Gautama el Buda

Hay cuatro hechos importantes en la vida de Buda que sobresalen como hitos.

Primero, su vida como asceta en el bosque;

Segundo, su intento de hallar la verdad con dos famosos maestros de su época;

Ttercero, su Despertar

Y, por último, el desarrollo de sus poderes extrasensoriales.

1. El estudiante bodhisattva

El primer acontecimiento de importancia que forjó su resolución y dirección fue su decisión de encontrar otra vía a través de un maestro. Conocía bien la idea fundamental de la existencia de una paz consumada.

Pero debemos recordar y entender que también estaba presente la Identidad de una persona hostil que, sin deseo de recompensas sensuales o respuestas emocionales, buscaba para sí mismo, aunque fuera un bodhisattva.

Buda se dice a sí mismo “¿Por qué no busco la paz perfecta del Nirvana?”. También está claro que no entró instintivamente sino por medio del pensamiento cognitivo y de la razón. Por lo tanto, se buscó un maestro.

“Sí, también yo, en los días previos a mi plena iluminación, cuando no era más que un bodhisattva y aún no estaba plenamente iluminado -también yo, estando sujeto a renacimiento, decadencia y demás dentro de mí, busqué lo que no estaba menos sujeto a ellos. Pero me vino el pensamiento: ¿Por qué busco lo que está sujeto al renacimiento y lo demás, como yo? ¿Por qué no, ya que yo mismo estoy sujeto a ellos, perseguir, con ojos abiertos al peligro que suponen, la paz consumada del Nirvana -que no conoce renacimiento ni decadencia, enfermedad ni muerte, pena ni impureza?”

“Llegó un tiempo en que, siendo aún joven, con abundantes cabellos negros como el carbón, sin rastro de gris, y en toda la belleza de mi juventud, en contra de los deseos de mis padres, que lloraban y se lamentaba de que hubiera cortado mis cabellos y barba, me puse los hábitos amarillos y partí de casa como peregrino sin techo. Como peregrino, en busca de lo correcto y del excelente camino a la paz incomparable, llegué a Alara Kalama y le dije -“Reverendo Kalama, es mi deseo llevar la vida más elevada en esta Doctrina y Regla suyas”. “Quédese con nosotros, señor venerable”, fue su respuesta; “Mi doctrina es tal que en poco tiempo un hombre inteligente puede discernir, realizar, entrar y morar en la plenitud de la enseñanza del maestro”. Al poco tiempo, de hecho muy pronto, me sabía su Doctrina de memoria. Por lo que respecta a la recitación labial y su repetición oral, podía declamar el mensaje original (del fundador) y la explicación de los ancianos sobre él, y podía aseverar, con otros, que la conocía y comprendía por completo.”

“Entonces me vino el pensamiento de que la doctrina que predicaba Alara Kalama no era una que él hubiera recibido en confianza, sino una en la que afirmaba haber entrado y morar después de discernirla y realizarla por sí mismo; y desde luego tenía conocimiento y visión reales de ella. Así que fui a él y le pregunté hasta qué punto había discernido y realizado la doctrina en la que había entrado y ahora moraba.

“Hasta el punto de la Nada”, me contestó.

“Entonces, reflexioné que Alara Kalama no era el único que poseía fe, perseverancia, atención, concentración y penetración intelectual; pues todas ellas las poseía yo también. ¿Por qué, me preguntaba, no esforzarme por realizar la Doctrina en la que él asegura que ha entrado y mora después de discernirla y realizarla por sí mismo? Al poco tiempo, de hecho muy pronto, había discernido y realizado esta doctrina por mí mismo, y había entrado y moraba en ella. Entonces fui a verle y le pregunté si éste era el punto hasta el que había discernido y realizado por sí mismo la Doctrina que profesaba. Me dijo que sí; y yo le dije que había llegado al mismo punto por mí mismo. “Es algo grande”, dijo él, “algo muy grande para nosotros que en vos, señor reverendo, encontremos un buen compañero para la vida más elevada. Esa misma Doctrina que he discernido, realizado y penetrado por mí mismo y que ahora profeso -ésa es la que habéis discernido, realizado, penetrado y en la que moráis; y esa misma Doctrina que habéis discernido, realizado, penetrado y que profesáis -ésa es la que yo he discernido, realizado y penetrado por mí mismo y que ahora profeso. La Doctrina que yo sabía, también vos la sabéis; y la Doctrina que vos sabéis, yo también la sé. Tal como soy, sois vos; y tal como sois vos, soy yo. Seamos, señor, custodios conjuntos de esta compañía!” De esta manera Alara Kalama, que era mi maestro, me colocó a mí, su discípulo, a su mismo nivel y me demostró gran devoción. Pero, dado que consideré que su Doctrina sólo llevaba a conseguir el nivel de la Nada y no a la Renuncia, la ausencia de pasiones, la cesación, la paz, el discernimiento, la iluminación y el Nirvana -no me sentí atraído por su Doctrina sino que me aparté de ella para seguir mi camino.”

“Aún en busca de lo correcto y del excelente camino a la paz sin comparación, llegué a Uddaka Ramaputta y le dije: “Es mi deseo, reverendo señor, llevar la vida más elevada en esta Doctrina y Regla suyas.””

De modo que Buda se quedó y buscó la verdad con Uddaka Ramaputta y por fin, después de llegar al plano más alto de la meditación, también se presentó ante Uddaka Ramaputta y le preguntó hasta qué punto había discernido y realizado por sí mismo la Doctrina en la que había entrado y ahora moraba. Buda sigue:

“Hasta el plano de ni percepción ni no-percepción”, contestó él.

