La cazadora divina

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 29/04/2006 19:34
La cazadora divina

En la mitología griega existe una historia sobre Artemisa, la cazadora divina. Artemisa era la cazadora suprema porque podía cazar sin tener que esforzarse demasiado. Satisfacía sus necesidades con gran facilidad y vivía en perfecta armonía con el bosque. Era amada por todos los animales, y ser cazado por ella se consideraba un honor. Nunca daba la impresión de estar cazando; todo lo que necesitaba se le acercaba y eso es lo que la convertía en la mejor cazadora, pero, a la vez, también, en la presa más difícil. Su forma animal era la de un ciervo mágico al que resultaba casi imposible cazar.

Y así vivió Artemisa en perfecta armonía con el bosque, hasta que, un día, el rey le dio una orden a Hércules, el hijo de Zeus, que iba en busca de su propia trascendencia. Le ordenó que cazara al ciervo mágico de Artemisa. Hércules, invicto hijo de Zeus, no se negó, y se adentró en el bosque para cumplir su misión. El ciervo, cuando vio a Hércules, no se asustó, e incluso le permitió acercarse. Sin embargo, al ver que éste se disponía a capturarlo, se alejó corriendo, poniendo claramente de manifiesto que a menos que sus dotes de cazador fuesen mejores que las de Artemisa, jamás podría cazarlo.

Ante esta situación, Hércules recurrió a Hermes, el mensajero de los dioses por ser el más rápido, para que le prestase sus alas, lo que le permitió ser más rápido que Hermes, y cazar la presa más valiosa. Ya te puedes imaginar la reacción de Artemisa. Había sido cazada por Hércules, y por supuesto, quiso vengarse. No obstante, aunque hizo todo lo que pudo para capturar a Hércules, éste se había convertido en la presa más difícil. Hércules gozaba de plena libertad y, aunque Artemisa no cejó en su intento, no fue capaz de conseguir atraparlo.

A todo esto, Artemisa no necesitaba a Hércules para nada. Sentía una imperiosa necesidad de capturarlo, pero no se trataba de nada más que de una ilusión. Creía que estaba enamorada de él y lo quería para ella sola, de manera que lo único que tenía en la mente era conseguirlo, y esto llegó a convertirse en una obsesión que la llevó a perder la felicidad. Empezó a cambiar. Dejó de estar en armonía con el bosque, y se puso a cazar sólo por el placer de conseguir una presa. Y así rompió sus propias reglas y se convirtió en una predadora. Ahora los animales le tenían miedo y el bosque empezó a rechazarla; sin embargo, a ella no le importó. No era capaz de ver la verdad; Hércules era lo único que ocupaba su mente.

Había muchos trabajos que requerían la atención de Hércules, pero aun así, en ocasiones iba al bosque a fin de visitar a Artemisa. Y cada vez que acudía, ella hacía todo lo que estaba en sus manos para cazarlo. Cuando estaba con Hércules, se sentía desbordada de felicidad por estar a su lado, aunque sabía que él se marcharía, lo que la hacía sentirse celosa y posesiva. Cada vez que Hércules se marchaba, ella sufría y lloraba.

Lo odiaba y lo amaba al mismo tiempo. Hércules no tenía la menor idea de lo que estaba ocurriendo en la mente de Artemisa; no advirtió que pretendía cazarlo. En su mente, él no se consideró nunca una presa. Amaba y respetaba a Artemisa, pero no era eso lo que ella deseaba. Quería poseerlo; quería cazarlo y ser su predadora. Por supuesto, en el bosque todos advirtieron el cambio que había experimentado Artemisa, excepto ella. En su mente seguía considerándose la cazadora divina. No había cobrado conciencia de que había fallado. No era consciente de que el bosque, que antes había sido el cielo, ahora se había convertido en un infierno, porque, tras su caída, el resto de los cazadores cayeron con ella y todos se convirtieron en predadores.

Un día, Hermes adoptó una forma animal, y en el mismo instante en que ella se disponía a destrozarlo, se convirtió en un Dios, lo que le permitió descubrir de nuevo la sabiduría que había perdido. Hermes le explicó que había fallado, y con esta nueva conciencia, Artemisa se acercó a Hércules y solicitó su perdón. Lo que había provocado su caída no había sido nada más que su importancia personal. Al hablar con Hércules comprendió que no había llegado a ofenderlo nunca porque él desconocía lo que había estado sucediendo en su mente. Entonces, contempló el bosque y vio lo que le había hecho. Pidió disculpas a cada flor y a cada animal hasta que recobró el amor, y así se convirtió, de nuevo, en la cazadora divina.

Te explico esta historia para que sepas que todos somos cazadores y todos somos presas. Todo lo que existe es, a la vez, cazador y presa. ¿Por qué cazamos? Cazamos a fin de satisfacer nuestras necesidades. He hablado de las necesidades del cuerpo en oposición a las necesidades de la mente. Cuando esta cree que es el cuerpo, las necesidades no son más que ilusiones y por eso es imposible satisfacerlas. Cuando intentamos cazar esas necesidades irreales de la mente, nos convertimos en predadores: intentamos atrapar algo que no necesitamos.

