se ha unido a un río que se funde en el mar, una vez llegados al maestro, habéis alcanzado el lugar donde necesitáis estar. El maestro se cuidará del resto y os llevará a la meta. Todo lo que el discípulo necesita hacer es rendirse de todo corazón a los pies del maestro. El maestro nunca abandonará al discípulo.

 

Amma: ¿Como prueba un maestro a sus discipulos?

AMMACHI:

¿Cómo prueba un Maestro  a los discípulos?

Pregunta – Madre, ¿de qué modo prueba el maestro a sus discípulos?

Madre – No podemos determinar una serie de reglas fijas como hacemos para superar un examen. El maestro conduce al discípulo según los vasanas que éste haya adquirido durante muchas vidas. Incluso en situaciones idénticas, el maestro puede proceder de modo muy diferente hacia discípulos diferentes. Aunque no tenga  ningún sentido para vosotros. Solo el maestro conoce la razón. El maestro decide los pasos a seguir para debilitar los vasanas de un individuo en particular, para guiarle hacia la meta. Hay un factor que ayudará al progreso espiritual del discípulo y es que él o ella se rindan a la decisión del maestro.

Cuando dos discípulos cometen el mismo error, el maestro puede enfadarse con uno y mostrarse muy amoroso con el otro, actuando como si nada hubiese ocurrido. El maestro conoce el nivel de fuerza mental y madurez de cada discípulo. En su ignorancia, los observadores pueden criticar al maestro. Porque solo ven lo que está sucediendo, externamente. Carecen de visión interior para ver los cambios que se van produciendo en los discípulos.
El árbol no brota hasta que la corteza exterior de la semilla se rompe. De igual modo, no podéis conocer la Verdad sin destruir totalmente el ego. El maestro prueba al discípulo de diversos modos para comprobar si han venido al maestro a causa de un brote efímero de entusiasmo o por amor al objetivo espiritual. Estas pruebas pueden compararse a los exámenes sorpresa, sin aviso previo. Es deber del maestro medir cuanta paciencia, renuncia y compasión tiene el discípulo, así como probar su grado de debilidad cuando deben afrontar ciertas situaciones o si poseen fuerza para superarlas. De los discípulos se espera que sean guías del mundo en el futuro. Miles de personas pueden llegar a ellos un día, depositando toda su confianza. Los discípulos deben poseer suficiente fuerza interior, madurez y compasión para merecer esa confianza. Si un discípulo sale al mundo sin estas cualidades y carece de la suficiente pureza interior, sería como la mayor de las traiciones. En ese caso, aquel que debería proteger al mundo podría resultar un enemigo destructor. 

***

Una vez, un maestro dio a su discípulo una roca y le pidió que tallase una imagen. El discípulo, obediente, renunciando a alimentarse y a dormir, se puso manos a la obra a hacer la talla. Cuando terminó, se  la trajo al maestro y la ofreció a sus pies. Se quedó humildemente a un lado con las manos juntas y la cabeza inclinada. El maestro miró la escultura, la tomó en sus manos y la arrojó a lo lejos, rompiéndose en mil pedazos. 
‘¿Es éste el modo de tallar una imagen? -preguntó colérico.
El discípulo miró los pedazos y pensó, ‘no ha pronunciado una palabra amable aunque me he esforzado durante días sin comer ni dormir’. Conociendo sus pensamientos, el maestro le dio otra piedra y le pidió que comenzara de nuevo a tallar otra imagen. 
El discípulo se alejó con la piedra e hizo otra imagen más hermosa que la primera. De nuevo, se acercó al maestro, pensando que esta vez, seguro, estaría complacido. Pero tan pronto como el maestro vio la imagen, su rostro enrojeció. ‘¿Te estás riendo de mí? ¡Esta es peor que la anterior!’ Y de nuevo rompió la imagen.
Miró al discípulo que permanecía de pie, con la cabeza inclinada humildemente.  Esta vez el discípulo no sintió resentimiento alguno hacia el maestro, pero sintió cierta tristeza.
El maestro le entregó otra piedra pidiéndole que la tallase de nuevo. El discípulo esculpió la nueva imagen con mucho cuidado. Era una gran obra de arte, que entregó a los pies del maestro. Pero el maestro la tomó y la hizo añicos mientras reñía severamente al discípulo.  Esta vez no se sintió enfadado ni triste. Pensó, ‘si este es el deseo de mi maestro, que así sea. Todo lo que hace es por mi bien.’ Tal era su actitud de rendición en ese momento.
El maestro aún le dio otra piedra. El discípulo la aceptó con alegría y regresó con otra imagen excepcionalmente bella. El maestro la rompió igualmente. Pero ello no produjo ningún cambio en el ánimo del discípulo. El maestro estaba muy complacido. Puso las manos sobre la cabeza del discípulo y le bendijo.

