EL OTOÑO DE FREDDY LA HOJA

De: minero  (Mensaje original) Enviado: 08/05/2005 10:42

Había pasado la primavera, y también el verano.

Freddy, la hoja, había crecido. Su parte central era amplia y fuerte, y sus cinco extensiones eran firmes y puntiagudas.

Se había asomado por primera vez en la primavera; entonces era un pequeño brote de una rama bastante grande, cerca de la cima de un alto árbol.

Freddy estaba rodeado por cientos de hojas iguales a él, o así lo parecían. Pronto descubrió que ninguna hoja era igual a otra, aún cuando estuvieran en el mismo árbol. Alfred era la hoja que estaba  a su lado. Ben era la hoja de su derecha y Clara era la hermosa hoja de arriba.

Todas habían crecido juntas.

Habían aprendido a bailar en las brisas de la primavera, a calentarse bajo el sol del verano y a lavarse en las lluvias refrescantes.

Pero el mejor amigo de Freddy era Daniel. Era la hoja más grande de la rama y daba la impresión de haber estado allí antes que todos los demás. A Freddy le parecía que Daniel era el más sabio.

Fue Daniel el que les contó que eran parte de un árbol, y les explicó que crecían en un parque público. Fue Daniel el que les dijo que el árbol tenía raíces fuertes que estaban ocultas en la tierra, allá abajo. Les habló de los pájaros que iban a posarse en esa rama y cantaban canciones matinales. Les habló del sol, la luna, las estrellas y las estaciones.

A Freddy le gustaba mucho ser una hoja. Le gustaba su rama, le gustaban las leves hojas que eran sus amigos, su lugar cerca del cielo, el viento que lo empujaba de aquí para allá, los rayos del sol que le daban calor, las nubes que los cubrían con grandes sombras blancas.

El verano había sido especialmente agradable. Los grandes días de calor eran placenteros, y las noches cálidas, apacibles y ensoñadoras.

Ese verano hubo mucha gente en el parque. Con frecuencia iban a sentarse bajo el sol de Freddy.

Daniel les dijo que el dar sombra era parte de su finalidad.

-¿Qué es una finalidad?-había preguntado Freddy.

-Una razón para existir- había respondido Daniel.

-Hacer las cosas más agradables para los otros es una razón para existir. Dar sombra  a los ancianos que vienen para escapar del calor de sus casas; ofrecer un lugar fresco para que los niños vengan a jugar; abanicar con nuestras hojas a los que vienen a hacer picnic y comen sobre manteles a cuadros. Todas éstas son razones para existir.

A Freddy le gustaba en particular la gente mayor. Se sentaban tranquilos sobre el pasto fresco y casi nunca se movían. Conversaban en susurros de los tiempos idos.

Los chicos también eran entretenidos, aunque a veces hacían agujeros en el tronco del árbol o tallaban sus nombres en él. Aún así, era divertido verlos moverse tan rápido y reírse tanto.

Pero el verano de Freddy pasó pronto.

Se esfumó en una noche. Freddy nunca había tenido tanto frío. Todas las hojas tiritaban. Estaban cubiertas con una delgada capa de blanco que se derritió rápidamente y las dejó empapadas de rocío, resplandecientes bajo el sol de la mañana.

Otra vez fue Daniel el que les explicó que habían vivido su primera helada, la señal de que ya era otoño y pronto llegaría el invierno.

Casi enseguida, todo el árbol, en realidad todo el parque, se transformó en una llamarada de color. Apenas quedó alguna hoja verde… Alfred se había vuelto de un color amarillo profundo. Ben de un naranja brillante. Clara se había vuelto roja como una llama; Daniel, púrpura profundo, y Freddy estaba rojo y dorado y azul. Qué hermosos estaban todos. Freddy y sus amigos habían convertido el árbol en un arco iris.

-¿Por qué nos ponemos de diferentes colores- preguntó Freddy-, si estamos en el mismo árbol?

  -Cada uno de nosotros es diferente del otro. Hemos tenido experiencias diferentes del otro. Hemos mirado al sol, y hemos dado sombra de maneras diferentes. ¿Por qué no habríamos de tener distintos colores?- dijo Daniel, realista. Daniel le dijo a Freddy que esa estación maravillosa se llamaba otoño.

Un día sucedió algo muy extraño.

Las mismas brisas que antes los habían hecho bailar, comenzaron a empujarlos y a tirar de sus tallos, casi como si estuvieran enojadas.

Esto fue la causa de que algunas de las hojas se quebraran y cayeran de sus ramas y fueran levantadas por el viento, sacudidas de un lado a otro, hasta posarse blandamente sobre el suelo.

Todas las hojas se asustaron.

  -¿Qué esta sucediendo?- se preguntaban unas a otras en susurros.

-Lo que sucede en el otoño- les dijo Daniel-. Ha llegado el momento de que las hojas cambien de hogar. Algunas personas lo llaman “morir”.

-¿Todas nosotras moriremos?- preguntó Freddy.

-Sí- respondió Daniel-. Todo muere, sea grande o pequeño, débil o fuerte. Primero cumplimos nuestra tarea. Sentimos el sol y la luna, el viento y la lluvia. Aprendemos a bailar y a reír. Luego morimos.

-¡Yo no voy a morir!- dijo Freddy con determinación-. ¿Tú vas a morir, Daniel?

-Sí- respondió Daniel-, cuando llegue mi hora.

-¿Cuándo será?- pregunto Freddy.

-Nadie lo sabe con certeza- respondió Daniel.

Freddy observó que las otras hojas continuaban cayendo, y pensó:

“Debe de haber llegado su hora”.

Vio que algunas de las hojas resistían a los golpes del viento antes de caer, y que otras simplemente se dejaban ir y caían mansamente.

Pronto el árbol quedó casi desnudo.

-Tengo miedo de morir- le dijo Freddy a Daniel—No sé qué es lo que hay allá abajo.

-Todos tememos a lo que no conocemos, Freddy. Es natural- lo tranquilizó Daniel-. Sin embargo, no tuviste miedo cuando la primavera se convirtió en verano. No tuviste miedo cuando el verano se transformó en otoño. Eran cambios naturales. ¿Por qué tendrías que temer a la estación de la muerte?

-¿El árbol también muere?- preguntó Freddy.

-Algún día. Pero hay algo más fuerte que el árbol: “la Vida”.  La vida es eterna, y todos somos parte de ella.

-¿Adónde iremos cuando muramos?

-Nadie lo sabe. ¡Ese es el gran misterio!

-¿Regresaremos en la primavera?

-Nosotros no, pero la vida sí.

-¿Entonces cuál ha sido la razón de todo esto?- siguió preguntando Freddy-. ¿Por qué estamos aquí? ¿Sólo para caer y morir?

Daniel respondió a su manera objetiva:

-¿Por qué? Por el sol y la luna; por los momentos felices que hemos pasado juntos; por la sombra y los ancianos y los niños; por los colores del otoño; por las estaciones. ¿No son razones suficientes?

  Esa tarde, en la luz dorada del crepúsculo, Daniel se desprendió de la rama. Cayó sin esfuerzo. Y mientras caía parecía sonreír apaciblemente.

-Hasta pronto, Freddy – dijo.

Después, Freddy quedó solo. Era la única hoja que permanecía en su rama.

La primera nieva cayó a la mañana siguiente. Era blanda, blanca y suave; pero era dolorosamente fría.

Casi no hubo sol ese día, que fue muy corto. Freddy notó que perdía el color y se ponía quebradizo. No dejaba de hacer frío, y la nieve pesaba mucho sobre él.

Al amanecer llegó el viento que separó a Freddy de su rama. No le dolió nada. Se sintió flotar suave, delicada, serenamente hacia abajo.

Al caer, vio el árbol entero por primera vez. ¡Qué fuerte y firme era! Estaba seguro de que viviría mucho tiempo, y el saber que había sido parte de esa vida lo llenó de orgullo.

Freddy fue a parar sobre un montículo de nieve. Era bastante blanda, y hasta cálida. En esta nueva posición, Freddy estaba más cómodo que nunca. Cerró los ojos y se quedó dormido. No sabía que después del invierno llegaría la primavera y la nieve se derretiría y se transformaría en agua. No sabía que su ser aparentemente seco e inútil, se uniría al agua y serviría para que el árbol se hiciera más fuerte. Y, sobre todo, no sabía que allí, dormidos en el árbol y en la tierra, ya había proyectos de nuevas hojas que nacerían en la primavera

Cuentan que…-1896

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 19/03/2005 9:20

Cuentan que Buda se negaba resueltemente a hablar de Dios.
Probablemente sabia de los peligros de hacer mapas para expertos en potencia.

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De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301 Enviado: 19/03/2005 9:39

Que una creencia religiosa es como un poste indicador que señala el camino hacia la verdad.Perolas personas que se obstinan en adherirse al indicador se ven impedidas de avanzar hacia la Verdad, porque tienen la falsa sensación de que ya la poseen.

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De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301 Enviado: 19/03/2005 9:41

Cuando la realidad choca contra una creencia rigidamente afirmada, la que sale perdiendo es la realidad.