Los seres humanos persiguen el amor. Sentimos que necesitamos ese amor porque creemos que no tenemos amor, y eso nos pasa porque no nos amamos a nosotros mismos. Vamos en busca del amor en otros seres humanos como nosotros y esperamos recibirlo de ellos cuando, de hecho, esos seres humanos se encuentran en la misma situación que nosotros. Tampoco se aman a sí mismos, de modo que, ¿cuánto amor podemos recibir de ellos? Por lo tanto, lo único que hacemos es crear una mayor necesidad que no es real; seguimos buscando afanosamente, pero en el lugar equivocado, porque los demás seres humanos no tienen el amor que nosotros necesitamos.

Cuando Artemisa fue consciente de su caída, volvió a ser quien había sido porque todo lo que necesitaba estaba en su interior. Y lo mismo vale para todos nosotros, ya que todos somos como Artemisa tras su caída y antes de su redención. Buscamos afanosamente el amor. Perseguimos la justicia y la felicidad. Perseguimos a Dios, pero Dios está en nuestro interior.

La caza del ciervo mágico te enseña que tienes que buscar en tu interior. Es una gran historia que merece la pena recordar. Si no te olvidas de Artemisa, siempre encontrarás amor en tu interior. Los seres humanos que se persiguen afanosamente unos a otros en busca de amor nunca se sentirán satisfechos; nunca encontrarán el amor que necesitan en otros seres humanos. La mente siente la necesidad, pero no es posible satisfacerla porque no está ahí. Nunca está ahí.

El amor que necesitamos buscar es el que reside en nuestro interior, pero ese amor es difícil de apresar. Resulta muy difícil acechar en tu interior y conseguir el amor que hay en ti. Tienes que ser muy rápido, tan rápido como Hermes, porque cualquier cosa puede distraerte y apartarte de tu objetivo. Cualquier cosa que capte tu atención te distraerá y obstaculizará la consecución de tu objetivo, que es conseguir la presa que reside en tu interior: el amor. Si eres capaz de capturar la presa, verás que el amor crecerá con fuerza en tu interior y que satisfará tus necesidades. Esto es de vital importancia para tu felicidad.

Por lo general, los seres humanos inician una relación como si fuesen a cazar. Buscan lo que creen que necesitan y esperan encontrarlo en otra persona, para después descubrir que no está ahí. Por eso, cuando se inicia una relación sin esta necesidad, es otro asunto.

¿Cómo cazar en tu interior? Para capturar el amor que está en tu interior tienes que entregarte a ti mismo como el cazador y su presa. Dentro de tu mente existe un cazador y también una presa. ¿Quién es el cazador y quién es la presa? En la gente corriente, el cazador es el Parásito. El Parásito lo sabe todo de ti y lo que quiere son las emociones que provienen del miedo. El Parásito es un comedor de basura. Adora el miedo y la desdicha; adora el enfado, los celos y la envidia; adora cualquier emoción capaz de hacerte sufrir. El Parásito quiere desquitarse y quiere tener el control.

El método que adopta el Parásito para que te maltrates a ti mismo es el acoso continuo durante veinticuatro horas al día; te persigue constantemente. De este modo nos convertimos en la presa del Parásito, una presa muy fácil. El Parásito es quien te maltrata. Es más que un cazador; es un predador y te está comiendo vivo. La presa, el cuerpo emocional, es esa parte de nosotros que sufre y sufre sin cesar; es la parte de nosotros que quiere ser redimida.

En la mitología griega, también encontramos la historia de Prometeo que, encadenado a una roca, contemplaba día tras día cómo un águila le devoraba las entrañas. Pero ¿cuál es el significado de esta historia? Cuando Prometeo está despierto, tiene un cuerpo físico y emocional. El águila es el Parásito que se come sus entrañas. Por la noche, no tiene cuerpo emocional y se recupera. Vuelve a nacer para convertirse en el alimento del águila hasta que Hércules llega para liberarlo. Hércules, al igual que Cristo, Buda o Moisés, rompe la cadena del sufrimiento y le concede la libertad.

A fin de buscar en tu interior es necesario que empieces a acechar todas las reacciones que tienes. Cambia un hábito de una vez. Es una guerra para liberarte del sueño que controla tu vida. Es una guerra entre el predador y tú, en la que la verdad está situada entre los dos. En todas las tradiciones del oeste, desde Canadá hasta Argentina, nos denominamos guerreros porque el guerrero es el cazador que se acecha a sí mismo. Se trata de una gran guerra, porque es una guerra contra el Parásito. Que seas un guerrero no significa que ganes la guerra, pero al menos te rebelas y dejas de aceptar que el Parásito te devore vivo.

Convertirte en cazador es el primer paso. Cuando Hércules acudió al bosque en busca de Artemisa, vio que no tenía posibilidades de capturar al ciervo. Entonces se fue a ver a Hermes, el supremo maestro, y aprendió a ser un cazador más hábil. Necesitaba ser mejor que Artemisa a fin de darle caza. Para cazarte a ti mismo también necesitas ser mejor cazador que el Parásito.

Si el Parásito trabaja veinticuatro horas al día, tú también tienes que trabajar veinticuatro horas al día. Pero el Parásito tiene una ventaja: te conoce muy bien. Te resulta imposible esconderte de él. El Parásito es la presa más difícil. Es la parte de ti que intenta justificar tu conducta delante de los demás, pero cuando estás solo, se convierte en el peor juez. Siempre está juzgando, culpando y haciéndote sentir culpable.

