bases nahoas de la medicina moderna

Extractos del libro “EL LEGADO INDÍGENA” de Jack Weatherford
Capitulo “El Indio Sanador”

La Malaria

La malaria afecta probablemente a más personas que cualquier otra enfermedad en muchas regiones más recónditas del mundo. Durante la mayor parte de la historia humana no hubo cura eficaz o preventiva para este mal del viejo mundo y, desde que se llevan archivos médicos, la malaria aparece golpeando en cualquier lugar de África, Europa, y Asia donde crecían los mosquitos, pero no en el continente americano. Cuando los europeos la portaron a América en los cascos de los barcos mercantes, los indios rápidamente descubrieron que una de sus medicinas tradicionales, la corteza del quino (llamada quina), ofrecía alivio de los síntomas. Esta corteza producía quinina, el ingrediente activo de la cloroquina.

La introducción de la quinina marca el principio de la farmacología moderna. Con anterioridad los médicos del Viejo Mundo usaban pociones, emplastos, raras formas de cirugía y sanguijuelas para tratar enfermedades y controlar algunos síntomas, pero no conocían ninguna cura eficaz para la viruela, lepra, tuberculosis, pestes, malaria y cualquiera de las terribles enfermedades que frecuentaban el Viejo Mundo. Antes de la propagación de la quinina, se calculaba unos dos millones de muertes al año por esta causa en todo el mundo.

Los Incas comprendieron bien las propiedades medicinales de muchas de las plantas que crecían en los andes y en la selva amazónica. Una de ellas era el árbol que crecía desde los novecientos hasta los tres mil metros a nivel del mar y producía la muy amarga “corteza peruana”  (quinina) que podía curar muchas dolencias, incluso calambres, resfríos y arritmias.

Los europeos no usaron la palabra quinina sino hasta 1820, cuando los científicos parisinos Joseph Pelletier y Joseph Caventou extrajeron por fin el ingrediente activo de la corteza y nombraron la sustancia siguiendo la formula original quechua. Hasta entonces fue conocida como “cinchona”, una perversión del nombre de la condesa Chinchona, Francisca Enrique de Ribera. Supuestamente, esta mujer,  casada con un virrey del Perú y que vivió en el Lima a principios del siglo diecisiete, fue curada de malaria por los indios con la milagrosa corteza. Cuando hubo que asignarle el nombre científico a la planta, Carlos Linneo la llamó cinchona, en honor a la condesa que la había “descubierto”. Aun hoy en algunas partes del mundo las personas se refieren a la quinina como chinchonine, prefiriendo el nombre francés en lugar de su original en quechua.

Al parecer la corteza se introdujo en Europa aproximadamente en 1630 y ya en 1643 ganó mencion en un texto medico belga, Discours et avis sur les flus de ventre doloureux de Herman van der Heyden. El nuevo fármaco hizo posible la colonización masiva de America por parte de los europeos pues nadie más murió ya de ese mal.

En el siglo veinte los trabajos de sir Ronald Ross revelaron la etiología de la enfernedad. Este descubrimiento le valió a Ross el Premio Novel de Medicina en 1902, trescientos años después de que desconocidos indios quechuas donaron esta cura al mundo, un regalo por el que no recibieron reconocimiento alguno.

Bases de la Medicina Moderna.

Desde los primeros contactos entre el Viejo y el Nuevo Mundo, los médicos europeos reconocieron que los indios tenían la llave de la farmacia más sofisticada del mundo. Por aquella época, en la mayor parte del planeta la medicina no iba mucho más allá de la brujería o la alquimia. Los facultativos europeos hablaban del equilibrio de los humores corporales y ataban sanguijuelas vivas al paciente para que le succionaran la “mala sangre”. Los musulmanes quemaban a sus pacientes con carbón vegetal ardiente y, en Oriente, los doctores prescribían pociones de huesos de dragón mezclados con todo tipo de condimentos.

Por el contrario, los indígenas americanos habían refinado un completo conjunto de drogas activas que producían efectos fisiológicos, y no meramente psicológicos, en el paciente. Esta abundancia de nuevos ingredientes farmacéuticos se convertiría en la base de la medicina y farmacología moderna.

Conocimientos médicos sofisticados.

Además de emplear una sofisticado botiquín, los médicos nativos entendieron y practicaron muchas artes médicas, algunas de las cuales aun se desconocen en el Viejo Mundo. Una de las mas raras era un tipo de cirugía cerebral o trepanación. El especialista practicaba un agujero en el cráneo, normalmente en el parietal derecho, y así disipaba la presión que se acumulaba a partir de ciertos traumas, especialmente aquellos derivados de golpes severos en la cabeza durante un combate. Arqueólogos han excavado cráneos que muestran que los pacientes sobrevivían hasta cinco trepanaciones.

Los aztecas desarrollaron una organización medica particularmente refinada con diferentes tipos de especialistas: para el diagnostico de una enfermedad, para su tratamiento y para la fabricación de drogas. Los tlamatepaticitl aplicaban remedios dermatológicos y describían drogas, algo así como los internistas contemporáneos, mientras que los texoxotlaticitl actuaban como cirujanos. En un nivel más bajo de prestigio e importancia, los temixiuitiani hacían de parteros y los tezectezoani de sangradores. Los papiani servían como herbolarios y los panamacani como distribuidores farmacéuticos. Con este sistema de salud los aztecas parangonaron en muchos sentidos la organización europea de la medicina de aquel tiempo y en ciertos aspectos la superaron. Hasta el día de hoy, ningún escalpelo de acero ha podido ser más afilado que los instrumentos de obsidiana  de los cirujanos aztecas. Solo el láser puede hacer una incisión más fina, menos sangrante y menos hiriente que los cirujanos aztecas. Los delicados escarpelos aztecas permitían a los doctores cortar con mínima perdida de sangre, y a la herida sanar con menos cicatrices.

Los cirujanos indios cosieron las heridas faciales  con agujas de hueso enhebradas con pelo humano. Además, escayolaban los huesos en emplastos hechos de plumas tupidas, pegamento, resina y caucho. Aplicaban enemas en mangueras de caucho e inventaron la jeringa para una variedad de tratamientos médicos y tareas simples como la limpieza de orejas. En la Amazonas hicieron jeringas de caucho y en el norte las hicieron con vejigas de animales. Los doctores europeos adoptaron tanto las mangueras como las jeringas de caucho y continúan usándolas.

Los aztecas debieron poseer el conocimiento más completo de la anatomía humana de cualquier sociedad del mundo en el siglo dieciséis. Comprendieron el papel del corazón y la circulación sanguínea mucho antes de que el ingles William Havey (1578-1657) propusiera su teoría de la circulación de la sangre. Los médicos de lengua náhuatl crearon un extenso vocabulario que identifica casi todos los órganos que la ciencia de la anatomía reconoce hoy.