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De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301 Enviado: 19/03/2005 9:43

No hay nada para lo cual el creyente inflexible encuentre explicacion.

recuentos para demian (Jorge Bucay)

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 19/02/2005 2:07
A mi hija Claudia

Jorge Bucay, médico y psicoterapeuta gestáltico nació en Buenos Aires en 1949 y es autor del best seller “Cartas para Claudia”, una verdadera introducción al campo de la filosofía gestáltica.

En “Recuentos para Demián” nos sumerge en una cuidada antología de cuentos clásicos, mordernos o populares, seleccionados y reescritos por el autor para extraerles todo su contenido terapéutico.

A este “re-contar” se agrega la didáctica guía del autor que con la excusa de la trama, nos lleva de la mano por el camino de saber más sobre nosotros mismos.

El Doctor Bucay trabaja en Buenos Aires repartiendo su tiempo entre su tarea docente, su tarea literaria y su tarea asistencial. La tarea de “ayudador profesional” como a él mismo le gusta definirse.

Un ayudador – dice el autor – es alguien que ha leído un poco más que unos pocos sobre algunos pocos temas… y ha decidido compartirlo.

A las puertas del cielo llegaron un día cinco viajeras.

– ¿Quiénes son ustedes? – les preguntó el guardián del cielo.

– Somos – contestó la primera – La religión…

– La juventud… – dijo la segunda

– La comprensión… – dijo la tercera.

– La inteligencia… – dio la siguiente.

– La sabiduría – dijo la última.

– Identifíquense!! – ordenó el cancerbero.

Y entonces…

La religión se arrodilló y oró.

La juventud se rió y cantó.

La comprensión se sentó y escuchó.

La inteligencia analizó y opinó.

Y la sabiduría… contó un cuento

(tomado de una idea de Anthony de Mello, modificada por el autor)


PRÓLOGO

Hace algunos años escribí, sin darme cuenta, una serie de cartas que dirigía a una supuesta e imaginaria amiga llamada Claudia. Esa serie terminaba con una carta que obviamente era la última.

Algunos amigos que conocían este hobby y algunos pacientes que sobrevaloraban su contenido, hicieron que me decidiera a publicar lo que después se llamaría “CARTAS PARA CLAUDIA”..Sería muy difícil para mí expresar mi gratitud para con todos ellos: amigos y pacientes, a quienes les debo todos los placeres devenidos de las sucesivas ediciones de aquel libro.

Quizás sea por aquellas satisfacciones, quizás sea por vanidad, o quizás –lo dudo— sea porque finalmente haya encontrado algo más para decir… lo cierto es que hoy, cinco años después, vuelvo a sentarme ante una máquina de escribir para tipear esto que aquí empieza: quizás mi segundo libro.

En los últimos años, mi tarea como terapeuta ha ido variando más ostensiblemente que en toda la década anterior. Este viraje sucedió, como casi todas las cosas importantes de mi vida, sin que yo me diera acabada cuenta de lo que estaba sucediendo.

Un día, hablando con una colega con quien controlaba sus pacientes, noté que venían a mi memoria infinitos relatos, fábulas y anécdotas con las cuales yo explicaría a ese paciente a quien no conocía, su actitud de vida.

Me di cuenta de que, a solas con mis pacientes, había recurrido con frecuencia a esta manera de decir lo que deseaba.

Me di cuenta de cómo mis pacientes recordaban más mis relatos que mis interpretaciones, ejercicios, o comentarios.

Recordé el impacto profundo de los relatos del modelo Ericksoniano.

Me di cuenta, en suma, de que estaba utilizando cada vez más una poderosa arma didáctica y por supuesto terapéutica.

Esto que hoy comienzo a escribir es una pequeña antología de relatos antiquísimos algunos y contemporáneos otros, historias tradicionales de todas las culturas, frases y anécdotas más o menos conocidas a las cuales decidí sumar algunos sucesos de mi vida personal y unos pocos cuentos de mi propia inventiva, sumados a –como no podían faltar— algunas humoradas que me han contado y que repito a menudo (demasiado repito y demasiado a menudo), a mis “pacientes” pacientes.

Sólo para que no sea tan fácil leerlos, agregué al principio o final de cada relato (que a partir de ahora voy a llamar indiscriminadamente “cuentos”) uno o dos párrafos, ilustrando el uso que hago de estos cuentos en mi consultorio. No necesito aclarar, creo, que este uso es sólo un ejemplo y que la sabiduría encerrada en estos cuentos excede en mucho la aplicación supuestamente dada en estos relatos..Fue así, en la búsqueda de la manera de mostrar estos cuentos, que inventé a Demián, como alguna vez inventé a Claudia.

En realidad Demián ya estaba inventado. De hecho es mi hijo, el hermano mayor de Claudia. Y digo que lo inventé, porque ese es el nombre que le puse al supuesto paciente que se ve obligado –pobre— a soportar una y otra vez a ese terapeuta que se parece demasiado a mí..


EL ELEFANTE ENCADENADO

—No puedo –le dije— ¡NO PUEDO!

—¿Seguro? –me preguntó el gordo.

—Sí, nada me gustaría más que poder sentarme frente a ella y decirle lo que siento… pero sé que no puedo.

El gordo se sentó a lo Buda en esos horribles sillones azules de consultorio, se sonrió, me miró a los ojos y bajando la voz (cosa que hacía cada vez que quería ser escuchado atentamente), me dijo:

—¿Me permites que te cuente algo?

Y mi silencio fue suficiente respuesta.

Jorge empezó a contar:

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente:

¿Qué lo mantiene entonces?

¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a alguna tía por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado—

Hice entonces la pregunta obvia:

—Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.

Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.

La estaca era ciertamente muy fuerte para él.

Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía…

Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre— que NO PUEDE.

Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.

Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez…

—Y así es, Demián. Todos somos un poco como ese elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.

Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos” simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez, probamos y no pudimos..Hicimos, entonces, lo del elefante: grabamos en nuestro recuerdo:

NO PUEDO… NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ

Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.

Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma:

¡NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ!

Jorge hizo una larga pausa; luego se acercó, se sentó en el suelo frente a mí y siguió:

Esto es lo que te pasa, Demián, vives condicionado por el recuerdo de que otro Demián, que ya no es, no pudo.

Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón…

…TODO TU CORAZON.

teorias cientificas y escritos para el conocimiento del suelo

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 12/02/2005 11:09

Teorías Físicas

Eduardo Casar

1

La piedra es dura por lo que dura, no por lo más apretado o más flojo de sus tejidos moleculares. Por otra parte, es frágil, ya que puede romper una cabeza y lo que puede romper, por corresponsabilidad, puede ser roto, porque causa y efecto se confunden y el amo no sobrevive sin esclavo.

El mar es más piedra que la piedra, porque dura más.

2

Hablando del mar, a éste lo que lo ablanda y lo retuerce no es la atracción lunar (que ni se sabe) sino la sal, que sí sabe y sabe precisamente salada. Cual infinito tlaconete azul, al mar lo encrespa su propia sal, que lo hace, como dice el prefijo, querer salirse de sí mismo. Como los perros grises que se frotan las orejas contra los sillones cafés o como los bebés a los que les molestan las encías cuando les están saliendo los dientes, el mar, cuando se está saliendo de sí mismo, también se frota los bordes contra las playas. Y a esa cosa espiral y espumosa se le llama el oleaje

3

El fuego quema porque es una prisa anaranjada, contenida y de superficie muy pero muy pareja, sin porosidades, aunque tiende a manifestarse en picos. Hay fuegos, o partes de fuegos de otros colores, pero son menos calientes, lo cual es difícil de probar porque si pocos se atreven a poner la mano en el fuego por un amigo, cuántos menos lo harán por comprobar teorías. Hacen bien

El fuego quema más las cosas separadas que las juntas, más una canasta que un bloque de mármol. Para quemar un bloque de mármol se necesita paciencia y, siendo el fuego una prisa anaranjada, no tiene paciencia y mejor se va y no lo quema

4

Las piedras no son otra cosa, algo distinto de nosotros; no son de otro reino, como dirían los nobles. Son como nosotros, sólo que han aprendido a meditar. Meditar es concentrarse en distraerse. Su mente está completamente en blanco. Y es por eso que duran más. Son más sabias

Nosotros pasaremos. Y pasarán los hijos de nuestras hijas y las piedras permanecerán, tal vez, acaso, un poco más pulidas por afuera. Si a una piedra, de pronto, se le cuela un pensamiento, algo se desmorona en su compacto interior oscuro. Una milésima de sílice se le vuelve carbono. Algo que parecía imposible -quebrar un punto- le sucede. Un gesto microscópico, un insólito mohín de flexibilidad: la perdición. Porque ha entrado el tiempo desde el durísimo interior del cráneo

5

Originalmente los focos eran planos, como son ahora los espejos. Lo que pasa es que de tanto estar colgados de los techos, por su propio peso se van como quien dice liquidando, por lo que adquieren forma de gota. Claro que los de las lámparas de pie o los de algunas de escritorio tampoco se han quedado planos, pero en este caso no es el peso sino la presión de la electricidad que viene de los cables la que les da esa forma, parecida a la de las últimas burbujas que salen de la boca o la nariz de los muertos que quedan bocarriba

Y ya que lo hemos mencionado al principio, hay que aclarar que los espejos originales eran cóncavos: la gente entraba en ellos para verse y en realidad se veía, pero era porque, por ser tan estrecha la forma semicircular del espejo, la gente se topaba de frente consigo misma, no con su reflejo. Obviamente que el desgaste producido por tanta gente metiéndose fue erosionando la forma de los espejos hasta hacerlos planos y, como la misma erosión les iba puliendo la superficie, la gente se seguía viendo pero ahora sí era un reflejo lo que veía. Esto último lo demuestra el hecho de que uno se rasura y en el espejo queda lisito, pero si se toca la propia cara pica más que si se la toca a su reflejo

Escritos para el

conocimiento del suelo

Manoel de Barros

        DECLARACION

        Los INSECTOS NECESITAN más de 100 años para convertirse en hoja.
        En 1.000 años de escoria una lata cría pelos y hasta reza.
        La corriente de los ríos necesita casi 100 años para volverse murmullo.
        En 130 años un hombre se hace árbol. (Algunos, serpiente).
        En guijarral de color seco, casi sin ropa se posan las estrellas.
        Las mariposas que se posan en hueso de cerdo prefieren colores errados.
        En menos de 6 meses los mosquitos completan su eternidad.
        Un árbol enfermo en menos de 30 años pierde el contorno de las hojas.