En una relación normal en el infierno, el Parásito de tu pareja se alía con tu Parásito en contra de tu verdadero yo. Tienes en tu contra no sólo a tu propio Parásito, sino también al Parásito de tu pareja, que se une al tuyo para hacer que el sufrimiento sea eterno. Ahora bien, si eres consciente de esto, podrás establecer un cambio. Podrás tener una mayor compasión hacia tu pareja y permitirle enfrentarse a su propio Parásito. Te sentirás feliz cada vez que ella dé un nuevo paso hacia la libertad, y serás consciente de que, cuando esté disgustada, entristecida o celosa, no estás tratando con la persona que amas sino con el Parásito que está poseyéndola en ese momento.

Cuando sabes que el Parásito está ahí y comprendes qué es lo que le está sucediendo a tu pareja, eres capaz de ofrecerle el espacio necesario para que se enfrente a él. Y dado que tú sólo eres responsable de tu mitad de la relación, le permitirás a ella que se ocupe de su propio sueño personal. De ese modo te resultará más fácil no tomarte como algo personal lo que tu pareja haga. Esto será de gran ayuda para la relación, porque no te tomarás a mal nada de lo que haga tu pareja. Ella estará despachando su propia basura, y si tú no te lo tomas como un asunto personal, te resultará muy fácil mantener una relación maravillosa con ella.

¡¡¡  Dios les bendiga y les cuide siempre  !!!

Somos la causa no el efecto

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 02/05/2006 13:00

Dice Robert Fisher: “a todos nos tiene atrapados alguna armadura”, la cual es difícil de quitar, por lo que buscamos ansiosamente a alguien que nos ayude a quitarla, pero aunque parezca difícil, cuando el alumno está preparado, el maestro aparece.

Una persona no puede correr y aprender a la vez.

Debemos permanecer en un lugar durante un tiempo, muchas veces no amamos lo que tenemos sino que amamos el estar amando.

Cuando hayamos aprendido de nosotros mismos, no tendremos que andar buscando nuevas direcciones, es importante aprender en cómo salir de esa armadura que nos encierra. os preocupamos por demostrar que somos buenos, generosos y amorosos. pero ¿porqué hay que estarlo demostrando?. Podría ser que realmente no seamos lo que creemos y por eso vivimos pidiendo disculpas a la gente por haberles hecho daño.

Muchas veces no aceptamos nada como es, simplemente por lo que es. Necesitamos ser lo suficientemente sensibles para sentir las vibraciones de los otros. Pero para preocuparnos por los otros primero debemos preocuparnos por nosotros mismos. Dice Fisher por boca de Merlín:

“Tendrás un largo y frío invierno, si tienes un corto y frío corazón”.

“¿Cuando fue la última vez que sentisteis el calor de un beso, olisteis la fragancia de una flor, o escuchasteis un hermosa melodía?.

Para salir de nuestra armadura, necesitamos el silencio, el conocimiento, la voluntad y la osadía. Saldremos de nuestra armadura, una vez que hayamos entrado en ellos, encontraremos la salida cuando hayamos aprendido lo que es necesario aprender.

Lo primero es aprender a conocerse a sí mismo. Las lágrimas de auténticos sentimientos lo librarán de su armadura. La única forma de ver la diferencia de otra forma de vida, es empezar a ver las diferencia en nuestro interior.

Cuando aprendemos a aceptar en lugar de esperar, tenemos menos decepciones. Los animales aceptan, los humanos esperan. Un conejo no espera que el sol salga mañana para poder salir. Simplemente acepta el día tal y como es, son felices así, siendo conejos.”

No podemos realmente ver hasta que nos comprendamos a nosotros mismos. Ponemos barreras para protegernos de quien creemos que somos, luego un día quedamos atrapados tras esas barreras y ya no podemos salir.

Es necesario permanecer aislado uno solo y en silencio como una buena forma de empezar a conocerse a sí mismo. Perdemos demasiando tiempo pensando en lo que hemos hecho y en lo que vamos a hacer.

Nunca disfrutamos el momento mismo en que estamos. Debemos permanecer en silencio y escuchar el sonido del viento, de la lluvia, del riachuelo, y por supuesto escuchar a nuestro propio yo y cuando aprendamos a escucharnos a nosotros mismos empezaremos a escuchar a nuestros semejantes.

El conocimiento es la luz que iluminará el camino, entre más cosas sepa de usted mismo, más luz habrá en su interior. Hemos confundido la necesidad con el amor.

Creemos que amamos las cosas que necesitamos, pero en realidad no las amamos. Necesitamos a nuestra pareja, a nuestros hijos, pero ¿realmente los amamos? Solo podemos amar a otros en la medida que nos amemos a nosotros mismos. Si conocemos la verdad, conoceremos el amor.

Cuando empezamos a conocernos a nosotros mismos encontramos a un personaje perfecto, lleno de un gran potencial. Hemos estado tan preocupados intentando ser que no disfrutamos del simple hecho de ser.

La ambición que proviene de la mente puede servir para conseguir buenas casas, carros, etc. Sin embargo, solo la ambición que proviene del corazón, puede darnos la felicidad.

