¿Qué es el Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec? -3050

72.- ¿Qué es el Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Proyectos del Estado ”

72. ¿Qué es el Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec?

Se denomina Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec a la propuesta moderna de utilización del espacio mexicano más corto entre los dos océanos, a fin de trazar una vía de comunicación que permita vincular a las economías más poderosas del mundo, en el contexto de la globalización, y, al mismo tiempo impulsar un conjunto de “proyectos detonadores” industriales, agroindustriales, forestales, petroquímicos, mineros, pesqueros, turísticos y de infraestructura urbana. La modernización de las estructuras portuaria, ferroviaria y carretera son claves en esta empresa, con los polos más visibles en Veracruz (Coatzacoalcaos) y Oaxaca (Salina Cruz), y con una zona de impacto que abarca unos treinta municipios veracruzanos y alrededor decincuenta oaxaqueños en donde habita un número importante de población indígena. Imaginado por Hernán Cortés en la primera mitad del siglo XVI -y reformulado y parcialmente desarrollado en numerosas ocasiones a lo largo de los siglos-, la vía ístmica de comunicación interoceánica sigue conservando su carácter estratégico y mostrando, al mismo tiempo, las limitaciones y contradicciones de la política económica nacional.

El rediseño de la geo-economía mundial en proceso y las proyecciones de la misma para los próximos 25 y 50 años marcan la lógica de los megaproyectos de interconexión de las grandes cuencas marítimas comerciales: Atlántico Norte, Pacífico, océano Índico y mar de la China. Los fletes marítimos han crecido, en un año, más del cien por ciento pasando de 12 dólares a 27 dólares la tonelada, y en los momentos álgidos del mercado petrolero llegaron a los 32 dólares. Por el Canal de Panamá, en proceso de modernización con una inversión de 3 mil millones de dólares, pasaron 194 millones de toneladas en 2003; circuló 14 por ciento del comercio de los EEUU, seguido por los de Japón y China. Esta última compra al mundo, en promedio anual, 400 mil millones de dólares y se espera aún un promedio mayor. En la región Asia-Pacífico hay 3 279 millones de habitantes; ello y la firma de un convenio de cooperación económica entre China e India, a principios del 2003 -al cual se adhirieron diez países de alto crecimiento de la región (Corea, Laos, Vietnam, Camboya, Myamar, Filipinas, Tailandia, Malasia, Indonesia y Papua Nueva Guinea, y contando con Japón como observador preferente-, convierten a esta zona en el probable motor económico mundial en los próximos 15 años.

Para la República mexicana, pre y post revolucionaria, el istmo de Tehuantepec ha sido parte de un rompecabezas geoestratégico no resuelto, siempre entretejido en sucesivas condiciones y situaciones internacionales. Las anexiones de Chiapas (1821-1824) y el Soconusco (1842) tuvieron el sentido de “proteger” al istmo de injerencias externas, mientras se conjeturaba la necesidad de que México se extendiera hasta Panamá. México configuró así su frontera sur creándose, en ese momento, la unidad de las Provincias Unidas de Centroamérica (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica). Unidad sobre la que operarían, luego, las compañías bananeras y cafetaleras; Inglaterra crearía Belice y los EEUU Panamá, fraccionándolo de Colombia. Hoy, con diez años de participación asimétrica creciente en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y como promotor del Plan Puebla Panamá (PPP), México comienza a formular una penúltima propuesta ístmica, actualizando el Programa Integral de Desarrollo Económico para el Istmo de Tehuantepec (PIDEIT), del último quinquenio del siglo pasado, popularmente conocido como Megraproyecto del Istmo. Durante la segunda semana de julio de 2004 se constituyó el grupo intersecretarial para analizar la viabilidad del proyecto de infraestructura transístmica con la participación de las secretarías de Comunicaciones y Transportes (SCT), Hacienda y Crédito Público (SHCP), Economía (SE), y Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y de la Coordinación General de Puertos. En los últimos dos años se han invertido alrededor de 1,300 millones de pesos en caminos y libramientos, y faltan aproximadamente otros 800 millones para la autopista troncal, mientras se estudia un tren rápido de carga. Los españoles, como avanzada de la Unión Europea (UE), ya han invertido un millón de euros para estudios del corredor. (Varela, 2004).

En el territorio de referencia se encuentran presentes 12 grupos indígenas diferentes con un total estimado en 1990 de 482,860 miembros, y una reducción (356 049) en el 2000, que representan 24 por ciento y 16 por ciento, respectivamente, del total de la población regional. Estos 12 grupos son: zoque, zapoteco, tzotzil, mixe, chinanteco, mixteco, mazateco, chocholteco, nahua, popoloca, chontal de Oaxaca y huave. Los ocho primeros grupo aparecen tanto en Oaxaca como en Veracruz; huave y contal sólo en Oaxaca, y nahua, popoloca y chocholteco sólo en Veracruz.

Las 3 millones de hectáreas del Istmo mexicano, sujetas a reconfiguración, no son tierras valdías. Predomina la propiedad social de la tierra con 1 230 núcleos agrarios, de los cuales el 95 por ciento son ejidos y el 5 por ciento comunidades. Sin embargo, sólo 249 núcleos agrarios están en municipios que tienen del 51 por ciento al cien por ciento de población indígena estimada; otros 73 núcleos están en el rango de 31 a 50 por ciento y 908 con 30 por ciento y menos. Es decir, que los mayoritariamente excluidos en el proceso histórico de apropiación de la tierra han sido, en el siglo XX, los pueblos indios, sobre todo en el istmo veracruzano, ya que en el oaxaqueño los núcleos agrarios en municipios con mayoría absoluta de población indígena, casi duplican a los que se encuentra en municipios predominantemente mestizos. Es decir que en el istmo sur es más clara la división entre propiedad social indígena y pequeña propiedad mestiza. Ahora bien, en sí misma, la tenencia de la tierra nos dice bien poco si no la correlacionamos con sus condiciones y potencialidades.

La región ístmica es una de las grandes áreas “teóricas” de biodiversidad nacional y su riqueza se debe a que es un espacio de confluencia de los reinos neotropical y neártico y de las biotas de los golfos de México y de Tehuantepec. Este entretejido biológico es delicado y frágil. Las alteraciones a este marco ambiental son evidentes, medibles y todas tienen base en “proyectos de desarrollo” de distintos tipos. Selvas arrasadas para instalar población indígena afectada por presas (Uxpanapa); ganadería extensiva y sobrepastoreo (Veracruz), colapso forestal en el istmo veracruzano; deforestación inducida de 53 milhas para construir presa y distrito de riego inservibles (Presa Benito Juárez y Distrito de Riego número 19); utilización indiscriminada de plaguicidas y fertilizantes químicos (Parathión, Dimocab, Gramoxone, Carmex, Lanate, Furandann, Dimethosfe, Manzanate D-80); promoción del cultivo del café más allá de sus límites altitudinales (serranías popolucas, mixes, zoques y zapotecas); contaminación de curso de agua por desechos industriales y urbanos (el Coatzacoalcos ya es un río muerto); derrames petroleros y químicos (11 rupturas graves de poliductos en Salina Cruz en los últimos diez años); instalaciones industriales y agroindustriales inadecuadas y mal ubicadas (ingenios azucareros Santo Domingo y López Portillo sobre rios Los Perros y Chicapa; 200 km2 devastados entre Minatitlán, Cosoleacaque y Coatzacoalcos); deterioro grave del suelo y su capacidad productiva (los chontales oaxaqueños de Morro Mazatán pasaron de producir tonelada y media de maíz a sólo 200 kg por hectárea en ocho años); contaminación de lagunas costeras y aguas marinas (sistema lagunar huave, puertos de los dos golfos). Además de lo anterior, hay tres zonas de específica biodiversidad que se encuentran severamente amenazadas y presionadas por intereses madereros y de colonización espontánea y planificada (Chimalapas, Los Tuxtlas y Uxpanapa). El turismo mal planificado también deja su huella, como en Huatulco, en donde se eliminó el caracol púrpura panza y se presiona a uno de los restos importantes de selva baja caducifolia que quedan en el país, amén de generar un cordón de miseria con la población indígena y mestiza regional.

A estos efectos negativos de un desarrollo económico y productivo mal planificado hay que agregarle los resultados de una política caótica de población regional. Para fines de la década de los años sesenta había un poco más de 200 mil habitantes en el istmo: 83 por ciento de los mismos pertenecía a un grupo étnico (originario o por migración). Para 1990 la población regional se acerca a dos millones de habitantes, siendo indígenas 51 por ciento en el istmo oaxaqueño y 13 por ciento en el veracruzano. Es decir, la población indígena pasó a representar 24 por ciento de la población global istmeña. Para el año 2000 sólo representan 13.68 por ciento. Ahora bien, del total de población istmeña, 40 por ciento vive en 15 ciudades con más de 20 mil habitantes: 76 por ciento en diez ciudades veracruzanas y 24 por ciento en cinco oaxaqueñas. El resto, alrededor del millón 200 mil habitantes, se reparten en 3 022 localidades istmeñas. La población indígena en la zona pertenece a 12 grupos étnicos distintos: zapotecos, nahuas, mixes, popolucas, huaves, chinantecos, zoques, mixtecos, chontales de Oaxaca, mazatecos, tzotziles y chochos. En los 81 municipios ístmicos hay población indígena con distinta densidad y presencia. En 35 municipios la población indígena estimada está entre 51 y cien por ciento de sus habitantes; en cinco, 31 y 50 por ciento, y en 40 está presente con menos de 30 por ciento. Entre los primeros se encuentran 17 con alto índice de marginalidad y expulsión de población. Es decir, que en los municipios más indígenas de la región se concentran los rasgos más característicos que determinan la vulnerabilidad; además, 37 por ciento de su población es analfabeta, 73 por ciento de los mayores de 15 años no ha cursado la escuela primaria completa; 42, 67 y 84 por ciento de sus viviendas no cuentan con electricidad, agua entubada y drenaje, respectivamente, y 71 por ciento de sus habitantes se dedican a actividades en el sector primario. Es sobre estas condiciones sociales y ambientales que se plantea la concreción de una “renovada” versión de conexión transístmica.

Es obvio que, asumiendo la globalización como un proceso consumado, el país debe utilizar todas las ventajas comparativas que tiene a su disposición para participar en los grandes flujos comerciales internacionales: es su derecho y su necesidad; pero su ejercicio es más, mucho más, que la ubicación de proyectos sobre un mapa pasando por encima, “olvidándose”, de las sociedades regionales y sus ecosistemas. Los ausentes en la propuesta, aunque supuestamente para su beneficio, son el ambiente y la población que detenta la propiedad social de la tierra, tanto campesinos mestizos como indígenas empobrecidos. Población que, en general, comparte las condiciones de una sociedad civil débil, poco y mal organizada, poco y mal informada, poco y mal articulada.

Para alcanzar un auténtico desarrollo integral, equitativo, es necesaria la construcción de una interrelación de ambientes y sociedades locales en términos permanentes, en donde éstas sean partes integrantes completas del megaproyecto, en donde lo cualitativo (ecosistemas y socioeconomías regionales, información de calidad y promoción y protección de derechos) sea condición inaplazable de participación en la creación de mecanismos reguladores y de evaluación, en la corrección de impactos y en la toma de decisiones, conjuntamente con los planificadores e inversionistas, estatales y/o privados.

[34] Véase el material ampliado en Rodríguez, 2000a:185-188 y Rodríguez, 2003.

¿Qué importancia tienen para los pueblos indígenas los foros internacionales?

