Creando una nueva realidad desde nuestro Ser Interior

De: MINERO16  (Mensaje original)
Enviado: 27/12/2003 11:06

Los Maestros y Guías Espirituales que están acompañando el proceso de cambio dimensional en la Tierra nos dicen que ya estamos viviendo en la 5° dimensión y que es preciso comprender las leyes que operan en esta dimensión para que comprendamos los cambios internos y externos por los que atravesamos y así poder crear la nueva realidad y la nueva Tierra que nos merecemos.

No temas por lo que pueda pasar, somos asistidos y cuidados dentro de un Plan de Evolución perfecto.

Cada uno de nosotros es una pieza muy importante en este juego cósmico.

¿ Lo sabías ?. Tenemos una tarea determinada inscrita en nuestro programa de vida.

Recuérdala.

Olvida tus preocupaciones cotidianas de la 3° dimensión por unas horas y dale un espacio a tu Ser Interno para que aprenda y ejercite las nuevas formas de vida y de realización que te permitirán salir de las encrucijadas actuales y encontrar los caminos hacia la Nueva Tierra.

Recuerda:

La 3° D es el mundo en que vivimos, concreto y tangible, donde la vida se ha complicado tanto que ya no sabemos cómo manejarla. Las cosas están muy polarizadas en luz y oscuridad, buenos y malos, justicia e injusticia.

La 4° D es un pasaje a través del tiempo real y sincrónico donde vivimos en el aquí y el ahora.

La 5° D es el nuevo mundo de “conciencia” que habitaremos, salimos de las dualidades y de todas estas oscuridades y desconciertos actuales. Estamos en total integración, lo que pensamos se manifiesta inmediatamente. El centro regulador de la conciencia ya no será la mente racional, el poder pasa al corazón:

Amor en acción. Por lo cual hay que desbloquear emociones y activar los sentimientos de integración con TODO LO QUE EXISTE. Cada uno será filtro para sí mismo.

Aquellos que se afligen por la violencia y la injusticia humana, podrán comprender ahora que en 5° D no hay lugar para este tipo de conciencia de separación que ha sido propio de la 3° D ¡Se acaban los dramas y las luchas de poder!

La nueva realidad se basa en la integración. Integración del espíritu en la materia, de deseo y acción. Todo esto unido por la energía del amor, que tiene el verdadero poder de integrar y unir.

Es así como la nueva conciencia de la Humanidad sólo podrá tener creaciones que respondan a la Ley del Amor; las otras creaciones, a las cuales estamos acostumbrados en estos momentos y que se organizan en torno a energías destructivas y egoístas, no se sostendrán. El aumento de la frecuencia vibratoria en el planeta desintegrará todo lo que no vibre en la 5° D que es espiritual y atemporal.

No te asustes pensando que las cosas se desintegran y seremos sólo espíritu. Lo que se desarma son las estructuras y los sistemas viejos, queda la esencia de cada cosa y desde allí revalorizamos todo y tenemos la oportunidad de construir ese mundo que nuestras almas sienten como verdadero.

¿Cómo transformar tanto desorden y falta de sentido?

1° Reconociendo los inevitables cambios que tenemos que hacer en nuestra forma de pensar y de concebir la vida

2° Somos dueños del mundo que creamos en cada momento con nuestros pensamientos.

3° El poder está dentro nuestro y nos hacemos cargo de la realidad que imaginamos

4° La frecuencia vibratoria del Planeta aumenta cada día, a medida que entra en el flujo de la energía de Luz Divina. Ya no se puede ignorar el despertar espiritual y la necesidad de estar con la conciencia más abierta para asimilar e integrar los procesos relacionados con los cambios de dimensiones, de lo contrario se sufre la pérdida de todo lo que fue la 3° dimensión, sólida y confiable.

Atrévete a crear una realidad de tu propia elección, basada en el deseo más profundo de tu corazón. Ten el valor de ir tras aquello que te apasiona, porque allí encontrarás tu propia esencia.

Aquellos que sienten el pulso de la Tierra, podrán sentir con anticipación, los próximos eventos cósmicos. A medida que entran en este flujo, sentirán que la conciencia se eleva a todo su alrededor. Aquellos que tienen empatía y son sensibles con la Tierra, sentirán este cambio energético antes que los demás. Algunos se sentirán al borde de su resistencia o nerviosos, sin razón aparente. Otros podrían sentirse estimulados. Las reacciones serán variadas, sin embargo, todos eventualmente sentirán el cambio de alguna manera.

Ustedes pueden sostener la Luz en alto al escoger los pensamientos que crean la realidad que desean.

Con sólo tener pensamientos constructivos estás sosteniendo la Luz de la Nueva Tierra.

Retrospección

De: MINERO16  (Mensaje original) Enviado: 27/12/2003 11:10
Sin ningún temor hicimos un inventario moral -examen de conciencia: retrospección- de nosotros mismos. Admitimos ante el Universo Infinito, ante nosotros y ante todo ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas. Admitimos que nuestra conciencia es lo que somos.

La Creación nos dotó de instintos para un propósito. Sin ellos no seríamos seres humanos completos. Sin embargo, estos instintos (los sentidos básicos) tan necesarios para nuestra existencia, nos dominan e insisten en dominar nuestras vidas. Deseos sexuales, emociones, pensamientos, hábitos, etc. Resentimiento, resignación, culpa, crítica, amor egoísta y sed de poder. Este Paso es un esfuerzo laborioso y vigoroso para descubrir cuales han sido y son estos riesgos en nosotros. Queremos descubrir exactamente cómo, cuándo y dónde éstos deformaron nuestros instintos naturales. Queremos mirar de frente a la desdicha que esto les ha causado a otros y a nosotros. Descubriendo cuáles son nuestras “deformaciones” emocionales, mentales, espirituales podremos corregirlas.

Sin un deseo sincero y perseverante de hacerlo, es muy limitada la satisfacción que podamos obtener. La mayoría de nosotros se ha dado cuenta de que es muy difícil de alcanzar la fe y el conocimiento que obra positivamente en la vida cotidiana, si no se ha hecho sin temor alguno, sin temor, un minucioso inventario moral: Retrospección. Debe cuidarse que la búsqueda de la seguridad (física, emocional, mental y/o espiritual) no se anteponga al despertar. Los instintos alborotados obstaculizan la investigación. Siempre surge una “reacción”.

El inventario se relaciona también con la escala de valores. Para evitar confusiones sobre las denominaciones de los “defectos”, vamos a adoptar una relación universalmente reconocida de los principales defectos humanos -los siete pecados capitales: el orgullo, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza. El orgullo no encabeza esta relación por mera casualidad. Porque el orgullo, conduce a la tendencia que tenemos de tratar de justificar -argumentar- nuestros actos y siempre espoleados por los temores conscientes o inconscientes, es la causa principal de la mayor parte de las dificultades humanas, el principal obstáculo al verdadero progreso espiritual. Todos estos “defectos” generan miedo, temores que devoran sin cesar la base de cualquier clase de vida que tratamos de edificar. Los medios no justifican el fin, el fin y los medios son uno solo. Cuidemos de los medios y el fin estará allí. El primer paso es el último paso.

Así que cuando se sugiere hacer un inventario sin temor alguno, le parecerá que se le está pidiendo más de lo que debe hacer. Tanto su orgullo como su temor, lo rechazan cada vez que intenta mirarse por dentro. El orgullo dice: “No hay necesidad de que pases por aquí…” y el temor dice: “No te atrevas a mirar aquí”. Pero el temor y el orgullo son simplemente “ilusiones”. No es la vida la que me trae problemas sino la “imagen interna” que tengo de ella. La imagen es el “espejismo”. A medida que perseveramos, nace una confianza completamente nueva y el alivio al enfrentarse a nosotros mismos es indescriptible. Estos son los primeros frutos de este Paso. Para entonces él probablemente ya llegó a la siguiente conclusión: “Carácter es igual a Destino”.

Será la primera prueba tangible de nuestra buena voluntad de ir hacia adelante. El inventario debe hacerse concienzudamente. En este respecto es conveniente anotar nuestras preguntas y respuestas. Ayudará a pensar con claridad.

El ofensor número uno es el resentimiento. Causando la destrucción, hasta de las células. De él nacen todas las formas de enfermedad espiritual, ya que no solo hemos estado enfermos mental y físicamente, sino que también espiritualmente. Cuando nuestro mal espiritual es vencido, nos enderezamos física y mentalmente.

Para manejar los resentimientos, los anotamos por escrito (diario personal). Enumeramos a las personas, instituciones y principios, a todas las formas de vida con los que estábamos disgustados.

La vida nos ha enseñado que no podemos vivir solos con nuestros problemas, que no vivimos aisladamente. Nos enseñó que: “Uno es el mundo y el mundo es lo que uno es”. Si hemos iluminado el curso de nuestras vidas, y hemos visto en relieve esos incidentes que preferimos no recordar, si hemos llegado a comprender cuánto daño nos ha causado a nosotros mismos y a los demás esa manera de pensar y de actuar “contradictoria-ambivalente-desvitalizante”, entonces necesitamos más urgentemente que nunca dejar de vivir solos con esos fantasmas atormentadores del “ayer”. Tenemos que hablar de ello con alguien. Todo debe salir a la superficie.

¿Qué es lo que podemos recibir del Séptimo Paso? Por lo pronto, librarnos de esa terrible sensación de aislamiento que siempre hemos tenido. No sentimos que “pertenecíamos” a algo hasta que hablamos con entera sinceridad de nuestros “defectos”, y oímos a otra persona hacer lo mismo. Fue el principio de un “parentesco” genuino con el ser humano y con el universo.

Este paso vital también fue el medio por el cual empezamos a sentir que se nos podría perdonar, sin importar lo que hubiéramos hecho o pensado. Nuestro inventario moral nos había convencido de que era conveniente perdonarlo todo, pero fue sólo cuando abordamos resueltamente el Séptimo Paso, cuando supimos que podríamos recibir y otorgar perdón.

Otro bien que podemos esperar como resultado de la admisión de nuestros defectos ante otro ser humano, es la “humildad”. Significa el reconocimiento manifiesto de qué y quiénes somos en realidad, seguido por un esfuerzo sincero de llegar a ser lo que podríamos. Por consiguiente, nuestra primera acción afirmativa hacia el logro de la humildad deberá consistir en el reconocimiento de nuestras faltas, de nuestro “dormir soñando que estamos despiertos”. Y pronto descubrimos que aunque deseáramos y estuviéramos dispuestos a librarnos de ellos, nosotros solos no podríamos eliminarlos. Necesitamos ayuda de fuera para, con entera veracidad, averiguar y admitir la verdad acerca de nosotros mismos, la ayuda del Universo Infinito y la de otro ser humano (grupo). Solamente ventilando nuestras vidas, sin retener nada, solamente estando dispuestos a recibir consejos y a aceptar ser dirigidos, podremos ir por el camino de la debida manera de pensar, de la honradez sólida y de la humildad genuina. Cuando somos sinceros con otras personas se confirma que hemos sido sinceros con nosotros mismos y con la Vida.

Otra dificultad es que: nuestro racionalismo y nuestras creencias motivadas por el deseo, pueden tergiversar aquello que nos llegue si estamos solos. En cuestiones espirituales es peligroso conducirse solo. Caemos presa del autoengaño.

Por otro lado, debemos tener mucho cuidado, recordando que la prudencia es una gran virtud. Siempre que el interesado no retenga nada, sentirá un gran alivio. A medida que cede el dolor, lo reemplaza una tranquilidad reparadora. Y cuando se combinan así la humildad y la serenidad (calma interior) algo grande está a punto de ocurrir… Este sentimiento de ser uno con el universo y con el hombre, este surgimiento del aislamiento a través del sincero compartir de nuestra terrible carga de culpabilidad, nos conduce a un estado de tranquilidad en el que podemos prepararnos para los siguientes pasos.

Nuestra conciencia es lo que somos. Nuestras creencias e ideales, nuestros dioses, nuestra violencia, nuestro temor, los conceptos románticos, el placer, el dolor, el miedo a la muerte y la eterna pregunta que el hombre se ha formulado desde tiempos inmemoriales: si más allá de todo esto, existe algo sagrado.

Esa es nuestra conciencia. Eso es lo que somos. Uno no es diferente de su conciencia. Nos estamos preguntando si ese contenido de la conciencia puede cambiar, si puede ser totalmente transformado.

En primer lugar, la conciencia de uno no es “su” conciencia. Es la conciencia de toda la humanidad, porque lo que uno piensa, las creencias que uno profesa, sus sensaciones, sus reacciones, su pena, su dolor, su inseguridad, sus símbolos, etc., son compartidos por toda la humanidad. Sea que vaya uno a un país o a otro, encontrará que los seres humanos sufren en todas partes. Temen a la muerte, tienen creencias e ideales. Hablan un idioma particular, pero su pensar, sus reacciones, sus respuestas son generalmente compartidas por todos los seres humanos.

Es un hecho que uno sufre y que su prójimo sufre; ese prójimo puede estar a miles de millas de distancia, pero sufre. El se siente tan inseguro como uno; puede tener muchísimo dinero, pero internamente hay inseguridad. El hombre rico, o el hombre que tiene poder, de cualquier país, todos pasan por este dolor, por esta ansiedad, esta desesperación, este sentimiento de soledad.

La conciencia de uno no es “su” conciencia, como tampoco el pensamiento de uno, nuestro pensar, no es pensar individual. El pensar es común, es general (sentido común), desde el hombre más pobre, menos educado, menos refinado que vive en una pequeña y diminuta aldea, hasta el más sofisticado de los cerebros: el de los científicos.

Es bastante difícil de ver esto y de conocer la verdad, debido a que estamos muy condicionados como individuos. Todos nuestros libros, de cualquier origen, todos sostienen y alimentan esta idea, este concepto del individuo.

Uno es el resultado de su ambiente, del idioma que habla, del alimento que come, de la ropa, del clima, de la tradición transmitida de generación en generación.

Uno es producto de la sociedad que ha creado. La sociedad no es diferente de uno. El hombre ha creado una sociedad de codicia, de envidia, de odio, violencia, guerras, tecnologías, una sociedad adicta… La conciencia de uno no es su conciencia: es el suelo sobre el que caminan y piensan todos los seres humanos.

Si pensamos que pensamos como individuos seguimos aislados. No hay seguridad en el aislamiento. Si reconocemos que internamente no hay división, que todos compartimos los mismos problemas, entonces la pregunta es: ¿Puede uno, como ser humano que representa a toda la humanidad, producir una revolución interna fundamental? Si yo como ser humano cambio, ¿afectará esto de algún modo al resto de la humanidad?