Una practica médica empleada masivamente por los aztecas, pero aborrecida por los españoles, eran los baños. Esto incluía una limpieza diaria en un rió, lago, arroyo o estanque, así como baños medicinales más específicos. Los  aztecas construyeron temazcolli, baños de vapor similares a los hipocaustos de la antigua Roma.

Los españoles observaron con gran consternación esta costumbre de los indígenas, pues pensaban que tan frecuentes baños debilitaban el cuerpo y podrían provocar enfermedades terribles. Los funcionarios coloniales trataron repetidamente de proscribir esas practicas y, aunque persistieron en zonas remotas, los temazcalli desaparecieron de México.

La medicina más reconocida del siglo XIX

Debido a su asociación con el conocimiento medico en el siglo diecinueve, los vendedores trataron de conectar cada medicina tan estrechamente como fuese posible con los indios. Los “espectáculos médicos”, una suerte de show de variedades publicitario, presentaban sus medicinas como tónicos o curas indias. Los viajantes médicos llevaban a menudo con ellos un nativo como prueba de que sus remedos eran genuinamente medicina indígena. Las campañas más famosas fueron Kiowa Indian Medicine and Vaudeville Company y la Kickapoo Indian Medicine Company, que vendió cerca de doscientos cincuenta mil dólares en 1911, tras más de treinta años de operación.

En e siglo diecinueve los editores médicos publicaron una serie de libros sobre medicina indígena. Comenzaron en 1813 con The indian doctor´s dispensatory y siguieron con The indian ghide to health, en 1836, the north american indian doctory Nature´s meted of curing and preventing disease accourding to the indians, en 1838. El United States Pharmacopeia, que apareció en 1820, enumeraba sobre doscientas drogas utilizadas por los indios.

Como degeneró la imagen de nuestra medicina.

A medida que la medicina americana se fue estableciendo y regulando bajo el control de universidades, hospitales y asociaciones médicas, el indio sanador se alejó más y más del panorama. La presentaciones médicas tenían cada ves más carácter de voldevil, en un espectáculo de variedades que combinaba humor, arriesgados trucos y algo de sexo para estimular las lánguidas ventas de sus preparados indios, que a menudo contenían más alcohol, opio o cocaína que verdaderas formulas indias. De este modo la medicina indígena se asocio con fraude y charlatanería.

Por aquella época las curas y medicinas indias habían dado la vuelta al mundo y se habían integrado totalmente a las culturas de cada continente. Las medicinas se hicieron tan fáciles de conseguir que pronto se olvidó el hecho de que no siempre habían estado allí y de que no habían sido descubiertas o inventadas por médicos, farmacéuticos y químicos del Viejo Mundo. El indio sanador vive apenas en algunos cuantos sitios, como Tombuctú, donde las grandes drogas indias arribaron pero no los espectáculos del Salvaje Oeste ni las películas de vaqueros.

Belleza y alimnetacion del mexico antiguo

Tomado de la revista GEFAO No 52
“La belleza Azteca resultado de su alimentación”

La Belleza del mexicano
La generalidad de nuestra sociedad actual ha aceptado siempre la fortaleza física que le han atribuido a nuestros antiguos mexicanos, pero pocos aceptamos que hayan sido gente bella y atractiva, y sobretodo pulcros y sanos, como lo han afirmado varios escritores, pero es indiscutible que estos atributos de nuestros abuelos fue el resultado de su también limpia y sana alimentación.

El escritor Francisco Javier Clavijero, al referirse a la sociedad Azteca, dijo que “el color de su piel es ordinariamente castaño claro. Su poca barba y sus gruesos cabellos, se equilibran de tal suerte con la seguridad y proporción de sus miembros que tienen un justo medio entre hermosura y la deformidad. Sus mujeres muchas son blancas, y de singular belleza, a la cual dan mayor realce la dulzura de su voz”.

Por su parte, el también escritor Remi Simeón, en su diccionario “de la lengua Náhuatl o Mexicana”, al traducir la palabra Totonacatl, explica: “Habitante de la provincia de Totonacapan. Esos pueblos eran de tez blanca y tenían fama por la belleza de su cara.”.

Pero volviendo con Clavijero (1731- 1787), dijo que los mexicanos eran de estatura regular, de la cual se desvían por exceso que por defecto; de buenas carnes y de una justa proporción en todos sus miembros, de frente angosta, de ojos negros y de una dentadura igual, firme, blanca y tersa.

Agregó, que el cabello de los mexicanos era tupido, grueso y lacio; de poca barba rala y de ningún pelo (por lo común) en aquellas partes del cuerpo que no recata el pudor. No creo que se hallará nación alguna en que sean más raros los contrahechos.

Explicó que era sumamente raro encontrar entre los antiguos mexicanos un hombre corcovado o jorobado, un estevado o de piernas arqueadas, o un bizco. Luego de alabar a belleza de la mujer Azteca, explicó que ellas eran de suave genio y su semblante de natural modestia. Sus sentidos son muy vivos, especialmente el de la vista, la cual conservan entera aun en su decrepitud.

Al referirse a la salud de los Aztecas, aseveró: “Su complexión es sana y su salud robusta. Están libres de muchas enfermedades que son frecuentes en los españoles; Jamás se percibe en la boca de un mexicano aquel mal aliento que produce en otros la corrupción de los humores o la digestión de los alimentos.

“Son de complexión flemática o tranquila, pero su salivación es rara y muy escasas las evacuaciones pituitosas de la cabeza, es decir que no acostumbran a escupir y no padecían de catarros o mucosidad. Encanecen y encalvecen más tarde que los europeos, y en su mayoría llegan a los cien años de edad”.

El comentarista Diego de Landa, en su obra “Relación de las cosas de Yucatán”, escribió que “él vio un gran árbol cerca del pueblo, en el cual un capitán ahorcó muchas mujeres mexicanas de las ramas; y de los pies de ellas, los niños sus hijo. Y que en este mismo pueblo, y en otro que dicen Veray, dos leguas de él, ahorcaron a dos mexicanas; la uno doncella y la otra recién casada, no por otra culpa sino que eran hermosas”.

Agregó que los capitanes “temían que se revolviese el real de los españoles por ellas; y porque pensaban los mexicanos que no se les daba a los españoles de las mujeres, y de ésta hoy hay mucha memoria entre los mexicanos y españoles por su gran hermosura y por la crueldad con que las mataron”.

Estos ejemplos históricos nos dejan ver que nuestros antiguos mexicanos fueron de facciones finas y de una bien proporcionada complexión física la cual fue resultado de su pulcritud y de su sana y limpia alimentación.

Al respecto Bartolomé de las Casas en su obra “Apologética Historia, al hablar del mexicano, dijo: “Son de mediana estatura y bien proporcionadas y mas blancos que morenos, bien engestados. Las mujeres son mas blancas y hermosas y pulidas. Ellos y ellas se precian de los cabellos. Es limpia y de ellos se arrean –presumen-“.