“Entonces, reflexioné que Uddaka Ramaputta no era el único que poseía fe, perseverancia, atención, concentración y penetración intelectual; pues todas ellas las poseía yo también. ¿Por qué, me preguntaba, no esforzarme por realizar la Doctrina en la que él asegura que ha entrado y mora después de discernirla y realizarla por sí mismo? Al poco tiempo, de hecho muy pronto, había discernido y realizado esta doctrina por mí mismo, y había entrado y moraba en ella. Entonces fui a verle y le pregunté si éste era el punto hasta el que había discernido y realizado por sí mismo la Doctrina que profesaba. Me dijo que sí; y yo le dije que había llegado al mismo punto por mí mismo. “Es algo grande”, dijo él, “algo muy grande para nosotros que en vos, señor reverendo, encontremos un buen compañero para la vida más elevada. Esa misma Doctrina que he discernido, realizado y penetrado por mí mismo y que ahora profeso -ésa es la que habéis discernido, realizado, penetrado y en la que moráis; y esa misma Doctrina que habéis discernido, realizado, penetrado y que profesáis -ésa es la que yo he discernido, realizado y penetrado por mí mismo y que ahora profeso. La Doctrina que yo sabía, también vos la sabéis; y la Doctrina que vos sabéis, yo también la sé. Tal como soy, sois vos; y tal como sois vos, soy yo. Seamos, señor, custodios conjuntos de esta compañía!” De esta manera Uddaka Ramaputta, que era mi maestro, me colocó a mí, su discípulo, a su mismo nivel y me demostró gran devoción. Pero, dado que consideré que su Doctrina sólo llevaba a conseguir el nivel de ni percepción ni no-percepción y no a la Renuncia, la ausencia de pasiones, la cesación, la paz, el discernimiento, la iluminación y el Nirvana -no me sentí atraído por su Doctrina sino que me aparté de ella para seguir mi camino.”

“Aún en busca de la verdad y del excelente camino a la paz incomparable, llegué durante un peregrinaje en busca de comida a Magadha, al campamento en Uruveld, y allí me asenté. Después de estudiar el lugar, me dije a mí mismo “Un lugar verdaderamente encantador, con buenos bosques y un río que fluye claro con ghats y otras comodidades, cerca de un pueblo para encontrar alimento. ¿Qué más puede necesitar para su búsqueda un hombre joven cuyo corazón está volcado en la búsqueda?” Así pues, allí me senté, sin necesitar nada más para mi búsqueda.”

“Sujeto en mí mismo a renacimiento-decadencia-enfermedad-muerte-aflicción-e impureza, y viendo el peligro de todo lo que está sujeto a ello, busqué la paz consumada del Nirvana, que no conoce renacimiento ni decadencia, enfermedad ni muerte, aflicción ni impureza.”

“Esto busqué, y esto obtuve; y en mí surgió la convicción, la percepción, de que ahora mi Liberación estaba asegurada, que éste era mi último nacimiento, y que jamás volvería a renacer”.

Quizás hayáis visto en esta autobiografía una cosa importante que puede ayudaros a comprender vuestro propio camino, y es que Gautama entró de manera muy parecida a como puede entrar cualquiera que lea esto. Daos cuenta de que su acercamiento inicial a las enseñanzas de Kalama fue aprender su Doctrina de memoria. Buda declara “en cuanto a la mera recitación labial y repetición oral, podía declamar el mensaje original (del fundador) y la explicación de los ancianos sobre él, y podía aseverar, con otros, que lo conocía y lo veía por completo”. Entonces vio de repente que había más y que “lo había realizado por sí mismo; y desde luego tenía conocimiento y visión verdaderas sobre ello”.

Ahí tenemos otro vislumbre de su carácter, pues sin falsa modestia declara que su maestro tenía “fe, perseverancia, atención consnciente, concentración, e intuición intelectual”, y que “todas ellas las tenía yo también”.

2. Siddharta como asceta en el bosque
La cuestión es por qué emprendió ese camino en particular, pues había muchos otros a su disposición, incluso sistemas meditativos. El secreto reside en sus características heredadas y en su experiencia anterior.

No hay duda que era rápido de mente porque sus decisiones, fueran correctas o no, eran rápidas. Era reflexivo y a la vez mostraba aversión en su actitud hacia las cosas y pasión por cualquier tarea que escogiera para sí mismo o que le fuera encomendada.

Así pues, tenía una inclinación natural a buscar el camino más extremo y difícil, el que estuviera más alejado de la vida de lujo y adulación de los sentidos que había llevado hasta entonces.

No era el tipo de persona que sigue ciegamente a los demás, y la idea de forjar su propio futuro debe haber pesado mucho para él. Así que en torno a él se reunieron cinco compañeros de viaje.

Acompañado por Kondanna, Bhaddiya, Vappa, Mahanama y Assaji, Siddharta se adentró en los bosques vecinos al Monte Dandaka en Gand para practicar las austeridades de la auto-mortificación, creyendo que esta negación del cuerpo le llevaría a la liberación de la mente. No había ningún plan establecido, y cada uno quedó libre para encontrar su propio camino, aunque fuera en compañía, a través de la jungla del dolor y el rechazo de los sentidos.

Esto no quería decir que uno podía no hacer nada y simplemente esperar que llegaran las austeridades, había que infligirse esas condiciones. Había que ignorar el dolor infligido por uno mismo para derrotar a la mente, a la que se veía claramente como el enemigo. En una ocasión, Siddharta intentó detener toda respiración, cerrando su boca y nariz, con el resultado de que sus oídos empezaron a respirar, algo que sólo consiguió parar por un tiempo con el mayor de los esfuerzos. Sintió dolores tan fuertes como si “un hombre te agujereara el cráneo con taladro afilado”, o “te atara la cabeza fuertemente con una tira de cuero duro”, o “te perforara el vientre con un afilado cuchillo de carnicero” o como si “cogieran a un hombre por los brazos y lo asaran y quemaran por entero en un lecho de ascuas”.