        La araña con ojo de estambre en el lodo se despiedra.
        Cuando llueve en los brazos de la hormiga disminuye el horizonte.
        Los cardos que viven en los pedregales tienen la misma sintaxis que los
        escorpiones de arena.
        La rana, cuando llueve, tiñe de azul su croar.
        Los lagartos dan piernas a las rocas de preferencia en invierno.
        El vuelo del yabirú tiene más cuerpo que el vuelo de las horas.
        El escarabajo sólo recurre a bebedizos si encuentra a su hembra vagando
        entre escorias
        A 15 metros del arco iris el sol es oloroso.
        Los caracoles no gastan saliva en vidrios; pero en los pantanos se incrustan
        hasta el latido.
        En las brisas viene siempre un silencio de garzas.
        De cada 20 iguanas debilitadas por estrellas, 15 pierden el rumbo de las
        grutas.
        Todas estas informaciones tienen un soberbio desinterés científico: como
        andar de espaldas.

        TORDO CON TINIEBLAS

        Errante en mi pantano, doy con un tacuaral de pájaros
        Un hombre que estudiaba hormigas y tendía a piedras, me dijo en el
        ULTIMO DOMICILIO CONOCIDO:
        Sólo me preocupo de las cosas inútiles
        Su lengua era un depósito de sombras retorcidas, con versos cubiertos de
        hiedra y acequias que abrían alas sobre nosotros
        El hombre estaba parado mil años en ese lugar sin orejas
        La mariposa muere verde en su ojo sucio de piedra.
        El sapo es muy equilibrado por los árboles.
        Duerme ante pólenes y florece en los detritos.
        Palpa bulbos con sus dorados ojos.
        Come huevo de relente. Sabe que la luna
        Tiene gusto a luciérnaga para las margaritas.
        Precisa muy a menudo
        pasear en el suelo. Aprende antro y estrellas.
        (¡Tiene días el sapo de andar estrellamente!)
        Las moscas son muy dominadas por él.
        En su cuero la mañana es sanguínea.
        Espera a las falenas sostenido en tallos de piedra.
        Escombroso es su atardecer.
        Tiene celos verdeantes en su estancamiento.
        En el pico la memoria de un pez.
        De barro cría raíces y traga hebras de sol.
        Depende la criatura para su grandeza de una infínita deserción.
        ¡La gente es cría de frases!
        Escribir está lleno de corteza y de perla.
        Ay desde gema soy heces.
        ¡La alegría es recoger caracoles en las paredes plagadas!
        Algo que no tiene nombre que lo explique
        Como la luz que vegeta en la ropa del pájaro.
        En el suelo, entre raíces de insecto, pondera y escarba el tordo.
        Es un tordo de descampado.
        Hasta junto a una casa, en la podredumbre de las vigas, va
        a recoger grillos gordos.
        Al remover las sobras adquiere experiencia de residuo.
        ¡Tiene una dimensión fuera de pájaro!
        Tal vez un desvío de poeta en la voz.
        Influye en la dulzura de su canto el gusto que saca de ser
        una pequeña cosa infinita del suelo.
        En las rendijas de lo insignificante busca granos de sol.
        A esa vida en larvas que late bajo los árboles el tordo se entrega.
        ¡Aquí se abren corolas de ranas!
        Aquí se pudren los vuelos.
        Su pequeña voz se humedece de ínfimos adornos.
        ¡Su canto es el propio sol tocado en la flauta!
        Sirve de abrigo a los regueros.
        Del barranco una rana le atarda los ojos.
        Ese ser construye el entusiasmo.
        Es intenso y gárrulo: como quien viese la orla verde de las horas.
        Intransitable y ardiente es lo que el tordo no dice.
        Y tiene espesura de amor.
        El suelo engendra
        desde el mar
        el suelo engendra para el mar
        el suelo
        engendra con el mar
        El suelo pare al árbol
        pare al pájaro
        pare a
        la rana —el suelo
        pare con la rana
        desde ranas pare
        y desde pájaros
        pare el suelo
        desde el mar.
        El suelo cunde en el hombre
        en el ojo
        del pájaro cunde
        en las piernas
        del lagarto (1)
        y en la piedra.
        En la piedra
        el hombre nace
        cimbreante.
        Cimbrear
        sale de lagarto
        y no llega a pájaro.
        Cimbrear
        conviene a rana
        y caracol (2)
        Cimbrear
        se niega en mariposa
        y se estira
        hasta el árbol.
        Cimbrear
        se estira
        hasta el hombre.
        El hombre se arrastra
        como árbol.
        El hombre se desliza
        como caracol
        por los vergeles
        de la pared.
        El hombre se arrastra
        como ostra
        por las paredes
        del mar.
        El hombre (3)
        es recogido entre des
        trozos de ostras
        trazos de pájaros
        sordos
        comidos de mar.
        El hombre
        se incrusta como árbol
        en la piedra
        del mar.

        1 EL LAGARTO: El lagarto / puede ser encontrado en lugares anegadizos /
        en las planicies resecas / en las sociedades en comandita / en los concheros:
        al lado de las playas sin dueño estudiando / conchas muertas; / en las
        marchas a favor de la familia y de la patria / y / según narra la historia /
        uno de esos animales fue palpado por el siervo Job / sobre un montón de
        piedras / cuando éste raspaba con un trozo de tejas / la podredumbre que
        Dios le diera. / El lagarto / es muy común también / en las regiones
        descaecidas / arrastrándose por sobre paredes del mar como la ostra / y su
        fruta mojada / Parece que la lagarta grávida se inviste con las funciones de
        una piedra seca / pasando septiembre / y / sintiendo precisión de sombras
        para su desmusgo / se recuesta en una peña húmeda / y allí desova / quién
        sabe qué. / Puede aun el lagarto / ser visto tomando sol / en las playas /
        con sus ojillos fijos / masticando una flor…

        2 EL CARACOL: ¿Qué es un caracol? Un caracol es: / que uno pondere / con los
        bolsillos llenos de bramante cadenas de latón / picaportes gramófonos / etc.
        / Un caracol es que uno sea: / amando lo escurridizo / y durmiendo en las
        piedras. Es: / que uno conozca el suelo por haber visto una babosa / en la
        pared / y por seguirla una día entero arrastrando / en la piedra / su colita
        húmeda / y meada. / Otra de caracol: / es dentro de casa consumir libros
        cuadernos y / quedarse quieto ante una cosa / hasta serla. / Sería: / un
        hombre después de atravesado por vientos y ríos turbios / reposa en la arena
        para llorar su vacío. / Sería también: / comprender el andar liso de las
        lombrices bajo tierra / y escuchar como los grillos / por las piernas. /
        ¡Las personas que conocen el suelo con la boca, una forma de buscarse, se
        mueven como caracoles! / El caracol por fin: /tiene madre de agua / abuela
        de fuego / y el pájaro en él se ensuciará. / ¡Arrastrará una fiera hasta su
        cuarto / usará sombreros de tacón alto / y ha de ser estiércol a sus
        expensas!

        3 NUESTRO HOMBRE: …Como Akaki Akakievitche, que sólo amaba a su capote,
        ¡Él, piedra, talla su continencia! Conoce el canto del mar grueso de
        pájaros, la fiebre que arde en la boca de la ostra y la marca del lagarto
        en la arena. Ese hombre es materia de caramujo.

        CAMINATA

        Yo venía aquella tarde por la tierra fría de sapos…
        El azul de las piedras tenía cauda y canto.
        Desde un sarandí espiaba un pájaro el verano.
        Los caracoles al sol paseaban de chaqueta rosa.
        Crespas crecían las manos hacia el agua de la isla.
        De mí fueron brotando rosales salvajes.
        Con las crines en fuga rondaban los caballos
        embistiendo relentes aún en carne viva.
        De mi rostro fluían arroyos…
        Limpiando de limo la casa de los vientos mi voz en el aire pisaba…

        Traducción de Mario Merlino

        ***

        AGROCAUCE

        …donde pululan rudimentos de animales y plantas subyace un erotismo creador
        genésico.