ALIMENTACIÓN VEGETARIANA

El escritor Jorge Segura Millán, en su obra “Diorama de los Mexicanos”, nos explica que en términos generales, la alimentación vegetariana tuvo una marcada tendencia al vegetarianismo.

Así mismo se ha comprobado que la alimentación mexicana, estaba compuesta de mas de seismil productos vegetales, que contienen proteínas vegetales ricas en minerales, en fósforo, así como otros elementos que van directamente al cerebro que les permite un mayor desarrollo intelectual al individuo.

Uno de los principales alimentos de las familias mexicanas, en el pasado, como el presente, es el maíz, del cual se conocen 500 formas de comerlo. Actualmente con el maíz se elaboran mas de 2 mil 400 productos industriales, se fabrican medicamentos, miel, alcohol, grasa para zapatos, explosivos, productos para soldar, recubrimientos para madera y alimentos básicos para el ganado.

Varios investigadores han descubierto que el maíz fue cultivado por nuestros antiguos mexicanos desde hace aproximadamente 22 mil años antes de la Era, y es un cereal muy rico en almidones (hidratos de carbono). Sus proteínas son de calidad y cantidad medianas, tiene grasas y el calcio se obtiene por medio del Nixtamal.

Este producto también posee en cantidades medias fósforo y hierro, vitamina B-1, el maíz amarillo es rico en vitamina A que ayuda al crecimiento y tiene una producción elevada de vitamina E que fortalece la sexualidad, algunas fracciones del complejo B.

También ha ocupado un lugar importante en la mesa mexicana, el fríjol,  del cual, hasta la fecha se conocen 180 especies de esta leguminosa; su nombre en Náhuatl era: etl. Nuestros campesinos acostumbraban a sembrar fríjol mezclado con el cultivo de la calabaza o con el maíz.

Esta leguminosa era rica en almidones y la proporción de proteínas varia de acuerdo con el color. Posee fósforo y fundamentalmente hierro, vitamina B-1, niacina en cantidades medianas, producto que sirve para fortalecer la piel, Vitamina A y escasa cantidad de grasas.

La vaina tierna conocida como ejote, del Náhuatl: exote, y las semillas, han sido de suma importancia en la alimentación de nosotros los mexicanos. Existen muchas formas de elaborar este producto, y el cual, se presume en la parte sur del país, que esta leguminosa fortalece la potencia masculina.

El chile, solanácea de múltiples variedades y cuyos frutos fueron utilizados por nuestros antiguos mexicanos como parte de su alimento, entre estos platillos el típico mole mexicano. Su sabor picante es por el ácido cápsico y una elevada proporción de ácido dihidroascórbico o vitamina C, y es irritante en las mucosas digestivas. Nuestros antiguos mexicanos los simbolizaban: una lengua cruzada con una saeta.

El huauhtli, huauhzontle, amaranto o alegría, planta de la familia de las amarantáceas, alimento mexicano que ahora forma parte de la alimentación de los astronautas estadounidenses. Este alimento contiene alto elevado de porcentaje de proteínas e hidratos de carbono, aminoácidos, como la producción de auxinas, grasas y vitaminas.

Esta planta alimenticia, la cual, nuestros antiguos mexicanos la ofrecían a Dios Huitzilopochtli, fue estrictamente prohibido su cultivo y consumo so pena de muerte en la época de la colonia, porque este alimento fortalece las hormonas cerebrales.

La alimentación de la sociedad del Magno Imperio Azteca, básicamente fue vegetariana, pues los cuatro productos mexicanos, combinados con otros vegetales, da como resultado una dieta totalmente balanceada. Sin embargo, después de la caída del Magno Imperio Azteca, el mexicano tuvo que acudir a la comida carnívora para sobrevivir, al grado tal de tener que comer insectos y otros animales fáciles de cazar.

Durante el sitio que sufrió la ciudad de MéxicoTenochtitlan, el pueblo de los insignes guerreros mexicanos cayeron exhaustos de hambre y fiebre producidas por las epidemias de las que fueron victimas, pero en ningún momento comieron carne humana para salvar sus vidas, lo cual demuestras que no éramos carnívoros, ni mucho menos antropófagos.

Pero está comprobado que el carnívoro puede convertirse en antropófago, tal como ocurrió a los pasajeros del avión que cayó en las montañas de los Andes en los años 70 y al capitán europeo Alvar Núñez Cabeza de Vaca, sobreviviente de la expedición en 1527 con el capitán Pánfilo de Narváez, a la Florida, en donde terminaron sus tropas comiéndose unos a otros, por falta de alimentos.

el mito de los sacrificios humanos (otra compilacion)

Este es un resumen de una investigación hecha por otra persona ansiosa por desmentir las falsedades de la historia oficial de nuestro amado México

El mito del canibalismo.

Según el padre Las Casas quién debió conocer parte del diario del capitán de la misión “Cristóbal Colon” (Cristóbal Colon no existió como personaje, pero ese es tema de otro articulo), en las islas caribes los marinos encontraron un poblado en donde sus moradores cargaban grandes vasijas de barro que contenían cuerpos humanos dentro.

Para los europeos de aquellos tiempos una olla o una vasija solo eran implementos de cocina, pero para los nativos de la isla una vasija de barro es el recipiente que simboliza a la matriz de la madre tierra, de donde todo proviene y al cual todo regresa.

De esta visión de los marineros invasores derivó todo el mito de la antropofagia de Anáhuac. Los habitantes de las islas Caribes, los caribales, fueron llamados caníbales por la pésima pronunciación de los invasores.

Pedro Mártir de Anglería en sus Décadas del Nuevo Mundo resaltaba al canibalismo de los nativos en sus relatos llenos de fantasías. Decía que “la primera vez esos salvajes vieron a los españoles, se les hizo agua la boca”. Dichas Décadas fueron escritas tomando lo relatado por los verdaderos viajeros, pues Pedro Mártir los realizó desde la comodidad de la corte española.

Al establecer la encomienda y someter a los caribes, estos se sublevaron barias veces y los invasores con barbarie inaudita exterminaron a toda la población de la isla, entre 1494 y 1508, en menos de 15 años, mas de tres millones de caribes murieron.

La justificación de los invasores fue que los nativos eran casi animales que se comían unos a otros y los “colonizadores” también corrían peligro pues los sublevados eran caníbales.

El gran mito de los sacrificios humanos

Después de la caída de Tenochtitlan, en la época de la colonia, varios religiosos tratan de hurgar en el pasado de los mexicanos para conocer “sus antiguallas y salvarlos de sus creencias demoníacas”.

Las cartas de Cortés no tienen ninguna aseveración de haber presenciado un sacrificio ritual en el que la victima fuera humana, y mucho menos una aseguración visual de algún acto de canibalismo.

