Esencias y realidades

Atemporalidad

EL TODO Y LA NADA

Entre la esencia y las realidades ilusorias

Nunca hubo una “nada” en los confines del “Todo”. Ni confines. Nunca hubo un
“Dios” o “Energía” que “ocupara” un determinado “espacio”, más allá del
cual, un no-espacio fuera una “nada”. Es decir, lo que hubo siempre fue un
“Algo” no “situado” en un “espacio” con confines. Ese “Algo” no es el
opuesto de una “nada”: no tiene opuestos. El problema de las concepciones
filosóficas humanas ha sido tratar de dimensionar ese “Principio Creador”
desde una perspectiva dualista en la que “hubo un momento en que se puso a
crear”; “momento” que podría entenderse como “a partir de”, como si sólo
desde entonces el Principio Creador hubiera entrado en actividad luego de
una eternidad nula. Lo dualista está dado en estos razonamientos, en los
conceptos de “antes era quietud” – “después fue el movimiento”. El Principio
Creador es dimensionado a partir de la existencia de lo que conocemos como
Universo”, por el mero hecho de que es científicamente demostrable que el
Universo tuvo un principio que puede ser calculado en una determinada
cantidad de miles de millones de años terrestres. Por lo tanto, las
especulaciones teológicas plantean la noción de un Dios que entró en acción
a partir del momento en que el Universo pasó a existir. No hay un
planteamiento filosófico acerca de que durante toda la eternidad anterior al
Universo-Tiempo, ese Principio Creador tuviera una existencia y acción de
alguna forma que no tuviera nada que ver con tiempos, espacios y universos.
Se limita la búsqueda de la concepción de Dios a términos de “Creación”; es
decir, “Dios es Dios en tanto Creador”, y “Creador es Creador en tanto hay
materia-energía, tiempo-espacio”. La idea es que antes de la Creación, todo
era quietud… Como si ese Creador se hubiera pasado la eternidad
pre-universal dormido.

De la potencia al acto

Si nunca existió la Nada, porque siempre existió un “Algo”, pero hablamos de
un “Siempre” sin tiempo, esa eternidad pre-universal no debe ser entendida
en términos de tiempo. Eternidad no significa “mucho tiempo”, o “todo el
tiempo”, o “todos los tiempos de antes y después”; eternidad es no-tiempo. Y
no-tiempo no implica “quietud”, por oposición a que “tiempo” implique
“movimiento”. La perspectiva dualista de la visión humana pretende entender
la eternidad del no-tiempo, por oposición a la temporalidad. Entonces, “si
en el tiempo hay movimiento, en el no-tiempo, debe haber quietud”. Por lo
tanto, “el Creador estaba quieto antes de que existiera el tiempo”. Tenemos,
así, un Creador que nunca había hecho nada, hasta que hizo todo; un todo
que, por oposición a esa nada, concibe al espacio-tiempo como dimensión de
movimiento, en oposición a un no-espacio y no-tiempo como una no-dimensión;
una no-existencia; una nada. No es raro que, bajo esa visión, haya
científicos que especulen con que, de pronto, una partícula estática entró a
dinamizarse, y desde entonces, cuando estalló y comenzó el universo, es
cuando todo empezó a existir, incluso el tiempo. No le llaman “Dios” a esa
partícula o energía primordial, pero al final están de algún modo
divinizándola: le atribuyen la facultad de dar origen a todo lo que existe.

Ya sea una partícula o bien una energía gigantesca, el error de los
científicos y de los metafísicos consiste en pensar en términos de “muy
pequeño” y “muy grande”, respectivamente. Es decir, conceptos ligados a la
noción de “espacio”. Como el espacio tiene medida, el no-espacio suele ser
difícil de entender, ¿cómo imaginar lo que es el opuesto de lo que es grande
o pequeño, si no es ni grande ni pequeño; si no está “situado” de modo que
podamos medirlo?

Sin espacio, sin tiempo, sin antes, sin después; un Ser, una existencia, una
realidad que no tiene lógica, porque lo lógico hubiera sido el no-ser, la
nada. Es entendible que de haber existido una nada, nada existiría; lo que
cuesta entender es por qué existe todo, si de la nada no sale nada. Por lo
tanto es un todo que no “salió” ni de la nada ni de algo. No salió, no
comenzó; es. No creó “hacia afuera”; no hizo un espacio donde emanar energía
para que ese espacio “externo” existiera como universo. No creó “hacia
adentro”; es decir, un agujero dimensional donde volcar energía para crear
ese universo. No puede haber ni “adentro”, ni “afuera” en un Ser que no es
medible en términos de espacio. Por lo tanto, no estamos, como universo, en
“un lugar” fuera o dentro de ese Ser: no “estamos”: somos. La
temporalidad-espacialidad en la idea de “estar” es una sensación humana, de
mentes limitadas que no son manifestación, sino negación del ser. Por eso en
la sociedad materialista es más importante tener, estar y parecer, que ser.
Porque la sola conciencia del ser que somos, haría perder sentido a
posesiones, localizaciones y apariencias. La teología que pretende situar al
Ser fuera de nosotros, trascendente al universo, perdería todo sustento,
porque comprobaríamos la inmanencia divina en todas las cosas. Y esa
divinidad que está en todo lo que existe, es atemporal, no fue “creada”
porque “siempre” existió. No pudo haber un momento a partir del cual esa
esencia divina que somos empezó a “ser”, siempre fuimos.

Nosotros en la existencia

Pero “siempre” es otra palabra engañosa, porque es el opuesto de “nunca”: no
podría ser que nosotros “nunca” hubiéramos sido hasta que “fuimos”, porque
en tal caso el “nunca” debería haber comprendido al futuro también, pues no
puede haber un “nunca” que alguna vez termine, cuando lo que no era, empieza
a ser. Entonces, no podemos venir de un “nunca”; no podemos siquiera
“venir”: si encontrándonos en una dimensión temporal-espacial, procediéramos
de un Todo sin tiempo del cual nos separamos para estar aquí, no sería
cierto que éramos atemporales, porque lo atemporal no puede temporalizarse.
En otras palabras, nuestro ser, nuestro espíritu, sigue siendo atemporal; no
“vino” aquí desde donde “es”: nuestra mente no es otra cosa que una
proyección temporal en la cual nuestro espíritu no puede “estar”
circunscripto, limitado por variables de espacio-tiempo. Somos espíritus que
no estamos aquí, ni venimos de ninguna parte ni vamos a ninguna parte: sólo
movemos sondas materiales y mentales a través de campos dimensionales en
diversas escalas. No somos “nosotros” quienes nos movemos como sonsas, sino
nuestras mentes y cuerpos. La ilusión consiste en creer que somos esas
mentes y cuerpos, de la misma forma que con un casco y visor de realidad
virtual podemos creer que estamos donde nuestra tecnología cibernética lo
configure para que ilusoriamente nos creamos metidos en esa realidad
ficticia.

Realidades

Somos divinidades del no-tiempo; ésa es nuestra única realidad. Jugamos a la
realidad virtual donde perdemos el sentido de que no estamos aquí. De
pronto, algunos de nosotros despiertan algo de su conciencia bloqueada, y
donde hay una persona ven otra cosa; ven entidades del astral por todas
partes, se superponen dimensiones, y ya nada es lo que parece. Algunos se
dice que son esquizofrénicos, porque hablan con gente que “no existe”; pede
que ni siquiera estén viendo seres en el astral, y que sea tan sólo una
proyección mental, pero para el caso es lo mismo: las percepciones falsas de
esta realidad, o verdaderas de otra realidad, relativizan, en cualquier
caso, la absolutividad de que en estas dimensiones del tiempo-espacio haya
algo que “sea” objetivamente; hay cosas que unos las captan y otros no, o
que existen sólo en la mente de un único observador que cree verlas y en
realidad no están. O que en realidad sí están, pero sólo para un observador
entre cien que miran y no ven lo que también es realidad que para ellos no
existe. Lo cual es muy distinto de que no estén pudiendo ver lo que el
observador ve; no se trata de cien ciegos que no ven lo que hay, sino de
cien que no ven lo que efectivamente no existe, y que a su vez sí existe lo
que hay alguien que sí lo ve, porque es una realidad exclusiva suya, de la
cual nadie más puede participar. Una realidad que no está en el
tiempo-espacio colectivo, sino que es una proyección individual y subjetiva
del no-tiempo-no espacio del ser cuya sonda mental la observa.

Conocemos a alguien, hallamos un objeto que nadie vio donde pasaron cientos
de personas y lo levantamos. Y estamos muy seguros de que ese alguien y ese
objeto pueden ser vistos por cualquiera. O que mucho de lo que pensamos o
sabemos podremos decirlo a cualquiera y que cualquiera lo entienda. Y puede
suceder que nada de todo eso sea accesible a nadie más que nosotros. Que
para cualquier otra persona, nada de eso exista. Estamos muy convencidos de
la realidad de lo que experimentamos y conocemos. Pero puede que existan
ciertas realidades nuestras que no formen parte alguna de la realidad
colectiva. Si algunas de ellas fueran, por ejemplo, ideales de
transformación mundial, es posible que, llevadas a términos explicativos
para comunicarlas a los demás, sean consideradas por ellos como delrios de
un iluso que debería “bajar a la realidad”, poner “los pies sobre la
tierra”. Con el paso del tiempo, cuando comprobamos que esos ideales que
tuvimos no se cumplieron, creemos que efectivamente fuimos delirantes ilusos
fuera de la realidad. Pues sí, eso somos como esencias atemporales y
aespaciales: entes ajenos a esta realidad; no la dimensionamos
objetivamente, y por lo tanto la vemos como nos parece que es o que pueda
ser si la transformamos. Nadie verá las cosas como las vemos transformadas
en una realidad adonde la de aquí no regirá, y por lo tanto, las mentes
aferradas a la realidad de aquí se resistirán a tener una visión atemporal
en la que puedan, como nosotros, concebir que todo puede ser distinto de lo
que está siendo.

Un buen autor o promotor de propuestas de cambio social y planetario no será
alguien que maneje la atemporalidad, sino las secuencias temporales a las
que las mentes están ancladas. No se puede obtener adhesión y participación
de la gente con promesas de un paraíso en la Tierra que “ya existe” en la
atemporalidad, y que está situado en un futuro que es tan ilusorio como
nuestro presente. Porque el hambre que muchos tienen lo sienten demasiado
temporal y real para que en vez de hablarles del pan de hoy aquí, les hablen
del paraíso mundial de mañana en la atemporalidad que ya le está dando
existencia antes de ser en la materia.

Las urgencias de muchos no aceptan filosofías y metafísicas que no son su
realidad. Por lo tanto, un espíritu que esté logrando desbloquear la mente
física para que ésta sea capaz de crear realidades, no deberá pretender que
las conciencias de los demás cambien y, entonces sí, comprender que el mundo
puede cambiar. Los cambios deberán ser producidos yendo a contramarcha de
una sociedad que no creerá en los idealistas que los propongan. Porque serán
producidos no con palabras, sino con hechos, siendo que la gente debe creer
en los hechos y no en las palabras. Cuando muchos comprueben que la realidad
puede cambiar porque ya habrá hechos que así lo demuestren, entonces haber
carecido de las palabras en el momento de la difusión de los ideales no
habrá sido importante, porque de haber recibido esas palabras no las habrían
creído fundadas en algo posible.

Entre lo cósmico y lo onírico

Muchas cosas no tenemos por qué decirlas; no pertenecen a realidades
colectivas o masivas. Por ejemplo, si tenemos algo de conciencia de nuestra
atemporalidad y divinidad, decirles a los evangélicos pentecostales que
“todos somos dioses”, es hacer un mal uso de esa conciencia, porque para
ellos Dios está afuera y nos teledirige. Para ellos el Padre Universal es
Dios; ignoran que hay millones de Padres Universales en millones de
universos esféricos que existen paralelamente a éste, y ninguno de esos
Creadores Universales es Dios; todos proceden de un Gran Creador que, a su
vez, tampoco es Dios. Porque todos los Creadores y cadenas de niveles de
Creadores son apenas manifestaciones cósmicas en tiempos y espacios, de
“Eso” que no tuvo Alfa ni Omega, ni localización, ni duración, y a lo cual
se le ha dado en llamar “Dios” para confundir queriendo simplificar, porque
al final hasta Jehová y el hacedor de este mundo se han autodenominado
“Dios”, y de hecho lo eran, pero dentro de la pluralidad de una palabra que
no había sido concebida para designar al UNO o el TODO, sino al carnaval de
deidades que desfilaron sobre la Tierra a lo largo de la historia. Para no
confundir y no simplificar, mantengamos cierta dificultad de definición,
pese a la cual tratemos de entender que los Creadores o Padres Universales
son insignificantes ante la magnitud de ese TODO, ese UNO atemporal, sin
principio ni fin, del cual es difícil precisar si somos “parte” como
“dioses” omnipotentes, porque a algo que es “UNO” no se lo puede concebir
como hecho de partes. Partes que, como dijimos, no son “salidas” de ese Ser,
porque no estamos fuera de Él (ni “situados” dentro de Él en algún “lugar”).
Posiblemente ni siquiera “estemos” en este Universo esférico galáctico
expansivo, y apenas tengamos aquí proyecciones mentales de lo que realmente
somos, y sea todo esto apenas un escenario ilusorio de realidad virtual
donde creemos que nos estamos moviendo. Incluso, cuando dormimos, creemos
que nos movemos en otro de los niveles ilusorios de esta realidad, y estamos
muy convencidos de que los sueños son algo que existe y donde tenemos
experiencias. Algo donde tan real es la cosa, que los habitantes de esa
realidad tratan con nosotros como entidades totalmente ajenas a nosotros,
como si tuvieran existencia autónoma.