        M. Cavalcanti Proença

        A veces, en las proximidades de los pantanos resecos, se encuentran rayas
        enterradas. Cuando las aguas se reducen en los pantanos, la raya escoge una
        tierra propicia, se posa en ella como un disco, abre con sus aletas una
        cama, hace almo suelo por debajo, y se entierra. Allí va a pasar el período
        de la sequía. Parece una rueda de carreta entornada. Al poco, bajo sus alas,
        late un agrocauce de gusanos,escribanos del agua y muchas especies de
        insectos y parásitos, que abordan el terreno como un vientre.

        Allí, por debajo de la raya, se instaura una química de pantano. Un útero
        vegetal, insectal, natural. El trueque de linfas, de reuma, de rumia que
        allí se instaura, es como un gran tumor que late.

        Se hace debajo de la raya la miniatura de un pantano. La vida que germinaba
        en el pantano se traslada al gran vientre preparado por la matrona raya. ¡Es
        el propio cuajarón de los escarabajos!

        Pienso en el trueque de favores que se entabla; en el mutualismo; en el
        amparo que se dan las especies. En las descargas de ayudas; en el equilibrio
        que allí se completa entre los rasguños de vida de los seres minúsculos.
        Entre los cuerpos truncados. Las telas aún sin araña. Los ojos sin luz
        todavía. Las plumas sin movimiento. Los remiendos de vermes. Los bulbos de
        serpientes. Arquetipos de carcomas.

        Pienso en los embriones de los actos. Una boca disforme de escarabajuelo que
        comienza a querer pegarse a las cosas. Rudimentos romos de un gajo de árbol.
        Los indicios de ínfimas sociedades. Los ligamentos primordiales entre
        paredes y babosas. También los gérmenes de las primeras ideas de convivencia
        entre piedras y lagartos. El embrión de una anguila sin estambres, que
        reniega de sus aletas. Antepasados de anturios (4) y mariposas que buscan
        una franja de sol.

        Pienso en un comercio de rizos y de aletas, de jugos de semen y de polen, de
        mudas de escamas, de pus y de semillas. Un comercio de celos y cantos
        virtuales; de muermos y de liendres; de olor de anuros y de ríos cortados.
        Comercio de pequeñas ranas y sus cricas redondas. Inacabados orificios de
        tenias implumes. Un comercio cheposo de milpiés y de polillas; de hojas
        recogidas por hormigas; de hongos oreja-de-palo aún en larva. Comercio de
        hermafroditas de instintos adhesivos. Las venas rasgadas de un oscuro
        escarabajo. El sapo que repudia su cola infame. Un comercio de anillos de
        escorpiones y simientes de pez.

        Y al cabo de tres meses de trueques e infusiones, la lluvia comienza a
        bajar. Y la raya va a levantarse. Su cuerpo ha dado sangre y ha bebido. En
        la carne sigue incrustado el hedor de una garrapata. De nuevo camina hacia
        los pantanos repletos. Girinos negros con rabitos y ojos de feto huyeron del
        gran útero, y ya hierven ahora en las aguas de las lluvias.
        Es la pura inauguración de otro universo. Que va a corromper, irrumpir,
        irrigar, restaurar la naturaleza.
        ¡Una fiesta de insectos y aves en el pantano!

        4 Del griego: anthos: flor y orrá: cola. Nombre de una familia de plantas
        ornamentales. (N. del T.)

JIDDU KRISHNAMURTI(LA SOLEDAD INTERIOR)

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 31/01/2005 23:29
…… Si se me permite repetir lo que dije el otro día, estas charlas tienen muy poca significación si no experimentamos no sólo directamente sino también de forma inmediata lo que se está diciendo; no sirve de nada reflexionar, o recordar y luego poner en práctica lo que se ha dicho,porque la experiencia directa de lo que es la verdad tendrá su propio efecto sin que la mente haya de buscar intervención alguna sobre ella.Ésta es la razón por que es muy importante escuchar no sólo lo que se está diciendo, sino todo en la vida.

Cuando escuchamos a otra persona decir algo, cuando leemos, cuando oímos el canto de los pájaros o el sonido del mar agitado, es importante escuchar atentamente, porque en el mismo acto de escuchar existe una vivencia directa que no se encuentra contaminada por ninguno de nuestros prejuicios o nuestro particular condicionamiento. Tengo la impresión de que la mayoría de nosotros encuentra extremadamente arduo escuchar, porque hemos leído muchas cosas, y entonces justificamos o comparamos lo que hemos leído con lo que estamos escuchando, o intentamos recordar lo que se está diciendo para luego reflexionar sobre ello. Entonces la mente está intranquila y, por lo tanto, no escucha con atención.

Interlocutor: Usted ha dicho que las nacionalidades, las creencias, los dogmas, son separativos. ¿Es también la familia una fuerza separativa?

KRISHNAMURTI: Mientras exista alguna forma de identificación con la familia, con un grupo nacional, con un dogma, con unas creencias, obviamente será también separativa. Si yo me identifico con la India, con su pasado, con su religión, con sus dogmas, con su nacionalidad, yo, obviamente, estoy construyendo un muro a mi alrededor a través de la identificación con lo que yo pienso que es más importante que yo mismo.

Claramente, la cuestión no es si la familia o el grupo son separativos, sino si la mente se identifica a sí misma con algo y, en consecuencia, crea división. ¿Por qué me identifico a mí mismo con la India? Porque, si no me identifico con la India, con América, con Oriente o con Occidente, o con lo que sea, estoy perdido, me siento solo, abandonado. Este temor a quedarse solo, aislado, me obliga a identificarme con mi familia, con mi propiedad, con una casa, con una creencia. Eso es lo que está causando separación, no la familia. Si yo no me identifico con nada, ¿qué es lo que soy? No soy nadie. Pero si digo que soy un hindú con sabiduría oriental y toda esa insensatez (ya ustedes saben todo lo que hay detrás de ello), entonces sí que soy alguien. El identificarme con América o con Rusia me da prestigio, hace que me sienta importante, le proporciona un significado a mi vida; porque yo no quiero ser nadie, no quiero pasar desapercibido. Puede que yo tenga un nombre, pero ese nombre debe proporcionarme una categoría; rechazo ser realmente nadie, no tener una identificación con el mí, con algo que yo considero más grande: Dios, la verdad, el país, la familia o la ideología.
Es este proceso de identificación el que es separativo, destructivo. Por favor, escuchen esto. Este es su problema porque el mundo está siendo dividido actualmente en dos identificaciones dogmáticas que no están sino incrementando la fuerza separativa. Somos seres humanos, no hindúes, o americanos, o rusos. ¿Mas es posible vivir sin identificarnos, ser nadie en este mundo en el que todos luchan por ser alguien? Desde luego, es posible. Nuestros intentos por ser alguien nos están llevando a la miseria, a las guerras, todo lo cual lleva implicado la persecución del poder; y, cuando buscamos el poder individualmente, como grupo o como nación, estamos conduciéndonos hacia nuestra propia destrucción; esto es un hecho.

¿Podemos, tanto yo como ustedes, permanecer en soledad internamente, sin ir en busca de poder, sin identificarnos con nada -lo cual significa, realmente, carecer de temor? Encontrarán la respuesta por ustedes mismos si profundizan en la cuestión.

Interlocutor: Usted ha dicho que las nacionalidades, las creencias, los dogmas, son separativos. ¿Es también la familia una fuerza separativa?

KRISHNAMURTI: Mientras exista alguna forma de identificación con la familia, con un grupo nacional, con un dogma, con unas creencias, obviamente será también separativa. Si yo me identifico con la India, con su pasado, con su religión, con sus dogmas, con su nacionalidad, yo, obviamente, estoy construyendo un muro a mi alrededor a través de la identificación con lo que yo pienso que es más importante que yo mismo.

Claramente, la cuestión no es si la familia o el grupo son separativos, sino si la mente se identifica a sí misma con algo y, en consecuencia, crea división. ¿Por qué me identifico a mí mismo con la India? Porque, si no me identifico con la India, con América, con Oriente o con Occidente, o con lo que sea, estoy perdido, me siento solo, abandonado. Este temor a quedarse solo, aislado, me obliga a identificarme con mi familia, con mi propiedad, con una casa, con una creencia. Eso es lo que está causando separación, no la familia. Si yo no me identifico con nada, ¿qué es lo que soy? No soy nadie. Pero si digo que soy un hindú con sabiduría oriental y toda esa insensatez (ya ustedes saben todo lo que hay detrás de ello), entonces sí que soy alguien. El identificarme con América o con Rusia me da prestigio, hace que me sienta importante, le proporciona un significado a mi vida; porque yo no quiero ser nadie, no quiero pasar desapercibido. Puede que yo tenga un nombre, pero ese nombre debe proporcionarme una categoría; rechazo ser realmente nadie, no tener una identificación con el mí, con algo que yo considero más grande: Dios, la verdad, el país, la familia o la ideología.

Es este proceso de identificación el que es separativo, destructivo. Por favor, escuchen esto. Este es su problema porque el mundo está siendo dividido actualmente en dos identificaciones dogmáticas que no están sino incrementando la fuerza separativa. Somos seres humanos, no hindúes, o americanos, o rusos. ¿Mas es posible vivir sin identificarnos, ser nadie en este mundo en el que todos luchan por ser alguien? Desde luego, es posible. Nuestros intentos por ser alguien nos están llevando a la miseria, a las guerras, todo lo cual lleva implicado la persecución del poder; y, cuando buscamos el poder individualmente, como grupo o como nación, estamos conduciéndonos hacia nuestra propia destrucción; esto es un hecho.