***

Un observador de las acciones del maestro habría pensado probablemente que era cruel o incluso loco. Solo el maestro y el discípulo que se había rendido a él por completo sabían lo que estaba sucediendo. El maestro hizo pasar al discípulo por numerosas pruebas, para moldearle adecuadamente. Cada vez que el maestro rompía la imagen que le traía , estaba esculpiendo una verdadera imagen en su corazón.  Lo que rompía era su ego. Solo un satgurú puede hacer esto y solo un verdadero discípulo puede saborear la bienaventuranza que ello contiene.

Amma: Inteligencia

AMMACHI:

Inteligencia

P- ¿No nos ha dado Dios este cuerpo y creado los objetos del mundo para que disfrutemos de ellos y vivamos felizmente?

Amma: “Si conducís vuestro coche de cualquier manera, ignorando las reglas, probablemente tendréis un accidente e incluso podéis morir. Hay reglas de conducción para ser cumplidas. De igual modo, Dios no solo ha creado todo, también ha establecido reglas para todo y debemos vivir de acuerdo a esas reglas o llegaremos a sentirlo.
Comed solo lo necesario. Hablad solo cuando sea necesario. Dormid lo necesario. Emplead el resto del tiempo en hacer buenas obras. No perdáis un solo momento de vuestra vida. Intentad que vuestra vida sea beneficiosa para los demás.
Si coméis tanto chocolate como queréis os dolerá el estómago. Demasiado de todo os causará problemas. Tenemos que entender que la felicidad mundana es causa de infelicidad.
Dios nos ha dado inteligencia – la inteligencia para usar el discernimiento -. Deberíamos usar esa inteligencia y actuar en consecuencia. Dios también ha creado el veneno, pero nadie tomaría veneno sin razón alguna. En un caso así no dudamos en usar el discernimiento. De la misma manera debemos pesar cada acto que realicemos.” 

Amma: La felicidad viene del interior

AMMACHI:

La felicidad viene del interior

La búsqueda de la felicidad en el mundo material es la causa del sufrimiento y de la falta de espacio interior. Esto afecta no solo al individuo, también a la sociedad en general. A causa de la búsqueda de la felicidad en las cosas externas, el amor auténtico ha desaparecido de la humanidad. Paz y alegría han desaparecido de la vida familiar. La gente ha perdido su capacidad de amar y servir a los otros con el corazón abierto. Maridos que desean otra mujer, esposas que desean otro hombre. Esto ha ido tan lejos que en su excesivo deseo de placer hay hombres que olvidan que sus propias hijas son sus hijas. Incluso el concepto de relación hermano – hermana se derrumba. Millares de niños son asesinados. La razón de todo este mal en el mundo de hoy se halla en el concepto erróneo de que la felicidad se encuentra en el exterior. 

La gente busca la felicidad en cosas cuya naturaleza esencial no dan la felicidad en absoluto. Van de un objeto a otro. Pensar que podemos alcanzar la felicidad en algo externo, es solo una ilusión de la mente. En realidad  no existe felicidad en ninguna circunstancia externa. La felicidad que ansiamos está dentro de nosotros. Dios nos ha dado un cuerpo, sentidos e inteligencia, justo para que aprendamos esta lección y busquemos la fuente auténtica de la bienaventuranza. Si utilizamos nuestros sentidos indiscriminadamente solo hallaremos sufrimiento en lugar de la felicidad que esperamos.