Cuando soñamos, los seres que existen en nuestros sueños tienen vida propia;
podrán ser cambiantes conforme a nuestras mentes que los van adaptando, pero
existen por sí mismos como creaciones nuestras que se tornan independientes.
Puede que dejen de existir cuando nos despertamos, que reaparezcan volviendo
a existir en otros sueños, o que nunca más sepamos de ellos. Pero
concentrémonos tan sólo en un sueño, y en un determinado ser que vemos en el
sueño. Ese ser no puede ser deshecho por nuestra mente, porque desde que
ella lo creó, le da existencia autónoma. Si despertamos, esa existencia se
desvanece, porque ese ser autónomo depende de que la realidad en la que ha
sido creado se mantenga. Pero como los sueños son realidades fragmentarias,
como capítulos unitarios de una serie televisiva donde el héroe siempre
somos nosotros y los demás actores varían, ellos sólo existen mientras los
soñemos. Sólo que en vez de que les demos papeles para que los interpreten,
esos actores hacen lo que quieren; incluso lo que nos pueda disgustar o
desfavorecer. Pueden incluso matarnos. Pero llegado a ese extremo, o bien
despertamos, con lo que comprobamos que no hemos muerto más que en esa
realidad, pero no en ésta, o bien seguimos vivos dentro de ese sueño; no
podemos morir, o bien “morimos” siguiendo vivos, aunque estemos decapitados.
Si alguien nos mata en el sueño es porque tiene autonomía para existir sin
necesidad de la mente que lo sueña (al menos en teoría, por más que en la
práctica, al despertar el que sueña, el personaje del sueño se desvanezca).

Esa realidad mental en la que viven entidades, es como la realidad en la que
nuestro Yo mental es virtual. Una realidad que existe en una dimensión donde
creemos que estamos, fuera de la cual no existe esto que creemos que somos,
sino que existimos como realmente somos. Vista desde esa realidad por
nuestro verdadero ser, esta dimensión virtual puede tener millones de años
luz de tamaño y millones de galaxias de contenido, pero no por eso deja de
ser una proyección ilusoria con respecto a la atemporalidad a la que
nuestras esencias pertenecen.

Pero he aquí que hablar de “virtual” o “ilusorio” no significa hablar de
“irrealidades”: son realidades también, tan reales como la atemporalidad del
Increado; tan reales como la virtualidad de los sueños en los que creemos
estar, así como creemos estar aquí durante la vigilia, y si según estemos
despiertos o dormidos, o bien desde aquí o bien desde el sueño, vemos como
real al estado actual y como ajeno a nuestra realidad de ese momento o bien
al sueño o a la vigilia, entonces ni una cosa ni la otra pueden ser del todo
reales; sólo son reales en la relatividad de las dimensiones de
tiempo-espacio. Y el mundo onírico no es inmaterial y atemporal; es una
dimensión más de lo espacial y temporal; es algo donde todavía nuestro Yo
tiene identidad artificial, personalidad acorde con el plano de realidad del
mundo físico, de la vida y la conciencia social. Es un mundo paralelo a este
mundo, que constituimos mentalmente como complementario de éste, pero que
sigue siendo abismalmente aislado de la atemporalidad donde somos lo que
somos y no lo que en esta vida parecemos o nos creemos.

Soñar o estar despiertos son dos niveles de realidad tan ajenos el uno como
el otro a la realidad en la que somos un Todo en el UNO, donde el otro y yo
somos lo mismo. Por eso cuando queremos trasladar aquí el concepto maya de
que “tú eres otro yo, yo soy otro tú”, no lo entendemos porque usamos la
mente física, el ego por el cual aquí nadie es otro yo; cada uno es cada
cual, distinto del otro, separado. Suena muy bonita la frase maya, pero no
es aplicable en los términos de nuestra personalidad. Suena muy bonito el
“te amo”, pero en realidad está queriendo decir “mi ego está a gusto con el
tuyo”. Perdidos en el espacio-tiempo, incapaces de amarnos permitiéndonos
ser, bloqueando nuestro ser nos relacionamos con egos que bloquean a su ser
y que sean reflejo de nuestros egos. ¿Qué somos realmente?, no nos importa;
como estamos, “está todo bien”: nosotros aquí, nuestro espíritu allá, el
Increado más allá… y eso es la vida. ¡Qué pobreza! La experiencia de la
vida en las galaxias bajó a un nivel de realidad que parece lamentable.

Dónde estamos

Sin embargo, ser ignorantes y haber sido capaces de amenazar la continuidad
de la vida en el planeta es algo que no podía haber sido evitable, desde que
la Totalidad comprende infinitas opciones de realidades, y ésta es una. Nos
preguntamos por qué justo a nosotros nos vino a tocar estar acá, entre
infinitas alternativas en las que podríamos haber sido y estado mejor (algo
así como “por qué a mí me tocó ser yo”). Algunos se preguntarán por qué
nacieron justo ahora, y no en siglo pasado o el que vendrá. Y quizá así haya
sido también y así será; quizá todos estamos aquí no por casualidad, sino
porque siempre estuvimos en todos los tiempos. ¿No estaremos también en
todas las realidades infinitas? ¿Nos tocó estar circunscriptos en esta
realidad de este universo, o desde la atemporalidad en la que nuestras
esencias existen, tenemos proyecciones como ésta en infinitas direcciones de
tiempos, espacios o de no-tiempos y no-espacios?

En fin; si es que no estamos aquí en realidad, sino que aquí apenas hay una
proyección nuestra a la que creemos que es nosotros, pero no por ser una
realidad virtual, deja de ser real, no porque esto no seamos nosotros, vamos
a dejar de vivir esta realidad. Tan pequeño es al final un universo, que,
después de todo, un átomo puede ser grandísimo; nuestras pequeñeces pueden,
entonces, ser tan inmensas que ponerse a escribir algo como esto o a
preparar un té, sentarse a mirar el paisaje o una dibujar, pueden ser
acciones grandiosas en vez de insignificancias.

El valor subjetivo de las cosas

Por lo tanto, vale lo mismo querer salvar al planeta que salvar a la gallina
del zorro que anda por ahí; vale lo mismo reforestar un bosque que plantar
un árbol en el jardín. Para el dueño del gallinero y el dueño del jardín, no
hay planeta ni hay bosque más importantes que la gallina o el arbolito. Y
ése es el mundo al cual nos estaremos dirigiendo los que queremos que la
humanidad cambie: un mundo donde predominan las personas que no ven más allá
de su entorno inmediato. Por lo tanto tenemos que pensar en términos de
entorno inmediato para hablarle a gente así: qué es lo que les estaremos
proponiendo para su vida cotidiana, y no para que ellos actúen localmente
pensando globalmente. Quizá les falte mucho para siquiera pensar localmente,
porque hasta pueden vivir tapados de basura sin que les moleste el mal olor.
Y olvidémonos de hablarles del ser y la nada, o del no-ser y del Todo, o de
todas estas cosas que compartimos entre nosotros los elitistas que podemos
por lo menos querer tratar de entenderlas, juntándonos entre nosotros al
margen de los ignorantes con los que perderíamos nuestro tiempo.

Entonces, de elitistas que somos, nos metemos tanto en nuestras convicciones
de realidades cuánticas, que nos alejamos del dueño del gallinero y del
jardín, y nos incapacitamos para descubrir y planificar de qué le vamos a
hablar a gente de ésa, conforme a lo que para ella tiene valor, y no
conforme a nuestros valores. Después nos preguntamos por qué no logramos
acelerar los cambios mundiales que preveíamos; por qué el calendario
gregoriano no se pudo cambiar por el de las Trece Lunas. Y nos damos cuenta
de que el elitismo en el que habíamos ingresado podía estar bien para una
realidad subjetiva, pero no para la realidad colectiva de la que nos
habíamos separado. De pronto las naves evacuadoras no vinieron con sus
comandantes a salvarnos, y seguíamos acá, en el mundo de los ignorantes e
incrédulos, porque nos creímos que si nos volvíamos distintos de ellos
íbamos a ser transportados a otra realidad. Queríamos irnos de ésta, en vez
de cambiarla. Entonces empezamos a entender que el Plan de Evacuación estaba
mal planteado, y que se trataba no ya de convertirse en los “elegidos” de
los extraterrestres para ir en las naves a otros mundos, sino en ser cada
uno elegido por sí mismo para seguir en este mundo, obrando cambios hacia
adentro y no pretendiendo que el mundo cambiara. Pero ahí fue cuando todo
volvió a fallar, al darnos cuenta de que las mantralizaciones y meditaciones
no nos hacían cambiar en nada; tan sólo nos pretendían hacernos sentir más
espirituales, pero volvíamos a nuestras relaciones con los demás y seguíamos
siendo los mismos intolerantes, egoístas y conflictuados.

En fin, todo el proceso de búsqueda interior terminó siendo de afirmación de
lo exterior, bajo apariencia espiritualoide. Habría sido más fácil no buscar
nada, no pretender espiritualización de nada, y ponerse a hacer cosas no
alejados de los ignorantes, sino entre ellos, es decir, sabiendo coexistir
con lo que para ellos tiene valor y que para nosotros no lo tiene, al menos
ahora si es que alguna vez sí lo tuvo a nuestro entender. Nos habíamos
alejado del fútbol porque “eso es cosa de ignorantes” (como nosotros cuando
éramos ignorantes que no habíamos accedido a la “iluminación”), y por lo
tanto no estábamos más allí para participar de la reunión de la Asociación
de Fútbol en la que directivos, árbitros, jugadores y aficionados buscaban
soluciones al problema de la violencia en el deporte. Como se supone que el
fútbol es cosa de ignorantes, entonces los iluminados que podrían resolver
los problemas allí, no están: en vez de quedarse a brindar servicio, se
fueron a meditar a la montaña.

Reflexiones en una fecha especial

Hoy, 25 de julio de 2003, es el día del no-tiempo del calendario maya de las
Trece Lunas. Realmente me había olvidado por completo de eso hasta hace un
rato, cuando ya llevaba como dos o tres horas escribiendo estas reflexiones.
Quizá mi forma de celebrarlo ha sido, inconscientemente, escribiendo esto y
no reuniéndome con los con gente espiritual a hacer rondas y participar en
ceremonias como en las que otras veces sí estuve para esta fecha. Quizá esto
de la atemporalidad del ser lo esté escribiendo en un día en el que no pocos
adherentes a la cuestión del calendario maya se estén preguntando todavía
qué es esto del día que no es del año que terminó ayer ni del que empieza
mañana; qué es esto del día del no-tiempo, si al final tan difícil es
siquiera entender lo que es el tiempo.

Si es que acaso he escrito esto porque haya recibido alguna influencia
cósmica o humana ligada a la fecha tan especial que mucha gente hoy celebra,
lo único que sé es que hoy, para mí, es un día como cualquier otro, pero que
si para muchos es motivo de festejo, que lo disfruten; algo de positivo le
estarán transmitiendo al mundo.

Comandante Clomro

Desde la nave mental Tiempo-Tierra 2003, y bla, bla, bla…

Visite sitio de la Organización de la Humanidad Unida
www.geocities.com/libertylove.geo/OHU.htm

Una reinvidicacion de la astrologia

UNA REIVINDICACIÓN DE LA
ASTROLOGÍA

escribe GUSTAVO FERNÁNDEZ
gustavofernandez@email.com

      Una de las razones habitualmente esgrimidas por los escépticos para denostar a la ciencia astrológica es, aunque parezca un mero juego de palabras, precisamente lo que emana de las líneas que anteceden, es decir, que ningún concepto de cientificismo puede compatibilizar con las propuestas astrológicas. De hecho es extremadamente difícil encontrar, por lo menos en los estratos académicos del “establishment” científico, un profesional que acepte dedicar cierta dosis de duda racional –o debería decir “razonada”– a esta disciplina, y si bien el primer pecado de tales denostadores pasa por su absoluto desconocimiento de textos, fundamentos, filosofías y técnicas astrológicas, se suele decir que el mismo despropósito de su existencia invalida cualquier merecimiento de atención que pudiera brindársele.

      En realidad, deberíamos convenir que sólo merece considerarse una actitud respetable –intelectualmente hablando– el rechazar una propuesta cuando la misma ha sido debidamente examinada y se han señalado, más allá de toda duda posible, sus errores metodológicos. Y, en consecuencia, sólo quien se haya especializado en una determinada técnica tiene derecho a señalar los errores –reales o supuestos– de la misma, precisamente porque la conoce hasta sus mínimos detalles. Consideremos, como ejemplo, otra rama del saber cualquiera: por ejemplo, la Medicina. Si de hablar de sus desaciertos se trata –y, en lo que respecta a la occidental y alopática, vaya si los tiene– seguramente estaría muy mal visto que se dedicara a criticarla un astrónomo, un botánico o un físico. Sólo los médicos tienen derecho a hablar (bien o mal) de la misma. Es obvio.

      ¿Es obvio?

      Con la Astrología vemos que ello no ocurre, ya que astrónomos, matemáticos, médicos, cualquier doctorado se cree habilitado para opinar –generalmente en forma pésima– sobre la misma. Y si se me permite, no creo que realmente aquéllos sepan mucho sobre el tema.

      Tomemos el caso de los astrónomos. Su conocimiento de las características físicas y comportamiento mecánico de los astros no los habilita para incursionar en un terreno netamente esotérico –en el buen sentido de la palabra– como es el que nos ocupa. Ya que si bien algunas de sus afirmaciones son ciertas poco le hace a la Astrología correctamente entendida.

      Es cierto, como ellos suelen señalar, que las constelaciones no son las mismas hoy que hace cinco mil años por lo que, por ejemplo, el Aries de aquél entonces corresponde estelarmente al Tauro de hoy y así sucesivamente, como consecuencia natural de la precesión de los equinoccios. También es cierto que los planetas –salvo el sol y la Luna, el primero por su masa y la segunda por su proximidad– no influyen ni gravitatoria ni energéticamente en los seres humanos; bien decía Carl Sagan que, en el aspecto gravitatorio, seguramente influía en un recién nacido más la masa del médico obstetra que la de Marte, por caso. Y que aun en el caso de la influencia de un planeta cualquiera sobre el ser humano, determinadas condiciones planetarias deberían afectar a todos los hombres exactamente por igual, y no favorablemente a unos y desfavorablemente a otros, según el momento y lugar de nacimiento de cada uno. Así, si Marte –para seguir con el ejemplo– está “mal aspectado” debería estarlo por igual para todos los seres humanos, si de influencias físicas o energéticas se trata, y no acentuadamente para tal o cual signo.

      Pero en realidad debemos convenir que tales críticas sólo son aceptables si se desconocen los verdaderos fundamentos de la Astrología, cosa que por cierto es en la que incurren muchos supuestos cultores de esta disciplina; lo que quizás explique los graves errores que en nombre de aquélla se cometen reiteradamente. Claro que, al igual que en muchos otros campos del saber humano, en esta ocasión la culpa no es de la Astrología sino de los astrólogos. O, al menos, de algunos de ellos.