73.- ¿Qué importancia tienen para los pueblos indígenas los foros internacionales y los llamados “instrumentos de derecho internacional”?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Proyectos del Estado ”

Los foros internacionales (conferencias, asambleas, grupos de trabajo, seminarios, congresos) y los llamados genéricamente “instrumentos de derecho internacional” (pactos, convenios, acuerdos, tratados) constituyen uno de los referentes fundamentales para el movimiento indígena mundial y para los pueblos y sus organizaciones en los niveles nacional, regional e internacional. Ello obedece, cuando menos, a tres factores: 1) en muchos casos, han sido en estos escenarios e instrumentos en donde se han recogido las demandas de los pueblos indígenas, que más tarde han repercutido en los estados firmantes, adherentes o participantes, traduciéndose en leyes de sanción obligatoria (cuando el instrumento acordado entre los países posee fuerza legal vinculante) o generando corrientes de opinión favorables a la demanda indígena; 2) han permitido la aparición de nuevas formas de participación política y técnica de los indígenas en los escenarios internacionales, la obtención de apoyos de la cooperación internacional, la formación de cuadros, el vínculo con organizaciones afines y un amplio espacio de gestión; 3) han sido una vía programática y práctica para lograr la creación de organismos específicos, algunos de ellos dirigidos por los propios representantes indígenas de estados, organizaciones o movimientos.

A la luz de las demandas indígenas se ha producido también un fenómeno de “re-lectura” de instrumentos internacionales que, no abordando específicamente el tema indígena, contienen cláusulas o disposiciones para hacer efectivos un conjunto de derechos largamente reclamados, o para generar legislación secundaria.

Se menciona a continuación un número importante de estos foros e instrumentos, seleccionados del periodo 1940-2003.

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      1940. Convención de Pátzcuaro y Congreso Indigenista Interamericano (Creación del Instituto Indigenista Interamericano).
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      1948. Declaración Universal de los Derechos Humanos.
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      1957. Convenio 107 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes.
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      1963. Reunión de la UICN (Unión Mundial para la Naturaleza) que sentaría las bases de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
    * 1966. Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.
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      1966. Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
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      1970. Convención sobre las Medidas que deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales. UNESCO.
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      1971. Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional (Convención Ramsar. Ramsar, Irán, 2 de febrero).
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      1971. Conferencia de Barbados (Barbados I).
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      1972. Convenio de la UNESCO para la protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural. (París, Francia, 16 de noviembre).
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      1973. Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres, CITES. (Entrada en vigor: 1° de julio de 1975).
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      ONU. Reunión sobre los Pueblos Indígenas y la Tierra.
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      1977. Conferencia de Barbados (Barbados II).
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      1978. Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud. (Alma Ata, Rusia). Declaración de Alma Ata sobre Atención Primaria de Salud (APS).
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      1978. Declaración de la UNESCO sobre la Raza y los Prejuicios Raciales.
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      1979. Grupo de Trabajo sobre Promoción y Desarrollo de la Medicina Tradicional (OMS/ONU). Informe Técnico 622.
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      1981. Declaración de San José (Costa Rica) sobre Etnocidio y Etnodesarrollo en América Latina (7 al 11 de diciembreI.
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      1981-1984. Estudio del problema de la discriminación contra las poblaciones indígenas (Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, ONU. Documento conocido como “Informe Martínez Cobo”, quien fuera nombrado relator especial en 1971. Versiones del documento comenzaron a conocerse a partir de 1975-1976).
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      1982. Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas (ONU, 7 de mayo).
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      1985. Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Poblaciones Indígenas (ONU).
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      1988. Declaración Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Declaración de Manila).
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      1988. Parlamento Indígena.
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      1989. Recomendación de la UNESCO sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular.
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      1989. Proyecto de Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Washington, Organización de Estados Americanos (OEA).
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      1989. Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes.
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      1991. Banco Mundial. Directriz Operacional 4.20 (Washington, 17 de septiembre).
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      1992. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Cumbre Mundial de la Tierra, Brasil).
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      1992. Declaración de Río de Janeiro.
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      1992. Plan de Acción o Programa 21.
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      1992. Convenio sobre la Diversidad Biológica (entrada en vigor: 29 de diciembre de 1993).
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      1992. Declaración de Kari Oca.
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      1992. Conferencia de los Pueblos Indígenas-Tribales de los Bosques Tropicales. Declaración de los Pueblos Indígenas-Tribales de los Bosques Tropicales (Penang, Malasia, 15 de febrero).
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      1992. Convenio Constitutivo del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (Madrid, 24 de julio).
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      1992. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
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      1993. Presentación del Proyecto de Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
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      1993. Segunda Conferencia Mundial de Derechos Humanos (Viena, Austria).
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      1993. Iniciativa de Salud de los Pueblos Indígenas de las Américas. Organización Panamericana de la Salud (la reunión inicial tuvo lugar en Winnipeg, Canadá, del 13 al 17 de abril).
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      1993. Resolución sobre la Declaración del Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo. Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas
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      1994. Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en los Países Afectados por Sequía o Desertificación Graves
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      1994. Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas.
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      1995. Declaración de las Mujeres Indígenas (Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing, China).
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      1995. Consulta Regional del Pacífico Sur sobre los Conocimientos y los Derechos de Propiedad Intelectual de los Pueblos Indígenas.
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      1997. Foro Intergubernamental sobre los Boques.
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      1997. Primera Conferencia Internacional: “La Propiedad Intelectual de los Pueblos Indígenas ante el Nuevo Milenio” (Madrid, 22-26 de septiembre).
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      1999. Declaración de Ginebra sobre la Salud y la Supervivencia de los Pueblos Indígenas. Reunión Consultiva Internacional sobre la Salud de los Pueblos Indígenas, Ginebra, OMS.
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      2000. Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas. Organización de las Naciones Unidas (Washington, 28 de julio).
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      2001. Cumbre Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y Formas Conexas de Intolerancia (Durban, Sudáfrica, 31 de agosto al 7 de septiembre).
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      2001. Declaración del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad. Grupo de Trabajo abierto intersesional sobre acceso y distribución de beneficios referidos al Convenio sobre la Diversidad Biológica (Bonn, Alemania, 22 al 26 de octubre).
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      2001. Resolución por la que se crea la figura del Relator Especial sobre la situación de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de los Indígenas (ONU).
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      2001. Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural.
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      2002. Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Johannesburgo, Sudáfrica).
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      2002. Estrategia Mundial sobre Medicina Tradicional de la Organización Mundial de la Salud 2002-2005.
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      2003. Estrategias y Plan de Acción 2003-2007 de la Iniciativa de Salud de los Pueblos Indígenas de las Américas. Organización Panamericana de la Salud.

¿Qué es el Instituto Indigenista Interamericano?

74.- ¿Qué es el Instituto Indigenista Interamericano?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Proyectos del Estado ”

Los movimientos políticos y sociales americanos de las primeras décadas del siglo XX habían generado en numerosos países de la región un clima favorable a la creación de nuevas instituciones y al establecimiento de lazos continentales, a lo que no eran ajenas las tendencias panamericanistas de los Estados Unidos. El impacto de la Revolución Mexicana, un sentimiento nacionalista y anti-imperialista en diversos países y la preocupación declarada por la situación de las poblaciones indígenas, entre otros factores, llevaron a que la Octava Conferencia Internacional Panamericana (Lima, Perú, 1938) resolviera “que el Congreso Continental de Indianistas estudie la conveniencia de establecer un Instituto Indigenista Interamericano.” (Marroquín, 1977:59) El acuerdo se concretó en 1940, en Pátzcuaro, Michoacán, con la celebración del Primer Congreso Indigenista Interamericano, disponiéndose la creación de tres órganos indigenistas que debían operar coordinadamente: “los Congresos Indigenistas Interamericanos, el Instituto Indigenista Interamericano y los Institutos Indigenistas Nacionales. El Instituto adquiriría vigencia jurídica desde el momento en que cinco países ratificaran la convención.” (Ibid.60). Esto ocurrió dos años después, al hacerse efectiva la ratificación de México, Estados Unidos, Ecuador, El Salvador, Honduras y Nicaragua; y aunque la existencia legal del III debe fecharse en 1942 es importante señalar que las orientaciones políticas y disciplinarias, y las temáticas prioritarias, quedaron establecidas en el congreso fundacional de Pátzcuaro. Los institutos nacionales (como el INI mexicano, creado en 1948) tendrían el carácter de filiales del III, en el entendido de que tanto éstos como el III debían cumplir y hacer cumplir las resoluciones de los Congresos. El III quedaba así constituido en el organismo encargado de orientar y coordinar las políticas indigenistas de todo el continente, anhelo que estuvo siempre lejos de cumplirse debido a las decisiones de política interna de los países, a la debilidad de sus finanzas y a los mecanismos de “respeto a la soberanía de los estados miembros” que normaban finalmente las relaciones. Frente a esas limitaciones, el III tuvo sus mejores momentos como instancia técnico-política, como semillero de las ideas basales del indigenismo, como impulsor del desarrollo y aplicación de las ciencias sociales al estudio y resolución de los problemas indígenas, y como espacio de formación de cuadros. Su destacadísima labor editorial se materializó en un grupo de publicaciones célebres: la revista América Indígena, el Boletín Indigenista (sustituido años más tarde por el Anuario Indigenista) y las colecciones de libros, manuales, informes y folletos en los que colaboraron los más destacados científicos sociales durant varias décadas.

Al cumplirse 30 años de la creación del Instituto Indigenista Interamericano, Alejandro Marroquín redactó un lúcido Balance del indigenismo (Marroquín, 1972) en el que daba cuenta del proceso de creación y trayectoria tanto del organismo interamericano como de las experiencias que en la materia se habían llevado a cabo en México, Guatemala, Ecuador, Perú, Brasil y Bolivia, y cerraba su estudio con una sección denominada “Éxitos y fracasos de la política indigenista.” No desdeñaba la labor teórica del indigenismo, la forja de una de las políticas de Estado más importantes del siglo ni el notable desarrollo de las ciencias sociales ligado a la temática indígena, pero subrayaba:

Es un hecho que el indigenismo, como ideología y como acción práctica, está atravesando una seria crisis […] La situación de América y de los indígenas en particular, ha cambiado profundamente. La teoría indigenista se ajusta a condiciones en su mayor parte periclitadas por el empuje impetuoso de la historia. Es cierto que los dirigentes indigenistas, especialmente los mexicanos, trataron de acomodar y actualizar la teoría a los cambios que se estaban operando. Pero aún así, esta nueva realidad impone la revisión del indigenismo, tanto de su teoría como de su práctica, tanto de sus fines y objetivos, como de sus procedimientos metodológicos. Esta necesidad de ajustar el indigenismo a la nueva situación es precisamente lo que origina la actual crisis; crisis sin lugar a duda, sana y estimulante, puesto que significa un trace decisivo, un estímulo eficaz para la creación de un nuevo indigenismo, que sin renegar de todos los aspectos positivos del antiguo, signifique para los pueblos indígenas una garantía de su liberación. (Ibid. 287)

Al análisis de Marroquín no escapaba la percepción de los obstáculos recurrentes con los que tropezaba el Instituto:

El nervio del problema consiste en que confrontamos una situación aparentemente dilemática: si el Instituto se convierte en un organismo técnico se desviará hacia el academismo intrascendente porque estará imposibilitado de actuar en los diversos países que lo integran; y si se orienta por el aspecto político, dejará de ser una institución técnica, pero en cambio tendrá ancho margen de posibilidades prácticas. Parece ser que nos encontramos ante una situación antinómica: o institución técnica o institución política; lo uno excluye lo otro. (Ibid. 68)

Quizás con cierta ingenuidad -por el ejemplo escogido-, pero apuntando a un problema real de relaciones de poder, Marroquín sugería que el III debía ser como el Banco Interamericano de Desarrollo, a quien “nadie le niega su carácter técnico”, pero que cuenta con una organización que le permite cierto control sobre los estados. La comparación con un organismo financiero resultaba paradójica si se piensa que, precisamente, el principal ingreso monetario eran (y aún lo son) las magras y tardías cuotas que los países aportan al Instituto.