La ambición del corazón consiste en desarrollar todo ese potencial. A los seres humanos se nos dio dos pies para que no tuviéramos que permanecer en un mismo lugar, pero si nos quedáramos quietos más a menudo para poder aceptar y apreciar, en lugar de ir de aquí para allá intentando apoderarnos de todo lo que podemos, entenderíamos verdaderamente lo que es la ambición del corazón.

Solo con el poder del conocimiento de uno mismo se puede derrotar el miedo y la duda. Es necesario voluntad y osadía para poner a prueba el conocimiento que se tiene de uno mismo.

El conocimiento es la verdad y ésta es mucho más poderosa que cualquier espada. El miedo y la duda solo existen si uno les permite existir, no debemos salir corriendo al primer intento.

Hay que enfrentarse al miedo y a la duda una y otra vez hasta llegar a vencerlas. Si nos enfrentamos al miedo y a la duda, hay posibilidad de que los eliminemos, pero si no las enfrentamos, es seguro que nos destruyen.

El miedo y la duda son ilusiones que no existen, y son posibles de desterrar mediante el conocimiento de uno mismo. Esta es la senda de la verdad.

No podemos conocer lo desconocido si nos aferramos a lo conocido. No podemos seguir culpando a otros de nuestras desgracias y errores. Somos la causa no el efecto.

Basado en “The Knight in rusty armour”, de  Robert Fisher, 1990.

Nuestro único patrimonio: El Tiempo

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 03/05/2006 8:06

Nuestro único patrimonio:
El Tiempo

Dios perdona, el tiempo no. El tiempo no pasa, los que pasamos somos nosotros. El tiempo es un recurso no renovable, el tiempo no se puede recuperar, nadie le puede agregar un minuto a un día.

¿No te has preguntado, si todos los seres humanos tenemos el mismo tiempo, porqué algunos logran más que la mayoría? ¿Cuáles son los secretos? La clave consiste en decidir invertir o gastar el tiempo.

Invertir el tiempo es entender que cada minuto que transcurre no volverá, es atraparlo intensamente. Invertir el tiempo es saber dar lo mejor de nosotros y llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser.

Invertir el tiempo es gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.

Invertir el tiempo es aprender más cada día, es evolucionar y cambiar para hacer de nosotros un ser mejor que ayer.

Invertir el tiempo es amar intensamente a través de una caricia, es escuchar el silencio, la palabra del ser amado, es perdonar sin réplica una ofensa, es aspirar la presencia de los otros, es besar con pasión a quien nos ama.

Invertir el tiempo es contemplar apaciblemente la alegría de un niño, es escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar.

Invertir el tiempo es comprender al amigo ante la adversidad, aunque se tengan mil argumentos para contradecirlo o justificarlo, para finalmente escucharlo, es tener la capacidad de regocijarse ante sus triunfos y su realización.

Invertir el tiempo es sentir que nuestro existir no fue en vano y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en cada momento, logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.

Invertir el tiempo es vibrar y sentir, es amar y gozar, es observar y superar, es dar y aceptar, es ser y permanecer, es comprender que nuestro tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.

Las renuncias

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 04/05/2006 15:12
LAS RENUNCIAS
Una vez que logras la primera de las renuncias, has hallado la paz interior, porque es la renuncia a la voluntad propia. Puedes trabajar en esto, absteniéndote de hacer algo que no sea bueno, hacia lo cual te sientes motivado, ¡pero nunca lo suprimas!

Si estás impulsado a hacer o decir una cosa poco amable, siempre puedes pensar en algo bueno. Deliberadamente da un vuelco y usa esa misma energía para decir o hacer una cosa buena. ¡Esto funciona!

La segunda es la renuncia al sentimiento de separación. Comenzamos sintiéndonos muy separados y juzgando todo en relación a nosotros como si fuéramos el centro del universo.

Aún después de lograr un mejor conocimiento intelectual, seguimos juzgando las cosas de esa manera. En realidad, por supuesto, todos somos células en el cuerpo de la humanidad.

No estamos separados de nuestros congéneres humanos; todo forma una totalidad, es sólo desde ese punto de vista más elevado que puedes comprender lo que es amar a tu prójimo como a ti mismo.

Desde ese punto de vista más elevado emerge sólo una manera realista de trabajar, y ésa es por el bien de la totalidad. Mientras sigas trabajando por tu pequeño yo egoísta, eres sólo una célula en contra de todas las otras células, y estás bastante lejos de la armonía.

Mas tan pronto como comienzas a trabajar en pro del bien de la totalidad, te encuentras en armonía con todos tus congéneres humanos. Ves, es la manera fácil, armoniosa, de vivir.

Luego está la tercera renuncia, y ésta es la renuncia a todos los apegos. Las cosas materiales han de ser puestas en su debido lugar.

Están ahí para ser usadas, está bien usarlas; para eso están ahí. Pero cuando han rebasado su utilidad, debes estar presto a renunciar a ellas, y quizás pasarlas a alguien que las necesite.

Cualquier cosa a la cual no puedas renunciar cuando ha rebasado su utilidad, te posee; y en esta era materialista muchísimos de nosotros estamos poseídos por nuestras posesiones. No somos libres.

Existe otro tipo de posesividad. Tú no posees a ningún otro ser humano, no importa cuán íntima sea tu relación con ese otro.

Ningún esposo posee a su esposa; ninguna esposa posee a su esposo; ningún padre posee a sus hijos. Cuando creemos que poseemos a las personas, tenemos la tendencia a dirigir sus vidas y de ahí surge una situación en extremo inarmoniosa.