Si uno cambia, influye en toda la conciencia del hombre. Cuando uno como ser humano se transforma radicalmente en lo psicológico-interno, o sea, está libre de temor, tiene una relación correcta con el prójimo, ha elaborado el dolor… influye en toda la conciencia del hombre. No es una cuestión egoísta. No es una salvación individual. Sino la de todos los seres humanos,
de los cuales uno forma parte.

Cuanto más conectados estemos, con mayor agudeza seremos conscientes de los momentos en que perdemos la conexión, cosa que suele suceder cuando estamos en tensión (estresados). En los momentos de lucidez podemos distinguir nuestra manera de robar energía a los demás. Una vez nuestra conciencia personal se percata de nuestras manipulaciones, nuestra conexión es más constante y nos permite descubrir nuestra línea de desarrollo en la vida, nuestra misión espiritual y el estilo personal con que podemos hacer una aportación al mundo.

El primer paso en el proceso de poner las cosas en claro consiste para todos en traer a la conciencia nuestro drama particular de control -“farsas de control”. ¿Cómo controlamos a los demás? No podremos avanzar hasta no habernos mirado bien y descubierto qué hacemos para manipular y así conseguir energía (“combustible”).

Cada persona manipula para conseguir energía en forma agresiva, forzando directamente a la gente a que le preste atención, o pasiva, jugando con la simpatía o la curiosidad de la gente para atraer la tensión. El orden de los dramas es de agresivo a pasivo, de Yang a Yin: “intimidador, interrogador, distante y pobre de mí”. En otro sentido: “miedo, resentimiento, crítica, y culpa”.

Una persona llega a cualquier extremo necesario para atraer la energía de la atención en su familia. Y, posteriormente, esa estrategia pasa a ser su forma dominante de controlar para obtener energía de todos, el drama que repite en forma constante.

Las personas distantes crean interrogadores. Y los interrogadores hacen que la gente sea distante. Y los intimidadores crean la actitud pobre de mí (culpa), o, si eso no resulta, otro intimidador.

Por ejemplo, si aspiramos a controlar a otra persona haciendo que se sienta culpable o insuficiente -y si así adquirimos su energía al embarcarla en un viaje de culpabilidad que la lleva a prestarnos toda su atención-, podemos ser calificados como: “victimistas”.

Por otra parte, si aspiramos a controlar a los demás de forma menos pasiva y optamos por permanecer lejanos, inaccesibles y poco claros -si aspiramos a conseguir que el otro nos persiga para comprendernos a fondo, y si así obtenemos su energía gracias a sus atenciones-, podemos ser calificados como: “reservados”.

Una conducta más agresiva es la que pretende controlar a los demás encontrando sus errores, haciéndoles sentirse cohibidos y vigilados; es el estilo que se describe como propio del: “interrogador”.

Por último se encuentra la farsa de control más agresiva de todas, la del “intimidador”, que adquiere su energía al aterrorizar a los demás para que le presten atención.

Todo hábito inconsciente que pase a ser examinado a fondo por la conciencia experimenta una liberación.

Pero recordemos: hay una tendencia a ver estos dramas en los demás y pensar que nosotros estamos exentos de esos mecanismos. Cada uno de nosotros debe trascender esta ilusión para poder seguir adelante. Podemos encontrar un sentido más elevado para nuestra vida, una razón espiritual para haber nacido en nuestras familias particulares. Podemos empezar a poner en claro quiénes somos en verdad.

El segundo paso en el proceso de poner las cosas en claro consiste para todos en que cada uno debe remontarse a su pasado, a la vida familiar inicial, y ver cómo se formó ese hábito. Ver su aparición mantiene nuestra forma de controlar en el nivel consciente. Siempre desarrollamos nuestros dramas particulares en relación con los miembros de nuestra familia. Una vez que
reconocemos la dinámica de la energía en nuestra familia, podemos ir más allá de estas estrategias de control y ver qué ocurre en realidad.

Cada persona debe reinterpretar su experiencia de familia desde un punto de vista evolucionista, desde un punto de vista espiritual, y descubrir quién es en verdad. Una vez que lo hacemos, nuestro drama se desvanece y nuestra vida real despega.

¿Cómo es la imagen-paterna? ¿Qué representaba mi padre? ¿Cuáles eran sus puntos fuertes, cuáles sus logros? ¿Qué quiso de la vida, qué fue lo que no logró obtener? ¿Cómo es la imagen-materna? ¿En qué consistió su vida? ¿Qué quiso encontrar en este mundo, al margen del éxito que tuviera en su empeño?

Somos la contradicción mamá-papá.

Hay una sola manera de encontrar el verdadero Yo. Todos debemos remontarnos a nuestra experiencia familiar, al tiempo y lugar de la infancia, y revisar lo que pasó. Una vez que tomamos conciencia de nuestro drama de control, podemos concentrarnos en una verdad superior en cuanto a nuestra familia. Una vez que la descubrimos, esta verdad puede energizar nuestra vida, ya que nos dice quiénes somos, el camino que vamos recorriendo y qué estamos haciendo.

Nuestra actitud pacífica testimonia lo bien que nos conectamos con la energía.

Ahora puede mirar más allá de la competencia por la energía que existía en su familia y buscar la verdadera razón por la que usted estaba allí. ¿Por qué nací en esa familia en particular? ¿Cuál puede haber sido el propósito? ¿Cómo y por qué fueron “heridos” los instintos de supervivencia, jerarquía, solidaridad y amor?

No somos simplemente la creación física de nuestros padres; también somos la creación espiritual. Naciste de esas dos personas (de la interacción de ambos), y sus vidas ejercieron un efecto irrevocable en quién eres tú. Para descubrir tu verdadero Yo, debes admitir que tu realidad empezó en una posición entre las verdades de ellos. Por eso naciste ahí: para adquirir una perspectiva superior (más amplia) de lo que representaban. Tu camino consiste en descubrir una verdad que sea una síntesis superior de lo que esas dos personas creían.

Un ejemplo: mi padre pensaba que la vida consistía en maximizar el hecho de estar vivo, su alegría por ser quién era, y trató de perseguir ese objetivo. Mi madre creía más en el sacrificio -la minimización- y en pasar el tiempo sirviendo a los demás, negándose a sí misma.

¿Y tú qué piensas al respecto? ¿Qué punto de vista elegirías? ¿El de tu madre o el de tu padre?

Una vida correcta debe incluir (conciliar) las dos visiones. Mi vida consiste de alguna manera en combinar sabiamente los dos enfoques: la optimización.

Toda tu vida tendrá que ver con descubrir una espiritualidad que te permita crecer, desarrollar tu potencia.

Podemos entonces, iniciar la siguiente etapa del proceso, que consiste en mirar atentamente todas las cosas que te pasaron desde que naciste.

Después de meditar bien a mis padres, descubrí para qué me había preparado mi experiencia con ellos. Me di cuenta de que mi vida era una síntesis de los dos puntos de vista. Trataba de descubrir cómo somos guiados internamente hacia la misión que sólo nosotros podemos cumplir, sabiendo que es de máxima importancia llevar a cabo esa misión si queremos sentirnos felices y plenos. Si meditaba cómo había evolucionado mi vida, esta cuestión le daría a mi existencia su exacta proporción y me aclararía lo que está pasándome ahora.

Todos debemos ver los cambios significativos en nuestra vida y reinterpretarlos a la luz de nuestra cuestión evolucionista. ¿En qué forma ha avanzado mi experiencia? Piensa cómo encajan entre sí los hechos de tu vida.

Todos debemos pasar todo el tiempo que sea necesario atravesando este proceso de aclarar el pasado. Todos los intereses que te llevaron adelante en tu pasado, todas esas etapas de crecimiento, simplemente te preparaban para estar aquí y ahora. Toda tu vida ha sido un largo camino que te condujo directamente a este momento.

La mayoría de nosotros tenemos un drama de control que debemos trascender, pero en cuanto lo hacemos podemos comprender el sentido más elevado de por qué nacimos de nuestros padres y para qué nos preparaban todos los virajes y las vueltas de nuestra vida. Todos tenemos un propósito espiritual, una misión, que hemos perseguido sin ser del todo conscientes de ello, y una vez que lo traemos totalmente a la conciencia, nuestras vidas pueden despegar.

Al descubrir el propósito, debes seguir adelante, permitir que las coincidencias te guíen hacia una idea cada vez más clara de cómo proseguir tu misión a partir de este punto, y de qué más debes hacer aquí.

Una vez que uno aprende qué es la vida, no hay forma de borrar el conocimiento. Si tratas de hacer otra cosa, siempre tendrás la sensación de que te falta algo.

Este es el proceso espiritual a través del cual una generación evoluciona sobre la realidad heredada para alcanzar una forma más fiel a la verdad. Toda nuestra vida estriba en encontrar la verdad combinada de nuestros antepasados familiares, y en seguir evolucionando sobre esta verdad para alcanzar una forma superior, hasta que comunicar esa verdad pase a ser nuestra misión en la tierra. Una vez comprendemos esa verdad, podemos entender que todas las experiencias, la sincronicidad de nuestra vida, no es sino una preparación de cara a esta misión. Pasa a ser nuestra forma de enaltecer el mundo.

Como dominar el arte de al exploración interior

De: MINERO16  (Mensaje original)
Enviado: 27/12/2003 11:12

¿Cómo dominamos entonces el Arte de la Exploración Interior? ¿Cómo obtenemos todos los beneficios sobre los que leíste ayer? ¿Cosas como quietud, paz, satisfacción, realización, liberarse del miedo? Has visto que todo en esa lista es un “trabajo interno”. No puedes ir a McDonalds para obtener estas cosas. Nadie te las va a regalar para Navidad. No hay búsqueda en el mundo que te ayude a encontrarlas. ¿Por qué? Porque todas están dentro de ti. Y ahí es donde las encontrarás. ¿Cómo hacer eso? Bien, obviamente, se necesita un poco de auto-investigación. Es el proceso de descubrir qué te hace palpitar. Y no sólo en la superficie, sino en los más profundos niveles de quien eres. Significa “ir hacia adentro” todo el camino, a lo profundo, profundo, profundo. Y ver lo que hay para ver allí.

¿Te suena esto un poco aterrador? Es decir, ¿Quién sabe qué encontrarás cuando vayas allí? ¿Estamos realmente hablando de develar cada uno de los aspectos de nosotros mismos, sin que quede nada más escondido? Sí – de eso exactamente estamos hablando. Comencemos inmediatamente. Probablemente notarás algo justo aquí, y ahora. ¿Notaste que cuando mencioné “develando cada uno de los aspectos de tu ser interior” hay una parte de ti que se siente incómoda con ello? ¿Qué alguna parte tuya puede hasta sentir miedo de hacerlo? Escucha – ¡Esto no es nada malo! Es totalmente natural. Y esperable. Déjame decirte qué es lo grandioso con respecto a lo que acabas de notar… Lo que sea que notaste… es sólo una parte tuya. Hay muchas partes tuyas. Hay una parte que siente temor por todo esto. Hay una parte que se regocija ante la perspectiva de ir más profundo. Y también hay una parte tuya, a la que no le puede importar menos. Al adentrarnos en esta auto-exploración, encontrarás muchas partes de ti mismo; algunas que ni siquiera habías sospechado que estaban allí. Pero la belleza de todo esto es que tienes la posibilidad de elegir. En realidad, el principal descubrimiento de la auto-liberación es que siempre tienes la posibilidad de elegir, en todo momento. Puedes elegir sobre qué parte de ti quieres enfocarte, a qué parte de ti quieres prestarle atención.

Cada vez que surge el miedo o la desconfianza, puedes elegir poner tu atención en eso – elegir el miedo con respecto a  la forma en que estás creando tu vida, en este momento. O puedes prestarle atención a las otras partes de ti mismo – las que ven la belleza, alegría y maravilla de la vida. La verdad es – puedes elegir cosas como la devoción, la gratitud y el amor cada vez que lo desees. No estás obligado a prestarle atención a los aspectos temerarios, desconfiados, “negativos” de tu vida – a menos, por supuesto, que prefieras hacer eso. Libertad significa que eres libre de hacer lo que quieras. Pero si ves que REALMENTE puedes elegir – ¿elegirás el miedo – o elegirás otra cosa? Y eso resume la base de este curso. Primero, hablamos sobre herramientas poderosas que puedes usar para ver todos los aspectos de ti mismo, en forma clara. Se sabe que algunas personas se sientan pacíficamente, durante muchas horas por vez, para ir hacia adentro, pero puedes necesitar muchos años para develar todo tu mundo interior de esa manera. Algunas personas dicen inclusive que se necesita toda una vida. Pero con las herramientas adecuadas, con las luces de búsqueda interior, puedes obtener resultados con sorprendente rapidez. Al suceder eso, puedes expresar cualquier aspecto de ti mismo al que quieras prestarle atención – a través del poder de tu elección. Entonces cuando elijas cada vez más quietud y paz, lograrás abrir cada vez más de ti mismo.

Hasta el día en que descubras – ya no hay temor, no hay más problemas – no existe nada más que la libertad de la máxima realización y amor. Y otra vez, repito – esto puede ser tan difícil o tan fácil como quieras – ¡es tu elección! Entonces, ¿Por qué no experimentas todos los beneficios que describimos ayer, ahora mismo? ¡Estas cosas son tu derecho de nacimiento! Cuando naciste, viniste a este mundo completamente libre e inocente, totalmente en paz y feliz. Puedes ver que eso es obvio, cada vez que sostienes a un recién nacido. ¿Qué ha sucedido entonces en los años siguientes de modo que no experimentas completa alegría y libertad, en cada minuto de cada día, de tu vida? ¡Hay una muy buena razón para ello! Y una vez que conoces la razón, puedes volver a elegir. Puedes dejar de ser una “víctima” de tu vida, y comenzar a ser el “creador” de tu vida. Echemos una mirada a lo que ha sucedido en los años desde que naciste… Venimos a la vida inocentemente. Como niños, vivimos completamente en el momento presente. No hay arrepentimiento sobre lo que sucedió ayer; no hay preocupación por lo que pueda suceder mañana. Y quizás lo más importante – un bebé no tiene hábitos, ninguna forma enraizada de ver las cosas. Un bebé simplemente experimenta las cosas mientras suceden sin ideas preconcebidas. Como el bebé no intenta vivir en el pasado o el futuro, el poder de la mente de un bebé es increíble. Considera lo rápido que los infantes dominan un lenguaje complejo.