¿Podemos, tanto yo como ustedes, permanecer en soledad internamente, sin ir en busca de poder, sin identificarnos con nada -lo cual significa, realmente, carecer de temor? Encontrarán la respuesta por ustedes mismos si profundizan en la cuestión.

Interlocutor: ¿Niega usted el valor y la integridad de los santos de todas las épocas, incluyendo a Cristo y a Buda?

KRISHNAMURTI: Eso plantea una cuestión muy interesante: ¿Por qué quiere usted santos?, ¿Por qué quiere héroes?, ¿Por qué quiere ejemplos? ¿Y quién es un santo? Porque una Iglesia canonice a alguien, ¿es ese alguien un santo? ¿Y cuál es su medida de un santo? Su medida estará acorde con sus deseos, esperanzas y condicionamientos; pero, como usted ve, la mente quiere a alguien a quien aferrarse, algo que esté más allá de sí misma. Usted quiere líderes, santos, ejemplos a seguir, a imitar, porque por sí mismo es pobre, deficiente; por ello, usted dice: “Si pudiese seguir a alguien, me enriquecería”. Usted nunca se verá enriquecido; usted se convertirá en el más pobre porque es solo cuando la mente, cuando la totalidad del ser, se encuentra vacía, sin buscar, que la creatividad de la realidad aparece.

Ustedes no tienen que creer en lo que yo estoy diciendo: sus santos, sus líderes les han conducido hacia ninguna parte. Ustedes solo tienen guerras, miseria, disputas, un continuo batallar interna y externamente. Pero si pueden ver lo que ustedes son -que son pobres internamente, que están atrapados en luchas y miserias-, verlo sin tratar de cambiar lo que son por otra cosa -lo cual solo sería una modificación; si pudiesen permanecer con lo que es sin guardar ningún deseo de transformarlo, entonces habría una transformación. Pero, mientras la mente esté tratando de imitar, de ajustarse, de medirse con sus ideas preconcebidas de lo que es o de lo que no es un santo, entonces todo ello no será más que una persecución de su particular realización, lo cual es vanidad.

Interlocutor: Si pudiésemos experimentar la inmortalidad, ¿existiría el miedo a la muerte?

KRISHNAMURTI: ¿Es posible para la mente, para usted, tener la experiencia de algo que no es mortal, que no es creado por la mente, que no pertenece al tiempo? Obviamente, si pudiésemos tener la experiencia de ello, no existiría el miedo a la muerte. Pero, ¿es eso posible? ¿Es posible para una mente que es temerosa, que funciona dentro de los dominios del tiempo, es posible para una mente así experimentar aquello que está fuera del tiempo? Quizá, si uno llevase a cabo algunos trucos, podría experimentar algo, pero eso aún estaría dentro de los dominios del tiempo.

Por lo tanto, abandonemos por el momento la cuestión de qué es lo inmortal, porque desconocemos lo que es; pero sí que conocemos el miedo a la muerte, a la vejez y a deterioro; estamos muy familiarizados con ello. En consecuencia, examinémoslo, profundicemos en ello; y no preguntemos si podemos estar libres del temor si experimentamos la inmortalidad; una pregunta así tiene muy poca razón de ser.

Tenemos miedo a la muerte, lo cual significa que estamos temerosos de llegar a un final. Tememos ver que todo lo que hemos adquirido -las experiencias que hemos acumulado, el conocimiento, las relaciones, los afectos, las virtudes que hemos cultivado- llegue a acabarse. Uno puede albergar la esperanza o la creencia de que habrá una resurrección en el futuro, pero sigue habiendo temor, porque el futuro es incierto. Aunque sus religiones, sus sacerdotes, sus esperanzas, han dicho que existe algún tipo u otro de continuidad, aún subsiste la incertidumbre. Uno no quiere morir; este es un hecho. En consecuencia, ¿existe en ello la comprensión del temor relacionado con la muerte?

¿Es posible morir mientras se vive? Por favor, escuchen: si yo no estoy acumulando, si no estoy viviendo en el futuro, en el mañana; si estoy satisfecho con el desbordante júbilo del momento, entonces, no existe una continuidad. Continuidad implica tiempo: yo fui, yo soy, yo seré. Siempre y cuando yo esté seguro de que seré, no tendré miedo; pero el seré es algo muy incierto; y entonces busco la inmortalidad, una confirmación de que voy a continuar.

¿Existe transformación en la continuidad? ¿Puede algo que continúa en el tiempo estar en un estado de completa revolución? ¿Puede haber renovación en algo que continúa? ¿Y no es importante morir internamente cada día, no teóricamente, sino realmente no acumular, no dejar que ninguna experiencia eche raíces, no pensar en el mañana psicológicamente?

Mientras pensemos en términos de tiempo, existirá el miedo a la muerte. He aprendido, pero no he llegado a la culminación, y antes de morirme debo encontrarla; o, si no la encuentro antes de morir, al menos espero encontrarla en mi próxima vida, etcétera. Todo nuestro pensar se basa en el tiempo: nuestro pensamiento es lo conocido, es el resultado de lo conocido, y lo conocido es el proceso del tiempo; y es con esa mente que tratamos de descubrir lo que es inmortal, lo que más allá del tiempo, lo cual no es sino una búsqueda en vano, carente de sentido, excepto para los filósofos, teóricos y especuladores. Si yo quiero hallar la verdad, no mañana, sino realmente, directamente, ¿acaso no debo yo -con el mí, el yo que siempre está acumulando, compitiendo y dándose a sí mismo continuidad por medio de la memoria- dejar de continuar? ¿Es posible morir mientras se vive –que no es perder la memoria de forma artificial, lo cual es amnesia, sino dejar realmente de acumular por medio de la memoria y, en consecuencia, cesar de darle continuidad al mí? Viviendo en este mundo, que pertenece al tiempo ¿es posible para la mente generar, sin ningún tipo de compulsión, un estado en que quien tiene experiencias y la experiencia misma carezcan de razón de ser? Mientras haya alguien que tenga experiencias, que sea el observador, el pensador, debe existir el miedo a acabarse y, en consecuencia, a la muerte. Mientras siga buscando otras experiencias, mientras siga fortaleciendo mi propia continuidad a través de mi familia, de mi propiedad, de mi nación, de mis ideas, de cualquier forma de identificación, debe existir el miedo a que todo se acabe.

Y, por tal razón, si fuese posible para la mente comprender todo esto, ser plenamente consciente de ello y no únicamente decir: “Sí, es muy simple”; si la mente pudiese ser consciente de la totalidad del proceso de la conciencia, si pudiese ver completamente lo que significa la continuidad y el tiempo, y la futilidad del buscar a través del tiempo para encontrar lo que está más allá de él; si tomase consciencia de todo ello, entonces, quizá hubiese muerte, que, de hecho, es la creatividad total que está más allá del tiempo.

JIDDU KRISHNAMURTI (Verdad y libertad)

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 31/01/2005 23:23
Verdad y libertad
” La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el ambiente. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo.
“La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión del hombre creer que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una consciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo.
“El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.
“Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno “insight” trae consigo una profunda y radical mutación en la mente. “La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasióne e inteligencia.”
********************
Inteligencia y dignidad
“Pude que seáis capaces de leer las piezas de Bernard Shaw, de citar a Shakespeare, a Voltaire o algún nuevo filosofo. Pero si vosotras mismas no sois inteligentes, si no sois creadoras, ¿para qué sirve la educación? ¿No resulta importante, pues, que tanto los maestros como vosotros, estudiantes, averigüen, descubran, cómo se es inteligente?
Es obvio que la inteligencia os viene cuando no estáis atemorizados, cuando en vosotros no hay miedo. ¿Sabéis que es el miedo? El miedo surge cuando pensáis en lo que la gente pueda decir de vosotros, o en lo que puedan decir vuestros padres; cuando os critican, cuando se os castiga, cuando fracasáis en un examen, cuando no tenéis popularidad en vuestro medio. Gradualmente el miedo os invade, ¿verdad?

Es obvio, pues que el miedo es una de las barreras para la inteligencia, ¿no es cierto? ¿Y no es la esencia de la educación el libertar al estudiante –es decir, a vosotros y a mí– del miedo, y hacer que él se dé cuenta de las causas del miedo para que pueda vivir libre de temor? ¿No es acaso uno de los fines esenciales de la educación, desde la infancia hasta que os lanzáis al mundo, el de ayudarnos a ser libres para que podáis comprender el miedo y las causas del miedo?

Si uno tiene miedo carece de iniciativa. ¿Sabéis que es la iniciativa? ¿Resulta tan difícil describirlo? Tener iniciativa es hacer algo original de un modo espontaneo, natural, sin que a uno lo guíen, lo fuercen, lo controlen; hacer algo que amáis (…) Bien veis que si tenéis miedo, todo eso queda excluido, desaparece de vuestra vida. Si tenéis miedo, habréis por fuerza de seguir la tradición, a alguna persona, a algún “gurú” (guía espiritual). Cuando seguís la tradición, cuando seguís al marido o la esposa, vosotros –como individuos, como seres humanos– perdéis vuestra dignidad.”