Más allá de la crisis profunda y de las características del entorno que registraba Marroquín, los logros del III no pueden ser minimizados: en los estudios, congresos y proyectos aplicados fue una institución que persistentemente señaló temas y problemas como el de la propiedad de la tierra y del reparto agrario, la discriminación y el racismo, la importancia de las lenguas y de las culturas indígenas, la situación de la mujer, el combate prioritario a ciertas enfermedades endémicas en las regiones indias (oncocercosis, paludismo, tuberculosis, tracoma, mal de Chagas), los déficit nutricionales, la importancia del saneamiento básico, el acceso a los servicios médicos y la defensa de la medicina tradicional, la educación (en especial, la alfabetización en la lengua materna y, en general, el apoyo a los proyectos de educación bilingüe), el respeto al derecho indígena, la lucha por el mejoramiento de las economías indígenas, el impulso a las artesanías, la revaloración del arte y la protección del trabajo de los artistas indios, la necesidad de conservar el registro de tradiciones vivas (literatura, diseños y el trabajo pionero de la etnomusicología), la preocupación por el alcoholismo, el impulso a proyectos de desarrollo de la comunidad, el debate ecológico, los movimientos religiosos y los nuevos movimientos etnopolíticos, además de su invalorable empresa editorial.

Con el propósito de reestructurar al Instituto para adaptarlo a las nuevas circunstancias, Oscar Arze Quintanilla (a partir de 1977) y José del Val Blanco (nombrado director en 1995) intentaron sin demasiado éxito la aplicación de un Plan Quinquenal de Acción Indigenistas, el primero, y la reforma de la Carta de Pátzcuaro (la Convención en la que están establecidas las líneas político-administrativas fundamentales), la aprobación de la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, de la OEA, y la creación del Foro Permanente de Pueblos Indígenas de las Américas (también en el seno de la OEA), el segundo. Iniciativas importantes que respondían en buena medida al nuevo carácter de la demanda indígena continental.

Como ocurre con el indigenismo en general, la elaboración de una historia del III, con el balance respectivo, es una tarea pendiente. Su concreción permitirá proyectar luz sobre uno de los movimientos más ricos y complejos del siglo, y elucidar las relaciones entre los Estados americanos, la poblaciones indígenas, los afroamericanos, el conjunto de las sociedades nacionales y el orden institucional en el que se desenvolvió y aún se desenvuelve el III.

Dirigieron el III: Manuel Gamio, Miguel León-Portilla, Gonzalo Aguirre Beltrán, Oscar Arze Quintanilla, José Matos Mar y José del Val Blanco. El Comité Ejecutivo Provisional que se encargó de la realización del Congreso Indigenista Interamericano de 1940 tuvo como principal animador a Luis Chávez Orozco. A Moisés Sáenz se le encomendó la Dirección Provisional del Instituto. Designado embajador de México en Perú -situación que dio lugar a la gestión interina de Carlos Girón Cerna, de Guatemala-, Sáenz murió sin poder asumir el cargo, para el que fue designado Gamio.

En 2002 asumió la Dirección del III Guillermo Espinosa Velasco (ex director General de Instituto Nacional Indigenista, de México), cuyo programa de trabajo, aprobado por el Consejo Directivo, da continuidad a la publicación de América Indígena y se propone reactivar el proyecto del Centro de Documentación, la reanudación de las actividades públicas de la biblioteca, dar inicio a una serie de estudios denominada “Estado del desarrollo económico y social de los pueblos indígenas del continente americano”, la exploración de nuevas relaciones con las organizaciones y pueblos indígenas del continente, y la producción en medios electrónicos de materiales provenientes de los acervos documentales con que cuenta el importante archivo de la institución. (Instituto Indigenista Interamericano, 2002)

¿Qué establece el Proyecto de Declaración de la ONU sobre derechos indigenas?-3047

82.- ¿Qué establece el Proyecto de Declaración de la Organización de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Proyectos del Estado ”

Desde 1992, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conformó el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas, integrado por indígenas de diversos países del mundo, representantes gubernamentales y asesores que, después de 12 años de esfuerzos, elaboró la propuesta de Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada como borrador en agosto de 1994. Desde entonces se integró un equipo de trabajo permanente dedicado a la elaboración de la Declaración definitiva, cuya tarea aún no concluye.

En sus 45 artículos, este documento expresa una concepción filosófica y jurídica cuyo eje medular es la insistencia en el reconocimiento del carácter de pueblos y el derecho a la libre determinación de los indígenas.

A continuación se enuncian algunas de las ideas principales que contiene la Declaración:

    * Derecho al pleno y efectivo disfrute de los derechos humanos reconocidos en la Carta de las Naciones Unidas y en el derecho internacional (artículo 1°).

    * Derecho a no ser discriminados y a gozar de la libertad e igualdad que todas las demás personas tienen (artículo 2°).

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      Derecho a la libre determinación, que se define de la siguiente manera: “En virtud de ese derecho los pueblos indígenas determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural” (artículo 3°). “Puede ejercer la autonomía y el autogobierno en cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y locales, en particular con la cultura, la religión, la educación, la información, los medios de comunicación, la salud, la vivienda, el empleo, el bienestar social, las actividades económicas, la gestión de tierras y recursos, el medio ambiente y el ingreso de personas que no son miembros, así como los medios de financiar estas funciones autónomas” (artículo 31). Mediante esta prerrogativa, pueden determinar su propia ciudadanía conforme a sus costumbres y tradiciones.

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      Derecho a no ser objeto de etnocidio y genocidio cultural. Se deben prevenir y reparar los actos que tengan por objeto privar a los pueblos indígenas de su integridad o de sus valores culturales o identidades étnicas; enajenarlos de sus tierras, territorios o recursos; trasladarlos de población; asimilarlos e integrarlos a otras culturas o modos de vida impuestos a través de medidas legislativas, administrativas o de otro tipo; hacer propaganda en contra de ellos (artículo 7°).

    *
      Derecho a pertenecer a una comunidad o nación indígena (artículo 9°) y contar con una nacionalidad (artículo 5°). Los pueblos indígenas, en particular los que están divididos por fronteras internacionales, tienen derecho a mantener y desarrollar los contactos, las relaciones y la cooperación con otros pueblos trascendiendo las fronteras que los han separado (artículo 35°).

    *
      Derecho a protección y seguridad especiales en periodos de conflicto armado. No podrán obligarlos a abandonar sus tierras, territorios o medios de subsistencia no a reasentarse en centros especiales con fines militares (artículo 11).

    *
      Derecho a manifestar, practicar, desarrollar y enseñar sus tradiciones, costumbres y creencias espirituales y religiosas, a mantener y proteger sus lugares religiosos y culturales, y a tener acceso a ellos privadamente; a utilizar y vigilar los objetos de culto, y a obtener la repatriación de los restos mortales de los miembros de su comunidad (artículo 13°).

    *
      Derecho a todos los niveles y formas de educación del Estado; asimismo, los niños que viven fuera de sus comunidades tienen derecho de acceso a la educación en sus propios idiomas y culturas (artículo 15°).

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      Derecho a establecer medios de información en sus propios idiomas (artículo 17°).

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      Derecho a no ser sometidos a condiciones discriminatorias de trabajo, empleo o salario (artículo 18°).

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      Derecho a participar en todas las decisiones de política social que los afecten, por conducto de representantes elegidos por ellos (artículo 19°). Derecho a intervenir en las decisiones de política social que les permitan determinar y elaborar sus programas de salud, vivienda y demás programas económicos y sociales, en lo posible, administrando sus propias instituciones (artículo 24°).

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      Derecho a poseer, desarrollar, controlar y utilizar sus tierras y territorios, comprendido el medio ambiente total de las tierras, el aire, las aguas, los mares costeros, los hielos marinos, la flora y la fauna, y los demás recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o utilizado de otra forma (artículo 26°).

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      Derecho a determinar y elaborar sus prioridades y estrategias para el desarrollo y la utilización de sus tierras y otros recursos. Podrán exigir a los Estados que suscriban la Declaración, antes de aprobar proyectos que los afecten, solicitarles su consentimiento libre e informado, en particular en lo relacionado con los recursos minerales, hídricos o de otro tipo (artículo 30°).

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      Derecho a la restitución de sus tierras, territorios y los recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o utilizado de otra forma y que les hayan sido confiscados, ocupados, utilizados o dañado sin su consentimiento libre e informado. Cuando esto no sea posible tendrán derecho a una indemnización justa y equitativa (artículo 27°).

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      Derecho a la conservación, reconstitución y protección del medio ambiente y de la capacidad productiva de sus tierras, territorios y recursos, y a recibir asistencia para tal efecto por parte del Estado (artículo 28°).

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      Derecho al respeto de los acuerdos, tratados u otros arreglos constructivos concertados con los Estados. Las controversias surgidas en este sentido serán sometidas a los órganos internacionales competentes por todas las partes interesadasa (artículo 36°).

    *
      Derecho a una asistencia financiera y técnica adecuada por parte de los Estados, y, por su conducto, de la cooperación internacional para promover libremente su desarrollo político, económico, social, cultural y espiritual, y para el disfrute de los derechos y libertades reconocidos en la presente Declaración. (Artículo 38°).

    *
      Los derechos reconocidos se garantizarán por igual al hombre y la mujer indígenas (artículo 43°). (Instituto Nacional Indigenista, 2000:767-768)

NAHUAS DE LA HUASTECA VERACRUZANA / MACEHUALE

NAHUAS DE LA HUASTECA VERACRUZANA / MACEHUALE

Del nombre

De acuerdo con Brinton, náhuatl significa “el que habla con autoridad o conocimiento”, que es superior, competente, astuto. El sentido real del término nahuatlaca (náhuatl y tlácatl) es “la gente superior, la gente que manda”.

Los actuales nahuas se llaman a sí mismos macehuale y traducen este término como campesino, que podría provenir de la antigua división clasista de la sociedad nahua entre pillis (la élite) y macehuales (el pueblo, los campesinos), pues se supone que la mayoría pertenece a la clase campesina.

La palabra náhuatl puede derivarse de la tradición tolteca y referirse a una nación dominante, organizada en cuatro grandes regiones geopolíticas. Los toltecas hablaban lengua náhuatl, la cual fue adoptada posteriormente por otros grupos. Durante la hegemonía mexica, el náhuatl fue la lengua oficial en Mesoamérica, por cuanto la aplicación a los aztecas del término nahuatlaca significaba la gente que manda. Actualmente no existen los nahuas, en tanto nación que manda, sino macehualmej: los campesinos.

Localización

El estado de Veracruz se localiza al oeste y sureste de la República Mexicana, entre los paralelos 17°7’ y 22°28’ de latitud norte y entre los meridianos 0°29’ y 5°32′ de longitud oeste, en la denominada zona intertropical.

Los nahuas de Veracruz se localizan en 14 municipios de la región norte Huasteca; 20 de la región centro Orizaba-Córdoba y en cinco municipios de la región sur Istmo-Coatzacoalcos. Los municipios con mayor número de hablantes de náhuatl son: Chicontepec, Ixhuatlán de Madero, y Benito Juárez en la región huasteca, además de Tehuipango, Soledad Atzompa, Zongolica y Mecayapan.

Infraestructura

En esta zona existen planteles educativos de nivel básico y medio a cargo de la Secretaría de Educación Pública, en colaboración con el Instituto Nacional Indigenista y la Dirección General de Educación Indígena.

En las localidades indígenas las obras de infraestructura para la red de agua potable, alcantarillado y energía eléctrica han estado a cargo de la Secretaría de Asuntos Hidráulicos y Obras Públicas, Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología y Secretaría de Obras Públicas del estado; el Instituto Nacional Indigenista ha desempeñado el papel de gestor intersecretarial.

Antecedentes históricos

En este territorio, desde antes de la llegada de los nahuas aztecas, había tepehuas, otomíes, totonacos, huastecos y nahuas toltecas; en la época prehispánica fue conocido, según Byam Davis, como Xiuhcoac, es decir, “serpiente de turquesas”.