Por último empezó un gran ayuno, reduciendo poco a poco la cantidad de comida que ingería hasta que ya no necesitaba más alimento. Se fue quedando cada vez más escuálido, se le cayó el pelo, la piel le colgaba en pliegues, tenía la piel del estómago pegada a su columna vertebral, y su cuerpo sufría dolores constantes.

Ésta es parte de su propio relato:
“He llegado a tal grado de ascetismo que andaba desnudo, despreciando las decencias de la vida, lamiéndome las manos después de las comidas… No he visitado más que una casa al día… o a la semana… o sólo cada catorce días… y ahí tomaba sólo un bocado… Me he arrancado los cabellos de la cabeza y los pelos de la barba… me he acostado sobre espinos, he bajado al agua puntualmente tres veces antes de la caída de la noche para lavar el mal que había en mí. De esta manera he vivido para atormentar y torturar mi cuerpo, a tal grado de ascetismo he llegado”

Buda descubrió la verdad fundamental de que las prácticas de austeridad y auto-mortificación producen reacciones de la mente de protesta y defensa. Surgen las delusiones. Los miedos y las dudas, aumentados por las delusiones, y el impulso natural de actuar para poner fin a estos tormentos aprisionan más a la mente en lugar de liberarla. Así, la mente no puede ser libre. Así, no puede descubrir la verdad en su interior. A lo largo de seis años llegó a extremos a los que sus compañeros no se atrevieron a llegar.

Era por tanto un modelo para su grupo, y ellos quedaron muy desanimados y desilusionados cuando les anunció que su búsqueda por esos medios había llegado a su fin. Tomaron su nueva resolución por debilidad y declarando que “el asceta Gautama ha caído en la vía del lujo y ha abandonado sus esfuerzos espirituales” lo despreciaron, lo rechazaron y decidieron abandonarlo.

3. El Despertar (Majjhima-nikaya XXVI (Ariya-pariyesana-sutta))

“He llegado, pensé yo, a esta Doctrina profunda, recóndita, difícil de entender, serena, excelente, más allá de la dialéctica, compleja, y únicamente al alcance de los doctos. Pero la humanidad disfruta y se alegra sólo en aquello a lo que se apega, de modo que para ella, con esta mente, es difícil entender las relaciones causales y la cadena de la causalidad, difícl entender el aquietamiento de toda fuerza artificial, o la renuncia a todos los lazos mundanos, la extirpación del deseo, la ausencia de pasiones, la paz y el Nirvana. Si predicara la Doctrina, y los demás no la comprendieran, eso supondría mucho afán y molestias para mí! Sí, y al instante pasaron por mi mente estos versos, que ningún hombre había oído antes:

“¿Debo predicar ahora lo que conseguí con tanto esfuerzo?
A los hombres hundidos en pecados y pasiones les resultaría difícil
llegar al fondo de esta Doctrina -contracorriente todo el tiempo,
abstrusa, profunda, sutilísima, difícil de comprender.
Sus queridas pasiones les cegarán de modo que no vean
-obnubilados en las más densas nieblas de la ignorancia.”

“Mientras pensaba de esta guisa, mi corazón se inclinaba por descansar en la quietud y no predicar mi Doctrina. Pero la mente de Brahma Sahampati vino a saber qué pensamientos me pasaban por la cabeza y pensó para sus adentros: “El mundo está perdido, bien perdido, por cuanto el corazón del que encontró la Verdad se inclina por descansar y no predicar la Doctrina”. Entonces, con la misma velocidad con la que un hombre fuerte podría estirar su brazo o doblar su brazo estirado, Brahma Sahampati desapareció del mundo de Brahma y se apareció ante mí. Hacia mí vino con su hombro derecho al aire, con sus manos unidas y tendidas hacia mí con reverencia, diciendo: “Que le plazca al Señor, que le plazca al Bendito predicar su Doctrina! Hay seres cuya visión está solo un poco oscurecida, que están muriendo porque no oyen la Docrina -ésos la entenderán!”

Notad aquí que Buda aceptó totalmente la visión de Sahampati, la deidad brahmánica. Su causa no era la refutación del Hinduísmo, sino su refinamiento y la eliminación de los errores del sistema. Su cultura, entrenamiento y educación eran brahmánicas, y olvidar esto es negar la originación dependiente. No penséis por tanto que Buda era un filósofo sabio que caminaba entre los paganos con una idea nueva. Buda era un reformador, al igual que lo fue Jesús el Nazareno con el Judaísmo.

Se dice que todo lo que sube tiene que bajar, y es cierto que cuando muere un gran maestro termina por producirse un gran declive en la comprensión, y que habrá mareas altas y bajas en esa comprensión según vayan llegando otros maestros que hagan sus propias contribuciones. En último término, importa poco si el Budismo cae, porque el Dharma sigue vivo, con o sin sistemas y palabras que lo apoyen.

4. Las percepciones extrasensoriales (Anguttara Nikaya iii, 134)

Con el paso del tiempo, Buda desarrolló percepciones extrasensoriales; en el Akankheyya Sutta del Majjhima-Nikaya, da una explicación detallada de cada uno de ellos en forma de instrucciones sobre cómo adquirirlos. Pero no os los imaginéis como si fueran poderes mágicos; para entenderlos, hay que recordar el contexto de la cultura brahmánica en la que fueron desarrollados.

1. IDDHIVIDHA – EL PODER DE LA TRANSFORMACIÓN
Buda dijo, “Si un monje formulase un deseo de la siguiente manera: “Que pueda ejercer los distintos poderes mágicos, que siendo uno pueda hacerme multiforme, que siendo multiforme pueda hacerme uno, que pueda hacerme visible, hacerme invisible, atravesar sin impedimentos las paredes, las murallas o las montañas como si caminara a través del aire, que pueda elevarme o hundirme en la tierra como si fuera agua, que pueda caminar sobre el agua como si fuera tierra firme, que pueda viajar por los aires con las piernas cruzadas como si fuera un pájaro, que pueda tocar y sentir con la mano la luna y el sol por muy fuertes y poderosos que sean, y que pueda ir sin mi cuerpo incluso hasta el mundo de Brahma”, entonces debe mantener los preceptos (Sila) a la perfección, llevar sus pensamientos a un estado de quietud (Samadhi), practicar con diligencia los trances (Jhana), alcanzar la visión interna (Panna) y frecuentar lugares solitarios”.

