LA BASE DEL DZOGCHEN Chögyal Namkhai Norbu

LA BASE DEL DZOGCHEN

Chögyal Namkhai Norbu

Chögyal Namkhai Norbu, nació en Dergué, en el Tíbet Oriental. Él fue reconocido a los tres años como el Tulku de un gran maestro de Dzogchén que había vivido con anterioridad. Después de completar sus estudios académicos, recibió enseñanzas de importantes maestros de dzogchén y practicó con ellos. Cuando los eventos políticos hicieron que abandonase el Tíbet, se estableció en Sikkim. Luego trabajó como profesor en el Instituto para el Medio y el Extremo Oriente en Roma y, más adelante, en el Instituto Universitario Oriental en Nápoles.

En esencia, la enseñanza dzogchén se ocupa del Estado primordial que, desde el comienzo mismo, ha constituido la naturaleza intrínseca de cada individuo. La vivencia de dicho Estado es la vivencia de nuestra verdadera condición: somos el centro del universo, aunque no en el sentido egoi­co y egoísta propio de nuestra experiencia ordina­ria. La conciencia egocéntrica ordinaria no es otra cosa que la jaula limitada de la visión dualista que excluye la vivencia de nuestra verdadera naturale­za: la vivencia del espacio del Estado primordial. Descubrir el Estado en cuestión es Comprender la enseñanza dzogchén, cuya transmisión tiene como función el comunicar dicho Estado: quien lo ha descubierto y se ha establecido en él lo transmite a quienes están atrapados en la condición dualista. Incluso el nombre “dzogchén”, que significa “Gran Perfección”, se refiere a la autoperfección de este Estado, fundamentalmente puro desde el comienzo, en el cual no hay nada que rechazar o que aceptar.
En todas partes los seres sensibles han entrado en la visión dualista que oculta la vivencia del Estado primor­dial y cuando los seres realizados han entrado en contacto con ellos, sólo raras veces han sido capa­ces de comunicar el Estado en cuestión de manera completa sin palabras o símbolos; en consecuen­cia han tenido que usar como medio de comunica­ción la cultura en la cual lo han transmitido. Inclu­so en la antigua tradición bön —la tradición, en gran parte chamánica, que es indígena del Tibet y que antecede la llegada del budismo desde la India— existía una enseñanza dzogchén. Así pues, aunque las enseñanzas dzogchén no pertene­cen ni al budismo ni al bón, podemos considerarlas como la esencia de todas las tradiciones es­pirituales tibetanas, tanto dentro de la primera de dichas religiones como dentro de la segunda.

LA BASE
Es totalmente imposible encontrar al Buda fuera de nuestra propia Mente. Alguien que ignore esto puede buscar externamente, pero ¿cómo es posible encontrarse a sí mismo, buscando fuera de uno mismo? Quien busca su naturaleza fuera de sí es como un loco que, realizando una representación en medio de una multitud, olvida quién es él y trata de encontrarse a sí mismo en todas partes.
                                          PADMASAMBHAVA

De los grupos de tres, el constituido por la Base, el Sendero y el Fruto es de central importancia.
Ahora consideraremos sucesivamente cada uno de estos elementos.
esencia
La Base:  naturaleza
energía
“Base”, en tibetano “shi“, es el término que se uti­liza para indicar el campo fundamental de la exis­tencia, tanto en el plano universal como en el indi­vidual, pues el uno y el otro son esencialmente el mismo, de modo que descubrir el uno es descubrir el otro: si descubres lo que eres en verdad descu­bres la naturaleza del universo. Anteriormente nos habíamos referido a la vivencia del Estado primor­dial en una “Contemplación no dual”: ésta es la vivencia de la Base, que constituye la verdadera identidad del individuo. Se la llama la Base porque sirve de base a todos los fenómenos y porque, siendo increada y desde siempre pura y autoperfecta, no es algo que tenga que ser construido. Aunque es la Base increada e indestructible de la existencia de cada individuo, queda velada a la experiencia de todo aquél en quien se manifieste el dualismo: cuando esto sucede, es oscurecida tem­poralmente por las “nubes” constituidas por los estados mentales negativos en mutua interacción —por ejemplo, pasiones como el apego y la aver­sión— que surgen de la ignorancia básica consti­tuida por la visión dualista. Sin embargo, la Base no debe ser objetivada y considerada como un ente auto existente ella constituye el Estado o condi­ción insustancial que sirve de base a todos los entes e individuos, la cual es ignorada por el indi­viduo ordinario pero se encuentra plenamente patente para el individuo realizado.
En las enseñanzas budistas en general se consi­dera que la conciencia no cesa con la muerte del cuerpo físico, sino que transmigra, y que las cau­sas kármicas acumuladas en innumerables vidas dan lugar a nuevos renacimientos hasta que el individuo se realiza, el karma es trascendido y la trasmigración llega a su fin. No se establece cómo y cuándo comenzó esta trasmigración, pues se considera que, en vez de perder nuestro precio­so tiempo especulando acerca de una causa prime­ra, haríamos bien en ocupamos de lo que puede ser verdaderamente útil, que es cómo poner fin al sufrimiento de la trasmigración y la existencia condicionada. En la época del Buda había mucha discusión entre las sectas del brahmanismo acerca de la existencia o inexistencia de un Creador y, entre quienes afirmaban su existencia, acerca de la naturaleza precisa de éste. Ahora bien, en vez de afirmar o negar la existencia de un ser supremo como la primera causa, el Buda aconsejó a sus dis­cípulos que dejasen a un lado la duda y la especu­lación y se esforzasen por alcanzar el Estado de Iluminación en el cual desaparecen las preguntas y se manifiesta la claridad.
Al nivel de lo que experimentamos en nuestras vidas, está claro que la trasmigración comienza en el momento mismo en que entramos en el dua­lismo y termina cuando redescubrimos el Estado primordial, el cual está más allá de todo límite, incluyendo los límites del tiempo, de las palabras y de los conceptos
La existencia de los innumerables universos surge de la misma manera que la existencia condi­cionada del individuo: a partir de huellas kármicas. Por ejemplo, la antigua tradición tibetana de cos­mología bón explica que el espacio existente antes de la creación de este universo no era otra cosa que la huella kármica latente dejada por seres de previos ciclos universales destruidos al final de los mismos. Este espacio se movió dentro de sí mismo y se formó la esencia del elemento viento; la feroz fricción de este viento contra sí mismo produjo la esencia del elemento fuego; las diferencias de tem­peratura resultantes causaron la condensación que resultó en la aparición de la esencia del elemento agua, y el movimiento de las esencias de estos tres nuevos elementos engendró la esencia del elemen­to tierra, tal como al batir leche se produce mante­quilla. Este nivel de la esencia de los elementos es preatómico y consiste en luz y color.
De la interacción de las esencias de los elemen­tos habrían surgido los elementos al nivel atómico o material, de la misma manera y en la misma secuencia que sus esencias. A continuación, de la interacción de los elementos materiales o atómicos se habría formado lo que se conoce como el “hue­vo cósmico”, constituido por todas las regiones o los dominios de la existencia condicionada: los de las divinidades superiores (sin forma y de la for­ma), el de los naga y los correspondientes a los seis estados del reino de la sensualidad o lokas.
Si las esencias de todos los elementos. los ele­mentos mismos y todos los reinos de experiencia surgen del espacio, constituido por las huellas kár­micas latentes de seres del pasado, dicho espacie no se encuentra más allá del karma y el nivel con­dicionado de la existencia y, en consecuencia no podemos aplicarle lo que se dice de la Base: que desde el comienzo ha sido fundamentalmente pura y autoperfecta. La Base puede compararse con el espacio en la medida en que es lo que permite la manifestación de todos los entes, pero no puede identificarse con el espacio condicionado: ella es lo que permite que éste se manifieste y podría compararse con la esencia de dicho elemento, omnímoda, omnipresente y no nacida.

Las enseñanzas dzogchén consideran el proce­so de originación cósmica de una manera paralela y sin embargo distinta a la de la tradición bön. En las enseñanzas dzogchén se considera que, tanto en el nivel universal como en el individual, el Estado primordial, que está más allá del tiempo y, en consecuencia, de la creación y la destrucción, es la Base fundamentalmente pura de toda existen­cia. Por su propia naturaleza intrínseca, el Estado primordial se manifiesta como luz, la cual a su vez se manifiesta como los cinco colores que constitu­yen las esencias de los elementos. Estas últimas interactúan —tal como lo explica la cosmología bón— para producir los elementos mismos, que constituyen el cuerpo del individuo y la totalidad de la dimensión material. Así pues, el universo es entendido como el juego de la energía del Estado primordial, que surge espontáneamente y que pue­de ser disfrutado como lo que es —un juego— por quien permanezca integrado en su condición intrínseca esencial: el Estado autoliberador y auto-perfecto del dzogchén. Ahora bien, si, como resul­tado de la percepción fundamentalmente incorrecta de la realidad que el budismo llama “ignorancia”, el individuo entra en la confusión del dualismo, su conciencia dualista tomará las proyecciones de la capacidad cognoscitiva (o cognoscitividad) pri­mordial, que es su propia fuente y la fuente de toda manifestación, como una realidad externa que existe separada e independientemente de dicha conciencia dualista, y ésta quedará atrapada en las mencionadas proyecciones. Las múltiples pasiones surgen de esta percepción errónea fundamental y condicionan continuamente al individuo, mante­niéndolo en el dualismo.
Con sus explicaciones de la Base, el Sendero y el Fruto las enseñanzas dzogchén se proponen mostrar cómo surgió la ilusión del dualismo, cómo puede ésta disolverse y cuál es la vivencia de un individuo cuando ella se disuelve. Ahora bien, los símbolos que se utilizan para explicar la naturaleza de la realidad sólo pueden ser parcialmente apro­piados, pues por su propia naturaleza las palabras y los conceptos son inadecuados para describirla con exactitud. Como dijo Milarepa, aunque en la medida en la que ambos son vacíos se puede com­parar la naturaleza esencial de la mente con el es­pacio, la mente tiene una naturaleza cognoscitiva de la que el espacio carece. La realización no con­siste en un conocimiento acerca del universo, sino en la vivencia directa de la naturaleza de éste. Has­ta el momento en que obtengamos la vivencia directa en cuestión seguiremos dependiendo de los ejemplos y sujetos a los límites de los mismos.
Podríamos comparar la Base con un objeto des­conocido y misterioso. Para describirlo, yo podría decir que el objeto es blanco y redondeado, con lo cual ustedes se formarían una cierta idea de él. Ahora bien, al día siguiente podrían oír una des­cripción dada por alguna otra persona que lo hay a visto y cambiar su idea según esta última descrip­ción, concluyendo que el objeto es ovalado y no redondo, y su color madreperla y no blanco. Cin­cuenta descripciones después, todavía no habrían llegado a conocer en absoluto el objeto, y seguirí­an cambiando de opinión cada vez que oyesen nuevas descripciones. En cambio, si ven el objeto ustedes mismos aunque sea una sola vez sabrán perfectamente cómo es y comprenderán que todas las descripciones eran parcialmente correctas pero que ninguna de ellas podía expresar la naturaleza del objeto en su totalidad. Algo similar sucede con las descripciones de la Base o Estado primordial que constituye y jamás deja de constituir la verda­dera condición intrínseca de cada individuo, que es pura desde el comienzo, incluso mientras la con­ciencia superficial de quienes se encuentran poseí­dos por el error está sumergida en el dualismo y atrapada en las redes de las pasiones.
Ahora que hemos considerado el significado del término “Base” como se lo entiende en las enseñanzas dzogchén, podemos comenzar a consi­derar cómo se manifiestan, a partir de dicha Base, el individuo y el universo que éste experimenta. Todos los niveles de las enseñanzas afirman que el individuo está constituido por el Cuerpo, la Voz y la Mente. Los Estados perfectos de éstos, que se dan en el individuo realizado, son simbolizados por las sílabas OM, AH y HUM, respectivamente. El Cuerpo incluye la totalidad de la dimensión material del individuo, mientras que la Voz corres­ponde a la circulación de la energía vital del orga­nismo, conocida como vayu o prana en sánscrito y lung en tibetano, que está asociada íntimamente a la respiración. La Mente incluye tanto a la mente que razona, como a la naturaleza de ésta, que no está sujeta a los límites del intelecto.
El cuerpo, la voz y la mente del individuo ordi­nario están tan condicionados que éste se encuen­tra totalmente inmerso y atrapado en el dualismo. La percepción dualista que un ser ordinario tiene de la realidad es llamada visión impura o kármica, la cual está condicionada por las causas kármicas que se manifiestan continuamente como resultado de las acciones pasadas del individuo, hasta el pun­to de que éste vive tan encerrado en el mundo de sus propios límites como un pájaro en una jaula. En cambio, se dice que un ser realizado —alguien que está más allá de los límites del dualismo, que ha descubierto la condición de la Base que anterior­mente le estaba velada y que vive en y por ella— posee una visión pura. La claridad autoperfecta de la visión pura (del) Estado primordial en los individuos realizados ha hecho que éstos no se limiten a transmitir di­rectamente el Estado en el que se hace patente la verdadera condición de la Base o campo de la experiencia del individuo, sino que además impartan una introducción simbólica a dicha Base y una explicación oral de la misma. La explicación oral describe el funcionamiento de la Base en términos de tres aspectos o “sabidurías”, que son la esencia, la naturaleza y la energía. Y para simbolizar el aspecto funcional de la Base que cada uno de ellos representa, tradicionalmente se utiliza un espejo: la vacuidad que permite al espejo llenarse con cual­quier contenido ilustra la esencia, la capacidad reflectante del espejo representa la naturaleza y las apariencias particulares que se reflejan simbolizan la energía.
Esencia:
El aspecto de la Base que llamamos ‘esencia” corresponde a la vacuidad fundamental de ésta. En la práctica ello implica que, si uno observa su pro­pia mente, descubrirá que cualquier pensamiento que se manifieste es vacío en los tres tiempos: pasado, presente y futuro. Esto significa a su vez que si uno busca el lugar de donde surgió el pensa­miento no encontrará nada; si busca el lugar donde se encuentra actualmente el pensamiento no encontrará nada, y si busca el lugar al que se va el pensamiento tampoco encontrará nada: en los tres casos encontrará sólo vacuidad. Ello no implica que la “vacuidad” exista como cosa o como lugar, sino más bien que todos los fenómenos, sean suce­sos mentales u objetos aparentemente externos, no importa cuán sólidos puedan parecernos, son en verdad esencialmente vacíos (en el sentido de carecer de sustancia o autoexistencia) y carecen de permanencia; que los mismos existen sólo en for­ma transitoria y que cada “cosa” está hecha de otras cosas, las cuales a su vez están hechas de otras cosas, y así sucesivamente.., posiblemente hasta llegar a un nivel en el que no encontraremos cosa alguna. Esto nos muestra que todo lo que parece tener una existencia sustancial, desde lo enormemente grande hasta lo infinitamente peque­ño, es fundamentalmente vacío.
Empleando un espejo como símbolo de la Base, se dice que la vacuidad de ésta, que es fundamentalmente pura o katak, es como la capa­cidad de un espejo para llenarse con imágenes. Un maestro puede mostrar al discípulo un espejo y explicarle que el espejo mismo no juzga los refle­jos que aparecen en él como bonitos o feos: al espejo no lo cambia ninguno de los reflejos que pueda manifestar, de una clase o de la otra, y se vacuidad no es afectada ni desvirtuada por ellos. Entonces explicará que la esencia vacía de la men­te es como la del espejo —pura, clara y límpida— y que, no importa lo que ella manifieste, la esencia de la mente no puede desaparecer ni ser dañada o maculada.
Naturaleza:
Aunque la vacuidad en el sentido que ya se ha explicado constituye la condición esencial subya­cente de todos los fenómenos, estos últimos —sean sucesos mentales u objetos “reales” experimenta­dos como algo externo— siguen manifestándose. Tal como los reflejos, a pesar de ser vacíos, siguen apareciendo en un espejo, las cosas siguen existien­do y los pensamientos siguen surgiendo. Este con­tinuo surgir es el aspecto de la Base que se designa como “naturaleza” La naturaleza de la Base es manifestar, y para ilustrar esta naturaleza se la compara con la capacidad que tiene un espejo de reflejar todo lo que se ponga delante de él. El maestro puede usar un espejo físico para mostrar que, sin importar si lo que se refleja es bueno o malo, bonito o feo, la capacidad de reflejar inhe­rente al espejo funciona tan pronto como se ponga un objeto delante de él. Entonces explicará que lo mismo es cierto con respecto a lo que se conoce como la “naturaleza de la mente”, que es descu­bierto en la auténtica Contemplación no dual. Cualquier pensamiento o suceso puede surgir, pero la naturaleza de la mente no será condicionada por éste, ni entrará en el juicio, sino que simplemente los reflejará, tal como lo hace un espejo por su propia naturaleza.
Energía:
Hemos visto que lo que se conoce como shi o la Base —la condición fundamental del individuo y de la existencia— es en esencia vacía, y sin em­bargo su naturaleza es manifestar. Lo que ella manifiesta es energía, la cual se compara con los reflejos que surgen en un espejo. De nuevo, el maestro puede mostrar un espejo al discípulo y explicarle cómo los reflejos que surgen en él son la energía de la naturaleza intrínseca del espejo, manifestándose visiblemente. Ahora bien, aunque para explicar separemos artificialmente la esencia, la naturaleza y la energía de la Base, el símbolo del espejo muestra que estos tres aspectos son interdependientes y no pueden ser separados los unos de los otros. En efecto, la vacuidad primordialmente pura de un espejo, su clara capa­cidad de reflejar y los reflejos que surgen en él, son inseparables y son todos esenciales para la existencia de lo que se conoce como “espejo”. Si no fuese vacío, el espejo no reflejaría; si no tuviese una clara capacidad de reflejar, ¿cómo podría manifestar reflejos? Y si no pudiese manifestar reflejos, ¿cómo podríamos decir que se trata de un espejo? Lo mismo sucede con los tres aspectos de la Base: la esencia, la naturaleza y la energía son interdependientes.
Cómo se manifiesta la Energía: dang, rólpa y tsel
La energía se manifiesta de tres maneras caracte­rísticas, que se conocen como dang, rólpa y tsel. Puesto que estos términos no pueden ser traduci­dos con precisión a lenguas occidentales, tenemos que utilizar los vocablos tibetanos. Se los explica mediante tres ejemplos, que son el espejo, la bola de cristal y el cristal de roca tallado que descom­pone la luz.