Conflictos políticos provocaron la invasión de nahuas toltecas antes del surgimiento de la Triple Alianza. Posteriormente, procesos de migración y colonización originaron la fundación de diferentes asentamientos. La provincia de Zicoac se mantuvo independiente del llamado imperio azteca, que varias veces intentó conquistarla: Moctezuma Llhuicamina, en 1440; Tizoc, en 1481-1486; Ahuizotl, en 1486-1502; y Moctezuma II, en 1502-1520.

Demografía

En 1990, los hablantes de lenguas indígenas a nivel nacional eran 5 282 347, de los cuales 1 197 328 hablaban nahua, cifra que representa el 22.67% de la población indígena a nivel nacional. En el estado de Veracruz se registraron 580 386 hablantes de lengua indígena, de los que 294 711 fueron nahuas, los cuales conforman el 50.77% de la población indígena de Veracruz.

La región de la Huasteca veracruzana está formada por 47 municipios; en 20 de ellos el náhuatl es la lengua principal, en 16 el totonaco, en ocho el huasteco, en dos el otomí y en uno el tepehua.

En los municipios de la Huasteca la población bilingüe es de 118 390 personas, de las cuales 20 259 son monolingües. Los municipios con mayor monolingüismo son Llamatlán, Benito Juárez y Zontecomatlán. De acuerdo con el número de hablantes, la lengua más importante es el nahua: 89.50%, con 128 751 personas de más de cinco años; le siguen el otomí, con una población de 7 668, el huasteco con 80 personas y el totonaco con tres hablantes registrados.

En Veracruz los municipios que concentran al mayor número de hablantes de náhuatl son Chicontepec, con 41 223, 23 634 en Zongolica; 21 251 en Ixhuatlán de Madero; 12 628 en Mecayapan; 11 645 en Benito Juárez; Tehuipango cuenta con 10 277 y Soledad Atzompa con 10 268.

Lengua

Los descubrimientos de la glotocronología asignan al yuto-azteca, tronco lingüístico al que pertenece el nahua, una antigüedad aproximada de 45 a 47 siglos. La lengua nahua se encuentra en un eje idiomático de sur a norte en el siguiente orden: nahua-pimanahopi-tubatulabal-mono.

Los cuatro dialectos del náhuatl actual son: nahua del oeste: municipio de Toluca (por el Nevado de Toluca), Michoacán, Guerrero y en Xoxocotla y Cuernavaca (Morelos); nahua central: valle de México, Huauchinango (Puebla), Tlaxcala, valle de Puebla y Amilpas, así como el extinto cazcán de Jalisco; nahua septentrional: en la Huasteca (parte de los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz); nahua del este: sierra de Puebla, centro de Veracruz, pipil de Tuxtepec (Oaxaca) y de Acula, Tuztla, pipil de Centroamérica.

Salud

Como para otros grupos indígenas, para los nahuas de Veracruz algunas enfermedades sólo pueden ser tratadas por especialistas, quienes realizan terapias tradicionales y utilizan plantas medicinales de la región, combinadas en algunos casos con medicina alópata. Algunas de estas enfermedades son la pérdida de la sombra, el susto, el daño, etcétera.

Asociada a la ceremonia de “darle de comer a los elotes”, se realiza el pepentle, que es una ceremonia de curación para evitar los males en las personas, los objetos de la casa y los animales domésticos. Mediante el pepentle, el huehuetlaka (especialista), junto con el maíz y los padrinos, ayudados por los santos católicos y dioses indígenas, capturan la enfermedad o el mal que pueda haber. Los padrinos sujetan al ahijado mientras que el huehuetlaka le hace una limpia con dos mazorcas y lo sahúma con copal.

Vivienda

Para la construcción de su vivienda, los nahuas piden la ayuda de familiares y parientes. Si no cuentan con este tipo de trabajo, llamado “mano vuelta”, contratan peones. La comida del mediodía es obligación del dueño de la casa. Las casas son de madera, otates, hojas de palma real, zacate y hoja de caña que se encuentran en la zona, y se compran tejas y láminas para los techos a vendedores foráneos.

Las casas son de forma rectangular, divididas en cuadros; algunas tienen un tapanco de tabla u otate para guardar enseres domésticos y parte de la cosecha. Alrededor de la casa se lenvanta una cerca de tiras de otate, recubiertas de bajareque (barro revuelto con zacate colorado) y se colocan ventanas pequeñas y puertas de madera.

Cuando la casa está terminada, se hace una ceremonia en sábado o domingo, o de martes a jueves, porque el viernes es día de brujos y el lunes es día de las ánimas. Los nuevos dueños consiguen un curandero y ponen ofrenda, que se compone de flores, ceras, velas, pan, huevos, dos gallinas y un gallo, aguardiente, tortillas, café, caldo blanco con pechuga y refrescos. El dueño busca a dos mujeres para que ayuden a la señora a hacer la comida y a dos señores para que ayuden al curandero.

El curandero realiza un ritual en el techo de la casa y dentro de la habitación, donde nueve cruces de madera “comerán” la ofrenda; después, el curandero invita a los presentes a “levantar” (comer) la ofrenda. El curandero hace una cruz de pétalos de cempoal y pone ofrenda en cada horcón. En cada esquina echa ajosmecatl y ajo. En el techo de la casa pone de ofrenda el tamal de gallo, prende una cera durante un rato, arroja aguardiente y reza; después destapa el tamal y lo ofrece. Al terminar los rezos, levanta el tamal y baja del techo.

Indumentaria

El traje tradicional femenino de gala, consta de quechquémitl, blusa y enagua. El quechquémitl y la enagua se tejen con hilaza blanca de telar de cintura y se bordan en las orillas con estambres en punto de gobelino, con figuras geométricas, zoomorfas, antropomorfas y vegetales. La boca del quechquémitl se remata con bordados de punto de ojal compuesto y los lienzos se unen con punto de randa en estambres de colores. La blusa es de bata ceñida en la parte alta del busto, hombros y espalda y hasta abajo de la cintura se despliegan faldones plisados a partir de la bata. Toda la blusa lleva amplios y coloridos bordados de punto de cruz.

El traje de uso diario consta de enaguas de colores brillantes, verde o azul, adornadas en la bastilla con dos o tres tiras de encaje blanco y/o listones de colores, blusa blanca de manta con bordados en punto de cruz, delantal sobre las enaguas y un lienzo rectangular de color negro amarrado sobre la cabeza y con un nudo en la nuca que deja una punta que cae sobre la espalda.

Las camisas de los hombres llevan bordados de diferentes figuras y colores, distintivos que los identifican con su comunidad.

Artesanías

Los nahuas del norte de Veracruz elaboran productos artesanales de alfarería, carpintería, cestería, textiles tejidos y bordados. Las mujeres elaboran textiles y cerámica. En telar de cintura hacen bordados en punto de cruz, tejen lienzos para mamali, que son un tipo de rebozo de hilaza blanca con bordados de chizo en uno de los extremos, sobre el lienzo terminado se bordan con punto de gobelino figuras geométricas y florales; además, tejen fajas o ceñidores de un solo color o en franjas.

Elaboran objetos de alfarería para uso doméstico y objetos de uso ritual: candeleros, copaleros y juguetes, utilizando arena de las riberas de los ríos, arcillas y rocas calcáreas. Las piezas de uso ritual las recubren con tierra blanca y roja. Dejan las piezas en la sombra para que se sequen a la temperatura ambiente, enseguida las cuecen al aire libre y después las cubren con madera de jonote, otate y ortiga. La mejor temporada para la alfarería es en vísperas de Todos Santos.

Territorio, ecología y reproducción social

La Huasteca veracruzana está inmersa en las provincias fisiográficas de la Llanura Costera del Golfo, que abarca desde el río Bravo hasta la zona de Nautla en Veracruz y la de la Sierra Madre Oriental. En la Llanura Costera del Golfo se encuentra la subprovincia de las “Llanuras y Lomerios”, que se extiende desde Tampico, Tamaulipas, hasta Misantía, a la que corresponden parte de los municipios de Chicontepec y Platón Sánchez. La subprovincia del “Corzo Huasteco” pertenece a la provincia de la Sierra Madre Oriental e incluye los municipios de Benito Juárez, Chalma, Chiconamel, Texcatepec, Tlachichilco, Zontecomatlán y parte de los municipios de Chicontepec, Ixhuatlán de Madero, Huayacocotla, Platón Sánchez, Tempoal y Temapache.

Los climas de estas subprovincias son cálidos-húmedos con lluvias todo el año y cálidos-subhúmedos con lluvias en verano. La precipitación pluvial media anual oscila entre los 1 200 y 1 500 mm. En esta región se registra una temperatura media anual que va de los 220C a los 270C.

Debido al rezago agrario en la demarcación de linderos y la insuficiencia de tierra fértil, la tenencia de la tierra es uno de sus principales problemas que crea conflictos entre poblaciones indígenas y mestizas. La propiedad social de ejidos y comunidades registrada es de 251 486 ha. De esta superficie, el 54.52% está destinada a labores agrícolas. Temapache tiene 47 225 ha, Ixhuatlán 27 038 y Chicontepec 20 814. Chicontepec es el municipio con mayor población indígena y tiene la menor superficie agrícola de propiedad social. Temapache tiene la mayor superficie y el menor número registrado de indígenas.

La siembra de maíz en la temporada de lluvias se llama xopaillli y en secas tonamilli. El día de la siembra, la familia realiza un ritual en el campo, reza y habla con el maíz, y coloca una rica ofrenda ante el altar. Un mes y medio después realizan la primera limpia de malezas. A los seis meses levantan la cosecha y la almacenan en la casa. La cosecha debe ser en temporada de luna llena para que el maíz no se pique. Rocían calidra entre las hileras (camas) para evitar que se lo coman los insectos.

La migración es una de las consecuencias de las precarias condiciones económicas en las que viven las comunidades indígenas. Recientemente se ha dado inmigración a la zona nahua del norte del estado en un área que abarca desde Tuxpan hasta Tempoal por la llanura costera y Huayacocotla, Benito Juárez, Ixhuatlán de Madero, Llamatlán y Chicontepec en la zona serrana, pues intermitentemente llegan campesinos de los estados de Hidalgo y Tamaulipas.

A partir de 1978 se inició un movimiento migratorio que culminó en 1981. Esta migración la originó la explotación de un yacimiento petrolero en el paleodelta de Chicontepec. Los migrantes fueron trabajadores de Pemex, de la Secretaría de Salud y del lnstituto Mexicano del Seguro Social, que, entre otros, dotaron a la zona de red de servicios de salud. Estos movimientos migratorios modificaron algunos hábitos de la población.

Los indígenas jóvenes tienen mayor movilidad. Las rutas migratorias se dirigen hacia la zona cafeticultora de Huauchinango, Puebla, y Jalapa, Veracruz, hacia las zonas ganaderas de Tuxpan y Poza Rica, Veracruz, y de Tampico, Tamaulipas, hacia la zona cañera de Ciudad Mante y Xicoténcatl, Tamaulipas, y más al norte hacia la frontera con Estados Unidos.

Organización social

La familia se compone de familia nuclear y extensa. Los compadres, padrinos y ahijados de bautizo, de pepentle (limpia), de casamiento, de cruz (ceremonia mortuoria) y de graduación (de primaria, secundaria y preparatoria) son los “parientes de compromiso”. Las relaciones de parentesco son esenciales en la organización de las actividades cotidianas que permiten la producción y reproducción.

Todas las localidades indígenas de la Huasteca son ejidos y la propiedad de la tierra es comunal. Estas poblaciones están divididas jurídicamente en municipios, con las subdivisiones internas correspondientes a rancherías, anexos, ejidos o comunidades. La división económica interna responde a las actividades sociales y a la división en oficios que complementan las actividades agrícolas.