Sólo cuando nos damos cuenta de que no los poseemos, que ellos tienen que vivir de acuerdo a sus propias motivaciones internas, es que dejamos de tratar de dirigir sus vidas, y entonces descubrimos que somos capaces de vivir en armonía con ellos.

Ahora, la última: la renuncia a todo sentimiento negativo. Quiero mencionar sólo un sentimiento negativo que aún las personas más buenas albergan, y ese sentimiento negativo es la preocupación.

Preocuparse no es ocuparse, lo cual te motivaría a hacer lo posible para resolver una situación. Preocuparse es un inútil afanarse sobre cosas que no podemos cambiar.

Voy a mencionar sólo una técnica. Muy rara vez te preocupas acerca del momento presente; frecuentemente todo está bien. Si te preocupas sufres por el pasado, el cual debías haber olvidado hace mucho tiempo, o sientes aprensión por el futuro, el cual ni siquiera ha llegado todavía.

Tendemos a pasar por alto el momento presente. Puesto que éste es el único momento que puede ser vivido, si no lo vives ahora, jamás llegarás a vivir realmente de ningún modo.

Si en verdad vives este momento presente, tenderás a no preocuparte. Para mí, cada momento es una nueva oportunidad de prestar servicio.

Un último comentario acerca de los sentimientos negativos, algo que me ayudó muchísimo en una ocasión y que ha ayudado a otros. Ninguna cosa externa, nada ni nadie de afuera, puede herirme en lo interno, psicológicamente.

Me di cuenta de que sólo podía ser dañada psicológicamente por mis propias acciones erróneas, sobre las cuales tengo control; o por mis propias reacciones equivocadas, las cuales son sutiles y engañosas, pero también las puedo controlar; o por mi propia inacción en algunas situaciones, por ejemplo la actual situación mundial, la cual necesita de mi acción.

Cuando tomé conciencia de todo esto, ¡qué libre me sentí! y simplemente dejé de hacerme daño. Ahora alguien podría hacerme la acción más baja y yo sólo sentiría compasión profunda por esa persona fuera de armonía, por esa persona psicológicamente enferma, que es capaz de hacer cosas poco amables.

Ciertamente no me haría un daño a mí misma con una reacción equivocada de ira o amargura. Tú tienes control completo en cuanto a ser o no ser herido psicológicamente, y en el momento que lo quieras puedes dejar de hacerte daño.

Estos son los pasos hacia la paz interior que yo quería compartir contigo. No hay nada nuevo acerca de esto, pues es verdad universal. Simplemente he expresado estas cosas en mis palabras corrientes y en base a mi propia experiencia con ellas.

Las leyes que gobiernan este universo obran por el bien tan pronto como las obedecemos, y cualquier cosa contraria a estas leyes no durará mucho, pues contiene dentro de sí el germen de su propia destrucción.

La bondad en toda vida humana hace siempre posible que obedezcamos esas leyes. Tenemos libre albedrío acerca de todo esto, por lo que depende de nosotros cuán pronto obedezcamos y por lo tanto encontremos armonía, tanto dentro de nosotros como en nuestro mundo.

¡¡¡    Te deseo un hermoso día    !!!

Los pilares de la personalidad

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 05/05/2006 10:55

Existen normas o patrones que debemos tomar en nuestras vidas para hacer de ellas verdaderos templos de Dios. A estas reglas las llamaremos “Los pilares de la personalidad” y nos ayudarán a definir mejor nuestro propio ser. Éstas son:

1.-MORIR A LO MALO DEL PASADO: No ande por la vida arrastrando odios, temores, malos recuerdos y malas experiencias. Todas estas vivencias negativas harían de usted una personalidad completamente negativa.

2.-CULTIVE LOS DONES QUE DIOS LE HA REGALADO: La creatividad, la simpatía, la inteligencia, etc. son dones que Dios nos regala para ayudarnos a pulir nuestra personalidad. Dios da dones diferentes a cada persona. Son adornos de la personalidad que cada uno debe cultivar por sus propios medios para elevar los valores innatos.

3.-SEA AUTÉNTICO: Nada más agradable que la autenticidad y la sencillez. No sea copia de nadie. Siéntase orgulloso de su individualidad. Es importante quererse, respetarse y valorarse. Todo esto se puede sentir dentro del marco de la sencillez.

4.-VIVA CON OPTIMISMO: Aunque en ocasiones la vida se presente de manera inesperada con cosas desagradables, ¡¡¡  la vida es una  !!!  Sea optimista. Viva cada día con amor y alegría. Nuestros padres desean lo mejor para nosotros, con mucha más razón lo quiere Dios que es nuestro Padre Celestial. Él nos dio la vida con un propósito. Entonces esperemos lo mejor de la vida que Él nos ha regalado. Vea qué grandes son sus maravillas: la vida, la luz, la naturaleza y todo lo creado por Él. No sea pesimista.

5.-CULTIVE LA FE Y LA ORACIÓN: Comprenda que todo cuanto tiene, todo cuanto es, todo cuanto le rodea y es bueno, de Dios viene. Muestre su amor a Dios a través de la fe y la oración. Confíe totalmente en el Señor

6.-EVITE LOS PREJUICIOS: No juzgue a los demás. Mire la belleza interior del alma. No haga juicios “a priori”. Mantenga su corazón lleno del amor de Dios.