Dang:
Un espejo no tiene ni forma ni color. Pero cuando se coloca frente a él una tela roja, el espejo parece ser rojo; frente a una tela verde, parece ser verde, y así sucesivamente. Así pues, aunque la vacuidad de un espejo es esencialmente infinita y sin forma, el espejo puede llenarse con cualquier contenido. Lo mismo sucede con la energía del individuo, aunque en el nivel dang ella es esencialmente infi­nita y sin forma, está claro que tiene la capacidad de adoptar cualquier forma.
En efecto, aunque esencialmente nuestra energía no posee ni forma ni dualidad algunas, las huellas kármicas contenidas en nuestra corriente-de-con­ciencia dan lugar a las formas que experimentamos como cuerpo, voz y mente, y a las que percibimos como un medio ambiente externo cuyas característi­cas están, en ambos casos, determinadas por las causas acumuladas durante innumerables vidas. El problema es que dichas huellas también producen el error dualista-sustancialista y el apego que nos hacen ignorar por completo nuestra verdadera natu­raleza y experimentar una separación radical entre nuestra persona —cuerpo, voz y mente— y lo que tomamos por un mundo externo, y que nos hacen experimentar dicha persona y dicho mundo como realidades absolutas y autoexistentes. El resultado de este error es lo que se conoce como ‘visión kár­mica”.
Al liberarse de esta ilusión, el individuo experi­menta su propia naturaleza tal como es y como ha sido desde el comienzo: como una capacidad cog­noscitiva libre de restricciones y como una energía libre de todo límite o forma. Descubrir esto es des­cubrir el dharmakaya o “Cuerpo de la Verdad”, que es mejor traducir como “Cuerpo del Verdadero Carácter de la Realidad”.

Rölpa:
Este modo de manifestación de la energía del indi­viduo es ilustrado con el símbolo de una bola de cristal. Cuando se coloca un objeto cerca de una bola de cristal, una imagen de ese objeto puede ser vista dentro de la bola, de modo que el objeto mis­mo parece encontrarse dentro de ella. Lo mismo puede suceder con la energía del individuo, que tiene la potencialidad de aparecer como una ima­gen experimentada “internamente”, como si fuese vista con “el ojo de la mente” y sin poder ser cap­tada en términos del dualismo interior/exterior. Sin embargo, no importa cuán vívida pueda ser esta imagen, ella es, como en el caso anterior, la mani­festación de la propia energía del individuo, esta vez en forma de energía rólpa. De esta forma de manifestación de la energía dependen muchas de las prácticas de tóguel y del iangthik a las que se hará referencia más adelante; de ella surgen las cien divinidades pacíficas y feroces descritas en el Bardo Tódröl o Libro tibetano de los muertos tal como le aparecen a la conciencia en el bardo de la dharmata, y es también de ella de donde han sur­gido las deidades que emplean los practicantes del Sendero de transformación para convertir su visión impura en visión pura. Finalmente, es éste el nivel de su propia energía que los realizados vivencian como el sambhogakaya o “Cuerpo de Riqueza”: la riqueza en cuestión es la fantástica multiplicidad de formas que se manifiesta en dicho nivel —el de la esencia de los elementos, que es luz— y que los realizados no perciben en términos dualistas.

Tsel:
Tsel es la manifestación de la energía del individuo mismo como un mundo aparentemente externo; en efecto, el mundo aparentemente externo no es más que una manifestación de nuestra energía. Cuando aparece el dualismo surge la ilusión de un indivi­duo autoexistente que vive encerrado en sí mismo y que se siente separado de un mundo que experi­menta como externo, pues la conciencia fragmen­taria toma las proyecciones de los sentidos como objetos que existen independiente y separadamente del ilusorio “sí mismo” con el que ella se identifica y al que ella se aferra.
El ejemplo que se usa para ilustrar nuestra ilu­sión de separatividad establece un paralelo entre la forma en que se manifiesta la energía del in­dividuo y lo que sucede cuando se coloca un cris­tal bajo la luz del sol. Sabemos que la luz del sol, al caer en el cristal, es reflejada, refractada y des­compuesta por él, produciendo rayos y formas con los colores del espectro que parecen estar separa­dos del cristal pero que en verdad son funciones de su naturaleza característica. De la misma manera, lo que aparece como un mundo de fenómenos apa­rentemente externos es la energía del individuo mismo, percibida por sus sentidos. En verdad, no hay nada externo al individuo o separado de él, y todo lo que se manifiesta constituye un continuo fundamentalmente libre de dualidad y de multipli­cidad: esta es precisamente la “Gran Perfección” que se descubre en el dzogchén.
Para un individuo realizado, el nivel de mani­festación de la energía llamado tsel constituye la dimensión del nirmanakaya o “Cuerpo de Mani­festación”. Ahora bien, debemos tener en cuenta que, ni las formas de manifestarse dang, rólpa y tsel de la energía, ni el dharmakava, el sambhoga­kava y el nirmanakava, están separados entre si. La energía ilimitada y sin forma dang, cuya correcta captación es el dharmakava, se manifiesta a nivel de la esencia de los elementos, que es luz. como las formas inmateriales de la energía rólpa cuya correcta captación es el sambhogakaya y que sólo pueden ser percibidas por quienes tienen cla­ridad visionaria. A nivel “material”, ella se mani­fiesta como las formas de la energía tsel, que los individuos poseídos por el error perciben como externas a su conciencia, sólidas y materiales, pero cuya correcta captación es el nirmanakaya. Así pues, decir que los Iluminados posean tres kaya o cuerpos no significa que tengan tres cuerpos físi­cos en distintas dimensiones, ni tres niveles, como una estatua; los kaya son las tres formas de mani­festación de la energía de cada individuo, tal como se las experimenta en la realización. Estos tres kaya serán considerados luego en mayor detalle.
Es en términos de los ejemplos anteriores como el maestro nos introduce simbólicamente a la Base, y es explicando los tres aspectos de dicha Base y la forma en que ella se manifiesta como los tres modos de la energía, como nos introduce oral­mente a la misma. Este es el secreto abierto, que todos pueden descubrir por sí mismos. Vivimos nuestras vidas, por así decirlo, al revés, concibiéndonos como un “yo” que creemos absolutamente separado de un mundo que consideramos externo. e intentando manipular a este último para obtener satisfacción. Ahora bien, en tanto que sigamos en el estado dualista, nuestra experiencia seguirá estando marcada por un sentido subyacente de carencia, miedo, ansiedad e insatisfacción

IMPERMANENCIA Y MUERTE

IMPERMANENCIA Y MUERTE

Jóvenes mueren antes que personas mayores; personas que estaban muy enfermas viven más que otras personas que estaban completamente sanas.

Tampoco importará que no se haya terminado algún trabajo, o que tengamos la sensación de tener algo pendiente que hacer en la vida, porque eso tampoco va a impedir que llegue el momento de la muerte.
Aunque queden cosas por hacer, la muerte llega y no se puede evitar.

EL RESPLANDOR INMACULADO

Del testamento final de Longchenpa, el maestro Dzogchen del siglo XIV

En un cielo nocturno sin nubes, la luna llena,
“El Señor de las Estrellas” está a punto de salir.
El rostro de mi compasivo señor, Padmasambhava,
Me atrae hacia delante, irradiando su tierna bienvenida.

Mi gozo en la muerte es muchísimo mayor
Que el gozo de los mercaderes al ganar vastas fortunas en el mar,
O los señores de los dioses que se jactan de su victoria en la batalla;
O el de aquellos sabios que han entrado en el trance de la perfecta absorción.
Así, tal un viajero que se echa al camino, cuando llega el momento de partir,

No permaneceré más en este mundo,
Sino que iré a morar en la fortaleza de la gran dicha de la ausencia de la muerte.

Esta vida mía está acabada,
mi karma se ha agotado,
El beneficio que podían hacer las oraciones se ha gastado,
Todas las cosas mundanas han llegado a su fin,
El espectáculo de esta vida ha terminado.

En un instante reconoceré la misma esencia de la manifestación de mi ser
En los puros y vastos reinos de los estados del bardo;
Estoy próximo a ocupar mi asiento en el terreno de la perfección primordial.

Las riquezas que se encontraban en mí han hecho felices las mentes de otros,
He utilizado la bendición de esta vida
Para realizar todos los beneficios de la isla de la liberación;
Habiendo estado con vosotros, mis nobles discípulos, durante todo este tiempo,
La alegría de compartir la verdad me ha llenado y satisfecho.

Ahora van a terminar todas las conexiones entre nosotros en esta vida.
Soy un mendigo errante que va a morir como le plazca,
No os entristezcáis por mí, pero seguid rezando siempre.
Estas palabras las dice mi corazón, las dice para ayudaros;
Pensad que son una nube de flores de loto, y vosotros, en vuestra devoción,
Abejas que se zambullen en ellas para libar su alegría trascendente.

Por la gran bondad de estas palabras
Que los seres de todos los reinos del samsara,
En el terreno de la perfección primordial, alcancen el Nirvana.

La meditación sobre la impermanencia y la muerte es muy importante. Por esa razón fue la última enseñanza que dio Buddha. Buddha explicó que todos los fenómenos que surgen debido a causas, son impermanentes.

No es suficiente conocer sólo intelectualmente la impermanencia y la muerte. Tampoco es suficiente saber de memoria todos los puntos sobre la meditación. Lo que hay que hacer realmente es meditar día tras día hasta realizar lo que significa la impermanencia y la muerte; si no se medita así diariamente no se conseguirá frenar el apego.

También nuestro cuerpo humano es muy frágil, es como una especie de burbuja;
Si tuviéramos un cuerpo de hierro, entonces quizá podría resistir más en algunas situaciones, pero la realidad es que cualquier pequeña circunstancia puede acabar con nuestra vida, un alimento en mal estado puede ser suficiente, o un simple pinchazo puede causar la muerte por el tétano.

La raíz es la rama, la rama es la raíz                                                          Ajahn Chan

Tan pronto nacemos ya estamos muertos. Nuestro nacimiento y nuestra muerte son sólo una cosa. Es como un árbol; donde hay una raíz, tiene que haber ramas. Si hay ramas, tiene que haber raíz. No se pueden tener las unas sin las otras.

Resulta un tanto ridículo ver cómo en los funerales la gente está tan llena de dolor y aflicción, temerosa y triste, mientras que cuando ocurre un nacimiento se siente feliz y encantada. Es un engaño; nadie se ha parado a mirarlo con claridad.

Creo que si verdaderamente quieres llorar ,sería mejor hacerlo en el momento del nacimiento, porque realmente nacer es morir, morir es nacer, la raíz es la rama, la rama es la raíz.

Si tienes que llorar, llora por la raíz, llora por el nacimiento. Míralo con mas detalle: si no hubiera nacimiento no habría muerte: ¿Puedes entenderlo?

Hay que meditar en la impermanencia y la muerte porque nos sirve para estar preparados
antes de que esta llegue; es lo que nos da el impulso para que seamos capaces de hacer los
preparativos necesarios para cuando llegue el momento.