Por lo general los adultos no pueden aprender con tanta rapidez. ¿Por qué? Porque la mente de un adulto está absorta en tantas ideas habituales y preconcebidas sobre “como debe ser el mundo”. Estas creencias y juicios mantienen a la mente corriendo en miles y miles de pensamientos a toda hora todos los días. Tomémonos un minuto aquí para una pequeña reflexión. Hazte estas preguntas:  *  ¿Hay una parte de ti (o mucho de ti) que se pregunta que te pasará mañana, la semana que viene, el año que viene, dentro de diez años? * ¿Hay una parte de ti que se arrepiente de algún  comportamiento que tuvieras en el pasado y lo juzga  como inaceptable? *  ¿Hay una parte de ti que está tan absorta en algún  otro momento que en realidad no estás apreciando  lo que está sucediendo en este momento? Esta tendencia de vivir en “algún otro momento” es un hábito de la mente. Estamos continuamente evaluando lo que sucedió en el pasado y lo que puede suceder en el futuro. Estas evaluaciones se basan en creencias y juicios enraizados que hemos recogido en el curso de nuestra vida. Es importante saber de dónde vienen todas estas creencias y juicios. Porque una vez que sepamos “eso”, entonces podremos elegir algo distinto. Podemos vivir una vida libre de todas las creencias erróneas y juicios preconcebidos.¿De dónde vinieron todas estas creencias y juicios? Bien, una fuente son nuestros padres. 

Como infantes, sólo deseábamos amor. Pero quizás nuestros padres no eran ideales y no pudieron darnos todo el amor que necesitábamos. Tal vez nuestro padre tuvo un mal día y nos gritó por dejar un juguete tirado. O quizás nuestra madre simplemente estaba demasiado cansada como para ser completamente amorosa. Así, desarrollamos una pequeña forma de pensar que dice: “No merezco el amor”. Esto se vuelve un pensamiento habitual y continúa operando dentro nuestro en un nivel muy profundo y callado. Aún cuando ya no somos niños, este esquema de pensamiento sigue afectándonos. Podemos pasar tiempos difíciles con nuestras relaciones porque existe esta pequeña parte de nosotros (de la que podemos estar totalmente inconscientes) que dice: “Ey, no mereces esta relación amorosa”. Podemos recoger estos pensamientos habituales (que  llamaremos “surcos” como los surcos de un disco) de muchas fuentes diferentes, no solo de nuestros padres. Yo tuve muchos hermanos y hermanas; naturalmente, había competencia y parecía que yo siempre ligaba lo peor del reparto, sintiéndome criticado e inapreciado. Así, recogí un surco que operó en mí durante muchos años. Me tomé todo en forma muy personal – como si todo el mundo saliera a criticarme. Por suerte, no tenemos que vivir con estos surcos para siempre. EXISTE una forma de borrar esos surcos. Llegaremos a ello dentro de poco. Pero consideremos primero lo que sucede cuando vamos al colegio. Aprendemos a competir, no a crear. 

Aprendemos que no nos va tan bien en matemáticas como a Billy, y entonces dejamos de practicar matemáticas. Ponemos cada pedacito de nuestra energía creativa en un dibujo y nos dicen: “Ay, ¡Qué horrible!” Parte de nosotros cree totalmente todo lo que nos dicen; la mayoría de nosotros dejamos de dibujar cuando cumplimos los seis años. ¿Y si a Monet o Picaso le hubiesen dicho: “¡Ese es un dibujo miserable! ” y se lo hubiesen creído? El punto es que estos acentos recogidos con tanta inocencia a través de todas nuestras experiencias congelan nuestras vidas en una forma estricta. Hacemos una definición (o identidad) de nuestra vida, basada en las cosas que nos suceden, cosas que parecen estar más allá de nuestro control. Y muchos de nuestros surcos (o programaciones internas) provienen de la sociedad en que vivimos. Todos tenemos un condicionamiento cultural; todos somos parte de la conciencia colectiva de nuestra sociedad. Ahora bien, algunas de nuestras creencias son útiles; y algunas no lo son. La mayoría de nosotros no necesita saber cómo trepar a una palmera en busca de alimento. En lugar de ello, se nos enseña como comprar en un supermercado. Pero si hubiésemos nacido en el trópico, nuestro conocimiento de la sociedad sería muy diferente. Un habitante de la jungla no sobreviviría muy bien en la autopista interestatal. Probablemente nosotros no sobreviviríamos mucho tiempo en la jungla. 

El asunto aquí es que algunas de las creencias que hemos adoptado son útiles; otras no. Es útil recordar en qué casa vivimos, de modo que no tengamos que tocar todos los timbres y preguntar: “Hola. ¿Vivo aquí?” Es útil recordar cómo manejar un automóvil. Pero muchos de nuestros programas internos, nuestros surcos, no nos sirven, de ninguna manera. Muchos de ellos son dañinos. Y los surcos son sutiles. Están operando en un nivel por debajo de nuestra conciencia común, de todos los días. ¿Alguna vez intentaste romper un hábito y fallaste? Es prácticamente imposible arrancar de raíz la fuente de nuestros comportamientos destructivos a través del esfuerzo, a través de intentarlo con fuerza. La buena noticia es que no es el esfuerzo lo que se necesita. Lo que se necesita es una herramienta que alumbre con luz brillante lo que está oculto adentro. Cuando en verdad vemos (y vemos claramente) lo que ha estado oculto de nuestra conciencia superficial durante tanto tiempo, entonces hacer una elección diferente se vuelve un asunto muy simple, si lo deseamos. ¿Qué sucede cuando no estamos conscientes de todos estos surcos sutiles que operan dentro de nosotros? ¿No queremos todos buenas cosas como relaciones ideales, trabajos ideales, excelente salud y una vida realizada? 

El problema surge cuando todos estos programas internos, callados, nos dicen: “¡No te mereces eso!” o “Vamos, en serio, no eres tan bueno para Jorge (o María)”. Si estás lo suficientemente tranquilo como para notar estas vocecitas, te darás cuenta de que suenan exactamente igual a tu madre o a tu padre, o tal vez a una maestra que una vez tuviste. Bien podrían estar muertos todos hace tiempo, pero siguen vivos dentro de ti: criticando, condenando, haciendo que fracases aún antes de que comiences. Cuando la mente funciona contra sí misma de esta manera, tu capacidad de tener éxito en cualquier área se ve enormemente disminuida así como lo está tu capacidad de ser feliz, ¡o hasta saludable! En el adulto promedio, la mente está llena de estos juicios, críticas y surcos auto-destructores. ¿Cómo podría no ser así cuando eso es lo que nos dijeron la mayor parte de nuestras vidas? ¿Qué queda de la mente inocente, silenciosa, del bebé? ¿Te enteraste de cuánto de la mente usa un adulto típico? Los científicos han estimado que alrededor de un 5% a un 10% de la mente. ¡Eso es todo lo que queda! ¿Y qué está haciendo el resto de la mente? Pensando, incesantemente pensando, parloteando por ahí, no parando nunca a descansar. Los científicos del Stanford Research Institute han estimado que la persona promedio piensa más de 60.000 pensamientos por día. Pero no es que andamos sentados por ahí pensando sinfonías o creando obras de arte.

Por lo general es: “¿Qué hay de cenar?” o “¿Por qué me dijo él eso?” o “¿Por qué me casé con ella?” – y así sucesivamente, una y otra vez, parloteando sin sentido. Yendo a ninguna parte, no creando otra cosa más que fatiga. ¿No sería agradable si pudiéramos otra vez tener la silenciosa, inocente coherencia de la mente de un niño? Sin arrepentimientos por el pasado, sin preocupaciones por el futuro. ¿Simplemente estar Aquí y Ahora? Imagina si pudieses aprender a aquietar el parloteo interno, aprender a experimentar la vida otra vez en el momento presente. Entonces todo el poder de tu mente estaría disponible para ti, en cualquier momento. Y eso es exactamente lo que está disponible para ti. Cuando continuemos con este curso, verás que, aún cuando los últimos párrafos pintan una imagen que parece muy negativa, en realidad es un proceso muy simple para revertir los efectos de todos esos surcos y esquemas habituales. Y está muy lejos de lo difícil que podrías pensar que es. “Podemos” aprender a utilizar todo el poder de la mente. ¿Cómo hacemos eso? Bien, ese es el tema del e-mail de mañana. En ese momento, discutiremos más acerca de la mente, y su potencial para la coherencia, quietud y paz totales. Veremos lo que se ha dado en llamar “experiencias pico” – y mejor aún, como hacer que esas experiencias pico sean repetibles. Es un tema fascinante, especialmente cuando te das cuenta de que puedes tener todas estas cosas, sin mucho esfuerzo.

Nos vemos entonces,
Los Ishayas en Súdamerica

¿Cómo podemos utilizar todo el poder de la mente?

La mente es como una laguna. Los pensamientos que se mueven en la mente son como las olas que se mueven en la laguna. ¿Alguna vez tiraste una sóla piedra en una laguna tranquila? ¿Qué sucede? En el agua se forman ondas perfectamente concéntricas. Esto es como tener un solo pensamiento en movimiento. La mente es coherente, es ordenada, es poderosa. ¿Pero qué sucede cuando arrojas todo un puñado dentro del agua? Las olas se hacen muy agitadas. Parece un caos. Así es la mente, cuando está atrapada en esos surcos y pensamientos habituales que corren sin cesar. Sólo ocurre una y otra vez – y nada bueno resulta de ello. En realidad esto fue medido por científicos. 
Conectando terminales de EEG al hemisferio izquierdo y derecho, descubrieron que la medición del 10% en el nivel de pensamiento de la mente se parece mucho a una laguna caótica – muchas frecuencias distintas, muy poca coherencia. Y esta es la forma en que piensan la mayoría de los adultos. Pero no todos. Las investigaciones realizadas por el psicólogo Abraham Maslow demuestran que la mente puede volverte totalmente coherente. El descubrió que esto sucede durante una Experiencia Pico. Y define una experiencia pico como “esos momentos de felicidad pura, positiva, cuando se dejaron atrás todas las dudas, todos los temores, todas las inhibiciones, todas las tensiones, todas las debilidades. Entonces se perdió la auto-conciencia. Desapareció toda la separación y distancia del mundo…” Estas experiencias son poco usuales, pero pueden ocurrir en cualquier momento impredecible y transformar la vida por completo. La gente ha adoptado todo un nuevo sistema de creencias después de vivir sólo una vez una experiencia pico. ¿Qué pasaría si estas experiencias no fueran impredecibles? ¿Qué sucedería si pudieras elegir esos momentos, cada vez que lo desearas? ¿Qué sucedería si pudieras tener una mente que esté quieta, que en el momento presente no esté atrapada por el arrepentimiento por el pasado o la preocupación por el futuro? Una mente funcionando así está creando un cuerpo sano.  Tu cuerpo ya está arrojando afuera millones de reacciones químicas cada segundo. Cuando tu mente está tensa, ansiosa, nerviosa, tu cuerpo responde produciendo moléculas nerviosas tensas, ansiosas, como la adrenalina y la noradrenalina. Cuando tu mente está quieta y en paz, tu cuerpo produce moléculas quietas y llenas de paz como el Valium. 

Cuando tu cuerpo produce Valium, te hace sentir tranquilo pero sin hacerte sentir como un zombi. Cuando tu cuerpo produce drogas anti-cancerígenas y drogas anti-bacteriales, no hay efecto colateral. El cuerpo hace esto en una forma absolutamente natural, en la dosis justa, en el momento apropiado. Tu cuerpo hace esto para ti cuando no está estresado. ¿Con cuánta frecuencia está tu cuerpo no estresado? ¿Cómo desestresamos el cuerpo? ¿Cómo evitamos que se acumulen nuevos estreses? ¿Cómo aprendemos a mantener la paz y la tranquilidad interiores ante el enloquecedor ritmo del mundo moderno? ¿Cómo dejamos de bombardearnos con programas internos destructivos? ¿Cómo aprendemos a expandir nuestras mentes (del 10% al 100%) hasta nuestro potencial total? Encontrar la manera de hacerlo es el objetivo. Comencemos hablando de algunos puntos específicos sobre la forma en qué esto puede suceder… ¿Qué necesitaríamos para derrotar a los viejos programas internos que han estado operando durante tanto tiempo dentro de nosotros, a un nivel del que ni siquiera podemos estar  conscientes? Ante todo, necesitaríamos algo que pudiera irradiar una luz brillante sobre estos surcos, de modo que podamos estar conscientes de lo que está sucediendo. Luego, necesitaríamos una forma de abstenernos de pensar esos viejos pensamientos. Los pensamientos que pensamos, en este momento, son los que acarrean nuestro futuro, en el momento siguiente. De modo que no querríamos seguir pensando nuestros viejos pensamientos auto-destructivos. Nos gustaría pensar pensamientos creativos, que nos eleven, que nos expandan – pensamientos que no sólo nos adentren en una nueva vida de dicha y realización, sino que nos ayuden a liberar todas las viejas creencias en la falta y la baja auto-valoración. 

Y por sobre todo, pensamientos que requieran tan poco esfuerzo y que sean tan encantadores para la mente que podamos seguir pensándolos todo el tiempo. ¿Para qué serviría el esfuerzo? ¿Quién quiere trabajar duro sobre la dicha? ¿Qué sucedería si pudiésemos ir directamente hacia allí, y permanecer allí? Lo que se está ofreciendo es una serie de técnicas naturales y sencillas para expandir la mente en forma permanente. Y también tienen el efecto de limpiar todo el estrés del sistema nervioso, en forma permanente. Como estas técnicas nos ayudan a elevarnos más allá de nuestras viejas formas de pensamiento, las denominamos “pensamientos ascendentes” y denominamos al proceso “Ascensión”. NO es un sistema de creencias. NO es algo místico o extraño. Es el uso terrenal, diario de técnicas para ayudar a la mente a familiarizarse con la expansión – con la claridad – con la coherencia y la quietud. Estas técnicas son puramente mecánicas. Funcionan, lo creas o no. Cuando la mente se familiariza más con la expansión, retorna la vida en el momento presente. Gradualmente cesan los hábitos y creencias auto-destructivos, el incesante martilleo de los surcos y programas internos. Entonces la mente se aquieta, a menos que queramos dirigirla hacia una dirección en particular. Se maximiza el poder creativo de la mente. Todos los recursos de la mente están disponibles en todo momento. La vida comienza a volverse más y más fácil. El resultado para el cuerpo cuando se produce esta expansión de la conciencia es el descanso profundo, en realidad mucho más profundo que el del sueño nocturno. Este descanso profundo elimina el estrés y la fatiga del ritmo intenso de nuestra civilización moderna de modo que la salud automáticamente comienza a mejorar.