Al revisar las crónicas escritas por religiosos se nota a primera instancia, que las antigüedades de los mexicanos están realizadas en base  a recuerdos de sus informantes y nunca a testimonios visuales, dichos recuerdos no los presenciaron sino que son lo que según por tradición iban guardando.

En el caso de los sacrificios rituales, toda la información que da entre dicho a tomar en cuenta que según el historiador Ixtlilxochitl, las leyes que normaban la conducta de los habitantes del Anáhuac eran muy rígidas (esto se debía a que su sociedad era perfecta y bien balanceada, no existían carencias de ningún tipo, por lo tanto los delitos eran injustificados), lo mismo asiste Andrés de Olmos y Cristóbal del Castillo. Si alguien trasgredía alguna ley y alteraba el equilibrio de su sociedad era ejecutado según su jerarquía. Esas ceremonias referentes a los sacrificios rituales que con lujo de detalle nos describen Sahagun y Durán aunque sus informantes nunca las vieron y que están relacionadas estrechamente con el calendario, son ejecuciones de los que alteraban la paz de los pueblos o los intereses comunes entre ellos.

Los cientos de prisioneros que se obtenían en las llamadas guerras floridas para ser sacrificados nunca los vieron los relatores.

El único testimonio de sacrificio que relatan las crónicas de la conquista es de 50 españoles y ocho caballos de los cuales vieron las cabezas clavadas en unas estacas, pero esto no quiere decir que hayan sido sacrificados a ningún Dios, sino lo mas lógico es que hayan sido ejecutados como prisioneros de guerra que en vida avían ocasionado ya demasiados males a los mexicanos.

Pedro de Alvarado también fue ejecutado por el generan Tenamachtli en el campo de batalla. Fue sentenciado por los cargos que magnicida. La ejecución consistió en quebrarle todos y cada unos de los huesos del cuerpo a golpes y dejarlo morir de dolor.

La primera impresión de los españoles sobre los aztecas fue de gente altamente civilizadas solo que con el tiempo la transformación de civilizados a bárbaros fue obra de los ágiles manejos intelectuales de los frailes. Manifestaban compasión por el sufrimiento de los sobrevivientes a la par que odiaban casi todos los aspectos de su cultura pues veían en ellos manifestaciones demoníacas hasta en lo más trivial. El mismo Cortés ya en plena decadencia recuerda el respeto y la piedad de los sabios aztecas en contraste con la brutalidad política y venal de las órdenes religiosas.

Y son estos mismos religiosos los que se dedicaron a reordenar toda la información recogida de las antiguas costumbres “con el fin de conocer de raíz la fuente de los males” y presentarla posteriormente con una perspectiva cristiana.

Curiosamente esos mismos cronistas religiosos son utilizados hoy como fuentes dignas de confianza para estudiar a los aztecas y a los mayas y en general a los pueblos prehispánicos aun cuando ningunos otros cronistas han tenido jamás mejores razones o mayores deseos de malinterpretar intencionalmente las informaciones.

Es precisamente de ellos la poca documentación existente donde se mencionan con más extenuidad los sacrificios rituales y el canibalismo.

El absurdo de los sacrificios humanos.

La historia oficial esta llena de incongruencias, cuando intentan exponer la hipótesis de que nuestros antiguos mexicanos hacían sacrificios humanos, estas incongruencias brillan de lo lindo.

Es bien sabido que el calendario maya tiene una preescisión matemática increíble y cualquiera que compare el calendario maya con el azteca puede apreciar que básicamente es lo mismo. Mediante este sistema calendarico nuestros antiguos mexicanos podían determinar la llegada exacta de los equinoccios, solsticios, eclipses, fases lunares y cualquier fenómeno astronómico. Un claro ejemplo de esto lo podemos apreciar en el fenómeno del descenso de Kukulcan en la pirámide de Chichen Itza en Yucatán.

Si podían determinar con increíble preescisión los fenómenos astronómicos ¿no les parece acaso una total incongruencia que digan que sacrificaban gente por temor una absurda superstición de que si el Sol no era alimentado con sangre humana podía no salir al día siguiente?

Dicen que el sacrificio era ejecutado por un sacerdote el cual tomaba entre sus manos un cuchillo de pedernal y de un solo tajo abría el pecho de la victima para inmediatamente después extraer el corazón aun palpitante y alzarlo al cielo.

Si usamos nuestra lógica y razonamiento podemos observar los absurdos de esta aseveración.

Un cuchillo de pedernal, un instrumento sumamente rudimentario ¿Por que utilizar algo tan rustico como un cuchillo de piedra? cuando se sabe que nuestros antiguos mexicanos sabían utilizar los metales, simplemente basta con observar los bellos adornos encontrados en Montealban Oaxaca para darnos cuenta de su excelente manejo en metales. También es bien sabido que tenían minas para la extracción de estos.

Un pecho humano, el cual se compone de piel, músculos y huesos es casi imposible de partir con un cuchillo de piedra de un solo tajo, para ello se requeriría de una violencia increíble pues se necesita desgarrar la piel, músculos y romper los huesos, si esto es difícil de hacer con un cuchillo de acero bien afilado reflexionemos en la dificultad de hacerlo con un cuchillo de piedra con un mal filo disparejo, aun si esto se lograse el pecho de la victima quedaría hecha un batido de viseras en el cual el corazón sería imposible de reconocer o probablemente sería aplastado por la violencia del impacto.

Los cirujanos en la actualidad para realizar una operación de corazón utilizan instrumentos muy sofisticados y precisos para abrir el pecho ¿No es por acaso un absurdo pretender que un cuchillo de pedernal pueda realizar en un instante la labor que a estos instrumentos les lleva un determinado tiempo?

Suponiendo que fuera cierto el absurdo de que el cuchillo de pedernal abriera el pecho de la victima dejando el corazón expuesto, el corazón se encuentra conectado a válvulas y venas, no está suelto allí en el interior del pecho así nada más. ¿Que tan creíble sería decir que el sacerdote de un jalón lo arrancaba de todas estas conexiones? ¿O acaso se tomaba la molestia de cortarlas todas con su rudimentario cuchillo de pedernal? si fuese así ¿cuanto tiempo le llevaría? ¿Podría hacerlo antes de que el corazón cesase de latir? ¿Por qué no lo especificaron así los cronistas?

Para rematar, el nombramiento de sacerdote más correctamente dicho guerrero sacerdote no se daba tan a la ligera como hoy en día se les da títulos y reconocimientos a los antropólogos y arqueólogos. Para transformarse en  guerrero sacerdote se necesitaba pasar por pruebas que ponían en juego el equilibrio físico y mental del aspirante. Pocos eran los que lograban coronarse como guerreros sacerdotes.