Si meditamos en la impermanencia y en la muerte, obtendremos mucho beneficio y ventajas.
La primera de ellas es que se desarrolla un fuerte interés por la práctica, y de esa manera, uno puede alcanzar todos los niveles del camino, desde los niveles básicos hasta la buddheidad.

¿Cuáles son las desventajas de no meditar en la impermanencia?
¿Cuáles son las ventajas de meditar en ella?

Las desventajas de no meditar son que no se tendrá ningún interés por la vía espiritual; uno se dejará arrastrar completamente por los intereses mundanos y no se harán los preparativos para ese viaje que se ha de hacer antes o después.

Suponiendo que se tenga algún interés por practicar, se irá dejando siempre para más adelante; no se verá el momento de comenzar, siempre se irá posponiendo y posponiendo hasta que llegará el momento de la muerte sin haber hecho nada. Y aún en el caso de comenzar la práctica no será pura, no será perfecta, debido a que en el fondo uno practicará impulsado por sus propios intereses mundanos, como tener una buena reputación o fama, no tener obstáculos ni enfermedades y tener una vida larga.

El deseo de que los demás nos consideren un buen practicante, un buen meditador a veces está muy escondido en nosotros, pero en el fondo está ahí. Eso impide que la práctica sea una práctica pura de Dharma, porque la motivación que uno tiene no es la adecuada. Además, aunque la motivación sea buena, si no se medita en la impermanencia y en la muerte, la práctica no tendrá intensidad.

Cuando se está muy interesado por algún tipo de actividad, se hace con mucho gusto y sin
esfuerzo. Con la práctica ocurre algo parecido. Si no se siente mucho placer por practicar, todo se hace duro y pesado y ese gusto por la práctica sólo puede surgir si se medita en la impermanencia y la muerte.

Otra desventaja de no meditar en la impermanencia y la muerte es que uno se involucrará continuamente en acciones negativas. Si no se ha meditado, cuando llegue el momento de la muerte, surge una gran preocupación y pesar; uno tiene la sensación de que no ha aprovechado el tiempo de vida. Pero cuando llegue ese momento, ya de nada sirve esa gran preocupación,
ese gran arrepentimiento, porque ya no hay tiempo de solucionarlo.

La meditación sobre la impermanencia y la muerte es muy poderosa, porque consigue que no
nos puedan perjudicar o arrastrar los engaños como el apego, el odio o la ignorancia, ya que se tiene una fuerte determinación para frenarlos.
Cuando uno empieza a practicar, también es muy importante la meditación en la impermanencia y la muerte porque nos provee de fuerzas para comenzar la práctica.

De hecho, la impermanencia y la muerte son el motivo que ha impulsado a muchos de los grandes practicantes como Milarepa, que al ver la muerte de uno de sus benefactores, sintió una fuerte necesidad de dedicarse de lleno a la práctica.
Esta meditación es importante para dar continuidad a la práctica de un modo correcto y también es muy importante para concluirla, es decir, para que podamos terminarla de una manera perfecta.

Otra ventaja será que al llegar el momento de la muerte, uno lo aceptará sin ningún tipo de preocupación; si se ha sido un gran practicante, incluso se aceptará ese momento con alegría, como si se tratara simplemente de un cambio, cambiar un viejo cuerpo por uno nuevo.

Si se ha sido un practicante de tipo medio, al menos no se tendrá ningún tipo de temor, y si se ha sido un practicante de tipo básico, no se tendrá ningún tipo de pesar o preocupación.

Puesto que la muerte es algo por lo que tenemos que pasar, es muy importante hacer los preparativos; es como si supiéramos con certeza que vamos a tener que ir a India, haríamos todos los preparativos necesarios para ir.

Además, hay que tener en cuenta que en un viaje común, como ir a India, se puede recibir ayuda de otras personas que tengan experiencia; pero en el momento de la muerte, lo único que nos va a servir de ayuda realmente es la práctica del Dharma.

Así pues, no hay nadie que pueda escapar a la muerte;
incluso Buddha pasó por ese proceso de la muerte para mostrárnoslo.

Buddha, que no tiene un cuerpo ordinario y no está sometido igual que nosotros al karma y a los engaños,
se ha mostrado pasando por ese proceso de la muerte,
¿cómo vamos a escapar nosotros?

No hay manera de escapar al momento de la muerte; uno no puede irse a otro lugar y esconderse.
No se puede pagar dinero para alargar el tiempo de vida, no hay manera de escapar cuando llegue ese momento.

La duración de la vida viene determinada por el karma que uno mismo haya podido crear, por los méritos que uno pueda tener acumulados en esta vida.

El tiempo de vida es muy difícil de alargar; el tiempo va pasando, se va acabando… es algo que no se puede evitar, es como el agua en los ríos de montaña que fluye de un modo continuo, sin poder evitarlo; nuestro tiempo de vida fluye de la misma manera, se va gastando, se va perdiendo.

Otro aspecto a tener en cuenta también para meditar en este punto de la certeza de la muerte es que, independientemente de que hayamos aprovechado o no el tiempo de nuestra vida, la muerte va a llegar.

¡Pero no es fácil!

A veces, en nuestra juventud, nos resulta difícil practicar porque no tenemos interés por la práctica; después en una etapa intermedia de la vida, tenemos muchas obligaciones, y más tarde nos resulta también difícil practicar porque quizá ya somos demasiado mayores y tenemos otros obstáculos y dificultades. Pero independientemente de que hayamos aprovechado el tiempo o no, la muerte llega.

Aún suponiendo que todas las personas del mundo fueran nuestros amigos y nos cogieran de la mano para que no nos marchásemos, no lo podrían conseguir.
Tampoco las cosas materiales, por muchas riquezas que se tengan, pueden ser de ayuda en ese momento. No puede uno llevarse nada consigo.

Tanto esfuerzo para acumular y todo se queda ahí, sin ser de ninguna ayuda en ese momento. Incluso aunque se tuvieran alimentos y ropa para cien años, en el momento de la muerte, uno no podría llevarse consigo ni un poquito, no le serviría para nada.

E incluso nuestro propio cuerpo, que es algo tan querido para nosotros y que siempre protegemos y cuidamos tanto, en el momento de la muerte se convierte en un gran obstáculo, pues tenemos que abandonarlo.

Llegado ese momento, lo único que verdaderamente nos puede servir de ayuda es la práctica del Dharma; esto quiere decir que lo único que nos va a ayudar es todo el karma positivo que hayamos acumulado, lo único que nos va a acompañar es nuestro karma, ya sea positivo o negativo. Por eso se dice que en el momento de la muerte, la única ayuda que tenemos es la práctica del Dharma: todas aquellas impresiones que han podido quedar en nuestra mente debido a haber practicado, a haber pensado y actuado de un modo positivo. En el momento de la muerte se puede decir que el Dharma o el karma positivo, es el único guía que tenemos, nuestro único alimento, la única compañía o ayuda que vamos a tener en ese camino.

Estar Preparado

Hay que hacer los preparativos antes de que llegue la muerte.
Si hacemos los preparativos ahora, entonces, en el momento de la muerte,
la práctica del Dharma nos será realmente de ayuda.

Porque si tan sólo pensamos, “el Dharma es lo único que me va a ayudar en ese momento”,
pero no lo aplicamos, no nos servirá de nada.

UNA PRÁCTICA SENCILLA SOBRE LA IMPERMANENCIA Y LA MUERTE

Estoy aquí, sentado, y pienso en todos los seres que ahora están muertos.

“Desde tiempos inmemoriales, innumerables seres han llegado, han usado su tiempo y se han ido. Sólo recordamos los nombres y los actos de unos pocos. Sus muchos dolores y deleites, victorias y derrotas son hoy (como ellos) meras sombras. Y así será con todos los que conozco y conmigo mismo.

El tiempo convertirá en fantasmas todas las preocupaciones que me ahogan, todas las incertidumbres que me acosan y todos los placeres que persigo. Por lo tanto, contemplaré la
realidad de mi propia muerte para poder entender lo que es verdaderamente valioso en la vida.

Porque mi muerte puede llegar pronto, pagaré todas mis deudas,
pagaré todas las injurias y no tendré diferencias con nadie.
Porque mi muerte puede llegar pronto, no malgastaré mi tiempo repasando viejos errores,
sino que utilizaré cada día como si fuese el último.
Porque mi muerte puede llegar pronto, prefiero purificar mi mente antes que acicalar mi cuerpo.
Porque mi muerte puede llegar pronto y separarme de los que quiero,
desarrollaré el desapego y la compasión antes que la posesividad y el interés.
Porque mi muerte puede llegar pronto, usaré cada día íntegramente,
sin desperdiciarlo en objetivos infructuosos o en anhelos vanos.

Ojalá que esté preparado cuando llegue la muerte.
Ojalá que no tenga terror cuando se desvanezca la vida.
Ojalá que mi desapego me permita liberar el corazón”.

La Joya Del Corazón Del Afortunado

La Joya Del Corazón Del Afortunado

Una introducción a la Gran Perfección

Consejos de mi Corazón: Capitulo 7: Dudjom Rimpoche

¡Homenaje a mi maestro!
El Gran Maestro de Oddiyana dijo una vez:
No investigues las raíces de las cosas,
¡Investiga la raíz de la Mente!
Una vez que hayas encontrado a la raíz de la Mente,
Sabrás una cosa, no obstante todo será así liberado.
Pero si no logras encontrar la raíz de la Mente,
Conocerás todo, pero no entenderás nada.

Cuando comiences a meditar en la mente, siéntate con tu cuerpo derecho, y permite que tu respiración entre y salga en forma natural. Contempla el espacio frente a ti con los ojos ni cerrados ni totalmente abiertos. Piensa que por el bienestar de todos los seres quienes han sido tus madres, vas a observar a la conciencia, el rostro de Samantabhadra. Ruega fervorosamente a tu maestro raíz, quien es inseparable de Padmasamvabha, el Guru de Oddiyana, y luego mezcla tu mente con la suya. Asiéntate en un estado meditativo equilibrado.

Sin embargo, una vez que hayas asentado tu mente, no podrás descansar por mucho tiempo en ese estado vacío y claro de conciencia pura y prístina. Tu mente comenzará a moverse y a agitarse. De manera inquieta correrá de aquí para allá, por todas partes, como un chango. Lo que estás experimentando en este momento no es la naturaleza de la mente, sino sólo pensamientos. Si permaneces con ellos y los sigues, te encontrarás recolectando todo tipo de cosas, pensando acerca de toda clase de necesidades, planeando diversas actividades. Es precisamente este tipo de actividad mental el que te ha lanzado en el pasado al oscuro océano del samsara, y no cabe duda que lo hará en el futuro. Sería mucho mejor si pudieras cortar con la siempre expansiva y negra confusión de tus pensamientos.

¿Qué pasaría si pudieras liberarte de las cadenas de tus pensamientos? ¿Cómo es la conciencia pura y prístina? ¡ Es vacía, deslumbrantemente límpida, ligera, libre y llena de gozo! No es algo que esté encadenado ni demarcado por su propia colección de atributos. No hay nada en la totalidad del samsara y el nirvana que no lo abrace. Desde el tiempo sin principio, está dentro de nosotros, innata. Nunca hemos estado sin ella, y sin embargo, está plenamente fuera de nuestro campo de acción, esfuerzo e imaginación.

Pero, ¿cómo, preguntarás, es reconocer la conciencia pura y prístina, la cara de rigpa? Aunque lo experimentes, simplemente no podrás describirlo; sería como un mudo tratando de describir sus sueños. Es imposible distinguir entre tú que descansas en la conciencia pura y prístina y la conciencia pura y prístina que estás experimentando. Cuando descansas de manera natural, desnuda, en el estado ilimitado de la conciencia pura y prístina, todos esos pensamientos molestos y veloces que no se quedan callados, ni siquiera por un instante – todas esas memorias, todos esos planes que te causan tantos problemas – pierden su poder. Desaparecen en el cielo espacioso sin nubes de la conciencia pura y prístina. Se quiebran, se desmoronan y desaparecen. Toda su fuerza se pierde en la conciencia pura y prístina.

De hecho, tienes esta conciencia pura y pristina dentro de ti. Es la sabiduría clara y desnuda del Dharmakaya. Pero, ¿Quién te puede introducir a ella?, ¿En dónde puedes asentar su base?, ¿De qué puedes estar seguro? Para empezar, es tu maestro quien te muestra el estado de la conciencia pura y prístina. Y cuando la reconoces por ti mismo, es cuando has sido introducido a tu propia naturaleza. Todas las apariencias, tanto del samsara como del nirvana, son simples despliegues de tu propia conciencia pura y pristína; toma como punto de referencia tu vida, de manera firme, tan solo la conciencia pura y prístina. Así como las olas que se levantan y surgen del océano y regresan a él, así todos los pensamientos que surgen, moran y se disuelven en esa conciencia pura y prístina. Convéncete de su disolución y así te encontrarás en un estado totalmente libre tanto de meditador como de objeto de meditación – más allá de la mente meditadora.

“¡Ah en ese caso!” Podrías pensar, “no hay necesidad de meditar”. Bueno, yo puedo asegurarte que sí es necesario meditar. El mero reconocimiento de la conciencia pura y prístina no te libera. A través de tus vidas desde el tiempo sin principio te has visto envuelto en creencias falsas y hábitos engañosos. Desde entonces hasta ahora has gastado cada momento como un miserable y patético esclavo de tus pensamientos. Y cuando mueras, no se sabe a ciencia cierta a donde irás. Seguirás a tu karma y tendrás que sufrir. Es por esta razón que debes meditar, para preservar de manera continua el estado de conciencia pura y prístina al que se te ha introducido. El omnisciente Longchenpa ha dicho, “Puedes reconocer tu propia naturaleza, pero si no meditas y te familiarizas con ella, serás con un recién nacido abandonado en un campo de batalla: serás tomado por el enemigo, el ejército hostil de tus propios pensamientos.” En términos generales, meditación significa familiarizarnos con el estado de descansar en la naturaleza primordial y libre de elaboraciones, a través de la atención espontánea, constante y natural. Significa acostumbrarnos a dejar en paz el estado de la conciencia pura y prístina, despojado de toda distracción o aferramiento.

¿Cómo nos acostumbraremos a morar en la naturaleza de nuestra mente? Cuando surjan pensamientos mientras meditas, déjalos que surjan; no hay necesidad de considerarlos tus enemigos. Cuando surjan, relájate en su surgimiento. Por otro lado, si no surgen, no te preguntes nervioso si acaso van a surgir o no. Simplemente descansa en su ausencia. Si aparecen de manera súbita pensamientos grandes y bien definidos durante tu meditación, es fácil reconocerlos. Pero cuando ocurren movimientos sutiles, es difícil darse cuenta que están ahí hasta mucho después. Esto es a lo que llamamos namtok wogyu, la corriente subterránea de la distracción mental. Es el ladrón de tu meditación, así que es importante mantenerlo vigilado. Si puedes estar atento en forma constante, tanto en la meditación como después de ella, mientras comes, duermes, caminas o estás sentado, es justamente eso- ¡estas en lo correcto!