      Esto se comprenderá más fácilmente en el momento de explicar que la filosofía hermética de la arcana Astrología enseña que cuando se habla de Marte, Luna, Mercurio, etc., en realidad no se está hablando de los cuerpos físicos que conocemos astronómicamente con tales nombres, sino de sus correspondencias simbólicas expresadas –si ustedes gustan de los términos psicologistas– en el Inconsciente Colectivo de la humanidad, basándose en el Principio de Correspondencia, piedra basal de la estructura intelectual ocultista. (*)

      Según el mismo, como escribiéramos anteriormente, el Universo es una multiplicación de sucesiones holísticas; lo que es lo mismo que decir que la parte de un Todo es igual, microcósmicamente hablando, a ese Todo. Así, como he analizado en otra parte, toda la naturaleza tiende a demostrar que cada elemento se refleja en mayor o menor proporción en el sistema que le rodea pero del cual es también parte indivisible: la palma de la mano refleja su vida, su carácter y su salud, esta última también visible en la planta del pie (“reflexología”) o en el pabellón de las orejas (“auriculoterapia”) y, a fin de cuentas, así como el sistema en el que vive el hombre (la Tierra) es un setenta por ciento agua y un treinta por ciento materia sólida, él mismo es también un setenta por ciento líquido y el resto materia sólida.

      Como la moderna psicología ha demostrado, el Inconsciente Individual de cada habitante del planeta, más allá de acumular y reflejar las vivencias particulares de cada persona, forma parte de un gigantesco entramado que conocemos como Inconsciente Colectivo. La Ley de Correspondencia enseña que no sólo los arquetipos del Inconsciente Colectivo se reflejan –corresponden– con los del Individual, sino que también todo lo que existe físicamente en el Universo debe existir en otros planos, tales como el astral –sobre cuya hipotética realidad hemos discutido en otro punto– el energético y –atención– el psíquico. De manera tal que el Inconsciente Colectivo contiene también imágenes arquetípicas, simbólicas, que se corresponden con la naturaleza –esotéricamente hablando– de Marte, Mercurio, etc.

      Esto se comprenderá mejor si retornamos al evidente ejemplo de los cuatro elementos constituitivos del mundo: Aire, Agua, Tierra y Fuego. Según enseñaban los antiguos Maestros, todo cuanto conocemos se compone de cuatro elementos y sólo esos cuatro ya indicados. Podemos cometer el grosero error de pensar que esos filósofos creían que la tierra, el agua, el aire y el fuego formaban al mundo, y así caeremos en el olvido de que ellos en realidad se referían a categorías en las cuales esos elementos llamados “tierra” (si pensamos en la que pisamos), “agua” (la que fluye por los ríos), “fuego” (el de la hoguera) y “aire” (el que respiramos) no son en realidad sino la expresión más grosera, más material, de unos cuatro primeros principios elementales de los que esos gases, líquidos o materias son apenas una de sus manifestaciones. Así, cada elemento representa en realidad un conglomerado de conceptos o, más correctamente, entes teleológicos. Por ejemplo, al “fuego” se asocia, sí, el fuego de los fósforos, pero al “fuego” corresponde también el abstracto concepto de “peligro”, algunos signos zodiacales (Aries y Leo, por ejemplo), el color rojo, ciertas notas musicales, etc. De esta manera, el Marte al que se refiere la Astrología en una circunstancia dada, es a la correspondiente simbólico-astrológica propia del Inconsciente Colectivo y proyectado microcósmicamente en el Inconsciente Individual del sujeto de referencia, del Marte astronómico.

      En el momento del nacimiento, la carta natal establece cuál era el aspecto del cielo en ese punto del continuum espacio-temporal que es original y con características propias e irrepetibles pues, por caso, sólo habrá un Juan Antonio Pérez nacido en Buenos Aires el 17 de setiembre de 1944 a las 05.33 hs y sólo uno. Habrá otros Juan Pérez, u otros individuos nacidos en ese lugar o ese momento, pero sólo uno que reúna todas esas características.

      En consecuencia, la matriz astrológico-simbólica inmanente al Inconsciente Colectivo (reflejo correspondiente y microcósmico, recordemos, de los aspectos físico-astronómicos que el Universo que nos rodea va adoptando en ese momento) coexistente en ese punto, se proyecta holísticamente al Inconsciente Individual del bebé. En consecuencia, las variaciones sidéreas del cosmos provocarán variaciones semióticas en el Inconsciente Colectivo y las correspondientes en el Inconsciente Individual de cada hombre, modificadas por la variable particular de la matriz astrológica del momento de nacimiento, redundarán en conductas (provocadas obviamente por motivaciones, aunque en este caso no de índole vivencial personal) diferentes para cada sujeto. De allí otra correspondencia: si bien idénticos signos tienen, a “grosso modo”, posibilidades parecidas (como las biotipologías humanas indican respuestas psicológicas similares), los detalles de un horóscopo (situación de la Luna, aspectaciones, planetas retrógrados, etc.) implican eventos con apreciables diferencias (como la educación, el arrastre cultural y otros contenidos hacen que dos biotipologías no discurran necesariamente por los mismos caminos).

      De todo esto se desprende la clave fundamental de la Astrología que no supo ser comprendida, insisto, aun por muchos astrólogos: nuestro campo de estudios se alimenta de datos astronómicos, pero concluye sobre procesos simbólicos y psicológicos.

      En este sentido, entonces, hasta los aspectos más burdamente criticados de la Astrología adquieren la fuerza de la verdad: es egocéntrica en una época donde este concepto ptolemaico está completamente caduco y es correcto que lo sea ya que para el hombre, psicológicamente hablando, él es el mismo centro del universo. Es determinista en la medida que, como enseña la Psicología, los impulsos y vivencias básicas del individuo inclinan su existencia en un determinado sentido, requiriéndose un esfuerzo no menor al necesario para variar la presión de las estrellas para oponerse a su tendencia.

      Por otra parte, la crítica enunciada al principio, en el sentido de la retrogradación de las constelaciones zodiacales carece de aplicación en el tema que nos interesa ya que, aunque este dato importantísimo sea ignorado aun por la mayoría de la gente (defensores o detractores), signo zodiacal y constelación zodiacal no son la misma cosa. En efecto, mientras que una constelación es un agrupamiento hipotético de estrellas que conforman (con mucha imaginación, ciertamente) una figura en el cielo, y es dicha constelación zodiacal cuando se ubica sobre la circunferencia de la eclíptica (o ruta aparente del Sol en el cielo), un signo zodiacal es un espacio vacío de treinta grados a ambos lados del eje de rotación del plano de la eclíptica. Las constelaciones, en consecuencia, pueden variar, retrogradar por el movimiento de precesión de los equinoccios, cambiar su configuración o su cantidad. De hecho, es lo que ocurrió recientemente con el “descubrimiento” de una nueva, la Araña, y que llevó a que los improvisados de siempre hablaran y escribieran sobre la “hecatombe de la Astrología a la que al haberle aparecido un nuevo signo, echa por tierra las especulaciones sobre los otros doce” y que, como vimos, nada tiene que ver con los signos clásicos, ya que estos, al ser espacios “en blanco” en el firmamento, permanecen constantes. El hecho de que constelaciones y signos lleven los mismos nombres se debe a la coincidencia espacial que tuvieron en los albores de esta disciplina, seis mil años atrás, y que facilitaba su identificación.

      Indudablemente, reconsiderar las enseñanzas, métodos y conclusiones de la Astrología a la luz de estas consideraciones modificaría, susceptiblemente, el punto de vista habitualmente escéptico y dogmático con que la comunidad científica observa estos conocimientos.

Los colores de las velas y su significado

                Los colores de las velas y su significado

               

Blanco

                Es una vela que puede usarse siempre en todo momento, pues su misión es la de iluminar y potenciar todos los pedidos.

                Cuando no se tenga otro color para llevar a cabo un trabajo espiritual determinado en el que sería propicio, podemos usar una vela blanca con los mismos resultados. El blanco es la suma de todos los colores, es como un prisma que irradia toda la gama de luz reunidas en un punto. Es el color de la protección espiritual y purificación.

Rosa

                Este color es apropiado para ser usado en casos de armonía de parejas y sobre todo es potenciado por las mujeres cuando las encienden para atraer el amor.

                Es un color protector y benéfico en todos sus aspectos pues reúne el rojo vital con el blanco purificador, lo cual da por resultado un suave ajuste entre la fuerza y la dulzura.

Amarillo

                Esta vela se relaciona con el dorado, con el color del sol, con la actividad que proporciona la luz solar.

                Las velas doradas son muy usadas en rituales de elevación espiritual, pues este color se relaciona directamente con Dios y su metal asociado: el oro.

                Este color en muchas creencias populares se lo relaciona con la envidia o el desprecio, pero no es muy fundada esta creencia, pues el color amarillo siempre fue el color de la divinidad. Tambien se lo asocia a la ambición y el egoismo, lo cual es el aspecto negativo de un sobreexceso de este color, pero en su justa medida no tiene por qué ser negativo. Se utiliza el color amarillo cuando se quiere obtener beneficios tanto materiales como espirituales. En el primer caso se relaciona con el trabajo, la sana ambición, la riqueza, la fortuna, el brillo y el esplendor. En el segundo caso con la claridad de pensamiento, la intelectualidad, la memoria, la luz espiritual y la evolución de la conciencia.

Celeste

                Este color de vela es usado para la armonía y la comunicación espiritual.

                Se lo relaciona con los ángeles y el mundo celestial. En los problemas familiares actúa favorablemente, pues es un color de paz y armonía. Tambien es usado para ayudar a los niños y a las personas que pasan por períodos de inestabilidad emocional. Es el color de la paz y la evolución espiritual.

Azul

                Es la vela de la justicia, la ecuanimidad y frialdad.

                Actúa positivamente cuando queremos tranquilizar o ayudar a calmar a las personas enojadas. Si bien es un color que no se usa mucho en rituales religiosos ni mágicos, puede ser eficaz en muchos momentos que se necesite de mantener relaciones amorosas o promover una estabilidad en las relaciones. Es conveniente para aquellas personas que estudian o tienen un trabajo donde el nerviosismo es una constante. El efecto del color azul en la mente es de crear una conciencia orientada hacia la propia responsabilidad en los actos, por ello es un color que no todos deberían usar indiscriminadamente ya que en muchas ocasiones sería necesario trabajar con otros colores hasta obtener la seguridad de actuar con responsabilidad en la vida y asumir las consecuencias de sus actos. Esta vela es para los pedidos de justicia, orden, tranquilidad, enfriar relaciones.

Verde

                Esta vela porta un color neutral, pues no es frio ni caliente, actúa sobre el sistema nervioso a modo de bálsamo, tranquiliza y activa centro energéticos que tienden a mejorar y estabilizar la voluntad curativa de las personas.

                Es el color de la esperanza y la naturaleza creadora, el color de vida en la tierra y sus hierbas curativas. El color verde se usa principalmente para atraer la buena salud, la estabilidad emocional y promover situaciones que requieran prosperidad.

Rojo

                Este color tiene una relación directa con la vitalidad, es un color activo, caliente, movilizador.

                En las velas es un color mágico y de poder, pues su vibración se hace sentir inmediatamente en el ser humano, tal vea por su correspondencia con el color de la sangre. Fue usado desde la antigüedad como símbolo de poder y acción, impulso y actividad, por eso es un color masculino que se expande en el alma del hombre para beneficiarlo, aunque en sobreexceso puede ser perjudicial potenciandose demasiado extralimitándose. Actúa sobre los pedidos de amor cuando es encendida por un hombre, despierta la vitalidad y la pasión, es activadora de emprendimientos y refuerza la acción y reacción.

Marrón

                Este color de vela puede no ser muy recomendable para las personas sensibles en la meditación o el trabajo interior, pues puede crear una sensación de tristeza o depresión.

                En cambio para aquellas personas con determinación o carácter dominante puede ser usado sin problemas. Atrae el trabajo, la estabilidad en el hogar, a superar situaciones penosas a través de un trabajo interior en el que nos enfrentamos a nuestros temores. Nos remite a las profundidades de lo inconciente y sus fuerzas dominantes.

Violeta

                Este color es liberador de culpas y de karmas pasados, pues se lo relaciona con el fuego consumidor de traumas.

                Es un color que puede usarse en determinados momentos, pero no hacer de el una bandera constante, pues en exceso enfría y promueve el olvido de todo. Puede usarse para liberar a la persona de problemas emocionales como tambien para ayudar a abrir los caminos que se encuentran atascados por “extraños sucesos” que muchas veces ser los asocia a trabajos de brujería. Este color ayuda mucho en situaciones de estrés o que se necesite de un auxilio rápido en problemas de justicia.

Fucsia

                Este color es para casos en que se necesite aplacar a una persona soberbia o altanera.

                Tambien es usado para mantener un lugar libre y en paz de injerencias de personas molestas. Libera eficazmente a la vez que atrae actividades propicias para quien esté en sintonía con las actividades creativas.

Lavanda

                Este es un color que en velas no es muy usado, pues tiene una tendencia a despertar en las personas ciertas facultades paranormales que no todos están dispuestos a despertar.

                Es una vela o un color que no todas las personas puedan usar, no se ajusta a todos. A algunos les caerá muy bien, en cambio a otras puede no ayudar para nada. Se relaciona con el espiritismo, la magia, los poderes psíquicos, la sensibilidad en general y con el ocultismo. En muchas ocasiones puede encenderse para atraer la armonía en la familia o favorecer la imaginación y la intuición.

Un color de vela para cada signo

                ARIES: El color apropiado es el CARMESI o ROJO VIVAZ.

                Utilizado normalmente para fortalecer los emprendimientos, sean de empresas, negocios, comercios, estudios. Tambien es favorable en los casos que se necesite de ingenio o habilidad en las contiendas, aunque no debe excederse en el uso.

                TAURO: Su color es el VERDE, en todas sus tonalidades, favorece la estabilidad economica, tanto en el hogar como en el trabajo.

                Propicia la adquisicion de tierras o bienes inmuebles. En el amor tambien es favorable ya que ayuda a la estabilizacion de las emociones.

                GEMINIS: Color regente LAVANDA, GRIS, CELESTE.

                Actúa en los negocios, estudios, comercio, en actividades que requieran fortalecerse las actividades cerebrales. En amor es conveniente cuando se trata de ayudar o atraer al ser amado de este signo.

                CANCER: Color usado en las velas BLANCO, AMARILLO CLARO.

                Propicia la receptividad, la intuición, para la protección, viajes y seguridad en el agua.