Todo el cuerpo entra en un profundo estado de descanso, pero la mente permanece clara y alerta. Lo que ocurre cuando comienzas a “ascender” (traducción: “usar estas técnicas”) es que tu vida comienza a funcionar con más eficacia. Al disminuir el estrés, cada área de la vida comienza a desarrollarse en forma espontánea y natural. ¿Por qué? Porque la Ascensión se ocupa del área más fundamental de la vida: nuestra conciencia. Es como la raíz del árbol de nuestra vida. Si un jardinero quiere que una planta crezca sana, va hacia la raíz – trata de nutrir la raíz. En forma similar, si queremos que nuestras vidas se desarrollen en todas las formas, debemos ocuparnos de la raíz de nuestra vida: el sistema nervioso. Cuando el estrés disminuye en el sistema nervioso, todas las áreas de nuestra vida mejoran. La felicidad aumenta. Nuestra capacidad de tener éxito en las relaciones y en el trabajo mejora. Nuestra memoria funciona mejor. Se eleva nuestro nivel de energía y logros. Mejora nuestra salud. Y esto no surge porque nos enfocamos simplemente en un aspecto de la vida. Consideren un hábito auto-destructivo como fumar, por ejemplo. Todos saben que fumar es perjudicial. Lo han sabido durante años. ¿Por qué tantos de nosotros, entonces, seguimos fumando? ¿Por qué es tan difícil parar? La razón es que el motivo de nuestro hábito fumador es más profundo que el nivel consciente de nuestra mente. Algún surquito pernicioso dentro de nosotros sigue funcionando e inspirándonos a engancharnos en un comportamiento dañino. ¿Cómo nos deshacemos de estos programas dañinos? Expandiendo el nivel de conciencia. Llegando al punto en el que ese surco pernicioso sobresalga con claridad. Y podamos verlo. Y por qué está allí. 

Y podamos elegir “hacer algo” con él. La ascensión ayuda a  irradiar una luz brillante sobre todos los surcos. Es totalmente natural y no requiere esfuerzo alguno. Estas técnicas son mentales. Son usadas por la mente. Con frecuencia se las denomina “actitudes”. No requieren ninguna concentración o control. No es necesario ningún trabajo o esfuerzo. Tampoco se necesita que cambies tu comportamiento en forma alguna. El único requisito es la inocente voluntad de darles una oportunidad. Observemos estas actitudes y por qué son tan increíblemente eficaces… Primero, me gustaría mencionar que la Ascensión es y siempre ha sido completamente natural. Desde el comienzo de los tiempos, hemos tenido la capacidad de elevarnos en nuestros pensamientos, es decir, Ascender. Es fácil imaginar estas actitudes  surgiendo en distintas épocas en distintas partes del mundo, cada vez que alguien se dio cuenta de que “tiene que” ser simple y natural retornar la vida a la inocencia del niño, a la vida en el momento presente. La gente lo ha experimentado haciendo ejercicio, contemplando las estrellas, en la playa, durante el nacimiento, sobre un  escritorio repleto en un día agitado – en todas partes a través de toda la gama de la experiencia humana. La ascensión le llega a la gente en cualquier momento impredecible. Es algo incorporado a la trama del sistema nervioso humano. Todo lo que hacemos al usar las actitudes de Ascensión es hacerla repetible y predecible. Y es algo fácil de hacer. Les daré una pequeña ilustración. Recuerdo estar en una autopista  atestada apurado por llegar a algún lugar, y siempre me encontraba con este automóvil en particular que estaba ociosamente tomándose todo su tiempo paseando por el camino.

Invariablemente, terminaba atascado detrás de él. Les cuento esto – es bueno que el conductor de ese auto no pudiera oír las palabras que le decía. Por supuesto, lo único que sucedía era que terminaba sintiéndome completamente agraviado. En ese momento, nadie más se sentía así – sólo yo. Ahora, es diferente. Seguro, a veces termino detrás de un conductor dominguero, pero ahora puedo descubrirme comenzando a “descender”. Y entonces en lugar de ello, elijo “ascender”. Nada cambia realmente. No puedo pasar el auto. No puedo llegar a ningún lugar más rápido. Pero seguro que me siento muchísimo mejor cuando llego a destino. Ese, por supuesto, es un ejemplo muy básico. Pero te da una idea. A través del uso de estas actitudes de Ascensión, descubrimos que tenemos el poder de retornar nuestras vidas a la estabilidad y claridad, con la inocencia de un niño. Es una vida libre de ansiedad, libre de dificultad, libre de todo lo que no elegimos. Una vida llena de maravilla, llena de satisfacción, llena de paz y quietud. ¿Qué sucedería si tuviéramos una herramienta que instantáneamente nos trajese de vuelta al momento presente? ¿Una herramienta que nos ayude a elegir la elevación en lugar del agravio? Una herramienta que nos ayude a ver con claridad por qué nos agraviamos tanto – una herramienta que ilumine nuestro ser interior en forma tan brillante que siempre podamos elegir la parte más grande de nuestro ser, en lugar de la más pequeña. Seguro adivinaste lo que voy a decir a continuación. Sí. Eso es exactamente lo que hacen las Actitudes de Ascensión. En forma fácil y consistente. En realidad no será necesario absorber todo esto en detalle. Las actitudes funcionan, ya sea entendamos la razón o no. Pero algunas personas encuentran útil conocer exactamente aquello con lo que están trabajando. 

Cuando echemos una mirada más detenida a las actitudes, se hará claro por qué funcionan tan bien, y cómo puedes usarlas en tu vida. También nos chocaremos con algo grande – ese estrés de raíz que parece ser un común denominador en la vida de todas las personas. Y como disparar justo hasta atravesarlo…

Clarificar el pasado

De: MINERO16  (Mensaje original)
Enviado: 27/12/2003 11:13

Sin ningún temor hicimos un inventario moral -examen de conciencia: retrospección- de nosotros mismos. Admitimos ante el Universo Infinito, ante nosotros y ante todo ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas. Admitimos que nuestra conciencia es lo que somos.

La Creación nos dotó de instintos para un propósito. Sin ellos no seríamos seres humanos completos. Sin embargo, estos instintos (los sentidos básicos) tan necesarios para nuestra existencia, nos dominan e insisten en dominar nuestras vidas. Deseos sexuales, emociones, pensamientos, hábitos, etc. Resentimiento, resignación, culpa, crítica, amor egoísta y sed de poder. Este Paso es un esfuerzo laborioso y vigoroso para descubrir cuales han sido y son estos riesgos en nosotros. Queremos descubrir exactamente cómo, cuándo y dónde éstos deformaron nuestros instintos naturales. Queremos mirar de frente a la desdicha que esto les ha causado a otros y a nosotros. Descubriendo cuáles son nuestras “deformaciones” emocionales, mentales, espirituales podremos corregirlas.

Sin un deseo sincero y perseverante de hacerlo, es muy limitada la satisfacción que podamos obtener. La mayoría de nosotros se ha dado cuenta de que es muy difícil de alcanzar la fe y el conocimiento que obra positivamente en la vida cotidiana, si no se ha hecho sin temor alguno, sin temor, un minucioso inventario moral: Retrospección. Debe cuidarse que la búsqueda de
la seguridad (física, emocional, mental y/o espiritual) no se anteponga al despertar. Los instintos alborotados obstaculizan la investigación. Siempre surge una “reacción”.

El inventario se relaciona también con la escala de valores. Para evitar confusiones sobre las denominaciones de los “defectos”, vamos a adoptar una relación universalmente reconocida de los principales defectos humanos -los siete pecados capitales: el orgullo, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza. El orgullo no encabeza esta relación por mera
casualidad. Porque el orgullo, conduce a la tendencia que tenemos de tratar de justificar -argumentar- nuestros actos y siempre espoleados por los temores conscientes o inconscientes, es la causa principal de la mayor parte de las dificultades humanas, el principal obstáculo al verdadero progreso espiritual. Todos estos “defectos” generan miedo, temores que devoran sin cesar la base de cualquier clase de vida que tratamos de edificar. Los medios no justifican el fin, el fin y los medios son uno solo. Cuidemos de los medios y el fin estará allí. El primer paso es el último paso.

Así que cuando se sugiere hacer un inventario sin temor alguno, le parecerá que se le está pidiendo más de lo que debe hacer. Tanto su orgullo como su temor, lo rechazan cada vez que intenta mirarse por dentro. El orgullo dice: “No hay necesidad de que pases por aquí…” y el temor dice: “No te atrevas a mirar aquí”. Pero el temor y el orgullo son simplemente “ilusiones”. No es la vida la que me trae problemas sino la “imagen interna” que tengo de ella. La imagen es el “espejismo”. A medida que perseveramos, nace una confianza completamente nueva y el alivio al enfrentarse a nosotros mismos es indescriptible. Estos son los primeros frutos de este Paso. Para entonces él probablemente ya llegó a la siguiente conclusión: “Carácter es igual a Destino
”.

Será la primera prueba tangible de nuestra buena voluntad de ir hacia adelante. El inventario debe hacerse concienzudamente. En este respecto es conveniente anotar nuestras preguntas y respuestas. Ayudará a pensar con claridad.

El ofensor número uno es el resentimiento. Causando la destrucción, hasta de las células. De él nacen todas las formas de enfermedad espiritual, ya que no solo hemos estado enfermos mental y físicamente, sino que también espiritualmente. Cuando nuestro mal espiritual es vencido, nos enderezamos física y mentalmente.

Para manejar los resentimientos, los anotamos por escrito (diario personal). Enumeramos a las personas, instituciones y principios, a todas las formas de vida con los que estábamos disgustados.

La vida nos ha enseñado que no podemos vivir solos con nuestros problemas, que no vivimos aisladamente. Nos enseñó que: “Uno es el mundo y el mundo es lo que uno es”. Si hemos iluminado el curso de nuestras vidas, y hemos visto en relieve esos incidentes que preferimos no recordar, si hemos llegado a comprender cuánto daño nos ha causado a nosotros mismos y a los demás esa manera de pensar y de actuar “contradictoria-ambivalente-desvitalizante”, entonces necesitamos más urgentemente que nunca dejar de vivir solos con esos fantasmas atormentadores del “ayer”. Tenemos que hablar de ello con alguien. Todo debe salir a la superficie.

¿Qué es lo que podemos recibir del Séptimo Paso? Por lo pronto, librarnos de esa terrible sensación de aislamiento que siempre hemos tenido. No sentimos que “pertenecíamos” a algo hasta que hablamos con entera sinceridad de nuestros “defectos”, y oímos a otra persona hacer lo mismo. Fue el principio de un “parentesco” genuino con el ser humano y con el universo.

Este paso vital también fue el medio por el cual empezamos a sentir que se nos podría perdonar, sin importar lo que hubiéramos hecho o pensado. Nuestro inventario moral nos había convencido de que era conveniente perdonarlo todo, pero fue sólo cuando abordamos resueltamente el Séptimo Paso, cuando supimos que podríamos recibir y otorgar perdón.

Otro bien que podemos esperar como resultado de la admisión de nuestros defectos ante otro ser humano, es la “humildad”. Significa el reconocimiento manifiesto de qué y quiénes somos en realidad, seguido por un esfuerzo sincero de llegar a ser lo que podríamos. Por consiguiente, nuestra primera acción afirmativa hacia el logro de la humildad deberá consistir en el reconocimiento de nuestras faltas, de nuestro “dormir soñando que estamos despiertos”. Y pronto descubrimos que aunque deseáramos y estuviéramos dispuestos a librarnos de ellos, nosotros solos no podríamos eliminarlos. Necesitamos ayuda de fuera para, con entera veracidad, averiguar y admitir la verdad acerca de nosotros mismos, la ayuda del Universo Infinito y la de otro ser humano (grupo). Solamente ventilando nuestras vidas, sin retener nada, solamente estando dispuestos a recibir consejos y a aceptar ser dirigidos, podremos ir por el camino de la debida manera de pensar, de la honradez sólida y de la humildad genuina. Cuando somos sinceros con otras personas se confirma que hemos sido sinceros con nosotros mismos y con la Vida.

Otra dificultad es que: nuestro racionalismo y nuestras creencias motivadas por el deseo, pueden tergiversar aquello que nos llegue si estamos solos. En cuestiones espirituales es peligroso conducirse solo. Caemos presa del autoengaño.

Por otro lado, debemos tener mucho cuidado, recordando que la prudencia es una gran virtud. Siempre que el interesado no retenga nada, sentirá un gran alivio. A medida que cede el dolor, lo reemplaza una tranquilidad reparadora. Y cuando se combinan así la humildad y la serenidad (calma interior) algo grande está a punto de ocurrir… Este sentimiento de ser uno con el universo y con el hombre, este surgimiento del aislamiento a través del sincero compartir de nuestra terrible carga de culpabilidad, nos conduce a un estado de tranquilidad en el que podemos prepararnos para los siguientes pasos.

Nuestra conciencia es lo que somos. Nuestras creencias e ideales, nuestros dioses, nuestra violencia, nuestro temor, los conceptos románticos, el placer, el dolor, el miedo a la muerte y la eterna pregunta que el hombre se ha formulado desde tiempos inmemoriales: si más allá de todo esto, existe algo sagrado.

Esa es nuestra conciencia. Eso es lo que somos. Uno no es diferente de su conciencia. Nos estamos preguntando si ese contenido de la conciencia puede cambiar, si puede ser totalmente transformado.

En primer lugar, la conciencia de uno no es “su” conciencia. Es la conciencia de toda la humanidad, porque lo que uno piensa, las creencias que uno profesa, sus sensaciones, sus reacciones, su pena, su dolor, su inseguridad, sus símbolos, etc., son compartidos por toda la humanidad. Sea que vaya uno a un país o a otro, encontrará que los seres humanos sufren en todas partes. Temen a la muerte, tienen creencias e ideales. Hablan un idioma particular, pero su pensar, sus reacciones, sus respuestas son generalmente compartidas por todos los seres humanos.

Es un hecho que uno sufre y que su prójimo sufre; ese prójimo puede estar a miles de millas de distancia, pero sufre. El se siente tan inseguro como uno; puede tener muchísimo dinero, pero internamente hay inseguridad. El hombre rico, o el hombre que tiene poder, de cualquier país, todos pasan por este dolor, por esta ansiedad, esta desesperación, este sentimiento de soledad.

La conciencia de uno no es “su” conciencia, como tampoco el pensamiento de uno, nuestro pensar, no es pensar individual. El pensar es común, es general (sentido común), desde el hombre más pobre, menos educado, menos refinado que vive en una pequeña y diminuta aldea, hasta el más sofisticado de los cerebros: el de los científicos.

Es bastante difícil de ver esto y de conocer la verdad, debido a que estamos muy condicionados como individuos. Todos nuestros libros, de cualquier origen, todos sostienen y alimentan esta idea, este concepto del individuo.

Uno es el resultado de su ambiente, del idioma que habla, del alimento que come, de la ropa, del clima, de la tradición transmitida de generación en generación.

Uno es producto de la sociedad que ha creado. La sociedad no es diferente de uno. El hombre ha creado una sociedad de codicia, de envidia, de odio, violencia, guerras, tecnologías, una sociedad adicta… La conciencia de uno no es su conciencia: es el suelo sobre el que caminan y piensan todos los seres humanos.