El gran maestro Guru Rimpoché dijo:

Cien cosas se pueden explicar, mil se pueden decir,
Pero sólo una debes entender,
Conoce una cosa y todo se libera-
Permanece en tu naturaleza interior; ¡tú conciencia pura y prístina!

También se dice que si no meditas, no encontrarás la certidumbre: si lo haces, la conseguirás. Pero, ¿qué tipo de certidumbre? Si meditas con un esfuerzo fuerte y gozoso, aparecerán señales de cómo te has acostumbrado a morar en tu naturaleza. Tu aferramiento feroz a experimentar los fenómenos de manera dualista, gradualmente se aflojará, y tu obsesión con la felicidad y el sufrimiento, las esperanzas y miedos, etc, gradualmente se irán debilitando. Aumentará la devoción por tu maestro y tu confianza sincera en sus instrucciones. Después de un tiempo tus actitudes dualistas y tensas se evaporarán y llegarás al punto en donde el oro y las piedras, la comida y la basura, los dioses y demonios, la virtud y la no-virtud, todo será lo mismo para ti – estarás imposibilitado para escoger entre el paraíso y el infierno. Pero hasta que llegues a ese punto (mientras estés aún atrapado en las experiencias de la percepción dual), virtud y no-virtud, tierras búdicas e infiernos, felicidad y dolor, acciones y sus resultados – todo esto es la realidad para ti. Como lo dice el Gran Guru, “Mi visión va más allá del cielo, pero la atención a mis acciones y sus resultados es más fina que la harina.”

Así que no vayas por ahí proclamando sé un gran meditador Dzogchen cuando de hecho no eres más que un vago pedorro que apesta a alcohol y lujuria.

Es esencial que tengas una base estable de devoción pura y samaya, unidos a un entusiasmo fuerte y gozoso que esté bien equilibrado, ni muy tenso ni muy suelto. Si eres capaz de meditar, alejándote por completo de todas las actividades y preocupaciones de esta vida, es certero que obtendrás las extraordinarias cualidades del profundo camino del Dzogchen. ¿Por qué esperar a vidas futuras? Puedes tomar por asalto a tu ciudadela primordial hoy mismo, en el presente.

Estos consejos son la sangre misma de mi corazón. ¡Mantenlos cerca y nunca los dejes ir!

Los Tres Preceptos Incisivos

Los Tres Preceptos Incisivos de Garab Dorje

Tshig gsum gnad brdegs

Una introducción directa a la naturaleza de la mente es el primer imperativo.
Convicción absoluta en la práctica es el segundo imperativo.
Confianza implícita en soltar es el tercer imperativo.

Estos tres preceptos incisivos fueron el último testamento escencial de Garab Dorje, el tulku de Vajrapani, Maestro de los misterios, a su discípulo Manjushrimitra. Ellos describen la esencia del Dzogchen

La extraordinaria enseñanza de la gloriosa y soberana sabiduría

Khepa sri gyelpo khyad chos

Una exposición de “Los tres preceptos incisivos” de Garab Dorje por Patrul Rinpoche

Para algunos el Khepa Sri Gyelpo por Patrul Rinpoche es el texto individual más importante de Dzogchen en la tradición del Dzogchen Nyingthik. Dentro del marco de la visión, la meditación y la acción, Patrul Rinpoche incluye los tres preceptos incisivos o imperativos de Garab Dorje en su exposición de la visión o examen de la atiyoga del Dzogchen. El da instrucciones muy precisas sobre la práctica de la visión y la meditación. La técnica meditativa empleada es la expresión explosiva de la sílaba sagrada PHAT. Un prerrequisito necesario para la práctica de esta instrucción es la introducción experimental a la naturaleza de la mente a través de la sucesión lineal.

¡Homenaje al Gurú!

La visión es Longchen Rabjam, la Vasta Extensión Todo Permeante;
la meditación es Khyentse Wozer, la Brillantez de la Sabiduría y del Amor;
la acción es Gyelwai Nyugu, el Bodisatva.
Practicando tal visión, meditación y acción,
sin tensión o esfuerzo obtendrás la budeidad en esta vida;
y fallando en eso – ¡qué paz mental!

Sí, Visión es Longchen Rabjam, la Vasta Extensión Todo Permeante,
y los tres preceptos alcanzan esa realidad esencial.

Primero, mantén la mente relajada,
y, ni difuso ni concentrado, permanece sin pensamiento;
en este estado de equilibrio y relajación
abruptamente pronuncia un ¡PHAT! que pasme a la mente,
fuerte, alto y corto – y ¡ahí está!
nada más que asombro e iluminación.
En el asombro iluminado está la toda penetrante libertad de la mente,
y en esa inexpresable libertad toda penetrante de la mente
reconoce la total presencia del dharmakaya.
Una introducción directa a la naturaleza de la mente es el primer imperativo.

Entonces, ya sea que haya quietud o movimiento,
rabia o lujuria, felicidad o tristeza,
en todo momento y en cada situación,
sostén ese reconocimiento de la total presencia del dharmakaya.
La luz clara ´hijo´ uniéndose con la familiar luz ´madre´
permanecen absortas en la presencia total indescriptible.
Una y otra vez rompe la quietud, el júbilo, la claridad y el movimiento,
pronunciando abruptamente la sílaba de los métodos y de la intuición.
La absorción meditativa y la comprensión intuitiva subsecuentes son idénticas,
y las sesiones y los intervalos de meditación son indistinguibles:
siempre permanece en este estado de no diferenciación.
De cualquier modo, mientras que se esté desarrollando esta estabilidad,
renuncia al entretenimiento y atesora la meditación;
realiza prácticas de meditación formal en períodos establecidos,
y en todo momento y en cada situación
observa solo el libre juego del dharmakaya,
convencido de que no hay nada mas que eso.
Convicción absoluta es el segundo imperativo.

Si surgen lujuria o enojo, placer o dolor,
o cualquier pensamiento fortuito,
a través de reconocerlos directamente no queda ningún residuo;
intuyendo este aspecto liberador del dharmakaya,
análogo a una figura trazada en el agua,
se da el surgimiento espontáneo ininterrumpido y el soltar reflexivo.
Lo que sea que surja es el alimento de la presencia total desnuda y vacía;
lo que sea que se mueva es la creatividad del soberano dharmakaya
disolviéndose espontáneamente sin dejar rastro – ¡imponente!
La forma en la que las cosas surgen es la misma que antes;
la diferencia crucial está en la forma de soltarlas.
Sin esta función vital de soltar, la meditación es un sendero ilusorio;
imbuidos en esto, permanecemos en la no meditación del dharmakaya.
Confianza implícita en soltar es el tercer imperativo.

En esta visión que posee los tres imperativos, actúan como soporte:
la meditación, la interfusión de la sabiduría y el amor,
y la actividad acostumbrada del Bodisatva.
Incluso aunque los Budas del pasado, presente y futuro confieren,
no hay preceptos superiores a estos.

El Dharmakaya Descubridor de Tesoros, la creatividad de la presencia total,
extrajo este tesoro de la matriz de la comprensión intuitiva perfecta.
Este tesoro no es una extracción mineral de las rocas,
es el testamento final de Garab Dorje;*
es el elixir espiritual de las tres transmisiones
confiado con el sello de lo secreto a mis hijos de corazón.

Este mensaje proveniente del corazón es la verdad profunda;
esta verdad vital es el mensaje de mi corazón.
No abandonen esta verdad vital;
no dejen que estos preceptos se les escapen.

La enseñanza extraordinaria del Khepa Srigyelpo,
la Gloriosa y Soberana Sabiduría, está completa.

Como una ofrenda de acción de gracias a mis Lamas de Dzogchen, mediante su gracia este texto ha sido traducido por Kunzang Tenzin y terminado en la luna llena del primer mes del año del pájaro de hierro, febrero 18 de 1981. Que llegue a las manos de los afortunados y que beneficie a todos los seres.

Esta versión de la traducción incluye cambios menores. Terminada el décimo día del octavo mes del año del dragón de hierro, octubre 8 de 2000, en Kathmandú, Nepal.

¡Que todos los seres sean felices!

CONSEJOS PARA DESARROLLARSE COMO UN DZOGCHENPA

CONSEJOS PARA DESARROLLARSE COMO UN DZOGCHENPA

por Tenzin Wangyal Rinpoche:

Maestro de la antigua tradición Bön Po de Tibet

“Es muy importante descubrir a través de la auto-observación que nivel de integración de las enseñanzas somos capaces de practicar y aplicar, de lo contrario existirá un vacío entre las enseñanzas de Dzogchen  y nuestras aspiraciones como practicantes de Dzogchen. Cuando mi maestro Lopon  Tenzin Namdak dio enseñanzas sobre el ‘ Zhang Zhung Nyan Gyud’ en Italia  en 1989 dijo, ‘ La enseñanza es Dzogchen, nosotros no somos Dzogchen. ‘Él  estaba hablando sobre el vacío entre la explicación del estado o base dado en las enseñanzas y la condición  dualística  que nosotros  vivimos en nuestra mente conceptual. Nosotros podemos ver fácilmente si hay este vacío cuando surge una pasión como la ira. Cuando recibimos enseñanzas, aprendemos acerca de la integración de la práctica y la auto-liberación, pero muy a menudo no hay ninguna relación funcional entre lo  que nosotros hemos aprendido en las  enseñanzas sobre las pasiones y lo que pasa dentro de nosotros cuando una pasión  como la ira surge. Eso significa que la enseñanza no está trabajando y la  ira que nosotros sentimos no corresponde al enojo del que nosotros hablábamos  según las enseñanzas. En términos prácticos, éste es el vacío sobre el que mi  maestro estaba hablando. En el momento en que una pasión surge, nosotros nos olvidamos de todas las explicaciones. Para eliminar este vacío cuando  intentamos aplicar la integración de la enseñanza, es importante no seguir  ciegamente lo que los textos  nos dicen sobre la auto-liberación, sino primero analizar  nuestra propia  condición y determinar en qué fase de práctica  estamos, qué nivel  de practicante hemos alcanzado, y entonces aplicar el punto de vista apropiado y la  práctica adecuada. Es como si nosotros estamos enfermos. Nosotros tenemos que averiguar qué enfermedad tenemos y qué tipo de medicina  debemos tomar. Por tanto el primer paso que  debemos hacer hacia la integración  es determinar qué nivel  tenemos  para trabajar sobre él, y no intentar aplicar inmediatamente  el punto de vista más alto de las enseñanzas de la integración y la auto-liberación, de otro modo el vacío surgirá entre la enseñanza y nuestra capacidad de aplicarla en la vida cotidiana

De esta manera, la integración es una cosa, y lo que nosotros hacemos es otra. Nosotros debemos conectar lo que aprendemos sobre la liberación de las  pasiones en las enseñanzas y lo que nosotros realmente experimentamos cuando sentimos que las pasiones surgen.”

 

Tulku  Urgyen Rinpoche:

Tulku Urgyen Rinpoche es uno de los últimos grandes maestros  vivos de Tibet. Fue el maestro Dzogchen  del Decimosexto Karmapa , y más recientemente de los regentes de Kagyu Shamar, Situ de Tai, Jamgon Kongtrul y Gyaltsop Rinpoches, así como de  muchos otros lamas importantes.

“La razón principal por la que no  puede enseñarse únicamente la visión trascendental es que pocas personas entenderán correctamente el punto principal creyendo, ‘ yo sólo necesito la  visión trascendental ¡No hay nada que hacer! Yo puedo dejar todas las actividades y prácticas! ‘Por supuesto, esto puede ser verdad en cierto sentido; sin embargo, lo que pasa cuando  alguien deja la práctica del Dharma convencional demasiado pronto, es que esa  persona falla en hacer la práctica espiritual en términos de purificación  de las obscuraciones y el recogimiento de las acumulaciones. Al mismo tiempo, él  o ella no comprenden de verdad, no progresa, y no logra estabilidad en  la visión trascendental. El resultado final es que la visión trascendental sigue siendo una idea mientras su conducta muestra no tener atención a lo bueno y lo malo. Eso es lo que  Padmasambhava quiso decir por ‘ perder la conducta en la visión trascendental. ‘  “Nosotros necesitamos integrar la visión trascendental y la conducta. Padmasambhava dijo sabiamente, ‘ Aunque tu visión trascendental sea más alta que el cielo, vigila tus acciones más finamente que la harina de la cebada. ‘Entendiendo la expresión ‘ más fino que la harina de cebada  por la voluntad de adoptar lo que es bueno y evitar lo que es malo, con  respeto por la ley de causa y efecto, con atención al mas mínimo  detalle. Esto es mantener la armonía entre la visión trascendental y la conducta.

Por el contrario, separando las propias acciones de la visión trascendente, es de algún modo  convencerse a sí mismo de que no hay ninguna necesidad de hacer la práctica preliminar  , ninguna necesidad de cualquier buena acción, ninguna necesidad de hacer ofrendas,  y ninguna necesidad de disculparse por las acciones malas. Uno puede engañarse a sí mismo  creyendo que sólo necesita permanecer en la simplicidad. Eso honestamente  significa, sin embargo,  que semejante persona no hará ningún progreso espiritual. Finalmente, es  verdad que “no hay nada que hacer”, pero esto sólo  es verdad cuando uno ha pasado a través de  la puerta de la comprensión, la experiencia del despertar, y  la realización. Mantener una convicción intelectual del punto de vista trascendental sin haber  hecho la práctica es una grave equivocación. Así es cómo el  autodidacta practicante de Dzogchen se pierde.”

El Estado primordial Namkai Norbu

El Estado primordial

Namkai Norbu

En esencia, la enseñanza dzogchén se ocupa del Estado primordial que, desde el comienzo mismo, ha constituido la naturaleza intrínseca de cada individuo. La vivencia de dicho Estado es la vivencia de nuestra verdadera condición: somos el centro del universo, aunque no en el sentido egoico y egoísta propio de nuestra experiencia ordinaria. La conciencia egocéntrica ordinaria no es otra cosa que la jaula limitada de la visión dualista que excluye la vivencia de nuestra verdadera naturaleza: la vivencia del espacio del Estado primordial. Descubrir el Estado en cuestión es Comprender la enseñanza dzogchén, cuya transmisión tiene como función el comunicar dicho Estado: quien lo ha descubierto y se ha establecido en él lo transmite a quienes están atrapados en la condición dualista. Incluso el nombre “dzogchén”, que significa “Gran Perfección”, se refiere a la autoperfección de este Estado, fundamentalmente puro desde el comienzo, en el cual no hay nada que rechazar o que aceptar.