Para aquellos que solo ansían placeres egoístas y vivir sin contención, el resultado será la ruina. Es natural que deseos y emociones surjan en la mente, pero la contención es necesaria. Es natural tener hambre pero no comemos cualquier cosa comestible que veamos. Si así fuera nos pondríamos enfermos. Del mismo modo, el ansia excesiva de placeres conduce al sufrimiento. Pero la gente no se da cuenta de esto. El placer de los sentidos viene de dentro. La gente corre frenéticamente detrás de la felicidad externa hasta que se derrumban en un estado de sufrimiento y desesperación. Se levantan, corren de nuevo y de nuevo caen. Si vamos solamente en busca de placeres externos no encontraremos paz en la vida. Debemos aprender a mirar hacia dentro pues ahí es donde se encuentra la felicidad auténtica. Pero no encontraremos esa bienaventuranza hasta que evitemos esos saltos externos de la mente, hasta que la aquietemos. En el fondo del océano no hay olas. Igualmente os daréis cuenta de que la mente se calma automáticamente cuando nos sumergimos en sus profundidades. Ahí solo hay bienaventuranza. 

Amma: el corazon es lo mas inportante

AMMACHI:

El corazón es más importante

El intelecto es necesario. La Madre no dice que no lo sea. Pero el intelecto a menudo no sirve para realizar una buena acción. No emerge el intelecto discriminatorio, sino el egoísmo en primera línea.

El corazón y el intelecto no son dos cosas separadas. Cuando se tiene un intelecto discriminatorio, uno se torna de modo natural expansivo. Y de la expansión surge un espíritu de inocencia, humildad y cooperación. La palabra ‘corazón’ es sinónima de expansión. Solo con la mención de la palabra ‘corazón’ sentimos una calma suave. Sin embargo hoy en día la mayoría de la gente solo ve el intelecto corriente, no el discriminatorio. Es decir, lo que ve no es realmente el intelecto, sino el ego. El ego es la causa de todo sufrimiento en esta vida.  A medida que el ego crece, la expansión se contrae y el espíritu de cooperación desaparece. No es posible vivir sin esas cualidades, tanto en la vida espiritual como en la mundana.

Supongamos que se establecen ciertas reglas en la familia: ‘Mi esposa debería vivir así, hablar así, comportarse así, porque ella me pertenece.’ Si insistís en que ella viva de acuerdo con estas reglas, no habrá paz en casa. Suponed que al regreso del trabajo no dirigierais la palabra a vuestra esposa e hijos; que entrarais directamente a vuestro despacho para seguir trabajando, actuando en plan ‘jefe’ como en la oficina. ¿Creéis que estarían contentos? Y si decís que es que sois así, ¿creéis que ellos lo aceptarían? ¿Creéis que habría paz?

Si por el contrario al llegar a casa saludáis afectuosamente a vuestra esposa, dedicáis un tiempo a vuestros hijos – si estáis disponibles en lugar de encerrados en vosotros mismos, todos estarán contentos. Cuando toleramos y olvidamos las faltas y carencias de los otros hay paz y felicidad en la familia. Y cuando perdonáis los defectos  de vuestro cónyuge es por amor hacia esa persona. Incluso si comete errores la seguís amando, estáis dando más importancia al corazón. Estáis sintiendo que vuestros dos corazones laten como uno solo y que deseáis pasar la vida juntos. Esa es la actitud que la Madre llama ‘corazón’.

¿Qué sentido tendría insistir en aplicar esas reglas de comportamiento hacia vuestros hijos? ¿Se someterían ellos a vuestros cambios de humor? ¿No reaccionarían con testarudez? El amor por vuestros hijos os hace tolerantes con sus errores y, cuando es así, senti

Fragmentos del Mensaje de Amma en su 50 aniversario.

AMMACHI:

Fragmentos del Mensaje de Amma en su 50 aniversario.

Amma nunca ha considerado que tiene un cumpleaños o que éste debiera ser celebrado. Ha sido un propósito de los hijos de Amma el que ha tenido como fruto estas celebraciones. Es una ocasión para que todos los hijos de Amma se reúnan para rezar al Paramatman, alumbrando así el amor y la paz, en un tiempo de tanta oscuridad, dolor y lucha. Esta ocasión es un festival de amor.

Esta celebración ayuda a cultivar la conciencia de que somos hijos de la Madre Divina, así que Amma decidió reunirse con sus hijos para compartir su felicidad. Que esta celebración sea el camino para poner sonrisas en los rostros de aquellos que sufren y sirva de ayuda para secar sus lágrimas.

Hoy los niños hicieron la pada puja a Amma. Limpiar los desagües, por dentro y por fuera haría más feliz a Amma.
No deberíamos pensar que servir a otros es una tarea fatigosa sino considerar que es una oportunidad dada por Dios. Deberíamos  ser capaces de servir a la sociedad con la misma actitud. Deberíamos ver estas acciones como una ofrenda a Dios y vivirlas contentos.