Según las crónicas de los invasores para la inauguración del Templo Mayor (cosa que no presenciaron los invasores, pues dicho evento ocurrió antes de su llegada) se sacrificaron entre 20,000 y 80,000 victimas (diversos autores no se ponen de acuerdo en el numero de las victimas) lo que quiere decir que cada guerrero sacerdote tuvo que realizar  muchas veces seguidas el increíble esfuerzo de partir un pecho humano con un cuchillo mal afilado de piedra y arrancar el corazón. Por lo menos de 20 a 80 veces tuvieron que realizar esta operación eso si suponemos que 1,000 aspirantes hubiesen logrado ostentar el titulo de guerrero sacerdote (aunque estoy exagerando tanto como decir que se puede abrir un pecho humano de un solo tajo con un cuchillo de piedra sin aplastar las viseras internas y arrancar el corazón de un jalón y repetir esta operación 80 veces seguidas sin agotarse).

Estos cuentos pudimos habérnoslos creído cuando éramos niños, pero ya es tiempo de madurar, ya es tiempo de dejar de creer en Santaclos y los cuentos que los invasores nos dejaron y despertar a la verdadera grandeza de nuestros antiguos mexicanos.

Saludos Mimich:

Antes que todo una disculpa por retomar tan tarde este tema de los sacrificios humanos.
Bien, por principio de cuentas, la evidencia arqueológica y documental respecto a los sacrificios humanos es abrumadora, y se pueden apreciar estas escenas en la propia arquitectura y pintura prehispánicas. Una visita al Museo del Templo Mayor, Cacaxtla, Palenque, Monte Albán, Uxmal, por citar sólo algunos, no dejará lugar a dudas sobre la realidad de esta práctica entre los antiguos mexicanos. Además, cabe aclarar que la mayoría de las escenas de sacrificio humano representadas y los restos humanos inmolados descubiertos pertenecen al Posclásico, lo cual es comprensible pues la predominancia de los Estados Guerreros en Mesoamérica favorecía la extensión de estos cultos que cumplían con una función de control social a partir del terror, lo cual es típico de los Estados regidos por dictaduras militares, lo mismo en Alemania que en la URSS o la China Imperial y el Estado Colhua o Mexica. Someter a la población a través del terror institucionalizado siempre ha garantizado a los gobiernos la obediencia de los subordinados.

No es casual que el empleo del sacrificio humano se masificó a partir de la sequía vivida en el Anáhuac en  los años 1450 a 1454, cuando el hambre sufrida por la clase macehual puso en entredicho el pacto fundacional entre nobles y pueblo raso que había dado unidad al pueblo mexica desde los tiempos de la lucha contra el señorío de Azcapotzalco.
Estos desastres naturales ocurrieron durante el reinado de Moctezuma, Tlacaelel, el Maquiavelo mexica, aconsejó que se dijera al pueblo que los dioses estaban disgustados con ellos y para desagraviarlos, les ofrecieron numerosas víctimas, emprendieron contra los Chalca, Tlaxcaltecas y Cholultecas en las llamadas guerras floridas o Xochiyaoyotl, tomándose en cuenta que estas contiendas no significaban conquistas territoriales ni comprometían la soberanía de los vencidos y que el único fin de tales guerras era el de hacer prisioneros para sacrificarlos a los dioses como lo aconsejaban los sacerdotes.

Sin embargo, en el periodo clásico tardío hallamos pruebas gráficas del sacrificio humano vinculado a la celebración del Juego de Pelota, como los que llevaban a cabo los toltecas itzaes en las ciudades de Tulum y Chichén Itzá y que están magníficamente plasmados en la arquitectura, estatuaria y cerámica del lugar.
Un alto nivel tecnológico o científico, en toda la historia de la humanidad, nunca han inhibido la agresión del ser humano hacia sus semejantes. Los sumerios conocían los nueve planetas del sistema solar y sin embargo no tenían empacho en sacrificar seres humanos en sus fiestas sagradas. Lo mismo podemos decir de la Grecia clásica, donde los niños espartanos que nacían débiles o deformes eran asesinados ipso facto, Alemania que fue capaz de inventar la cámara de gas o la ejecuciones “tecnológicas” practicadas en USA a través de la silla eléctrica o la inyección letal.

Tu argumento contra el poder cortante y de penetración de las hojas rupestres debe también ser examinado y matizado. Ojalá puedas observar una hoja de obsidiana, que por su densidad y constitución físico química puede ser tan efectiva o más que una hoja de hierro.

Los mismo españoles tuvieron que atestiguar esto, si no, ¿de qué servía un arma como el macahuitl? varios cronistas españoles atestiguan que con tal arma se podía separar una cabeza humana del cuerpo con un solo tajo y hasta cercenar extremidades… y esto sólo con una serie de hojas de obsidiana

Te transcribo un pasaje del libro “La Guerra Chichimeca” del Fondo de Cultura Económica donde se dan más muestras del poder cortante  y de penetración de la obsidiana:

La fuerza y el poder de penetración del arco chichimeca siempre fue motivo de asombro para los españoles, particularmente por la extrema delgadez de la caña de la flecha. “A contecido Peleando vnos soldados con yndios Chichimecas por defenderles vna rrequa cargada de mercadería de dar un flechazo á vn soldado en el frasco que tiene la polbora y se le pasaron de parte á parte y una quera de onze queros de gamuza y vna cota y vn jabón y le yrieron del dho flechazo”. “A acontecido tirar a un cauallo en que andauan un soldado Peleando y darle en la testera que hera de vn esquiaipil muy fuerte y pasar la flecha de la dha arma y la cabeca y salir por el pequeso y entrarle por el pecho cossa que ciertamente si no tuuiera por muy cierta Parece cossa yncreible”. “A un soldado de don Alonso de Castilla le diero[n] un flechazo, e[n] la cábeça del caballo sobre vna testera doblada de cuero de vaca y vna hoja de lata y le pasaron la cabeça y pecho, hasta q[ue] dio redondo con el caballo muerto e[ne]l suelo, esto viero[n] muchos q[ue] son viuos”.
La flecha, de unos dos tercios de largo del arco, era sumamente fina, habitualmente de caña y con punta de obsidiana, sujeta a la caña por fibras humanas o tendones de animales. Lo corto del arco, lo frágil de la flecha y el filo conchoidal de la obsidiana se combinaban para lograr una penetración que para los españoles resultaba casi inverosímil. El hecho de que la flecha chichimeca atravesara cualquier malla, excepto las de trama muy apretada, propició que en la frontera los españoles utilizaran cada vez más la armadura de gamuza.

Así pues, la obsidiana podia entrar fácilmente en un tórax humano para extraer el corazón. Un ejemplo más, en los mamuts encontrados en el municipio de Jojutla, Morelos enpecíficamente en la localidad de Chimalacatlan, así como en Quilamula y Nexpa y en los Municipios de Tlalquiltenango y Miacatlán, existen puntas de obsidiana incrustadas en los huesos de dichos animales, cuyo pelaje y piel debieron ser ostensiblemente más difíciles de penetrar que un pecho de homo sapiens.