Para entrar en el Estado primordial y Aprehenderlo así directamente, uno no necesita conocimientos intelectuales, culturales o históricos. Por su propia naturaleza, dicho Estado está más allá del alcance del intelecto. Sin embargo, cuando la gente encuentra una enseñanza que no conocía con anterioridad, en seguida quiere saber dónde surgió, de dónde vino, quién la enseñó y así sucesivamente. Aunque lo anterior es perfectamente comprensible, no se puede decir que el dzogchén mismo pertenezca a la cultura de ningún país. Por ejemplo, hay un tantra del dzogchén llamado Dra Talyur Tsawe Guíüb que afirma que la enseñanza dzogchén se encuentra también en otros trece sistemas solares distintos del nuestro; en consecuencia, ni siquiera podemos decir que la enseñanza dzogchén pertenezca al planeta Tierra. ¿Cómo podría decirse entonces que pertenece a alguna cultura nacional particular? Aunque es cierto que la tradición dzogchén que vamos a considerar ha sido transmitida a través de la cultura del Tibet, que la ha conservado desde el comienzo de la historia conocida de ese país, no podemos concluir, sin embargo, que el dzogchén sea tibetano, ya que el Estado primordial no tiene nacionalidad y se encuentra en todas partes.

Sin embargo, también es cierto que en todas partes los seres sensibles han entrado en la visión dualista que oculta la vivencia del Estado primordial. Y cuando los seres realizados han entrado en contacto con ellos, sólo raras veces han sido capaces de comunicar el Estado en cuestión de manera completa sin palabras o símbolos; en consecuencia, han tenido que usar como medio de comunicación la cultura en la cual lo han transmitido. Así pues, a menudo ha sucedido que la cultura y las enseñanzas se han encontrado entrelazadas y, en el caso del Tibet, esto es cierto a tal punto que no es posible comprender la cultura del país sin una comprensión de las enseñanzas.

Esto no significa que la enseñanza dzogchén se haya difundfdo ampliamente en el Tibet y llegado a ser bien conocida por todos; la verdad es más bien lo contrario. Dicha enseñanza siempre estuvo reservada, pues es tan directa que mucha gente le tenía algo de miedo y, en consecuencia, en cierta medida siempre hubo que mantenerla en secreto. Sin embargo, no cabe duda de que ella constituye la esencia de todas las enseñanzas tibetanas. Incluso en la antigua tradición bón’ —la tradición, en gran parte chamánica, que es indígena del Tibet y que antecede la llegada del budismo desde la India— existía una enseñanza dzogchén.’ Así pues, aunque las enseñanzas dzogchén no pertenecen ni al budismo ni al bün, podemos considerarlas como la esencia de todas las tradiciones espirituales tibetanas, tanto dentro de la primera de dichas religiones como dentro de la segunda. Entendiendo esto, y teniendo en cuenta el hecho de que las tradiciones espirituales del Tibet constituyen la esencia de la cultura tibetana, podemos usar las enseñanzas dzogchén como una clave para la comprensión de esa cultura como totalidad. En efecto, todos los aspectos de la cultura en cuestión surgieron como facetas de la visión unificada de los maestros realizados de las distintas tradiciones espirituales.

La claridad del Estado primordial —esencia de la experiencia de muchos maestros— funcionó como un cristal en el corazón de la cultura, que proyectó las formas del arte y la iconografía, la medicina y la astrología tibetanas, como brillantes rayos o reflejos. Si comprendemos la naturaleza del cristal, comprenderemos mejor los rayos y reflejos que de él emanaron.

DZOGCHEN LA DOCTRINA BÁSICA DEL DZOGCHEN

DZOGCHEN

LA DOCTRINA BÁSICA DEL DZOGCHEN

El peregrino Buddhista necesita avanzar sin caer en la trampa de la serpiente, Mara, y discriminar perfectamente la Dualidad.

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Sabiendo la verdad de la No Dualidad, entonces puede estar libre del peligro de la Ignorancia.

Los Sabios, aquellos que han comprendido la eficacia de la vigilia, gozan de la vigilia, y son transportados a las esferas de actividad en las que trabajan los Nobles.

REFUGIO
Busquemos refugio y alojamiento en la iluminación; en la doctrina relativa y la absoluta, la acción correcta con benevolencia, las intenciones correctas con compasión, las actitudes correctas con alegría y la ecuanimidad con gozo; en la corrección, en la más venerable desafección de las pasiones, y en la pureza.
Busquemos refugio y alojamiento en la doctrina del Mahaprajnaparamita, que es la doctrina primera, la suprema, la más venerable, inamovible e imperecedera. De ella salen todos los Buddhas del pasado, presente, y futuro. Emplead su gran sabiduría para llegar a la otra orilla y para derrotar las aflicciones y las pasiones que emanen de las sensaciones, emociones, y pasiones de la mente.

A partir de aquí, se presentan las Doctrinas de Dzogchen.

Para una mente no preparada para ver más allá de las palabras,
pueden parecer intelectuales y difíciles de entender.

Los que quieran seguir este camino deben buscar a un Maestro adecuado.

Está claro que no sólo en los tratados de Grandes Maestros,
sino en los tratados de todas las tradiciones nacidas de sus conceptos,
todas las apariencias externas, incluso las que se presenten como sólidas,
son consideradas como productos de la mente.

La ciencia moderna está claramente de acuerdo con estas ideas.

La mente es una energía invisible, capaz de dar energía al cerebro visible.
Entonces, está claro que la mente y los pensamientos no son producto del ser humano.
Al contrario, el ser humano es producto de los pensamientos.

Es muy importante no confundir el cerebro visible con la mente.

Es la mente la que permite la visibilidad del cerebro y del cuerpo humano entero.

La aparente existencia del ser humano como un ente separado del resto del universo es también producto del error de los pensamientos, que son fundidos en la Dualidad.

El concepto de una mente desconocida es también producto del error de los pensamientos.

Todas las escrituras antiguas dicen que la causa del sufrimiento es el deseo y el apego, pero Buddha sabía que la verdad es mucho más profunda. El deseo y el apego son las consecuencias de un estado de la mente dual.

¿Qué significa esto? Significa que la mente ha sustituido la discriminación natural de los fenómenos por una percepción de forma y nombre en la cual cada forma y objeto aparece separado el uno del otro. Entonces, esto causa una separación de uno mismo (como objeto especial y separado), de cualquier otro humano, animal, planta, flor, roca, u otros aparentes fenómenos. La percepción de la Dualidad ha destruido la Unidad y Armonía de los universos.

Por tanto, la percepción falsa de Dualidad es la causa del sufrimiento.

¿Cómo disolver esta dualidad?

No por las enseñanzas en los libros. Estos incrementan tus conocimientos intelectuales.

No por los preceptos, que ayudan tu estado moral.

No por las escrituras, que pueden enseñarte la concentración en tus prácticas.

No por los tratados, que pueden enseñarte la Sabiduría.

Los preceptos, escrituras, y tratados son herramientas fantásticas, pero sólo las prácticas disuelven la causa del sufrimiento y también permiten el crecimiento de la naturaleza Buddhista.

Yun Men, en su obra, “Sentencias”, dice que El Octuple Sendero y otras enseñanzas de este tipo tienen su función, pero, al incluir las enseñanzas directas y completas que son extremadamente difíciles de entender, no disuelven la Dualidad. Quedarse encallado en las sensaciones, emociones, y pensamientos es un error. Sólo puedes disolver la Dualidad con prácticas de Contemplación.

INTRODUCCIÓN

Las prácticas fueron introducidas en el Tíbet por el Gran Maestro Padmasambhava.

Así también, Padmasambhava fue el gran maestro pionero de la Escuela Buddhista Tántrica en el Tibet (adonde llegó también procedente de la India, el año 747 d.C., invitado por el rey tibetano) y bajo el patrocino real, convirtió el Tíbet al Buddhismo.

Padmasambhava fue muchos años discípulo de varios maestros de India, Birmania, Afganistán, Nepal y otros países importantes con grandes tradiciones espirituales. En el Libro Tibetano de la Gran Liberación, Evans-Wentz hace una descripción exquisita de su trayectoria espiritual: “Pudo reunir, como una abeja, el néctar de las más raras flores del vasto jardín oriental de conocimientos filosóficos y psíquicos.”

Padmasambhava (683-712), el gran maestro pionero de la Escuela Buddhista Tántrica, el primero en la línea directa y el supremo maestro del Tíbet, explicó las enseñanzas en el sermón, ‘El Conocimiento de la Mente, la Visión de Desnudez, Llamado Auto-liberación’.

La Doctrina fue escrita en la biografía según su principal discípulo, la dama Yeshey Tshogyal

Samayá, gya, gya, gya. Vasta,
Vasta, Vasta, es la Divina Sabiduría.

“Éste es el Conocimiento de la Mente, la Visión de la Realidad, la Auto-Liberación.

Para beneficio de las futuras generaciones que nacerán durante la Edad de la Oscuridad, estos esenciales aforismos aquí expuestos, necesariamente breves y concisos, han sido consignados por escrito, de acuerdo con los preceptos tradicionales.

Aunque sus enseñanzas fueron impartidas durante esta época actual, el texto de las mismas estuvo oculto en medio de un tesoro de preciosos objetos.

Que puedan ser leídos por aquellos benditos devotos del futuro.”

La DOCTRINA DE LA GRAN PERFECCIÓN: DZOGCHEN
En sentido estricto, dicha vía comienza con lo que se conoce como la “introducción directa”: una desocultación inicial, inmediata y súbita de nuestra condición originaria de total plenitud y perfección, correspondiente al estado del Despertar.

Su carácter intrínsecamente autoliberador hace que cualquier pensamiento valorizado delusoriamente que se encuentre presente cuando se manifieste, o que pueda surgir mientras se encuentre patente, se autolibere instantánea y espontáneamente.

La vía de la auto-liberación es el vehículo primordial o, lo que es lo mismo, el Dzogchen, el vehículo Buddhista que consiste en los tres aspectos indispensables: la base, la vía y el fruto.

EL ERROR (AVIDYA) ES LA ILUSORIA SEPARACIÓN DE LOS ASPECTOS DE LA BASE

La base es nuestra condición primordial de perfección natural y tiene tres aspectos:

El Vacío Eterno, Sin Limite y Indestructible (La Esencia)

La Sucesión Temporal y Espacial (Naturaleza Discriminativa)

Las Irritación Personales y Reacciones (Energía)

Forman una unidad indivisible sin Dualidad. Y entonces muestran la indivisibilidad del Vacío y la Forma.

La impresión de la Vacuidad es igual que la propiedad de un espejo de aceptar el ambiente externo dentro de los límites de su capacidad.

La Discriminación es la capacidad de aceptar las impresiones reflejadas. Las Experiencias de Forma son las impresiones de los reflejos particulares.

AVIDYA: LA PRODUCCIÓN DE LA DUALIDAD

Avidya, una separación ilusoria de los elementos de la base, Desarrollado en el ser humano resulta en tres aspectos distintos de energía:

Los Pensamientos y la separación espacial entre ellos

Las impresiones mentales, no materiales

Los fenómenos mentales, materiales

Esta separación ilusoria en nuestra condición primordial de perfección produce una distancia artificial entre sí y los objetos materiales que tienen sus raíces en los mismos pensamientos. La ruptura tiene raíces en los pensamientos y la generación de una Identidad.

“El Pensador es nacido del Pensamiento”

Paradójicamente el Pensamiento crea al Pensador y no el revés.

LA DESOCULTACIÓN DE LA NATURALEZA PRIMORDIAL

El error llamado “avidya”, el cual implica las delusiones de los pensamientos y las ilusiones de la aparente existencia de dualidad, permite la condición para la manifestación consciente de las sensaciones, emociones y pasiones, que oculta la verdad de la No- Dualidad. La No-Dualidad es el estado de la naturaleza primordial de todo eterno.

Todos los métodos verbales, abstractos, y simbólicos de las enseñanzas y prácticas tienen el único propósito de guiar al adepto en el gran Camino del Yoga Interno y de disolver la Identidad personal. Y la mente Dual.

Cuando la mente está firmemente atrapada en los atascos de Mara, puede que sea necesario romper primero las cadenas de los hábitos y sistemas que inhiben los avances.

Eso se llama el yoga externo.

LA DISOLUCIÓN DE LA EXCITACIÓN

Las actitudes cargadas por las sensaciones, emociones, y pasiones, sostenidas por las delusiones e ilusiones, implican una tensión y excitación mental y corporal.

Si, a raíz de mirar la mente por las enseñanzas, se disuelve en una instante o después de un camino gradual, la dualidad, el cuerpo-mente pierde toda la tensión y el estrés no natural y hay una relajación total y una experiencia de bienestar mas allá de la mente.

El Dzogchen es un vehículo que permite una comprensión progresiva e irreversible con la disponibilidad de una vía directa.

No es necesario, entonces, producir visualizaciones y otras experiencias que no estaban originalmente manifiestas.

“En el reino de la Sabiduría que transciende toda meditación, que brilla por luz propia, donde no es posible extraviarse, los conceptos vacuos, la auto-liberación y el Vacío original primordial, son los del Dharmakáya. Sin la comprensión de esto, no es posible alcanzar la Finalidad del Sendero.”

Estas enseñanzas, extremadamente profundas e inconmensurables, agotan todo conocimiento. Pero no hay dos cosas tales como la contemplación y un contemplador.

Cuando se las contempla exhaustivamente, estas enseñanzas que conducen a las practicas se funden en una sola unidad, el estado primordial.

Así, se logra la finalidad de la búsqueda, y termina, así mismo, la búsqueda misma. No queda más nada que buscar. No hay necesidad de buscar. No hay buscador.

Pero se necesita andar en el mundo de los sentidos con la clara comprensión de la NO-DUALIDAD siempre presente.

“Este estado inconfundible de la Clara Sabiduría sin comienzo del auto-reconocimiento, Es exactamente lo mismo que se expone en la Doctrina de la Gran Perfección.”

LA INCONFUNDIBLE CLARA SABIDURÍA.
ENTONCES, TODO ES ILUSIÓN

“No habiendo cosa alguna en la que meditar, no existe ninguna meditación. No habiendo cosa alguna en la que extraviarse, no hay ningún extravío si uno es guiado por la memoria.”

Sin meditar, sin extraviarse, mirad hacia dentro al Verdadero Estado, en el cual brilla resplandecientemente el auto-reconocimiento, el auto-conocimiento y la auto-iluminación. Estos, que así brillan, son llamados, “La Mente Bodhisáttvica”.

Concluyen aquí las Enseñanzas Básicas de la Suprema Doctrina Dzogchen del Despertar Súbito.

Una compilación de comentarios y varios textos introductorias de Dzogchen.