Para estudiar los mundos oceánicos y los misterios del espacio, se gasta un montón de dinero y se organizan expediciones. Pero no estamos dispuestos para explorar nuestro mundo interior, mucho más cercano que lo más cercano.

El tamaño de las pantallas de TV en nuestras casas aumenta más y más. Pero al mismo tiempo nuestras pantallas mentales se hacen más y más pequeñas. Nuestro egoísmo y nuestro ego son los responsables de esto.

Hoy en día disponemos de estupendas aspiradoras que absorben la más minúscula partícula de polvo. Pero no somos conscientes del montón de basura (negatividad) que en nuestro interior va aumentando cada día.

Decoramos las paredes de nuestra casa con bellas imágenes de la naturaleza. Nos gusta mucho. Pero al mismo tiempo cortamos árboles alrededor de nuestras casas. No dudamos en arrojar residuos a ríos y lagos.

La mente es la que embellece o afea nuestras vidas. Primero tendríamos que embellecer la mente. Hubo un tiempo, durante el Satya Yuga, en que había guerras intermitentes entre los asuras y los devas. Sin embargo vivían en mundos diferentes. Cuando se encarnó Sri Rama, el enemigo se aproximó y ocupó una isla cercana. Durante el tiempo de Sri Krishna el enemigo estaba en la misma familia. En este tiempo los enemigos se han acercado aún más, están dentro de nosotros. Solo venciendo a los enemigos internos podremos lograr una victoria genuina.

¿Quienes son los enemigos internos? Ego, celos, odio y codicia son algunos de nuestros enemigos. Para vencerlos necesitamos fortalecer al ejército interior. Discernimiento, humildad, servicio y amor a Dios constituyen este ejército. Si usamos estas fuerzas positivas eficazmente, lograremos la victoria y experimentaremos auténtica felicidad…

 

Amma

AMMA:

Su vida

La mañana del 27 de septiembre de 1953, en una pequeña villa de la costa oeste de Kerala, nacía una pequeña niña. Sus padres le pusieron por nombre Sudhamani. En el momento del nacimiento, su rostro mostraba una radiante sonrisa, no aparecieron ni lágrimas ni llanto, tal como suele ser habitual en los demás bebés.
Su expresión auguraba la dicha y la gloria que ella muy pronto iba traer al mundo. Sudhamani fue una niña muy peculiar, desde su mismo nacimiento, mostró muchos signos de su DivinidadSu devoción a Dios formaba parte integral de su naturaleza. Incluso siendo una niña pequeña, permanecía a menudo absorta en profunda meditación, totalmente ajena al mundo.
A la edad de cinco años, empezó a componer cantos devocionales dedicados a Krishna, y de sus canciones brotaban profundas revelaciones místicas. Ella volcaba continuamente su corazón y su alma en estas melodías, completamente abstraída de sí misma. Su dulce voz se convertía en una fuente de gran alegría para los habitantes de su aldea. Cuando Sudhamani tenía tan sólo nueve años, su madre enfermó, por lo que toda la responsabilidad del trabajo de cocinar y cuidar la casa recayó sobre ella, forzando a la pequeña niña a abandonar la escuela, a pesar de haber dado muestras de una gran inteligencia. Sudhamani cuidó de su hermano y hermanas, de sus padres y también se hizo cargo de la vaquería familiar. Desempeñó este duro trabajo sin la más mínima queja, ofreciendo alegremente cada momento de su larga jornada de trabajo a Dios. Tuvo que superar todos los obstáculos y soportar cada uno de los malos tratos de que fue objeto por parte de su familia, quienes se mostraban irritados al desconocer su divina naturaleza y el origen de su extraño comportamiento. Sin embargo, ella consideró el trato de su familia como una bendición de Dios para acercarla cada vez más hacia Él. En el constante recuerdo de su amado Krishna, pudo encontrar su único apoyo y consuelo. Aunque su trabajo diario acabara a media noche, Sudhamani dedicaba el resto de la noche a meditar, a cantar y a rezar a Dios, en lugar de irse a dormir. Otra cualidad que se manifestaba claramente en Sudhamani desde temprana edad, era su amor y compasión hacia los otros seres humanos. Como si se tratara de una obligación familiar más. Sudhamani visitaba a menudo otras viviendas del vecindario en busca de alimento para las vacas de su familia. En estas viviendas podía escuchar pacientemente muchas historias de dolor, especialmente de los ancianos quienes se lamentaban de la falta de atención, e incluso del maltrato que recibían de sus hijos y nietos, una vez que éstos se independizaban. A través de estas historias, Sudhamani comprobó cómo algunas personas pueden pasar fácilmente de un extremo a otro. Los mismos que durante su infancia y juventud se dedicaban a rezar pidiendo por la salud y la longevidad de sus padres, eran capaces, años más tarde, de maldecir a sus propios padres cuando se volvían ancianos o enfermos.