En cuanto a la cantidad de víctimas de la inauguración del Templo Mayor, concuerdo en que la cifra parece exagerada, sobre todo por las dificultades técnicas que imponía el cautiverio de esa cantidad de individuos, su manutención pre mortis, la descomposición de los cuerpos en el ambiente lacustre de Tenochtitlan, etc.

Lo que si es cierto es la práctica de la Xochiyaoyotl entre los pueblos nahuas de mesoamérica para capturar víctimas para el sacrificio y que una de las partes más sagradas del templo nahuatl era el Tzompantli o “Sagrado Altar de Cráneos” donde se colocaban los cráneos de las víctimas decapitadas.

Esto también es indiscutible, pues el municipio de Zumpango debe su nombre precisamente al Tzompantli, ya que Zumpango es una descomposición hispana del vocablo del idioma náhuatl “Tzompanco”, que se compone de la expresión “Tzompantli”, que su acepción es: “Altar de Cráneos”, y Co que determina un lugar, sitio o espacio ocupado lo que significa: “Lugar del tzompantli”.

Frente al Juego de Pelota de Chichén Itzá se levanta el Tzompantli y en el Museo del Templo Mayor se pueden apreciar los cráneos con la perforación lateral que se les practicaba para engarzarlos en el Tzompantli.
En San Juan del Río, en lo que ahora se conoce como el Barrio de la Cruz, se erigía un Tzompantli utilizado por los otomíes “nahuatlizados” de la zona.

Con lo anterior me parece que queda claro que la práctica del sacrificio humano no se trata de cuentos infantiles sino de un hecho cultural que tuvo un contexto social determinado y no algo de loq ue tengamos que avergonzarnos, pues es parte de nuestra herencia cultural como pueblo.

Gracias y espero tu respuesta.

Saludos nuevamente Wonderwaffe!!!!

Hablas de evidencia arqueológica y documental. Es verdad, hay muchísimos libros y muchísimos tipos que hablan del sacrificio humano como si este hubiera sido una realidad. Yo se que por cada autor que cite que se oponga a los sacrificio humanos tu puedes multiplicarme la cifra. Sin embargo, el hecho de que mucha gente incapaz de ver lo lógico y lo obvio hable de lo mismo no lo transforma en una realidad. El que tengan un titulo o reconocimiento nada significa, pues cualquiera puede obtenerlos y más cuando se apoyan las versiones oficiales.

Las versiones oficiales no son oficiales porque sean verdaderas, sino por el hecho de que apoyan intereses ajenos, es decir, a alguien le conviene que todos crean eso. No creo que sea necesario citar ejemplos.

Las escenas como la de el juego de pelota de Chichen Itza o los altares de cráneos y de ese tipo, escenas que los arqueotontologos (perdón por llamarles así, pero para mi no merecen respeto alguno, pues lo único que han hecho es ponerse de parte de los intereses ajenos) insisten en llamar escenas de sacrificios humanos, se debe a su limitada capacidad que tiene de ver las cosas. Te aseguro que si nuestra civilización desapareciera repentina mente y estos sujetos se dieran a la tarea de buscar como vivíamos, culparían a los catolicos de practicar sacrificios humanos después de ver las imágenes de Jesucristo crucificado o las de un sagrado corazón de Jesús, pues este tiene un corazón humano sosteniéndolo en sus manos. Para ellos esto seria una prueba rotunda de que los católicos practicaban el sacrificio humano y al leer la consagración de la ostia seguramente sería una prueba irrefutable del horrible canibalismo que estos practicaban.

Para interpretar correctamente las estelas tienes que saber primero como pensaban nuestros Antiguos Mexicanos. Ya que si las interpretas desde la concepción europea entonces lo único que vas a sacar de allí son puros disparates, pues dicha concepción es una concepción disparatada.

Es más que obvio que lo la pobre ciencia inferior de la arqueología actual hace es limitarse a buscar evidencias que respalden los mitos que dejaron los frailes en sus escritos.

Me hablas de historia antes de la llegada oficial de los invasores. Cómo dijo Olyis, es la historia que escribieron los vencedores. La historia que interpretaron de los códices según su pobre concepción del mundo. Recuerdo un ejemplo: Se dice que los aztecas comían serpientes, según la historia oficial esto es algo literal, tal cual como se lee. Los pobrecitos no se dan cuenta que esto es un lenguaje poético, al decir que los aztecas comían serpientes se refiere a que ellos se alimentaban con el CONOCIMIENTO.

Como lo dije antes, si había ejecuciones, pero una ejecución es muy diferente a un sacrificio humano. La ejecución se le da a un criminal, es una forma de castigo y no se hace con la finalidad de “alabar” a los dioses, sino para protección de la misma sociedad.

Como mencioné antes, supongamos que de un  tajo abrieran un pecho humano, ¿Y lo demás que? el corazón no está suelto allí nada más. Son argumentos que ya dije, que están más arriba y que no repetiré nuevamente.

En conclusión, lo que supuestamente se da a conocer como pruebas del sacrificio humano, son solo mal interpretaciones que los ignorantes con títulos han hecho de las culturas del México Antiguo debido a su incapacidad y pereza mental.

Después de todo, la supuesta piedra altar de los sacrificios humanos nunca ha sido encontrada. Pero este es un hecho que los arqueotontologos parecen pasar por alto. Lo que nos lleva a la pregunta ¿Realmente esos sujetos son de fiar?

Respuesta: Rotundo NO

El legado indigena

Extractos del libro “EL LEGADO INDÍGENA” de Jack Weatherford
Capitulo “El Indio Sanador”

La Malaria

La malaria afecta probablemente a más personas que cualquier otra enfermedad en muchas regiones más recónditas del mundo. Durante la mayor parte de la historia humana no hubo cura eficaz o preventiva para este mal del viejo mundo y, desde que se llevan archivos médicos, la malaria aparece golpeando en cualquier lugar de África, Europa, y Asia donde crecían los mosquitos, pero no en el continente americano. Cuando los europeos la portaron a América en los cascos de los barcos mercantes, los indios rápidamente descubrieron que una de sus medicinas tradicionales, la corteza del quino (llamada quina), ofrecía alivio de los síntomas. Esta corteza producía quinina, el ingrediente activo de la cloroquina.

La introducción de la quinina marca el principio de la farmacología moderna. Con anterioridad los médicos del Viejo Mundo usaban pociones, emplastos, raras formas de cirugía y sanguijuelas para tratar enfermedades y controlar algunos síntomas, pero no conocían ninguna cura eficaz para la viruela, lepra, tuberculosis, pestes, malaria y cualquiera de las terribles enfermedades que frecuentaban el Viejo Mundo. Antes de la propagación de la quinina, se calculaba unos dos millones de muertes al año por esta causa en todo el mundo.