La principal actividad económica es la agricultura, eje de su estructura y organización social. En el trabajo agrícola se recurre en algunos casos al apoyo comunal a “mano vuelta”, en donde los participantes adquieren un compromiso recíproco de colaboración. Esta forma de colaboración se extiende a las labores de beneficio social.

Las enseñanzas escolares, los partidos políticos y las creencias religiosas católica y protestante han influido en la organización social de las localidades indígenas.

Cosmogonía y religión

La cosmogonía de los nahuas del norte de Veracruz se expresa en diferentes momentos importantes de su existencia, mediante la celebración de diferentes rituales que marcan, por ejemplo, el inicio del trabajo agrícola, el estreno de una casa, los funerales, iniciaciones, matrimonio, etcétera.

Según los nahuas de esta región, el cielo está dividido en dos mitades: una es de Dios y otra del Malo. En el cielo Dios les reparte el trabajo, los muchachos siembran maíz, las señoras hacen la comida, cuidan a los angelitos y lavan la ropa; las viejitas cuidan los pollos, las flores y abrazan a los niños chiquitos. Los niños maman en las espinas de los árboles de ceiba que tienen forma de senos. Cuando se muere alguna persona le ponen maíz, agua y comida, porque cuando va pasando por el camino de Dios el difunto debe tirar maíz para distraer a los pájaros que lo quieren picotear.

En la otra mitad del cielo manda el Malo, y ahí llegan los difuntos que mataron o fueron asesinados, los que hacen brujerías y los que están en dos religiones. El Malo los recibe, avienta a la lumbre a las personas asesinadas y en el agua hirviendo a los asesinos y a los que hacen daño. Si los asesinados son muchachos trabajan en colocar el cercado donde viven, limpian el lugar, mantienen vivo el fuego y ponen el agua a hervir; cuidan a los animales del diablo, como lagartos y perros grandes, otros tocan el violín.

Los nahuas clasifican a los muertos por la forma en que fallecen. A los que mueren de vejez, las mujeres que mueren en el parto, los jóvenes y niños que mueren por enfermedad o brujería les hacen la misma ceremonia: bañan el cadáver, le ponen ropa nueva al cuerpo y lo acuestan frente al altar doméstico cubriéndolo con flores, le ponen ceras, veladoras y en un incensario queman copal. Las personas que van al velorio llevan flores, ceras, veladoras, maíz, frijol, chile, etcétera.

Dentro del ataúd colocan un plato, una taza, un canuto de carrizo lleno de agua de pozo y con unos xiles, monedas en una bolsita de tela y una virgen de Guadalupe para que Dios lo reciba bien en el cielo. Además, realizan una serie de rituales durante la velación y el funeral. Las mujeres preparan alimentos para los presentes, como enchiladas de ajonjolí o pollo.

Al terminar el novenario ofrecen una comida ritual. Después, la señora que lavó la ropa del difunto barre de nuevo juntando la basura con la ropa o la cobija y el petate del difunto y lo deja todo entre la maleza cerca de la casa para que se pudra. El rezandero y la lavandera cobran por sus servicios y les pagan con dinero.

Los nahuas veracruzanos consideran que el maíz está vivo igual que una persona y llora si lo maltratan. Cuando los elotes están tiernos no deben comerse con sal, porque no se da bien el mateado; también tienen la creencia de que el kukuchi (huitlacoche) sale porque defecan en la milpa.

Los nahuas realizan el tlamanes, una ceremonia para la invocación de lluvia que involucra a los miembros de una comunidad, a varias localidades o a toda una región. Cuando la temporada de secas amenaza con la pérdida de un sembrado bañan a San Antonio y le ponen ofrenda y velas; si esto no es suficiente, piden permiso a la autoridad local para realizar una ceremonia comunal, y solicitan a otro pueblo que les preste una virgen reconocida como milagrosa para ofrecerle una fiesta y ofrendas. Colocan a la virgen en una capilla adornada y acompañan los rezos con música de violín y ofrendas. La petición de lluvia dura 8 o 15 días, y todas las noches se presentan los campesinos ante la imagen para solicitar buena cosecha. Las ofrendas consisten en ceras, sal, maíz, frijol, nixtamal, refrescos, pan, café, piloncillo y dinero. Si hay alguna persona enferma, consigue un padrino de pepentle. Hacen mitote, bailan las viejitas, niños y señoritas. Al terminar el compromiso regresan la imagen a la localidad que la prestó y llevan las limosnas, velas y flores que sobraron. Después de esta ceremonia debe llover a los tres o cuatro días.

Fiestas

Entre sus principales festividades están las ceremonias agrícolas. La primera es la de la siembra e involucra a los dueños y a los sembradores, sean peones, o amigos y familiares que trabajan en “mano vuelta”.

La segunda ceremonia importante es “darle de comer a los elotes”. El dueño de la casa consigue velas de cera, pan, cerveza, aguardiente, jerez, licores, flores de cempasúchil, madera blanda para tallar flores, cohetes, copal, agua bendita, servilletas y manteles, maíz, pollos o guajolotes y todos los condimentos necesarios para la ofrenda que se colocarán frente al altar. Se invita al especialista, huehuetlaka, a músicos y un grupo de ayudantes hombres y mujeres. Al centro de la ofrenda se ponen las parejas de elotes: el maíz blanco es una niña y el amarillo es un niño, ambos se visten con adornos masculinos y femeninos y se amarran con un paliacate en parejas. En el piso, bajo el altar principal, se prenden velas de sebo.

Al terminar la ofrenda en la casa se trasladan a la milpa, donde hacen la ofrenda a la mitad del terreno. Colocan collares de cempasúchil en las matas del centro de la milpa y en cada una de las esquinas. Se ofrenda al suelo, rezan y esparcen agua bendita, después los invitados comen la ofrenda de la milpa y lo que sobra lo tiran entre las matas como ofrenda a la tierra. Regresan a la casa y llevan matas con elotes. Los músicos tocan el “mitote” y el dueño de la casa recibe del huehuetlaka la cosecha. Al finalizar la ceremonia se ofrece a los participantes comida, cerveza y aguardiente.

En la festividad de Todos Santos a los difuntos se les ponen varias ofrendas. La primera se les hace en san Miguel, el 29 de septiembre. La segunda es en san Lucas, el 18 de octubre. A los niños chiquitos se les ofrenda el 31 del mismo mes. El día de los difuntos grandes es el primero de noviembre y en el octavo día se les hace la ceremonia del chicontes. La última ofrenda es el 30 de noviembre en San Andrés.

Relaciones con otros pueblos

En el estado de Veracruz los nahuas forman parte de diferentes culturas regionales, porque están asentados en tres territorios, en los que configuran sociedades regionales específicas: al norte con los grupos huasteco, otomí, totonaco y tepehua; en el centro con los grupos zapoteco, mixteco, mazateco, popoloca de Veracruz, totonaca y chinanteco; y en el sur, con los grupos zapoteco y popoloca de Veracruz.

Los nahuas constituyen regiones lingüísticas interestatales: al norte, con los municipios fronterizos de San Luis Potosí e Hidalgo; en el centro del estado, con los del norte de Puebla; y al sur, con los municipios cercanos a la costa del Golfo de México. En los municipios de Ixhuatlán de Madero y Zontecomatlán interactúan nahuas, otomíes y tepehuas.

El comportamiento de los mestizos pobres difiere del de los ganaderos y terratenientes a causa de la diferencia de recursos económicos, pero ambos, en mayor o menor medida, han adoptado formas culturales indígenas.

VERSIÓN ORIGINAL: JESÚS VARGAS RAMÍREZ
SÍNTESIS: MA. CRISTINA SALDAÑA FERNÁNDEZ

Los pueblos indígenas y la búsqueda de su propia identidad

Los pueblos indígenas y la búsqueda de su propia identidad

  1. Introducción

  2. Hipótesis
  3. Los pueblos americanos antes de la invasión
  4. La colonización ibérica
  5. La creación del indio
  6. Pensamiento político de los aborígenes en América latina
  7. La desaparición del indio
  8. Las bases de la indianización americana
  9. La opinión aborigen sobre la conquista
  10. Conclusión
  11. Bibliografía

INTRODUCCION:

“Si a las tribus que invadieron Europa desde el este se los llamó “bárbaros y vándalos”, términos que quedaron en el habla como signos de destrucción, qué es lo que tendría que decirse de los Pizarro, los Almagro, los Pedro de Alvarado, capaces de todas las traiciones, mendacidades, felonías, crímenes signados por la deslealtad, el faltar a la palabra empeñada, el abuso de confianza, la perfidia.

El militar, el cura, el proletariado y el funcionario fueron el cuadriunvirato que exterminó a las civilizaciones y los modus vivendis del continente conquistado y dejó una herencia permanente que significó autoritarismo, atraso, miedo y pecado. Todo lo demás fue rebasado por el mismo continente hollado, como los increíbles vegetales de sus selvas que eran capaces antes, hasta que los gases letales del consumismo de la postrera civilización de los países centrales la redujera y esclavizada, de cubrir ciudades y cultura.” (1)

A través de esta investigación, se tratará por medio de la hipótesis, de demostrar cómo con la invasión del continente, por parte del conquistador europeo, el aborigen se transformó en indio, y hoy es él mismo quien creará al nuevo indígena americano.

La importancia de este problema reside en la comprensión de las luchas que llevan a cabo los movimientos indígenas para lograr mantener su cultura y costumbres sin que el sistema imperialista disfrazado de globalización se lo impida. Para esto, recurren a los valores y virtudes de las antiguas grandes civilizaciones, de las cuales descienden y son legítimos herederos de su legado cultural.

Al llegar el invasor europeo a un continente casi virgen y tomar contacto con los aborígenes que lo habitaban, se inició el proceso de estructuración del indio, primero como ser infrahumano, casi animal, como inferior después (dogma que persiste en la actualidad en la cultura occidental, no así entre los pueblos indígenas).

Ese mismo etnocentrismo llevó al conquistador a negar y esconder el desarrollo, los pensamientos y virtudes de los pueblos y civilizaciones americanas.

En la creación del indio influyó en gran medida la matanza, la esclavitud, la infamia en la que el aborigen vivió en los primeros siglos de la conquista, sumado al colonialismo, al hambre y a la miseria que se sumó después, justificada por la hipocresía y el exacerbado etnocentrismo del capitalismo occidental.

Pero es en la actualidad, cuando el antiguo indio subordinado del imperio mercantil salvacionista primero, y del capitalismo después, está de pie luchando por su dignidad, elevando la figura de sus ancestros, desistiendo de vivir la historia de Europa para reconstruir en forma continua la propia, luchando por demostrar que no son “una raza débil que va extinguiéndose” (2) como opinaba Hegel, sino que sigue existiendo orgullosa y soberbia.

Es así como se construirá al nuevo indio americano, unido a las diferentes etnias a través del panindianismo.

  1. Bayer, Osvaldo. “LA SOMBRA DEL INACAYAL”(fragmento) Artículo diario Clarín, abril 1999.

  2. Colombres, Adolfo. La colonización cultural de la América indígena. Serie antropológica-Ediciones del Sol. Buenos Aires (S.F.)

HIPÓTESIS

Hace quinientos años el europeo crea, dialécticamente, al indio. Hoy es el indio el que se crea a sí mismo, negando a la cultura occidental y reafirmando la propia previa a la invasión de América.

LOS PUEBLOS AMERICANOS ANTES DE LA INVASIÓN

Los pueblos que habitaban América antes de la conquista habían alcanzado a desarrollar sociedades urbanas, mientras que otros sólo practicaban una agricultura simple o se dedicaban a la caza y la recolección.

Los mayas, aztecas e incas construyeron complejas obras de riego, aplicaron técnicas agrícolas y organizaron estados teocráticos. También inventaron un calendario de 365 días (mientras que Europa se guiaba por el gregoriano, menos exacto que el maya) y un alfabeto. Pero quizás, lo que más se destaca sea la ciudad de Teotihuacán que en el año 500 d.C. era la ciudad más grande del mundo con 200.000 habitantes.