***********************
El miedo
“Vivir es encontrar por sí mismo lo que es verdad, y usted puede hacerlo sólo cuando hay libertad, cuando hay una continua revolución dentro de usted mismo… Sólo cuando usted está constantemente preguntando, constantemente observando aprendiendo es que se encuentra la verdad, Dios o el amor; y usted no puede preguntarse, observar, aprender; no puede estar profundamente atento, si tiene miedo. Así es que la función de la educación, ciertamente es erradicar interior y exteriormente ese miedo que destruye el pensamiento humano, la relación humana y el amor.”

***********************

Verdad y sufrimiento
“En breve voy a explicar que la verdad puede ser entendida instantáneamente. No es cuestión de tiempo; no es cuestión de desarrollo ni de habito. La verdad sólo puede comprenderse directamente de inmediato, ahora, en el presente, no en el futuro; y ella puede ser comprendida, sentida, realizada, cuando existe la capacidad de escuchar directamente, de un modo abierto y con el corazón abierto.
Hay sufrimiento: político, social, religioso. Todo nuestro ser psicológico esta confuso, y todos los dirigentes, políticos, religiosos, nos han fallado. Todos los libros han perdido su significación. Podéis consultar el Bhagavad Gita o la Biblia, o el último tratado sobre política o psicología, y encontraréis que ellos han perdido ese sonido típico, esa cualidad de la verdad; se han vuelto meras palabras. Vosotros mismos, sois los repetidores de esas palabras, estáis confusos e inciertos, la simple repetición de palabras nada sugiere. Las palabras y los libros, por consiguiente, han perdido su valor. Es decir si citáis la Biblia, o a Marx, o el Bhagavad Gita, vuestra repetición se convierte en una mentira porque vosotros mismos estáis inciertos, confusos.

El conocimiento propio no puede realizarse mientras no haya meditación. Porque la meditación es un proceso de constante revelación de todo pensamiento y todo sentimiento; no es la fijación en determinada imagen o idea, sino una constante percepción, una constante comprensión, de todo pensamiento y sentimiento a medida que surge. (…) Mientras no haya conocimiento propio, la multiplicación y reproducción de nuestros problemas continuará. Por eso es que el individuo tiene enorme significación. Porque él es el único transformador; sólo él puede revolucionar su vida de relación, y por consiguiente causar una revolución en el mundo, en el mundo de su relación.”

Carta del Dalai Lama

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 06/12/2004 21:58
Carta del Dalai

Mi religión es simple.
Mi religión es
la bondad.

“Queridos amigos: Los acontecimientos de estos días han logrado que cada persona haya detenido su vida cotidiana para replantearse las grandes preguntas de la vida. No sólo buscando el significado de la vida, sino de nuestra experiencia colectiva e individual tal como la concebimos. Buscamos con sinceridad caminos mediante los cuales podríamos recrearnos como miembros de la especie humana. Y evitar así la forma en que nos maltratamos.
Ha llegado la hora de demostrar al más alto nivel nuestro más extraordinario pensamiento sobre quiénes somos realmente. Existen dos reacciones posibles hacia lo que hoy ha ocurrido: la primera se relaciona con el amor y la segunda con el miedo. Si actuamos desde el miedo, es probable que entremos en pánico y hagamos cosas (como individuos y como naciones) que podrían causar aún más daño. Si venimos s desde el amor, encontraremos refugio y fortaleza, aún si se los brindamos a otras personas. Este es el momento de nuestro ministerio. Este es el tiempo de enseñar. Lo que enseñes en este momento, por medio de tus palabras y acciones, se mantendrán como lecciones indelebles en los corazones y mentes de aquellos cuyas vidas toques, sea en este momento o en el futuro.
A esta hora, en este momento, busquemos la causa no señalemos la culpa. Si no tomamos este tiempo para mirar la causa de nuestra experiencia, nunca removeremos de nosotros las experiencias que la han creado; y en cambio, viviremos eternamente con la carga de la retribución hacia aquellos de la familia humana que se sienten afligidos y apenados. Para nosotros, las razones son claras. No hemos aprendido las más básicas lecciones humanas. Nos hemos olvidado de las verdades humanas más básicas . No hemos comprendido la más básica sabiduría espiritual. En resumen, no hemos estado escuchando a Dios, y por esta razón, estamos haciendo cosas que no son de Dios. El mensaje que escuchamos de todas las fuentes de la verdad, es clara: todos somos uno. Este es un mensaje que la raza humana ha ignorado. el haber olvidado esta verdad es la única causa del dolor y la guerra y la forma de recordarlo es simple: amar, este y cada momento.
Si pudiéramos amar hasta a aquellos que nos han herido, atacado, buscando entender por qué han actuado así ¿Cuál sería nuestra respuesta entonces?. Todavía más: si enfrentáramos negatividad con negatividad, ataque con ataque… ¿Cuál sería el resultado?. Estas son las preguntas puestas hoy delante de la raza humana. Son preguntas que hemos fallado al responder, por miles de años. Fallar al contestarlas ahora podría eliminar la necesidad de contestarlas. Si queremos que la belleza del mundo, que hemos ayudado a crear, sea disfrutada por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, debemos transformarnos en activistas espirituales aquí y ahora mismo. Elijamos ser parte de la situación. Entonces…habla hoy con Dios. Pídele ayuda, su consejo para un examen interior, para obtener fortaleza, para sentir una profunda paz y sabiduría. Pídele a Dios que nos muestre cómo actuar en el mundo, de tal manera que logremos un gran cambio. Unite a toda las personas que ahora están rezando, para agregar tu Luz a la Luz que desvanecerá todo temor. Este es el desafío puesto delante de cada persona hoy. En este momento, el alma humana pregunta: ¿Qué puedo hacer para preservar la belleza y la maravilla de nuestro mundo y para eliminar el enojo, el dolor y la consiguiente disparidad que ésto causa, en aquella parte del mundo que hoy estoy tocando? Por favor, busca tu respuesta hoy, con toda la magnificencia que eres. ¿Qué puedes hacer hoy, en este mismo instante?
Una enseñanza central en muchas tradiciones espirituales es: lo que quieras vivenciar, bríndaselo a otra persona. Mira qué es lo que deseas vivenciar hoy en tu propia vida y en el mundo. Después mira si hay otro para quien seas la fuente de ésto.
Si deseas experimentar paz, brinda paz a otro. Si deseas sentir que estás seguro, haz que otro se se sienta seguro. Si deseas entender lo que parecen cosas incomprensibles, ayuda a otro a entender mejor. Si deseas curar tu propia tristeza o enojo, busca curar la tristeza o el enojo de otra persona. Todas estas personas te están esperando ahora. Tienen sus ojos puestos en tí. Ellos necesitan tu guía, ayuda, coraje, fortaleza, comprensión y seguridad. Sobre todo te miran esperando amor. Mi religión es simple. Mi religión es la bondad.

“Dalai Lama.”

El libro naranja (Osho tercera parte final)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 03/01/2005 7:43

ORACIÓN

No hay nadie que oiga tus oraciones. Tu oración es simplemente un monólogo: le estás rezando al cielo abierto.
Nadie va a premiarte por tus oraciones, recuérdalo… si realmente sabes qué es la oración, la oración misma es su propia recompensa.
No hay nadie más que te premie; el premio no está allí en el futuro, ni tampoco en la vida posterior.
Pero el orar en si es un fenómeno tan hermoso que ¿a quién le importa el futuro y a quién le puede interesar una recompensa? La idea de un premio es codiciosa.
La oración en sí es una celebración tal, trae alegría y éxtasis tan grandes, que uno reza por el amor a la oración… uno no reza por miedo, uno no reza por codicia… uno reza porque lo disfruta. A uno ni siquiera le importa si hay o no un Dios.
Si te gusta bailar, no preguntas si hay Dios o no. Si disfrutas el baile, simplemente bailas: no te interesa si alguien está o no viendo el baile desde el cielo. Si las estrellas y el sol y la luna van a premiarte por el baile, a ti no te importa. El baile, en sí mismo, es un premio suficiente.
Si te gusta cantar, cantas; si alguien escucha o no, eso no es lo importante. Lo mismo ocurre con la oración.
Es un baile, es una canción, es música, es amor.
Tú la disfrutas y ahí se acaba… La oración es el medio y la oración es el fin.
El fin y el medio no están separados, sólo entonces sabes lo que la oración es.
Cuando yo hablo de oración, me refiero a una apertura hacia Dios.
No es que tengas que decir algo, no es que tengas que pedir algo, sino sólo producir una apertura, de manera que si El quiere darte algo, tú te halles receptivo.
Una espera profunda, pero sin deseo, eso es lo que necesitas… Una sensación expectante de urgencia, como si algo fuera a suceder en cualquier momento.
Estás excitado por la posibilidad de lo desconocido, pero no tienes ningún deseo. No dices que esto debe suceder o que aquello no debe suceder… Si pides, la oración se corrompe.
Cuando no pides, cuando simplemente permaneces en silencio, pero abierto, listo para ir a cualquier sitio, listo hasta para morir, cuando estás simplemente en receptividad, en un ánimo pasivo y de bienvenida: es entonces cuando ocurre la oración.
La oración no es algo que uno puede hacer, no tiene nada que ver con el hacer. No es una acción o una actividad: es un estado de la mente.
Si quieres hablar, habla, pero recuerda: lo que digas no va a afectar a la existencia. Te afectará a ti, y puede que eso sea bueno, pero la oración no va a cambiar el parecer de Dios. Puede que te cambie a ti; pero si no te está cambiando, entonces es un truco. Puedes seguir rezando durante años, pero si esto no te cambia, abandónalo, tíralo, es basura, no la cargues más.
La oración no va a cambiar a Dios. Tú siempre piensas que si rezas, Dios cambiará su parecer, y te será más favorable. EL se inclinará un poco hacia tu lado.
No hay nadie que te esté escuchando. Este amplio cielo no puede escuchar… este vasto cielo puede estar contigo si tú estás con él… no hay otra manera de orar.
Yo también sugiero orar; pero la oración debe ser sólo un fenómeno de energía: no un fenómeno entre un devoto y Dios, sino que un fenómeno de energía.
Dios es una estratagema para enseñarte a orar. Cuando hayas aprendido a orar, olvídate totalmente de Dios. La oración en sí es suficiente, más que suficiente.