Los Incas comprendieron bien las propiedades medicinales de muchas de las plantas que crecían en los andes y en la selva amazónica. Una de ellas era el árbol que crecía desde los novecientos hasta los tres mil metros a nivel del mar y producía la muy amarga “corteza peruana”  (quinina) que podía curar muchas dolencias, incluso calambres, resfríos y arritmias.

Los europeos no usaron la palabra quinina sino hasta 1820, cuando los científicos parisinos Joseph Pelletier y Joseph Caventou extrajeron por fin el ingrediente activo de la corteza y nombraron la sustancia siguiendo la formula original quechua. Hasta entonces fue conocida como “cinchona”, una perversión del nombre de la condesa Chinchona, Francisca Enrique de Ribera. Supuestamente, esta mujer,  casada con un virrey del Perú y que vivió en el Lima a principios del siglo diecisiete, fue curada de malaria por los indios con la milagrosa corteza. Cuando hubo que asignarle el nombre científico a la planta, Carlos Linneo la llamó cinchona, en honor a la condesa que la había “descubierto”. Aun hoy en algunas partes del mundo las personas se refieren a la quinina como chinchonine, prefiriendo el nombre francés en lugar de su original en quechua.

Al parecer la corteza se introdujo en Europa aproximadamente en 1630 y ya en 1643 ganó mencion en un texto medico belga, Discours et avis sur les flus de ventre doloureux de Herman van der Heyden. El nuevo fármaco hizo posible la colonización masiva de America por parte de los europeos pues nadie más murió ya de ese mal.

En el siglo veinte los trabajos de sir Ronald Ross revelaron la etiología de la enfernedad. Este descubrimiento le valió a Ross el Premio Novel de Medicina en 1902, trescientos años después de que desconocidos indios quechuas donaron esta cura al mundo, un regalo por el que no recibieron reconocimiento alguno.

Bases de la Medicina Moderna.

Desde los primeros contactos entre el Viejo y el Nuevo Mundo, los médicos europeos reconocieron que los indios tenían la llave de la farmacia más sofisticada del mundo. Por aquella época, en la mayor parte del planeta la medicina no iba mucho más allá de la brujería o la alquimia. Los facultativos europeos hablaban del equilibrio de los humores corporales y ataban sanguijuelas vivas al paciente para que le succionaran la “mala sangre”. Los musulmanes quemaban a sus pacientes con carbón vegetal ardiente y, en Oriente, los doctores prescribían pociones de huesos de dragón mezclados con todo tipo de condimentos.

Por el contrario, los indígenas americanos habían refinado un completo conjunto de drogas activas que producían efectos fisiológicos, y no meramente psicológicos, en el paciente. Esta abundancia de nuevos ingredientes farmacéuticos se convertiría en la base de la medicina y farmacología moderna.

Conocimientos médicos sofisticados.

Además de emplear una sofisticado botiquín, los médicos nativos entendieron y practicaron muchas artes médicas, algunas de las cuales aun se desconocen en el Viejo Mundo. Una de las mas raras era un tipo de cirugía cerebral o trepanación. El especialista practicaba un agujero en el cráneo, normalmente en el parietal derecho, y así disipaba la presión que se acumulaba a partir de ciertos traumas, especialmente aquellos derivados de golpes severos en la cabeza durante un combate. Arqueólogos han excavado cráneos que muestran que los pacientes sobrevivían hasta cinco trepanaciones.

Los aztecas desarrollaron una organización medica particularmente refinada con diferentes tipos de especialistas: para el diagnostico de una enfermedad, para su tratamiento y para la fabricación de drogas. Los tlamatepaticitl aplicaban remedios dermatológicos y describían drogas, algo así como los internistas contemporáneos, mientras que los texoxotlaticitl actuaban como cirujanos. En un nivel más bajo de prestigio e importancia, los temixiuitiani hacían de parteros y los tezectezoani de sangradores. Los papiani servían como herbolarios y los panamacani como distribuidores farmacéuticos. Con este sistema de salud los aztecas parangonaron en muchos sentidos la organización europea de la medicina de aquel tiempo y en ciertos aspectos la superaron. Hasta el día de hoy, ningún escalpelo de acero ha podido ser más afilado que los instrumentos de obsidiana  de los cirujanos aztecas. Solo el láser puede hacer una incisión más fina, menos sangrante y menos hiriente que los cirujanos aztecas. Los delicados escarpelos aztecas permitían a los doctores cortar con mínima perdida de sangre, y a la herida sanar con menos cicatrices.

Los cirujanos indios cosieron las heridas faciales  con agujas de hueso enhebradas con pelo humano. Además, escayolaban los huesos en emplastos hechos de plumas tupidas, pegamento, resina y caucho. Aplicaban enemas en mangueras de caucho e inventaron la jeringa para una variedad de tratamientos médicos y tareas simples como la limpieza de orejas. En la Amazonas hicieron jeringas de caucho y en el norte las hicieron con vejigas de animales. Los doctores europeos adoptaron tanto las mangueras como las jeringas de caucho y continúan usándolas.

Los aztecas debieron poseer el conocimiento más completo de la anatomía humana de cualquier sociedad del mundo en el siglo dieciséis. Comprendieron el papel del corazón y la circulación sanguínea mucho antes de que el ingles William Havey (1578-1657) propusiera su teoría de la circulación de la sangre. Los médicos de lengua náhuatl crearon un extenso vocabulario que identifica casi todos los órganos que la ciencia de la anatomía reconoce hoy.

Una practica médica empleada masivamente por los aztecas, pero aborrecida por los españoles, eran los baños. Esto incluía una limpieza diaria en un rió, lago, arroyo o estanque, así como baños medicinales más específicos. Los  aztecas construyeron temazcolli, baños de vapor similares a los hipocaustos de la antigua Roma.

Los españoles observaron con gran consternación esta costumbre de los indígenas, pues pensaban que tan frecuentes baños debilitaban el cuerpo y podrían provocar enfermedades terribles. Los funcionarios coloniales trataron repetidamente de proscribir esas practicas y, aunque persistieron en zonas remotas, los temazcalli desaparecieron de México.

La medicina más reconocida del siglo XIX

Debido a su asociación con el conocimiento medico en el siglo diecinueve, los vendedores trataron de conectar cada medicina tan estrechamente como fuese posible con los indios. Los “espectáculos médicos”, una suerte de show de variedades publicitario, presentaban sus medicinas como tónicos o curas indias. Los viajantes médicos llevaban a menudo con ellos un nativo como prueba de que sus remedos eran genuinamente medicina indígena. Las campañas más famosas fueron Kiowa Indian Medicine and Vaudeville Company y la Kickapoo Indian Medicine Company, que vendió cerca de doscientos cincuenta mil dólares en 1911, tras más de treinta años de operación.