7.-ALABE AL SEÑOR DIARIAMENTE: Alabe al Señor en su diario bregar. En cualquier parte puede hacerlo. Así amaremos más a nuestros hermanos y daremos testimonio de ser dignos hijos de Dios.

8.-CULTIVE LA BUENA SALUD: Su cuerpo es templo de Dios. Respételo. Haga todo lo posible por mantenerse en forma. Es una bendición la buena salud.

9.-CULTIVE EL ARTE DE LA COMUNICACIÓN: La buena comunicación es un arte y existen muchas formas de hacerlo. Cultive un diálogo sincero, profundo y ameno.

10.-SUPÉRESE CADA DÍA: Dios nos concede muchos dones para que volemos muy alto. Él quiere que seamos campeones. Encomiende al Señor cada uno de sus propósitos, metas y ambiciones y verá su gloria. Ponga toda su fe y amor en cada labor que emprenda. Así también alabamos a Dios y nos superamos cada día.

Tener una gran personalidad implica mucho esfuerzo y una gran madurez. El dueño de una gran personalidad irradia de su interior un corazón lleno de amor, un alma limpia y pura y mucha felicidad en lo que hace. Todos tenemos derecho a ser felices. Dios nos da ese derecho. Cultive su personalidad superándose al máximo y no se olvide, CON DIOS, USTED ES  ¡  INVENCIBLE  !

La risa es una forma

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 06/05/2006 14:15
La risa es una forma de comunicación, de acercarnos unos a otros recordándonos que estamos presentes para compartir con los demás y que no estamos solos.

La risa ayuda a romper esquemas, prejuicios, nos da la oportunidad de abrirnos emocionalmente, mental y físicamente, por eso cuando reímos nuestra mente se relaja, es imposible reír y pensar al mismo tiempo.

Recordemos un hecho agradable, y enseguida vendrá a nuestro rostro una sonrisa. Con dicho recuerdo se habrá puesto en actividad toda una serie de músculos faciales y otras partes de nuestro rostro. Si el hecho está presente y es muy intenso lo normal es que nos produzca carcajadas y con ello se estará realizando una agradable gimnasia facial que además ayudará a la musculatura del aparato respiratorio y muy especialmente a la zona del diafragma y el abdomen.

Independientemente del buen momento que estemos disfrutando mientras reímos, es muy importante conocer el alcance de la risa a nivel fisiológico, emocional, mental e incluso espiritual, ya que lejos de considerar la parte trascendental del ser humano como algo seriote, pomposo y muy grave, la comunicación con la parte divina debe estar revestida con la sonrisa y el buen humor de estar gozando del algo realmente extraordinario.

Por otra parte debemos anotar que la risa colabora en la oxigenación de la sangre, estimula su circulación, aumenta la ventilación respiratoria y ayuda a la limpieza y lubricación de los ojos. Pero no solo eso, el bazo, que por lo general registra muy poca actividad, se agita, y al bombear el corazón más sangre y a más velocidad, al pasar ésta por los nervios planos de las arterias disuelve parte del colesterol acumulado.

Tras unas buenas carcajadas sucede una cierta relajación corporal y el estado de bienestar que se experimenta supera ampliamente cualquier malestar. Un minuto de risa produce los mismos efectos de relajación que una hora de yoga. También cabe señalar que es un poderoso analgésico, diez minutos de risa equivalen a dos horas de sueño sin dolor. Sus poderes anestésicos todavía no han sido estudiados de forma suficiente, pero se tiene casi la certeza de que la risa estimula la producción de endorfinas, opiáceos que produce nuestro cuerpo, de ahí que una pequeña molestia o un pequeño dolor terminen por desaparecer si se los toma a broma o mejor, a risa.

Dentro de los poderes que se pueden aplicar a la risa, está su nivel de contagio; cuando una persona manifiesta cierto placer acompañado de unas carcajadas sonoras es casi inevitable que las personas que están a su alrededor terminen por formar un coro espectacular sin que nadie se pregunte cuál es el motivo provocador de tal agrado, es decir se ríe por el simple placer de reír.

Una buena forma de empezar el día seria nada más levantarse y antes de ir al baño es asomarse al espejo y sonreírse, parecerá algo ridículo e incluso propio de personas idas, pero nada más lejos de sus buenos beneficios, al principio costará un poco de trabajo sobre todo cuando todavía no hemos terminado de abrir los ojos y cuando los hemos abierto y nos miramos detenidamente con los pelos alborotados y cara más aplanada que nunca (habrá incluso quién no se reconozca), aún así hay que sonreír.

Cuando alguien se toma muy en serio su propia vida la mejor forma de afrontarla es con una buena sonrisa, es más, hasta que uno no llegue a reírse de si mismo creerá en ese invento estúpido que nos han inculcado desde pequeños de que esta vida es un valle de lágrimas donde reír estará mal visto por temor al castigo divino.

Las personas que no ríen se encuentran más limitadas en sus relaciones con los demás, cuando una persona expresa sinceramente su aprobación hacia algo o alguien con una sonrisa está poniendo en actividad la armonía cerebral, que es como decir que los dos hemisferios cerebrales trabajan recíprocamente: lo académico y artístico, lo cinético e intuitivo, los números y la imaginación en definitiva nos estamos refiriendo al lado izquierdo y al lado derecho de nuestro cerebro y todo ello favorece el humor positivo, que a su vez ayuda a la creatividad y a la originalidad del pensamiento.