Si pensamos que pensamos como individuos seguimos aislados. No hay seguridad en el aislamiento. Si reconocemos que internamente no hay división, que todos compartimos los mismos problemas, entonces la pregunta es: ¿Puede uno, como
ser humano que representa a toda la humanidad, producir una revolución interna fundamental? Si yo como ser humano cambio, ¿afectará esto de algún modo al resto de la humanidad?

Si uno cambia, influye en toda la conciencia del hombre. Cuando uno como ser humano se transforma radicalmente en lo psicológico-interno, o sea, está libre de temor, tiene una relación correcta con el prójimo, ha elaborado el dolor… influye en toda la conciencia del hombre. No es una cuestión egoísta. No es una salvación individual. Sino la de todos los seres humanos,
de los cuales uno forma parte.

Cuanto más conectados estemos, con mayor agudeza seremos conscientes de los momentos en que perdemos la conexión, cosa que suele suceder cuando estamos en tensión (estresados). En los momentos de lucidez podemos distinguir nuestra manera de robar energía a los demás. Una vez nuestra conciencia personal se percata de nuestras manipulaciones, nuestra conexión es más constante y nos permite descubrir nuestra línea de desarrollo en la vida, nuestra misión espiritual y el estilo personal con que podemos hacer una aportación al mundo.

El primer paso en el proceso de poner las cosas en claro consiste para todos en traer a la conciencia nuestro drama particular de control -“farsas de control”. ¿Cómo controlamos a los demás? No podremos avanzar hasta no habernos mirado bien y descubierto qué hacemos para manipular y así conseguir energía (“combustible”).

Cada persona manipula para conseguir energía en forma agresiva, forzando directamente a la gente a que le preste atención, o pasiva, jugando con la simpatía o la curiosidad de la gente para atraer la tensión. El orden de los dramas es de agresivo a pasivo, de Yang a Yin: “intimidador, interrogador, distante y pobre de mí”. En otro sentido: “miedo, resentimiento, crítica, y culpa”.

Una persona llega a cualquier extremo necesario para atraer la energía de la atención en su familia. Y, posteriormente, esa estrategia pasa a ser su forma dominante de controlar para obtener energía de todos, el drama que repite en forma constante.

Las personas distantes crean interrogadores. Y los interrogadores hacen que la gente sea distante. Y los intimidadores crean la actitud pobre de mí (culpa), o, si eso no resulta, otro intimidador.

Por ejemplo, si aspiramos a controlar a otra persona haciendo que se sienta culpable o insuficiente -y si así adquirimos su energía al embarcarla en un viaje de culpabilidad que la lleva a prestarnos toda su atención-, podemos ser calificados como: “victimistas”.

Por otra parte, si aspiramos a controlar a los demás de forma menos pasiva y optamos por permanecer lejanos, inaccesibles y poco claros -si aspiramos a conseguir que el otro nos persiga para comprendernos a fondo, y si así obtenemos su energía gracias a sus atenciones-, podemos ser calificados como: “reservados”.

Una conducta más agresiva es la que pretende controlar a los demás encontrando sus errores, haciéndoles sentirse cohibidos y vigilados; es el estilo que se describe como propio del: “interrogador”.

Por último se encuentra la farsa de control más agresiva de todas, la del “intimidador”, que adquiere su energía al aterrorizar a los demás para que le presten atención.

Todo hábito inconsciente que pase a ser examinado a fondo por la conciencia experimenta una liberación.

Pero recordemos: hay una tendencia a ver estos dramas en los demás y pensar que nosotros estamos exentos de esos mecanismos. Cada uno de nosotros debe trascender esta ilusión para poder seguir adelante. Podemos encontrar un sentido más elevado para nuestra vida, una razón espiritual para haber nacido en nuestras familias particulares. Podemos empezar a poner en claro quiénes somos en verdad.

El segundo paso en el proceso de poner las cosas en claro consiste para todos en que cada uno debe remontarse a su pasado, a la vida familiar inicial, y ver cómo se formó ese hábito. Ver su aparición mantiene nuestra forma de controlar en el nivel consciente. Siempre desarrollamos nuestros dramas particulares en relación con los miembros de nuestra familia. Una vez que
reconocemos la dinámica de la energía en nuestra familia, podemos ir más allá de estas estrategias de control y ver qué ocurre en realidad.

Cada persona debe reinterpretar su experiencia de familia desde un punto de vista evolucionista, desde un punto de vista espiritual, y descubrir quién es en verdad. Una vez que lo hacemos, nuestro drama se desvanece y nuestra vida real despega.

¿Cómo es la imagen-paterna? ¿Qué representaba mi padre? ¿Cuáles eran sus puntos fuertes, cuáles sus logros? ¿Qué quiso de la vida, qué fue lo que no logró obtener? ¿Cómo es la imagen-materna? ¿En qué consistió su vida? ¿Qué quiso encontrar en este mundo, al margen del éxito que tuviera en su empeño? Somos la contradicción mamá-papá.

Hay una sola manera de encontrar el verdadero Yo. Todos debemos remontarnos a nuestra experiencia familiar, al tiempo y lugar de la infancia, y revisar lo que pasó. Una vez que tomamos conciencia de nuestro drama de control, podemos concentrarnos en una verdad superior en cuanto a nuestra familia. Una vez que la descubrimos, esta verdad puede energizar nuestra vida, ya que nos dice quiénes somos, el camino que vamos recorriendo y qué estamos haciendo.

Nuestra actitud pacífica testimonia lo bien que nos conectamos con la energía.

Ahora puede mirar más allá de la competencia por la energía que existía en su familia y buscar la verdadera razón por la que usted estaba allí. ¿Por qué nací en esa familia en particular? ¿Cuál puede haber sido el propósito? ¿Cómo y por qué fueron “heridos” los instintos de supervivencia, jerarquía, solidaridad y amor?

No somos simplemente la creación física de nuestros padres; también somos la creación espiritual. Naciste de esas dos personas (de la interacción de ambos), y sus vidas ejercieron un efecto irrevocable en quién eres tú. Para descubrir tu verdadero Yo, debes admitir que tu realidad empezó en una posición entre las verdades de ellos. Por eso naciste ahí: para adquirir una perspectiva superior (más amplia) de lo que representaban. Tu camino consiste en descubrir una verdad que sea una síntesis superior de lo que esas dos personas creían.

Un ejemplo: mi padre pensaba que la vida consistía en maximizar el hecho de estar vivo, su alegría por ser quién era, y trató de perseguir ese objetivo. Mi madre creía más en el sacrificio -la minimización- y en pasar el tiempo sirviendo a los demás, negándose a sí misma.

¿Y tú qué piensas al respecto? ¿Qué punto de vista elegirías? ¿El de tu madre o el de tu padre?

Una vida correcta debe incluir (conciliar) las dos visiones. Mi vida consiste de alguna manera en combinar sabiamente los dos enfoques: la optimización.

Toda tu vida tendrá que ver con descubrir una espiritualidad que te permita crecer, desarrollar tu potencia.

Podemos entonces, iniciar la siguiente etapa del proceso, que consiste en mirar atentamente todas las cosas que te pasaron desde que naciste.

Después de meditar bien a mis padres, descubrí para qué me había preparado mi experiencia con ellos. Me di cuenta de que mi vida era una síntesis de los dos puntos de vista. Trataba de descubrir cómo somos guiados internamente hacia la misión que sólo nosotros podemos cumplir, sabiendo que es de máxima importancia llevar a cabo esa misión si queremos sentirnos felices y plenos. Si meditaba cómo había evolucionado mi vida, esta cuestión le daría a mi existencia su exacta proporción y me aclararía lo que está pasándome ahora.

Todos debemos ver los cambios significativos en nuestra vida y reinterpretarlos a la luz de nuestra cuestión evolucionista. ¿En qué forma ha avanzado mi experiencia? Piensa cómo encajan entre sí los hechos de tu vida.

Todos debemos pasar todo el tiempo que sea necesario atravesando este proceso de aclarar el pasado. Todos los intereses que te llevaron adelante en tu pasado, todas esas etapas de crecimiento, simplemente te preparaban para estar aquí y ahora. Toda tu vida ha sido un largo camino que te condujo directamente a este momento.

La mayoría de nosotros tenemos un drama de control que debemos trascender, pero en cuanto lo hacemos podemos comprender el sentido más elevado de por qué nacimos de nuestros padres y para qué nos preparaban todos los virajes y las vueltas de nuestra vida. Todos tenemos un propósito espiritual, una misión, que hemos perseguido sin ser del todo conscientes de ello, y una vez que lo traemos totalmente a la conciencia, nuestras vidas pueden despegar.

Al descubrir el propósito, debes seguir adelante, permitir que las coincidencias te guíen hacia una idea cada vez más clara de cómo proseguir tu misión a partir de este punto, y de qué más debes hacer aquí.

Una vez que uno aprende qué es la vida, no hay forma de borrar el conocimiento. Si tratas de hacer otra cosa, siempre tendrás la sensación de que te falta algo.

Este es el proceso espiritual a través del cual una generación evoluciona sobre la realidad heredada para alcanzar una forma más fiel a la verdad. Toda nuestra vida estriba en encontrar la verdad combinada de nuestros antepasados familiares, y en seguir evolucionando sobre esta verdad para alcanzar una forma superior, hasta que comunicar esa verdad pase a ser nuestra misión en la tierra. Una vez comprendemos esa verdad, podemos entender que todas las experiencias, la sincronicidad de nuestra vida, no es sino una preparación de cara a esta misión. Pasa a ser nuestra forma de enaltecer el mundo.

Diez criterios para discernir

De: MINERO16  (Mensaje original)
Enviado: 27/12/2003 11:14

PRIMERO: Observa si queda algo por perdonar en ti, o en tu vida. En tu pasado más remoto o más cercano. Mira si hay algún recuerdo que perturba tu alma. No puedes olvidar que la búsqueda del lugar del propio corazón, tu unificación interior, y el hecho de tener que ser “anuncio evangelizador” en tu vida, exigen una plena paz de alma. Y te animan a buscar el lugar del corazón, para establecer en él un ámbito de comunión y de encuentro.

Para poder hacer este camino hacia el corazón, has de vivir en una pureza total de la memoria, del pensamiento y de la imaginación, y acoger en ti la presencia vitalizadora de Cristo.

Has de ser capaz de amar y de dejarte amar. Vivirás en la transparencia total para poder ser “luz”. No pretendas iluminar. Que tu primer objetivo sea vivir en la iluminación interior.

SEGUNDO: Observa si en tu vida puedes decir que has hecho de manera tan eficaz, que se pueda notar, el don absoluto de tu amor total a Dios y a los hermanos. Mira si en tu manera de vivir se ve que para ti “nada vale la pena en comparación con el supremo bien de conocer a Jesucristo, mi Señor” (Fil 3,8). El resucitado vive en ti y quiere establecerse en tu interior.

Busca “ese” lugar interior en el que Él vive: es el corazón centro de todo lo que vives y sientes. Haz el camino con paz, sin prisas… sin nerviosismos, ni precipitaciones. Date el tiempo necesario para llegar. De momento busca el silencio. Te bastará “estar” serenamente contigo mismo.

TERCERO: Observa si te desestabilizan interiormente, o anímicamente, tus limitaciones y pobrezas, o las de tus hermanos…, o por el contrario si vives en la paz de reconocerlas sinceramente para superarlas aceptándolas. ¿Te dejas llevar fácilmente por los “nervios”?…

Recuerda: Cristo que vive en ti siempre te dice: ¡Ten paz, no tengas miedo…!. Pero tú mismo has de vivir en esta paz… que siempre supone la ausencia del temor y de la duda. Porque te has abandonado en confianza.

CUARTO: Observa si alguna vez, o muchas veces, comienzas el día cansado o sin ilusión de servir y de entregarte.

Mira si lo que predomina en ti es el cansancio o la ilusión, la consideración de las cosas que te cuestan o el ánimo con el que te enfrentas a las cosas que podrías hacer, porque forman parte de tu compromiso con la vida.

¿Te sientes feliz y en paz en tu camino?… ¿Eres feliz? La felicidad que nace en el hondón de tu alma será una señal evidente de que vives en la iluminación interior. Verás que siempre es una felicidad llena de paz, alejada de los “fuegos de artificio” volátiles y pasajeros.

QUINTO: Observa si Él ocupa o no, siempre, directa o indirectamente, tu pensamiento, tu corazón y tu vida.

Pregúntate si esta consciencia de Él en ti, es un estímulo para tu vida. Observa si predominan en ti los criterios que vienen de la fe en Jesús que habla claramente en su Evangelio.

Observa si los hermanos están realmente en el horizonte de tu vida. Pregúntate si tu opción por Jesús es manifestación de esta fe intensa en Él, al que anuncias. Piensa que el Cristo que anuncias es ¡el Señor que vive! Y vivirá en ti, cuando lo acojas en lo más profundo del propio corazón… cuando percibas que Él es el “todo” en tu alma y en tu vida.

SEXTO: Observa si pierdes fácilmente la paz porque no te vives unificado interiormente y vives distraído o disperso. Pregúntate qué es lo que te altera con más facilidad. ¿Actualmente hay algo que te intranquiliza? ¿Estás en paz contigo mismo? ¿Él vive en ti…?. Es verdaderamente el centro que da sentido a todo?…

SÉPTIMO: Observa si vives o no a Jesús como la opción esencial de tu vida que te ayuda a vivir en la unificación y en la armonía interior.

Pregúntate si la presencia del Señor en ti es vivida con claridad, alegría y fuerza. O aceptas, de hecho, un planteamiento de vida conformista y adormecedor que no te ayuda a crecer, ni a darte siempre y más radicalmente al Señor y al hermano. Nunca olvides que el Señor Resucitado siempre camina entre los hermanos.

OCTAVO: Observa si caes en la tentación de aceptar vivir y caminar solo, “a tu aire”, o te arreglas tú la vida por tu propia cuenta, prescindiendo de la comunidad de los hermanos, y de tu deber de ser testigo del Señor en la Iglesia y en el mundo.

Observa si, por el contrario, asumes con responsabilidad el compromiso de reconocer tu papel en la vida y lo que la comunidad puede esperar de ti.

Ten en cuenta los dones que Dios ha puesto en tus manos. ¿Ofreces el don de ti mismo a los demás y te entregas a ellos como signo de que quieres darlo todo y darte del todo?…

NOVENO: Observa si te conformas tranquilamente con la actitud de no esperar contra toda esperanza …, o por el contrario eres capaz de vivir y comunicar tu amor radical por el Señor y la alegría de tener la vida en tus manos para ser capaz de darla con esperanza renovada.

¿Eres optimista o pesimista?.