2. DIBBASOTA – OÍDO CELESTIAL
El Iluminado así lo expuso: “Si un monje formulara un deseo como sigue: “Que pueda oír con oído divinamente nítido, superior al de los humanos, los sonidos celestiales y humanos, cerca y lejos”, entonces debe mantener los preceptos a la perfección, llevar sus pensamientos a un estado de quietud, practicar con diligencia los trances, alcanzar la visión interna y frecuentar lugares solitarios”.

3. CETOPARIYA – EL PODER DE DISCERNIR LOS PENSAMIENTOS DE LOS DEMÁS
El Omnisciente lo describió de esta forma: “Si un monje formulase un deseo como sigue: “Que pueda investigar por mi propio corazón los corazones de los demás seres, los corazones de otros hombres, que pueda discernir que la mente apasionada es apasionada, que pueda discernir que una mente libre de pasiones está libre de pasiones, que pueda discernir que una mente llena de odio está llena de odio, que pueda discernir que una mente libre de odio está libre de odio, que pueda discernir que una mente infatuada está infatuada, que pueda discernir que una mente libre de infatuación está libre de infatuación, que pueda discernir que una mente enfocada está enfocada, que pueda discernir que una mente distraída está distraída, que pueda discernir que una mente exaltada está exaltada, que pueda discernir que una mente no exaltada está no exaltada, que pueda discernir que una mente inferior es inferior, que pueda discernir que una mente superior es superior, que pueda discernir que una mente concentrada está concentrada, que pueda discernir que una mente no concentrada está no concentrada, que pueda discernir que una mente emancipada está emancipada, que pueda discernir que una mente no emancipada está no emancipada”, entonces debe mantener los preceptos a la perfección, llevar sus pensamientos a un estado de quietud, practicar con diligencia los trances, alcanzar la visión interna y frecuentar lugares solitarios”

Este poder puede ser muy superior a la forma más elevada de lectura de pensamiento moderno practicada hoy día a gran escala a lo largo y ancho del mundo.

4. PUBBENIVASA -EL PODER DE CONOCER LAS EXISTENCIAS PREVIAS
El-que-todo-lo-sabe siguió explicando así: “Si un monje formulase un deseo como sigue: “Que pueda recordar muchos estados previos de existencia, esto es, un nacimiento, dos nacimientos, tres nacimientos, cuatro nacimientos, cinco nacimientos, diez nacimientos, veinte nacimientos, treinta nacimientos, cuarenta nacimientos, cincuenta nacimientos, cien nacimientos, mil nacimientos, cien mil nacimientos, muchas destrucciones del ciclo del mundo (Kappa), muchas renovaciones del ciclo del mundo: viví en tal lugar, tenía tal nombre, tenía tal familia, de tal casta, tenía tales medios de vida, experimenté tales alegrías y pesares y llegué a tal edad. Después morí a esa existencia y renací en tal lugar. También ahí viví en tal lugar, tenía tal nombre, tenía tal familia, de tal casta, tenía tales medios de vida, experimenté tales alegrías y pesares y llegué a tal edad. Después morí a esa existencia y renací en tal lugar. También ahí viví en tal lugar, tenía tal nombre, tenía tal familia, de tal casta, tenía tales medios de vida, experimenté tales alegrías y pesares y llegué a tal edad. Después morí a esa existencia y renací en tal lugar”. Que pueda recordar así mis muchos estados previos de existencia y que pueda percibir sus características específicas”, entonces debe mantener los preceptos a la perfección, llevar sus pensamientos a un estado de quietud, practicar con diligencia los trances, alcanzar la visión interna y frecuentar lugares solitarios”.

Este poder se puede atribuir únicamente a la exposición del Buda de la Teoría del Renacimiento y del Samsara para todos los seres sintientes de todo el universo.

5. DIBBA-CAKKHU – LA VISIÓN CELESTIAL
El Bendito también lo explicó así: “Si un monje formulase un deseo como sigue: “Que pueda ver a los seres, cómo mueren a una existencia y surgen en otra existencia, con visión divinamente clara, superior a la humana, que pueda discernir a los vulgares y a los nobles, a los hermosos y a los feos, a los de los estados superiores de existencia y a los de los estados inferiores de existencia que experimentan los resultados de sus acciones, para que pueda saber lo siguiente: “Ay! Estos seres, que han sido malvados de cuerpo, malvados de voz, malvados de mente, calumniadores de los nobles, equivocados en sus puntos de vista, adquirientes de falsos méritos desde perspectivas erróneas, han llegado tras la disolución del cuerpo, después de la muerte, a un lugar de castigo, un lugar de sufrimiento, perdición, infierno; y por otra parte, estos otros seres, que han sido rectos de cuerpo, rectos de voz, rectos de mente, no calumniadores de los nobles, correctos en sus puntos de vista, adquirientes de mérito desde perspectivas ciertas, han llegado después de la disolución del cuerpo, después de la muerte, a un lugar de alegría, a un mundo celestial”. Así, que pueda con visión divinamente clara, superior a la humana, discernir a los seres, cómo salen de una existencia y surgen en otra; que pueda discernir a los vulgares y a los nobles, a los hermosos y a los feos, a los de los estados superiores de existencia y a los de los estados inferiores de existencia que experimentan los resultados de sus acciones”, entonces debe mantener los preceptos a la perfección, llevar sus pensamientos a un estado de quietud, practicar con diligencia los trances, alcanzar la visión interna y frecuentar lugares solitarios”.