                LEO: Su color es el NARANJA, AMARILLO ORO, ROJO.

                Su empleo favorece los buenos negocios, el éxito en algún emprendimiento comercial o cultural.

                VIRGO: Generalmente se usa el color MARRÓN, AZUL.

                Es emplea para tranquilizar a las personas, llevar serenidad y calma ante situaciones que requieran mayor grado de análisis. Tambien se asocia al trabajo y a la armonía en las relaciones laborales.

                LIBRA: Color usado en las velas CELESTE, VERDE CLARO, COLOR ROJO COBRE.

                Ayuda a liberar la mente de oscuridades, colabora en la expresión de los poderes psíquicos de manera más armoniosa, atrae al buena suerte y la protección ante entes negativos.

                ESCORPIO: El color ROJO FUERTE, AZUL OSCURO, VIOLETA PROFUNDO.

                Actúa favorablemente en los místicos y aquellas personas que sientan necesidad de revertir situaciones kármicas. Ayuda a la liberación de emociones escondidas en lo más profundo de la mente no conciente.

                SAGITARIO: Este signo lleva color AZUL, TURQUESA.

                Atrae la ayuda de maestros espirituales, utilizadas normalmente para lograr mayor amplitud mental, para calmar los ánimos. Para los estudiantes es recomendable el AZUL.

                CAPRICORNIO: El color en las velas puede ser MARRON, GRIS, ROJO OSCURO.

                Proteje contra las malas influencias y dificultades derivadas de la envidia. Para las personas que no son de este signo conviene encender velas de color rojo o marrón rojizo para protección contra la envidia o negatividad de gente molesta.

                ACUARIO: El color de este signo utiliza el color VIOLETA, VERDE CLARO, ROJO.

                Es propicia para la paz, para situaciones tormentosas que necesiten de un momento de reflexion. Ayuda a lograr justicia y la revelación de verdades.

                PISCIS: En velas, el color apropiado es VERDE CLARO, CELESTE, AMARILLO OSCURO.

                Ayuda a proyectar los sentimientos, paz y claridad en las emociones. Se utiliza para pedidos de liberación espiritual, ayuda a las parejas distanciadas y reconciliación.

                Santos – Color de Vela

                Stella Maris (Virgen de los marinos y del mar) – CELESTE Y BLANCA.

                San Cayetano (Santo del trabajo y la abundancia en el hogar) – AMARILLO Y BLANCO.

                San Marcos de León (Auspicia en casos legales, estudios o amores) – BLANCA Y ROJA.

                San Onofre (Protector de los viudos, ayuda en el trabajo y otras gracias urgentes) – AMARILLO Y MARRÓN.

                San Cipriano (Protector contra las negatividades y trabajos de brujeria) – PARTE INFERIOR NEGRO Y SUPERIOR BLANCO

                Santa Liberata (Protectora en casos de peligros, obsesiones, negatividades) – ROSA

                San Miguel (Para la protección espiritual, contra la soberbia, envidias y egoismos) – VIOLETA, FUCSIA, ROJA

                Santa Catalina (para casos imposibles, luchadora y defensora de la verdad ) – ROJA, BLANCA Y AZUL

                San Rafael (Arcángel de la salud, medicina de Dios) – TONOS DE VERDE

                San Pantaleón (Santo de la medicina) – VERDE Y BLANCO

                San Gabriel (Angel de la anunciación, protector de embarazos y matrimonios) – ROSA, BLANCO, CELESTE

                San Jorge (Protector ante la magia negra y contra las injusticias o envidias) – ROJA, BLANCA Y VERDE

                Rosa Mystica (Auxilia en problemas físicos y psíquicos) – BLANCA, AMARILLA Y ROJA

SRI RANJIT MAHARAJ Ilusión frente a realidad (extractos)

Junio de 1996
Pregunta: Cuando contemplo mi naturaleza real, el «yo soy», me embarga una sensación de amor sin causa. ¿Es correcta esta sensación o es también una ilusión?
Maharaj: Es la felicidad del Sí mismo. Usted siente la presencia de «yo soy». Olvida todo, los conceptos y la ilusión. Es un estado no-condicional. Esta felicidad aparece cuando usted olvida el objeto, pero en la felicidad hay todavía un pequeño toque del Sí mismo. Después de todo, es todavía un concepto. Cuando se cansa del mundo exterior, quiere estar solo, estar en usted mismo. Es la experiencia de un estado más alto, pero todavía de la mente. El Sí mismo no tiene ningún placer ni displacer. Es sin la sensación de «yo». El olvido completo de la ilusión quiere decir que nada es, que nada existe. Ella está todavía ahí, pero para usted no tiene ninguna realidad. Eso es lo que se llama realización, o conocimiento de sí mismo. Es la comprehensión del Sí mismo sin el sí mismo.

Si alguien le llama, usted dice, «estoy aquí»; pero antes de decir, «estoy aquí», usted es. La ilusión no puede dar algo más a la realidad. No puede dar algo extraordinario a la realidad porque la realidad está en la base de todo lo que es. Todo lo que existe, todo lo que ve, los objetos de su percepción, todo eso se debe a la realidad. En la realidad, la ignorancia y el conocimiento no existen. No son. Así pues, ¿qué expresión puede darles usted?

Cuando usted da una expresión, significa que se ha experimentado algo. Tan pronto como siente la menor existencia, eso es todavía ignorancia, y usted está lejos de su Sí mismo. Usted puede sentir amor, y eso está bien, pero, después de todo, es todavía un estado, y un estado es siempre condicionado. Lo no-condicionado es sin estado. Es la experiencia de la no-existencia de la ilusión. Esto es muy sutil; la ignorancia y el conocimiento son los dos muy sutiles. Es difícil de comprender, pero si indaga realmente, obtendrá ese estado. Eso es, y ha sido siempre, pero usted no lo sabe, esa es la dificultad. No hay un solo punto donde la realidad no sea. Usted experimenta su existencia (de la realidad) a través de los objetos, pero todo esto es nada. La realidad es omnipresente, pero usted no puede verla. ¿Por qué? Porque usted es la realidad misma; así pues, ¿cómo puede ver su Sí mismo? Para ver su cara, usted necesita un espejo.

La felicidad real está dentro de usted, no fuera. En el sueño profundo, usted es feliz, olvida el mundo. Por consiguiente, la felicidad está en el olvido del mundo. Deje el mundo como es, no lo destruya, pero sepa que el mundo no es. Haga todo lo que tenga que hacer, pero permanezca desapegado por la comprensión, porque todo lo que siente, percibe y obtiene es ilusión. No existe, y su mente debe aceptar eso.

Los santos dicen, «puesto que todo es nada, ¿cómo puede esta nada afectarle, tocarle?» Pero lo que su mente dice, le afecta y le toca a usted. Así pues, ¿qué hacer? La mente no es nada más que conocimiento. Las gentes diferencian la mente del conocimiento, pero esto no es correcto. No hay nada en el mundo. Sólo la realidad es, y cuando usted comprende que la ilusión es realmente ilusión, ¿cómo puede afectarle? ¿Cómo puede sentir incluso que le afecta? La hoja del loto vive en el agua, come agua, pero no entra en contacto con el agua. Si usted vierte agua sobre ella, el agua rueda, la hoja no es tocada por ella.

Cuando comprende eso, no queda nada, ya no se plantea más ninguna cuestión de amor. La felicidad del Sí mismo que usted siente, es todavía el placer del conocimiento. Primero debe ser presenciador, y entonces usted deviene la realidad misma porque usted es Él. Por consiguiente, no hay ningún mal en vivir en la ilusión, en el mundo, pero no existe, usted no es tocado. El loto está en el agua, pero no se preocupa por ello.

Usted debe experimentar su verdadera naturaleza de esta manera. Digo experimentar, pero ahí las palabras no existen, porque es más allá del espacio, más allá de cero. Y las palabras no pueden penetrar ahí, se detienen ahí. En la Bhagavad Gita, el Señor Krishna dijo, «adonde los mundos regresan, es mi estado». Sin embargo, era un rey y estaba gobernando, pero sabía que nada es. Usted no comprende que nada puede tocarle. Cuando siente que algo puede tocarle, está en la ilusión. Ese es el punto más elevado de la filosofía, y usted tiene que llegar ahí. Ahí, no hay Maestro ni discípulo, pues ambos son sólo uno. La dualidad no existe, sólo la unidad es, y nada es fuera de ella. Por consiguiente, permanezca en la ilusión pero con comprensión.

Dos amigos querían bromear entre sí. Uno de ellos comenzó a insultar al otro, pero este se reía del insulto. Un tercero se sintió perturbado, y dijo, «¿Cómo puedes reír cuando te está insultando?» Él se estaba riendo porque tenía la clave del juego, pero el tercer muchacho no comprendía. De la misma manera, las personas realizadas, aunque están viviendo en el mundo, comprenden que todo esto es nada y que, acontezca lo que acontezca, no está aconteciendo nada. Por consiguiente, no son tocados. Las gentes siempre están presas del temor de lo que acontece, o de lo que acontecerá. Tienen miedo de lo que dirán las gentes. Piensan, «¿Qué voy a hacer? ¿qué me va a pasar?» Luchar o disfrutar. Todas estas esclavitudes se deben a la mente.

El que está fuera del círculo comprende que todo es nada. No existe, es sólo ignorancia. Se dice que sólo el que bucea profundamente en el océano puede encontrar la perla. El que permanece en la superficie es arrastrado por la corriente del placer y el sufrimiento. Debe bucear en las profundidades de lo ilimitado porque es ahí donde usted es. No se detenga nunca en lo limitado. El oro no se preocupa por las figuras que toma en los ornamentos. Puede estar en la figura de un perro, o de un Dios, no se inquieta por la figura. De la misma manera, sea indiferente a las cosas, porque no existen.

Nada puede tocarle. Usted es inapegado. La mente debe llegar al punto de la completa comprensión de la ilusión. Ahí está su estado. Nada permanece para el que ha comprendido. Ya no hay más ganancia ni pérdida. No pregunte si puede alcanzar la realidad, porque usted es la realidad; así pues, ¿por qué decir «puedo»? Primero de todo, salga del círculo. Deje todas las cosas, una tras otra, y duérmase en su Sí mismo. Vuelva entonces, y sea en todo. Lo que usted ha descrito es un buen estado, no hay duda, pero vaya un poco más adelante. Cuando la mente acepta que todo es ilusión, sólo ilusión, entonces usted es en su Sí mismo. El cuerpo y la mente son ilusión. Debería alegrarse de saber eso. Deshágase de su identificación. La única cosa que hace el Maestro es dar su valor real al poder que hay en usted, poder al que no presta ninguna atención. No hace nada más. Era una piedra, y el Maestro le revela su verdadera naturaleza, que es un diamante. Hace de usted la piedra más preciosa.

Yo soy omnipresente, omnipotente, yo soy el Creador de todo lo que es. Cuando usted es en la base de todo, usted es en todo. Por consiguiente, ni siquiera un criminal puede ser considerado como malo. Todo lo que está aconteciendo, es «orden mía». ¡Sea el Señor, no el esclavo! Usted es el Señor.

Pregunta: Me gustaría saber por qué algunas personas realizadas se reencarnan para ayudar a otros a realizarse.

Maharaj: Nadie viene, nadie se va. ¿Quién le dijo eso? ¿Ha leído usted libros y lo está repitiendo? Se dice que el hombre más grande es el que muere desconocido. Rama y Krishna fueron héroes secundarios. El hombre cumplido vive en silencio y muere en silencio. Después, su pensamiento trabaja en algún otro. Pero eso de que regresan, es una insensatez.

Nadie viene, nadie se va. Todo es un sueño. En un sueño usted puede devenir un gran Maestro, pero cuando se despierta, vuelve a su estado ordinario. ¿Quién se ha ido y quién tiene que regresar? Nada ha acontecido. El concepto de un gran Maestro ha aparecido en usted, y ha devenido este «gran Maestro», pero cuando se despierta siente, «¡Ah, todo esto es una insensatez! ¿Cómo puedo ser un gran Maestro? ¡Yo no sé nada!» Sin embargo, en el sueño, usted estaba dando conferencias y hablando con soltura de estas cosas, pero cuando llega el despertar, todo este conocimiento se desvanece. Era un sueño.

¿De dónde ha venido, y dónde ha desaparecido? Cuando nada es, todo son sólo creencias y conceptos de la mente. El supuesto sabio que dice, «yo soy la reencarnación de Dios», no Le conoce, no conoce la realidad. Al contrario, es esclavo de su ego, de la ilusión. Cuando el conocimiento mismo no tiene ninguna entidad, no se plantea ninguna de estas cosas.

El que comprende, está libre de todo. Esta persona parece una persona ordinaria, pero su corazón es completamente diferente. Si usted permanece fuera, ¿cómo puede comprender? Para devenir el propietario de la casa, debe entrar en ella. De la misma manera, debe penetrar su propio sí mismo para devenir el propietario. Pero ahí el «yo» no permanece como «yo». Ahí ya no se plantea más la cuestión de Maestro y discípulo. El pensamiento de un Maestro puede inspirar a quienquiera que tiene un cuerpo, porque el Maestro y el que está en silencio son uno. Penetre el corazón del realizado, y usted no permanece como «usted», porque sólo Él es. Así, se dice que aquellos que enseñan son encarnaciones de Dios. El Maestro da el conocimiento a todos, pero no lo valora, porque Él sabe que el conocimiento es la mayor ignorancia. Por consiguiente, no sea tocado por nada.

Pregunta: Si todo es ilusión, ¿es usted mismo una ilusión?

Maharaj: ¡Oh, sí! ¡Yo soy la mayor ilusión! ¡Todo lo que digo de todo corazón y tan francamente, es todo falso! Pero lo falso que el Maestro le dice, puede hacer que usted alcance ese punto. La dirección de la persona no es real, sólo la persona es real. Cuando usted llega a la casa, agradece por la dirección que se le ha dado, la dirección es verdadera sólo hasta el momento en que usted entra en la casa. Tan pronto como entra, la dirección se desvanece. Las palabras no son nada más que indicadores, no tienen ninguna realidad en sí mismas. Si «yo» permanece, yo soy también ilusión. No permanezca como «yo». Esa es la comprensión más alta de la filosofía. El santo Tukaram dijo: «He visto mi propia muerte, y lo que he visto entonces, la felicidad que se ha revelado, eso conozco». Primero de todo, usted debe morir. Usted quiere decir ilusión.