De este modo, se percató de que el amor mundano tenía un marcado carácter egoísta, además de ser voluble y limitado. Así llegó a considerar que los seres humanos tenemos a Dios como único familiar verdadero en este mundo, pues sólo su amor está siempre a nuestra disposición, fluyendo continuamente, de modo absolutamente incondicional. La observación de la crueldad y el egoísmo del mundo, con sus secuelas de dolor y sufrimiento, causó en Sudhamani una
intensificación de su amor y anhelo por Dios. A partir de ese momento búsqieda de la Divinidad asumió otro propósito: liberar a las personas de su pesar y dolor. Aunque sólo era una niña, Sudhamani hacía todo lo posible por aliviar el sufrimiento de sus vecinos. Ella los atendía lavando sus ropas, bañándolos, e incluso llevándoles comida desde su casa. Este hábito de regalar cosas procedentes de Su casa familiar, además de causarle grandes problemas, fue la causa de que fuera severamente castigada y recibiera alguna que otra paliza. Sin embargo, ningún castigo podía impedir que de Ella brotara una innata compasión. Cuando Sudhamani alcanzó su adolescencia, su amor por Dios aumentó considerablemente. Sus éxtasis se hicieron cada vez más frecuentes. A menudo danzaba y cantaba llena de gozo, intoxicada de amor divino y total- mente abstraída del mundo. Muy pronto empezó a tener visiones de Krisna, y podía observar sus diferentes formas vivas en cada uno de los objetos de su alrededor. A los ojos de Sudhamani, el yniverso entero estaba impregnado de Krishna y sólo de El. Al poco tiempo, Sudhamani ingresó en una profunda unión mística con Dios, una unión tan absoluta que ya no le fue posible distinguir entre Krishna y su propio Ser.
La segunda fase del progreso espiritual de Sudhamani se inició cuando, en cierta ocasión, recibió una inesperada visión de la Divina Madre del Universo. Esta gloriosa experiencia fue seguida por un interminable estado de éxtasis divino. Fue de tal intensidad que día y noche se sintió poseída por un gran anhelo de unión con
la Divina Madre. Los miembros de su familia y muchos de sus vecinos eran incapaces de comprender los estados sublimes de Sudhamani. Como su comportamiento no era el normal de una chica de su edad, ellos empezaron a acosarla de múltiples maneras. Finalmente, fue forzada a abandonar su casa, a procurarse la vida por sus propios medios ya vivir a la intemperie. El cielo se convirtió en su techo, la tierra en su cama, la luna en su lámpara y la brisa marina en su abanico. Cuando fue rechazada, tanto por su familia como por sus vecinos, los pájaros y otros animales que le hacían compañía se convirtieron en sus leales amigos. Estos animales además de procurarle alimentos, se ofrecían amorosamente para servirla en todo lo que pudieran.
Sudhamani decidió permanecer, durante muchísimos meses, inmersa en las más austeras y rigurosas prácticas espirituales. Se mantuvo totalmente indiferente a sus propias necesidades corporales, dejando a menudo de comer y de dormir. Todo su ser ardía de amor y anhelo por la Diosa. Si besaba la tierra o si abrazaba los árboles, percibía a la Divina Madre en todos ellos. Ante un toque de brisa, se echaba a llorar, pues sentía en ella la caricia de la Divina Madre. Podía permanecer inmersa en samadhi (meditación profunda) durante interminables horas e incluso días, sin mostrar ningún signo de consciencia externa.
Finalmente, la Divina Madre apareció ante Sudha- mani en todo su esplendor y majestuosidad. Este hecho sólo puede ser descrito en palabras de la propia Madre.
“Sonriendo, la Divina Madre se transformó en una masa de luz radiante y se fundió en Mi. Mi mente floreció y fue bañada por multitud de tonalidades luminosas de la Divinidad”.
Fue de este modo como Sudhamani llegó a una completa identificación de Ella misma con la Divina Madre. Muy pronto, logró la realización con el Ser Supremo Absoluto sin forma y carente de atributos. El primordial sonido vibratorio que impregna el universo -Om- brotó espontáneamente desde el interior de Su Ser y, según Sus propias palabras, se dio cuenta de que “nada es distinto de mi propio Ser sin forma, en el cual el Universo entero existe como una diminuta burbuja”. Sudhamani pudo experimentar a partir de ese momento que todas las formas de Dios y todos los aspectos de la divinidad existian dentro de ella y que podía manifestarlos según su voluntad.