Esto se refiere al poder de conocer la Ley del Karma.

6. ASAVAKKHAYA – CONOCIMIENTO O PODER SUPRAMUNDANO RELATIVO A LA DESTRUCCIÓN DE LAS ASAVAS Y EL RECONOCIMIENTO DE LAS CUATRO NOBLES VERDADES.
El Compasivo también lo ilustró así: “Si un monje formulase un deseo como sigue: “Que pueda mediante la destrucción de la depravación, en la presente vida y en mi propia persona, alcanzar la liberación de la depravación, la liberación de la mente, la liberación por la sabiduría”, entonces debe mantener los preceptos (Sila) a la perfección, llevar sus pensamientos a un estado de quietud (Samadhi), practicar con diligencia los trances (Jhana), alcanzar la visión interna (Panna) y frecuentar lugares solitarios”.

Debe entenderse, sin embargo, que Buda no consideraba que todo trance fuera siempre bueno, pues debe orientarse al objetivo correcto. No obstante, se dio cuenta de que había quienes se entregaban a los ejercicios yóguicos para adquirir poderes sobrenaturales. De modo que Buda refinó su práctica diciéndoles que incluso esos poderes podían adquirirse sólo a través de la práctica de la rectitud y la sabiduría. (Akankheyya Sutta, S.B.E. Vol. XI). La adquisición de poderes sobrenaturales no confiere ninguna ventaja espiritual. Ésta fue la razón por la que Buda prohibió a sus discípulos que hicieran milagros como espectáculo. No estaría de más mencionar aquí que las creencias yóguicas del Budismo no se ven claramente en el Lamaísmo del Tíbet. El deseo de poderes sobrenaturales y el deleitarse en ellos tras su adquisición no nos ayuda a liberarnos de la lujuria, el odio o la ignorancia. Los que se esfuerzan en el camino de santidad hacia la liberación final sola y exclusivamente deberían prevenirse de ello,

Este Asavakkhaya Nina es el más importante de todos, ya que es el conocimiento o el camino para la completa eliminación de impurezas tanto físicas como mentales y por tanto alcanza hasta el fin último de la vida (Nibbana). Para aclarar su sentido original, la palabra “Asavakkhaya” se deriva de Asava (A+Sru, que corresponde al sánscrito Asrava, cf. Asrava) i.e., ciertas ideas específicas que intoxican la mente; y la palabra Khaya denota extinción. Por tanto, la liberación de los “Asavas” constituye el grado de Arhat y el combate por la extinción de los Asavas constituye uno de los principales cometidos del ser humano. Los cuatro tipos de Asava pueden enumerarse someramente de la siguiente manera:

    1. Kammasava – Sensualidad (deseo de placeres sensuales)
    2. Bhavasava – Renacimiento (ganas de vivir)
    3. Ditthisava – Especulación (perspectivas mentales sujetas al azar)
    4. Avijjasava – Ignorancia (sin conocimiento de lo que está bien y mal)

En casi todas las religiones, los relatos biográficos del Fundador contienen sobre todo tributos elogiosos de sus hazañas maravillosas y sus milagros. Pero, de hecho, palidecen y se hacen insignificantes cuando se las compara con las del señor Buda, que nunca las deseó. Todos los seres vivos, ya sean dioses, reyes o súbditos, son iguales ante Él. Desde el aspecto supramundano, ¿cómo puede asumir uno que el piloto bien pagado de un gran B-52 es superior en cualquier manera al pobre trabajador que está dentro de la mina? Uno sólo se puede dar cuenta de esto a partir de las tres características de la vida tal como las enseña el budismo, y de ninguna otra forma. En palabras del Buda, estas tres características se enuncian así:

    1. Ya sea que surjan Budas, oh monjes, o que no surjan Budas, sigue siendo un hecho cierto y la constitución fija y necesaria del ser que todos sus elementos constitutivos son transitorios (anicca). Un Buda descubre y domina este hecho, y cuando lo ha descubierto y dominado, lo anuncia, lo enseña, lo publica, lo proclama, lo revela, lo explica en detalle, y lo aclara, que todos los elementos constitutivos del ser son transitorios.

    2. Ya sea que surjan Budas, oh monjes, o que no surjan Budas, sigue siendo un hecho cierto y la constitución fija y necesaria del ser que todos sus elementos constitutivos son sufrimiento (dukkha). Un Buda descubre y domina este hecho, y cuando lo ha descubierto y dominado, lo anuncia, lo enseña, lo publica, lo proclama, lo revela, lo explica en detalle, y lo aclara, que todos los elementos constitutivos del ser son sufrimiento.

    3. Ya sea que surjan Budas, oh monjes, o que no surjan Budas, sigue siendo un hecho cierto y la constitución fija y necesaria del ser que todos sus elementos constitutivos carecen de Ego (anatta). Un Buda descubre y domina este hecho, y cuando lo ha descubierto y dominado, lo anuncia, lo enseña, lo publica, lo proclama, lo revela, lo explica en detalle, y lo aclara, que todos los elementos constitutivos del ser carecen de Ego.