HAN SHAN El sabio de la Montaña Fria

HAN SHAN

HAN SHAN

El sabio de la Montaña Fria

En el  periodo conocido como dinastía Tang, China vivió un momento de especial esplendor, con fructíferos contactos con India y oriente medio. Es en este periodo cuando la familia imperial China adopta el budismo e impulsa su fuerte desarrollo.

En aquellos días vivió  Han Shan  un monje dotado de una divina y peculiar “locura”,  una locura de la que Platón escribió en el Fedro

“hay un tercer estado de posesión y de locura procedente de las Musas que, al apoderarse de un alma tierna y virginal, la despierta y la llena de un báquico transporte tanto en los cantos como en los restantes géneros poéticos, y que, celebrando los mil hechos de los antiguos, educa a la posteridad. Pues aquél que sin la locura de las Musas llegue a las puertas de la poesía convencido de que por los recursos del arte habrá de ser un poeta eminente, será uno imperfecto, y su creación poética, la de un hombre cuerdo, quedará oscurecida por la de los enloquecidos”

Han Shan es considerado uno de los monjes que llegó a un mayor grado de realización de  la budeidad,  pertenece a una categoría de seres iluminados denominados “budas sonrientes” por su espontánea  y continua risa y alegría, estado natural y primordial del ser humano

En el budismo Chan, el futuro Buda Maitreya es representado como uno de estos budas sonrientes, sin duda uno de los más conocidos por su silueta, denominado Pu Tai o Ho Tei

Sabemos poco de la vida de Han Shan, de hecho toda su obra consiste en una colección de unos 300 poemas que escribió en la Montaña Fria, donde vagabundeó junto a su amigo Shih teh y de la que adopta su nombre (Han Shan, significa Montaña Fria en chino)

Lu-ch’iu Yin envió ropa limpia e incienso al Templo de Kuo-ch’ing,

cerca de la Montaña Fría, pidiendo que estos regalos se entregasen a Han Shan

y a su amigo Shih Teh. Pero al acercarse el mensajero con los regalos, Han

Shan huyó a una cueva en las montañas. Shih Teh también desapareció.

Lu-ch’iu Yin les pidió entonces a los monjes que recogieran todos  los poemas

que ellos habian dejado.

En uno de sus poemas Han Shan se describe asi:

Han Shan parecía  un vagabundo. Su cuerpo y cara estaban viejos y arrugados. En

cada palabra que él decía, si se medita profundamente en ellas, se respiraba un

significado profundo acerca de los sutiles  principios de las cosas,.

Todo lo que decia tenia el aroma del Tao en él, secretos profundos y arcanos.

Su sombrero hecho de corteza de abedul, su ropa  rota y desgarbada, y

sus largos zapatos de madera.

.

Se cree que han Shan fue un personaje que procedía de una familia noble,  no destacó en el ejercito, ni en cargos civiles,  y parece ser que su trabajo consistía en ser escriba de algún noble. De alguno de sus poemas, Red Pine, el autor que ha traducido la obra de Han Shan, deduce que  estaba casado y tenia un hijo , pero una rebelión contra los Tang, le obligo a huir y cambiar radicalmente de vida y ocultar su verdadera identidad.

Red Pine, ve en sus poemas un gran interés por velar la verdadera personalidad que se oculta bajo Han Shan, piensa que el misterio de su identidad real obedece a posibles amenazas de muerte por parte de los rebeldes, más que a un simple seudónimo poético.

Pero es posible también que Han Shan llegara a  un grado completo de disolución de su ilusoria identidad “yo”, sufriera una radical transformación y recuperara el Estado primordial de los Ancestros, tal como expresa en su poema:

Has vislumbrado la silueta benigna

del Invisible, aunque ahora las reliquias de los viejos

glifos sólo insinúan a tal sensación aborigen–

la repugnancia sutil de esos ecos pacientemente

paseando en la cúspide de tu rapto,

gradualmente, gradualmente

disolviéndose.

Atento para encender en el Altar del Resplandor,

los arco iris que se  forman en el aire curvo,

has visto la cara en el fuego

predicha por el Sombrero Rojo,

y en el sublime éxtasis de la ola lunar

has probado el desmayo de la devoción.

Ni Destino ni disfraz ni cualquier

fórmula esperanzada han traicionado durante mucho tiempo tu

amor por la luminosidad etérea que permanece en las

cuevas de vocabularios olvidados.

Han Shan, calificado como Sabio o Buda Loco, muestra signos evidentes en sus poemas de ser un profundo conocedor de todas las tradiciones de su época, Taoismo, Budismo, Confucianismo, Chamanismo… Es más, parece apuntar a un estado mas profundo del alcanzado por ningún practicante de las mismas

Acércate mas,  Amigo mío

y permíteme susurrarte al oído

Sobre el mundo que hay más allá del

Río de la Flor de Melocotón –

Lejos del olor de la

pira fúnebre que esta esperando,

pasado el paraje tabú en el

Bosque de la Luz de la Antigüedad,

a través de la Meseta fresca del Espejo

mientras las Hijas de Mara inician

espontáneamente el ritual.

No te pierdas-

este  oculto lugar permanece desconocido

a los Hechiceros de la Atención y a los

Chamanes de la Flor de la Alquimia.

Pero por que tal sabio huye como un loco a las montañas?

El Estado Primordial del Ser humano, del que los hombres gozaban en La  mítica Edad de Oro, no es lo que aparentemente podríamos pensar, no es un estado de grandes conocimientos, ni de milagros, ni de poderes sobrehumanos. Ese Estado Primordial es un estado en que la conciencia y la volición “yo” dejan de producir sus efectos nocivos de ilusión de auto existencia, sufrimiento, iras, codicias e ignorancias.

Un ser que haya llegado a tal punto deja de estar dominado por el falso personaje “yo” que su mente ha inventado, pero también  deja de estar dominado por aquello que Freud denominó el Súper Ego, es decir todos aquellos anhelos, normas, superestructuras sociales,  morales y éticas de la personalidad.

Nuestro divinamente loco monje muestra espontáneamente los cuatro estados sublimes de los que Buda habló, la alegría, la compasión,  el amor y la ecuanimidad…  y sin embargo siempre está huyendo de la loca sociedad…quien es el loco…?

Por todas estas particularidades, Han Shan fue el personaje adoptado como icono ideal por la transgresora generación Hippy

En este poema Han Shan canta  la muerte, a la experimentación de la ilusoriedad del cuerpo, conviene estar atentos a lo que expresan sus palabras.

Hermanos y Hermanas,

Corazones de Fe,

un momento por favor–

Nos hemos acostumbrado a éstos

monótonos refugios del camino por tanto tiempo

que hemos empezado a pensar en ellos como

nuestra morada real.

Somos llevados de aqui para allá por

una pequeña máquina imaginaria hundida

bajo nuestra piel, y así

nosotros nunca descansamos.

En el fervor de nuestra arqueología,

sostenemos pedazos de vidrio roto

en alto sobre nuestras cabezas y

nos enorgullecemos de nuestros tesoros.

En  solitarios momentos de desesperación

continuamos pidiendo secretamente

lo que ya nos ha desesperado –

alguna clase de Bendición final.

Amigos –

el secreto de la Bendición es que

la Bendición nunca se niega,

ni nunca es el final.

Yo tengo monedas del espíritu para gastar

en la Fiesta del Fantasma, y

Las Leyes de Cielo no permiten

ninguna excepción:

se entrelazan suerte y infortunio,

y aunque yo he jugado con éstos

dados mi vida entera,

ellos son ahora inútiles para mí.

Se dice que alguien que

no hace flores hace espinas.

Incluso el palacio de un Emperador

no es sino una prisión dorada.

De verdad, la brisa más ligera de la mente

puede encerrarnos en las verjas de la prisión,

e incluso el buey más fuerte de nuestra voluntad

no puede arrancarnos de nuevo.

Dondequiera que nosotros caminamos, el mono

no está ciertamente lejano.

Él incluso se encarcela voluntariamente.

Quizás esto es por lo qué el

Ministro de Máscaras comentó:

“El dragón en la superficial laguna

acabará jugando con camarones para siempre

El mundo parece a menudo un lugar frío,

pero nosotros podemos darle un calor moderado.

Qué otro goce puede haber en la vida?

Una gota de compasión

trae torrentes de gratitud.

Cada bodega se abastece totalmente.

Hay agua en este vino, o

vino en este agua?

Cuando se hacen tales preguntas,

mis ojos se alzan al cielo.

Yo miro fijamente y de algún modo no creo, en

las ruinas carbonizadas de mi propio barco.

Cuan rápidamente el fuego, una vez,

encendido, me mostró que

no hay nada que nosotros podemos poseer.

Usted pregunta que de donde vengo.

Yo contesto “de Aquí.”

Estas cenizas son mi cuna,

y en este barro un especie de

semilla me ha empujado hacia

la luz del día.

Yo agradezco el agua.

Yo me tambaleo, cegado, desde

La Taberna de los Idiotas Ebrios,

mi cojera es más evidente ahora,

pero los trucos del mono son

desperdiciados en mí en mi condición.

La  dioses se apiadan de los locos como yo.

Más allá de ellos, donde  ambos

nos mezclamos con la eternidad,

algo me hace allí

oir el mundo entero

suspirar en alivio.

Yo me siento a horcajadas sobre la uña del pie de la

Boddhissatva de Cualidades Infinitas (Kuan Yin), sin

ninguna cualidad que yo pueda encontrar en mí.

Donde Ella vaga, truenan los ecos

de Sus pasos, pero

Yo oigo sólo el más imperceptible

murmullo alegre de recepción de la

tierra en la que Ella pisa.

Ellos dicen que el corazón actúa como un traductor

entre el misterio y la inteligencia;

que tiene sus propios moradores que

no hablan con aquéllos que están  solo

de paso.

Aun así yo pregunto:

“Quién está allí en este suelo brillante

que no sea pisoteado por sus

Pies danzando?”

La Princesa llega en el

Barco de Bondad, y a lo largo de las orillas

hay Bosquecillos de Lilas cuya

fragancia corre alborotada a través de los sentidos.

Los primeros Brotes de oro de primavera son suficientemente

libres de toda  disputa, así como los Tulipanes

revelan el propósito de nuestra comparecencia.

Sí, no, quizá puede ser–

en este jardín encantador de nuestras almas,

¿por qué usamos  estas distinciones?

Cuando la vida es este estimado  jardín,

podemos no escuchar la voz tierna

llamándonos casa,

aun ahora,

aun ahora?

¡No te pares en cualquier parte!

Hasta que nosotros desaparezcamos no podemos saber  donde estamos en verdad.

Después de esta muerte  podemos

devenir humanos por fin.

Yo he vaciado mis bolsillos –

no hay nada ya en ellos.

Si  me agarras por el cuello,

eso que  sostienes es sólo aire.

Uno después de otro,

todos atravesaremos esta

Puerta a su tiempo, y estas palabras

como cenizas se esparcirán a lo largo de

avenidas de pueblos hace tiempo abandonados.

Y por favor perdona esta

indulgencia aquí –

mi arena se ha

derramado ahora.

POEMAS DE HAN SHAN

“Han Shan parecía  un vagabundo. Su cuerpo y cara estaban viejos y arrugados. En

cada palabra que él decía, si se medita profundamente en ellas, se respiraba un

significado profundo acerca de los sutiles  principios de las cosas,.

Todo lo que decia tenia el aroma del Tao en él, secretos profundos y arcanos.

Su sombrero hecho de corteza de abedul, su ropa  rota y desgarbada, y

sus largos zapatos de madera.

Lu-ch’iu Yin envió ropa limpia e incienso al Templo de Kuo-ch’ing,

cerca de la Montaña Fría, pidiendo que estos regalos se entregasen a Han Shan

y a su amigo Shih Teh. Pero al acercarse el mensajero con los regalos, Han

Shan huyó a una cueva en las montañas. Shih Teh también desapareció.

Lu-ch’iu Yin les pidió entonces a los monjes que recogieran todos  los poemas

que ellos habian dejado.

La verdadera perfección parece imperfecta

cuando es vista imperfectamente.

La verdadera sabiduría es una locura

a los ojos del tonto

que rehusa ver.

 

Durante treinta años

he cantado estas canciones de

nieblas montañesas, de

árboles y nieve, pero

el único que de verdad canta

es uno a quien nadie

puede conocer jamás.

Y si tu me preguntas

“Que es este alboroto?”

Yo me reiré y me alejaré

la luna llena se alza esta noche,

eso es todo lo que  tengo

que decir.

 

Visité  de nuevo a la vieja mujer en su choza de las montañas.

Salvia, cedro, y lavanda flotan en anillos de humo

A su alrededor , la paz de los antiguos se ha afirmado en sus ojos.

Para los afligidos ella distribuye hierbas curativas, para los

buscadores ella es una fuente maternal de consuelo.

Cuando ella me ve acercarse,

ella ríe y ríe sin parar–

empinadas crestas puntiagudas,

¡el sonido del eco de los vientos del cañón!

Ese sonido secreto en nuestro interior

es el murmullo de un eco

originado en el mismo

anhelo que  nacen

planetas, galaxias,

luminosidades…

Zambulléndose en él,

Anfitrión e Invitado,

conocedor y conocido,

el sabio y su sabiduría

desaparecen sin rastro, como si

nunca hubiesen existido.

Intenta seguir ese sonido, y

tu harás lo mismo

Sonidos distantes, memoria de sueños,

ecos y olas a través del  espejismo de la noche,

flotando seductoramente alrededor de la cabeza

me pongo a descansar en una almohada de ramas de pino

Voy sin rumbo dormido en un rondar

Y una amplia risa permanente

de soñar sobre

Shih Teh.

A lo largo de la noche estuve

soñando, oyendo a mi viejo amigo,

riéndose suavemente:

” `Esto es sólo un sueño, un sueño,

un sueño….”

hasta que yo despierto y me río al descubrir,

que sólo he despertado dentro de un sueño,

soñando el sueño del sin sueños,

feliz por ninguna razón.

Acércate mas,  Amigo mío

y permíteme susurrarte al oído

Sobre el mundo que hay más allá del

Río de la Flor de Melocotón –

Lejos del olor de la

pira fúnebre que esta esperando,

pasado el paraje tabú en el

Bosque de la Luz de la Antigüedad,

a través de la Meseta fresca del Espejo

mientras las Hijas de Mara inician

espontáneamente el ritual.

No te pierdas-

este  oculto lugar permanece desconocido

a los Hechiceros de la Atención y a los

Chamanes de la Flor de la Alquimia.

Si incluso el grito secreto

“O’Chi Wa!”

no puede tocarlo, por qué te apegas al

Arrullo “Wu Wei?”

  Nosotros podemos alejarnos del

dominio de extrañas y tristes miradas

donde las cosas son y ya

no son lo que parecen.