DÉCIMO: Observa si consciente o inconscientemente salen de tu boca expresiones como éstaS: “Yo ya no”… “Conmigo que ya no cuenten” …. “Yo ya estoy bien así?”… “A mí ya nadie me cambia”… “Ya nunca jamás volveré a ceder”… “Ya estoy harto de…”!

Observa si se dan en ti actitudes cerradas, intolerantes, de juicio negativo precipitado. Observa, sobre todo, si te dejas llevar por la negatividad. Piensa en esta revisión de tu vida que Dios es siempre positivo: «no apaga la mecha que aún humea ni rompe la caña agrietada».

¡Ora, y reconoce la verdad ante Dios!

EL ENCANTO DEL SILENCIO

De: MINERO16  (Mensaje original)
Enviado: 27/12/2003 11:15

En todas las culturas los ritos del silencio dan paso a la calma de la existencia. La meditación budista, la hesicasta, la cristiana o la contemplativa Zen son sólo algunos ejemplos de la búsqueda del ser humano por apartarse del ruido de la existencia. Una forma para encontrarse con un ser interior que le lleve a la trascendencia.

Los druidas paseaban por los claros del bosque escuchando el silencio de los árboles que los guiaban. Los chamanes cambian, mediante la ingesta de las sustancias sagradas, el sonido de la selva metamorfoseándolo en música para
su alma. Lejos de ellos, en el Tíbet, todavía hoy los monjes budistas se pueden permitir el lujo de retirarse al interior de una cueva donde el único testigo que les acompaña es la reiteración acústica de gota de humedad que se desprende del techo.

¿Por qué el silencio es una máxima a seguir?

Los místicos afirman que basta el sonido de la respiración para perderse en un universo de sensaciones. Parece que el silencio nos da miedo. Sin embargo, terapeutas como Wilber y Chopra, buscadores de una nueva cartografía del cerebro, recomiendan que al menos destinemos cinco minutos al día a silenciar nuestra existencia. Esto desde luego no es algo nuevo. Ellos lo han recogido de tradiciones antiguas que se han adaptado a los nuevos tiempos.

En todas estas culturas el silencio ha sido una máxima a seguir, es decir, el “apartarse del mundanal ruido”. El motivo era muy simple, cuando el místico se recogía en el silencio, duplicaba su capacidad de observación, potenciaba la percepción del entorno y no tenía elementos perturbadores que le distrajeran de conocer su auténtica identidad.

EL ENCANTO DEL SILENCIO

Se hace el silencio

Cuando somos capaces de entender que el silencio no es malo y que el hecho de permanecer sin hablar no dificultará la continuidad de nuestra existencia, es cuando abrimos la puerta a un nuevo estado del ser. El silencio nos ayuda a detener por un momento la velocidad que imprimimos en nuestra vida. Cuando se produce el silencio consciente, cuerpo y mente se relajan y se reduce el ritmo respiratorio y baja ligeramente el cardiaco.

Desde un punto de vista psíquico, el encanto del silencio consciente reside en que podemos ver pasar las emociones pero que no somos parte de ella. Podemos contemplar los pensamientos e incluso las dudas, pero en lugar de afectarnos, nos convertimos en simples espectadores. Cuando vivimos el silencio podemos prestar atención a otro tipo de sonidos como los que genera nuestro cuerpo al respirar, nuestro estómago al digerir o cualquiera de nuestras extremidades al moverse. Tenemos también la capacidad de escuchar el concierto acústico que nos brinda la mente, dándonos cuenta así, de la cantidad de veces que perdemos nuestro tiempo finito en darle vueltas a un recuerdo, a un pensamiento obsesivo o a un proyecto en el que jamás podremos creer.

Los misterios que esconde

Hallar el encanto del silencio no es dejar de hablar, ni quedarnos quietos como una estatua. Se trata de permanecer en la cotidianidad relegando pequeños espacios de tiempo a nosotros mismos. Al principio nos costará dejar de utilizar la radio mientras nos duchamos, pero después nos daremos cuenta que este acto higiénico posee un sonido propio. Buscaremos pues la conciencia de sentir el agua cayendo por nuestra piel y el roce de nuestras manos aplicando la limpieza.

Clausuraremos al televisor o el equipo musical por un tiempo mientras comemos, y podremos descubrir el sonido de nuestras mandíbulas y el de nuestro esófago cuando los alimentos se desplazan por él. En una fase más avanzada, prestaremos atención a los sonidos de la noche y tumbados cómodamente en la cama, justo antes de dormir, con los ojos cerrados y totalmente a oscuras, guardaremos silencio observando nuestra respiración, al ritmo cardíaco y a los “crujidos” que sin lugar a dudas se producirán en nuestro entorno. Entonces nos daremos cuenta que paredes, techo y muebles también están “vivos”.

Conexión con el alma

De: MINERO16  (Mensaje original)
Enviado: 27/12/2003 11:16

Cuando somos pequeños, en nuestra infancia, generalmente hasta los seis años, nuestra Alma nuestro Ego y nuestra
Yo-Personalidad, se encuentran integrados. Somos por fuera lo que somos por dentro. Nuestra Alma no es perfecta. Ella
también está aprendiendo pero no ha perdido la conexión con las dimensiones superiores lo cual la mantiene en equilibrio, balanceada, y le permite el poder guiarnos. El Ego y el Yo no están balanceados. La función del Alma es mantener el equilibrio Alma-Ego/Niño Interior-Yo cada vez que este se altera.
Esta conexión Alma-Ego/Niño Interior-Yo (*1) es realizada por nuestro hemisferio derecho del cerebro. ¿Qué es el Ego? El Ego es nuestro Niño Interior. Tiene toda la sabiduría de nuestras vidas pasadas y su forma de accionar es protegiéndose ante lo que le da miedo. Activa todos los mecanismos de defensa para sobrevivir y tiene acceso a nuestro cuerpo, enfermándolo si es necesario, con tal que nos detengamos en producir lo que le está ocasionando miedo. No es consciente de que si nosotros morimos a esta realidad a causa de la enfermedad que él provoca por miedo, deberá regresar con nosotros al período entrevidas.

¿Qué es el Yo? Es el padre o adulto en esta relación Alma/Ego/Yo, somos el responsable para tomar las decisiones. Para algunos es la conciencia. (Esta es la acepción con la que la consideraremos aquí).

Cuando comenzamos a ir a la escuela, el sistema educativo comienza a hacer prevalecer el desarrollo del hemisferio
izquierdo de nuestro cerebro, en detrimento del derecho. Somos premiados por memorizar y retener todo tipo de información. Nos volvemos lógicos . Con el tiempo, nuestro hemisferio derecho se atrofia y perdemos la conexión con
nuestra Alma, que es la que mantiene el balance con nuestro Ego y nuestra Personalidad. La ruptura de esta conexión puede darse antes o después de esta edad, pero el ingreso a la enseñanza escolarizada es un hecho significativo generalizado.

Como todo es perfecto, si esto no ocurriera, si esta separación entre nuestra Alma y el Ego/Niño Interior y el Yo no ocurriera, siempre seguiríamos las indicaciones de nuestra Alma y ella no crecería por no poder procurarnos nosotros los aprendizajes que ella necesita para crecer, aprender y evolucionar.

Además el regresar a la conexión con nuestra Alma, luego de las experiencias de haber seguido las sugerencias de nuestro Ego y de nuestro Yo-Personalidad, hace que este reencuentro sea mucho más fuerte y significativo. El Alma no es perfecta sino que fue herida y modelada por las experiencias dolorosas de muchas vidas pero a causa de que tiene acceso a la sabiduría de las dimensiones superiores permanece equilibrada. El Alma trabaja en su curación, trabajando en el Blue-print, el Plano Azul original (*2) en el período entre vidas, enviando luego a las dos partes de sí misma, el Ego/Niño Interior y el Yo a “jugar” actuando las experiencias que ella necesita para crecer y evolucionar. Es en este período entrevidas (*3), donde el Alma firma contratos con otras almas que le procurarán las experiencias que necesita para evolucionar.

Cuando encarnamos nos sentimos como encerrados en un laberinto de donde desconocemos cómo salir. Muchas veces reforzamos sus paredes una y otra vez, pronunciando nuestro encierro del cual decimos que queremos salir. Para comenzar a encontrar la salida, debemos conectar con nuestra Alma. Ella es la que nos puede sacar de él. Cuando se accede al camino de Ascensión, todos los días nuestro Yo debe tomar decisiones. Cuando lo hace debe elegir entre seguir al Ego/Niño Interior o el Alma. El Ego/Niño Interior se maneja en base al miedo. El Ego puede ver únicamente lo que tiene ante sí, no sabe cómo crear una solución amorosa, llena de compasión y alegre que el Alma puede crear. El miedo nos hace retroceder. Sin embargo es necesario que lo sigamos muchas veces antes de que podamos seguir al Alma.

Cuando nos enfrentamos con el hecho de tener que tomar una decisión con respecto al camino a seguir, siempre tendemos
a elegir la opción menos penosa, el camino de la menor resistencia, el que aparentemente nos hace sufrir menos. Ese es el camino que nos muestra el Ego, pero lo único que logra es hacernos dar un rodeo, porque inevitablemente esta elección nos conducirá a toparnos con una pared de nuestro laberinto y nos conducirá a repetir indefectiblemente la experiencia que queríamos evitar. Esto que en apariencia es negativo o penoso, se puede transformar en una experiencia positiva porque tarde o temprano nos llevará a escuchar al Alma.El seguir al Alma nos permite acceder a encontrar la salida del laberinto, no por ignorar al miedo, sino enfrentándolo, ayudándolo a integrar al Yo y manifestar esta asimilación a través de la Personalidad ya no buscando evitar al miedo en el futuro. En este caso el Alma crece.

Cuando el Ego/Niño Interior y el Yo siguen las directivas del Alma, el miedo se integra al Yo, el Alma cancela contratos y no activa los posteriores que se activarían si este contrato no se cancelara. Cuando el ser busca acceder a la misión del Alma luego de muchas encarnaciones, es cuando más se activan todos los miedos y contratos pendientes de ciclos kármicos abiertos (*4).

Esta es la última encarnación para todos nosotros en este plano. Las Almas más viejas si han trabajado en su perfeccionamiento, deben abrazar su misión. La misión del Alma. El Alma tiene un nombre secreto (*5)que es revelado
en estos tiempos. La vibración de este nombre es la que nos facilita abordar nuestra misión porque contiene vibraciones y la información total. Sin embargo no debemos olvidar que el nombre es sólo una palabra, es la potencialidad de ser, es el poder del fruto, podemos desplegar nuestra inteligencia para adquirirlo, pero de nada servirá si no nos tomamos el trabajo de hacer crecer el árbol que la semilla oculta y convertirnos así en el NOMBRE.

Todos nosotros en alguna frecuencia escuchamos a nuestra Alma. Ella nos habla a nuestro corazón para que podamos
encontrar el camino de regreso a casa.

La crisis

De: MINERO16  (Mensaje original) E
nviado: 27/12/2003 11:19

¿Cuándo y cómo surge el cambio? Podríamos contestar que cuando -en el marco de alguna creencia- se abre de pronto la brecha de la duda…

En la creencia “se está”; en la duda… “se cae”. La creencia da tranquilidad. La duda, incertidumbre e indecisión. Cuando se cae en la duda, entonces, es preciso superar de inmediato esa situación de zozobra. ¿Cómo? Pensando… Y es ahí donde surge el cambio, donde aparecen nuevas ideas. Porque hay un problema por resolver.

Las respuestas pre-establecidas, las que existieron antes, las que nos sirvieron hasta ahora, de pronto empiezan a fallar y nuestras grandes creencias y certezas esenciales se desvanecen. El camino por donde transitamos se está agrietando y se hace difícil caminar: es necesario pues, que encontremos nuevos caminos.

Una crisis es un problema de tal magnitud, que interrumpe tu capacidad habitual de hacer las cosas. Esta situación, representa un punto de cambio crítico en la manera de operar y en la manera en que percibes el mundo (como a ti mismo y a los demás).

El aprendizaje basado en la experiencia tiene un aspecto muy particular. Es relativamente fácil y hasta muy “natural” aprender de experiencias donde se produce una retroalimentación inmediata, o sea, cuando el efecto se produce inmediatamente después de la causa que lo originó. Pero resulta muy difícil, aprender de hechos cuyas consecuencias se producirán tiempo después.

“La educación es el descubrimiento progresivo de nuestra propia ignorancia” (Will Durant).

“El ego tiene un gran valor como constructor de límites individuales y mensurables (el gusanito), pero  necesitamos el Alma (la mariposa) para experimentar significado” (Carol S. Pearson).

La crisis nos obliga a pensar. La crisis en el mundo, la de nuestras relaciones -que a veces están a punto de naufragar- la crisis en la economía, en la política. Pensar es la consecuencia de alguna crisis. Si no, ¿para qué pensar? Si nos va bien en los negocios, ¿para qué pensar en los negocios? Pero si nos va mal en la vida, podemos llegar a pensar: “¿Para qué necesito yo todo esto, para qué me sirve? ¿Mejora mi vida con ello?”.

La crisis produce análisis, reflexión. Cuando la reflexión y el análisis es sistemático, continuo, cuando abarca los grandes temas de la vida y busca e indaga qué es el amor, qué es el bien, qué es la vida, qué es la felicidad, estamos en el camino del desarrollo personal. En el crecimiento.

Ustedes constantemente buscan el significado de la vida, y aún no tienen el respeto por ella. Lo que ustedes no logran comprender es que todas las verdades son simples de entender. El significado de la vida no es la excepción. Exponiéndolo simplemente, este es: Trata todas las formas de vida con amor, respeto, compasión y clemencia…. trata a toda vida con valores humanos.

Una vez que hayas puesto en práctica te elevas a ti mismo de las barreras del miedo, y tienes una oportunidad de salvar tu planeta. Tienes que tener el más profundo entendimiento de la vida y el por qué cada uno de ustedes es tan importante. Los problemas que crean van más profundo que los efectos de las acciones presentes, ellos continúan más allá de este tiempo de vida, a través de muchas otras vidas.

El punto es crecer en sabiduría y práctica del significado de la vida. Toda vida es preciosa y debe ser apreciada, mostrando irrespeto usted retarda el crecimiento de su alma, cuando usted muestra continuamente irrespeto, usted está en peligro de destruir su alma; su alma puede cesar de existir. Esta finalidad es una consecuencia seria, no siendo una despedida suave. No necesitan construir templos para adorar su Dios, porque su Dios está en todo. Mostrando su respeto por todas las cosas, ustedes adoran a Dios. Ustedes solos son responsables de controlar sus experiencias y el destino, en la dirección en que su vida está yendo, está ligada a sus vidas pasadas y acciones presentes.