LA MEDITACIÓN DE LA ORACIÓN

E
s mejor hacer esta oración de noche, en un cuarto oscuro, yendo a dormir inmediatamente después; o bien, puede ser hecha en la mañana, pero a continuación deberás descansar durante quince minutos.
Este descanso es necesario: de otra manera, te sentirás como borracho, aletargado.
Esta fusión con la energía es oración. Te cambia, y cuando tú cambias, la existencia entera cambia.
Levanta ambas manos hacia el cielo, las palmas mirando hacia arriba, cabeza arriba, sintiendo que la existencia fluye en ti.
Cuando la energía fluya por tus brazos hacia abajo, sentirás un suave estremecimiento: sé como una hoja que tiembla en la brisa. Permítelo, ayúdalo. Entonces permite a tu cuerpo entero vibrar con la energía, y deja que suceda lo que sea.
Sientes otra vez una corriente con la tierra… tierra y cielo, arriba y abajo, yin y yang, masculino y femenino… flotas, te mezclas, te abandonas completamente… tú no eres.
Te vuelves uno… te fusionas.
Después de dos o tres minutos, o cuando quiera que te sientas completamente lleno, inclínate hacia la tierra y besa la tierra.
Simplemente te transformas en un vehículo para permitir que la energía divina se una con la de la tierra.
Estas dos etapas deben ser repetidas seis veces más, de manera que cada uno de los chackras pueda desbloquearse. Puede hacerse más veces, pero si haces menos te sentirás intranquilo e incapaz de dormir.
Ve a dormir en ese mismo estado de oración.
Quédate dormido y la energía estará allí.
Estarás fluyendo con ella al quedarte dormido. Esto te ayudará en gran medida, porque entonces la energía te rodeará la noche entera y continuarás trabajando.
Por la mañana te vas a sentir más fresco de lo que te hayas sentido nunca antes, más vital de lo que te hayas sentido nunca antes.
Un nuevo brío, una nueva vida comenzará a penetrarte, y todo el día te sentirás lleno de una nueva energía… una nueva vibración… una nueva canción en tu corazón y un nuevo baile en tus pasos.

LATIHAN

P
árate en una postura relajada y espera que Dios, que el Todo, trabaje en ti. Entonces haz lo que sea que quieras hacer, en un ánimo profundamente lleno de oración: “Me entrego a tu voluntad”. Y sólo relájate.
Es tal como cuando la gente hace escritura automática.
Mantienen la pluma en sus manos y esperan. De pronto, alguna energía posee la mano y la mano comienza a moverse.
Están sorprendidos: ¡su propia mano se está moviendo y ellos no la están moviendo!
Espera en esa misma actitud, y después de tres o cuatro minutos, verás de pronto que algunos espasmos llegan al cuerpo y que la energía desciende en ti. No te asustes, porque esto es muy escalofriante. Tú no lo estás haciendo. De hecho, eres sólo un testigo; está sucediendo.
Muévete con esto. El cuerpo comenzará a adoptar muchas posturas: moviéndose… bailando… meciéndose… temblando… sacudiéndose; muchas cosas sucederán.
Sigue permitiendo; no sólo permitiendo, sino cooperando. Entonces, llegarás exactamente a lo que nosotros llamamos Sahaj Yoga.
El Latihan no es nada nuevo. La palabra es nueva. El Subud no es nada nuevo. Es sólo una nueva versión del Sahaj Yoga: Yoga espontáneo.
Le dejas todo a lo divino, porque la mente es engañosa. Pronto verás la diferencia, porque serás sólo un observador. Te sorprenderás porque tu cuerpo se estará moviendo y tú no lo estarás moviendo en absoluto.
Después de algunos días de relajarte en esto, aun cuando quieras detenerlo, de pronto no te será posible hacerlo; verás que estás poseído.
Así que uno tiene que rezar al principio y decir: ¡Por veinte minutos, toma posesión de mi ser y haz cualquier cosa que quieras hacer: que se haga tu voluntad, que venga tu reino!
Deja que esa actitud esté allí, y solo relájate. Dios comenzará a bailar en ti, y adoptará muchas posturas.
Las necesidades del cuerpo serán satisfechas, pero no sólo eso: algo más alto que el cuerpo… más grande que el cuerpo… algunas necesidades profundas de la conciencia, serán satisfechas.

MEDITACIÓN GOURISHANKAR

E
sta técnica consiste en cuatro etapas de 15 minutos cada una.
Las primeras dos etapas preparan al meditador para el Latihan espontáneo de la tercera etapa.
Osho ha dicho que si la respiración es hecha en forma correcta en la primera etapa, el dióxido de carbono formado en el torrente sanguíneo te hará sentir tan elevado como el Gourishankar (Monte Everest).

Primera etapa: 15 minutos.

Siéntate con los ojos cerrados, inhala profundamente a través de la nariz, llenado los pulmones.
Retén la respiración lo más posible y luego exhala suavemente a través de la boca; entonces mantén los pulmones vacíos lo más posible.
Continúa este ciclo de respiración a través de la primera etapa.

Segunda etapa: 15 minutos.

Vuelve a la respiración normal y con una mirada relajada, mira una vela o una luz parpadeante azul.
Mantén tu cuerpo quieto.

Tercera etapa: 15 minutos.

Con los ojos cerrados, ponte de pie y deja que tu cuerpo esté suelto y receptivo. Sentirás que las energías sutiles mueven tu cuerpo más allá de tu control normal. Permite que este Latihan suceda.
No hagas tú el movimiento; deja que el movimiento suceda, suave y elegantemente.

Cuarta etapa: 15 minutos.

Tiéndete con los ojos cerrados, silencioso y quieto.

Las primeras tres etapas deben ser acompañadas por un continuo y rítmico golpe, preferiblemente en combinación con una música de fondo que produzca calma.
El ritmo debe ser siete veces más rápido que el latido normal del corazón y, si es posible, la luz parpadeante debería ser un estraboscopio sincronizado.

MEDITACIÓN DEVAVANI

D
evavani es la Voz Divina que se mueve y habla a través del meditador, quien se convierte en una vasija vacía, en un canal. Esta meditación es un Latihan de la lengua.
Relaja la mente consciente tan profundamente que, de ser la última cosa que hagas en la noche, puedes estar seguro de que tu sueño será profundo.
Hay cuatro etapas de quince minutos cada una.
Mantén tus ojos cerrados durante la meditación.

Primera etapa: 15 minutos.

Siéntate en silencio, preferiblemente oyendo música suave.

Segunda etapa: 15 minutos.

Comienza a hacer sonidos sin sentido, por ejemplo: “la… la… la…”, y continúa hasta que surjan sonidos desconocidos similares a palabras. Estos sonidos deberán provenir de la poco conocida parte del cerebro usada cuando eras niño, antes de que las palabras fueran aprendidas. Permite una entonación suave de conversación: no llores o grites, rías o chilles.

Tercera etapa: 15 minutos.

Ponte de pie y continúa hablando, permitiendo que tu cuerpo entero se mueva suavemente y en armonía con los sonidos. Si tu cuerpo está relajado, las energías sutiles crearán un Latihan fuera de tu control.

Cuarta etapa: 15 minutos.

Recuéstate y quédate quieto y en silencio.

Lo único que hay que recordar es que esos sonidos o palabras no deben ser de ningún idioma que conozcas. Si sabes inglés, alemán o italiano, entonces no deben ser italianas, alemanas o inglesas. ¡Cualquier otro idioma que no conozcas está permitido: tibetano, chino, japonés! Pero si sabes japonés, entonces no está permitido: ¡entonces el italiano es maravilloso! Habla cualquier lengua que no conozcas. Estarás en dificultades por algunos segundos sólo durante el primer día, porque: ¿cómo hablar una lengua que no conoces? Puede hablarla, y una vez que comiences, ocurrirá todo tipo de sonidos y palabras sin sentido, sólo con apagar la parte consciente y permitir que el inconsciente hable.
Cuando el inconsciente habla, el inconsciente no conoce idioma alguno.
Es un método muy, muy viejo. Viene del Viejo Testamento. En esos días lo llamaban glosalalia. Algunas iglesias en América aún lo usan. Lo llaman “hablando en lenguas”. Y es un método maravilloso, uno de los más profundos y penetrantes en el inconsciente.
No lo hagas febrilmente, deja que sea una energía profunda… profundamente reconfortante…nutriente, un sonsonete. Disfruta, mécete; si sientes el impulso de bailar, baila. Pero todo tiene que ser muy elegante: eso debes recordarlo. No tiene que ser catártico.