 

Tu has jugado con abandonar

el fantasma de tu anfitrión, obsesionándote

con los intrigantes axiomas de la dualidad ,

en un reino de  compañeros de juegos imaginarios

quizás éste es un buen momento para

simplemente hacerlo

Quizás  has reflexionado sobre  la

Coincidencia de los siete valles

unidos por el canto de los pájaros–

El sueño de cada piedra es caerse

en la huella de lo insondable,

pero en tu peregrino  avance

ha habido posadas por el camino,

llenando de canciones de piedra tu descanso.

 

Encontrándote en el  Blanco Albergue,

retorcido por la voluntad de la Madreselva,

has probado la química de

la nocturna languidez–

nunca ha sido bastante.

 

Has vislumbrado la silueta benigna

del Invisible, aunque ahora las reliquias de los viejos

glifos sólo insinúan a tal sensación aborigen–

la repugnancia sutil de esos ecos pacientemente

paseando en la cúspide de tu rapto,

gradualmente, gradualmente

disolviendose.

Atento para encender en el Altar del Resplandor,

los arco iris que se  forman en el aire curvo,

has visto la cara en el fuego

predicha por el Sombrero Rojo,

y en el sublime éxtasis de la ola lunar

has probado el desmayo de la devoción.

 

Ni Destino ni disfraz ni cualquier

fórmula esperanzada han traicionado durante mucho tiempo tu

amor por la luminosidad etérea que permanece en las

cuevas de vocabularios olvidados.

  Ahora  sólo buscas

dar la bienvenida a la lluvia en

el bosquecillo bananero,

quizás un asiento suave

cerca del agua, por fin,

sometido al espacio exquisito

extendiéndose infinitamente entre los pensamientos.

 

Si hay una palabra que

exprese lo inexpresable,

podría usarse aquí.

Cautivado por el Inmenso–

Vacío y Maravilloso–

En anticipación serena

ahora te acercas a la puerta

final predicha para encontrar a

mi Amigo,

que siempre ha sido

sin puertas.

 

Como los pececillos en el torrente sanguíneo del

enorme ser iluminado por las estrellas, nosotros,

damos vueltas a causa de un ténue impulso misterioso

girando y girando en el corazón.

 

La medida de nuestra resistencia

es el plan de nuestro dolor.

Pero ah–

¡Loco yo!

Yo he vertido buen vino

por medio de un frasco cuyo fondo tiene

goteras.

Salpica y encharca nuestros pies, y aun así–

¡Qué embriagante aroma¡

Entre muchos y largos riachuelos y altas cúspides

vive  un ermitaño feliz.

Durante el día  vaga por la montaña,

por la noche duerme en cualquier cueva sin

ninguna necesidad de pedir permiso.

Deja pasar todas las primaveras y veranos

sereno y callado

él no tiene ningún ego al que ajustarse.

que  gran placer –

¡Libertad!

Mismidad a veces es

sentarse en un arroyo en otoño.

En la Montaña de Tien-Tai yo hago mi casa,

las nubes y nieblas mantienen a los turistas lejos.

Yo siento que mi vida entera es una magia

llena de  beatitud de mi

¡solo vagar!

Tzon Tze dijo:

`Que buena muerte  está teniendo Han Shan

hace su ataúd de la tierra y el cielo. ‘

Nada nace antes que la tierra,

Ni tiene ninguna forma, salud o enfermedad.

Es el maestro de todas las cosas,

no llevando a cabo nada, en reposo en todo.

Sube a a la Montaña Fría–

el camino  no tiene ningún final.

En el largo arroyo  hay piedras,

en las dos orillas el césped está .

Solo las  blancas nubes visten la colina,

Silenciosamente.

La choza fue fácil de construir–

Luz procedente de la esencia de la luna.

¡Los ciervos salvajes son excelentes vecinos!

Yo disfruto mi felicidad,

¡un hombre más allá de la existencia!

Nacimiento y muerte–

como el agua y el hielo.

El agua se vuelve hielo y

El hielo se vuelve agua.

No hay nada en otra parte.

Han Shan-Tze,

¡Siempre Así!

Viviendo simplemente,

¡ningún nacimiento ninguna muerte!”

Si yo intento decir algo sobre Esto,

considera que es todo

hablando simultáneamente a

todo.

Por eso, cómo puede algo

ser dicho, sino  es

diciéndolo  algo nuevo

surge.

La tierra habla en

nuevos pastos, nieve,

crisantemos.

La montaña habla en

rocas, árboles,

cascadas.

El cielo habla en

sol, luna,

nubes.

 

Han Shan

oye,

llora,

se ríe.

Ah, qué secretos dentro de

su propia e iluminada

¡verdadera mente!

Ha ha ha.

Si yo muestro alegría y alivio a mi mente preocupada,

Los problemas mundanos en alegría se transforman.

Preocupación para otros no hace ningún bien al fin.

El gran Dao,  entre alegría,  renace.

En un estado alegre, gobernante y vasallo coinciden,

En una casa alegre,  padre e hijo se llevan bien.

Si los hermanos aumentan su alegría, el mundo florecerá.

Si  marido y esposa tienen alegría, es merecedor de canción.

¿ qué invitado y que anfitrión pueden soportar falta de alegría?

Alto y  bajo, en alegría, pierden sus penas mucho antes.

Ha ha ha.

Si puedes quebrar la mente a través de un solo pensamiento,

Entonces todo el pensamiento ilusorio de  repente se irá.

Te sentirás

Como una flor en el cielo que no proyecta ninguna sombra,

Como un sol luminoso que emite luz ilimitada,

Como un estanque límpido, transparente y claro.

Después de experimentar esto,

Habrá sensaciones inmensurables de luz y tranquilidad,

Y un sentido de liberación.

No hay nada maravilloso o extraordinario sobre eso.

No te regocijes y te revolques en esta experiencia extasiado.

Si lo haces, entonces la Mara (Diablo) del placer te poseerá.

Toda mi vida  he sido un perezoso,

Odiando cualquier cosa seria, encontrando asuntos de luz más afín.

Otros pueden estudiar cómo hacer una ganancia,

Yo solo tengo mi pergamino de escritura.

Yo no me preocupo de guardarlo en un cilindro o en una caja,

Ni me preocupa  llevarlo aquí y allá.

Como un doctor que prescribe una medicina para cada enfermedad,

Yo utilizo el remedio que tengo a mano para salvar el mundo.

Sólo cuando la mente está libre de aflicción

Puede la luz de la comprensión brillar en cada esquina.

La Montaña fría(Han Shan) no es nada más que nubes

apartado y libre del polvo

un ermitaño que solo tiene un cojín de paja

la luna es su única lámpara

su cama de piedra sobre un lago

sus vecinos son tigres y ciervos

Prefiriendo las alegrías de la soledad

él permanece como un hombre más allá de la forma.

Relajándose bajo el Acantilado Frío

las sorpresas son muy especiales

tomando una cesto para recoger plantas salvajes

devolviéndolo cargado con fruta

esparciendo césped fresco para una comida simple

mordisqueando  hongos  mágicos

enjuagando mi cucharón y mi plato en un estanque

haciendo un estofado de las sobras

sentándose  solo envuelto en una túnica

leyendo los poemas de los antiguos.

La Montaña fría tiene una morada

sin separaciones en su interior

seis puertas(seis sentidos) se abren a izquierda y derecha

del vestíbulo donde  él ve el cielo azul

dondequiera que él mira  la casa está desnuda

la pared oriental saluda la pared occidental

nada, realmente, entre ellas

ninguna necesidad de que nadie le cuide

él hace un pequeño fuego cuando el frío viene

cocinando plantas cuando  tiene hambre

él no es como el viejo granjero

quién agranda sus campos y dependencias…

Trepando por  el camino de la Montaña Fría,

El sendero de la Montaña Fría sigue y sigue sin parar:

La gran garganta  sinuosa con piedras y cantos rodados,

El amplio riachuelo,  césped húmedo de suave rocío.

El musgo es resbaladizo, aunque no  ha llovido

El sonido de los árboles, pero no hay ningún viento.

Quién puede soltar las ataduras del mundo

Y sentarse conmigo entre las nubes blancas?

– Pon un pez en la tierra y recordará el océano hasta

que muera. Coloca un pájaro en una jaula, y aun así no olvidará

el cielo. Cada uno permanece nostálgico por su verdadero hogar, el lugar donde

su naturaleza ha decretado que debe estar.

– El hombre nace en estado de inocencia. Su naturaleza

original es amor, gracia y pureza. Sin embargo emigra tan

indiferentemente sin siquiera pensar en su viejo hogar. ¿No es eso

más triste que los peces y los pájaros?

Esta Montaña Tonta no deambula alrededor de los imitadores,

jugando a ser payaso, ilusionista de la sociedad.

Ella se sienta sola, satisfecha de la privacidad, perfecta en la paz.

No debería ser tan tonta.

De sus propios poemas Han Shan escribió:

“Algunos podrán reírse de mis poemas,

¡Los encontraran bien y les divertirán!

Ellos no necesitan ningún comentario,

ni nadie que los firme.

Por qué preocuparse si alguien los lee o no?

Yo no pronuncio leyes con mis palabras,

mas estos poemas brillan con suave luz.”

Estando inmersos en esta inmensidad

contemplando por medio de los ojos de esta misma inmensidad,

el misterio de cualquier cosa que aparece en lo absoluto,

un sobresalto sorprendente en la raíz de una  mente en incipiente

personificación, simple espacio consciente  en que

todo es así como es, imponente en su

simplicidad, sin necesidad o motivo de ser

de otra manera, enfrentándonos en

sumisión alegre al silencio de

este momento aquí, inexpresable,

ondeando serenidad,

sintiéndose ser a si mismo,

con una suave sonrisa

llenando el espacio entre nosotros,

ensanchando y ahondando, eclipsando,

cualquier posibilidad de algo que no sea ello mismo,

esta felicidad en el reconocimiento,

el recuerdo de si mismo como esto,

este palpitante mundo , estas formas infinitas,

estos simples dedos  entrelazados suavemente,

sangre caliente fluyendo bajo la piel,

diminutos nervios , músculos en

estos misterios llamados manos,

“nuestras” manos, unidas  al ponerse el sol,

, ancestralmente, como en agradecimiento

abanicos bondadosos volviendo a casa

tendiendo un hilo nadando entre dos mundos

lágrimas súbitas en nuestros ojos,

Shih Teh,

innecesaria cualquier explicación.

El Sermón de Obaku (Huang Po) del Tratado sobre los Esenciales de la Trasmisión

El Sermón de Obaku (Huang Po) del Tratado sobre los Esenciales de la Trasmisión de la Mente.

El Maestro le dijo a Pai-hsiu:

– Ambos, los Budas y los seres sintientes surgen de la Mente, y no hay otra realidad que esta Mente. Ella ha existido desde el pasado sin principio; ella no conoce nacimiento ni muerte; ni es azul ni amarilla; ni tiene figura ni forma; está más allá de la categoría de ser y no-ser; no se puede medir por edad, vieja o nueva; ni es larga ni corta; ni grande ni pequeña; porque trasciende todos los limites, palabras, indicaciones y opuestos. Debe tomarse justamente como es en ella misma; cuando tratamos de agarrarla en nuestros pensamientos, se elude. Es como el espacio donde todos sus límites están más allá de la medida; ningún concepto se puede aplicar aquí.

Esta Mente Única es el Buda que no se puede separar de los seres sintientes. Pero porque la buscamos exteriormente en el mundo de la forma, mientras más la buscamos más lejos se aparta de nosotros. Hacer que el Buda se busque a sí mismo o hacer que la mente se agarre a sí misma – es una imposibilidad hasta el final de la eternidad. No nos damos cuenta que tan pronto como nuestros pensamientos cesen y todos los intentos de formar ideas son olvidados el Buda se revela él mismo ante nosotros.

Esta Mente no es otra que Buda, y el Buda no es otro que los seres sintientes. Cuando la Mente asume la forma de todos los seres sintientes, no ha menguado; cuando llega a ser un Buda, no se ha añadido nada a ella. Incluso cuando hablamos de las seis virtudes de la perfección (paramitas) y otras diez mil acciones meritorias iguales al número de granos de arena del Ganges, todas ellas están en el ser de la Mente misma; ellas no son algo que se le pueda agregar a la Mente por alguna disciplina. Cuando las condiciones están trabajando, se establece; cuando las condiciones cesan de operar, permanece en quietud. Aquellos que definitivamente no tiene fe en esto, que la Mente es Buda, y tratan de lograrlo por medio de una disciplina apegada a la forma, se rinden a una fantasía o imaginación incorrecta; se desvían del camino correcto.

La Mente no es otra que el Buda; no hay Buda fuera de la Mente, ni hay ninguna mente fuera de Buda. Esta Mente es pura y al igual que el espacio, no tiene formas especificas [por lo cual puede ser distinguida de otros objetos]. Tan pronto como hagas surgir un pensamiento y se comienza a formar una idea de él, arruinas la realidad misma, porque entonces te apegas a la forma. Si buscas la Budeidad practicando las seis virtudes de la perfección y otras diez mil acciones meritorias, esto es calificar [el logro de la Budeidad]; porque desde el pasado sin comienzo no hay Buda que su logro haya sido calificado así. Cuando ustedes obtienen un discernimiento en la Única Mente encuentran que no hay una realidad particular [que pueda llamarse Mente]. Esta imposibilidad de logro no es otra que el Buda verdadero mismo.

Los Budas y los seres sintientes surgen de la Mente Única y no hay diferencia entre ellos. Es como el espacio donde no hay complejidades, ni está sujeto a la destrucción. Es como el gran sol que ilumina los cuatro mundos: cuando se levanta, su luz penetra por el mundo entero, pero el espacio mismo no logra ninguna iluminación. Cuando el sol se pone la oscuridad reina en todas partes, pero el espacio mismo no comparte su oscuridad. La luz y la oscuridad se empujan la una a la otra para tomar el lugar prevaleciendo alternativamente, pero el espacio mismo es un vacío vasto y no sufre vicisitudes.

Lo mismo puede decirse de la mente que constituye la esencia del Buda tanto como la de los seres sintientes. Cuando tomas a Buda por una forma de pureza, luz y emancipación y a los seres sintientes por la corrupción, la oscuridad y la trasmigración, nunca tendrás la ocasión, aunque sea por mucho tiempo, [que tu lucha continúe] de lograr la iluminación; mientras te adhieras a este camino de entendimiento, estarás apegado a la forma. Y en esta Mente Única no hay una forma de particularidad para que pongas tus manos sobre ella.

Esa Mente que no es otra que Buda no es entendida por los Budistas de hoy en día; y por esa inhabilidad de ver dentro de la Mente como ella es, ellos se imaginan una mente al lado de la Mente misma y buscan a Buda exteriormente en la forma. Esta forma de disciplina es un error, no es el camino de la Iluminación.