Hasta la invasión, los aborígenes se aseguraban los alimentos y los bienes necesarios para vivir a través de relaciones de reciprocidad y redistribución. La primera, consistía en la práctica de la solidaridad y ayuda mutua entre los miembros de la comunidad. Se ayudaban entre sí a cultivar y a cosechar. Mientras que la redistribución, consistía en el cobro de fuertes tributos en productos y en trabajo que eran contabilizados para determinar en que zonas sobraban o faltaban alimentos para luego distribuirlos en las poblaciones más necesitadas. Esto confirma el espíritu comunitario de los pueblos aborígenes americanos.

LA COLONIZACIÓN IBERICA

Al llegar el invasor ibérico con toda su maquinaria bélica y su ideología despectiva de pseudosuperioridad, comienza a construir al “indio” como ser inferior, bárbaro.

Por lo general, antes de la conquista de América, el conquistador hacía suya la cultura del conquistado, al mismo tiempo que enriquecía la de éste. Todo lo contrario ocurrió en América, el conquistador y el conquistado se presentan como oposiciones cerradas, imposibles de sintetizar. El conquistador no quiere ser asimilado, pero tampoco asimilar. Busca imponerse manteniendo su propia identidad, no quiere ser identificado con los hombres y pueblos que ha sometido. Los conquistadores ibéricos trataron de imponer su cultura y de extirpar la aborigen, ya que era vista como “demoníaca”.

Los europeos no pudieron desarraigar la cultura aborigen, pese a que destruyeron templos, dioses y otras expresiones culturales. Debido a este fracaso, se planteó otra estrategia: la cristianización.

Los ibéricos intentaron buscar una justificación filosófica y moral para la conquista. La encontraron en Aristóteles que decía: “Algunos seres desde el momento en que nacen, están destinados, uno a obedecer y otros a mandar”. Según esta visión, no todos los hombres son iguales, sino distintos por naturaleza.

Aristóteles afirmaba: “La naturaleza… hace distintos los cuerpos de los hombres libres y de los esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras penosas y haciendo a los primeros incapaces para los trabajos duros”. O sea, que los indios sabían hacer, estaban capacitados, pero no sabían cómo; quien se lo debía decir era el europeo.

Ante todo esto, la iglesia católica creía que los errores paganos debían ser desarraigados y la verdad cristiana impuesta a toda costa. Hubo numerosos teólogos, como Juan Guinés de Sepúlveda, que estuvieron de acuerdo con la conversión forzada de los indios, mientras que otros como Bartolomé de Las Casas, sólo aceptaban la persuasión como único medio para la evangelización. Pero nadie reconoció en aquella época el derecho de los indígenas a mantener su propia religión.

Juan Guinés de Sepúlveda decía que los indios no fueron creados por Dios y que no son personas ya que viven fuera de la “ley natural”, debido a su comportamiento. Dicha ley establece que lo perfecto domina a lo imperfecto, por lo que, la supuesta superioridad de los españoles será el derecho a dominar y a conquistar al indígena.

Sepúlveda también afirmaba que los aborígenes estaban mucho más abajo que lo humano, cercano a lo animal. Decía que eran débiles, cobardes, tímidos y carecían de virtud.

Todo lo contrario pensaba Bartolomé de Las Casas, que creía que, si bien el indio era débil, también era un hombre y como tal, ante los ojos de Dios, era igual que un español, por lo cual este último debía cuidarlo y educarlo.

Pero más allá de estas teorías, lo que ocurrió en América fue un verdadero genocidio seguido de un fuerte etnocidio, muy importante para la construcción del indio como ser inferior.

Es relevante tener en cuenta que en 1.492, la cultura ibérica no era necesariamente moderna y racionalista, ni tampoco quienes manejaban el aparato colonizador; ni los invasores, eran precisamente una luminaria, sino más bien, estaban influenciados por la religión y la intolerancia que se desprendía de ésta, debido a lo cual sólo podían mirar a los indios a través de su estrecho prisma cultural. Los indios tenían que ser convertidos a la religión verdadera, pero a cambio de su oro y sus tierras. En caso de la más mínima resistencia se recurría a la violencia.

Esto ocurría con vertiginosa frecuencia, ya que los conquistadores justificaban a través de la religión la explotación, la esclavitud y los malos tratos.

Toda esta violencia y esta masacre terminó por convertir a los aborígenes en indios, ya que ellos mismo se convencieron de la pseudosuperioridad del europeo. Las atrocidades realizadas por estos últimos no se pueden explicar solo por la codicia y el poder, sino también por una construcción de los indios por los españoles, como seres inferiores, a medio camino entre lo humano y lo animal, como pregonaba Sepúlveda.

LA CREACIÓN DEL INDIO

A lo largo de 500 años de conjunción con agentes culturales europeos, los pueblos americanos resultaron profundamente afectados, sus sociedades fueron remoldeadas desde la base, se vio alterada su composición étnica y degradada su cultura. De esta forma, se logró la transformación de una multiplicidad de pueblos autónomos, poseedores de tradiciones auténticas en unas pocas sociedades de cultura alienada.

Los europeos al invadir América introdujeron una carga de conceptos y preconceptos (algunos ya mencionados) referidos a sí mismos y a los demás pueblos. Estos últimos, además de perder su riqueza (acumulada por siglos) y de convertirse en mano de obra esclava, sufrieron la degradación de asumir como imagen propia la visión despectiva de los europeos que los consideraban racialmente inferiores. A través de esta visión, se explicaba el atraso de los pueblos indígenas derivando de sus características innatas como la pereza, la falta de ambición, etc.

Estos son los motivos por los cuales los aborígenes se acostumbraron a verse a sí mismos como pueblos infrahumanos destinados a un papel subalterno, debido, según los europeos, a la pérdida de virtudes resultante del mestizaje, al clima tropical, etc.

De esta forma, el invasor colonialista impone su dominio y a la vez se autodignifica degradando la imagen étnica del aborigen.

La iglesia católica del imperio salvacionista ibérico tuvo gran relevancia en la construcción del indio como ente cultural alienado, ya que la religión cristiana se mezcla en él con creencias africanas y aborígenes, formando cultos sincréticos. Estos llenaban satisfactoriamente su cometido de dar a conocer al indígena la gloria de la vida eterna ultraterrena, para consolarlo ante la miseria de su destino terreno y a la vez justificar el dominio europeo, induciéndolos a una actitud pasiva y resignada.

Todas estas justificaciones de la dominación colonial y cultural constituyen la más pesada herencia dejada por la civilización occidental y cristiana a los pueblos conquistados. Actuaron en conjunto como cristales deformadores que le han impedido a estos pueblos crear una imagen auténtica del mundo y una visión genuina de sí mismos.

PENSAMIENTO POLÍTICO DE LOS ABORIGENES EN AMERICA LATINA

En la actualidad, los aborígenes luchan por rescatar su identidad y darse a conocer al mundo. Para esto, forman organizaciones políticas que se autodenominan indias o indígenas, o bien adoptan el nombre del grupo étnico al que representan. Todos estos grupos pregonan una identificación pan-india opuesta a occidente y a las políticas indigenistas de los gobiernos latinoamericanos, ya que éstos tienen como objetivo la integración de los indios en un modelo de estado nacional napoleónico, que no refleja el carácter pluriétnico de las sociedades englobadas en él. Por lo tanto, estas tentativas integradoras responden a la necesidad capitalista de consolidar y ampliar el mercado interno.

El Movimiento Indigenista Latinoamericano se crea en 1.940 con la realización del primer Congreso Indigenista Interamericano. En él, se reconoce la existencia del pluralismo étnico y la necesidad consecuente de políticas especiales para los pueblos indígenas. Éstas deben tender a la incorporación integral de los indígenas en la vida nacional y estimular el desarrollo de las culturas indias.

Existe también otro indigenismo, el practicado por las iglesias. Éste es rechazado por los auténticos grupos indigenistas, ya que la esencia misma del trabajo evangelizador ha sido siempre etnocida. Esto sin considerar el papel que históricamente han desempeñado las iglesias en América latina, como arma no siempre espiritual de la conquista, como garante del sometimiento de los colonizados y como aliada de las clases dominantes. Con esto, no se quiere decir que rechaza el cristianismo, todo lo contrario, sino que no acepta su autopostulación, como portavoz de las culturas indígenas.

LA DESAPARICIÓN DEL INDIO

El indio surge ( como ya fue mencionado antes) con la llegada del europeo a América, antes no había indios, sino pueblos diversos con identidades propias. Al indio lo crean los occidentales, como ser diferente e inferior.

Los pueblos aborígenes (atrasados), son elegidos para ingresar al progreso quemando etapas, gracias a que otro pueblo más avanzado logra enderezarles el rumbo.

La categoría de indios es supraétnica, es decir, no hace referencia de la diversidad de pueblos que quedan englobados bajo esa expresión. La política india actual es paniandianista, trata de estructurar a toda la población indígena. La base de esto es el reconocimiento de su condición común de colonizados, que comparten por encima de las diferencias étnicas. Éste es el fundamento del proyecto de indianidad, que, dialécticamente, se cumplirá con la desaparición del indio. Esto último será el resultado de la desaparición del estado colonial y cuya consecuencia será el resurgimiento de todas las etnias.

La perduración de los grupos étnicos se basan sobre dos factores fundamentales: el lenguaje común (que es el pensamiento según el cual se organiza la comprensión del mundo) y el modo de consumo (prolongación de las características étnicas ancladas en lo cotidiano).

La cotidianidad permite crear y reproducir un modo distinto de vida en lo cotidiano. Existen hábitos sociales en los que las relaciones, los contenidos y los significados culturales resultan compartidos. La familia, las actividades hogareñas, etc. encuentran entre las instancias institucionalizadas que permiten una práctica cotidiana diferenciada y hacen posible la permanencia de la identidad étnica.

LAS BASES DE LA INDIANIZACION AMERICANA

El pensamiento político indio está en oposición a la civilización occidental. Hace legítimo el pensamiento propio y no el occidental. Por lo tanto, no hay hi hubo conquista, sino invasión. El indio ha resistido y luchado contra el europeo, y aún sigue en pie, lo cual demuestra que no ha sido conquistado.

El mestizaje sufrido no conduce a una nueva cultura, ni es fusión. Las únicas auténticas son las que encarnan los pueblos, lo demás es occidente.

La civilización occidental es colonialista e imperialista. América tiene la suya, que es legítima, y se opone globalmente a occidente debido a su dominio neocolonial.

Todos los pueblos indios participan de ella. La diversidad de culturas y lenguas no impide la unidad civilizatoria.

Quienes afirman que las diferencias étnicas dividen, lo hacen como estrategia de dominio, a favor de la neocolonización occidental. Ante esto, las políticas indigenistas tratan de demostrar la existencia de una única y diferente civilización india, logrando una unión panindígena.

Para alcanzar este objetivo, es relevante la descolonización de la historia, ya que ésta ha sido escrita y enseñada por el colonizador. Pero existe otra, la del indio, que es al revés; los héroes de la primera son los villanos de ésta, sus méritos son su oprobio.

Si la historia oficial ha sido parte de la justificación de la dominación, ésta deberá colaborar con la liberación.

Se aprende a ser indio si se conoce la verdad de lo que ocurrió en América. Aún los desindianizados pueden encontrar su lado aborigen si se adentran en estos hechos y rechazan los relatados por occidente, postulados como historia oficial o universal, en la cual se menosprecia y distorsiona a la civilización india.

Esto se debe a que el colonizador ha querido ocultar la grandeza de las culturas indias pasadas y actuales, debido a que la superioridad de éstas no se aprecia según las escalas de los valores occidentales, que privilegian lo material por sobre lo humano. La inferioridad que se le atribuye a éstos se basa en lo moral y ético.