Galandriel

Reina de los Elfos del Bosque en Lothlórien y esposa de Celeborn de Doriath, Galadriel fue una elfo noldor nacida en Eldamar durante las Edades de las Estrellas. Hija de Finarfin y Eärwen de Alqualondë, en Eldamar la llamaban Altáriel, pero se la conocía comúnmente bajo el nombre de Galadriel, Dama de la Luz. Galadriel tenía los cabellos de oro y estaba considerada como la más bella de los elfos en toda la Tierra Media Bajo su belleza y su amabilidad se escondía un enorme poder, especialmente asociado a las plantas y a la Naturaleza. Por eso también se la conocía como la Dama del Bosque. Se casó con Celeborn de Doriath, fue la madre de Celebrían y, a su vez, la abuela de Arwen, Estrella de la Tarde. Galadriel permaneció en la Tierra Media custodiando uno de los tres Anillos élficos de Poder, el Anillo del Agua, en el bosque de Lothlórien. Gracias a este Anillo, el bosque permaneció protegido de orcos y otras criaturas malignas y se mantuvo en permanente primavera. Desde inicios de la Segunda Edad del Sol, Celeborn y Galadriel vivieron en Lindon con su única hija, Celebrían. Luego se marcharon a Eregion, al reino de los Herreros elfos. Algún tiempo después, cruzaron las montañas Nubladas y crearon su propio reino en el Bosque Dorado de Lothlórien, en los márgenes del Río Anduin. Durante la Tercera Edad del Sol, sus ambiciones dieron paso al deseo de curar los males de la Tierra Media. Por eso, Galadriel participó en la lucha contra Sauron como miembro destacado del Concilio. Mediante su poderoso Anillo élfico de Poder, Galadriel usó sus capacidades para tejer un círculo mágico de protección en torno a Lothlórien. En la Guerra del Anillo, Galadriel dio refugio y regalos mágicos a los integrantes de la Comunidad del Anillo para ayudarles en su peligrosa misión…

CELEBORN

Elfo sindarin. Nació durante las edades de los Árboles. Pariente del rey Thingol de Doriath. Conoció a Galadriel durante una visita que ésta hizo a Menegroth (la capital), y tras un periodo indeterminado de tiempo (en la P.E.) se casaron y tuvieron una única hija, Celebrían. Cuando Beleriand se hundió bajo las aguas, Celeborn y Galadriel se dirigieron hacia Lindon, donde permanecieron hasta el siglo octavo de la S.E., fecha en la que se establecieron en Eregion. Tiempo después, Celeborn y Galadriel se marcharon y fundaron el reino de Lothlórien, en el Cauce de Plata. Durante la Guerra del Anillo, Lothlórien resistió tres ataques dirigidos desde Dol Guldur (en el Bosque Negro) el 11, 15 y 22 de Marzo de 3019. Al poco de acabada la Guerra, los muros de Dol Guldur fueron derribados por Galadriel, y el lugar quedó limpio (28 de Marzo de 3019). El 6 de abril Celeborn se encontró con Thranduil, y ambos se repartieron el Bosque Negro (que además pasaría a denominarse como el Bosque de las Hojas Verdes, o Eryn Lasgalen): Thranduil decidió quedarse con la parte septentrional, mientras que Celeborn prefirió la parte austral, y la denominó Lórien Oriental. El trozo que quedaba en medio se lo dieron a los Beórnidas y a los Hombres del Bosque. No obstante, tras la partida de Galadriel, Celeborn no tardó en cansarse y se retiró a Rivendel. Aunque no se sabe con certeza, se piensa que, poco después, Celeborn partió también hacia las Tierras Imperecederas.

Isildur

Hombre, hijo de Elendil el Alto, hermano mayor de Anárion y padre de Valandil, Elendur, Aratan y Ciryon. Junto con sus familiares, fue el líder de la resistencia de los Fieles contra la tiranía de Ar-Pharazôn. El propio Isildur protagonizó ya en su juventud un acto heroico tomando un fruto del (por entonces muy vigilado) Árbol Blanco de Númenor, que iba a ser derribado en breve por orden de Sauron. En la Caída de Númenor (3319 SE), Isildur, su hermano, y su padre reunieron a todos los Fieles y se embarcaron con destino a la Tierra Media. Con ellos salvaron tesoros tales como las Palantiri (las Piedras Videntes) o el vástago del Árbol Blanco. La tempestad causada por el Hundimiento envió a Isildur y a su hermano hacia las Falas, y a Elendil hacia el golfo de Lhûn. Isildur y Anárion remontaron el Anduin hasta que encontraron un lugar que les pareció apropiado para fundar su nueva ciudad, Osgiliath, que sería la capital del gran reino de Gondor. No obstante, no tardaron en erigir otras dos grandes ciudades: Minas Ithil, al este y situada en un saliente de las Montañas de la Sombra, y Minas Anor, al oeste y en la base de las Montañas Blancas. Y si bien ambos hermanos tenían trono en Osgiliath, Isildur residió preferentemente en Minas Ithil (fue nombrado príncipe de Ithilien) mientras que Anárion lo hizo en Minas Anor. En su ciudad, Isildur plantó el retoño que había logrado salvar del Árbol Blanco, cuya fortuna (y la de sus descendientes) iría siempre muy ligada a la casa Real de Gondor. Por otro lado, las 7 Palantiri se dividieron entre los hermanos (2 para cada uno) y su padre: una de ellas estuvo en Minas Ithil, otra en Osgiliath, otra en Minas Anor y la última en Orthanc, una pequeña fortaleza del reino. En 3320 SE, el mismo año de la fundación de Gondor, Sauron volvió a la Tierra Media. La supervivencia de sus enemigos lo exasperaba, y tan pronto como pudo recuperar la fuerza de Mordor, marchó a la guerra contra ellos. Así, en 3429 lanzó un rápido ataque contra Minas Ithil; la ciudad cayó pronto y Isildur (que salvó un fruto del Árbol Blanco) huyó por el Anduin hacia el norte en busca de la ayuda de su padre y del rey elfo Gil-galad. Con ellos en 3430 acordó la creación de una Liga de los Pueblos Libres contra Sauron, conocida históricamente como la Última Alianza. Mientras Anárion resistía como podía en Osgiliath, en el Norte se reunió con esfuerzo un enorme ejército que en 3431 partió con destino a Imladris. Por fin, cuando Gondor parecía sucumbir ante el empuje de Sauron, en 3434 el ejército de la Alianza cruzó las Montañas Nubladas; las dos fuerzas se encontraron en la Llanura de Dagorlad, donde tuvo lugar la mayor batalla de toda aquella Edad. La victoria estuvo del lado de la Alianza, que al instante entró en Mordor y puso sitio a Barad-dûr. Tras seis años, el memorable asedio acabó con la vida de Anárion, y un año después se hizo tan insoportable para Sauron que él mismo bajó a luchar. Se batió contra Elendil y Gil-galad, y los mató a ambos; pero Isildur estaba cerca de ellos y de una estocada consiguió rebanarle a Sauron el dedo en que llevaba el Anillo Único. Sauron desapareció (para siempre, en apariencia), pero Isildur, pese a los consejos de sus capitanes y amigos, no destruyó el Anillo en el Orodruin; porque el sólo contacto con éste ya había corrompido una parte de él, y decidió quedárselo como compensación por la pérdida de su padre y de su hermano. A la vuelta de la guerra, Isildur pasó el primer año de la Tercera Edad reorganizando el reino de Gondor; no obstante, fue investido como Rey de Arnor ante la muerte de Elendil, y cuando tuvo todo dispuesto cedió a Meneldil (hijo de Anárion) el control del reino Austral. A principios de septiembre partió de Osgiliath (junto con unos 200 soldados y sus tres hijos mayores) con destino a Imladris, donde residía Elrond y su hijo menor Valandil. El viaje debería llevarle unos 40 días, pero en el trigésimo (cuando se encontraban ya muy lejos de Lórien y a 4 días de marcha del reino de Tharanduil) una gran tropa de Orcos les interceptó. La superioridad enemiga primero obligó a Isildur a enviar a su escudero Othar hacia Imladris con los fragmentos de la espada quebrada de Elendil; pero cuando la derrota era ya evidente su propio hijo Elendur (Aratan y Ciryon ya habían muerto) le aconsejó huir como fuera para proteger el Anillo. Isildur se lo puso y amparado en él y en la oscuridad llegó hasta el Anduin; se introdujo en él y nadó hasta la otra orilla, pero cuando salió comprobó desolado que el Anillo se le había soltado del dedo. Su enorme figura se destacó muy visiblemente para los arqueros orcos que había apostados por la zona, y Isildur murió al instante con el corazón y la garganta atravesados por flechas orcas. Su cuerpo, pese a caer en la orilla, nunca fue hallado; se cree que muchísimo tiempo después Saruman lo encontró en sus investigaciones por el río y se quedó con los objetos que llevaba, mientras que probablemente se deshizo de sus huesos; aunque esto no es seguro.