El ser humano tiene un promedio de vida de 84 años. Para seguir existiendo necesita re-crearse. Dios creó al hombre, el hombre crea el alma. Mientras Dios crea, el hombre re-crea. A través de recrearse se inmortaliza. Dios nos dio una personalidad espiritual; ésta selecciona una personalidad física. El ser humano debe crear su Identidad-Individualidad.

La Crisis como “Peligro”

Algo muy interesante de remarcar es, que de los dos caracteres chinos que constituyen la palabra “crisis”, el primero es “peligro”. Es bastante obvio que una crisis nos pone en peligro. Podría ser una amenaza real en relación a nuestra seguridad o salud, como un incendio, una explosión, etc… En casos menos extremos, el peligro podría no ser físico, pero podría significar graves problemas para la reputación de su familia (o compañía). La lista de posibles crisis es larga. Simplemente piense en cuán difícil sería su vida si su compañía fuese acusada por contaminación del ambiente, acoso sexual, o discriminación racial, si sus clientes lo demandaran por daños o si sus accionistas le acusaran de no utilizar los recursos eficientemente, etc… Estas situaciones están llenas de peligros.

La Crisis como “Oportunidad”

Más interesante aún, es saber que el segundo de los caracteres chinos que constituyen la palabra “crisis” es “oportunidad”. Como primera impresión, la noción de combinar dos conceptos opuestos, como el peligro y la oportunidad, parecería ser algo extraño. No obstante, es verdad. Hay organizaciones que no sólo han sobrevivido los peligros planteados por una crisis, sino que también han experimentado una mejora de su reputación corporativa debido a la manera responsable, sensible y competente en que los manejaron.

El típico ejemplo de esto es el caso de Johnson & Johnson, cuando sus cápsulas de Tylenol mezcladas con cianuro causaron la muerte de muchas personas en 1982. Luego de una pérdida inicial, cuando Johnson & Johnson retiró el Tylenol del mercado, la compañía creció fuertemente. Retomaron su anterior participación en el mercado, porque el público dio crédito a la compañía, al guiarse ésta por su valores: dijeron que la salud y el bienestar de sus clientes era su primera prioridad y lo apoyaron rápidamente con las acciones tomadas. Hoy, las personas piensan favorablemente en Johnson & Johnson como una compañía responsable. Fue sin duda un brillante caso de relaciones públicas, que convirtió el peligro en oportunidad.
¿Y por casa… cómo andamos?

La mayoría del tiempo usted opera con un perfil bajo. El público puede haberse casi olvidado de su existencia. O pueden saber que usted existe, pero no le prestan demasiada atención ya que tienen sus propios problemas. Con tal de que usted no impacte directamente en sus vidas de alguna manera, están contentos y le permiten co-existir en su comunidad. Pero si algo drástico sucede, su visibilidad aumentará rápidamente. El reflector estará brillando repentinamente sobre usted y la manera en que usted reacciona ante la crisis será vista por todos. Cómo responde usted en esos primeros momentos se notará y se recordará, además, afectará la manera en que las personas percibirán su organización durante años y años.

Por todas estas razones, debe asegurarse de que usted y sus managers hayan recibido un entrenamiento efectivo en relación al manejo de crisis. Un programa que incluya el consejo de cómo hablar con la prensa y tratar con las personas disgustadas.

La Importancia de una Mente positiva

Cuando una crisis hace erupción, puede que no sea demasiado natural para usted verla desde la perspectiva “¡Es estupendo, vaya OPORTUNIDAD que tenemos!”. Sin embargo, si usted puede recordar los dos caracteres chinos y lo que quieren decir, esto podría ayudarle a enfrentar la crisis con una actitud más positiva, que lo impulsará a “hacer lo que debe” en función de los mejores intereses a largo plazo para su compañía, usted y su comunidad.

Visión: el deseo profundo

La mayoría de los adultos tienen poco sentido de una visión real. Casi todos tenemos metas y objetivos en nuestras vidas, pero estos no son visiones. Una visión real, profunda y cargada de significado no puede existir al margen del propósito. Al hablar de propósito nos referimos al motivo, la causa o la misión que justifica, orienta y determina la vida de un individuo.

“Esta es la verdadera alegría de la vida, el ser fiel a un propósito que tú mismo reconoces como poderoso… ser una fuerza de la naturaleza en vez de un pequeño, febril y egoísta guiñapo de aflicciones y rencores quejándose de que el mundo no se dedica a hacerlo feliz” (George Bernard Shaw).

En muchas situaciones de aprendizaje, sentimos que intentan convertirnos en lo que “ellos” desean que seamos. Al tiempo, terminamos dándonos por vencidos y nos resignamos pensando que, quizás, eso es lo que se llama “adaptación”. Pero un verdadero proceso de aprendizaje, o educación, no consiste en pretender modelar a las personas a imagen del instructor sino en conducir a las personas hacia sí mismas. Hacia lo que ellas realmente son, hacia su singularidad y su belleza original.

Si decide dedicar tiempo a averiguar quién es usted en realidad, cuál es el aspecto de su personalidad con el que se siente más cómodo y cuáles son sus verdaderos talentos naturales, estará inmerso en un emocionante proceso de aprendizaje. Este proceso será sin ninguna duda el viaje más interesante y productivo que jamás haya realizado en su vida.

Recoge, que volvemos a casa

De: MINERO16  (Mensaje original)
Enviado: 27/12/2003 11:20

Este es el resultado de una petición de ayuda al Ser Superior para comprender, en un momento en que la presión vital que sentía se me hacía excesiva, el orden superior de las cosas que definía mi situación en ese momento del tiempo lineal.

Solicité que me enviaran ayuda que abriera mi conciencia para poder comprender y, por lo tanto aceptar, la situación, y así colaborar con mi propia misión en ese momento.

Comparto con vosotros la información a la que tuve acceso, porque el esclarecimiento que ofrecía me hizo comprender y tal vez os sirva de ayuda también a vosotros, puesto que, cada cual a su manera, todos estamos pasando por lo mismo.

Recoge, que volvemos a casa

(Cualidad = Dualidad)

Imagínate:

Tú, Tu Ser Superior, tu persona física, una flor hermosa, una persona conflictiva, una situación estresante.

Imagínate tu Yo Soy, tu Ser Superior, por encima de la persona física que eres en esta tercera dimensión. Imagínate que ese Yo Soy se derrama sobre tu persona física hasta el punto de conformarla. Pero tú, ese que eres en esta dimensión, no contiene todo lo que tu Yo Soy es/derrama. Entonces, ¿dónde ha ido a parar todo aquello que tu Ser Superior derrama y, sin embargo, no recoge tu ser físico?

Imagínate ahora:

  a.. La flor hermosa: aunque la flor bonita es flor en sí misma, es decir, tiene su propia Esencia Superior, su hermosura existe en tanto que tú la percibas. Su hermosura es tu interpretación, es tuya; es decir, recae de tu Esencia Superior y vuelve a ti, que la interpretas. Y esa belleza es percibida por ti puesto que la has echado fuera, entonces puedes observarla. Su belleza es subjetiva, le pertenece a tu interpretación. Te pertenece a ti.
  a.. La persona conflictiva: Esa persona lo es en sí misma, pero el conflicto es tuyo. Es una energía de tu propio Ser que sencillamente tu ser físico, no asume, lo echa fuera. Eres tú quien percibe el conflicto porque es a ti a quien pertenece.
  a.. La situación estresante: Esa situación existe en si misma. Ese estrés es una energía tuya que no asumes y, al ponerla fuera, fricciona con el resto de lo que sí has aceptado, desde tu Ser Superior, en tu persona física. El estrés es tuyo, pero no como estrés, sino como una energía que te completa.
Para liberarte, debes recoger todo aquello que te pertenece. Entonces Todo lo que sea conflicto, estrés, belleza., deja de serlo, porque la Cualidad se da en la Dualidad. Y la Dualidad existe cuando hay un punto de vista, una visión hacia otro algo igualmente dual. Ese es el caso siempre que algo de ti esté fuera de tu persona física, de tu vida 3D.

Al tener el conflicto en el otro, “eso” es justamente lo que tú no posées. Hay conflicto porque una cualidad tuya está fuera. Porque al estar fuera, la ves desde el otro lado puesto que tú no la tienes porque la has echado fuera.

Si lo acoges, dejará de ser conflicto, y además te completará en tu ser físico. Deja de ser conflicto porque al no estar aislado recupera la identidad mayor de la que forma parte, fusionándose con ella.

Ahora estamos sintiendo que pasamos tantas penurias porque estamos recogiendo las partes de Yo Soy disgregadas.

Al coger el conflicto ajeno no se trata de meter en nuestra identidad basura. Se trata de dejar de verla como basura. Nada es malo. Sólo nuestro punto de vista dual lo define con esta cualidad. Si es basura es sólo para la definición de nuestra percepción. Mientras lo veamos así, no lo asumiremos y huiremos de ello, pero ELLO NO HUIRÁ DE NOSOTROS. Lo encontraremos a cada paso, en cada persona. No es que a veces todas las personas sean iguales, es que se les incorpora ese cacho de identidad nuestra que nosotros no reconocemos pero, como nos pertenece, NOS PERSIGUE.

¿Te vas encontrando gente que te trata con ira? En ese caso: Primero, entiende que no es ira, es que te IMPACTA como tal. ¿Qué puede ocurrir?

¿Tal vez tú te acobardas y huyes siempre?

Coge esa ira y úsala tú, pero en ti no será tal cosa, tal vez en ti sólo sea asertividad. Y al ser una persona capaz de mantenerte en tu sitio, ya no sacarás eso fuera para que “te mantenga en su sitio” otro. Es absurdo que sea el otro el que te coloque en tu sitio. Lo lógico es que seas tú quien lo haga.

Estamos recogiendo nuestros cachos, estamos recogiendo para mudarnos. Porque la mudanza ascendente es un viaje que sólo se puede hacer llevando todo nuestro equipaje. Si hay algo que se queda aquí, entonces sí hay algo de nosotros que no asciende, nosotros no ascendemos, puesto que “arriba” somos en la totalidad. Arriba = Uno.

Un día nos disgregamos para mirar desde diferentes puntos de vista la realidad, hace mucho, mucho tiempo. Ahora hay que volver a casa. Tenemos que recoger.

El karma ha sido la recogida de estos cachos. Los hemos dejado por ahí y nos hemos olvidado de que eran nuestros. Ahora ellos también quieren ascender y nos necesitan para hacerlo.

Amalos cuando los veas. No son malos si los reconoces. Abre tus brazos e incorpóralos a tu ser. Cuando estén ahí, en tu ser, cobrarán otra cualidad y, en lugar de ser molestos, te serán útiles porque te complementarán. Verás qué pronto reconocen el lugar al que pertenecen. Tal vez no sea el mismo que hayan ocupado fuera. En ti serán benévolos.

Tú, lo que conoces de ti, no es más que un charco de lluvia constante de tu Ser Superior, que no para de evaporarse hacia Él de nuevo y Él, de nuevo, no para de lloverse sobre la 3D (tú y tus cachos cachos desperdigados).

No se trata de ser bueno o malo según lo que nos han contado. No te preocupes por el juicio de los otros. Haz tu trabajo y ayudarás incluso al que te juzga como errado. Estarán haciendo también limpieza en su identidad. Tal vez si se vacían de tu cacho no les queda otra que recuperar el suyo para rellenar el espacio ahora vacante. Y ese cacho, ¿quien sabe dónde andará colocado? Pero seguro que muy cerca de él.

Recoge tus cosas. Nos vamos a casa. La soledad termina porque no era más que la distancia marcada por las barreras de tus cachos disgregados. Ella te impedían ver correctamente.

Tu lugar te espera, y está lleno de amigos, enteritos (Uno), con todo lo que Son.

Incorpora tus sombras a ti y ven. Trae tus cachos incorporados.

No hay que ser bueno. Hay que ser completo. ¡Qué sabes tú qué es ser bueno, si juzgas parcialmente, puesto que no posees unidad cuando juzgas! Sé completo. Y cuando seas Uno, estarás en casa sin más preámbulo. No hay más viaje.

El viaje es lo que estás haciendo ahora. Sabrás que terminó cuando estés en el hogar. Y ya no lloverás puesto que al no estar disperso no tienes que proyectarte. Sólo se proyecta lo disperso. Al ser unidad, estarás recogido en el hogar. Sin proyecciones. Por lo tanto no necesitarás la 3D (la 3D no es un lugar, es una mirada), puesto que ésta no es más que el sustento de las partes, en la parcialidad. Por eso ese mundo se define como de dualidad. Es porque sólo lo parcial, lo incompleto llega allí, es la pantalla de lo que no es un todo. El todo es el resultado de una fusión que, al realizarse, se convierte en Luz (igual que la electricidad hace chispas).

Terminó tu viaje. Eres libre.

No te preocupes por lo que tienes que soltar, todo lo que tienes de más ocupa un espacio porque está vacío, son ocupas. Llénalo de tu esencia y lo otro se irá como respuesta, así es.

“Nada es malo. Sólo hay algunas cosas que están fuera de sitio, con lo que su función no es la apropiada”.

Las luces que ves con pequeñas fusiones que estás realizando. Esas son las estrellas que se presentan ante ti fugazmente. Son revelaciones de peldaños subidos en el camino de regreso a casa.

Educando nuestro interior… La Conciencia

De: MINERO16  (Mensaje original)
Enviado: 27/12/2003 [color=black]11:21

Es cada vez más frecuente encontrar personas que atraviesan por una “crisis”, que se sienten “deprimidas” o presas de “angustia”. Aunque estas palabras tienen un significado preciso en psiquiatría, a veces suelen emplearse con cierta ligereza. No obstante, responden a una situación real de insatisfacción profunda, cuyas causas generalmente no se alcanzan a ver con claridad. Quizás, la labor más importante y efectiva para estos casos, consista en reorganizar el proyecto humano de vida (individual) que sufre por no encontrar una vía de expresión.

Es la ausencia, o la frustración, de un proyecto personal (o misión) lo que provoca esa sensación de infelicidad que parece ir apoderándose de más y más personas. Cada individuo tiene la posibilidad de orientar su vida hacia objetivos, metas y sueños que llenen sus necesidades afectivas, profesionales y culturales. “Llevar la vida hacia delante” es el acto en el que el presente se empapa de futuro, donde las angustias de hoy se transforman en esperanzas de un mañana… de un futuro mucho mejor.

Aprendizaje Continuo y Participativo

Desde los albores de la historia humana, el aprender ha sido una característica propia de cada individuo, que ha contribuido a fundamentar las bases del desarrollo humano ya que cuando se aprende, se adquiere el conocimiento (de una cosa) por medio del estudio, ejercicio o experiencia.

A medida que hemos evolucionado como civilización, han surgido personas que se han dedicado al estudio del comportamiento humano, y esto ha llevado a la definición de diversos criterios con respecto al aprendizaje; conceptos, métodos, herramientas y técnicas, entre otros.