Por consiguiente, lo que digo es falso, pero verdadero, porque hablo para Eso. La dirección es falsa, pero cuando usted llega a la persona es realidad. De la misma manera, todas las escrituras y los libros mitológicos son sólo para indicar ese punto, y cuando usted lo alcanza, devienen no existentes, vacíos. Las palabras son falsas, sólo el significado que transmiten es verdadero. Son ilusión, pero dan un significado. Por consiguiente, todo es ilusión, pero para comprender la ilusión, se necesita la ilusión. Por ejemplo, para quitar una espina de su dedo usted usa otra espina. Después, tira las dos. Pero si se queda con la segunda espina que se usó para sacar la primera, ciertamente le pinchará de nuevo. Para quitar la ignorancia, es necesario el conocimiento, pero, finalmente, los dos deben disolverse en la realidad. Su Sí mismo es sin ignorancia, sin conocimiento. Por consiguiente, el Maestro y el buscador son ilusión, porque son «Uno». Lo falso sólo puede ser eliminado por lo falso. Si se queda con la segunda espina, es decir, con el conocimiento, incluso si es una espina de oro, se pinchará. El ego es la única ilusión, y el ego es conocimiento. Se dice que para atrapar a un ladrón, usted debe devenir un ladrón. Entonces puede decirle: «Cuidado, estoy aquí y sé que eres un ladrón, de manera que no te atrevas a robarme». Pero usted no puede atrapar al ladrón, porque él tiene cuatro ojos y usted sólo tiene dos. Con una sola mirada, el ladrón repara en los valores y si usted no está alerta, le roba. La ilusión es como el ladrón, de manera que usted debe ser más fuerte que el ladrón. Su mente debe aceptar que todo es ilusión, sólo ilusión. Entonces usted será el «más grande de los grandes».

El conocimiento es una gran cosa, pero debe ser sólo un remedio. Cuando la fiebre se va, agradézcaselo a la medicina que toma, pero deje de tomarla. No prolongue el tratamiento o creará más problemas. El conocimiento es necesario sólo para eliminar la enfermedad de la ignorancia. El médico siempre prescribirá una dosis limitada. Primero de todo, comprenda que el «yo» es una ilusión y que todo lo que el «yo» dice es también ilusión. El Maestro y lo que dice son también ilusión, porque en la Realidad hay sólo unidad y no dualidad. «Yo» y «él» ya no existen. Bucee dentro de usted mismo, tan profundamente que usted desaparezca. Si no lo hace, acontecerá esto. Una cabra entra en su casa y, para hacerla salir, usted abre la puerta. La cabra sale, pero entonces entra un camello. El camello es como el conocimiento. Así pues, para deshacerse del camello, debe echar abajo los muros de la casa. Entonces usted está fuera de la ilusión. Todo lo que acontece en la ilusión es sólo ilusión, y de hecho, nada acontece nunca. Así, en este mundo acontecen muchas cosas, el nacimiento y la muerte, pero es sólo un sueño. Debe aceptar eso. Su mente no debe ser tocada. Cuando alguien muere, las gentes lloran. El ser realizado no reirá, se mantendrá callado, tranquilo. Sabe que no ha ocurrido nada. Nada se ha perdido. La materia no se pierde nunca. Los cinco elementos que componen el cuerpo, retornan a los cinco elementos. Y el poder retorna al poder. Sólo el nombre y la forma, que son ilusión, desaparecen. Sea sin forma, sea sin nombre. Si alguien le pregunta su nombre, responda —no hay mal en ello— pero sea consciente de que usted no es eso. Debe ir más allá de la ilusión, porque ella no es, y no permanecerá. Comprenda que es fuego, pero no la toque. No intente tampoco extinguir el fuego, o se quemará. Sólo comprenda. Nada puede tocarme, nada puede limitarme, nada puede abarcarme, y nada puede evaluarme. Porque todo es ilusión. Debido al pensamiento «yo», usted siente una sensación de importancia. Usted dice, «ésta es mi casa, ésta mi carne, éstas son mis cosas», etc. Las cosas mismas no dicen nunca que le pertenecen. Son mudas e inanimadas. Sea mudo, permanezca en usted mismo, no hable. Yo enseño, pero no he tenido nunca la sensación de que este o aquel deben comprender, porque es sólo por suerte como el uno o el otro llegarán a este nivel. Encontrará la llave por su propia suerte, y será el más feliz de todos los seres. Todo depende de su amplitud, o capacidad de aceptar. Debe ir siempre derecho a la esencia de las cosas. La esencia de lo que se dice, tiene verdadero significado. Tome la esencia de la flor y sea feliz, pero sepa que incluso la esencia no es verdadera.

Pregunta: Si un mendigo pide dinero a un ser realizado, ¿que hará?

Maharaj: Es su elección si da o no da. Porque, después de todo, todo es una ilusión. Puede parecer inmisericorde hasta el punto de no dar agua a un hombre moribundo. Si un hombre está gimiendo «¡agua, agua!», no se la dará, porque el hombre va a morir de todos modos, y darle agua sólo prolongará su sufrimiento. Usted piensa que es bueno si da el agua, pero sólo aumenta su sufrimiento. Debido a su ignorancia, el hombre moribundo quiere vivir más. Pero, ¿qué puede obtener usted respirando un poco más? Yo no le aconsejo que sea inmisericorde, sino que comprenda que accediendo a su deseo, le da más sufrimiento. El que piensa que ha hecho una buena obra está extraviado.

Si da un centenar de francos a un mendigo, no será un hombre rico al día siguiente. Continuará mendigando porque este habito de mendigar ha devenido tan profundamente arraigado en él que el hecho de mendigar ha devenido una segunda naturaleza. Todos los seres mendigan para obtener felicidad desde el nacimiento. Finalmente, mueren sin alcanzarla. Incluso cuando usted va a la iglesia o al templo a rezar, deviene un mendigo frente a Dios. Primero mendiga para usted mismo, después para su esposa, y después para sus hijos. Primero para usted y después para otros. Todo el mundo está interesado principalmente en su propia felicidad, pero usted no puede obtenerla porque sus métodos para obtenerla son erróneos. Permanezca siempre en la vía que su Maestro le muestra, y será uno con él. Estos hábitos no son nada sino los resultados de una mente estrecha. La mente es conocimiento. Cuando este conocimiento entra en contacto con la materia (el cuerpo físico) toma la forma de pasión y hábitos. Estos hábitos y esta pasión le hacen miserable. Así pues, obtenga la comprensión de que cuando entra en la prisión, usted no es el culpable. Permanezca en el mundo, pero diga, «nada es verdadero». No alimente sus pasiones. Comprenda lo que son, y será libre en vida mientras el cuerpo está aquí. Un día el cuerpo desaparecerá, pero en realidad nadie nace, y nadie muere. Bendito sea el que se realiza. La realización significa comprensión, y si comprende que todo es ilusión, siempre será feliz.

Junio de 1997
Pregunta: ¿Está una persona que se ha realizado en un estado de gran felicidad o gozo? ¿Se expresa la realidad a través de un gran gozo o amor, o esto es también una ilusión?

Maharaj: La realidad es siempre la realidad, es unidad; así pues, ¿por qué habla de su expresión a través de la felicidad? Por ejemplo, si ha perdido su cartera y alguien se la devuelve, usted es feliz. Pero, de hecho, sólo le ha devuelto lo que siempre le ha pertenecido. Esta felicidad es un estado pasajero y si usted comprende correctamente, no tiene nada que ver con la realidad. Sólo usted imagina que la realidad se ha perdido, pero no se ha perdido nunca. Esta sensación se debe a la ignorancia. Cuando se conoce a usted mismo, el gozo no se plantea para nada. Por consiguiente, esta expresión de felicidad es también una ilusión. ¿Quién hay ahí para expresar este gozo, y a quién? La realidad es no-dualidad; unidad.

Usted se plantea esta cuestión de la felicidad sólo porque se ha olvidado de usted mismo. Pero incluso en la ignorancia usted es Él. Las nubes pueden estar ahí, de manera que usted no puede ver el sol. Después las nubes desaparecen. ¿Por qué sería feliz el sol? Al sol no le molesta nada. Cuando las nubes estaban ahí, nadie veía el sol, pero estaba ahí. Así, el gozo y la paz que usted siente cuando desaparecen las nubes son también una ilusión, porque el sol no ha sido nunca cubierto por nada. Era sólo que no podía verle. ¿Por qué sentiría gozo? El gozo y la felicidad son todavía síntomas de la ilusión. Usted recupera su cartera, pero ya era suya. Es verdadero que por la gracia del Maestro usted se encuentra a usted mismo, pero el Maestro no siente que eso sea gracias a él. Le respeta por eso, debido a que le ha dado el conocimiento, y ese conocimiento, si lo acepta con plena convicción, le lleva a la realidad. Pero si se responsabiliza de él, si dice «yo lo hice», eso significa que no está realizado. Usted se ha olvidado de usted mismo, y el Maestro se lo dice. Pero la realidad no estuvo perdida nunca.

Usted siente que está limitado, cercado, pero eso es sólo un pensamiento. Debido a la ignorancia, se siente prisionero y sufre, pero los problemas son una ilusión, no existen. Siempre que la infelicidad o los problemas vengan a usted en la ilusión, acepte lo que acontece, no luche contra lo que viene. De esta manera, el ego se disolverá. La persona ignorante no acepta nunca cuando acontece el infortunio. El que comprende dice, «que venga a mí todo el infortunio», porque sabe que, acontezca lo que acontezca, no es verdadero. El ego siempre está buscando algún beneficio para sí mismo —yo debo ser respetado, amado o reconocido. Siempre que su ego experimenta dolor, se debe a una falta de comprensión. Para usted, el ego es el problema; así pues, deje que muera. Si el ego muere, es para mejor. Es la ilusión la que muere. Si el ego muere, entonces sólo queda Él, la realidad.

Pregunta: He oído hablar de que la evolución de la humanidad debe cambiar del «yo» al «nosotros», que la consciencia individual debe devenir consciencia universal. ¿Es esto verdadero?

Maharaj: De hecho, es una falta de comprensión lo que le hace creer que usted es una entidad separada. Todo el mundo funciona en la consciencia (conocimiento). Usted también. Si comprende que usted no es el cuerpo, su consciencia deviene universal. Toda limitación desaparece. Si rompe el vaso, el espacio contenido en el vaso deviene tan grande como el espacio de la habitación. Y si usted echa abajo los muros de la casa, deviene el espacio cósmico entero, mahadakash. De la misma manera, si se rompe la consciencia del ego (yo soy esto o eso, etc.), usted deviene consciencia universal, el Todo. Pero aquí, debe comprender que esta consciencia es también una ilusión, ignorancia. En efecto, la ignorancia es la fuente de la consciencia o el conocimiento. Así pues, la fuente de la consciencia misma, es el olvido o la ignorancia de la realidad final. Usted deviene la creación total, la consciencia (el conocimiento) del mundo, pero esto es todavía ilusión. Este ego que deviene consciencia universal es el peor de los egos. «Yo soy el creador del mundo, yo soy omnipotente, etc.» Pero este creador crea ilusión. Así pues, ¿cuál es su utilidad? El conocimiento crea más ilusión. Esta comprensión debe madurar con la ayuda del Maestro, y este conocimiento mismo será absorbido en la realidad.

En la realidad final no hay ni consciencia (conocimiento) ni ignorancia, y eso es lo que usted es, su verdadera naturaleza. Es debido a la ignorancia por lo que usted dice, «yo soy esto o eso». Y es debido también a la ignorancia por lo que dice, «yo soy la consciencia». Éste es el obstáculo en la senda a la Realidad. Así pues, la afirmación «La consciencia individual debe devenir universal», es correcta. Pero debe comprenderla completamente. Si dice, «yo no soy esta pequeña criatura, yo soy omnipresente», piense sobre «¿Dónde no soy yo?» Usted está igualmente presente en la persona ignorante y en la persona que tiene conocimiento. Todas las criaturas del mundo tienen esta consciencia (conocimiento). Así pues, ¿por qué debo decir «yo conozco, yo he realizado, etc.»? Eso sólo alimenta la ilusión. Es correcto decir que la consciencia individual debe devenir consciencia universal. Pero la mente o el ego es un obstáculo para usted porque usted no quiere morir. Rompa los límites que usted mismo ha creado con su propio pensamiento. Sienta que usted es el creador del mundo, y que puede destruirlo también. Rompa los límites impuestos por la ilusión y usted deviene la realidad. Es unidad, no-dualidad, no mente. ¿Por qué sería el océano perturbado por las burbujas que aparecen en su superficie? Él sabe que las burbujas no son nada más que océano, y no hay ninguna ganancia ni pérdida para el océano si las burbujas están ahí o no. De la misma manera, la realidad final no es aceptada por nada. No puede acontecerle nada. No puede ser más grande o más pequeña. Sólo la ilusión del ego se la oculta. El sol no necesita preocuparse por las nubes, pues no pueden hacer que deje de brillar. De la misma manera, la realidad no tiene nada que ver con la ilusión del ego que le ha hecho a usted tan pequeño. A la pantalla de cine no le inquieta si la película proyectada en ella es buena o mala. No hay bueno ni malo para la persona que está fuera del círculo de la ignorancia. El ser realizado vive en el mundo pero no es tocado nunca por él. ¿Por qué no es tocado? Porque sabe que es una ilusión. ¿Cómo puede usted ser tocado por algo que no es real? Debido a la ignorancia, dice que es tocado por el mundo. Pero si usted despierta, nada le preocupará, o afectará. En un sueño, aparece un león y usted tiene miedo, pero entonces se despierta. ¿Adónde ha ido el miedo? De la misma manera, usted llora cuando su ego es herido. Pero cuando despierta, todo desaparece en un instante. De hecho, cuando su ego es herido, usted progresa en la senda a la realidad. La persona ignorante llora cuando su casa es destruida, pero la persona realizada dice, «Ahora todo el mundo es mío, puedo dormir en cualquier parte». Así pues, toda limitación y esclavitud desaparecen de su mente.

Ser la consciencia universal (y por lo tanto la mente universal) es un buen signo. Pero aquí, conocer significa que usted está en todos los seres y en todas las cosas. Si usted intenta usar este poder para leer las mentes de otros, por ejemplo, caerá de nuevo en la ilusión. Las gentes ignorantes estarán impresionadas por sus poderes de predicción o de lectura de la mente, y el ego deviene entonces más fuerte y dice «yo tengo conocimiento, los demás son ignorantes». Así pues, comprenda que, en este caso, la consciencia universal le traerá más problemas, porque la naturaleza de la consciencia es la expansión; saber cada vez más. Comprenda que usted es la consciencia universal, pero no intente usar este poder o el ego volverá con mayor fuerza, y, aunque estuviera cerca de la realidad, estará mucho peor que si fuera sólo un ignorante.