  ¡Oh Madre!,para satisfacción de mi vida,
derrama una gota de Tu Amor en mi seco y ardiente corazón.
¿Por qué,dime,por qué pones fuego ardiente
para fertilizar esta planta ya reseca?
Me deshago en llanto…
¿Cuántas lágrimas ardientes he derramado delante de Ti?
¿No oyes mi corazón palpitante
y la agonía de sollozos entrecortados?
No dejes que el fuego penetre como una danza
en el bosque de los árboles de sándalo.
No dejes que este fuego del sufrimiento
muestre su fuerza arrebatando por todas partes.
¡Oh Devi!,cantando Tu Nombre “Durga,Durga”,
mi espíritu ha olvidado otros senderos.
¡Oh mi Durga!,no quiero el Cielo ni la Liberación,
tan solo quiero devoción pura hacia Ti.

Lavaré Tus Pies con mis lágrimas,
¡oh Katyáyani!,no me abandones.
¿Cuántos días hacen falta,Madre mía,
para que me concedas la visión de Tu Forma?
Aunque tardas en darme lo que quiero,
mi espíritu está satisfeho a causa de Tu maya.
¿Me permites que Te ofrezca una flor roja a Tus Pies?
Vago a través de este sendero abandonado
con la esperanza de encontrarte.
Dime,Amada de Shiva,
¿acaso no hay ternura en Tu duro corazón?

¿No eres Tú mi Madre?
Oh,¿no eres Tú mi Madre amada,
aquella que enjuga mis lágrimas?
¿No eres Tú la Madre de los catorce mundos,
Creadora del Universo?
Te he llamado sin cesar…
a Ti,cuya naturaleza es la Shakti,
¿acaso no vendrás?
Oh Tú,que satisfaces todos los deseos,
¿no están la creación,la consevación y la destrucción en Ti?
Te he llamado sin cesar….

Mensaje de Año Nuevo de Amma (2004)

  Recemos, al iniciarse el Nuevo Año, por la paz y la felicidad de todos los seres del mundo. Conviene recitar el mantra “Lokah Samastah Sukhino Bhavantu”, pero todavía es más importante que impregnemos todas nuestras acciones con su espíritu.

Hace unos días, un devastador terremoto sacudió Irán causando miles de muertos y dejando multitud de heridos que luchan por sobrevivir en los hospitales. Muchos países han enviado equipos de socorro y ayuda a Irán. Pero la devastación es tan grande que todavía queda mucha tarea por hacer. Amma quiere que todos sus hijos pidan por la paz de las almas que se han ido y por la rápida recuperación de los que han resultado heridos. Amma reza para que se curen todas las heridas, tanto internas como externas.

Cuando echamos una mirada al mundo actual, observamos un gran número de conflictos, disputas y violencia. Las guerras se convierten en algo frecuente y el porcentaje de delitos sigue en aumento. ¿Por qué sucede todo esto? Se debe a que el conflicto y la agitación de la mente individual acaba convirtiéndose en un conflicto externo. Mientras se mantengan los conflictos internos, no cambiarán las condiciones externas. La única manera de vencer la agitación mental es impregnando la vida de ideales espirituales. La espiritualidad es la única solución duradera a todos los problemas.

El odio es un veneno que los seres humanos llevan dentro de sí mismos. Hasta cuando tienen que enfrentarse a las peores calamidades, no están dispuestos a perdonar a sus enemigos, ni a abandonar el odio. Incluso en nombre de la religión, se odian unas razas a otras, a pesar de que todas las religiones nos enseñan a vencer el odio y a mostrar amor y compasión hacia los demás. Pero cuando no se comprede este hecho, se utiliza la religión como arma para luchar los unos contra los otros. La religión es para los seres humanos, y no para ser utilizada en ninguna otra finalidad. Los seres humanos son más grandes que todas las religiones y todas las filosofías. El amor es la esencia de todas las religiones. El amor es la única religión que puede ayudar a la humanidad a alcanzar las más altas cumbres. El amor debería ser el nexo de unión de todas las religiones y filosofías.