Antes, ser inteligente era ser bueno con los números, con la memoria y con las palabras. Durante varias décadas los investigadores se han focalizado en la tarea de mejorar y potenciar la capacidad de aprender y de recordar. Pero la tendencia de los nuevos paradigmas dentro del área del conocimiento, presenta una visión más amplia, integradora y holística de los métodos que tradicionalmente se han venido desarrollando.

Según se ha descubierto, el hombre necesita además de “aprender” y “memorizar”, desarrollar otras capacidades como: crear, comunicar, coordinar, imaginar… Leonardo Da Vinci anunciaba: “¡Hay que desarrollar la imaginación!”. Desde la invención de la escritura, hemos presenciado el desarrollo de distintas técnicas diseñadas para plasmar de alguna manera la información del mundo que nos rodea, con el propósito de analizar situaciones, comunicar, solucionar problemas, expresar un pensamiento, compartir hallazgos, divulgar experiencias o sencillamente plasmar de algún modo los aprendizajes obtenidos.

Las técnicas empleadas han sido variadas. Todos hemos aprendido a confeccionar listas y tablas por ejemplo, a utilizar líneas para organizar la información, obviamente desarrollamos muy bien la técnica de las palabras, aprendemos a manipular números, redactar oraciones, muchos manejan muy bien el lenguaje de los gráficos, y , como no mencionarlo, las imágenes (dibujos, fotos videos) se han convertido en un importante medio para comunicar y documentar nuestro mundo.

Pero a pesar de que todos estos sistemas tienen una utilidad indiscutible, hoy en día se sabe, gracias a investigaciones más recientes, que todos ellos activan tan solo una parte de las capacidades del cerebro, impidiendo que se establezcan asociaciones que estimulen la creatividad y potencien la memoria.

El gran interrogante es entonces, ¿existe una técnica avanzada que utilice mejor las grandes capacidades del cerebro, y que genere asociaciones que estimulen la creatividad y potencien la memoria?

Sí… los VALORES HUMANOS, la educación Holística basada en la Conciencia como punto focal. Podríamos decir que el uso de herramientas como ésta, permiten un auto-aprendizaje continuo. Podemos auto-aprender continuamente conociendo y utilizando herramientas en nuestro diario vivir que nos faciliten la creatividad, el descubrimiento y potencien al máximo las capacidades de nuestro cerebro.

Los seres humanos tenemos que ir configurando la vida a cada instante mediante el impulso que recibimos de “lo ideal”, que es una idea motriz, porque encarna el valor más alto -el que sirve de apoyo a todo el edificio de nuestra existencia. Todo pende en nuestra existencia del ideal que asumamos como propio.

Si tendemos por principio hacia un ideal de unidad y solidaridad, nuestra actitud será fundamentalmente generosa y nos orientaremos por la vía del encuentro y la creatividad. Si optamos por el ideal del dominio, la posesión y el placer, nuestra actitud básica será de egoísmo y nos encaminaremos por la vía de la fascinación y el vértigo, que nos producirá primero euforia para sumirnos pronto en la decepción, la tristeza, la angustia, la desesperación y la destrucción.

¿Quiénes son los mejores aprendices del mundo? Los bebés. Los bebés son activos, tienen propósitos, están orientados a un objetivo, son aprendices insaciables. Usando el universo físico y mental, luchan incansablemente para que la vida tenga sentido.

Los adolescentes, también exploran el mundo activamente. Su aprendizaje es activo, la actividad es su combustible. Pero esa actividad va decreciendo a medida que pasan los años. La televisión, entre otras cosas, enseña a ser pasivos: nos dice qué necesitamos, y todo lo que queremos vendrá a nosotros -justo después de este aviso. Y a medida que nos tornamos más y más pasivos, nuestro aprendizaje va desapareciendo.

Sin importar el tipo de actividad que tenga, manténgase activo!!! Cuanto más activo esté, más fluida será su actividad y más efectivo será para conseguir los resultados que desea.

Aprender quiere decir descubrir y reconocer conscientemente nuestra incompetencia. Todo aprendizaje parte de saber que no sabemos algo importante o que nos falta una determinada habilidad. No es sorprendente que ciertas emociones acompañen este descubrimiento: confusión, frustración, temor, ansiedad.

Ninguna emoción que se experimente al aprender es inadecuada. Cada sentimiento tiene un propósito. La confusión, por ejemplo, crea curiosidad. En todo evento de capacitación solemos escuchar que la gente atraviesa esos sentimientos.

Cuando la gente dice que está confundida, eso es muy bueno, y significa que está en el camino del aprendizaje efectivo; pero cuando la gente experimenta un sentimiento de frustración ante nuevos conceptos, conviene dirigirla rápidamente hacia la confusión. ¿Por qué?

La confusión es un peldaño que tenemos que subir para trepar hacia la excelencia. La confusión está indicando que la gente está cometiendo un acto de aprendizaje. En contraste, enfrentar un descubrimiento con una sensación de certidumbre y sin voluntad para abandonar viejas creencias conduce a la frustración. Nos encerramos en un estado de impotencia adquirida, un estado de no saber.

Confusión o frustración. Estos dos caminos emocionales, ante un hecho de aprendizaje, nos conducen a resultados muy distintos:

·    La confusión genera curiosidad, lo que detona comportamientos positivos de aprendizaje, lo que a su vez conduce a la excelencia.
·    La frustración no es confusión. La frustración genera un estado certero de impotencia, lo que desemboca ineludiblemente en el abandono.

Por desgracia, nuestras experiencias educativas muchas veces nos dirigen más por el camino de la frustración que por el de la confusión. En muchos modelos de aprendizaje la confusión es sinónimo de derrota, y la frustración igual a incompetencia. El resultado es que el aprendizaje se detiene.

Cualquiera sea el sentimiento que surja en un proceso de aprendizaje, está bien. No se debe suprimir ningún estado emocional, incluso todo grado de confusión es buen signo de aprendizaje. La confusión lleva a la curiosidad, y la curiosidad le proporcionará el deseo de aprender, de descubrir ese manto de confusión (de correr el velo). Pero el buen educador, intentará encauzar siempre las emociones de los aprendices. Hay emociones que son más adecuadas que otras para este proceso, y él lo sabe.

¿Qué emociones siente usted cuando aprende… por ejemplo aquí, en el Centro Escuela CLARIDAD? CLARIDAD propone un proceso de aprendizaje único, original, mediante sus publicaciones, artículos, cursos y talleres. Cada encuentro (o artículo) está orientado a provocar una emoción, un sentimiento adecuado para motivar al aprendizaje. Sostenidos por algunos Principios, los encuentros (o artículos) despiertan curiosidad, plantean interrogantes, animan el despertar, y activan la curiosidad y motivación permanentemente hacia un crecimiento inteligente, personal y colectivo en todas sus (y las) dimensiones. Estos conocimientos dan nacimiento a una nueva cultura y a un nuevo humanismo, pues tienen la finalidad, en lo individual, de realizar un proceso de evolución consciente estrechamente ligado al conocimiento de sí mismo, de las leyes que rigen la vida y la función del hombre sobre la tierra.

“Lo que somos, comunica mucho más elocuentemente que cualquier cosa que decimos o hacemos. Hay personas en las que confiamos absolutamente porque conocemos su carácter” (Stephen R. Covey).

A menudo las personas se encuentran logrando victorias vacías, éxitos ilusorios conseguidos a expensas de cosas que súbitamente se comprende que son mucho más valiosas. Personas pertenecientes a todos los trabajos (médicos, académicos, actores, políticos, ejecutivos, atletas y fontaneros) a menudo luchan por lograr ingresos más altos, más reconocimiento o un cierto grado de competencia profesional, sólo para descubrir que su ansiedad por alcanzar la meta les ha privado de cosas que realmente importan y que ya han quedado fuera de sus posibilidades.

Esencialmente, lo que importa no es la profesión de una persona o el tipo exacto de trabajo en que se comprometió, sino más aquello de su personalidad lo que podrá contribuir para los demás y para su profesión.

Cuán distintas son nuestras vidas cuando sabemos qué es lo verdaderamente importante para nosotros, y, manteniendo ese cuadro en mente, actuamos cada día para ser y hacer lo que en realidad nos interesa. Si la escalera no está apoyada en la pared correcta, cada paso que demos no hará más que acercarnos antes al lugar erróneo.

Aprender es crear, adquirir y transmitir una idea o conocimiento y luego, modificar una conducta para adaptarse a esa nueva idea o conocimiento. Esta definición empieza con una verdad muy sencilla: para que se produzca el aprendizaje, las nuevas ideas son esenciales.

A veces, las nuevas ideas se crean mediante “chispas de creatividad” o de percepción. En otras ocasiones, nos llegan desde el exterior de diversas maneras, siendo la más formal, la capacitación. Cualquiera sea la fuente, estas nuevas ideas son las que ponen en marcha el cambio, la mejora y el desarrollo de una persona, o de un grupo de ellas.

Pero las nuevas ideas o los nuevos conocimientos, por sí solos, no pueden dar lugar al aprendizaje. Si no se introducen cambios consecuentes en la forma de actuar, o de realizar un trabajo, sólo existirá un potencial de mejora.

“Por el conocimiento nos aproximamos a Dios”. ¿De qué sirven las posesiones materiales y el poder, el dinero, el trabajo, la familia, la pareja, los hijos, etc., cuando son un fin en sí y no un medio para ese acercamiento? La codicia y el ansia de poder no tienen ningún valor.

Todo es crecimiento y aprendizaje… crecimiento continuo. Sin embargo, hay diferentes niveles de aprendizaje; algunos tienen que aprender en la carne. Tenemos que sentir el dolor. Cuando se es espíritu no se experimenta dolor. Es un período de renovación. En forma espiritual no se siente, sólo hay bienestar, felicidad. Nosotros decidimos cuándo queremos regresar, adónde y por qué motivos. Nuestro cuerpo es sólo un vehículo para que utilicemos mientras estamos aquí. Son nuestra alma y nuestro espíritu los que perduran por siempre.

El aprendizaje es mucho más rápido en el estado espiritual. Pero elegimos lo que necesitamos aprender. Si necesitamos regresar para elaborar una relación, regresaremos. Si hemos terminado con eso, proseguimos.

Sin teoría… no existe aprendizaje

¿Qué significa esta frase? “Al fijar el techo, de alguna manera está fijando el piso”. Nos advierte que, a menos que nosotros entendamos la teoría en su totalidad (el conjunto de presunciones o pensamientos que sostuvimos como verdaderos, cuando creamos las prácticas y procedimientos que usamos en el presente), en el futuro nos condenaremos a crear diferentes versiones de lo que siempre hemos hecho. Como resultado, no obtendremos ningún cambio real, sino simples y diferentes manifestaciones de lo que siempre solemos hacer.

A menos que nuestras creencias, teorías, presunciones y pensamientos sean criticados y desafiados para comprobar su validez, lo que construyamos en el futuro descansará sobre un cimiento igual al de siempre!

Considere la siguiente frase: “La manera en que pensamos, determina lo que medimos” (Albert Einstein).

Hemos sabido, durante años, que la puerta de entrada al cambio son nuestros sistemas de creencias, nuestro conjunto de teorías aceptadas. Sin embargo aún, en diferentes circunstancias, muchos de nosotros nos hemos condicionado para no aprender. Por ejemplo, en nuestra búsqueda de respuestas rápidas y soluciones, ponemos en cortocircuito el elemento mismo que es fundamental para resolver los problemas y cambiar de manera efectiva… el examen de nuestros pensamientos y creencias -que sostienen las prácticas y procedimientos que llevamos adelante día a día.

Como Thomas Paine tan acertadamente declaró: “El prolongado hábito de no pensar acerca de una cosa incorrecta, le da la apariencia superficial de ser correcta”.

Si sostenemos como verdadera la teoría de que la tierra es el centro del universo, entonces, tomaremos decisiones y crearemos prácticas dentro de ese esquema de pensamiento y cerraremos nuestros ojos ante las posibilidades de vivir un presente bajo una teoría diferente. Aún peor, todas las mejoras que introduzcamos en esas prácticas no serán otra cosa que versiones actualizadas de lo que siempre fue, y no “verdaderos descubrimientos”.

Todos los grandes descubrimientos, han sido el resultado de la valiente decisión de romper con las maneras tradicionales de pensar (un cambio de teoría!). Si las personas creen que sus puntos de vista son “hechos”, en lugar de un “conjunto de presunciones” (o teorías personales que han aceptado como verdaderas), no estarán abiertas a desafiar esos puntos de vista y nunca crearán el tipo de cambio que necesita para dar un salto relevante. Cualquier práctica futura, o procedimientos, que se alteren sin un cambio en el esquema de pensamiento o en la teoría, serán sólo versiones “disfrazadas” de las mismas prácticas o procedimientos que intentan modificar. ¿Es una maravilla seguir re-inventando la rueda?

Habitualmente, estamos condicionados para mantenernos alejados de este tipo de cambio y volcarnos más hacia “la acción”; hacia un enfoque más “pragmático”. Sin embargo, esta inclinación a la acción obstaculiza o destruye el proceso de aprendizaje, e inhibe la posibilidad de aplicar cambios efectivos en la vida. Todos nosotros hemos oído una y otra vez… “No tengo tiempo para la teoría. Lo que necesito es algo práctico y ponerlo en acción!”. Quizás, somos nosotros mismos quienes hemos creado el enfoque que obstaculiza la resolución efectiva de problemas y el cambio profundo en nosotros.

Sin teoría… no existe aprendizaje. Es un requisito para el cambio real. Sin duda este mensaje nos será de gran utilidad… y será también una disciplina que traerá resultados duraderos.

El objetivo del sabio es el de trascender lo social y lo cotidiano, alcanzando un plano elevado de conciencia, la iluminación. El iluminado es aquel que ha alcanzado la unidad mística con el universo, mediante el uso de su inteligencia intuitiva y el conocimiento práctico o la contemplación y la acción social.

Se debe aprender a vivir durante toda la vida y, por más que tú tal vez te espantes, la vida toda es un aprender a morir.

Los MAESTROS de SABIDURIA dicen: “La Tierra nunca ha estado sola, siempre ha formado parte de un sistema cósmico. Si la mente humana ha cometido disparates, ha sido porque nunca ha estado ajustada con el todo. Ha llegado la hora de la verdad y del significado de la vida en el Universo. Los hombres no deberán ya permanecer en el agujero negro de la ignorancia. Todos deberán expandir la conciencia, de la misma manera que el Universo se expande físicamente, dando origen a nuevos e infinitos misterios. Humildad es lo que falta. La Tierra ha sido siempre una gota de agua en el Océano Galáctico”. 

1 95 96 97 98 99 104