Cuando el poder está a su disposición, la mente deviene más fuerte y está ansiosa de usarlo. «Yo puedo hacer esto, o eso. Yo puedo ver esto, o eso. Yo puedo hacer que llueva, etc.» Cuando esta apertura acontece en usted, sabe que «yo soy el creador, es mi voluntad, etc.» Pero si esta comprensión se queda en el nivel del «yo», es ego. Así pues, le vengan los poderes que le vengan, no los use. El ser realizado dice, «yo sé que no sé». Si usted dice, «yo soy todo, yo conozco la mente de todo», eso es ego. Y cuando el poder está ahí, uno siempre tiene el deseo de usarlo. En este nivel, esté muy vigilante. No acepte el ego del poder. Tener consciencia universal es un buen signo, pero sepa que el ser universal es también ilusión. El peligro está en pensar que usted es omnipotente. Deje que todas estas cosas sean, y comprenda que nada es. Consciencia universal quiere decir «la gran ilusión». Aceptar la gran ilusión significa que usted se atraerá grandes problemas. El que se pone la corona lleva el peso de los problemas.

¿Por qué dominar la ilusión? La ilusión es nada, de manera que usted domina nada. Entonces, ¿dónde está el dominio? Así pues, ¿cuál es la utilidad de la consciencia universal? Sepa que ella es nada. Todo es nada. La consciencia misma no es verdadera. Sumerja su ego, no tenga miedo de él. El que dice, «yo soy omnipotente» está haciendo sonar su trompeta en el desierto.

Salga de su ego. No sea demasiado grande, o como el balón que está sobreinflado, usted explotará. Siempre que la mente afirme, «eso es verdadero», vaya contra ella y diga, «no, es falso». No deje a su enemigo entrar en su casa. Cuando se abre al conocimiento, tiene la impresión de que puede conocer todo. Pero preste atención. Primero comprenda su propia mente, o se olvidará de usted mismo. Estará como bajo la influencia de una fuerte emoción. Hará cosas peores de las que nunca hubiera pensado que sería capaz de hacer.

He oído hablar de un sabio de Bombay que estaba haciendo milagros. Podía caminar sobre el agua o a través del fuego sin quemarse, etc. Pero un día —y este día llega siempre— sus poderes dejaron de funcionar y las gentes se rieron tanto de él que se suicidó. Las gentes ignorantes pueden llevar a un sabio a la locura. Este devino su presa. Las gentes ignorantes difunden toda suerte de ideas falsas sobre los sabios. Por ejemplo, un sabio no debe sentir dolor. Pero el sabio está vivo. No es un cadáver. Por consiguiente, debe sentir la quemadura al contacto con el fuego. El sabio siente dolor, pero sabe que es su cuerpo el que lo siente y no él mismo, porque no está identificado con el cuerpo. Pero el supuesto sabio dice que no siente dolor, y es su ego el que está hablando. Este cuerpo no es un cadáver, está vivo, y por consiguiente el dolor debe ser sentido. Mientras la electricidad está conectada, la bombilla debe alumbrar. Lo mismo es verdadero para el cuerpo. Mientras el poder está conectado al cuerpo, el cuerpo debe sentir dolor o algo. Algunos sabios caen en esta trampa si piensan verdaderamente que no deben sentir nada.

Jani era una pobre sirvienta, pero era un ser despertado. Vivía en un poblado y, como todos los demás, ponía los cagajones de vaca a secar sobre su pared al sol para usarlos después como combustible. Su vecino, que siempre estaba contra ella, se los robó un día. Jani se quejó al juez del pueblo, que le dijo: «¿Cómo puede usted reconocer los que le pertenecen?» Ella respondió: «Ponga su oreja cerca de ellos y si oye el nombre de Dios, Vithal, eso significa que son míos». De esta manera, atraparon al ladrón. Por supuesto, las gentes preguntaban cómo podía hablar un cagajón de vaca. Pero, de hecho, era el propio poder de Jani el que hablaba, pues ella estaba en todas las cosas. Todo lo que dice «yo soy la realidad» es mío, y aquello que dice «yo soy el cuerpo», no lo es. Ella tenía fe total en Dios y su propio poder estaba en todo.

El que comprende dice, «yo no soy el cuerpo». El cuerpo no es nada más que un cagajón de vaca. Si el conocimiento «yo soy la realidad» le penetra, todo es suyo. No diga que sólo los seres realizados son grandes. Usted mismo es grande. Cristo dijo, «Yo soy Dios». Si comprende que usted no es el cuerpo, usted es tan grande como Él. Pero la persona ignorante siempre se siente desvalida. «¡Oh, él es tan grande y yo soy tan pequeño!» Es el ego el que hace que crea que usted es una criatura minúscula. Arroje esta falsa idea de su mente. Usted es tan poderoso como Cristo, pero no comprende eso. «Yo soy la realidad». Ésta es la comprensión que debe tener. Eso es lo que el Maestro quiere hacerle comprender, y eso es lo que el Maestro enseña, nada más. Pero entonces, ¿cuál es el significado de esta comprensión? Comprenda y después olvídelo todo, y usted es Él.

Si el ego bloquea su vía, aplástelo. Deje que los demás hagan sus comentarios. Cuando comprende que usted no es un mendigo, instantáneamente deviene rico. Todos tienen el poder más alto en ustedes. Denle la bienvenida. La mente debe aceptar eso completamente. Y si lo acepta con toda su fuerza, ¿cómo puede persistir la ilusión? Eso que es nada, no puede persistir. El problema es que siempre tiene el hábito de quejarse, «¡Oh, yo no puedo hacer esto o aquello!», eso es el ego. Eso es maya, ilusión. Sea muy fuerte en usted mismo. Yo le digo que usted es la realidad y que puede experimentar esto. Intente aceptarlo hasta que ya no haya más límites para usted. Usted es ilimitado, nadie puede limitarle. Pero a pesar de todo ello, usted mismo se ha esclavizado. Olvide toda limitación y sea Él, la realidad. Intente comprender profundamente que su mente no puede combatir contra usted. Entonces será capaz de derrotar al ego. De otro modo, es imposible. Cuando le viene una duda («¿Cómo puedo yo ser eso?», por ejemplo), usted pierde su fuerza. Necesita fuerza y poder para vencerla o nunca desaparecerá. Sólo el poder de la comprensión puede derrotarla. «¡Qué el mundo se vaya al cielo o al infierno, no me importa!». ¡Sea así de determinado! Pero tiene miedo de dejar la ilusión. ¿Qué hacer? ¿Por qué teme a eso que es nada? Todo el mundo que viene a mí dice lo mismo, «vivo en el temor, estoy inerme, no puedo hacer esto, no puedo hacer eso. ¿Qué puedo hacer?» Olvide todo eso.

En un texto indio se dice que un hombre puede emborracharse por unas cuantas rupias con un vaso de alcohol. Este poder hace que baile y tenga alucinaciones, «yo soy un rey, yo soy todo». Está bajo la influencia de la ignorancia. Pero si bajo la influencia del poder del conocimiento dado por el maestro, el hombre dice lo mismo, ¿es posible controlarle? El poder que usted tiene es mucho más grande que el del alcohol. Este poder, el efecto del conocimiento, puede penetrar la mente. «Yo soy la realidad». Si comprende correctamente, nada ni nadie puede detenerle. Sea como la santa Jani que declaró llena de fuerza: «Donde escuche el nombre de Dios, eso me pertenece». Por consiguiente, si le digo que usted es la realidad, debe aceptarlo. Tenga esa fuerza dentro de usted mismo. El problema es que sólo lo acepta a medias, debido a que su ego no quiere dejarle ir demasiado lejos. Eso significa que usted no bebe el vaso de vino hasta el fondo. Un hombre ignorante no dirá nunca, «yo soy un rey», si no está borracho. El que bebe el vino del conocimiento dice, «yo soy la realidad». Nadie tiene poder sobre él. Sea fuerte y no tenga miedo de nada ni de nadie, pues todo es nada. ¿Cómo puede nada hacer que usted tenga miedo? Muchas gentes dicen que han tenido estas experiencias y que no obstante han devenido atrapadas de nuevo por el mundo. Pero, ¿qué es el mundo? El Maestro le dice que el mundo es sólo ilusión. Así pues, ¿por qué inquietarse por él? Por lo demás, si recuerda el mundo como un sueño, no hay ningún mal. Si tiene una pesadilla, al despertar y recordar ese mal sueño, no siente nada porque sabe que no tiene ningún poder sobre usted. Si mata a alguien en un sueño, usted no se hace responsable al despertar. El mundo es ilusión, ¿por qué inquietarse por él? Si esta determinación penetra en usted, nadie puede detenerle. Si no penetra, eso significa que usted está dando la preferencia a nada, y eso le hace muy pequeño.

Debe tener el coraje y aceptar lo que dice el Maestro y de actuar en consecuencia. Cuando juega a las cartas, hay un rey y una reina, ¿pero son reales? Son sólo papel. Es su concepto el que los corona rey y reina, pero ellos no tienen ningún poder. De la misma manera, este mundo no es real; así pues, ¿qué puede hacerle? Tenga esta convicción, esta determinación dentro de usted mismo.

Los supuestos sabios que le dan métodos para seguir, sólo refuerzan la ilusión en usted. Usted va a ver a un Maestro para deshacerse de la ilusión y él le hunde más profundamente en ella. Éstos no son Maestros verdaderos, y, en este caso es mejor permanecer en la ignorancia que tener un conocimiento falso. Comprenda y sea eso.

Pregunta: Maharaj, si el cuerpo sufre, usted dice, «El cuerpo está sufriendo, pero yo no estoy sufriendo». ¿Es eso correcto?

Maharaj: Sí. El cuerpo sufre, pero yo no sufro. Si su vecino tiene problemas, usted dice, «mi vecino tiene problemas», pero usted no siente nada. Considere su cuerpo como su vecino. Así los problemas de su cuerpo son los problemas de su vecino. Usted sufre sólo cuando dice, «yo soy el cuerpo». Si el cuerpo es quemado, es el cuerpo el que siente la quemadura, no usted. Cuando usted es anestesiado para un operación, ¿adónde va el dolor? El dolor está ahí; pero la mente duerme, olvida. Al despertar, el contacto con la mente hace que el dolor reaparezca. El cuerpo tiene dolor, no «yo». Así pues, no se identifique con el cuerpo. Puesto que este cuerpo está vivo, debe sentir dolor. De otro modo, es un cadáver.

Un día Kabir fue mordido en la pierna por un perro. Sus discípulos estaban muy alterados, «¡Oh Maharaj! ¿qué le ha ocurrido?» Kabir respondió, «El perro sabe, el cuerpo sabe, ¿por qué debo yo saber?» Pero, puesto que se identifica a usted mismo como un cuerpo, acepta el dolor como suyo. Kabir sabía que el mordisco le había acontecido al cuerpo y no a él. Pensaba en su cuerpo como si fuera su vecino. Usted sufre sólo porque acepta «yo soy el cuerpo». El sabio dice, «dejemos que las cosas acontezcan». Cuando su vecino muere, usted no es afectado. Pero su cuerpo es la cosa más preciosa para usted. Usted se niega a aceptar su desaparición, su muerte. El ser realizado dice, «¡Oh, qué maravilla!, mis problemas están desapareciendo». Pues el cuerpo es un problema, nada más. Por ejemplo, si usted tiene un forúnculo en la pierna, le pide al médico que lo saje aunque este forúnculo es parte de su cuerpo. Pero, debido a que le está haciendo sufrir, está dispuesto a separarse de él. De la misma manera, si comprende que el cuerpo es sólo un forúnculo que ha crecido en usted, será muy feliz de verle desaparecer. Pero, puesto que usted mismo se identifica con el cuerpo, sufrirá en su muerte y se negará a dejar que desaparezca.

El ser realizado dice también, «En este momento mismo, mi cuerpo es un cuerpo muerto». Sólo funciona porque el poder está conectado. Cuando se funde una bombilla, la tira. La electricidad no pone ninguna pega. No le afecta en nada. Así pues, ¡sea usted mismo este poder interno! Entonces la muerte no será nada para usted. Comprenda que el cuerpo está muerto, compréndalo ahora. Usted puede comprender de estas dos maneras. La naturaleza del conocimiento es ser dualista.

El cuerpo es un instrumento. Debe saber cómo usarlo. Si lo usa para comprender la realidad, devendrá la realidad. Si dice, «yo soy el cuerpo», irá al infierno. Infierno significa «depósito de basura». Pues el cuerpo no es nada más que una fábrica de excrementos. No sea el poseedor de una fábrica de excrementos. Sea el poseedor de la realidad.

Pregunta: ¿Cómo podemos purificarnos a nosotros mismos, deshacernos del ego en la búsqueda de la realidad?

Maharaj: El ego es ignorancia. Usted puede vencer la ignorancia con la comprensión. Cuando el ego desaparece, la comprensión permanece. Pero este conocimiento es también un estado. Debe disolver este conocimiento en la realidad. Todo aquello que la mente ha acumulado y aceptado como verdad durante tantos años, comprenda que todo eso es falso. Usted cree en la verdad de lo que dice, pero eso es erróneo. Usted tiene esa sensación debido al conocimiento, pero el conocimiento viene de la ignorancia. ¿De dónde viene ésta? De cero. Así pues, su origen es nada, lo mismo que cuando usted está en el sueño profundo y está en la ignorancia, y de repente surge un pensamiento y acontece un sueño. Todo aquello que ha adquirido a través del conocimiento no es nada más que ilusión. No haga nada, pero comprenda dónde es la realidad. Cuando usted no siente nada, la realidad es; ciertamente usted estará tentado de decir, «La realidad es entonces nada». No, pues es más allá de cero.