Elendil

Hombre, hijo de Amandil y padre de Isildur y Anárion. Conocido como Elendil el Alto, el Fiel o el de la Alta Talla. Último príncipe de Andúnië de Númenor, lideró a los Fieles opuestos y perseguidos por el tirano Ar-Pharazôn mientras éste estuvo en el poder. En la Caída de Númenor, Elendil consiguió escapar junto con sus hijos y seguidores en nueve barcos. El enorme oleaje provocado por el hundimiento desvió el rumbo de los que tenía a su cargo y lo separó de las naves de sus hijos enviándole hacia el noroeste. De esta manera, Elendil llegó al norteño Golfo de Lhûn, donde entabló amistad con el Rey elfo Gil-galad y estableció la que sería capital del nuevo reino de Arnor, Annúminas. No obstante, mientras Elendil vivió fue considerado soberano no sólo de Arnor sino también del reino sureño fundado por sus hijos, Gondor. Tras el retorno de Sauron a la Tierra Media (3420 SE) y su ataque a Gondor en 3429, Elendil escuchó el consejo de su hijo Isildur de formar tan pronto como fuese posible una gran alianza contra Sauron. Esta unión, conocida como la Última Alianza, se formó en 3430 SE, y se puso en camino a Mordor el año siguiente. En 3434 la Última Alianza cruzó por fin las Montañas Nubladas y se enfrentó victoriosamente a los ejércitos de Sauron en la enorme batalla de Dagorlad. La Alianza penetró entonces en Mordor y puso sitio a Barad-dûr: la Torre Oscura aguantó un asedio durísimo durante 7 años, tras los cuales la insostenible situación obligó al propio Sauron a salir y presentar batalla. En este enfrentamiento acabarían falleciendo tanto Gil-galad como el propio Elendil, aunque por fortuna Isildur acabó con su enemigo cortándole el dedo en que llevaba el Anillo Único.

Gollum

Gollum fue una vez un hobbit de la rama de los Fuertes, llamado Sméagol, nacido no muy lejos de los Valles del Anduin. Sméagol era un hobbit preguntón y curioso que se zambullía en lagos profundos y cavaba y abría túneles en los montículos verdes. En 2463 de la Tercera Edad, el primo de Sméagol, Déagol, encontró el Anillo Único pescando en el Río Grande. Era el cumpleaños de Sméagol y le pidió que le regalara el Anillo, pero Déagol le dijo que lo quería para él. Sméagol mató a su primo para adueñarse del Anillo. Sméagol usó el Anillo para sus maliciosos fines y se hizo impopular entre los demás hobbits. El poder del Anillo alargó su vida, pero lo deformó hasta dejarlo irreconocible. A partir de entonces se lo llamó Gollum, por los ruidos asquerosos y guturales que hacía cuando intentaba hablar. Se convirtió en un ser que evitaba la luz y que vivía de horribles asesinatos, comiendo carne impura y pescado crudo. Se encontraba más a gusto en las oscuras lagunas de las profundas cavernas que en el mundo exterior. Su piel perdió todo el pelo y se volvió negra y húmeda, y su cuerpo delgado y desvaído. Su cabeza parecía una calavera y sus ojos eran saltones y adaptados a la oscuridad, le crecieron los dientes, como colmillos de orco, y sus pies de hobbit se volvieron palmeados. Durante casi cinco siglos, Gollum vivió escondido en las cavernas bajo las Montañas Nubladas. Con el tiempo, empezó a hablar con el Anillo llamándolo “Mi tesoro” con voz silbante, y se dirigía a sí mismo en tercera persona. En 2941, el hobbit Bilbo Bolsón realizó una visita decisiva a su caverna y le “tomó prestado” a Gollum el Anillo Único después de una larga lucha de adivinanzas. Gollum venció su miedo a la luz por el deseo de recuperar la joya, y salió de la cueva. En 3019, Gollum encontró por fin a Frodo, el nuevo Portador del Anillo, pero, por mucho que lo intentó, no consiguió vencerlo. Durante un tiempo hasta pareció que Frodo sería capaz de amansar a la miserable criatura, pero Gollum vivía de la traición…