La vida india contemporánea se presenta, en su mundo comunal, llena de valores profundos como el amor, la honradez, el respeto y la solidaridad. Según éstos, la organización productiva y la tecnología aborigen son superiores a las accidentales, si se compara su utilidad ética, y no sólo su productividad.

Gracias a estas virtudes, las políticas indígenas no hacen discriminación, sino que trata de incorporar a la civilización india al mestizo y al blanco, a través de un proyecto de indianización opuesto al utilizado por el europeo 500 años atrás.

Además de la creación de su nueva identidad, los pueblos indios americanos deben luchar contra otras miserias como la pobreza, el hambre y demás yugos que impone el imperialismo globalizado de occidente. Quizás, una posible solución sería plantearse su propia modernidad, que como señala Adolfo Colombres estaría dada por distinguirse de la clase dominante, y podría ser definida como “periférica”.

LA OPINIÓN ABORIGEN SOBRE LA CONQUISTA

“El Consejo Internacional Independiente Emancipación e Identidad DE América Latina 1492-1992, reunido en sesión de trabajo en la ciudad de México los días 5 y 6 de enero de 1991 declara”:

          o Que el 12 de octubre de 1942, que según la visión eurocentrista esta considerado como descubrimiento y encuentro entre dos mundos, implico el inicio de uno de los mayores genocidios, pillajes y saqueos de la historia humana, y que la pretensión de celebrar su V centenario constituye un acto de arrogancia y desprecio frente a los pueblos del tercer mundo.

          o Que estos mecanismos persisten hoy en la división de la humanidad conocida como primer mundo y tercer mundo. En este ultimo, el 85 % de la especie humana esta obligada a trabajar para el bienestar del 15% restante.” ( 3 )

( 3 ) Rigoberta Menchu, Noam Chomsky, etc. “DECLARACIÓN DE MÉXICO” (fragmento) MÉXICO 1991.

CONCLUSIÓN

“Hubo un tiempo en el que todo era bueno. Un tiempo feliz en el que nuestro dioses velaban por nosotros.

No había enfermedades entonces, no había pecado entonces, no había dolores de huesos. No había fiebres, no había viruela, no había ardor de pecho. No había enflaquecimientos. Sanos vivíamos.

Nuestros cuerpos estaban entonces rectamente erguidos. Pero ese tiempo acabo, desde que ellos llegaron con su odio pestilentes y su nuevo dios y sus horrorosos perros de caza, sus sanguinarios perros de guerra de ojos extrañamente amarillos. Sus perros asesinos.

Bajaron de sus barcos de hierro: sus cuerpos envueltos por todas partes y sus caras blancas y sus cabellos amarillos y la ambición y el engaño y la traición y nuestro dolor de siglos reflejados en sus ojos inquietos, nada quedo en pie, todo lo quemaron, todo lo arrasaron, lo aplastaron, lo torturaron, lo mataron. Cincuenta y seis millones de los nuestros cincuenta y seis millones de hermanos indios esperan desde su oscura muerte, desde su espantoso genocidio, que la pequeña luz que aun arde como ejemplo de lo que fueron algunas de las mas grandes culturas del mundo, que se propague y arda en una llama enorme y alumbre por fin nuestra verdadera identidad, y de ser así que se sepa la verdad, la terrible verdad de cómo mataron y esclavizaron a un continente entero para saquear el oro, la plata y la tierra. De cómo nos quitaron hasta las lenguas, el idioma y cambiaron nuestros dioses atemorizándonos con terribles castigos, como si pudiera haber castigo mayor, que el de haberlos confundido con nuestros propios dioses y dejarlos que entraran en nuestras casas y templos y valles y montañas.

Pero no nos han vencido, hoy, al igual que ayer todavía peleamos por nuestra propia identidad.” ( 4 ).

Antes de la invasión, el continente americano era habitado por seres humanos iguales unos a otros a pesar de las castas sociales. A estas personas que habitaron miles de años estas tierras, sin tener ningún tipo de contacto con el hombre blanco en todo este tiempo (salvo tal vez algunas incursiones vikingas en Norteamérica) se los conoce como aborígenes.

Ahora bien, si previamente a la conquista existieron seres humanos capaces de organizarse en ciudades-estados teocráticos y crear calendarios y alfabetos, no se explica la concepción del aborigen acuñada por los europeos; sino a través de una óptica religiosa intolerante, en conjunto con el verdadero móvil de la invasión, que no fue otro que la ambición, convirtiéndose el primero en justificación del segundo.

Es así como el conquistador, al expandir por América su verdadera y absoluta religión, junto con sus sistemas cuasifeudales y esclavizantes, impulsado por la codicia desmoralizada de la cual está impregnada la invasión de América, produce una transmutación en el aborigen, cuyo resultado es el indio, un ser inferior e infrahumano.

En esta metamorfosis sufrida por el ser autóctono americano, tuvieron gran relevancia las masacres y las enfermedades que diezmaron la población, además de las creencias religiosas que los inducía a una vida pacífica y resignada.

Pero el invasor no se conformó con degradar al aborigen a un plano casi animal , sino que su exacerbado etnocentrismo lo llevó también a envilecer la cultural autóctona por medio del etnocidio y la deculturación.

Hoy, 500 años después, el indio es conciente de lo que le ocurre a sí mismo y a sus hermanos en toda América; se da cuenta del lugar que ocupa en la sociedad occidental y del concepto de sí mismo que esta cultura etnocéntrica le impone. Él conoce de discriminación, violencia y miseria más que nadie; sabe del peso de creerse inferior.

Pero es en la actualidad cuando comienza a reencontrarse con sus raíces, comienza a rechazar la universalidad de la historia europea para creer en la propia, callada por varios siglos. Es precisamente en ésta, junto con la cotidianidad de sus costumbres y la repetición de sus ritos ancestrales, en donde reside la base de la nueva identidad india. Ésta, ya no será de pseudoinferioridad, sino que se basará en una escala de valores propia de su cultura, que es la continuación de la aborigen previa a la invasión.

Finalmente, el europeo transforma al aborigen (un ser humano pensante, racional, con un patrón cultural propio) en un ente casi animal, sin capacidad de pensar y gobernado por instintos viles, que no es otro que el indio. Esta concepción, que tilda a los pueblos americanos autóctonos de inferiores, perduró casi cinco siglos en la mente de todos los pueblos, y es en la actualidad cuando el indio se reconoce como igual, ve en su historia una continuidad que no ha sido interrumpida por la invasión y gracias a eso, es que puede rescatar parte de su antigua identidad cultural para conformar la nueva.

( 4 ) Editorial “LA MORALEJA”. Octubre 1997

BIBLIOGRAFÍA

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    * Bonfil Batalla, Guillermo “UTOPIA Y REVOLUCION” (fotocopia de la catedra “Historia Americana” del profesor Hugo Nalli)
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    * Colombres, Adolfo “AMERICA LATINA: EL DESAFIO DEL TERCER MILENIO” Ediciones del sol, Buenos aires 1993.
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    * Colombres, Adolfo “LA HORA DEL BARBARO” Ediciones del Sol, Buenos Aires 1996.
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    * Ditmer, K. “ETNOLOGÍA GENERAL” Editorial F.C.E, México 1985.
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    * Galeano, Eduardo “Diario Pagina 12” 10 de octubre 1992
    * Herskovits J., Melville “EL HOMBRE Y LA CULTURA” Editorial F.C.E. Mexico1984.
    * Ibáñez larrain, Jorge “MODERNIDAD, RAZON E IDENTIDAD AMERICANA” Editorial Andres Bello, Chile 1996.
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    * Menchu, Rigoberta ; Chomsky, Noam; etc. “DECLARACIÓN DE MÉXICO” (fragmento), México 1991.
    * Menchu, Rigoberta “QUIEN ESCUCHA A LOS INDÍGENAS” Diario Clarín 23 de julio 2001.
    * Romero, Jose Luis “SITUACIONESD E IDEOLOGÍAS EN AMERICA LATINA” editorial Sudamericana, Argentina 1986.
    * Zea, Leopoldo “FILOSOFIA DE LA HISTORIA AMERICANA” Editorial F.C.E, México 1987.

TRABAJO REALIZADO POR:

MARCELO GALAZ

AVELLANEDA-SANTA FE-ARGENTINA

galazmarcelo14[arroba]hotmail.com

mgalaz13[arroba]yahoo.com.ar

4.- ¿Qué nombres reciben y cómo se denominan a sí mismos los pueblos indígenas?-3044

4.- ¿Qué nombres reciben y cómo se denominan a sí mismos los pueblos indígenas que habitan en nuestro país?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Población ”

Muchos de los nombres con los que frecuentemente se denomina a los diversos pueblos indígenas de México difieren de los que esos mismos pueblos emplean para identificarse (lo que aquí llamamos “etnónimos”). Se trata de un fenómeno iniciado antes de la conquista española: por ejemplo, algunas de las denominaciones tuvieron su origen en los siglos XIV y XV a raíz de la expansión mexica -pueblo de lengua náhuatl- que dominó gran parte del territorio mesoamericano. El término “chontal”, empleado aún hoy para designar a dos pueblos indígenas diferentes de Tabasco y Oaxaca, deriva del náhuatl “chontalli”, que significa “extranjero, extraño”; “mazateco”, proviene también del náhuatl “mazatécatl”, que quiere decir “gente del venado”; “popoluca”, a su vez, significa “balbuceante”. “Muchos de estos nombres contienen una carga peyorativa en la denominación del ‘otro’, desde la perspectiva del grupo que impone el nombre. Los huaves (guazontecos en la literatura colonial) fueron llamados así por los zapotecos istmeños, y la denominación significa “comedores de lodo”; han pasado como huaves a la literatura antropológica y a la administración burocrática.” (RODRÍGUEZ, 12/07/2004). Otros de estos nombres de asignación externa son producto de cambios fonéticos de los etnónimos originales (por ejemplo, “chatino” por “cha’tnio”); finalmente, existen denominaciones dadas por los españoles: los purépechas fueron designados a partir del periodo colonial como “tarascos”. Señalemos de paso que la grafía de las designaciones suele diferir (purépechas, purhépechas, p’urhépechas, por ejemplo) a causa de las convenciones fonéticas o fonológicas adoptadas por los lingüistas, fundamentalmente, y al hecho de que la pronunciación de los nombres suele presentar variaciones entre los grupos de una misma etnia. El listado de los nombres lo hemos compuesto a partir de la consulta a diversas fuentes, ninguna de las cuales ofrece un registro completo de etnónimos.