AMOR

L
a meditación es bajar al corazón; y cuando bajas al corazón, surge el amor.
El amor siempre sigue a la meditación, y viceversa también es cierto.
Si te conviertes en un amante, la meditación vendrá. Van juntos.
Son un solo tipo de energía, no son dos.
O bien meditas y te convertirás en un gran amante: vas a tener un gran fluido de amor a tu alrededor, te inundarás de amor.
O comienzas por convertirte en un amante, y luego encontrarás esa cualidad de conciencia llamada meditación en donde los pensamientos desaparecen… en donde el pensar ya no nubla tu ser… en donde la bruma del sueño que te rodea ya no está allí…

La mañana ha llegado, estás despierto, te has convertido en un Buda.

Para la gente que nunca ha amado,
la meditación resulta ser algo muy,
muy difícil.

LOS AMORES ILUSORIOS DESAPARECERÁN

C
uando te movilizas en un peregrinaje interno, las energías se vuelven hacia adentro, las mismas energías que se estaban moviendo hacia fuera.
La dificultad se presenta porque no estás realmente interesado en estar relacionado… estás más interesado en ser tú mismo, y todas las relaciones aparecen como una dependencia, una esclavitud. Pero esta es una fase pasajera: no la transformes en una actitud permanente.
Tarde o temprano, cuando estés nuevamente asentado en tu interior, estarás desbordándote de energía y querrás relacionarte otra vez.
De manera que la primera vez que la mente se vuelve meditativa, el amor aparece como una atadura.
En cierta forma es verdad, porque la mente que no es meditativa no puede estar realmente en amor.
Ese amor es falso, ilusorio; más un engreimiento que amor. Pero no tienes nada con qué compararlo a menos que ocurra lo real; así, cuando la meditación comienza, el amor ilusorio se disipa; desparece poco a poco. Lo primero, no te descorazones. Y lo segundo: no lo transformes en una actitud permanente. Estas son dos posibilidades.
Si te descorazonas porque tu vida amorosa está desapareciendo y te aferras a ella, eso se convertirá en una barrera en tu viaje interno. ¡Acéptalo!
Ahora la energía está buscando un nuevo camino… y por algunos días no estará disponible para el movimiento externo, para actividades.
Si alguien es un creador y medita, toda creatividad desaparecerá por un tiempo. Si eres un pintor, de pronto dejarás de estar interesado en ello. Puedes continuar, pero poco a poco no tendrás energía ni entusiasmo. Si eres un poeta, la poesía se detendrá. Si eres un hombre que ha estado enamorado, esa energía simplemente desaparecerá. Si tratas de forzarte a ti mismo para entrar en una relación, para ser el que eras antes, esa imposición será muy, muy peligrosa.
Entonces estás haciendo una cosa contradictoria: por un lado estás tratando de ir hacia adentro y, por otro lado, tratando de ir hacia fuera.
Es como si estuvieras guiando un auto: presionando el acelerador y, al mismo tiempo, presionando el freno. Puede ser un desastre, porque estás haciendo dos cosas opuestas al mismo tiempo.
La meditación está solamente en contra del amor falso. Lo falso desaparecerá, y esa es una condición básica para que lo real aparezca. Lo falso debe irse, lo falso debe dejarte completamente; sólo entonces estarás disponible para lo real.
La segunda cosa, que también es un peligro muy grande, es que lo puedes convertir en un estilo de vida. Esto le ha sucedido a mucha gente.
Ellos están en los monasterios: monjes viejos, personas religiosas ortodoxas que han hecho un estilo de vida del no estar involucrado en una relación amorosa…
Ellos creen que el amor está en contra de la meditación, y que la meditación está en contra del amor, y eso no es cierto. La meditación está en contra del amor falso, pero está totalmente a favor del amor verdadero.
Una vez que estás asentado, cuando no puedes ir más adentro, has alcanzado el núcleo de tu ser, el fondo de la roca: entonces estás centrado.
De pronto la energía está disponible, pero ahora no hay ninguna parte a donde ir.
El viaje externo se detuvo cuando comenzaste a meditar, y ahora el viaje interno también se ha completado. Estás asentado, has llegado a casa lleno de energía, como un gran depósito. Ahora, ¿qué harás? Esta energía comenzará a desbordarse.
Es un tipo totalmente diferente de movimiento. Su cualidad es diferente, porque no tiene motivación. Antes te estabas moviendo hacia los otros con una motivación; ahora no habrá ninguna. Te vas a acercar a los demás simplemente porque tienes demasiado para compartir.
Antes te estabas moviendo como un mendigo; ahora te moverás como un emperador. No es que estás buscando la felicidad en los demás: eso ya lo tienes. Ahora la felicidad es demasiada. La nube está tan llena que quisiera derramarse en lluvia. La flor está tan llena que quisiera cabalgar los vientos en forma de fragancia, e ir a los mismos rincones del mundo. Es un compartir. Ha surgido un nuevo tipo de relación. Llamarle una relación no es correcto, porque ya no es una relación, es un estado del ser.
No es que ames sino que eres amor.

en busca de un maestro

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 18/01/2005 7:15

Algunos discípulos pasan la vida preguntándome dónde está la verdad -dijo un maestro-. Así que un día decidí señalar en una dirección cualquiera, intentando demostrar que lo importante es recorrer un camino, y no quedarse pensando en él.

Pero en lugar de mirar en la dirección que le señalaba, el hombre que me había hecho la pregunta comenzó a examinarme el dedo, tratando de descubrir dónde estaba escondida la verdad.

Cuando la gente busca un maestro, debería estar buscando experiencias que puedan ayudarle a evitar ciertos obstáculos. Desgraciadamente, la realidad es otra: recurren a la ley del mínimo esfuerzo, intentando encontrar respuestas para todo. El que desea aprovecharse del esfuerzo del maestro para así no gastar sus energías nunca llegará a ninguna parte, y acabará por sentirse decepcionado.

Quien estudie un poco la historia de Buda, se dará cuenta de que, después de alcanzar la iluminación, se dedicó a hacer que sus discípulos desarrollasen las cualidades necesarias para llegar a la tan anhelada paz de espíritu.

Quien lea los evangelios, reparará en que casi todas las enseñanzas de Jesús tienen lugar en dos circunstancias: bien cuando viajaba, bien alrededor de una mesa.

Nada de templos. Nada de lugares escogidos. Nada de prácticas sofisticadas y difíciles: los apóstoles prestaban atención a lo que decía cuando andaba y cuando comía, cosas que hacemos todos los días de nuestras vidas. Precisamente porque las hacemos todos los días, no damos ningún valor a las enseñanzas que están escondidas en nuestros quehaceres diarios. Pensamos que las cosas sagradas son accesibles sólo para los gigantes de la fe y la voluntad, y pensamos que aquello que hacen las personas es demasiado pobre para ser aceptado con alegría por Dios.

En busca de nuestros sueños e ideales, muchas veces colocamos en lugares inaccesibles todo lo que está al alcance de la mano. Cuando descubrimos el error, en lugar de alegrarnos por haber comprendido nuestros fallos, nos dejamos llevar por la culpa de haber dado pasos errados, de haber malgastado nuestras fuerzas en una búsqueda inútil, de haber disgustado a quien deseaba nuestra felicidad. Y es entonces cuando corremos el peligro de acercarnos a los ‘maestros’ o ‘gurús’ que nos ayudarán a recuperar el tiempo perdido.

Pero no es así: aunque el tesoro esté enterrado en tu casa, sólo lo descubrirás cuando te hayas alejado.

Si Pedro no hubiese experimentado el dolor de la negación, no hubiera sido escogido jefe de la Iglesia.

Si el hijo pródigo no hubiese abandonado todo, jamás habría sido recibido con júbilo por su padre.

Si Buda no hubiese decidido vivir una vida de sacrificio durante muchos años, jamás hubiera entendido el placer de la alegría.

Algunas cosas en nuestras vidas tienen un sello que dice: «Sólo comprenderás mi valor cuando me pierdas y me recuperes». De nada sirve querer acortar este caminó.

Existe un viejo dictado mágico que dice: cuando el discípulo está listo, aparece el maestro.

Pensando en esto, muchas personas se pasan la vida entera preparándose para este encuentro. Cuando se cruzan con el maestro, se entregan por completo, días, meses o años. Pero terminan descubriendo que el maestro no es el ser perfecto que habían imaginado, sino una persona igual a las demás, cuya única función es compartir aquello que ha aprendido. Al verse frente a una persona normal, el discípulo se siente herido. Siente desesperación y el deseo de abandonar la búsqueda, cuando, en realidad, es así como debe ser, es esto lo que nos hace libres para labrarnos nuestro propio camino.

Paulo Cohelo

TRO 

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