Hijos, recordad siempre que, para que se dé un auténtico cambio en el mundo, deberíamos estar dispuestos a cambiar nosotros primero. Cuando se produce un cambio positivo en un individuo, el efecto de ese cambio se hace patente en la sociedad y en el mundo entero. Es posible que alguien diga: “Hay tanta oscuridad en el mundo actual, que no parece que haya esperanza alguna.” Es cierto que el panorama que vemos en el mundo actual es oscuro. Pero, si cada uno está dispuesto a iluminar la vela de su propio corazón, con la llama del amor, entonces cada paso que demos esparcirá su luz por el mundo.

El Año Nuevo también es un día en el que hacemos buenos propósitos para reconducir nuestras vidas. Los hijos que tienen el hábito de fumar o beber, deberían evitar esos hábitos y, en lugar de gastar dinero en esas adicciones, podrían ayudar a los pobres y necesitados. De este modo, haremos un gran bien a la sociedad.
La unidad de los corazones hace que el mundo sea maravilloso. Que en el 2004 prevalezca en el mundo entero un ambiente de paz y unidad.

Tendiendo puentes

Algunas personas dicen que son sinceras,
cuando en realidad están siendo agresivas.

Cuando decimos lo que pensamos sin tener en
cuenta los sentimientos de los demás, nos podemos
convertir en personas imprudentes, y hasta temidas.

No se trata de ser hipócrita, se trata de cuidar
nuestras relaciones y, por consiguiente, a las
personas.

Busca decir lo que piensas de la mejor manera posible.
Así evitarás imprudencias que muy probablemente te
saldrían caras, ya que muchas veces toma años curar
las heridas causadas por una sola de éstas.

Puedes ser firme, y al mismo tiempo ser respetuoso.

Pregunta, escucha y piensa antes de opinar. De este
modo tendrás más elementos para expresar adecuadamente
tus ideas. Es muy importante recordar que lo que uno
piensa es tan sólo una opinión entre muchas, y que,
precisamente por esto, es indicado no actuar como
si uno fuera un exclusivo portavoz de la verdad.

No hay mérito en ser agresivo.

Mas, la vida consiste en construir puentes y no
en lanzar piedras.

Carlos Devis

palabras sabias Gandhi

Mahatma Gandhi

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Palabras sabias

*- No conocemos todas las leyes de Dios, ni cómo actúan. El conocimiento de
los más grandes científicos y de los más elevados espiritualistas es como un
grano de polvo. Para mi, Dios no es un ser personal, como mi padre terreno.
Es infinitamente más: Él me dirige en el más ínfimo pormenor de mi vida.
Creo literalmente, que ninguna hoja se mueve sin Su Voluntad. Cada bocanada
de aire que respiro depende de su consentimiento.*

*- La verdad es cual árbol frondoso que , cuanto más cultivado más frutos
produce. Cuanto más profunda sea la búsqueda en la mina de la verdad, más
rico será el descubrimiento de las gemas allí enterradas, en forma de
puertas hacia una siempre variedad de servicios.*

*- Un investigador de la Verdad, un seguidor de la ley del Amor, nada puede
guardar para el mañana. Dios nunca provee para el futuro; no crea más que lo
estrictamente necesario para el día. No obstante si confiamos en su
providencia, podemos estar seguros de que Él nos dará el pan de cada día,
proveyéndonos de todo cuanto precisamos.*

*- La no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más
poderosa que la más potente arma de destrucción imaginada por el ingenio
humano. La destrucción no es ley de los hombres. Tanto más libre es el
Hombre cuanto mayor sea su disposición de morir – si es necesario- por las
manos de su hermano, sin jamás matarlo. Todo asesinato, cualquier ofensa, no
importa la causa es un crimen contra la humanidad.*

*- Hagáis lo que hagáis, sed sinceros con vosotros y con el mundo. No
escondáis vuestros pensamientos: si es vergonzoso revelarlos, más vergonzoso
aún es pensarlos.*

*- La oración es la llave de la mañana y el cerrojo de la noche.*

*- La verdad no necesita más publicidad que ella misma.*

*- Donde está el amor allí también está Dios. *

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