Todo lo que usted ve y percibe es falso. Con esta comprensión, la mente es purificada. ¿Cómo devino la mente impura? Devino impura al creer que el mundo es real. Ella se toma a sí misma como la realidad y así se pierde la realidad. El mundo es sólo el reflejo de la realidad, y un reflejo no es verdadero. Suponga que ve su cara reflejada en un espejo. La cara real es su cara y no su reflejo. Pero si usted dice que el reflejo es la realidad, está perdido. Si comprende que el reflejo es falso, usted es la realidad. Eso es la purificación de la mente. «Todo lo que veo y percibo es falso». Pero, de hecho, ¿cómo puede ser purificada la mente? Ella misma es un concepto, y ¿cómo puede ser verdadero un concepto? Lo que no es real es siempre impuro. Todo está sobreimpuesto sobre su verdadera naturaleza, pero usted, la realidad, no es alterado nunca. Usted es muy claro, muy puro. Así pues, la mente toma todo como verdadero y eso es la impureza. Pero cuando usted comprende que todo es falso, la mente misma desaparece.

La mente no es nada más que su pensamiento. Puede ser un pensamiento de Dios o cualquier otro pensamiento, pero un pensamiento es sólo un pensamiento. Viene de la ignorancia. Así pues, olvide el pensamiento, olvide el conocimiento y usted es Él. Usted toma lo falso por verdadero y lo verdadero como falso. Eso es el error. Eso es la impureza. Esto es como estar en un tribunal y jurar sobre la Biblia decir la verdad y nada más que la verdad, cuando, de hecho, todo lo que usted dice es falso. ¿Qué hacer? La naturaleza de la mente es ver y decir sólo lo falso. Así pues, se puede decir que la pureza de la mente no es nada más que olvidar la mente, pues no existe. Es sólo un concepto. Al olvidar la mente, usted es la realidad. Mente quiere decir pensamientos. Cuando desaparecen, usted es.

Pregunta: Usted habla de no hacer nada, de ser el no-hacedor, pero para mí esto es dificilísimo. Mi mente está siempre activa. ¿Qué hacer?

Maharaj: Olvide su mente. ¿Piensa usted durante el sueño profundo? ¿Hace usted algo? No. Así pues, ¿por qué dice que es imposible para usted no hacer nada? Que el cuerpo y la mente estén aquí, no constituye ninguna diferencia. El problema es que en el estado de vigilia, usted quiere siempre hacer algo. Usted siente que está ejecutando una acción, cuando, de hecho, no está haciendo nada. En el estado de sueño con sueños, usted piensa que está ejecutando una acción, pero cuando se despierta, comprende que no ha hecho nada. Es lo mismo aquí. En el estado de vigilia, si usted se «despierta», comprende que no ha hecho nada. Se dice a usted mismo, «aunque pensaba que estaba haciendo algo, no estaba haciendo nada». La mente está siempre en acción, pero deje que muera. Pues cuando la mente desaparece, ya no hay más acción. Así pues, sea «no mente» y la realidad es. El problema es que usted quiere ser «no mente», y, al mismo tiempo, ser la mente. ¿Es posible esto? Usted está en acción debido a la ignorancia. En el estado de vigilia usted debe alcanzar la «no mente» comprendiendo que todo es ilusión. Esto es la comprensión.

Nadie hace nada. La ignorancia está en el pensamiento de que usted es el hacedor. Si usted mata a alguien en un sueño, ¿se responsabilizará de ello cuando se despierte? Usted está seguro de que no ha matado a nadie, y sin embargo en el sueño esta experiencia parecía real. Haga lo que haga, de todos modos es nada. Así pues, no haga nada. Para su verdadera naturaleza, no hay nada que hacer, porque usted es siempre y por todas partes. Lo que es algo, puede perderse; pero usted, usted no se pierde nunca. Mi Maestro Siddharameshwar Maharaj decía, «¡Usted informa a la comisaria de policía de que ha perdido algo, su dinero, su hijo o su esposa, etc. Pero hasta ahora, nadie ha informado nunca de la pérdida de sí mismo!» Incluso en la ignorancia, usted no dirá nunca eso, pues si lo dice, la policía responderá, «¡Pero usted está aquí frente a mí! ¿Cómo puede usted estar perdido?» Así pues, usted no está perdido nunca. Entonces, ¿por qué hacer algo para encontrarse a usted mismo? Siempre es por algo que no es (por algo que no existe), por lo que usted debe hacer algo. Por eso que es siempre (por eso que siempre está aquí), no hay nada que hacer. La filosofía es así. Es muy fácil y muy difícil al mismo tiempo, debido a que usted no puede aceptarlo.

Si usted hace algo, está en la esclavitud. Si no hace nada, es libre. «Aunque estoy haciendo, no estoy haciendo». Esto es el verdadero samadhi. «Sama» significa «como yo soy» y «dhi» significa «antes». Usted es Eso, pero persiste en decir, «yo soy el hacedor». Esta ignorancia sólo puede ser vencida por la comprensión. Olvide todo, porque no existe nada. De esta manera, todo desaparece, no queda nada. Es exactamente como cuando se despierta de un sueño y dice, «yo no he hecho nada». Comprenda que todo lo que ve y percibe es sólo un sueño. Del sueño profundo brota un pensamiento y aparece el sueño. Usted siente como si estuviera actuando en el sueño, pero, de hecho, no está haciendo nada. Si en el estado de vigilia comprende que «aunque hago algo, no hago nada», usted es la realidad en ese momento. Ése es el truco de la comprensión. Si piensa que es el hacedor, está perdido, pues cree que la ilusión es verdadera.

Pregunta: Escucharle a usted, ¿es hacer algo, o no hacer nada?

Maharaj: Usted no está haciendo nada porque todo es ilusión. Escuchar es ilusión y lo que yo digo es también ilusión. Pero eso para quien hablo, eso es verdadero. Hablar es también ilusión. Puedo decirle que lo que digo es una mentira, pero eso sobre lo que hablo, la realidad, es verdadero. Las palabras son falsas porque no pueden alcanzar la realidad. Pero, las necesitamos para comprender. La dirección escrita en el papel no tiene ninguna realidad. Sólo el lugar designado es verdadero, y cuando llega a él la dirección ya no tiene ninguna utilidad. Las palabras desaparecen. Sólo el significado permanece. Los escalones de la escalera ya no existen cuando usted entra en la habitación. De esa manera las palabras se dicen para comprender la realidad, pero, en sí mismas, son falsas. Cuando usted ve a la persona que estaba buscando, la dirección ya no tiene ninguna utilidad. Puesto que todo es ilusión, yo también soy ilusión. Yo no puedo ser una excepción a eso. La persona que habla y la persona que escucha son ambos ilusión, pero la realidad es. Usted y yo no existen.

Es una pregunta muy buena. Comprenda que las palabras pueden darle una cierta comprensión de la realidad, pero entonces, debe experimentarla usted mismo. El Maestro le enseña hasta un cierto punto. Más allá de ese punto, debe comprender usted mismo. Entonces ya no hay más dualidad. Hay sólo unidad. Así pues, ¿quién puede comprender a quién? ¿Puede usted tener la experiencia de usted mismo? De modo que el Maestro y el aspirante son ambos ilusión, como los «héroes de las películas». Sólo la pantalla es verdadera. Si la heroína quisiera conocerse a sí misma, debería desaparecer y sólo quedaría la pantalla. Si lo que yo digo y lo que usted oye son ilusión, ¿qué queda entonces? Sólo la realidad final es. Si la comprensión le penetra, esto es la verdad. Pero, de hecho, en la realidad no hay ni verdad ni ignorancia, no hay nada. La realidad es siempre la realidad. Esto es la magia y el milagro del mundo. Aunque todo parece ser, nada es. Es exactamente como un truco de cartas. Lo que usted ve no existe, pero, para librarse de la ilusión, es necesario el truco de la comprensión. ¿Cómo puede ser real algo que no existe? Es con el truco de la comprensión como se librará de ello. Muchas gentes hablan de sus experiencias, pero lo que puede ser experimentado es sólo ilusión. Así pues, ¿qué hacer?

Tan pronto como hay una experiencia, aparece el trío: el experimentador, el objeto experimentado, y la experiencia. Pero la realidad es sólo unidad. En la realidad no hay ningún mundo, incluso si aparece el mundo. Experimentar la unidad es siempre ilusión. Si usted dice, «yo he experimentado la unidad», es falso porque la unidad no puede ser experimentada. Olvide todo eso y la realidad es. Usted sólo tiene una idea de la realidad hecha de palabras y enseñanzas. El que es la realidad no necesita una dirección. Así pues, todo es falso y la ilusión se ve sobre la realidad. Si permanece en la escalera, ¿cómo puede entrar usted en la habitación? Olvide la escalera. La habitación está aquí. Debido a la ignorancia usted dice, «yo hago algo». La realidad está en no hacer nada. Alcanzar la realidad no requiere nada debido a que la realidad está siempre aquí. Simplemente, líbrese de la ilusión del «hacer» que está impresa en su mente. La mente no acepta esto, porque no quiere morir. A la mente, por naturaleza, le agrada pensar, y cree que ella es el «hacedor». Todo lo que le agrada y lo que no le agrada, todos sus hábitos desaparecen cuando usted comprende, porque son nada.

Pregunta: Maharaj, si todo es ilusión, ¿por qué estamos aquí? ¿Por qué no podemos permanecer en el silencio o en el sueño profundo?

Maharaj: Usted no comprende lo que es el sueño profundo. En el sueño profundo, no hay nada. Es cero. ¿Por qué está usted aquí? Para comprender. Dejemos que todo acontezca pero sepamos que es nada. Debido a la ignorancia usted va a cero en el sueño profundo, pero aquí, en el estado de vigilia, debe ir primero a este punto cero y después ir más allá de esta nada, pues la realidad es más allá de eso. Vaya más allá del punto cero y la realidad es. Usted está aquí para comprender que aunque yo estoy haciendo, no estoy haciendo. Sobre esto estoy hablando. No hay ni «yo» ni «soy», sólo hay realidad. Todo lo que veo y percibo es nada, incluso en este momento mismo. En el sueño profundo usted no puede comprender que el estado de vigilia es sólo un sueño. Todas las gentes están en la ignorancia. Nacen en la ignorancia, viven en la ignorancia y mueren en la ignorancia. Usted está aquí para salir de su círculo de ignorancia. En el sueño profundo se olvida todo. Aquí, olvidar es recordar y recordar es olvidar. Ése es el truco. Recordar es olvidar, olvidar es recordar. No intente encontrar la realidad, recordarla, pues ella está siempre aquí. Tan pronto como recuerda, usted está perdido, pues está viendo algo diferente de la realidad. Usted hace de ella un objeto. Estos dos estados de vigilia y de sueño con sueños parecen diferentes, pero son lo mismo. La realidad no es un estado, es sin estado.
 

Amma: maternidad

MMACHI:

Maternidad

Pregrunta – ¿Cómo puede Amma, que nunca ha sido madre, ser considerada una madre?

Amma– Hijos míos, la madre es un símbolo de generosidad. Una madre conoce el corazón de sus hijos; conoce sus sentimientos. Ella dedica toda su vida a sus hijos. Una madre perdona los errores cometidos por sus hijos, porque sabe que el error es debido a la ignorancia. Eso es verdadera maternidad y así es la vida de la Madre. La Madre ve a todos como a sus propios hijos.
La tradición hindú enseña a los niños, ya desde su tierna infancia, que su madre es Dios, que es la encarnación de Dios. Nuestra cultura ve la maternidad como la consumación de la feminidad. Tradicionalmente, todo hombre considera a cada mujer, además de su esposa, como una madre. Una mujer siempre se dirige a toda mujer anciana y toda mujer merecedora de respeto como “madre”.  Tal es la posición exaltada dada tradicionalmente a las mujeres en nuestra sociedad.  Hoy en día, esa actitud se ha perdido hasta cierto punto debido a la influencia de otras culturas. Puede verse la consecuencia de este deterioro en nuestra sociedad.
La cualidad maternal es innata en la mujer. Esta cualidad debería ser predominante en toda mujer. Igual que la oscuridad se disipa con los rayos de sol, toda tendencia indeseable desaparece ante la maternidad. Así de pura es la cualidad materna. Amor, generosidad y sacrificio conforman las señas de identidad de la maternidad. Solo desarrollando estas cualidades dentro de nosotros podremos conservar viva nuestra noble cultura.
La Madre siente que su modo de ser es así. Me preguntas cómo es posible que Amma pueda ser considera madre sin haber dado nacimiento a un nuevo ser. ¿Acaso no sabe más de motores el ingeniero que diseña el motor del avión que el piloto de ese avión?  Una mujer no se convierte en madre solo por el hecho de dar a luz. La cualidad materna tiene que florecer en su interior. Del mismo modo, una mujer que ha desarrollado la madre dentro de ella, en su totalidad, no es menos madre que una mujer que haya dado a luz un bebé. También hablamos de la madre patria, de la lengua materna y de la madre tierra como de madres.

Pregunta – Madre, tu labor en la sociedad, ¿es para lograr alguna meta?

Madre – La Madre solo tiene un deseo: que su vida sea como una barrita de incienso. Según va quemándose va extendiendo su fragancia en beneficio de otros. Igualmente la Madre quiere beneficiar al mundo dedicándo cada momento de su vida a sus hijos. No ve la meta como algo diferente de los medios. La vida de la Madre fluye de acuerdo con la voluntad divina, eso es todo.

 

Amma: solo una flor puede florecer

Amma:

Sólo una flor puede florecer

“Cuando un capullo ha permanecido cerrado por algún tiempo, siente como un gran deseo de abrirse, salir al exterior, y danzar alegremente en la fresca brisa del espacio abierto. La fase de capullo es como una prisión. Estar aprisionado crea el deseo de libertad; crea una intensa sed por romper la esclavitud y salir fuera. Podéis decir que es una ley inevitable, que para conocer y disfrutar de libertad, debe pasarse antes por la atadura y la prisión, ya que solo un capullo puede abrirse. Antes de que se abra la flor deberá pasar por el estadio de ser un capullo cerrado. La urgencia por estallar surge desde el capullo.

“De modo similar, la fase cerrada de vuestro corazón, es la conocida como ego. En algún momento antes de abrirse, el capullo puede pensar, ‘me gusta mi estado actual. ¡Este mundo es tan hermoso! Si tuviera capacidad para elegir me quedaría como estoy. Aunque dicen que hay un estadio superior de flor abierta, un estadio pleno de belleza y fragancia, con pétalos de hermoso color y exquisito perfume; yo no sé nada de eso. Me siento cómodo y seguro tal como estoy. De hecho, siento temor a cambiar…’

“Sin embargo, antes o después la cárcel termina por crear una urgencia instintiva en nuestro interior, un deseo por experimentar el éxtasis de la libertad. Todo ser humano, consciente o inconscientemente desea ser libre, estar en paz en cualquier circunstancia. Por tanto, en algún momento del proceso va a producirse un estallido. 