PUEBLOS INDÍGENAS DE MÉXICO
Denominación frecuente

Etnónimos
1.Aguacatecos

2.Amuzgos Tzjonnon,tzo’tyio, tzañcue
3.Cahítas

4.Cakchiqueles

5.Chatinos Kitsecha’tnio,cha’cña
6.Chiapaneco
7.Chicomuceltecos
8.Chichimecas jonaz (chimeco, meco) Uza,(plural: ezar)
9.Chinantecos 9.Tsajujmí’
10.Chochos,chocholtecas Runixa ngiigua
11.Choles Winik
12.Chontalesde Oaxaca Slijuala xanuc’
13.Chontales de Tabasco
Yokot’anob, yokot’an,fane
14.Chujes
15.Cochimies
M’ti-pa
16.Coras Nayeri,nayeeri
17.Cucapas Es’pei (Es’pel)
18.Cuicatecos Nduuduyo
19.Guarijios Makurawe,macoragüi, warijo,varojio
20.Huastecos Teenek
21.Huaves
Meroikook
22.Huicholes Wirraritari, wixarika
23.Ixcatecos

24.Ixiles
25.Jacaltecos
Abxubal
26.Kanjobal
27.Kekchi
28.Kikapúes Chikapw,kikapooa
29.Kiliwas
Chikapw,kikapooa
30.Kumiais Ti’pai,kamia
31.Lacandones Hach winik, hachtan
32.Mames Qyool, mam
33.Matlatzincas Botuna, matlatzinka
34.Mayas Maya
35.Mayos Yoreme
36.Mazahuas
Jnatio,mazahuas
37.Mazatecos Hashutaenima
38.Mecos
39.Mexicaneros
Mexicaneros
40.Mixes Ayuukjä’äy,ayuuk, ayook
41.Mixtecos Nuusavi
42.Mochos, motozintlecos
Mochos,motozintlecos
43.Nahuas (Guerrero) Nahuas,macehuales
44.Nahuas (Huasteca veracruzana) Macehuales
45.Nahuas (MilpaAlta) Nahuas
46.Nahuas (Morelos) Náhuatl,nahuas
47.Nahuas (Sierra Norte de Puebla) Nahuas,macehuales
48.Ocuiltecos
Tlahuia
49.Ópatas

50.Otomíes Hñahñu, hñä hñü
51.Paipais Kwa’ala,akawa’al
52.Pames Xi’ui
53.Papagos Tohonoo’tham
54.Pimas O’oob
55.Popolocas

56.Popolucas
Popolucas, homshuk
57.Pimas
Otam
58.Purepechas P’urhepechas
59.Quiches
60.Seris
Konkaak,conca’ac
61.Soltecos

62.Tarahumaras Raramuri
63.Tecos
Teco
64.Tepehuas Hamasipine
65.Tepehuanes (del Norte) Odami
66.Tepehuanes (del Sur)
O’dam
67.Tlapanecos Me’phaa
68.Tojolabales Tojolwinik’otik
69.Totonacas Tachihuiin,totonaco (tu’tu nacu’)
70.Triquis,driquis Tinujei,driki
71.Tzeltales Winikatel,k’op
72.Tzotziles Batsil winik’otik, batzilk’op
73.Yaquis
Yoremes
74.Yunas

75.Zapotecos (Istmo de Tehuantepec) Binniza
76.Zapotecos (Sierra Norte de Oaxaca) Bene xon
77.Zapotecos (Valles Centrales, Oaxaca) Ben’zaa,diidzaj
78.Zoques
O’depüt

¿Cuántos indígenas habitan en la República Mexicana?

5.- ¿Cuántos indígenas habitan en la República Mexicana?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Población ”

Considerando los dos criterios en uso en México -el que registra hablantes de lenguas indígenas de 5 años y más, población de 0 a 4 años que habita en hogares cuyo jefe(a) o cónyuge habla lengua indígenas, y los que se autoadscribieron como indígenas, por una parte, y el que estima el total de población a partir del registro censal de hogares[3], por la otra-, elcuadro siguiente consigna las cifras de población indígena para los años hablantes de lenguas indígenas de 5 años y más, población de 0 a 4 años que diez años, se realizó el Conteo de Población y Vivienda). Nótese que en la columna del año 2000 figuran por primera vez las personas que, no hablando lengua indígena, se consideraron a sí mismas (se auto-adscribieron o se auto-reconocieron) como indígenas. En la parte inferior del cuadro se anotan las cifras de las estimaciones hechas por CONAPO-INI. Como se podrá apreciar, el cálculo de población indígena por hogares da una cifra mayor a la suma de los registros de HLI, población de 0-4 años y autoadscriptos, proporcionados por los censos y el conteo del Instituto Nacional de Estadísticas Geografía e Informática (INEGI).

Reproducimos aquí la cifra de 12,707,000 por ser la adoptada por el Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2001-2006 y que aparece también consignada en diversos documentos oficiales. Sin embargo, como veremos en el apartado siguiente, dicha cifra ha sido corregida en 2002 por los propios investigadores del CONAPO, proponiendo un total de población indígena de 12,403,000.

LA POBLACIÓN INDÍGENA DE MÉXICO
POBLACIÓN TOTAL EN MÉXICO

81’249,347

91’158,290

97’438,412

5’282,347

5’483,555

6’044,547

Población de 0 a 4 años en hogares cuyo jefe de familia y/o cónyuge habla lengua indígena

1’129,625

1’232,036

1’233,455

No habla lengua indígena pero se considera indígena

1’103,312

Población indígena registrada por INEGI

6’411,972

6’715,591

8’381,314

Población en hogares cuyo jefe o cónyuge es Hablante de Lengua Indígena

8’373’700

8’984,152

Población Hablante de Lengua Indígena en hogares cuyo jefe y/o cónyuge no es Hablante de Lengua Indígena

177,289

183,336

Población indígena estimada por INI y CONAPO

8’550,989

9’167,488

12’707,000

Fuente:INEGI, XI Censo General de Población y Vivienda 1990, México, 1991; INEGI, Conteo de Población y Vivienda 1995, México, 1997; INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda 2000, México, 2001; CONAPO, La situación demográfica de México, México, 1997; CONAPO, La población de México en el nuevo siglo, México, 2001.

[3] Véase en este mismo volumen la respuesta a la pregunta 9: ¿Cómo se registra y cuantifica oficialmente a la población indígena de México?

¿Cómo se distribuye la población indígena en las entidades federativas?

6.- ¿Cómo se distribuye la población indígena en las entidades federativas de nuestro país?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Población ”

Aunque la mayor parte de los indígenas mexicanos se concentra en estados comprendidos dentro del área geográfico-cultural de Mesoamérica (Yucatán, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo, Hidalgo, Campeche, Guerrero, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz, principalmente), la intensa migración de estos pueblos ha dado como resultado que se registren hablantes de lenguas indígenas de 5 años y más (HLI) en todos los estados de la República. Hemos seleccionado dos cuadros que ilustran este proceso de distribución territorial: el primero da cuenta de la distribución estatal de los HLI con cifras de los Censos de 1990 y 2000, y del Conteo de 1995 (ORDPI, 2002:28); el segundo consigna la distribución estatal de la población en hogares indígenas, es decir, los 12,403,000 indígenas estimados por CONAPO. (FERNÁNDEZ HAM et al., 2002:175).

En el primer cuadro, que permite comparar los registros de un mismo grupo poblacional (los HLI) de tres momentos (1990, 1995 y 2000), se pueden observar cambios fundamentales en algunos estados en el lapso de una década: por ejemplo, Baja California duplicó la cantidad de indígenas en el periodo que va de 1990 (18,177) al 2000 (37,685). Este impresionante crecimiento es resultado de las corrientes migratorias de indígenas provenientes del centro, sur y sureste del país, principalmente.

POBLACIÓN HABLANTE DE LENGUA INDÍGENADE 5 AÑOS Y MÁS, POR ENTIDAD FEDERATIVA SEGUN LEVANTAMIENTO CENSAL
Estado

1990

1995

2000
Aguascalientes
599

729

1,244
Baja California

18,177

22,912

37,685
Baja California Sur
2,749

3,468

5,353
Campeche
86,676

89,180

93,765
Coahuila
3,821

2,039

3,032
Chiapas
716,012

768,720

809,592
Distrito Federal

111,552

100,890

141,710
Durango
18,125

20,281

24,934
Guanajuato

8,966

4,738

10,689
Guerrero
298,532

319,707

367,110
Hidalgo
317,838

327,991

339,866
Jalisco
24,914

21,927

39,259
México
312,595

310,785

316,972
Michoacán
105,578

108,545

121,849
Morelos
19,940

25,133

30,896
Nayarit
24,157

32,503

37,206
Nuevo León

4,852

7,467

15,446
Oaxaca
1’018,106

1’027,847

1’120,312
Puebla
503,277

527,559

565,509
Querétaro
20,392

20,738

25,269
Quintana Roo
133,081

157,770

173,592
San Luis Potosí
204,328

213,771

235,253
Sinaloa
31,390

24,864

49,744
Sonora
47,913

48,212

55,694
Tabasco
47,967

51,364

62,027
Tamaulipas

8,509

10,061

17,118
Tlaxcala
22,783

26,886

26,662
Veracruz
580,386

590,829

633,372
Yucatán
525,264

545,902

549,532
Zacatecas
883

1,262

1,837
Total
5’282,347

5’483,555

6’044,547

Fuente: INEGI, XI Censo General de Población y Vivienda 1990, México, 1991; INEGI, Conteo de Población y Vivienda 1995, México, 1997; INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda 2000, México, 2001.

POBLACIÓN EN HOGARES INDÍGENAS * SEGÚNCARACTERÍSTICAS ÉTNICAS DE SU POBLACIÓN, 2000
Entidad Federativa

Población indígena

Habitantes

Pertenecientes

Ni habla ni pertenece
Total
12,403.0

6,044.6

1,099.7

5,258.7
Aguascalientes
8.0

1.2

1.0

5.8
Baja California

128.8

37.7

12.9

78.3
Baja California Sur
19.0

5.4

4.4

9.3
Campeche
229.3

93.8

29.3

106.3
Coahuila

19.5

3.0

3.6

13.0
Colima
9.4

2.9

0.8

5.7
Chiapas

1,185.6

809.6

28.6

347.4
Chihuahua
194.6

84.1

22.2

88.3
Distrito Federal

471.0

141.7

27.7

301.7
Durango
53.8

24.9

2.6

26.3
Guanajuato
58.0

10.7

5.3

42.0
Guerrero
584.4

367.1

18.8

198.5
Hidalgo
595.0

339.9

24.0

231.1
Jalisco
124.4

39.3

6.5

78.7
México

1,169.4

362.0

87.5

719.9
Michoacán
291.6

121.9

51.9

117.9
Morelos

97.2

30.9

6.9

59.3
Nayarit

103.0

37.2

31.2

34.6
Nuevo León

47.3

15.5

4.1

27.7
Oaxaca
2,024.5

1,120.3

291.9

612.3
Puebla
1,056.2

565.5

40.5

450.2
Querétaro
60.9

25.3

2.4

33.3
Quintana Roo
423.0

173.6

55.2

194.2
San Luis Potosí
398.9

235.3

26.0

137.7
Sinaloa
130.5

49.7

18.2

62.6
Sonora

223.5

55.7

57.2

110.6
Tabasco
164.6

62.0

11.0

91.6
Tamaulipas
61.5

17.1

4.6

39.7
Tlaxcala
85.1

26.7

1.9

56.6
Veracruz
1,194.2

633.4

55.5

505.3
Yucatán
1,181.5

549.5

164.9

467.1
Zacatecas
9.2

1.8

1.3

6.0
*Población en miles.

Fuente: estimaciones de CONAPO con Base en el XII Censo General de Población y Vivienda, 2000 y la Muestra Censal

¿Cuántos indígenas habitan en América?

7.- ¿Cuántos indígenas habitan en América?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Población ”

Los datos demográficos ofrecidos por los organismos especializados de los países de América no permiten obtener una cifra global confiable. La razón estriba en que muchas de las naciones americanas no registran en sus censos a la población indígena, o bien, cuando se la registra, se emplean criterios que no son comparables: así, por ejemplo, mientras México contabiliza a los hablantes de lenguas indígenas de 5 años y más, a los niños de 0 a 4 años que habitan en hogares cuyo jefe(a) o su cónyuge habla lengua indígena, y a las personas que, sin hablar lengua indígena, se reconocen como miembros de algún grupo indígena, Brasil registra a los sujetos por raza o color. Además, las fechas de los censos que sí contabilizan a la población indígena suelen diferir, entre países, hasta en siete u ocho años. No obstante lo anterior, se estima que la población indígena de América oscila entre 40 y los 60 millones de personas (alrededor del 10% de la población total del continente), estimación en la que coinciden organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), el Instituto Indigenista Interamericano (III) o el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe. Esta población está integrada por más de 400 pueblos o grupos étnicos distribuidos por toda América (quizás con la única excepción de Uruguay, aunque es un tema sujeto a debate). Con 12,403,000 los países de América no permiten obtener una cifra global confiable. La de población indígena, y junto con Bolivia, Ecuador, Guatemala y Perú forman personas de esta condición, México es el país de América con mayor cantidad americana.

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