Haldir

Elfo gris. Hermano de Orophin y de Rúmil. Se sabe muy poco de él. El 15 de Enero de 3019 fue el encargado de dirigir a la Compañía (que venía de Moria) por el bosque de Lórien hasta Caras Galadon para ver a Galadriel y Celeborn, su papel en La Comunidad Del Anillo, es más bien pequeño, pero adquiere más importancia en Las Dos Torres, en la que mandado por la dama de los Galadrim, Galadriel, se dirige al abismo de Helm, con un ejercito de Arqueros elfos, para ayudar a los hombres, desgraciadamente, este personaje encontrara la muerte en el abismo de Helm.

Saruman

Mago de Isengard, Saruman el Blanco era el primero de los Istari, la Orden de los Magos, quienes fueron a la Tierra Media alrededor del año 1000 de la Tercera Edad del Sol. Saruman fue uno de los cinco ancianos de largas barbas blancas que desembarcaron en la Tierra Media a bordo de una nave élfica. Eran los Istari, a quienes los hombres llamaron Magos: Saruman el Blanco, Gandalf el Gris, Radagast el Pardo, Allatar y Pallando (estos dos eran los Magos Azules). En las Tierras Imperecederas era conocido como Curumo, uno de los espíritus Maiar del pueblo de los ainur. Cuando apareció por vez primera en la Tierra Media, tenía el aspecto de un sabio y venerable anciano que vestía ropajes blancos y hablaba con una hermosa voz. Los elfos lo llamaron Curunir, que significa “el de hábiles recursos” o “el hombre capaz”. Rápidamente, se convirtió en el líder del Concilio Blanco, gracias a sus extensos conocimientos acerca de Sauron. Junto con Gandalf el Gris, Saruman era el Istar más poderoso de su orden. Viajaron por la Tierra Media buscando la forma de vencer a Sauron, el Señor Oscuro. Tanto el uno como el otro no tuvieron aposento fijo, aunque Saruman prefería viajar hacia el Este, mientras que Gandalf prefería el Oeste. Tras muchos viajes, Saruman consiguió la custodia de las llaves de Orthanc, la Torre de Isengard, ya que tanto el Senescal de Gondor como el Rey de Rohan estaban encantados de que ese lugar quedara en manos de un amigo con tanto poder. En Isengard, Saruman se centró en el estudio de la historia de los Anillos del Poder y las malas artes de Sauron, lo que le llevó a desear en secreto la posesión del Anillo Único…

Theoden

Hombre, hijo de Thengel y de Morwen de Lossarnach. Fue el segundo hijo y único varón entre los tres hijos que tuvo el rey Thengel, cuya última hija, Théodwyn, estuvo muy unida a su hermano Théoden. A la muerte de Thengel en 2980 T.E., Théoden fue nombrado decimoséptimo rey de Rohan. Théoden comenzó su reinado bien, pero su consejero Grima Lengua de Serpiente, servidor de Saruman, le fue debilitando progresivamente con astutas palabras hasta que casi no se pudo levantar del trono. Por suerte para todos, Gandalf le curó (2 de Marzo de 3019) y le habilitó para que pudiese llevar él mismo a su ejército a la batalla de Cuernavilla y a los Campos del Pelennor, donde moriría aplastado por su caballo Crinblanca, espantado ante el rey Brujo (15 de Marzo de 3019). Antes de morir, pudo nombrar heredero a su hijo adoptivo Éomer, ya que su único hijo, Théodred, había muerto anteriormente (25 de Febrero de 3019) en batalla contra las tropas de Saruman que iban a cruzar el Isen (uno de los objetivos principales de aquellas tropas era matar a Théodred para que Rohan quedase sin un jefe de Guerra efectivo).

Eomer

Hombre, hijo de Éomund y de Théodwyn. Éomer era sobrino del rey Théoden. Su padre murió persiguiendo a una banda de orcos en 3002, y su madre cayó enferma poco después y murió. Entonces el rey Théoden adoptó a Éomer y a su hermana Eowyn como si fuesen sus propios hijos. En 3017 (joven, con 26 años) fue nombrado Mariscal de la Marca, aunque cayó en desgracia al trabar amistad con Gandalf y, sobretodo, por la maligna influencia que Grima Lengua de Serpiente (vendido a Saruman) tenía sobre Théoden. Ya en la Guerra del Anillo, Éomer luchó en la Batalla de Cuernavilla, en la de los Campos del Pelennor y en el Campo de Cormallen (ante la Puerta Negra). En Pelennor (15 de Marzo de 3019), el rey Théoden resultó mortalmente herido al caerle su caballo encima, y antes de morir nombró a Éomer su sucesor. Así, Éomer se convirtió en el decimoctavo rey de Rohan, y con él empezaba un nuevo linaje (el tercero). En 3020 T.E. Éomer se casó con la princesa Lothíriel de Dol Amroth, y poco después nacería su hijo Elfwine el Hermoso, que sucedería a Éomer. En 63 C.E. Éomer recibió la visita en Edoras de Merry y Pippin, quienes le acompañaron hasta su muerte en el otoño del mismo año.

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