“Pero al ego solo lo puede romper el dolor del amor. Igual que el brote emerge cuando la corteza de la semilla se rompe, el Ser se desdobla cuando el ego se rompe y desaparece. Cuando se crea una atmósfera propicia, el árbol potencial dentro de la semilla comenzará a sentir el desasosiego de la semilla aprisionada. Desea salir a la luz y ser libre. Es la urgencia intensa del árbol durmiente en el interior lo que hace estallar la corteza de la semilla. Hay dolor en este proceso, pero ese dolor no es nada en comparación con la gloria del árbol brotado. ”

“El interior del capullo del ego es oscuro y estrecho. Cuando el capullo se abre y emerge la flor todo se torna hermoso e impregnado de luz gloriosa. Salimos de la oscuridad a la luz radiante, de la prisión a la libertad, de la ignorancia a la verdadera sabiduría. Este mundo diverso se transforma en unidad perfecta. Esta transformación se opera en nuestro interior, no externamente.” 

Amma: La oración es un diálogo con el amado

AMMACHI:

La oración es un diálogo con el amado

Pregunta – Madre, en tu ashram ¿qué importancia das a la devoción? Cuando veo las oraciones y los cantos devocionales, parece casi un espectáculo.

Madre – Hijo, digamos que tienes una novia. Si estuvieras hablándole, ¿te parecería un espectáculo? Cuando amas realmente nunca piensas así. A otros sí puede parecerles un espectáculo. Ambas cosas son verdaderas. Para nosotros, esto nunca sería un espectáculo. Nuestras oraciones son expresiones de nuestro vínculo con Dios. En cada momento de nuestras oraciones, solo sentimos éxtasis. Tanto si el amante habla con su amada como si ella habla con su amado, sienten alegría. No sienten ningún descontento.  No se aburren aunque pasen horas hablándose. Nosotros sentimos un gozo similar cuando rezamos.
La oración es un diálogo con el Amado en nuestro interior – nuestro verdadero Ser.
Tú eres ese Ser, el Atman. No estás hecho para ser infeliz en ningún caso. No eres el alma individual. Eres el Ser Supremo. Tu naturaleza es la bienaventuranza. Este es el propósito de la oración. La verdadera oración no es solo palabras vacías.

Hijo, si por devoción entiendes rezar y cantar cantos devocionales, eso vas a encontrarlo en todas las religiones. Los musulmanes rezan postrados hacia la Meca. Los cristianos rezan ante la imagen de Cristo o ante la cruz. Jainistas, budistas e hinduistas también rezan. En todas estas religiones existe la relación maestro-discípulo. Vemos profetas y maestros reverenciados aparecer entre nosotros de vez en cuando. ¿No son éstas distintas formas de devoción? Aquellos que han estudiado las escrituras meditan en los principios del Vedanta y así crecen en la senda espiritual. Su devoción a estos principios es lo que les capacita para progresar. 

Nuestra devoción no busca a un Dios sentado en alguna parte del cielo. Más bien, aprendemos a ver a Dios en todas las cosas. Dios brilla dentro de cada devoto porque éste ve que nada es diferente de Dios.  El propósito de la oración es el de llegar a ser conciente de ese estado. Con nuestras oraciones glorificamos a la Verdad. La mente precisa ser elevada desde el nivel del cuerpo, mente e intelecto al nivel del Ser. Supongamos que en nuestra cocina hay una bombilla de cien watios, pero la bombilla está tan sucia que su luz parece de menos de diez watios. Si quitamos la suciedad, la bombilla recuperará su total brillantez. Del mismo modo, la práctica espiritual permite limpiar nuestras impurezas. Cuando levantemos el velo que cubre nuestra divinidad innata, nos concienciaremos del infinito poder que hay dentro de nosotros. Comprenderemos que no nacimos para sufrir, sino que nuestra auténtica naturaleza es la bienaventuranza. No obstante, no basta con hablar de estas verdades, se necesita la práctica espiritual. Todos tenemos la capacidad innata para nadar, pero solo si nos tiramos al agua y practicamos, aprenderemos a nadar.  La devoción y la oración son medios para despertar la Divinidad dentro de nosotros. 

Hijo, la verdadera devoción es ver a Dios en todos, ser respetuoso con todos. Deberíamos cultivar esa actitud. Deberíamos elevar nuestras mentes para ser capaces de ver al Divino en todas partes. Aquí, en India, no imaginamos a Dios como residente en un cielo. Dios está en todas partes. Nada es más importante en la vida que conocer a Dios. El objetivo de escuchar verdades escritas, contemplándolas y asimilándolas es darse cuenta de la naturaleza del Ser Supremo o Dios. La devoción es un camino espiritual que conduce a la misma meta.

Amma: No estas atado

Amma:

No estás atado

“Había un joven pastor que llevaba sus vacas a los prados cada mañana y las conducía de nuevo al establo por la tarde. Antes de retirarse para dormir, se aseguraba de que todas las vacas estuvieran bien sujetas a sus postes. Una tarde se dio cuenta de que a una de las vacas la faltaba su cuerda. El muchacho estaba en un aprieto. No podía dejar la vaca suelta, ya que probablemente se escaparía y la perdería. Ya era de noche y demasiado tarde para ir a comprar una cuerda. El muchacho se acercó al monje que estaba a cargo del lugar para pedirle consejo. Le dijo el monje: ‘No te preocupes, vuelve con la vaca, haz como si la ataras, asegúrate de que la vaca te vea y eso bastará para que la vaca se quede donde está.’

“El chico volvió al establo e hizo lo que el monje le había dicho. Simuló que ataba la vaca al poste. Cuando volvió a la mañana siguiente vio con asombro que efectivamente la vaca no se había movido durante la noche. El muchacho desató a las vacas como de costumbre y cuando estaba a punto de salir para los prados observó que la vaca que no tenía cuerda seguía echada junto al poste. Trató de unirla al rebaño, pero no consiguió que se moviese. El muchacho, perplejo, volvió a pedir ayuda al monje. Éste le escuchó y le sonrió. ‘Escucha muchacho, ayer hiciste como si la ataras; esta mañana has desatado a todas las vacas menos a ella. No lo has creído necesario  puesto que no está atada, pero la vaca cree que sí lo está. Así que vuelve y haz como que la desataras.’ El muchacho así lo hizo e inmediatamente la vaca se levantó y se unió a la manada.

“Nuestra ignorancia nos hace creer que estamos atados como la vaca, cuando en realidad somos completamente libres. Mientras nos sintamos atados, necesitaremos la ayuda de un Maestro Perfecto que nos muestre el camino y nos diga, ‘no estáis atados, sois el todopoderoso Atman, el Ser. Salid de la ilusión y elevaros a los cielos de la Conciencia Suprema.’ El Maestro hace como si os liberara de la cuerda que os mantiene atados a los objetos y placeres mundanos. Una vez que se disuelve la ilusión os dais cuenta de que siempre estuvisteis en esa Conciencia, que nunca, nunca os extraviasteis de ella.

“La guía y presencia de un Maestro Perfecto es la luz que ilumina vuestra senda. Su presencia os ayuda a ver el muro del ego que os habéis creado. La comprensión de la naturaleza ilusoria de vuestras ataduras las disolverá. La comprensión errónea de vuestras relaciones con la gente, con el mundo y sus objetos, es lo que crea vuestras ataduras.” 

Amma: El amor está aprisionado entre tú y yo

El amor está aprisionado entre tú y yo

  “La expresión común es, ‘te quiero’. Pero sería mejor decir ‘estoy enamorado, soy la encarnación del Amor Puro.’ Suprime el yo y el tú y encontrarás que solo hay amor. Es como si el amor estuviera aprisionado entre el yo y el tú. Suprime el yo y el tú porque son irreales. Son como muros autoimpuestos que no existen. El abismo entre el yo y el tú es el ego. Cuando se suprime el ego la distancia desaparece y el yo y el tú también desaparecen. Se funden en uno y eso es Amor. Vosotros prestáis su realidad al yo y al tú. Retirad vuestro apoyo y desaparecerán. Entonces os daréis cuenta de que no hay ‘te quiero’ sino que ‘yo soy ese amor que lo abraza todo.’

“Hijos, siempre que atraveséis dificultades en la vida, pensad para vosotros: ‘No espero amor alguno de otros, no soy alguien que necesite ser amado. Yo soy el Amor. Soy una fuente inextinguible de amor, siempre daré amor y nada más que amor a quienquiera que se me acerque.’

“La presencia de un Maestro perfecto es la presencia del Amor Divino. El amor divino no puede forzarse, está ahí simplemente a nuestra disposición. Ni siquiera el amor mundano puede ser forzado; ¿qué podemos pues decir del Amor Divino, que está más allá de cualquier limitación?

“Cuando dos personas se enamoran, no hablan de condiciones antes de comenzar a amarse. Si algo así sucediera el amor no sería posible. Cuando dos que se aman se ven, sus corazones desbordan espontáneamente. Están irresistiblemente atraídos uno hacia el otro. No hay en ello  esfuerzo, palabras ni condiciones. El amor surge cuando nada es forzado, cuando estamos plenamente presentes, no hay un  ‘yo y mío’ que bloquee el flujo amoroso. El mínimo uso de fuerza destruye la belleza del amor y así el amor no se produce. 

Amma: Dios y el guru

Amma: Dios y el Guru

Un brahmachary : Amma, ¿quién es más grande, Dios o el gurú?

Amma : En principio, Dios y el gurú son uno. La gracia del gurú es única. Si él lo quiere, puede disipar los efectos de la cólera de Dios. Cuando hayáis realizado a Dios, podréis afirmar que sois uno con El. Pero no es posible afirmar que sois uno con el Maestro. Es el gurú el que inicia al discípulo, dándole el mantra que le llevará a la realización de Dios. Él es quien muestra el camino que conduce al objetivo.        El gurú conservará siempre esta condición especial. Incluso después de haber realizado la verdad, el discípulo debe mostrarse con gran humildad hacia el gurú.

Br.: Amma, ¿cuántas veces tenemos que cantar el mantra que nos das para alcanzar el mantra siddhi -el poder del mantra-?

Amma : Lo que importa no es la cantidad de veces, sino cómo lo haces. Podrás recitarlo millones de veces, pero ¿cómo obtendréis un mínimo beneficio si al mismo tiempo lleváis una vida de total despreocupación, desprovista de shraddha?    La cantidad de veces depende de la extensión del mantra.    Es necesario practicar japa -repetición- con concentración.  Si ésta es perfecta, poco importa d número de repeticiones. Una cantidad de veces relativamente pequeña bastará para obtener el mantra siddhi. Es importante que os concentréis en la forma o el sonido del mantra. Al repetirlo, os podéis concentrar en cada una de las letras del mantra. No siempre conseguiréis una concentración perfecta. Por eso se dice que hay que repetir el mantra decenas de millones de veces. Mientras más lo repetís, mayor será vuestra concentración. Una pregunta corno ésta viene a ser lo mismo que preguntar cuánta agua requiere una planta para dar fruto. Es necesario regarla, pero la cantidad de agua depende de la clase de planta, del clima, terreno, etc. El agua sola no basta. La planta también necesita luz solar, fertilizante, aire y pesticidas.  De igual manera, en el camino de la espiritualidad, el mantra es sólo uno de sus aspectos. También son de gran importancia las buenas acciones, los buenos pensamientos y la compañía de personas virtuosas (satsanga).Cuando existen todas estas condiciones, el beneficio resultante será de acuerdo con la voluntad de Dios.

Br.: ¿Se pueden obtener siddhis -poderes psíquicos- repitiendo un mantra?

Amma : Los siddhis dependen de vuestra concentración.  El japa puede inducir a los siddhis. Pero si se utilizan sin discernimiento, uno puede desviarse del camino que conduce a la meta final. No creáis que podéis vivir vuestra vida de cualquier manera después de haber sido iniciados con un mantra.

Amma os observa.

Imaginad que tomáis el autobús. Si compráis el billete pero no lo tenéis a mano cuando llega el inspector, os hará bajar. No hay clemencia.

Cuando alcanzáis la realización, todos tenéis los siddhis. La realización está más allá de todos los poderes. El mundo entero estará en vuestras manos. Si en lugar de desear la realización, pedís a Dios que os conceda siddhis, sería como hacer grandes esfuerzos para entrar en la corte del rey; para pedirle, cuando finalmente estáis ante él, que os dé grosellas silvestres.

Br.: ¿Cuánto tiempo hace falta para obtener la visión de Dios?

Amma : No podemos predecir cuándo veremos a Dios. Eso depende del deseo del buscador y del esfuerzo que haga. Si tomamos un autobús de segunda, desconocemos la hora de nuestra llegada, porque en su ruta se detiene muchas veces. Pero podemos saber con mayor o menor precisión la hora de llegada de un autobús especial, cuyas paradas son mínimas. De igual forma, si pensamos en Dios sin perder un momento, con total desapego, en poco tiempo llegaremos al objetivo.  Si nuestro sadhana -práctica espiritual- no es muy intenso, es difícil determinar cuándo lo conseguiremos.

Las Escrituras afirman frecuentemente que hace falta menos de un segundo para alcanzar la realización. En otros lugares, declaran que es difícil, incluso dedicándole cien vidas. La intensidad del sadhana y el samskara -semillas simientes- que hemos heredado de existencias anteriores determinan el tiempo que necesitamos para alcanzar el objetivo. El sadhana no consiste en permanecer sentado en alguna parte con los ojos cerrados. Es necesario mantener el objetivo siempre presente en nuestro espíritu y un esfuerzo constante. Por encima de todo, hace falta un corazón puro. Cuando el corazón es puro, es fácil obtener la gracia de Dios.

Br.: Amma, ¿la visión de Dios es lo mismo que la realización?

Amma : Algunas personas tienen visiones durante la meditación, pero existe un estado meditativo que no es ni sueño ni vigilia. Podéis llamarlo estado de ensoñación de la meditación. Suele ser en ese estado en el que se obtiene la visión de diferentes formas divinas. No podemos llamarlo visión de Dios, ni deberíamos apegarnos a ello, sino avanzar en el camino, hasta que Se revele.

**Del Libro : Sabiduría Eterna -Upadeshamritam-

©2000 – Mata Amritanandamayi Mission Trust –

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