En e siglo diecinueve los editores médicos publicaron una serie de libros sobre medicina indígena. Comenzaron en 1813 con The indian doctor´s dispensatory y siguieron con The indian ghide to health, en 1836, the north american indian doctory Nature´s meted of curing and preventing disease accourding to the indians, en 1838. El United States Pharmacopeia, que apareció en 1820, enumeraba sobre doscientas drogas utilizadas por los indios.

Como degeneró la imagen de nuestra medicina.

A medida que la medicina americana se fue estableciendo y regulando bajo el control de universidades, hospitales y asociaciones médicas, el indio sanador se alejó más y más del panorama. La presentaciones médicas tenían cada ves más carácter de voldevil, en un espectáculo de variedades que combinaba humor, arriesgados trucos y algo de sexo para estimular las lánguidas ventas de sus preparados indios, que a menudo contenían más alcohol, opio o cocaína que verdaderas formulas indias. De este modo la medicina indígena se asocio con fraude y charlatanería.

Por aquella época las curas y medicinas indias habían dado la vuelta al mundo y se habían integrado totalmente a las culturas de cada continente. Las medicinas se hicieron tan fáciles de conseguir que pronto se olvidó el hecho de que no siempre habían estado allí y de que no habían sido descubiertas o inventadas por médicos, farmacéuticos y químicos del Viejo Mundo. El indio sanador vive apenas en algunos cuantos sitios, como Tombuctú, donde las grandes drogas indias arribaron pero no los espectáculos del Salvaje Oeste ni las películas de vaqueros.

la guerra en el mudo prehispanico

Son ciertas las respuestas de Valiont, los Meshicas o Aztecas no se dedicaban a la guerra sucia, sino era una guerra cortés, tradicionalista, caballerosa, de cuerpo a cuerpo, implementando armas cortas y armas de contacto sobre todo, como los garrotes, las espadas, macanas, y para las distancias arcos de flechas y varas de puntas.
Hacian de la batalla un Arte, en el cual el morir honradamente, era lo que todos buscaban, la perfección y darle la cara a su muerte florida.
Creo que no utilizaban las espadas de cobre templado, aunque conocian el arte del metal, este no significaba mucho para ellos, pues a cosas mas baratas y mas faciles eran otros instrumentos que tenian a la mano.
Utilizaron estas armas despues de la llegada de los españoles, cuando incluso dominaron a los caballos, muestras de ello son el hermoso Caballo Azteca, y fue cuando, como vieron que los españoles peleaban de una forma cobarde, en emboscadas de largo alcanze, mientras ellos ivan a pie y los españoles tenian la ventaja de que en sus tierras existia el caballo, (puesto que en México no lo habia), ni habia otro animal facil de domesticar y para usos como la guerra, diseñaron armas mas largas, como la vara de punta, que permitia tirar al montado sin hacerle daño para su aprisionamiento.
Los garrotes y las espadas podian facilmente amputar, cortar y abrirse paso entre los caballos, pero no ante las cobardes armaduras de los Españoles, puesto que el armamento Meshica, concistia en un traje ceremonial, ya sea Ocelote, Aguila o Alguna otra imitacion animal, mas el escudo y la espada, y para los arqueros solo el arco de flechas.
Existian tacticas de emboscada, de toma de perimetro, marcha en filas, en bloques, pero estas no eran muy utilizadas debido a que el objetivo era una batalla como el baile (con su pareja), y era caballerosa.
Bueno, si no aclare algo, porfavor dime por que ando corto de tiempo.
Saludos.
Yaotl Chichiltic Cabañas.

el alcohol como elemento de dominio

El Alcohol como elemento de dominio.

Extractos del libro “El Legado Indígena de Jack Weatherford”

            Los antiguos no se intoxicaban con el consumo del alcohol.

          A pesar de todas las bebidas alcohólicas (que los antiguos sabían producir), la intoxicación fue rara entre los indios. El alcohol era empleado como otras drogas, en un contexto esencialmente religioso. Como una indicación de cuan seriamente las culturas indígenas se tomaban el uso riguroso de tales sustancias, los aztecas ejecutaban a cualquier noble, estudiante o sacerdote que fuese descubierto bebido en publico.

Fueron los europeos los que comenzaron a utilizar el alcohol para divertirse e intoxicarse con él. Posteriormente le encontraron otro uso.

          Ingleses, holandeses, franceses y españoles, todos comprendieron que el alcohol destilado era una potente herramienta para dominara los indios, a la vez que se hacia dinero con ellos. El virrey mexicano Bernardo de Gávez, por ejemplo, dijo en 1786 que el alcohol era tan eficaz para domesticar a los indios y proporcionar dinero al Estado que quizás se podría emplear en la conquista de los indómitos apaches del norte. Gálvez proclamó que crearía “una nueva necesidad, que fuerce a reconocer muy claramente su obligatoria dependencia de nosotros”.

Hoy, los indígenas andinos consumen la hoja de coca en forma muy moderada, aun cuando están rodeados por el trafico de cocaína. Pero esa moderación desaparece cuando llega el alcohol. El mismo indio que no consideraría esnifar cocaína bebe hasta quedar comatoso en las calles durante las fiestas de la Virgen de Urcupina. De igual forma el indio de Norteamérica que fuma tabaco moderadamente y con respeto olvida toda moderación cultural cuando aparece el whiskey.

¿Europa como responsable de la enfermedad del alcoholismo?

          Los indígenas no han sido los únicos incapaces de controlar el consumo del licor. Los propios europeos tenían una larga historia de consumo de bebidas fermentadas como el vino, el licor de aguamiel, la cerveza rubia anglosajona y la cerveza común. Los consumían en grandes cantidades, aunque hasta hace algunos siglos no tenían tradición en el empleo de alcoholes destilados más potentes como ron, whiskey, ginebra y vodka, que se desarrollaron rápidamente a medida que las plantaciones y cultivos americanos se pasaban a Europa, hicieron el alcohol más barato y los campesinos substituyeron sus tradicionales bebidas fermentadas por licores más fuertes. Los rusos aprendieron a acompañar sus comidas con vasos altos de vodka en lugar de cerveza, mientras irlandeses y escoceses bebieron whiskey en lugar de su ale. Esto creo una enfermedad totalmente nueva, el alcoholismo, que se ha extendido firmemente durante los últimos siglos. Su desarrollo está estrechamente relacionado con el desarrollo industrial: el alcohol proporciona un descanso psíquico del monótono y prolongado trabajo asociado a la producción industrial.

        Y si piensan que el alcohol ha sido dejado de utilizar como elemento de dominio es porque no han abierto los ojos ni tantito.

chocante

Chocante: Que choca, raro, extraño, ridiculo, irrisorio, sorprendente. Viene de la palabra Náhuatl: Chocani: Que significa llorar, que gime, que se expresa con voz lastimera.

techo

Techo: parte interior o superior de un ediificio o de un aposento que lo cubre o cierra. Viene de la palabra Náhuatl: Tech que significa: en, de, sobre, con, cerca

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