Es mucho mejor hacerle ofrendas a un hombre espiritual que está libre de apegos mentales que hacer ofrendas a todos los Budas en las diez regiones. ¿Por qué? Porque ser libre de los apegos de la mente significa ser libre de todas las formas de imaginación.

Como La Semejanza se expresa a sí misma interiormente puede ser como madera o roca, permaneciendo ahí inmóvil y firme; mientras externamente es como el espacio, nada es obstruido o reprimido. Como La Semejanza es libre de actividad y pasividad, no conoce orientación, no tiene forma, ni hay ganancia ni pérdida. Aquellos que corren (salvajemente) ni se atrevan a entrar en el Camino ya que tienen temor de caer en un vacío donde no hay sostén para mantenerlos aguantados. Ellos aventajan el retiro a medida que lo hacen. Son los buscadores que ponen la pauta para el aprendizaje y el entendimiento intelectual. Muchos son definitivamente estos buscadores, tantos como cabellos tenemos; mientras que aquellos que buscan la verdad son unos pocos así como cornamenta hay en el mundo.

Manjusri corresponde a li (razón o principio) y Samantabhadra a hsing (vida y acción). Li es el principio del verdadero vacío y la no- obstrucción, hsing es una vida de desapego de la forma, e inagotable. Avalokitesvara corresponde al amor perfecto y Sthamaprapta a la perfecta sabiduría. Vimalakirti significa ‘nombre incorrupto’; la incorrupción es la Esencia y el nombre es la forma. La Esencia y la forma no son dos cosas diferentes dado que el nombre es Vimala-kirti (“nombre puro”). Todo eso que es representado por cada uno de los grandes Bodhisattvas está presente en cada uno de nosotros, porque es el contenido de la Única Mente. Todo estará bien cuando despertemos a la verdad.

Los Budistas de los días presentes miran al exterior en lugar de interiormente y dentro de sus propias mentes. Ellos se apegan por su propia voluntad a la forma y al mundo – que es la violación de la verdad.

El Buda se refiere a las arenas del Ganges en esta forma: estas arenas son pisadas y caminadas por todos los Budas, Bodhisattvas, Sakrendra, y otro devas, pero las arenas no están felices por eso; de nuevo ellas son pisadas y andadas por las vacas, las ovejas, los insectos, y las hormigas, pero las arenas no se irritan; puede que ellas escondan toda clase de tesoros y sustancias perfumadas, pero no las codician para sí mismas; ellas pueden que estén manchadas con toda clase de suciedades y materiales fétidos, pero ellas no sienten hastío. Una actitud mental de esta naturaleza es la del que ha realizado el estado de mushin (“estar libre de los apegos mentales”).

Cuando una mente es libre de toda forma, ella ve [dentro del hecho] que no hay distinción entre los Budas y los seres sintientes; cuando este estado de mushin es logrado, se completa la vida Budista. Si los Budistas son incapaces de ver en la verdad del mushin sin nada que se interponga, todas sus otras disciplinas de eones no los capacitará para obtener la iluminación. Siempre estarían prisioneros con la noción de disciplina y mérito como lo fomentan los seguidores del Triple Vehículo, nunca lograrían la emancipación.

Para lograr este estado de mente (mushin), algunos son más rápidos que otros. Hay algunos que logran el estado de mushin al momento solamente escuchando un discurso sobre el Dharma, mientras que hay otros que lo logran solamente después de ir a través de todos los grados de la Bodhisattvadad, tales como las diez etapas de la fe, las diez etapas de la permanencia, las diez etapas de disciplina y las diez etapas de convencimiento. Puede que se requiera más o menos tiempo en el logro del mushin, pero una vez obtenido, finaliza toda la disciplina y todo el entendimiento y sin embargo realmente no hay nada que se haya obtenido. Es la verdad y no la falsedad. Ya sea si ese mushin es logrado en un pensamiento o a través de ir por las diez etapas, su trabajo práctico es el mismo y no hay ninguna duda de que uno sea más o menos profundo que el otro. Sólo ese que ha pasado a través de largos tiempos y dura disciplina.

Cometer malignidades o practicar la bondad, ambos son el resultado del apego a la forma. Cuando las maldades son cometidas por estimar el apego a la forma uno tiene que sufrir la trasmigración; cuando la bondad es practicada por estimar el apego a la forma, uno tiene que ir a través de una vida de penalidades. Es mucho mejor por lo tanto ver todo al instante en la esencia del Dharma a medida que la oyes y percibes cuando se expone.

Por Dharma entendemos la Mente, porque no hay Dharma aparte de la Mente. La Mente no es otro que el Dharma, porque no hay Mente aparte del Dharma. Esta Mente en sí misma es no-mente (mushin), y no hay no-mente tampoco. Cuando la no-mente es buscada por una mente, esto la hace un objeto particular de pensamiento. Hay solamente el testimonio del silencio, y va más allá del pensamiento. Por lo tanto se dice que [el Dharma] corta el camino a las palabras y pone final a toda la forma de actividad mental, especialmente el pensar.

Esta Mente es el Origen, el Buda absolutamente puro en su naturaleza, y está presente en cada uno de nosotros. Todos los seres sintientes ya sean viles y degradados no son en este asunto en particular diferentes de los Budas y los Bodhisattvas – ellos son todos de una sustancia. Sólo por sus imaginaciones y discriminaciones falsas, los seres sintientes trabajan su karma y recogen su resultado, mientras que en la esencia misma de su Buda, no hay nada que corresponda a ello; la Esencia está vacía y deja que todo pase a través, está en quietud y descanso, está iluminando, es paz y productora de bienaventuranza.

Cuando interiormente tienes un profundo discernimiento acerca de esto, de inmediato te das cuenta que todo lo que requieres está ahí en perfección y en abundancia y no necesitas nada. Puede que te hayas disciplinado formal y diligentemente por los tres asamkhyeya kalpas pasados y hayas pasado a través de todas las etapas de la Bodhisattvadad; pero cuando se llega a tener el entendimiento en un solo pensamiento, éste no es otro que ese que dice que eres del primer Buda mismo y ningún otro. El entendimiento o la realización no te ha añadido nada sobre esta verdad. Cuando miras hacia atrás y evalúas todas las medidas disciplinarias que has pasado a través, solamente encuentras que ellas han sido no más que las muchas cosas inútiles que has hecho en un sueño. Por lo tanto, el Tathagata ha dicho que él no ha obtenido nada cuando se hubo iluminado, y que si hubiera logrado realmente algo, el Buda Dipankara nunca lo habría testificado.

De nuevo el Tathagata dijo que este Dharma es perfectamente imparcial y libre de irregularidades. Por Dharma se entiende el Bodhi. Esto es, esta Mente pura formando el origen de todas las cosas es perfectamente imparcial en todos los seres sintientes, en todas las tierras del Buda, y también en todos los otros mundos juntos con montañas, océanos, etc., cosas con forma y cosas sin forma. Todas ellas son imparciales, y no hay marcas de distinción entre este objeto y eso. Esta Mente pura, el Origen de todas las cosas, es siempre perfecta, iluminadora y toda penetrante. Las personas son ignorantes de esto y toman que lo que ven, oyen, piensan y conocen por la Mente misma; y su discernimiento es entonces velado e incapaz de penetrar en la sustancia misma que es clara e iluminadora. Cuando entiendas o realices el mushin sin ninguna intervención [esto es, intuitivamente], la sustancia misma se te es revelada. Es como el sol revelándose a sí mismo en el cielo, su iluminación penetra las diez potestades y no hay nada que interfiera con su travesía.

Por esta razón, cuando los seguidores del Zen fracasan en ir más allá de sus sentidos y pensamientos, todos sus acciones y movimientos no tienen significado alguno. Pero cuando los sentidos y los pensamientos son aniquilados, todos los pasajes de la Mente son bloqueados y ninguna entrada entonces llega a ser posible. La Mente original se debe reconocer junto con los trabajos de los sentidos y pensamientos, solamente que no pertenecen a ellos ni son independientes de ellos. No construyan sus puntos de vista sobre sus sentidos y pensamientos, no lleven a cabo su entendimiento basado en sus sentidos y pensamientos; pero al mismo tiempo no busquen la Mente fuera de sus sentidos y pensamientos, no agarren el Dharma a través de rehusar sus sentidos y pensamientos. Cuando ni estas apegado ni desapegado de ellos, cuando no habitas ni te agarras a ellos, entonces disfrutas tu libertad sin obstrucción perfecta, entonces tienes tu asiento en la iluminación.

Cuando las personas aprenden que lo que es trasmitido de un Buda a otro es la Mente misma, ellos se imaginan que hay un objeto en particular conocido como mente la cual intentan agarrar o entender o realizar; pero esto es buscar algo fuera de la Mente misma, o crear algo que no existe. En realidad, sólo existe la Mente. No puedes perseguirla erigiendo otra mente; por mucho tiempo que la hayas buscado, a través de cientos de miles de kalpas, no llegará nunca el tiempo que puedas decir que la tienes. Sólo cuando tengas el despertar inmediato al estado de mushin tendrás tu propia Mente. Es como la búsqueda del hombre fuerte por su propia gema escondida en su frente: mientras que la busque fuera de él en los diez dominios, nunca la encontrará; pero deja que el sabio señale donde está escondida, y el hombre instantáneamente percibirá su propia gema que ha estado allí desde el mismo principio.

El fracaso de los seguidores del Zen en reconocer al Buda es debido a su reconocimiento incorrecto de dónde está su propia Mente. Ellos la buscan exteriormente, preparan toda clase de ejercicios que esperan dominar gradualmente, y trabajan diligentemente a través de las edades. Sin embargo fracasan en alcanzar la iluminación. Ningún trabajo se puede comparar con el despertar inmediato al mismo estado de mushin.

Cuando llegas al entendimiento más determinado al efecto de que todas las cosas en su naturaleza no tienen posesiones, ni apegos, ni dependencias, ni habitación, ni condiciones mutuas, llegarás a ser libre de albergar imaginaciones, lo cual es la realización del Bodhi. Cuando el Bodhi es realizado, tu propia Mente, que es el Buda, es realizada. Entonces se encuentra que todas las acciones de todos los tiempos y edades no han sido nada más que disciplinas. Cuando el hombre fuerte recobra su propia gema en su frente, la recuperación no tiene nada que ver con todos sus esfuerzos gastados en su búsqueda externa. Así dijo el Buda: “Yo no he tenido ningún logro al obtener la Iluminación”. Estando ansioso acerca de que no creamos esto, él se refiere a los cinco ojos y las cinco declaraciones. Pero esa es la verdad, no la falsedad, porque esa es la primera declaración verdadera.

Enseñanzas sobre la Mente Unica del maestro Chan Huang Po

Enseñanzas sobre la  Mente Unica

del maestro Chan Huang Po

El maestro dijo a P’ei Hsiu:

Todos los Budas y todos los seres vivientes son la Mente Única; no hay otro Dharma que éste. Esta Mente que carece de principio, no surge a la existencia y no cesa a la existencia. No es ni azul ni amarilla, no tiene forma ni aspecto, no pertenece a las categorías del ser ni del no—ser, no es antigua ni nueva; no es ni larga ni corta, ni grande ni pequeña, pues se halla fuera de toda delimitación o designación, fuera de todo intento para ser percibida o considerada como un objeto. Es la realidad como tal. Pero a la menor reflexión, caerás en las elucubraciones. Sin limites e insondable, se la puede comparar con el espacio vacío.

Así pues, esta Mente Única como tal es el Buda y entre el Buda y los seres vivientes no hay diferencia alguna. Sin embargo, los seres andan siempre buscando en el exterior, apegándose a toda clase de características, pero con esta clase de búsqueda lo único que consiguen es llenarse de oscuridad. Prisioneros de sus propias proyecciones, confunden los conceptos sobre el Buda con el Buda real y la mente que busca con la mente real, vagando así durante innumerables eones de forma completamente inútil. No saben que el Buda aparecería naturalmente ante ellos con sólo pacificar los pensamientos y liberarse de la discriminación. De este modo, ha de saberse que esta mente como tal es el Buda y el Buda es la totalidad de los seres vivientes. Cuando se expresa como ser viviente dicha mente no disminuye, cuando aparece como “Buda” no incrementa en lo más mínimo.

Respecto a las seis perfecciones e infinidad de otras prácticas similares, así como a los méritos tan numerosos como los granos de arena del rio Ganges, ya se hallan reunidas en ti de modo completo, sin que una práctica temporal las haya acumulado con el paso del tiempo. Cuando la ocasión se presente manifiéstalas y cuando no, permanece sereno. Si no tienes una firme fe en que esta mente es el Buda y prefieres practicar apegándote a toda ciase de rasgos particulares con la intención de acumular méritos, en ese caso caerás en una visión falsa que te apartará de la Vía.

Esta mente como tal es el Buda y no hay otro Buda ni ninguna otra mente. Esta mente luminosa y sin mancha se asemeja al espacio vacío, pues carece de cualquier característica o apariencia concreta. Pero producir un estado mental particular a causa de la inclinación conceptual de la mente, es apartarse de la esencia de los dharmas’° y aferrarse a sus características. Sin embargo, desde los tiempos sin comienzo jamás ha existido un “Buda adherido a las características”. Practicar las seis perfecciones e infinidad de otras prácticas con la intención de convertirse en Buda es seguir un sendero gradual, pero desde los tiempos sin comienzo jamás ha existido un “Buda por etapas”. Es suficiente con despertar a esta Mente Única para reconocer que “ni el más Ínfimo dharma es obtenido”. Este es el Buda real.

El Buda y los seres vivientes no se distinguen de la Mente Única. Esta mente es como el espacio vacío que jamás se confunde ni se degrada. Así, contempla el modo en que el sol ilumina el mundo entero. Al levantarse, su luz se expande sobre la tierra sin que por ello el espacio se vuelva más luminoso, y a su puesta, cuando las tinieblas cubren la tierra, el espacio tampoco se oscurece. Aunque luz y oscuridad parezcan fuerzas antagónicas, contempladas desde su naturaleza, el espacio que las sustenta permanece vacío e inmutable. Tal es lo que ocurre con la mente del Buda y de los seres vivientes.

Hay quienes consideran al Buda como dotado de las características de pureza, luminosidad y liberación, mientras consideran a los seres vivientes con los rasgos particulares de impureza, oscuridad y encadenamiento a la vida—muerte, pero aquellos que secundan dicho planteamiento jamás alcanzarán la Iluminación durante innumerables eones, pues aún permanecen aferrados a las características. Por el contrario, en esta Mente Única no queda el menor dharma que obtener, pues esta mente es el Buda. En la actualidad, los practicantes incapaces de despertarse a ésta mente en su esencia se dedican a la proliferación conceptual, a buscar al Buda en el exterior y a practicar aferrados a las características. Se trata de un proceder erróneo que nada tiene que ver con la Vía de la Iluminación.

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