¡¡¡ Te deseo un hermoso dia !!!

Crecer

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 07/05/2006 18:33
Crecer

Muchas veces en la vida pasamos por momentos difíciles en los que tenemos que decidir sobre los nuevos caminos a tomar.

A veces el júbilo nos invade ya que la ruta tomada nos demuestra el acierto, y eso se llama crecer.

Otras veces nos desanimamos antes de reemprender nuestra meta, y eso también se llama crecer.

Crecer, una palabra tan común pero tan significativa a la vez, tan llena de vida; definitivamente es un término al que, en particular, tengo muy presente y valoro entrañablemente.

A veces la parálisis nos invade, desarmados completamente caemos en la tristeza, la desilusión, el desgano; sentimos la horrible sensación de no poder hacer nada bien, tomamos caminos de fácil acceso que a ningún lado nos conducen; nos invade la soledad y ocupamos el vacío con gente vacía y el resultado es una lista interminable de momentos más vacíos aún.

El dolor se esconde detrás de una imagen impuesta cargada de elementos superfluos que no hacen mas que alejarnos de nosotros mismos.

Hacia la felicidad el camino parece estar lleno de pantanos y grietas infinitos, en esos momentos no podemos ver que ser feliz está en nuestro propio ser, por el solo hecho de existir.

El tiempo oficial pasa pero nos es indiferente, el tiempo real nos encuentra sumergidos y cansados, pero tarde o temprano, desde lo mas profundo de nuestra existencia surge una luz, que al principio es pequeña, creo yo que es nuestro instinto de supervivencia más el amor por la vida y por nuestra vida que hace que lentamente nos reubiquemos en el camino correcto, el del amor.

A veces necesitamos pasar por momentos muy duros, cometemos errores, evadimos los problemas y nos disfrazamos de algo que no somos hasta reencontrarnos con nuestros valores, en lo que a mi respecta, el valor de las pequeñas cosas, aquellas situaciones y cosas cotidianas y sencillas que son maravillosas.

A veces necesitamos pasar por momentos tan duros, pero superarlos es también crecer.

La felicidad es un don que poseemos todos, pero cultivarla y compartirla es un hermoso trabajo que implica esfuerzo, dedicación y tiempo, pero por sobre todas las cosas amor, el sentimiento más hermoso.

Y poder amar también es crecer.

El oso necio

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 08/05/2006 9:28
 
El oso necio

Muchas veces confundimos SUEÑOS con EXPECTATIVAS sin darnos cuenta que, mientras los sueños nos abren el mundo, las expectativas nos encierran en la espera pasiva de lo deseado.

¿Por qué nos aferramos sorprendentemente a ellas?
¿Qué pasa si no puedo aceptar tener que renunciar a lo que “tanto deseo”?
¿Qué pasa si siento que no puedo armar mi proyecto de vida?

Tenemos un deseo determinado.
Queremos algo con el alma, con todo nuestro ser. Soñamos día y noche con tenerlo.
Este es el momento de aplicar una regla básica:

LA REGLA DEL OSO NECIO

Esta regla comienza con la “O” del oso.
¿Usted quiere algo?

OBTENGALO!!!

“OBTENGA” lo que usted quiere, juéguese la vida para obtenerlo!!! Corra el riesgo!!!, comprométase con su deseo!!!

¿Qué busca? ¿El amor de ésa persona “tan especial”?. ¿Esa casa “tan soñada”?. ¿Ese trabajo?.

VAYA, SALGA A BUSCARLO Y OBTENGALO!!

Pero., uno puede darse cuenta que a veces
es imposible obtener lo que quiere. Entonces,
¿qué dice la regla en segundo lugar?

¿No puede “OBTENER” lo que quiere?.

Y siguiendo con la “S”, la segunda letra del oso nos dice:

SUSTITÚYALO!!!

“SUSTITÚYALO” por otra cosa !!!

– Esa persona “tan especial y única” no me quiere. Pues bien, que lo quiera otra persona.
– Esa otra tampoco me quiere, pues a seguir buscando y en el último de los casos cómprese una mascota!!!

– Ah. No!!! IMPOSIBLE SUSTITUIRLA!!!

“Como ésa persona no hay.”

Entonces, ¿qué nos dice la regla en tercera instancia?.

¿No lo pudo “OBTENER”?.

¿No lo puede “SUSTITUIR”?.

Y siguiendo con la “O”, la tercera letra del oso nos dice:

OLVÍDELO!!!

-Ah No, “Imposible”. ¿Cómo imposible?

– Siii, “Imposible olvidarla !!!”

Éso si que es i-m-p-o-s-i-b-l-e!!!”

Ahhh. “¿Imposible?”

Entonces. si no lo puede OBTENER,
si no consigue SUSTITUIRLO,
si no quiere OLVIDARLO
la “REGLA” dice que Ud. es un “NECIO”.

Quedando así constituida
“LA REGLA DEL OSO NECIO”.

Tal vez no sea tan fácil “DECIDIR”
que puedo Olvidar.
“SI” puedo “DECIDIR” no quedarme pegado
a lo que creo que es imposible.
Y eso es lo neurótico, lo ridículo, lo “necio”.

JORGE BUCAY

Hay un camino

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 09/05/2006 11:33
Hay un camino que lleva directo desde donde te encuentras en este preciso instante, hacia la mejor de las vidas que puedas imaginar. Hay un camino que lleva desde este lugar en el que ahora te encuentras hasta tus más preciados sueños.

Aunque en muchos trechos sea pedregoso y a menudo encuentres empinadas subidas, se trata de un camino que puedes tomar en cualquier momento en que creas estar preparado. A medida que lo recorras aprenderás, crecerás, lograrás cosas, sacarás a relucir tus mejores potencialidades.

Aunque evitarlo y llegar a tus sueños instantáneamente pueda parecer agradable, de esa manera perderías todo su valor. Porque lo que hace que esos sueños cobren sentido para ti es, en primer lugar, la persona en la que te convertirás intentando alcanzarlos.

El camino que enfrentas es difícil y hermoso. ¡Qué gran oportunidad tienes a tu alcance al poder recorrerlo! Disfrútalo y saca el máximo provecho posible de cada paso que des, porque es allí donde descubrirás la riqueza de tu vida.

¡¡¡  Te deseo un hermoso día !!!

Trucos para no depender de la aprobación

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 09/05/2006 13:46

Trucos para no depender de la aprobación

Lo más importante es mentalizarse de que es imposible estar de acuerdo con todo el mundo. Piensa que digas lo que digas al menos la mitad de la gente estará en contra de tu opinión. Entonces, cuando alguien no esté de acuerdo contigo, piensa que es una de esas personas. Cuando comprendas y esperes la posibilidad de crítica, dejarás de interpretarla como una ofensa personal, y comprenderás que estar en desacuerdo con tu opinión no significa un rechazo a tu persona. Esta es siempre la base de toda acción para superar el problema, pero existen también otras estrategias o trucos para corregirlo.

Resulta irónico, pero lo cierto es que la gente que parece conseguir mayor cantidad de aprobación es precisamente la que nunca la busca, que no la desea y a la que menos le preocupa conseguirla. Por supuesto que nadie conseguirá nunca la aprobación de todo el mundo por todo lo que hace, pero al valorar la propia opinión y por ende a uno mismo, dejará de preocuparse y deprimirse por no obtener la aprobación de los demás.

Formula las objeciones con el sujeto “tú”, declarando y comprendiendo siempre que la desaprobación le pertenece a tu interlocutor y no a ti. De esta forma evitas pensar con “yo”, es decir, suponiéndote en la necesidad de defenderte y modificar tu opinión para lograr la aprobación de los demás.

Busca intencionadamente la desaprobación de los demás, tocando temas en que les sabes contrarios a ti. De esa forma te acostumbrarás a enfrentarte conscientemente a su falta de aprobación y ampliarás tu repertorio de recursos para superarlo sin necesidad de complacerlo a tu costa.

Ignora, simple y definitivamente, las muestras de desaprobación de los demás. Así te demostrarás que tu opinión acerca de ti mismo es más importante que la de los demás, y no te dejarás influir por ella.

Pregúntate si las cosas te irían mejor si todos estuvieran de acuerdo contigo. Piensa que lo que los demás opinen sólo tiene efecto sobre ti si tú permites que así sea.

Piensa que tu opinión puede ser acertada aunque no goce del consenso de todos, o de nadie más. Y piensa también que la opinión más extendida puede ser, lo ha hecho con frecuencia, la más equivocada. Así las cosas, ¿por qué discutir para convencer a nadie de lo acertado de tu opinión?

Acostúmbrate a comprar sólo tu ropa y otros objetos, sin depender de la opinión de otros para garantizarte así su aprobación. Viste como te gusta, y que no te importe la opinión ajena.

No busques en la ratificación de otros un seguro para tu aprobación, con frases como: “¿no es cierto, Carlos?” o “pregúntaselo a Luis”.

Fíjate en una conversación, en el tiempo que estás hablando tú y el que los demás acaparan la conversación. Lucha contigo mismo por no ser el que menos habla y por no hacerlo sólo cuando se solicita tu opinión. También puedes fijarte en cuántas veces te dejas interrumpir por los demás y cuántas veces cedes tú cuando hablas al mismo tiempo que otra persona.

Evita hablar siempre con preguntas, buscando de esa forma la aprobación al delegar en el otro la responsabilidad de la afirmación. No digas “Hace buen día, ¿verdad?” sino “¡qué buen día hace!”

En conclusión, la aprobación es una gran cosa, y es muy agradable sentirse aceptado. Nada tiene de malo pretender ser aceptado por la gente y de esa forma estar integrado en el grupo o la sociedad. El problema surge cuando este deseo se convierte en una necesidad, y no lograrla resulta doloroso. Vencer este problema resulta muy difícil porque es algo que nos ha sido inculcado desde nuestro mismo nacimiento. Estos pequeños ejercicios pueden ayudarnos a empezar a vencerlo, pero sólo lo harán con la práctica. De nada sirve leerlo y estar de acuerdo. Su utilidad sólo será real cuando los apliquemos a nuestra vida cotidiana.

Extraído del libro “Las Puertas de la Felicidad”, por Zelig Pliskin

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